sábado, noviembre 09, 2024

NOTICIA 2355ª DESDE EL BAR: ALCINE 53

Un año más ya está aquí el festival de cine de Alcalá de Henares, Alcine, en su edición 53, con permiso de aquella que sí realizaron pero que la organización decidió que aunque se realizó se comían la numeración, la del año de la Covid, 2020, que sí, que esta sería la 54ª edición, pero en fin, que eso, que la llaman 53. Y ahí estoy yo un año más de jurado de público desde el año 2000, porque aunque durante mucho tiempo se me quedó en la cabeza que en el año 2003 por la fase terminal de mi padre tuve acreditación pero que no había ejercido, lo cierto es que releyendo mis diarios personales estos días me redescubro, y sí llegué a ejercer en algún momento de aquel año, así que desde 2000 a 2024 ininterrumpida y fielmente me presento y ejerzo como jurado del público y asisto a todas las proyecciones de la sección que elijo, para ser justo, salvo alguna excepción de algún año por causas. Pero también voy como público normal y corriente y eso se remonta ya a la década de 1990, y luego los recuerdos de niño en los 1980 con mi padre en algún momento hablándonos algún comentario puntual del festival por algún cartel en la calle. La cosa es que el festival de este 2024 ha empezado con un concierto y una proyección de cortos educativos para jóvenes el jueves 7 de noviembre, pero la cruda realidad, pese a estos alardes impresos en los programas, es que su inauguración e inicio fuerte de verdad fue ayer viernes 8.

La cosa es que aunque este año, a diferencia del anterior, la organización ha mejorado muy notablemente en su relación con el jurado del público en el tema acreditaciones e información, así como también en que se han dado cuenta que tienen un problema en los votos desde que en 2020 se cambiaron a las nuevas tecnologías (era mejor en papel y urna presente), cosa que llevo señalando e indicando donde encuentro los problemas cada edición desde entonces (este año los doy por comentados en anteriores ediciones, porque no cambia mucho), algo ha ocurrido de nuevo. Desde 2020 no sé qué les pasa que esto parece un festival por ensayo y error, en lugar de algo que lleva cincuenta y cuatro años haciéndose. 

Para empezar, como loa y cerrando lo que comentaba antes, diré que se han dado cuenta de que tienen un problema con los votos primero porque ya el año pasado sabían que mucha gente que cogió la acreditación para ser jurado del público no había votado por la única vía que podían, Internet, cosa que no pasaba en esa enorme medida cuando había urnas en papel y al salir de las salas. 

Segundo porque este año en sus normas para inscribirse ya te piden que tengas el detalle de votar el día de la proyección después de la proyección, o sea: habiendo visto la película. Evidentemente si estas en sala ves el metraje y luego votas en urna, si tu voto es por Internet votas cuando quieres (porque no lo tienen controlado, aunque esto se podría controlar, aunque eso es lo menos grave, el cuando), y votas desde donde quieres, puedes haber estado en sala o estar en tu cuarto de baño defecando, lo que implica que a lo mejor ni has visto los metrajes que votas o que ni has ido a la proyección. 

Tercero tenemos el asunto de que la aplicación te permite cambiar tu voto, y eso ya es un coladero de todas las casuísticas posibles ante esta opción de cambio de voto, de todas, no se puede pasar por alto ninguna, desde una bienintencionada de que lo has pensado mejor en comparación a otros metrajes, como a otras malintencionadas donde alguien saque réditos de algún tipo. 

Cuarto, y esto al menos la organización sí desea controlarlo, si eres jurado del público que sea porque vas si no a todo lo que proyectan (cosa imposible), o no a todo lo de las secciones que eliges (cosa que es posible, yo lo hago), al menos vayas a más de una o dos proyecciones, por lo que te piden este año que vayas y votes al menos a cuatro proyecciones, pues de no ser así el año que viene se reservan el derecho de volver a darte la acreditación de jurado de público. Esto último creo que está bien. Si te comprometes te comprometes. Por supuesto siempre hay maneras de hacer trampas al solitario, ¿o es que nadie conoce a nadie que haya dejado su bonubús, abono transporte o bonometro a otra persona a pesar de ser intransferibles? Pero bueno, si creemos en la honradez de la gente dejando la sospecha en porcentajes mínimos, porque lo impoluto puro no existe. Eso sí, la única lucecita roja de advertencia que se me enciende con esto es que en ese caso tu voto no es tan secreto, porque si pueden saber quien ha votado y cuantas veces ya están sabiendo un dato personal mío, y, en vista de cómo es la aplicación, ¿cómo sabemos si no saben también qué he votado? En todo caso, sabiendo si he votado y cuantas veces, por tanto imagino que en qué secciones, sepan o no qué he votado, saben mis datos personales sobre el ejercicio de mi calidad de jurado de público. Me da qué pensar. Bueno, son debates al aire, no sólo por Alcine, sino en general sobre las derivas de la sociedad en el siglo XXI.

Por otro lado, salvo un despiste y algo de falta de agilidad a la  hora de imprimir entradas en la taquilla del Teatro Salón Cervantes, aunque la taquillera de allí este año no era la de siempre, sí lo era en el Corral de Comedias, las cosas se han mejorado en esto también respecto a 2023, aunque, otra vez un aunque, con un "pero". Pero se ha vuelto a repetir que al menos la taquillera del Teatro Salón Cervantes se encontraba como desinformada de la propia programación de las entradas que le pedían. Dándose el caso que te pedía que no le dijeras secciones ni proyecciones, sino días, porque así anotaba no sé qué en qué lista y lo encontraba todo mejor. Por otro lado, faltó información a los que deseaban ir al acto de inauguración, pues mucha gente en la cola de espera de la taquilla estaba allí creyendo que debían comprar entrada, cuando aquello era gratis hasta completar aforo. Esto provocó una aglomeración y atasco indeseado que alimentó también personas que en ese primer día y justo antes de unas proyecciones decidieron la brillante idea de ir a sacar todas las entradas de todos los días no sólo de Alcine 53, sino también de otros espectáculos de noviembre y hasta de diciembre... No digo que no lo hagan, pero sí que tengan un poco más de cabeza y civismo, que lo hagan en un momento menos delicado que el de justo una proyección en la que habrá mucha gente que sólo quiere sacar su entrada para esa proyección que está a punto de empezar. Claro que esto es algo que la propia organización podría atajar, lo de poner orden, en vista de cómo actúa la gente. 

Claro que se proyectaba en la inauguración un homenaje a Carlos Saura, Deprisa, deprisa (1981), y sospecho que la gran mayoría no quería ir a ver la gala, sino esta película gratis si veías la gala. El caramelito para que no se  quede la sala vacía de cariño al festival. Pero es que hay galas que... y un no saber, claro... entre unas cosas y otras, de cine o de literatura, alguna gala he ido yo... y si digo la verdad, hace tiempo que me escabullo para no ir si me dicen algo, no es que ya no vaya a ir a ninguna, pero prefiero ver si el plano del autobús me va bien. Lo de cara y cruz  se debería quedar para los juegos de barrio. Aunque hubiera estado bien ver la película restaurada en pantalla grande, lo cierto es que yo la tengo en mi videoteca en DVD, por una parte; por otra parte, la vi hace relativamente poco; por otra parte más, coincidía con bloques de la sección de cortometrajes europeos, que es una de las secciones a las que voy fijo de jurado, la otra es Pantalla Abierta, luego ya lo que caiga; y por otra parte última, es un ambiente el de la película muy de barrio y últimamente, aunque le tengo cariño al barrio, me apetece ver en pantalla algo más de lo que ya veo en mi calle y, si me apuras, en mi casa. Eso sí, siempre merece la pena, el barrio y la película y sus gentes. Sin embargo, si el debate con el que se encontró Saura en 1981 se diera en 2024, creo que, con mi experiencia persona en mi vida y lo que le veo en su película, podría participar y no sé si dar más vertientes a años vistos de aquel 1981 y sus polémicas.

Pues volviendo, ahora sí, al tema de que algo ha vuelto a ocurrir, me refiero a cuestiones del programa. Tenemos por un lado algo básico, sin gran importancia, como es que los cortometrajes de algunas secciones aparecen desordenados en los programas de Internet respecto a algunos impresos en papel y respecto al orden real como se han proyectado en sala. Están en su sección concreta, pero no en el orden anunciado. No importa, es algo menor, porque si vas al bloque tal de la sección tal, ese bloque va a ser proyectado como te han dicho, sólo que a lo mejor sus cortos no están en el orden que viste. Pasó por ejemplo en el primer bloque de los cortometrajes europeos.

Por otro lado la organización le ha dado este año por hacer alteraciones a la programación respecto a como se viene dando con cambios menores en otros años... pero es que desde 2020 todo viene siendo así en Alcine, pase y juegue, a ver qué le toca, ¡tómbola, tómbola!, gira la ruleta.

Una novedad en esa programación que pilla un poco a la sorpresa es que el día de la inauguración no se limitaron a proyectar un par de bloques en inglés para los escolares, como había ocurrido por las mañanas de otros años, y luego un bloque de competición y una película de exhibición de manera simultánea o tras la gala inaugural. Este año, conciertos y demás eventos relacionados aparte, les dio por proyectar durante toda la tarde y noche los tres primeros bloques de competición de cortometrajes europeos. Algo inédito y a más de uno le pillaría de sorpresa, al menos el primer bloque. Ahí, tiro a bocajarro. Para tu cara. Todo para que al día siguiente, hoy sábado, sólo proyecten un bloque de esa sección... y luego el domingo los otros dos últimos, siendo que es más fácil que una persona tenga que madrugar para trabajar el lunes que el domingo; por lo que, una vez que se ha metido tres bloques en viernes (raro, pero es lo que ha ocurrido), pon dos en sábado y uno temprano en domingo... O bien pon dos, dos y dos cada día... como otras veces. Claro que peor lo llevan los que opten por los nacionales, tres bloques en sábado y tres en domingo, maratón.

Claro que en la sección europea también habría que señalar un presentador de los dos primeros bloques que no termina de hablar nunca, prolongando aquello mucho y dejando luego sin espacio de descanso entre bloques luego a los espectadores, aunque es peor que además prácticamente te contaba el argumento y te dejaba intuir hasta los finales de cada cortometrajes, a pesar de que su intención era querer guiarnos en el sentido del porqué de los bloques. Y señalar también a una presentadora del tercer bloque que, por juventud pero también por desinformación, porque si trabajas con lo audiovisual deberías saberlo, reconoció ella misma su total desconocimiento de lo que era una televisión de tubo, a pesar de que presentaba todo un bloque enfocado a eso mismo. Pero lo malo no fue eso, que lo dijo a modo de humorista, lo que le quita hierro, parecía más un monólogo de humor que una presentadora del bloque de cortos. Lo peor para mí fue que, aún con sentido del humor que hizo reír a más de una persona, pretendía orientarte tu predisposición hacia los cortometrajes como lo mejor de lo mejor y te los explicaba antes de verlos como si tú no tuvieras conocimientos ni criterios ningunos... En fin, que también se prolongó y se fue porque le dieron las luces, poco menos. Pero de los cortometrajes europeos ya hablaré, como otros años, cuando los haya visto todos. 

Me sorprende, eso sí, y no de manera agradable, que la organización se haya volcado en poner las proyecciones de secciones pensadas para niños en el último fin de semana y en el Teatro Salón Cervantes, quizá como contestación a una queja del año pasado de una espectadora que escribió en prensa local porque se hacían en Gilitos. Ahora en Gilitos este año van los largometrajes de sesión continua, que es lo que estaba en el teatro, y en el teatro va lo de los niños. Pero esto es un festival de cine, no es un festival de guardería. A ver, que está fenomenal que haya proyecciones para niños, porque es parte de este festival, pero es que parece que en Alcalá, sea el acto cultural que sea, siempre hay madres y padres que escriben en prensa para quejar en un tópico "los niños, ay, los niños, no pensáis en los niños", y de inmediato se les hace caso y de repente al año siguiente los niños al centro y los adultos como si se meten debajo de una escalera. A ver, hay que encontrar un equilibrio. Y hay que recordar una cosa, debe haber espacios dedicados a niños y espacios de adultos, y Alcine es un espacio de cine que está orientado a adultos, que lleva cincuenta y cuatro años orientado a cine adulto, que en los últimos años ha querido hacer un hueco para que los niños también estén ahí. No hagamos aquello de "de fuera vendrán que de tu casa te echarán" (por cierto que pienso en esto últimamente con relativa frecuencia). Defiendo que haya proyecciones para niños, pero quizá las fechas y horarios en los que se han programado no son los indicados. No digo que no los pongan en el Teatro Salón Cervantes, digo esto otro, que quizá las fechas no eran las que debían. Del mismo modo que hay otra cosa clara: le toque al que le toque en Alcine ir a Gilitos, no gusta. Quizá Gilitos, en Alcine, no debería estar, porque está alejado del resto del festival o por la razón que sea, quizá Alcine debe replantearse sus escenarios. Y eso que la sección de niños tiene cosas en Gilitos este año hoy sábado. Quizá Gilitos no debería ser lugar de proyección, pero pueda colaborar con Alcine en otros aspectos, como lugar de talleres, conferencias o exposiciones que ya se hacen, tal vez conciertos de algún tipo.

Otra cosa que me choca en la programación es encontrar que el concierto de clausura de la Orquesta Ciudad Alcalá, sinfónica, no aparece en el domingo 17 por la mañana del Teatro Salón Cervantes. En su lugar aparece un concierto para niños (los niños, los niños, ay los niños, no pensáis en los niños) que pudiera ser interesante también para adultos, aunque intuyo que el ambiente va a ser interactivo para niños. Una banda interpretará en directo música de cortometrajes de humor mudos de comienzos del siglo XX de Charles Bowers, que además tiene una exposición gratuita de sus carteles en la Sala de Exposiciones del Antiguo Hospital de Santa María la Rica. 

Lo cierto es que, después de muchos años con ese concierto sinfónico de clausura, algo ya tradicional y costumbre, no viene anunciado en ningún día ni horario del programa oficial de Alcine. Sin embargo, si uno coge la programación cultural del ayuntamiento Alcalá de Henares de noviembre, fuera de las actividades de Alcine, sí viene anunciado el concierto, pero no en el Teatro Salón Cervantes, ni tampoco en la fecha de clausura. Viene para mañana domingo 10 en el Auditorio Paco de Lucía. Interpretarán temas de John Williams y otros. En fin, carambola, ¡tómbola, tómbola! Hagan juego. Tal vez el programa les sonría o tal vez no. Eso no lo sabrán si no vienen a jugar. ¡Gira la ruleta! ¡Tómbola, tómbola!

Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, noviembre 04, 2024

NOTICIA 2354ª DESDE EL BAR: LLUVIA FUERTE

El pasado 23 de octubre el periódico La Vanguardia publicaba un reportaje sobre un estudio sociológico que supuestamente rompe la idea de dos trincheras antagónicas irreconciliables respecto a la crisis climática, en opinión de Antonio Cerrillo, el periodista que lo escribió e interpretó los datos para escribir la noticia. Se llamaba "La percepción de la crisis climática identifica ocho grupos sociales en España". Realizaba el estudio un centro llamado Legados. Según sus conclusiones, los más concienciados con el cambio climático serían los que llamaban "progresistas críticos", a los que reconocía como personas de una izquierda crítica que no se adscribe exactamente a un partido y que se muestra solidaria, partiendo de la idea de no ser fatalistas y sí partidarios de que quedan cosas por hacer. Los siguientes más concienciados serian los "tradicionales implicados", cuya preocupación por el cambio climático sería por sus efectos en la economía, la salud y las generaciones futuras. Les seguirían los "progresistas acomodados", que confían toda solución a que actúen las instituciones, como si por ellas solas y sus decisiones cayera la única responsabilidad. Les seguiría la "izquierda desencantada", dispuestos a cambiar sus propios hábitos y a adquirir actitudes propias para alcanzar soluciones. Luego irían los "moderados optimistas", que sólo contemplan las medidas contra el cambio climático si se apoya a los agricultores y ganaderos e sentido económico. Luego el estudio habla de los "libertarios descontentos", posiblemente confundiendo el término libertario con justamente todo lo contrario a lo que este término representa, pero que, según el estudio, dice que anteponen a las acciones contra el cambio climático todas las que estén destinadas a la economía, la sociedad y la política. Aparecen ahora los "apolíticos desconectados", que según este estudio, creerían que el cambio climático no les afectará en exceso ni a ellos ni a sus hijos. Y por último, con un muy notable desapego a los problemas ambientales estarían los "patriotas rebeldes", que priorizan sólo los problemas políticos y económicos, y en todo caso en cuanto a ecología sólo les preocupa si el asunto a tratar se refiere a proteger el patrimonio natural de España y los intereses de España. Tengo la ligera impresión que este estudio y sus peculiares denominadores de los grupos sociales políticos de España posiblemente recibiría notables y abundantes críticas y "peros" si se confrontara con las percepciones de sociólogos, politólogos e historiadores que, de entrada, les choque las definiciones de los grupos tal como se presentan al menos en el artículo periodístico.

Tras el fortísimo temporal del pasado 29 de octubre que ha inundado y arrasado un amplio territorio de la Comunidad Autónoma de Valencia, que se cobrado de momento 217 muertos reconocidos oficialmente (a fecha de 4 de noviembre), más de un millar de desaparecidos, municipios destruidos, puentes derribados, carreteras inutilizadas, negocios y viviendas destrozados, etcétera, los medios de comunicación han puesto el acento fuerte en algo que lleva años diciéndose, todo esto es efecto del cambio climático, cuyos efectos en el Mediterráneo, y en nuestro caso en la Península Ibérica, se irán haciendo cada vez más virulentos. No parece que la gran nevada del centro peninsular, especialmente en la Comunidad de Madrid, de 2021, hubiera ayudado a levantar ya todas las alarmas de su significado, ni tampoco las siete olas de calor seguidas con temperaturas extremas en el verano de 2023. Pero ha sido vivirse la tragedia de una manera tan cruda, casi de película de desastres de Hollywood, y ahora numerosa gente habla ya de construcciones de barrios y urbanización salvaje en lugares que no se debían haber urbanizado, o bien de ese cambo climático mismo y lo que se puede hacer por él y no se hace. Claro que, con una visión menos a nuestro ombligo y más abierta al mundo (al cual pertenecemos), todo esto ya lo hubiera visto mucha gente a través de los incendios de Grecia, Portugal, California, Australia o Canadá, los huracanes salvajes y fuera de temporada del Caribe o aquellos que llegaron a New York, la espectacular sequía que vivió La India, y otros fenómenos extremos de los últimos años, incluido el imparable deshielo de los casquetes polares, que en buena parte originan estos fenómenos.

Los fenómenos ambientales extremos parece que es lo que se va a ir potenciando si no logramos frenar el cambio climático, es algo que ya está aquí, aunque también es cierto que las medidas humanas para tener recursos con los cuales enfrentarlos también son importantes. Pensemos por ejemplo que tanto El Salto como El Diario informaron que uno de los factores de los problemas en la gestión de las inundaciones del temporal valenciano estuvo en que una exconsejera de Vox, nombrada por el presidente Mazón, del Partido Popular, había desmantelado en su día la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE). La movilización de la población civil desde el primer momento y su posterior coordinación y organización ha sido vital para, dentro de lo malo, intentar poner soluciones o empezar a hacer algo. Esta organización social no es contraria ni está reñida con los medios que el Estado pueda aportar. Son perfectamente complementarios, en muchos casos y lugares posiblemente hasta de necesaria convivencia. La polémica que han generado algunos periodistas y políticos en torno a este asunto ha calado en una parte de la sociedad en el sentido de generar más antagonismo en dos formas de ver España, y no necesariamente alineada a uno u otro lado político, es algo más permeable entre ambos lados. Es una polémica alimentada e inventada. Me recuerda a la que yo mismo viví en carne propia cuando en 2002 fui a limpiar chapapote en Galicia. También entonces se nos acusó de cosas que ni por asomo eran reales, y se dijeron muchas falsedades, incluido en el Parlamento, que, esto también lo viví, en las Navidades de aquel año hicieron que algunas personas nos acusaran de esas cosas sin atender a razones de que les dijeras que eso no era real. Posible razón de esto: si no controlas la realidad y no la conoces, inventa el sentido de esta hasta que convenzas a la mayoría de que tu realidad ofrecida es la única posible. Una fatalidad, pero no es un invento precisamente nuevo. 

Sea como sea, las casas construidas y los barrios construidos en lugares que no se deben implican planes urbanísticos aprobados por políticos electos por los ciudadanos y constructoras dispuestas. Pero en el cambio climático también están todas esas personas que, advertidas de que hay que disminuir las emisiones contaminantes y el gasto eléctrico también las genera, siguen apostando por innumerables aires acondicionados, por poner un ejemplo, porque optan por comprar casas construidas de tal modo que el constructor ya sabe que la casa necesitará de aires acondicionados, del mismo modo que un país del que se dice que cada vez tendrá más sequías, permite que cada vez se construyan más urbanizaciones y casas con piscinas propias. Hay otras personas más apropiadas e indicadas que yo para hablar más y mejor y más informadamente de todas estas cosas. Sirva estos apuntes sólo para que quien lea se interese por informarse por las mejores vías que estime o al menos para que con espíritu crítico comience a informarse de qué cosas hacer para contribuir a mejorar la lucha contra el cambio climático, y se puede hacer bastante más allá de un reciclaje correcto de las basuras que generamos.

Las acciones a realizar a veces son tan insospechadas como aparentemente pequeñas. Desde 2023 se han sucedido a veces noticias sobre estudios que determinan que el envío de correos electrónicos contamina, generando emisiones de CO2 a la atmósfera. Se debe a la necesidad de centros de datos y almacenamiento de los mismos para su emisión, así como la necesidad evidente de computadoras, teléfonos móviles u otros dispositivos que necesitan de consumo eléctrico aunque sea para recargar baterías. En ese sentido hemos de pensar que cualquier archivo que tengamos subido en Internet, no sólo correos electrónicos, también estados, fotografías, vídeos o audios en redes sociales y otros lugares cibernéticos deben estar contaminando igualmente por las mismas razones. Aparte de que los centros de datos necesitan también de grandes cantidades de agua para evitar un sobrecalentamiento peligroso. Son cosas sobre las que reflexionar y que tal vez según avance el siglo XXI termine siendo un debate más recurrente, dado también lo oportuno o inoportuno de la conservación a largo plazo de muchos de los datos almacenados en redes sociales (fotos, vídeos, textos, MeMes...) en vista de su potencialidad para contaminar. Claro que esto requiere de un debate largo y extenso, tanto por la libertad de expresión, los derechos de autoría, los de intimidad, o que ellos mismos en sí son un testimonio para seguir la pista a la sociología o los acontecimientos actuales y análisis de la Historia actual. El tema es complejo, pero la reflexión se ha de hacer, pues el componente contaminante también existe. Ya en 2019 National Geographic publicó un reportaje sobre cuánto contaminaba Internet.

En esta bitácora he hablado muchas veces del cambio climático. La tragedia actual, está ligada a él. La tragedia ocurrida es innegable. Quepa ahora la solidaridad en la solución, pero también, ojalá, una mayor concienciación y acción individual de todos nosotros en los temas de la lucha contra el cambio climático. Tras el aluvión de ayuda de todo género a los lugares y personas afectadas, ahora toca el momento también de la ayuda económica ante la ruina de municipios y personas. Personalmente ya he recibido un ofrecimiento para que participe como poeta de un acto solidario en un bar de Alcalá de Henares con finalidad de recaudar dinero o ayuda varia para las víctimas. He dicho que sí, pero entre que se organiza y se asienta el cartel de quienes participen, sólo lo dejo dicho por aquí como aquello que ahora se va a necesitar. Los que han muerto, o los que han sido víctimas físicas no letales, o psicológicas, se llevan lo peor, pero también se llevan lo peor los que han perdido sus casas con todas sus pertenencias, vehículos de los que dependan para trabajar y trabajos. Van a necesitar ayuda económica o lo que esta les pueda proporcionar. Saludos y que la cerveza os acompañe.