jueves, octubre 31, 2024

NOTICIA 2353ª DESDE EL BAR: EL ALQUILER FANTASMA, de HENRY JAMES

El décimo capítulo de mi serial anual de un relato clásico de terror en la Noche de Todos los Santos (o Halloween). Esta vez un autor anglosajón que lo reclaman como propio a ambos lados del océano Atlántico. Henry James (1843-1916) fue un escritor de Estados Unidos cuya vida transcurrió mayoritariamente en el Londres de Reino Unido. Fue uno de los escritores clave de la lengua inglesa especialmente del último cuarto del siglo XIX y la primera década y media del siglo XX, por ello vivió la transición del terror clásico romántico propio de Europa, especialmente de las historias de fantasmas inglesas, a aquel otro terror más complejo que iniciaban otros autores y que no tenían que ver exactamente ni con lo romántico ni con fantasmas, como puedan ser las obras de Lovecraft o las novelas de crímenes en clave de terror. Hoy día varias de sus novelas se encuentran narradas en cine, siendo que abarcó muchos más géneros que el terror. Pero destacó también por sus cuentos de terror, evidentemente, donde sus fantasmas ayudaron a romper la tradición inglesa, dando lugar a la confusión entre sucesos que venían del más allá, o bien si esos mismos sucesos eran cosa de trastornados mentales , habiendo sólo un más acá. "El alquiler fantasma" es un relato breve del género de terror que escribió en 1876. Con motivo del Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre de 2024, Canichu, poeta y escritor de novelas y relatos, autor también de la bitácora Noticias de un Espía en el Bar, os lo narra adaptado como obsequio a sus amigos y a sus lectores.

 Capítulos anteriores del serial de la Noche de Todos los Santos (o Halloween):

2014: Noche de espanto, de Anton Chejov en 1884.
2016: El Horla, de Guy de Maupassant en 1888.
2017: La verdad sobre el caso del señor Valdemar, de Edgar Allan Poe en 1845.
2018: El gnomo, de Gustavo Adolfo Bécquer en 1863.
2019: La última risa, de D. H. Lawrence en 1924.
2020: El hombre de arena, de E.T.A. Hoffman en 1817.
2021: La familia Vurdalak, de Aleksèi Konstantinovich Tolstói en 1863.
2022, La orquidea indecisa, de Arthur C. Clarke, 1956.
2023, Todos los mares llenos de ostras, de Avram Davidson en 1958.

sábado, octubre 26, 2024

NOTICIA 2352ª DESDE EL BAR: LA INFILTRADA

Haciendo de tripas corazón y del bolsillo una sangría indebida, he vuelto a ir al cine aún cuando lo que debo es no gastar dinero. Fui a ver la película con la que me quedé las ganas la otra vez, La infiltrada (Arantxa Echeverría, 2024). Desde luego sube el listón dejado extremadamente bajo por Joker: Folie à Deux y Bitelchús, Bitelchús (Noticia 2351ª). Descubrí de paso algo que yo no sabía, que los martes hacen en los cines Quadernillos una oferta especial de entradas a 2 euros para la gente de la tercera edad. La sala estaba llena de gente mayor, y luego yo, recién llegado del trabajo. Es una oferta que mucha gente alabará, aunque lo cierto es que es para pensarla, pues hay realmente mucha gente mayor, ya de por sí con ahorros, cuyas pensiones les permiten ingresos estables y fijos mucho mayores que mucha gente de menor edad, como por ejemplo yo. Tengo la impresión que la gente de tercera edad que acude a las salas de cine a 2 euros no son precisamente las personas de la tercera edad que deberían poder disfrutar de esa ventaja, cuyas pensiones sí que deben estar igual o peor que los trabajadores peor pagados. En fin, en otras cuestiones, desde las ayudas iniciadas en 2018, este tema ya se ha tocado alguna vez, el tema de: cuidado, que medir a la gente sólo por la edad a la hora de dar ayudas, quizá no sea la mejor de las ideas para fomentar igualdad de oportunidades o mejores repartos de bienestar. Pero este no es el tema del que voy a hablar hoy. Hoy voy a hablar de la película que he visto.

A ver, parece inevitable en todos los sitios y conversaciones que si vamos a hablar de La infiltrada hay que citar El Lobo (Miguel Courtois, 2004), la cual la vi también en cine con una amiga en Madrid en su día. La temática tiene el mismo origen, pero son diferentes historias. Ambas son historias reales biográficas (biopic) de la Historia reciente de España. En el caso de El Lobo se trata de la historia de Mikel Lejarza, un hombre común que con motivo del asesinato de Carrero Blanco en 1973 por parte de ETA es reclutado por los servicios secretos del franquismo, el SECED, cuya evolución democrática es el actual CNI. Lejarza fue apodado en clave "Lobo", y su operación era la "Operación Lobo", en referencia a que se había infiltrado a un lobo en el rebaño de ETA, que viene del dicho "un lobo disfrazado de cordero". Lejarza estuvo en esos años haciéndose pasar por un miembro más de ETA justo en el momento en la que esta organización afianzaba ya su transformación plena en banda terrorista y sus atentados aumentaban. La actuación de Lejarza permitió la detención de más de ciento cincuenta personas, la desactivación de planes, la identificación de líderes y otras cuestiones vitales, en un momento en el que se estaba produciendo el tardofranquismo, una vuelta a acciones represivas desde el Estado e incluso la guerra sucia de Estado. En otras palabras, las normas del juego en esos momentos seguían tanto las vías legales de la dictadura, como la alegales e ilegales internacionalmente, sin embargo, de cara a la no previsible Transición política tan cercana en el tiempo, prestó un gran favor y un papel importante, aún cuando ETA se reforzó en la segunda mitad de la década de 1970 y multiplicó sus atentados en los años de acero de los años de 1980. Lejarza fue descubierto por ETA, que puso precio a su cabeza en 1975. Tuvo que ser retirado. Presumiblemente hubo de cambiar de identidad y aspecto físico y desaparecer para seguir su vida. Fue una película rodada a ritmo de película de acción e incluso apuntó, hacia el final la posibilidad de oscuros mecanismos del Estado respecto a ETA. Sea como sea, es una película recomendable. La protagonizó Eduardo Noriega.

Recordado esto, La infiltrada es también un biopic, como se ha dicho, rodada sobre la Historia reciente a ritmo de película de acción. Contiene además un tema transversal, la igualdad de género y la desigualdad machista que se daba en España en la década de 1990. Más aún, hay quien en la radio ha hablado de esta película como si en 2004 se hubiera ejercido el machismo por rodar la historia de El Lobo y no haber contado la historia de la mujer de este otro largometraje, cuando en realidad en 2004 de esa agente de policía la sociedad española no sabíamos nada, ni su existencia, por motivos de su seguridad social. Ambas películas son importantes y ejercen su labor de difusión de la Historia reciente, querer confrontarlas por temas de género es hacerles menosprecio. Claro que me he reído para mi interior cuando algunas de estas personas que buscan remarcar esa presunta denuncia de género citan la película de La infiltrada como una película de Luis Tosar, cuando este actor ejerce aquí de secundario, la protagonista total es Carolina Yuste, y la película, de ser de alguien, sería de su directora, Arantxa Echeverría. No, la película de es de Luis Tosar, tiene a Luis Tosar, pero no podemos decir que sea su película, claro que esto sólo lo remarco como mensaje a enviar a aquellos que quieren hacer trinchera de hasta el último detalle, pero luego no se dan cuenta de con qué munición disparan.Y siguiendo con este tema, un pequeño detalle insignificante, que se puede tomar como licencia de la directora par ese tema transversal, algo perdonable desde la Historia, algunas de las frases, actitudes o peinados que tratan de abordar la parte machista de la sociedad de 1990 es más propio de la década actual de 2020, que algo de los años 1990. No es que no se dieran, sólo que si esos pequeños detalles ocupan todos los momentos de las vidas de los personajes, entonces ya no es algo que pudiera ocurrir en los 1990, sino que dices que esa actitud de denuncia social de género era lo que ocurría, y eso no es así, ocurre en los 2020, pero en términos generales, no en los 1990, aún dándose sectores sociales que sí lo ejercieran.

En el caso de La infiltrada se cuenta la historia de Aranzazu Berradre Marín, pseudónimo que usó la policía nacional en la década de 1990 para infiltrarla en ETA comenzando desde las juventudes de la Kale Borroka y el entorno abertzale de las organizaciones políticas nacionalistas vascas y las tabernas que frecuentaban. Aunque en la película se la hace llamar Arantxa. El nombre real de esta persona no se conoce hoy día, pues sigue en activo pero protegida. Recién salida de la academia de la policía con unos 20 años o pocos más fue reclutada para la misión. Estuvo en ello durante ocho años, renunciando a todo contacto con su familia y comportándose como una simpatizante de ETA más. Conoció a diversos terroristas muy activos. Sirvió de enlace con la cúpula en Francia y terminó alojando en su casa a uno de los terroristas, con quien convivió mucho tiempo. Durante la llamada tregua falsa de 1999 fue parte de una reactivación secreta de ETA, fue ella la que informó de la falsedad de la tregua. Formó parte de la reconstitución del Comando Donosti, al que ayudó a desmantelar. Justo en ese momento fue retirada del servicio como infiltrada, pues no se quería correr el riesgo de que ETA se hubiera dado cuenta de que sólo ella era la clave para el número de detenciones y desarticulaciones originadas.

La película funciona muy bien. Tiene un guion muy bien equilibrado entre la Historia reciente y la película de acción policiaca, incluso propia para Estados Unidos. La dirección artística ha ambientado muy bien los escenarios y ropas de la década de 1990, si bien insisto en que algunos peinados de la Kale Borroka que aparecen son peinados de personas más propios de la década de 2020 que de 1990. Quizá se exagera en los términos de que los malos son muy malos, muy malos, en cada detalle de su vida, y los buenos, son muy buenos, muy buenos y muy éticos y muy decentes, aunque sea gente dura. No hay escala de grises. Puede que eso funciona bien en lenguaje cinematográfico como película de acción con lecciones bien aprendidas de Hollywood, y hay que entender la película así, pues en términos de historiador, incluso sociológicos y psicológicos, podríamos decir que sí, que la película es buena, pero que "hay matices que...". Me gusta, por otra parte, que deje caer, aunque nunca lo profundiza, algo que más tarde se analizará en los periódicos de la vida real a lo largo de algunos atentados de la década de 2000, especialmente tras los atentados de 2004 en los trenes de cercanías de Madrid por parte de al-Qaeda, una presunta desconfianza y falta de cruce de información entre diferentes cuerpos de seguridad del Estado, en este caso lo materializan entre guardia civil y policía nacional. Claro que también menciona, pero no entra al trapo, la desviación de fondos reservados en una trama de corrupción de los servicios secretos españoles, protagonizada por Roldán, que se destapó en 1993 y cuya investigación y proceso se prolongó casi toda la década de 1990.

La actriz Carolina Yuste hace una interpretación totalmente imbuida en el papel, es sin lugar a duda la que mantiene al espectador más expectante, si bien cuando se interrelaciona con Luis Tosar la pantalla se carga de una cierta tensión que a lo largo del largometraje evolucionará de una cierta sumisión de ella a él, a otra donde él se ve arrastrado por ella. En cierto modo, esa tensión entre los dos personajes es una subtrama que acompaña a la trama central. 

Evidentemente lo reciente de esta historia y que la propia policía de la vida real mantiene en secreto quién es hace que esta película se haya alimentado de tomarse licencias narrativas o de rellenar aquellos huecos que, por fuerza, no se conocen. No podemos ver la película pensando que todo lo que se cuenta de la vida de esta persona es exactamente lo que pasó en su vida, por mucho que se muestre lo que en líneas generales pasó y cómo funcionaba la lucha antiterrorista en ese momento. Más aún, insistiendo en que es muy buena película tanto como Historia, como por cine de acción, como por los detalles técnicos de cómo está hecha, invito al espectador a verla también con pensamiento crítico, pues por mucho que el personaje se restriegue el cuello tras recibir un beso, hay que pensar que si te pasas ocho años desde las juventudes abertzales hasta llegar a ser correo de ETA, luego una persona que aloja a un etarra y después estás en el Comando Donosti, que era un comando dispuesto a cometer atentados de sangre, tú no has ascendido por comportarte como un angelito. Pero lo que en la vida real haya podido o no hacer esta policía para, como infiltrada, llegar a ser parte de un comando de ETA, no se nos cuenta, sólo se nos cuenta lo más aséptico, pega unos carteles, acude a una manifestación y de repente le dan a alojar a un etarra... eso no funciona exactamente así, falta información quizá no tan presentable, pero que debió ocurrir como para que luego además se le haga  llevar un par de notas a Francia y, pum, algo más pasaría para que estés metida en un comando.

La cosa es que llevamos un par de décadas, quizá un poco más, en las que la sociedad se está educando en Historia a través de productos cinematográficas y televisivos, así como de cómic. Se ha llegado al punto que incluso televisiones, periódicos y radios entrevistan a directores, actores, actrices y creadores de cómic como si estos fueran expertos historiadores y estos entran al trapo y se prestan al juego. Demuestran a menudo carencias de conocimientos o visiones sesgadas, si eres más fino como espectador te das cuenta que en realidad están diciendo lo que les toca: lo que venda su producto, dándoles igual si lo que dicen se ajusta o no a la realidad histórica o al debate que hay abierto. Hay incluso quienes afirman que tal o cual tema o personaje es desconocido y nunca se ha hablado de él o de ello, siendo esto totalmente falso, pero que a mucha gente le cuadra, porque la triste realidad es que al conocimiento de la Historia la gente en general sólo se acerca para que le cuenten, pues eso: una película. 

Estas películas, o cómic, o series, o novelas, lo que toque son importantes por muy diversos motivos, pero dentro de este que menciono, el de educar a la gente Historia, empieza a ser muy relevante, y quizá por ello los historiadores debemos estar atentos y hablar de estos productos, del mismo modo que los actores les da por hablar como si fueran historiadores. Puesto que ahora son productos "pedagógicos", sobre todo porque mucha gente no sabe distinguir entre lo que se hace como producto para la ficción y producto para lo documental, hay que atender bien lo que se cuenta, no para alterar la creatividad de los que crean estupendas historias como esta que hoy tocamos, que es una perfecta película de acción policial aún siendo un biopic, sino para que a quien realmente le interese poder completarle o en su caso corregirle alguna visión o conocimento, como pasó por ejemplo muy notable y polémicamente con Napoleón, de Ridley Scott, el año pasado, 2023.

sábado, octubre 19, 2024

NOTICIA 2351ª DESDE EL BAR: FOLIE À DEUX

Ya me he apuntado hace una semana y algo como jurado del público de Alcine de este año 2024, espero que este año, a diferencia del anterior, no tenga que protestar para reinvindicar mi acreditación, cosa que se me dio gracias a que saben que ininterrumpidamente lo he sido desde 2000. La cosa es que este año está siendo muy perro en lo económico para mí y me río de indignación pura cuando hoy leo el principal titular de El Diario diciendo en resumen que a los que tenemos trabajos temporales y salarios bajos ahora mismo nos va de maravilla gracias a las bondades de las reformas del actual Ministerio de Trabajo. Lástima que se me borrara el texto que escribí sobre esto, porque no es oro todo lo que aparenta relucir. Y alguna cosa dejé deslizar la anterior vez que escribí sobre por donde pasa mi supervivencia económica a estas alturas del año y de mi vida, literalmente. Sigo siendo desde hace años uno de esos trabajadores que aún trabajando vivo por debajo del umbral de la pobreza fijado en España, claro que entro y salgo del desempleo y cuando trabajo son contratos muy cortos y mal pagados y mal valorados en relación a todo lo que se nos pide para contratarnos pero que luego no se refleja ni en el sueldo ni en las bases de cotización. Pero, ¿quién  controla esto? ¿Dónde está Carracuca? Al gobierno le importa bien nada dónde está Carracuca a la hora de controlar estas cosas. Vivo de suerte. Más bien, supervivo, a veces mal vivo.

La cosa es que este año me he podido dar muy pocos momentos para mí, es el año de los desastres económicos tras desastres económicos, lo que sumado a lo que ya había es el gran caos, el gran caer. La gran caída y sigue sin freno, aún habiendo intentado poner un freno extremo en mi propia casa desde hace más de mes y medio. No hay freno. el único freno posible debería venir de la decencia y la responsabilidad de quienes hacen contratos laborales a la hora de valorar la vida de sus trabajadores y tenerlo en cuenta en sus sueldos. Pero me descentro de lo que quería hablar hoy. Yo quería ir al cine comercial antes de ir como jurado del público a Alcine. Hoy por ejemplo hubiera preferido ir a ver La infiltrada (Arantxa Etxeberria, 2024), un biopic de una policía nacional española que fue infiltrada en ETA con la veintena de años, pero tras mirar mi último estado de cuentas bancarias creo que sólo puedo estar en casa de aquí hasta el próximo ingreso de dinero, y eso trabajando mi jornada laboral y poniendo medios en casa. Ni aún así. Excesivos tiempos de desempleo, trabajos mal pagados y breves y este año afrontando la enfermedad y muerte de mi gata y varias reparaciones graves en casa, mientras una penosa legislación sobre las prestaciones contributivas me impedían cobrar en este verano lo que de por sí tengo cotizado y que necesitaba en ese momento, no el día de cuando al gobierno le venga en gana. Claro, que tampoco me han informado de por cuánta cantidad de tiempo va un teórico segundo periodo de cotización que tengo pendiente de cobrar tras agotar un primer periodo. No hay acceso a esa información... que es información sobre mis propias cotizaciones. Que sí, que habrá quien me ha visto salir este año por algún bar de rock, y han sido veces muy sonadas, por lo que sé que hay quien cree que estoy todo el día de juerga, pero la realidad es que este año, como ocurrió en otros por otros temas, prácticamente no he podido moverme de mi casa y de mi calle, de mi barrio. 

Volvemos a centrarnos. Antes de repasar mis cuentas en la vez más reciente, sí que me animé tras muchos meses a ir la semana pasada dos días seguidos al cine comercial. Había varias películas llamadas "de blockbuster" (lo que en España se llamaría: taquilleras comercialmente) que me interesaban, pero me decidí por las dos más recientes. Se trataba de dos segundas partes, Joker: Folie à Deux (Todd Phillips, 2024) y Bitelchús, Bitelchús (Tim Burton, 2024), ambas corresponderían a la traducción de esa frase en francés de la segunda parte del Joker: locura de dos. No puedo decir menos que coincido con muchos críticos que se han visto desilusionados con estos largometrajes, si bien fue que en la primera tuve el lujo de verla totalmente solo en la sala, y la otra casi, pues aparte de mí sólo hubo un padre con su hija.

Joker: Folie à Deux no es mala película, pero quizá Phillips debió dejarlo únicamente en la primera parte, Jocker (2019). Ya por entonces él mismo había declarado que era una película unitaria, que no pensaba darle secuelas. Primero porque la concibió como obra artística de introspección en la creación de un psicópata y las enfermedades de la sociedad actual a la hora de conformarse respecto al diferente, pero también porque el rodaje y convivencia con Joaquin Phoenix fue una tortura insoportable y desagradable para él y para todo el equipo, tanto por sus extravagancias como por aquello de que acostumbra a meterse en su personaje en todo momento de su vida para poderlo desarrollar bien en escena, por lo que, al interpretar a un perturbado, fue especialmente desagradable... llegando incluso a rumorearse que acosó, o pareció acosar, a la actriz que el personaje hacía eso mismo en el guion. La primera película es una gran historia y una nueva visión sobre este villano y la enfermedad de Gotham City, en parte: un análisis de los Estados Unidos más violentos de hoy día. Tenía a la vez su belleza. Yo la vi, también por circunstancias, bastante más tarde, en 2020, que seguía en pantalla. Generó mucho dinero y mucho culto y quizá eso es lo que hizo que Phillips hiciera de tripas corazón y volviera a llamar a Phoenix, y este rodaje no ha sido menos conflictivo personalmente que el anterior, pero Phillips sabe que, pese a todo, el actor merece la pena. No habría otro como él para el personaje. Le acompaña ahora Lady Gaga, que en esta película me recuerda en todo momento a una amiga mía desde hace mucho tiempo, lo que me resultó particularmente un aliciente casi de humor negro personal. Ella hace de Harley Quinn, la universitaria de psicología, niña de papá, que tiene la cabeza con una psicopatía que la obsesiona con Jócker, lo que confunde con amor. Ella como Arlequín y él como Jócker fueron pareja en cómic durante mucho tiempo, y eso ha sido llevado al cine varias veces, esta es una de esas veces. Así que la película es cierto que viene de la anterior, de hecho, su propuesta parte precisamente de los acontecimientos de esa primera parte e incluso se bromea en guiño al espectador sobre que "se hizo una película". 

Lo cierto es que se trata de una historia nueva independiente de la anterior. Se sigue explorando la enfermedad de una sociedad que admira a los psicópatas y a la vez se ahonda en cómo van surgiendo tanto los secuaces de Jócker como otros villanos de Batman, no se me escapa que cabe la posibilidad de que en los primeros momentos del metraje se ve en los pasillos de la galería de celdas de Arkham a un personaje que físicamente corresponde con El Ventrílocuo, así como en la sala del juzgado aparece el futuro Dos Caras. Está rodada a ritmo de película de proceso judicial, que es un género que apasiona a los estadounidenses prácticamente desde el inicio del cine comenzado el siglo XX. Eso ya despista a un espectador que si va a ver una película del Jócker no espera ver una película de juicios y tribunales, pero es lo que es. Eso sí, filmado a ritmo de musical que no llega a ser musical, porque la cabeza de Harley está francamente mal, y funciona como si la vida fuera un espectáculo de música, cosa que contagia a Jócker. En eso se basa su amor, en un contagio malsano donde el Jócker vuelve a ser mostrado como víctima de alguien que es utilizado siempre por las necesidades del otro, en este caso, las necesidades psicopáticas de ella. La película no está mal, pero su ritmo y su forma de narrar no tiene que ver con su antecesora, lo rompe totalmente y eso coge por sorpresa a un espectador que esperaba ver más de lo que ya había visto antes, y no es eso lo que recibe. Se puede hacer algo lenta, en una espera de que llegue algo que nunca llega, aunque se den píldoras de cosas parecidas en la imaginación de un Jócker perturbadísimo por el amor y porque deja de tomar sus medicamentos. Lo cierto es que aunque el largometraje funciona por sí sólo, al depender de la primera entrega, hace que el espectador se canse y la descarte. Decían en The Guardian esta semana que si su coste había sido de unos doscientos millones de dólares, en la plataforma de Netflix apenas han recuperado unos noventa millones. El batacazo es grande. ¿Cómo espectador? Como espectador, yo por lo menos, el error está en haber querido continuar algo sin continuarlo. Era una apuesta arriesgada. No es mala película, y tiene su lógica. La fotografía es bonita, la banda sonora está bien, sigue siendo una buena interpretación, el guion sigue planteando los problemas de la sociedad más enferma de Estados Unido, pero... pero no es la primera, la primera parte ya está hecha. Es un musical muy oscuro, eso sí, y con humor negro. Y quizá el espectador tampoco se esperaba ver cantar al Jócker... aunque en los cómic lo hace con frecuencia, por lo menos los de una de las etapas más largas de Batman. Hasta en la versión del superhéroe de 1989 rodada por Tim Burton Jócker baila y canta en un museo que vandaliza.

Y por cierto, aunque el final parece cerrado, yo creo que eso no es tanto así. Si cierra será porque sea un auténtico descalabro descomunal en lo económico, pero la historia, aunque parece cerrar no creo que cierre, sobre todo, también, porque la historia contaba el comienzo de Jóker, que a fin de cuentas es el antagonista más peligroso de Batman y Batman, en estas películas, ni siquiera ha aparecido ni se le ha insinuado.

Pero ya que he mencionado a Burton, ahora toca hablar de Bitelchús, Bitelchús, que realmente sería Beetlejuice, Beetlejuice, pero que en España se ha castellanizado siguiendo unas recomendaciones de algunos filólogos que consideran que las fonaciones de palabras extranjeras como algo propio, cuando tiene arraigo cultural muy asentado, son legítimas. Para mí fue un fiasco. En realidad, si me paro a pensar, de todas las películas que he visto de Burton, puede que sea la peor película del director. No debió hacerla. Pero está hecha. Podría considerarse casi otro musical oscuro. La cosa es que buena parte de sus chistes y planteamientos, incluso personajes, ya estaban hechos en Bitelchús (1988). Es volver a ver lo mismo, pero menos fresco y como si te explicasen un chiste que ya ha sido contado. Una vez que el matrimonio difunto fue devuelto a donde debían estar, han pasado los años y el matrimonio que compró la casa ya no vive en esta, pero la mantiene. El hombre ha muerto devorado por un tiburón y eso hace que su hija vaya con su madrastra, que sigue viviendo del arte, y con su hija a celebrar el funeral en esa casa. Allí sigue estando la puerta abierta al otro mundo que lleva directamente al despacho de Bitelchús, que ahora es una oficina con empleados. Él sigue pendiente de casarse con la hijastra, con la que había firmado un pacto en la primera parte, así que desea aprovechar el regreso para cobrar la deuda. Entretanto, la esposa difunta de Bitelchús, un alma condenada capaz de matar a los muertos, escapa de su "presidio" en busca de venganza hacia su marido, para restablecer su propio matrimonio. A todo esto, la hija de la hijastra no cree que su madre vea fantasmas, hasta que ella misma ve fantasmas. A lo largo de todo esto veremos a un Bitelchús que ni es el malo y sinvergüenza de la otra vez, ni tampoco es lo contrario. Nos deja en una tierra de nadie con sabor a poco de todo, a nada. Se realizan números musicales o galerías de muertos que son absolutamente paralelos a cosas vistas en 1988, sólo que por entonces crearon un impacto de humor negro, y aquí ya te lo sabes. Hay además un chiste interno de Estados Unidos que es un guiño a un célebre programa de televisión de la década de 1970 donde la gente, mayoritariamente de color, bailaban música disco, el Soul Train. Puede que allí funcione como chiste viejo, porque lo hemos visto innumerables veces en otras comedias de tele y de cine, pero aquí sólo funciona como una extravagancia del inframundo. Tiene algún momento, algún punto, pero quizá Burton debió darle más vueltas.

Así que me quedo con que el lujo estuvo en verlas en pantalla grande en soledad. Claro que esto en parte es consecuencia de los resabios de la pandemia de 2020. Mucha gente descubrió las plataformas de cine en televisión en sus casas y lo combinó con comprar grandes pantallas de televisión, casi como cines en el hogar, y ahora, tras fomentarse el distanciamiento social en esas fechas, se ha quedado en buena parte. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

martes, octubre 15, 2024

NOTICIA 2350ª DESDE EL BAR: DESDE LA BASE

 En el actual trabajo de archivo que tengo hasta mediado noviembre estoy tratando una serie documental que aún no se puede considerar histórica, pero que en pocas décadas acabará siéndolo. Hoy por hoy hay que considerarla documentación administrativa, pero en tránsito en ese camino intermedio de un archivo general, que es donde se supone que van los documentos en ese estado en que conservando parte de su vida activa de uso, ésta ya no es tanta, pero no es tan escasa que se pueda considerar ya documentación histórica, aunque tengan un valor histórico. Hablando en claro, muchas de las personas afectadas pueden estar perfectamente vivas, quizá ya algo mayores o relativamente mayores, pero vivas. Otras habrán muerto, y, sin duda, algunas de las personas que se mencionan en cada expediente personal en torno al ciudadano afectado habrán muerto ya, aunque sea por ley de vida, longevidad.

Es una documentación que me parece interesante porque creo que cuando pase a ser histórica y sea perfectamente consultable por todo el mundo con un afán investigador podrá darnos respuestas, pistas y claves de una determinada situación o capa social entre los últimos años del franquismo y los primeros de la democracia, con todos los cambios que eso supone tanto en política como en cambio social, económicos y culturales. Son casos comunes de circunstancias determinadas de personas. Son esos expedientes que en algún momento de nuestra vida quien más quien menos ha ido formando a fuerza de rellenar documentación para la administración cuando se dirigen a esta para la necesidad que tengan, que en este caso no puedo nombrar, aunque podría nombrar cualquiera que pueda servir de ejemplo de a lo que me refiero, así pues, a modo de ejemplo, quien más quien menos ha rellenado solicitudes para entrar en colegios, entregado o vivido informes médicos, recibido visitas de asistentes sociales en casos de necesidad, por ejemplo pidiendo ayudas de tal o cual, o bien ha recibido nóminas y otros documentos laborales, o ha rellenado hojas de censo, o ingresado en hospitales, lo que sea. Todo eso, dependiendo de para qué te dirigiste en solicitud de qué a la administración se ha ido acumulando en uno o varios expedientes. Incluyamos aquí todos y cuantos papeles notariales o de juzgados hayan pasado por nuestras vidas y a veces terminan en forma de copia en otros expedientes, sean compra o venta de casas u otros bienes, alquileres, bodas, nacimientos, divorcios, defunciones, herencias, juicios penales o de faltas, procesos contencioso-administrativos, etcétera. Todo eso en conjunto es lo que nos da, pasado el tiempo, las pistas a los historiadores para entender e interpretar la Historia desde lo que es cómo transcurrió en términos más allá de los grandes acontecimientos señalados en el calendario.  
Pues bien, en el actual proyecto de archivo en el que trabajo estoy en disposición de tener todo un conjunto muy nutrido de una determinada capa social o estado social en su evolución dicha ya entre los últimos tiempos del franquismo y los primeros de la democracia. Desde otro tipo de archivos y documentos ya traté este mismo periodo. Cada vez tengo una visión mayor de lo que en el común social ocurrió en aquella época (en la que yo mismo nací en 1979) y pienso que dentro de unas décadas, cuando todo esto esté disponible, se podrá hablar más y mejor históricamente de tránsito político y social que hubo en el último tercio de siglo XX español. Todo quepa que cuando todo esto esté disponible en su totalidad puede que yo ya sea anciano, lo que no obsta para que ahora, desde hace años, con mi mero trabajo de archivero, tengo el privilegio de estar recibiendo esa información, aunque con el objetivo de su archivado correcto para sus afectados, cuando me toca esta documentación, otras veces trabajo con documentación ya directamente histórica, alguna de los grandes nombres y también de muy conocidas organizaciones o directamente gubernamental (ese ya sí público hoy día, aún siendo yo quien haya procedido a su descripción archivística para su consulta). Así pues, con todas las reservas que hay que tener en público y en privado, yo ese conocimiento directo lo voy teniendo ahora.
Yo, esos elementos para tener unos datos que vayan formando una visión de conjunto más documentada (nunca mejor dicho), ya los voy teniendo desde hace años. Dentro de eso, la documentación que trato actualmente me parece sumamente interesante para hablar con propiedad de una determinada población con unas circunstancias muy determinadas y económicamente duras, pero también muy generalizadas entonces y hoy.
De entre todas las documentaciones tratadas me llama la atención cómo cosas que en la década de 1970 se consideraba que eran parte de una problemática social a solucionar, en plena década de 2020 esas cosas no se han solucionado, pero se han normalizado llamándolo con nombres muy amables y aceptables socialmente. Están asumidos dentro de la normalidad de la vida actual, pero que en su conjunto te das cuenta que a lo largo de las décadas de 1970 y 1980 eran cuestiones consideradas problemas en las vidas propias que, por otra parte, también lo eran así consideradas en la década de 1930. Entre medias, aún siendo problemas, en general de muchas de estas cosas se podía dejar constancia administrativa interna para las diferentes entidades del gobierno, pero no se hacía público el alcance total y real, aún cuando desde la década de 1960 se pudiera mencionar algún caso. Llama la atención que si entre las décadas de 2010 y lo que va de 2020 algunas de estas cosas se ha querido dar como algo normal, es precisamente en la manifestación por la vivienda y alquileres justos ocurrida el pasado fin de semana, por poner un ejemplo reciente, donde en una de esas nuevas primeras veces ya hay voces que han dicho: oye, mira, por muy bien rollistas que queramos ser, esto que queremos hacer pasar por normal no es normal, es un problema que nos impide construir nuestras vidas personales tal como queremos.
Un periódico, a raíz de esa manifestación, escribió ayer un hipotético temor del gobierno (según el periodista) de que se repitiera un ambiente de protesta social como el abierto en el 15M de 2011. Tal vez no estemos ante ese momento, sobre todo porque está muy reciente y en activo los derivados políticos de parte del 15M, que no del 15M en toda la complejidad social e individual que fue. Pero tal vez sí estamos ante una generación de jóvenes que por entonces eran bebés, la mayoría eran en realidad niños ya con unos años, que están sirviendo de despertador al verbalizar algo que, incluso por aquello de lo políticamente correcto, no se quería verbalizar: oye no, esto no es una nueva normalidad, esto es un grillete para mi vida, al margen de cómo me quiera establecer yo respecto a mis relaciones sentimentales o sociales.
La convivencia por causa mayor de personas en un mismo piso, principalmente porque no se pueden permitir una independencia económica para alquilar, ya no digamos comprar, una vivienda propia, que es el caso de la manifestación mencionada, pero también aquellos que teniendo vivienda no se pueden permitir una vida más allá de la mera supervivencia económica, es una de esas cuestiones que se han querido normalizar con buenismo diciendo que son “los nuevos modelos de familia”, siendo el nexo de unión entre las personas en ese mismo techo el de amistad, vecindad, familiaridad o simplemente, necesidad. Se pueden llevar bien o mal, cosa que puede variar con el paso del tiempo, pero desde luego impide la realización de planes de vida más allá de esa convivencia por imposibilidad de disponer plenamente al completo de las decisiones sobre lo que tú quieres en lo más inmediato de tu vida.
Claro que en estas también hay un azote de realidad incluso a los que informan. Una periodista de radio de una emisora de Madrid capital quiso afrontar el tema enfocando el problema de vivienda como un problema de los jóvenes, a lo que invitó a dos jóvenes que no tardaron demasiado, apenas unas pocas preguntas donde calaron el enfoque, para contestar que el problema de vivienda era un problema de aquellos que no tenían vivienda o que su alquiler no les daba para vivir, siendo esta situación en la edad que sea. La periodista no tardó mucho en despachar a estos jóvenes que rompían en parte el enfoque con el que probablemente había pasado la mañana preparándolo con su equipo. Y ahí está el asunto, en los enfoques, en la construcción del relato. Es un problema cuando se quiere que una tesis esté a toda costa como una posibilidad de realidad, sin atender a todo lo que realmente ocurre. Y todo lo que ocurre no es simplemente aquello que es evidente a la vista.

miércoles, octubre 09, 2024

NOTICIA 2349ª DESDE EL BAR: ¡CÁSPITA, CORCHÓPOLIS!

 ¡Ay, carancho, que guajo! Todo mal. La cosa es que estuve escribiendo durante unas dos horas seguidas sobre la situación actual de la política laboral en torno a la promesa de la reducción de la jornada de cuarenta horas semanales a treinta y cinco, poniéndolo en relación a su impacto en patronal y sindicatos, pero también desde mi reflexión personal desde mi sector de archivos, donde la reforma laboral de 2022 es como si no hubiera existido, por lo que apoyar esa nueva reforma sin haber arreglado primero los asuntos de los que nos quedamos fuera de los beneficios de la anterior puede ser contraproducente, porque se puede pasar de contratos parciales de siete horas a seis horas. Bueno, ya sé que no le veis relación, pero es que el razonamiento y la exposición de motivos estaban desarrollados largo y tendido. También hablaba de esa intención de hacer trabajar a los que están en algunas bajas médicas y lo contraproducente en cuanto a que va en contra de derechos adquiridos como de posibles cotizaciones, exponiendo otra vez mi caso particular, que será el de otros tantos, donde este año me he quedado sin cobrar un duro en uno de mis periodos de paro, a pesar de que tenía cotizado parte de un segundo periodo de cotizaciones tras agotar un primero. En fin, que todo era largo y meditado, pero las diabluras de la informática, un fallo en la memoria del ordenador donde lo hice provocó la pérdida total de todo el escrito, de unas cuatro o cinco páginas. ¡Cáspita, corchópolis! ¡Jopelata!

Vamos, que no me voy a poner a escribir de ello de nuevo. No al menos hoy, y sé que no me saldrá igual, porque también daba un varapalo a aquello de las horas extraordinarias sin pagar en este país a la vez que el PP pide que algunos sectores tengan jornadas de diez horas, como los camareros y cocineros, lo que sería normalizar unas horas que hoy por hoy se dan extras, pero no se pagan, vamos que quieren que las trabajen igualmente, pero a precio de ordinarias... aún no se les ha oído pedir que los empresarios paguen las horas extraordinarias como se debe.

En fin, gachupín, que en lugar de eso me conformaré con decir una obviedad para todo alcalaíno. hoy es nuestro particular "San Cervantes", por haber sido bautizado Miguel de Cervantes en tal fecha como esta pero de 1547. Así que se han montado como cada año desde hace unos cuantos años un monstruo mercado de Cervantes que ni comerciantes ni ayuntamiento se toman en serio y lo tratan como si fuera medieval, o vikingo, o de Juego de Tronos, lo que les venga bien cada año, con tal de que vengan turistas como si fuera el parque de atracciones, porque lo importante en "San Cervantes" es que en Alcalá se coma morcilla, y ya está, eso es todo lo que hay que saber como honrados cervantistas. 

Yo hoy vine del Archivo Regional de Madrid, de un trabajo breve como breve es siempre, yo lo llamo temporal, la legalidad actual lo llama "de duración determinada", y vine a una librería de acá de mi/nuestra Alcalá a ayudar a un amigo que está liado en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, y acá ando en una librería en la que nadie entra, rodeado (bajo la llovizna) de puestos que están asando carnes varias y a donde la gente se acerca gustosa. Acá ando, donde lo más llamativo que ha ocurrido es que un turista del mercado me ha preguntado que este sitio qué es, "una librería", dije. "Sí, pero que ¿qué vende?". "Libros". Anécdota totalmente real que me acaba de ocurrir. Y en estas estamos celebrando a Cervantes de este modo mientras en Cadena SER esta mañana el promotor de toda esta feria decía que aspiraba a que este mercado no sea sólo de interés turístico nacional sino que se eleve a interés turístico internacional. Y digo yo, si eso ocurriera debería redoblar él o el ayuntamiento el asunto y para eso se necesita más casetas con chorizos y quesos y pancetas y salchichas de las gordas, podríamos usar la acera libre de la Calle Mayor para crear una tercera hilera de casetas. Total, que no pasa nada porque por un día la gente no vea, no sepa y no se haga la foto con la casa natal de Cervantes de fondo, ¿no?, que no hay que jorobar el jolgorio, concho. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

viernes, octubre 04, 2024

NOTICIA 2348ª DESDE EL BAR: CORTO MALTÉS, LA REINA DE BABILONIA

La línea paralela que iniciaron los herederos y editores de Corto Maltés con este mismo personaje de manos de Martin Quenehen y Bastien Vivès prosigue. Recordemos que en 2021iniciaron esta vía experimental con Corto Maltés, Océano negro. Sigo manteniendo lo que dije por entonces, aunque llegados a un segundo volumen en el final del invierno 2023-2024 y comienzo de la primavera de este 2024 para Francia, Italia y otros países europeos, ya comenzado el verano en España, quepa ahora matizar nuevas percepciones personales una vez que lo he leído (confieso) no tras haberlo comprado nada más salir, sino tras retrasar su lectura hasta comenzado septiembre. Esta vez no me he dejado llevar a la lectura inmediata del volumen. Empecemos por el título de esta segunda entrega, Corto Maltés, Reina de Babilonia. Prosigue con su blanco y negro en escala de grises, esta vez dividiendo el álbum en dos partes claramente diferenciadas, en una donde el trazo fino configura escenarios y personajes, y otra donde la mancha y la sombra acompañadas de pequeñas y finas líneas que no definen del todo las figuras pero las dejan marcadas es lo que domina esa segunda parte, que acabará volviendo al orden anterior justo en sus últimas páginas. Está al servicio de una narración donde los autores han querido recrearse en las percepciones emocionales de los personajes. Es un cómic con cierto tinte impresionista en ese sentido. Nos muestra además a un Corto Maltés falible en su faceta de que él también puede perder. Baja a los infiernos como personaje de La Odisea y otras historias griegas, aunque en este caso de la mano de la diosa babilónica Ishtar, diosa del amor y de la guerra. En este sentido las sombras y lo lúgubre se apodera de Corto y su historia en sus horas más bajas. Las más bajas vistas en él incluso cuando está en su línea clásica en la primera mitad del siglo XX, donde le creó Hugo Pratt y donde le continúan muy acertadamente Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, quienes, por cierto, según la editorial Norma Editorial publicarán una nueva entrega de la saga clásica hacia el otoño o el invierno de este mismo año, por lo que habrá doblete de Corto.

Si en la anterior entrega el Corto Maltés del siglo XXI comenzaba su andadura en 2001 con los atentados de las Torres Gemelas de New York de fondo, ahora avanzamos pieza al año 2002. A pesar de que el comentarista del libro Jean Hatzfeld, por otra parte periodista, dice que es un año aburrido para los amantes de la guerra porque es un año que no pasa nada según él, nada más lejos de la realidad. No sé qué mundo paralelo ha vivido Hatzfeld, cómo de profesional es en su oficio o cómo pasó particularmente él aquel año. 2002 es el año en el que la Guerra de Afganistán está más activa, es el año de los espías por todo el planeta, de los secuestros alegales y los ilegales internacionalmente, de la prisión de Guantánamo en pleno rendimiento y las torturas que allí se hacían, las cuales aún no sabíamos de ellas, de los actos terroristas por todo el mundo, 2002 fue un año movidito donde, además, se estaba preparando ya la Segunda Guerra de Irak mientras una parte de Occidente empezaba a organizarse pidiendo el "No a la guerra", que se hará más multitudinario en 2003, cuando empiece la invasión a Irak. Y precisamente todo esto está de pleno y de lleno en esta nueva entrega de este extraño Corto Maltés, quien junto a otras personas trata de robarle a un grupo de mafiosos traficantes de armas veteranos de la guerra de Bosnia-Herzegovina, y es que ese menudeo de armas en el mercado negro también existió, a veces con dirección a Irak o a Afganistán. 

Corto Maltés se ve afortunado de sí junto a su grupo y una novieta que se echa, "la Reina de Babilonia", cuando se chocan de bruces con Celo, un personaje que aquí es parte de la ficción de la historia de Corto, pero que existe en la vida real, como lección bien aprendida de Pratt. Celo era un mafioso que en el comienzo de la Guerra de Bosnia-Herzegovina las circunstancias le ubicaron en la defensa de Dobrinja y Sarajevo en 1992. La población se vio armada y guiada por él, con lo que se inició aquella defensa titánica que fue el cerco de Sarajevo, transformándole a él en un héroe nacional de Bosnia, aunque también hay sectores que le consideran un criminal. Aún hoy tiene esa consideración entre héroe y criminal, tras la guerra se dice que traficaba con armas de la guerra por Europa, los países árabes y quien pagara en general. Murió asesinado a tiros en Sarajevo en 2007, probablemente un ajuste de cuentas o bien de tiempos de la guerra o de su faceta del hampa, si no de cualquier otra cosa de los acontecimientos del siglo XXI.

Corto Maltés y los suyos, como decía se las ve muy feliz y triunfador hasta la irrupción de Celo, y en ese justo momento aparece la CIA estadounidense y termina siendo enviado a territorio de la antigua Babilonia (en Irak, zona controlada por Estados Unidos desde la Primera Guerra de Irak en 1990-1991). Le llevan en busca de un tesoro arqueológico a cambio de que dejen limpia su hoja de acusaciones contra él. Lo cierto es que por poética, cuadra, aunque por Historia cuadraría más que fuera Afganistán. Y una vez que tenemos este giro aparece otro giro, Corto ha de descender a su infierno particular, tal vez paralelismo de la prisión de Guantánamo, cuando él es secuestrado por extremistas islámicos que lo encierran y torturan. Hablamos de la caída de Corto Maltés y su ascenso milagroso, como resucitado. Pero sirve de metáfora de lo que en esos días se vivía de otro modo.

A lo largo de la historia aparecen personajes que ya conocimos en la anterior entrega, pero también tendremos ensoñaciones al más puro estilo de Pratt, por ejemplo en Las Helvéticas, e incluso homenajes como la página de varias viñetas mostrando un apasionado beso que nos recuerda a la composición aquella en la que Corto bailó un tango en Argentina con Pratt, o esa Venecia con la plaza San Marcos por la que caminan ambos Cortos igual de desenvueltos. Quenehen y Vivès también intelectualizan a un Corto que ahora lee libros. Le devuelven a este Corto algo del Corto original. Pero es que no queda ahí. Personalmente creo que se juega con la sugerencia de un Corto Maltés inmortal en pequeños comentarios del personaje y en esas imágenes. En este volumen se dirá en varias ocasiones que ya ha resucitado varias veces, o que el tesoro que va a buscar ya lo buscó hace mucho tiempo. La misma Isthar, diosa de la muerte, parece indicar que tiene un pacto con él que le permite la vida. Pero dentro de todo esto, este Corto tiene su propia vida, por lo que no tiene porqué venir del otro Corto. Todo queda a sugerencia y reflexión del lector. Queda abierta a gusto de quien lee darle tantas lecturas y caminos posibles como cada cual desee. Es un juego, en parte.

En este segundo relato se gana algo de solidez y nos lleva a la relectura del primer volumen y a volver a valorarlo algo mejor, aunque me reafirme en bastantes cosas de las que dije en la primera ocasión. Probablemente este personaje hubiera tenido igual cabida si se hubiera creado por sí sólo con su propia autonomía y otro nombre. Es igual de defendible, pero creo que este experimento de la familia y la editorial en realidad buscaba crear nuevos lectores y atraer a los que ya de por sí tenía Corto Maltés, aprovecharlos para que compren una nueva linea argumental. Sea como sea, esta segunda entrega se va conciliando algo mejor con el primer Corto y, dado que tenemos unos hechos consumados de un Corto paralelo al del siglo XX en el siglo XXI, esta casa y ayuda a casar mejor al personaje con el original. Argumentalmente aún puede mejorar, también lo digo, pero tiene un algo ahora. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

martes, octubre 01, 2024

NOTICIA 2347ª DESDE EL BAR: LA CONQUISTA DEL RÍO DE LA PLATA (parte 7 de 7, última)

 De Juan Torres de Vera y Aragón a primeras épocas de Hernandarias.


En 1587 Juan Torres de Vera y Aragón fue confirmado por el rey como adelantado del Río de la Plata. El Rey le dio instrucciones de introducir ganado diciéndole expresamente que su finalidad debía ser explotarlo y no solamente alimentarse de él como en ocasiones anteriores había podido ocurrir. Introdujo con ese fin a 400 vacas, 4.000 ovejas, 500 cabras y 5.000 yeguarizos procedentes de Uruguay y con destino a Corrientes y Asunción. Sería el futuro económico del Río de la Plata. Intentó hacer fundaciones en Brasil, pero los asunceños preferían tierras más fértiles para los alimentos y mano de obra indígena. En 1588 creó Vera de las Siete Corrientes, a donde mandó a Hernandarias de Saavedra. En 1589 tenía falta de mano de obra en su gobernación. Por lo que aumentó el precio del trigo. Hubo muchas reclamaciones pero Torres de Vera y Aragón no ordenó bajar el precio por parecerle justo, ya que los agricultores empleaban mucho esfuerzo en obtener sus cosechas. Claro que sabía que si accedía a bajar el precio ningún agricultor recogería sus cosechas. Faltaban indios para trabajar y los españoles no daban abasto por sí solos. Comenzaba a notarse el descenso de la demografía india. Además, los animales andaban sueltos y se comían los pastos, por lo que hubo de legislar sobre ellos. Se veían obligados a comerciar con los portugueses. Pero en 1592 hubo de irse a Madrid para defenderse de las acusaciones vertidas contra él a causa de los precios del trigo. Puso en el gobierno a Alonso de Vera, que era su sobrino y que, además, le había depuesto. La Audiencia de Charcas le depuso a él y colocó en el gobierno a Hernandarias. El 28 de Enero de 1594 el Rey les cerraba el comercio con los portugueses ante las peticiones de ciertos comerciantes españoles que se creían perjudicados (Portugal y España se habían unido en 1588). La medida sólo tuvo consecuencias perjudiciales para ambas partes y se potenció en mucho el contrabando y la corrupción.

En todo ese tiempo, Abreu se enfrentaba a diversas rebeliones de indios diaguitas. Hernando de Lerma le sustituyó y le encarceló hasta su muerte. En 1582 fundó Lerma creando muchos perjuicios a mucha gente. Por ello en 1586 comenzó a gobernar en esa zona Velasco hasta 1593. Este hizo campañas contra los indios usando sólo la violencia necesaria, era más partidario de métodos pacíficos. Fundó varias ciudades y fomentó los ganados y la evangelización. La Compañía de Jesús llegó a aquellas tierras en aquellas épocas. De este modo el Tucumán se hacía estable, del mismo modo que lo había logrado Paraguay con Garay. Fue la época en la que Velasco exigió que Buenos Aires fuera un puerto estable. Fue el primero en entrever que la zona necesitaba una unidad política más allá de los intereses personales. Por ello pidió al Rey un gobierno único independiente de Perú. Lo logró y fue nombrado gobernador del Río de la Plata hasta que murió en 1597, siendo Hernandarias de Saavedra su lugarteniente, lo que le trasformaba en su sucesor .

En Abril de 1598 se mandó a Centenera para pedir al rey la reapertura del puerto de Buenos Aires al comercio con los portugueses, ya que eran los principales proveedores y clientes. Paraguay y Tucumán sólo vendían sus productos a cambio de oro, mientras que los portugueses aceptaban el trueque, lo que era lo único que se podían permitir los bonaerenses. Aparte de la corrupción o el contrabando, el cierre del puerto sólo provocaba hambre. En 1599 fue gobernador Diego Rodríguez Valdés y de la Vanda, quien se sorprendió mucho al ver que sin la ayuda de los indios no se podía cultivar nada, ya que los pocos hombres que había en Buenos Aires se necesitaban para defender la ciudad de indios o de piratas. Quedaban entonces cuarenta soldados al cargo de tres piezas de artillería sin munición. Los insultos al enemigo eran su mejor arma. Pero tenían montones de caballos salvajes de los que se servían para sacar ciertos contrabandos. En 1598 Felipe II moría y heredaba el trono su hijo Felipe III, quien comenzó su reinado con una fuerte oleada de piratas extranjeros amenazando todas y cada una de sus pertenencias, sobre todo americanas. En aquellas épocas acechaba la zona Thomas Cavendish.

En 1600 los bonaerenses amenazaron con despoblar Buenos Aires si no se abría el puerto. Por miedo a que los piratas aprovecharan aquello para tomar el poblado y crear una base como hicieron en la Isla de la Tortuga, Felipe III accedió a abrir el puerto en 1602 al comercio con los portugueses por seis años. Hubo de prorrogar la concesión por más años en 1608, 1614 y 1618. No cortó la corrupción, que se fomentó más, pero sí que hizo recuperarse a Buenos Aires y por mucho. De la pobreza extrema se pasó a la fuerte inflación. En 1605 tuvieron la mala suerte de que parase allí la flota de Antonio Mosquera, con destino a Chile. Buscaban proveerse de todo lo que podían, pero dejaron e la ciudad la epidemia de la viruela, que mató muchas vidas, sobre todo indias. Por ello el Cabildo tuvo que reclamar trescientos esclavos de Guinea anualmente. Hasta 1607 no se normalizó la situación con buenas cosechas.

Reflexiones últimas.

Con una alimentación estable, mano de obra estable también basándose en esclavos negros, la evangelización y alfabetización de mano de la Compañía de Jesús, el comercio abierto de Buenos Aires (el cual creaba un eje entre Potosí, resto de Perú, Chile, Río de la Plata y Europa, Brasil y Guinea) y los indios de la zona más o menos dominados, la conquista del Río de la Plata se puede dar por terminada, a falta de la expansión por el resto de esa parte sur de América. En 1618 Hernandarias había logrado reanudar las encomiendas bajo una política de supuesto humanitarismo. La ciudad de Buenos Aires creció en trescientos habitantes. Se calcula que en el siglo XVII en Río de la Plata vivían 2.730 blancos, 4.899 indios en servicios y reducciones, y, lamentablemente, no he podido lograr datos sobre la población negra. Hubo problemas de enfrentamientos erasmianos por parte de los rioplatenses cuando llegaron las ideas de la Contrareforma. Hernandarias, también proclamó la tierra y sus productos, de Buenos Aires, como de propiedad comunal, lo que dio lugar a muchos vagos que mataban vacas para comer sin más, desperdiciando casi toda la carne del animal, cuando no se mataba sólo para coger el cuero. Por ello, años después hubo de rectificarse esta ley.

Los levantamientos indios, por otra parte todavía seguirían hasta 1670 en Tucumán, Santa Fe, Corrientes, Chaco... se consideró un castigo de Dios por los pecados blancos, aunque era el Diablo el que actuaba por medio de los indios en rebelión. Ya desde 1580 Felipe II había dado instrucciones para evangelizarles y darles el catecismo en castellano y no darles los sacramentos en latín. En 1603 Felipe III comprendió que era mejor hablarles en su idioma, y dio recomendaciones de darles el catecismo en araucano a los indios de Chile y La Pampa, y en guaraní a los de Paraguay.

La población mestiza había crecido en orden de 4.000 en 1580. Felipe II llegó a legislar que los blancos se casasen con blancas, para evitar enfermedades y conservar las haciendas en poder de los españoles blancos. Pero era una ley no cumplida, máxime cuando los hijos mestizos con frecuencia eran extramatrimoniales. Martínez de Irala había usado de las uniones con indias por verlo beneficioso, por las razones que ya vimos. Él mismo tuvo varias mujeres indias, una de las cuales fue una joven india virgen hija del cacique Abaco. La segregación sexual que hicieron las mujeres blancas con los hombres indios impedía al indio integrarse del todo en la cultura hispana y participar de su sociedad y cultura. Por ende era, además, un modo más para adquirir su despoblamiento, ya que no podían nacer descendientes indios de la mezcla de una india y un blanco, si no mestizos. En río de la Plata, eso sí, se dio algo inusual en el resto de América, se pudo ascender socialmente por medio de uniones matrimoniales,

Los indios, lo diremos una vez más, fueron usados al servicio de los españoles por medio de sus relaciones familiares, gracias a sistemas tradicionales autóctonos como la "tovaya", ya mencionada, o el "yaconazgo", por medio del cual un indio se adscribía al trabajo doméstico sin poder abandonarlo. Las rebeliones indias, cuando se dieron cuenta de que no se les trataba como parientes, provocaron duras represiones. En 1578, Ramírez de Velasco creía que sólo se podía poner orden en los indios si trabajaban, por lo que les forzó a trabajar bajo condena de severos castigos. Fue un grave error que llevó a más rebeliones y a más despoblamiento india, ya que estos morían de cansancio, tristeza o suicidio, si bien no optaban por huir del lugar. Las Leyes Nuevas de 1542, también comentadas, habían sido un fracaso.

A los indios se les evangelizó y se les instruyó en la música, como diría un Virrey peruano en 1615: ese era el mejor modo de someterlos, ya que un pueblo entretenido era un pueblo inofensivo por muy tirano que fuera el gobernante. Aún así hay indios que descubren estas intenciones. Cierta declaración en Confesionario (editado en 1585) dice: "Dicen algunas veces de Dios que no es buen Dios, y que no tiene cuidado de los pobres, y que de balde le sirven los indios"

La ganadería, la agricultura y la ruta comercial interna con Perú y Chile abierta al mar Atlántico fueron a la larga la auténtica riqueza de Río de la Plata. Nada había del producto que le dio su nombre: plata. Ni tampoco oro, ni especias, ni nada de gran valor. Muchos hombres murieron siguiendo quimeras, mitos y espejismos. Fueron conquistadores que trabajaron con sus manos, a diferencia de otros lugares, y se mestizaron con profusíón con los indios. El puerto abierto definitivamente de Buenos Aires, les proporcionaba contrabandos de Brasil. Buenos Aires fue un puerto principal para abastecer el interior de Sudamérica, así como para dar salida a los productos de los lugares que abastecía. Pero también se trasformó en el siglo XVII en uno de los principales puntos de abastecimiento de esclavos en el mercado español de América. Lograba abundantes negros guineanos del comercio con Brasil e incluso no tenía reparos en vender esclavos indios adquiridos y vendidos de forma ilegal y "bajo cuerda".

Con estas reflexiones doy por terminado este trabajo sobre la conquista del Río de la Plata, la que a mi vista me parece una de las más largas de toda la historia de la conquista española de América. Máxime cuando, como hemos dicho, quedaría aún por conquistar todo el resto de la Argentina actual.


Bibliografía.

    Diaz de Guzmán, Ruy, La Argentina (edición de Enrique de Gandía), ed. Historia 16, Madrid, 1986.
    Fitte, Ernesto J., Hambre y desnudeces en la conquista del Río de la Plata, ed. Academia Nacional de la Historia (colección para la Biblioteca de Historia Argentina y Americana), Buenos Aires, 1980.
    Iglesia, C., Schvartzman, J., Cautivas y misioneros. Mitos blancos de la conquista, ed. Catálogos, Buenos Aires, 1987.
    Palacios, Ernesto, Historia de la Argentina. 1515-1976, ed. Abeledo-Perrot S.A., Laralle, Buenos Aires, 1954 (revisión de 1976).
    Rodríguez Molas, Ricardo, Los sometidos de la conquista de Argentina, Bolivia, Paraguay, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1985.
    V.V.A.A., Historia de España Salvat, Tomo IV, ed. Salvat editores S.A., Mallorca-Barcelona, 1984.
    V.V.A.A., Historia de España Salvat, Tomo V, ed. Salvat editores S.A., Mallorca-Barcelona, 1984.


Páginas web de Internet consultadas.

    http://www.artehistoria.com/historia/contextos/1526.htm      consultada el 4 de Noviembre de 2002.
Artículo: El mítico Río de la Plata, escrito por canal artehistoria.
    http://capraproyecto. iespana.es/capraproyecto/origen/vireinato.htm    consultada el 4 de Noviembre de 2002,     Artículo La cabra en el virreinato del Río de la Plata, escrito por Hugo Baruela Álamo, presidente de PRODICA (Programas de Desarrollo Productivo y Capacitación Agroindustrial), proyecto Capra, Buenos Aires, Argentina.