domingo, julio 28, 2024

NOTICIA 2333ª DESDE EL BAR: OLIMPIADAS

 Estamos en tiempos de Olimpiadas y ya he comenzado a ver competiciones muy interesantes, como la clasificatoria de gimnasia artística femenina, con Biles, o los partidos de baloncesto y tenis femenino españoles. Este año lo veo en soledad. Al menos está siendo así estos primeros días.

La primeras Olimpiadas que viví no las recuerdo, era un bebé. Fueron las de Moscú 1980, pero hubo por casa un osito Misha de bronce, la mascota de aquel año, y lo recuerdo de mi infancia. Las de Los Ángeles 1984 las tengo más presentes por el cómic de Mortadelo y Filemón y por haber visto de niño la competición entre los corredores Carl Lewis y Ben Johnson, de los que había cromos. Se repitió en Seúl 1988. Pero sin duda las de Barcelona 1992 las que más intensamente viví. Fue toda una maravilla ver a Rebollo encender el peletero con aquella flecha. Lo mejor fue que estaban mis padres, que se compartía en familia. Aquellas fueron las que nos dieron la ilusión de saber que también podíamos ganar medallas. Además, en el colegio nos hicieron investigar y escribir la Historia de las Olimpiadas y me la aprendí. Todo se juntaba con artículos promocionales y con otros eventos como la Expo de Sevilla.

En 1996 las Olimpiada de Atlanta me pillaron adolescente. Un atentado con bomba se comió parte del protagonismo. Ya no vimos en familia los juegos. Vi algunas cosas, pero también salía con mis amigos. Recuerdo ver un partido de baloncesto todos en grupo en casa de uno de ellos que ahora vive en Francia. Todos tenemos contacto, pero, aunque nos seguimos viendo, cada uno tiene pareja o familia. Sólo yo no tengo. Los tiempos cambian.

Sidney 2000 fueron mis años universitarios. Seguí y vi los primeros triunfos de natación de Ian Thorpe en el salón de la casa familiar. Mi padre trabajaba, tres años más tarde, dos y medio, moriría. Yo estaba muy con la música y los amigos. En Atenas 2004, ya sin mi padre presente, yo tenía un trabajo limpiando un gimnasio. Seguí a Thorpe, salía con mis amigos, pero estaba todo un poco deslucido. Me interesaba el medallero español y compraba prensa para atenderlo. Las de Pekín 2008 fueron las Olimpiadas que seguí con mis amigos por las noches en los bares de rock. No había sonido, sólo música, pero fue muy buena compañía. Las de Londres 2012 las vi en parte con una amiga con quien me fui a Salamanca. Allí vimos juntos el inició del corredor Bolt, al que seguí en juegos posteriores. Tengo cariño a este recuerdo de compartir los juegos, con ella, aunque con mi amiga tengo la imagen de seguir el judo en un bar salmantino. Fue con ella con quien también compartiría múltiples comentarios sobre la gimnasta Simone Biles en Río de Janeiro 2016, para la que quedamos para ver la inauguración, igual que cuando Londres. Aunque muchos de aquellos comentarios los hacíamos a través del teléfono. También comentaba con mi madre, que le gustaba esta gimnasta. Pero mi madre moriría un año después. 

Las Olimpiadas de Tokio 2020 se celebraron en 2021, por la pandemia de covid. Estaban muy deslucidas con estadios vacíos. No recuerdo si yo trabajaba. Veía las repeticiones en mi casa, comentaba con alguna amistad. Alguna cosa vi en el bar de mi calle. Ahora, en París 2024 lo que hay es soledad. Al menos estos días. Ni siquiera hay comentarios con nadie. Sólo yo y mi salón. Son otros tiempos. 


lunes, julio 22, 2024

NOTICIA 2332ª DESDE EL BAR: FABRICANDO UN FANTASMA

 

Ojeando un viejo tomo de un libro elaborado con coleccionables de un periódico, creo que era del ABC o tal vez era de Más Allá, encontré una historia que desconocía. Uno puede pensar que los efectos especiales sofísticados son algo propio de la invención del cinematógrafo a finales del siglo XIX, aunque en realidad sabemos que también existían algo más elementales ya previamente en el mundo del teatro, incluso en tiempos del teatro de la Antigua Grecia y la Antigua Roma. La cosa es que me llevé la sorpresa de encontrar a un empresario teatral que a mediados del siglo XIX era el más exitoso de Reino Unido, con fama mundial, por elaborar obras de teatro donde aparecían fantasmas sobre el escenario. Sus espectros eran algo que dieron más de un susto. Sus obras eran como ir a una película de miedo, si bien representaba obras de Shakeaspeare o alguna de fantasmas clásicos.  

El empresario teatral era John Henry Pepper, que en realidad era químico analista, en 1852 fundó la Royal Polytechnic Institution, con intención de difundir las ciencias. En su actividad científica llegó a la conclusión de que debía difundir el conocimiento científico entre todas las clases sociales, por lo que se transformó en un divulgador científico usando inventos que daban espectáculos divertidos, habitualmente asociados a efectos ópticos con dioramas e imágenes diluidas. En estas estaba cuando descubrió cómo inventar una máquina que fabricaba fantasmas sobre un escenario de teatro. Y la fabricó, haciéndole tan famoso que hizo gira por Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia.

Necesitaba que las funciones tuvieran nocturnidad, para crear mayor efecto psicológico, y que fueran salas de teatro cerradas y oscuras. El escenario tenía en realidad un falso suelo, cosa común desde siglos atrás con la idea de crear efectos mediante trampillas. En este caso no necesitaba trampillas, sino un foso entre el suelo del escenario y el público, que el público no debía ver desde sus asientos. Dentro del falso suelo había un proyeccionista de luz que en su debido momento proyectaba la luz sobre un personaje o bien ataviado con sábanas blancas o bien vestido y pintado muy blanco. De este modo, la imagen de esa persona se reflejaba en un espejo grande que tampoco veía el público, y el reflejo de este se reflejaba a la vez sobre unas cristaleras colocadas de manera oblicua entre escenario y público, que en principio el público no debería distinguir por la falta de luz. La imagen del "fantasma" aparecía en el cristal e interactuaba con el actor o la actriz dando la sensación impactante de haber aparecido un espectro, lo que debió dar más de un susto de los grandes. El efecto visual es parecido al que ocurre con tu propio reflejo en las ventanas de trenes de noche y suburbanos en los túneles. 

En algunas ocasiones el actor del fantasma se permitía incluso amenazar a los espectadores. Pepper nunca usó este invento para hacer fraude, sino para entretener en historias de teatro y darle pie a hablar de los efectos ópticos gracias a la ciencia, si bien no explicaba el truco... que le daba muchos beneficios por tener la exclusiva.

A mí esta historia me ha gustado descubrirla. Anticipa sobre los escenarios algo que se difundiría más de otro modo con el cine décadas después. Y lo cierto es que cuando lo leí me acordé de Scooby Doo. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

miércoles, julio 17, 2024

NOTICIA 2331ª DESDE EL BAR: LA REGENERACIÓN Y LA LIBERTAD

"Si hay, pues, personas que contradigan una opinión ya admitida [como verdad], o que lo harían si la ley o la opinión [pública mayoritaria] se lo consintieran, agradezcámoselo, abramos nuestras inteligencias para oírlas y regocijémonos de que haya alguien que haga para nosotros lo que en otro caso, si en algo tenemos la certidumbre y la vitalidad de nuestras convicciones, deberíamos hacer nosotros mismos con mucho más trabajo. (...) Cuando las doctrinas en conflictos en vez de ser una verdadera y otra falsa, comparten entre ambas la verdad; y la opinión disidente necesita suplir el resto de verdad, de la que sólo una parte está contenida en la doctrina aceptada. Las opiniones populares sobre asuntos no perceptibles por los sentidos, son frecuentemente verdaderas; pero rara vez, o nunca, lo son del todo. Contienen una parte mayor o menor, pero exagerada, desfigurada, desprendida de las otras verdades que deben acompañarla y limitarla (...)"

(John Stuart Mill, Sobre la libertad, 1859.)

Hoy se ha producido en el Congreso, antes de que el gobierno y el resto de diputados y senadores se vayan de vacaciones de verano, un amplio debate sobre las medidas de regeneración democrática sobre las que estaba trabajando el presidente Pedro Sánchez. En el debate se mezcló lo referente a esto, que va unido a reformas legales en torno a los medios de comunicación y la libertad de expresión y prensa para defender la democracia de la mentira que la ataca, con otros temas, como la reforma de la ley mordaza (en defensa también de la libertad de expresión y de manifestación), las reformas legales para afrontar la ayuda a los emigrantes que vienen en condiciones ilegales o también lo referente a la política internacional española desde dentro de su inserción en la Unión Europea y lo que está afrontará en los próximos cinco años. 

Me queda apenas una semana y media de trabajo en este nuevo brevísimo trabajo de archivo que tengo este junio y julio. Estaba yo realizando mis tareas esta mañana en el depósito de sótano donde se me ha ubicado oyendo íntegra a través de la radio el debate entero. Escuché a todos. Es algo que suelo hacer cuando puedo en los grandes debates. 

Sobre el tema de las reformas para afrontar lo que se conoce en la sociedad a través del periodismo y de las redes sociales es algo abierto desde mayo de este año, cuando el presidente, tras cinco días de retiro entre abril y mayo anunció la apertura de este debate. Traté sobre él abundantemente, opinando también y analizando una de las propuestas en la Noticia 2321ª.  Me remito ahí para el lector más interesado en el tema.

A mí, el discurso de Sánchez hoy me ha abierto más incógnitas que seguridades. Bien es cierto que no ha detallado absolutamente nada, pues deja abierto el asunto a las propuestas y a la negociación con el resto de diputados y grupos que quieran contribuir. Sí que dijo que iba a hacer eliminación en lo que las instituciones o partidos aportan a los medios de comunicación, así como quiere que se haga público quiénes son los que financian a los medios. En realidad lo que ha propuesto es lo ya aportado y acordado por la Unión Europea desde 2022, creo recordar, por todos los partidos políticos allí presentes como eurodiputados, excepto los de los partidos de extrema derecha. 

No obstante, la presentación de la necesidad de las medidas es lo que me suscita muchas dudas, porque no me queda claro si la libertad de prensa, de opinión, de expresión, la libertad ideológica, etcétera, estarían garantizados, o bien si establecida una verdad general, se dudará de todo lo que se aparte de esa verdad general. Eso es peligroso, altamente peligroso, y es lo que más hay que aclarar y trabajar para que se preserve la pluralidad de visiones. Por ello me ha parecido pertinente abrir hoy con un fragmento de un  libro de 1852 escrito por John Stuart Mill. Este fue hijo de uno de los últimos intelectuales de la Ilustración del siglo XVIII en Reino Unido, pero por sí mismo destacó también como filósofo y como economista. Es uno de los padres del sistema capitalista, del liberalismo, pero ya evolucionado en el siglo XIX, donde él razonó que todo el mundo debía ser feliz y por ello todo sistema debía garantizar la felicidad y el bienestar social de todos, y si no era así, entonces el sistema estaba pervertido y era pernicioso, malo. Efectivamente, John Stuart Mill evolucionó de un liberalismo al socialismo a lo largo de su vida. Su último libro aborda ya directamente sus propias ideas socialistas, pero previamente analizó la necesidad de garantizar todo tipo de libertades para garantizar la democracia y el progreso, como la libertad de expresión, de opinión y de prensa.

Básicamente defendió que las verdades absolutas no existían, por lo que él hablaba de opiniones. Que las opiniones silenciadas pueden ser verdades a pesar de que se las silencie, Que una opinión silenciada, verdadera o falsa, suele tener normalmente siempre una porción de verdad y que si la opinión general la silencia del todo se le evita colisionar con otras opiniones, y por tanto progresar, pues nunca podría ser conocida. Que si la opinión general llegara a ser mayoritaria o totalmente la verdad, entraría en contradicción consigo misma al evitar otras opiniones, pues todas, en realidad tienen algo de verdad. Esto provocaría la creación de dogmas que impedirían el funcionamiento correcto de la razón. Por todo ello, debe existir la libertad de expresión, de opinión y de prensa, aunque la opinión sea minoritaria o produzca un rechazo general.

Ya en el siglo XX, Adorno, en su libro Filosofía y superstición, tras sus experiencias con la Europa nazi y fascista, y viendo los ascensos de los autoritarismos y los nuevos medios de comunicación, analizaba que la opinión (referida también a la verdad, pues la verdad, insiste él también, nunca es total y existe repartida entre las diferentes opiniones), pues la opinión general, la compartida mayoritaria o totalmente por la sociedad, es en general producto de la élite, entendida esta como aquellos que pueden influir de manera mayor en la forma de pensar general. Así, algo múltiplemente repetido puede terminar siendo aceptado por verdad aún no conteniendo en sí más que una porción mínima o siendo una falsedad total. Esta idea la recogió y pervirtió el propio partido nazi alemán, a través de Goebbels. Adorno nos advierte de los peligros de querer imponer una opinión y de hacer que la sociedad la admita hasta tal punto que ponga en entredicho a aquellos que tienen opiniones o bien derivadas de la general, ligeramente diferentes, diferentes o contrarias. Los transforman en indigentes intelectuales y los proscriben, lo que lleva al silencio o a la autocensura. Esto no ayuda al progreso... ni a la convivencia en libertad. Tiene que existir la libertad de expresión y el respeto, pero esto se hace difícil porque las élites autoritarias, democráticas, económicas o mediáticas no desean perder su hegemonía en el control de la opinión general de la sociedad. Adorno era contrario al autoritarismo aún en su expresión democrática en manos de las élites de poder en los regímenes democráticos.

 En los últimos meses, a través de la red social Facebook, de origen estadounidense, los enlaces de algunas de mis entradas escritas en este blog han sido bloqueados desde que usan métodos automatizados para controlar los contenidos. Sólo en un par de casos han corregido tras pedir revisión. Han considerado en Semana Santa que un cuadro de Cristo era un desnudo, que hablar de las teorías de Mariana en el siglo XVII era violencia, que analizar desde mi punto de vista lo que sucede en Gaza era odio, que hablar del incendio del Cerro del Viso era un bulo, que hablar del origen de la legalización de la homosexualidad en España era engañoso, y lo más reciente: que escribir en latín es spam (publicidad no deseada). Ninguna de las acusaciones es cierta, pero sólo han rectificado en dos. A una amiga le han eliminado su perfil al celebrar el 100º aniversario del nacimiento de Kafka con una ilustración que consideraron provocación. Facebook está haciendo en España un corte de las libertades de expresión sobre cosas que no sólo no corresponden a lo que se acusa, sino que además atentan contra las normas de libertad de expresión de la propia España. Sobre este tema hoy no se ha hablado en el Congreso, pero me temo que la injerencia de los grandes magnates de las grandes empresas internacionales sobre las libertades de los diferentes países se debería abordar ahora, antes de que nos desborde. Tarde o temprano el siglo XXI lo abordará, porque interfiere en las libertades, derechos y deberes de los ciudadanos de cada país. Todos sometidos no a sus leyes y normas, sino a los pareceres de los que dirigen las redes sociales. Ellos son las nuevas élites de las que hablaba Adorno, y atentan contra la libertad de expresión defendida por Mill.

Sin embargo, todo el debate de hoy queda en cierta tela de juicio, y es parte de lo que me hace tener incógnitas, cuando a la vez que se anuncia el corte de financiación institucional a los medios de comunicación, se anuncia entregar una ayuda millonaria a esos mismos medios para que se digitalicen. Me genera muchas incógnitas, pero se debe esperar a ver cómo evoluciona este debate, aunque de entrada nos ponga en guardia algunas cosas. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, julio 15, 2024

NOTICIA 2330ª DESDE EL BAR: SALVE ET CEREVISIA TECUM

Solitudo est quaestio. Multi loquuntur de comite solitario, sed cum ad illam venit non agunt. In fine, homines spectant ad oblectationem quae pertinet utenda pecunia. Cognoscere habeo personalem lapsum et dilacerant. Solitudo non est bona societas, nec aliquis umquam consilia tua, nec delicta permanent, nec mala opera et stipendia, quae te solum superesse permittunt, sed vivere non possunt. Horum omnium curiosissimus est studium in retia sociali loquendi de solidarietate et momentum ne quis relinquat, tamen res alia est. Fateor, careo stimulis. Pereo sorte vacua. Felem meum desidero. Fortasse fidelissima societas his annis. Habeo directionem invenire. Interim interdum vita est, non modo superstes. Bene, videtur mihi hodie quasi parum peregrinum loqui. Salve et cerevisia tecum.

lunes, julio 08, 2024

NOTICIA 2329ª DESDE EL BAR: VIAJE A LA PIEL, JUEGO DE NIÑOS, VERUM

El pasado jueves 4 de julio una pareja amiga (el cantautor Juan Izardui y su familia) me llevó a la Casa de la Cultura de Torrejón de Ardoz para asistir de público a la inauguración de una exposición fotográfica triple. Dos pertenecen al fotógrafo Osvaldo Cipriani, "Viaje a la piel", sobre desnudos artísticos femeninos, y "Juego de niños", fotografía con elementos informáticos altamente surrealista. La otra es de Dhavid Hernández, "Verum", sobre desnudos artísticos masculinos. No obstante, este era el tío de la chica de la pareja amiga que me llevó. Cipriani actualmente reside en las Islas Canarias, pero décadas atrás por mucho tiempo era parte de la vida cultural de Torrejón, siendo él uno de sus fotógrafos más artísticos en la década de 1980, y maestro de otros fotógrafos en la propia Torrejón. Tenía sus años más inquietos en esa década, más o menos a la par que la Movida madrileña. Teniendo en cuenta mi nexo con Pablo Pérez-Mínguez (Noticia 2168ª), este dato me atrajo, tenía curiosidad. De hecho, este dato personal me lo callé, pero de haberle preguntado algo a Cipriani, que no lo hice, hubiera sido si llegó a conocerle o a hacer algo con él. Sea como sea, la obra de Cipriani actualmente está muy orientada a una obra con retoques infográficos. Lo que más me atrajo fueron aquellos retratos que no los contenían, como una chica en un columpín con una mirada muy intensa, o unas fotos con relieve en papel maché que, me dijeron, eran precisamente de muchos años atrás. En todo caso, era evidente que Torrejón le homenajeaba, pues le prestaron casi todo el espacio y le imprimieron un libro de catálogo de su exposición. Pero en todo caso, como él mismo explicó, él se había sumado a la idea de quien fue su alumno, Dhavid Hernández, que le ofreció hacer una exposición conjunta cuando le comentó que iba a hacer una exposición con desnudos artísticos masculinos, y quiso completarla con la misma idea, pero en femenino.

La cosa es que aunque parezca mentira el desnudo artístico masculino produce cierto rechazo en líneas generales, aún hay camino ahí, pues se confunde este con lo que no es, y aún dentro de esa confusión también en lo femenino, la gente confusa acepta antes el femenino que el masculino. Eso sin negar que también el femenino tiene gente a la contra, pero encuentro más gente reacia al masculino que al femenino. Hay detrás de las visiones de los que rechazan cosas que nada o poco tienen que ver con el arte.

Dhavid Hernández, que algún retoque artificial se nota en alguna foto, es más natural ahora mismo, y tiende a un barroquismo importante, especialmente en el alto contraste entre sombras y luces, pero también en algunos cuerpos retorcidos. Así pues, una de las fotos recuerda un corazón humano con la mera posición corporal del modelo. Por otro lado su modelos son bailarines de danza, algunos de ellos de ballets estadounidenses, por lo que el contorsionismo barroco se produce más fácilmente. 

Buena parte de las fotografías de Hernández hacen referencia a la soledad y la depresión. De hecho, optó por guiar al visitante con cartelas que ponían nombre y breves explicaciones a los retratos, mientras que Cipriani, en general, prescindía en un gran número de sus cuadros de esas cartelas. Siempre desde la metáfora corporal y el juego de claroscuros. 

Tal vez los retratos de Hernández puedan ser interpretados más allá de esas claves que nos ofrece, otorgar otras que nos sugieran de manera íntima y personal a cada cual según su tiempo y su emocionalidad, la propia sugestión. 

 A ver, son tiempos.

sábado, julio 06, 2024

NOTICIA 2328ª DESDE EL BAR: UN APUNTE

Estamos en el fin de semana que se celebra el Día del Orgullo LGTBIQ+. Este año coincide con una sentencia judicial en España que no consideró que un comentario dirigido a un homosexual sobre quitarle la homosexualidad a ostias fuera un delito homófobo. Tal vez por ello recuperaré por aquí algo que ya comenté en una reseña de un libro, La muerte no tiene color, en Las notas de los cíclopes libreros. Me parece interesante el conocimiento mejor de la Historia reciente, en este caso en la Transición, para conocernos mejor hoy día como sociedad. Y es que aunque el cine del destape o los humoristas de entonces parecen dulcificar desde el humor cómo estaba tratada la homosexualidad en España, había una realidad legal dura para los y las homosexuales. 

Pensemos que la homosexualidad no dejó de ser un delito con la muerte del general  Franco en noviembre de 1975, tampoco lo dejó de ser con las reformas políticas de 1976, ni con las de 1977. Precisamente parte de las protestas de la asociación de presos en lucha COPEL, fundamentalmente dirigida por anarcosindicalistas de la CNT, era en torno a la despenalización de la homosexualidad y una amnistía para presos comunes; no era su única reivindicación, pero despenalizar la homosexualidad estaba en una de sus bases, incluido cuando se amotinaron y se cortaron las venas. A Adolfo Suárez le pusieron contra la cuerdas en los telediarios y el PSOE aprovechó para echar leña al incendio poniendo una proposición de derogación de la prohibición en 1978, pero no hicieron nada ni con la Constitución aprobada a comienzos de diciembre de 1978. A las protestas de COPEL se sumó una manifestación homosexual por Madrid y al final, el 26 de diciembre de 1978, Suárez tuvo que despenalizar la homosexualidad y fue en los comienzos de enero de 1979, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado, que quedó, así, despenalizada la homosexualidad en España. La iniciativa primera partía de la cooperativa de presos COPEL, liderada por el anarcosindicalismo. Sin embargo, en junio de aquel 1979, en País Vasco un policía mató a un homosexual travesti en Rentería, en una discoteca, y al votar el ayuntamiento en su condena la policía nacional entró soltando pelotas de goma contra los concejales. Se puede rastrear en prensa, por ejemplo en El País de esos días, y en fotografías en el Archivo General de la Administración.

COPEL tenía más reivindicaciones, es recomendable la película documental COPEL: una historia de rebeldía y dignidad (Héctor Flores, 2017), y la película Modelo 77 (Alberto Rodríguez, 2022).