lunes, abril 26, 2021

NOTICIA 2047ª DESDE EL BAR: SENTIDO DEL HUMOR, O CÓMO PERDÍ UN SEGUIDOR

Hace un par de horas vi un anuncio de televisión en La Sexta sobre su programación para esta noche. Hay un programa de debate político que esta semana lo van a dedicar a las elecciones anticipadas de la Comunidad de Madrid, de las cuales hasta ahora me he abstenido de comentar tanto por esta bitácora como por redes. Me he abstenido de comentarlas, en contra de los análisis que normalmente hago, porque me parece que estas elecciones anticipadas tienen más de interés particular de los políticos que de servicio al ciudadano. Alcanzar el poder es legítimo en democracia con los medios democráticos, pero una vez que se alcanza debe ser para intentar hacer lo más útil a la sociedad, lo que se cree más útil, dentro de las normas establecidas, pero llevamos unos años que parece que el objetivo es alcanzar el poder para jugar con la oposición a aquel juego infantil de mis años mozos llamado "el rey de la montaña", consistente en tratar de mantener únicamente tú en lo más alto de una pequeña altura o bien tratar de quitar al que está ahí para tratar de estar tú y mantenerte. Ese "rey de la montaña" lo único que hacía era pelear por estar en lo más alto, y los oponentes solo forcejeaban para estar ellos, la montaña, dicho está, estaba desgobernada aún pareciendo que tenía gobierno. 

Esa descripción del juego infantil es simplista para todo lo que se vive desde hace años, pero de manera rasa sirve para hacer una visión metafórica. 

Quizá hubiera hecho el análisis a posterior de los resultados electorales, o quizá simplemente hubiera sido mencionado en alguno de los análisis de la actualidad cuando tocase hacerlo, vaya usted a saber cuándo creyera yo.

Entre medias se ha colado todo ese asunto de las balas metidas en cartas y enviadas al Ministro de Justicia (Marlaska, del PSOE), a la directora de la guardia civil (puesta en el cargo por el actual gobierno) y a Pablo Iglesias (ex-vicepresidente de gobierno y actual candidato a la presidencia de Madrid por Unidas Podemos), así como la navaja con presunta sangre (pudiera ser pintura, se está investigando) enviada a la Ministra de Industria (Maroto, del PSOE), este último envío parece ser que es obra de un esquizofrénico recién descubierto por la policía hace una hora. Y en medio de todo esto, tenemos a Vox sin condena explícita a esos envíos, si no con una condena general a la violencia, como hicieran determinados partidos vascos en el pasado que terminaron ilegalizados por la Ley de Partidos contra el terrorismo, a un Unidas Podemos, PSOE y Más Madrid abandonando un debate electoral por eso mismo, a un Ciudadanos que condena el envío y las amenazas pero a la vez se abre a la ultraderecha sin cerrar la puerta a Vox de manera clara, y a un PP que en Madrid sigue predispuesto a Vox, mientras que en su dirección estatal preferirían abrir más distancia tras esto y sobre todo tras aquella intervención de Casado el año pasado en la moción de investidura fracasada del mismo Vox. 

Todo esto ha hecho que en la segunda semana electoral, la última antes de ir a votar, pareciera que ya no hubiera programas que presentar ni que debatir, que todo se resume en un plebiscito a elegir entre fascismo o democracia, tal como se presentan los términos en los medios de comunicación y en las intervenciones de los políticos. No es que la izquierda haya sacado esto de fascismo o democracia de la manga, a pesar de los graves hechos que acabo de escribir, lo cierto es que el PP de Madrid, con Ayuso de líder, había presentado las elecciones como socialismo o libertad, en un principio, pero al presentarse Iglesias a Madrid, lo cambió por comunismo o libertad, en un guiño total a Vox, equiparando al actual gobierno con una dictadura, pero sin decirlo directamente. Es un falso dilema, es una falacia y es demagogia, pero es con lo que se presenta. Así que parece que las elecciones, que deberían darnos a elegir un gobierno para salir del paso de esta encrucijada los próximos dos años, pues no puede sobrepasar la fecha de 2023, se ha transformado en un falso plebiscito a elegir entre democracia y dictadura, elija usted si esta es fascista o es comunista. 

Lo cierto es que ya me había parecido humorística la propaganda electoral. La de Ciudadanos parece imitar los mensajes de Twitter en forma y contenido. Explica poco y lo poco que explica son generalidades que todos querríamos, el problema es cómo lo queremos conseguir, que es lo que diferencia la derecha y la izquierda. Unidas Podemos remite al espíritu del 15M, pero mete ese mensaje de frenar a la ultraderecha, dice algunas cosas que quiere lograr, pero breve. Más Madrid se explica más en lo que quiere, aunque menciona algunas cosas que no son competencia del gobierno autonómico, sino del central más bien y de los pactos entre sindicatos y patronal. La propaganda del PSOE parece sacada también de mensajes de Twitter, pero deja el sabor de boca del nulo papel jugado por Gabilondo en la oposición, se hace poco creíble que tenga tantas ganas ahora de todo lo que dice. Vox explica lo que siempre dice en el Parlamento, pero si le das la vuelta al papel te encuentras un cartel que tiene ciertas similitudes (literalmente) con un muy determinado y conocido cartel de la Alemania nazi, y no es broma, pero ese guiño creo que solo lo verán los que más cultura visual del siglo XX tengan en sus mentes. Y la propaganda del PP... pues me parece una broma. No explica nada, simplemente es la palabra "libertad", nada más escrito, como si esto fuera una dictadura, y no lo es. Repugnante que jueguen a estos juegos, porque en el fondo las elecciones no va de ellos, va de toda la sociedad y de las vidas particulares de todo el mundo.

La cosa es que no iba a escribir de nada de todo esto, como decía, pero vi aquel anuncio de televisión que he dicho, y en la red social de Facebook, en las publicaciones reservadas a los que me tienen adjuntado, escribí el siguiente texto:

"Me hace gracia que en la Sexta esta noche vayan a hablar de cómo se está degenerando la democracia con todo esto de las balas y la extrema derecha y anuncien entre los invitados a Arsuaga... que no digo yo que este arqueólogo experto en neanderthales no tenga algo que decir o que opinar sobre el panorama político actual, como cualquier otro ciudadano, pero, hombre, un poquito de sentido del humor sí hay cuando le han invitado, ¿no?"

 Al momento, en uno o dos minutos, el número de seguidores bajó en una persona. Me llamó la atención. A fin de cuentas yo no soy programador de La Sexta, ni trabajo en ese programa. No elijo a sus invitados, ni redacto sus líneas editoriales. En ese estado tampoco decía A o B sobre tal o cual opción política desde mi punto de vista. Ni siquiera escribía yo sobre lo que yo mismo opino acerca de los acontecimientos de las balas en las cartas. Simplemente me hacía eco de que me llamó la atención que en un programa de debate político se haya invitado a Arsuaga a hablar, el cual es arqueólogo de neandertales en Atapuerca, y que esta semana se habla de eso, de las balas y la extrema derecha y todo esto de las elecciones de Madrid. Me llamó la atención y me hizo gracia porque los programadores no son gente inocente que eligen invitados al azar, por lo que me pareció que le habían echado humor, independientemente de lo que yo piense al respecto. 

Pensé que puede que la baja fuera una casualidad justo en ese momento, ni siquiera sé quien ha decidido irse, pero también puede que no sea una casualidad. Si no fuera una casualidad, ¿a qué nivel estamos llegando que tampoco se puede tener sentido del humor?

Ahí está el problema.

jueves, abril 22, 2021

NOTICIA 2046ª DESDE EL BAR: 42, LA ENTREVISTA

Procedo a contestar personalmente una breve entrevista que yo mismo he confeccionado con preguntas de entrevistas históricas.


 Estábamos sentados uno al lado del otro, frente a la mesa, la ventana y la vista. [En silencio desde que entró Einstein al salón] (Bernard Cohen, entrevista a Albert Einstein para Scientific American Magazine, 1955).

 Bueno, alguien debe romper el silencio. Ha sido un año de muchos silencios. Puedo imaginar ahora mismo todas esas casas llenas de personas que han pasado solas el confinamiento de 2020, así, como nosotros, solos en su salón, sentados con una manta sobre las piernas y mirando por la ventana. Esperando el paso del tiempo como una de las llamadas acciones heroicas del siglo XXI. Piénsalo. Antes lo heroico podía ser plantarte con trescientas personas en las Termopilas ante una muerte segura pero necesaria si querías salvar a los tuyos y a montones de desconocidos que son parte del mundo que conoces. Ahora lo heroico ha sido enfrentarnos a la soledad, porque por mucha comunicación a través de teléfonos e Internet, ha habido mucha soledad. La soledad incluso para los que ya estaban solos. Cuántos tienen soledad incluso sin pandemia. Allí en su salón, en su salón porque tampoco tienen medios para hacer nada más y parece que la vida social de nuestros tiempos se ciñe a tener medios y quien no tiene medios, no tiene vida social o la tiene muy limitada. Tener vida social parece que implica poder tener determinados recursos en tu teléfono, como si tener teléfono fuera una extensión humana, ver gregariamente determinadas series de televisión  o hablar de unas mismas cosas desde un mismo punto de vista, ahondar en lo vano, huir y mirar mal a lo humano, a lo que realmente afecta al humano, porque al final somos humanos y no me cabe duda que tarde o temprano, en nuestros tiempos creo que para muchos será tarde, se darán cuenta de que no hay nada humano a lo que puedan escaparse, no pueden huir de lo humano. Lo que hoy creen algo estable, mañana se caerá como todos los castillos de arena de todos los que nos precedieron. No hay persona humana que no se haya sentado como tú y yo ahora a enfrentar su soledad, el problema es la ceguera sobre la soledad del otro, la sordera, el no querer saber. "Solo le pido a Dios que la guerra no me haga indiferente", cantaba Ana Belén, y de eso va la vida, de una guerra íntima y social que solo se gana si somos capaces de comprender y acoger al otro. Hay tantos problemas físicos sin respuesta, dijo Einstein ante un silencio así, pero al final lo particular forma el todo y tenemos que darnos cuenta de eso, eso lo aporto yo. Jim Morrison apuntaba también que la sociedad actual permite las grandes masas de gente porque los que tienen los poderes fácticos, que son los que tienen intereses económicos muy agresivos, les interesa que así sea siempre que esas masas desarrollen un comportamiento social de masa interesado en entretenimientos. Estando muchos juntos y muy bien comunicados, en realidad están solos. El problema viene cuando alguien en esa masa empieza a comunicar de verdad, profundamente, sin gregarismo, y hay quien empieza a hacer lo mismo. Entonces esa masa, que a lo mejor solo son veinte personas, ya son subversivos a eliminar o a demonizar. En el fondo está la cuestión de que la sociedad actual desde la segunda mitad del siglo XX ha desarrollado sus mecanismos de hacernos seres solitarios en cuanto a lo que realmente nos afecta, pero a la vez creernos grupo, creernos sociedad común porque somos capaces de aplaudir a un equipo de fútbol o de hablar de la serie de televisión de moda. Pero todos despertamos. Hace poco en el autobús escuché a una mujer sudamericana sentada a mi lado que decía por teléfono a alguien que: se llaman familia, pero que en la vida de todas las personas ocurre un momento en el que tú tienes que estar, tienes que estar, y si no estás es como quien tiene una momia en sus antepasados.

 ¿Cómo estás? ¿Cuál es tu trabajo? (Monty Lister, primera entrevista radiofónica a The Beatles, pregunta a George Harrison para Sunday Spin, de Radio Clatterbridge, 1962).

Estoy. Ayer, 21 de abril, cumplí 42 años, junto a Reina, siempre fiel esta buena gata. Como cada día despertamos juntos. Ella se tumba en mi cama al lado de mi pecho, a veces pone la cabeza en la almohada. Rara vez cambia de lugar para dormir. Todos los cumpleaños, ya sea el mío o el suyo, nos hacemos una foto. El mismo día la reina de Inglaterra, Isabel II, cumplía 95 años. Hace una semana se le murió su marido con 99 años y el funeral fue el lunes o el domingo. El día de su cumpleaños la prensa anunciaba la muerte de una de sus amigas más queridas. Los periódicos españoles hablaban de que los círculos íntimos de la reina decían que estaba muy baja de ánimo porque no solo era que se muriera su marido y su amiga cuando cumplía 95 años, es que además la prensa británica dieron reportajes sobre la muerte de su esposo como la muerte de una época, como si ella misma ya hubiera muerto y fuera pasado. Luego, aquellas fotos, sentada sola en la iglesia durante el funeral. Ahí está la soledad y la masa. El negocio de las noticias, también. Estoy, estamos. Por lo demás, trabajo de archivero, lo que se puede, un contrato corto. Más o menos ahora mismo doy segunda sepultura a los ya sepultos. Se podría decir que soy de ese grupo de gente que podría decir que la Covid-19 me ha dado trabajo, o al menos eso sospecho, pero no puedo decir nada más. Escribo, escribo mucho. Poemas, relatos, una novela ahora un poco atascada, reparto prensa a los suscriptores de El Salto en Alcalá de Henares, y trato de estar. Bebo. Juego al billar. Hago visitas inoportunas, poco más. Algunos dueños de bar me reconocen en sus días libres por ahí, a veces me invitan... Echo de menos a algunos amigos que con esto de la Covid-19 han decidido no salir prácticamente de casa y nos hemos visto muy puntualmente este año y pico. He redescubierto y reinventado amistades, hecho conocidos. Soy una cara conocida en la ciudad y últimamente se me acerca mucha gente joven que me trata como a un igual, pero a sabiendas de que soy una especie de veterano, y eso está bien, aprendo mucho y me divierto mucho. No sé si yo les aporto algo, pero conocer gente a mí me aporta algo. Luego están los lectores que me conocen o que me reconocen. Y el refugio de los dueños de bar, de los de toda la vida de los bares de rock. Eso es impagable. Es una vida. Estoy en la vida y me dedico a trabajar en ella. Cuando escribo en un bar, además, la gente respeta que si escribo es mejor dejar que fluya y me dan mi paréntesis. De todos modos, hago mucho barrio en este último año y he conocido gente. Me resulta también más económico. Teóricamente un trabajador humilde en España vive más o menos con unos 12.000 a 15.000 euros al año, digo uno humilde. Hace poco leí y compartí que la extrema pobreza en España está situada en los 16 euros al día, y en unos 23 ó 24 euros al día los pobres un poco menos extremos pero también severos. Pues bien, yo miré lo que gané en 2020 para hacer la declaración de la renta. Trabajé todo el año menos diciembre, que lo cobré del paro, en total había ganado algo menos de 10.500 euros, asique amoldo mi vida y me rio de aquellos que luego van llorando sus penas cuando cobran 1.400 euros al mes, que tampoco hablamos de un sueldo abultado para como está la carestía de la vida, peor aún son los que lloran sus penas y luego te cuentan todas esas cosas que tú llevas muchos años que ni te las planteas. Pero cada uno lo suyo. Los hay peor que yo, aunque yo, si después de este contrato breve no encuentro otro trabajo, pues ganaré menos y en algún momento no ingresaré nada. En fin, así es la vida. A mí lo que me jode son otras cosas. De esto ya se irá viendo, y sí, es grave, pero, ¿qué le vas a hacer?  Estoy en la vida y me dedico a trabajar en ella en todos sus aspectos. Uno viene a jugar y puedes odiar el juego, pero no a los jugadores, aunque haya quien odie a los jugadores. Allá cada cual.

Parte de la mitología te considera un fuerte bebedor. (Jerry Hopkins, entrevista a Jim Morrison para Rolling Stone, 1969).
 Todo mito parte de una realidad y toda realidad parte de un mito. No es un juego facilón de palabras, es que es así. La Tierra es plana porque veíamos que las cosas no se caen solo si están de pie sobre superficies más o menos que te permitan estar hacia arriba. De un mito, La Tierra es plana, parte una realidad, las cosas y las personas no se caen solo si están sobre el suelo hacia arriba. Ahora bien, La Tierra no es plana, convencionalmente decimos que es una esfera, aunque en realidad no es una esfera perfecta, es otra cosa, tenemos sensación de estar hacia arriba sobre una superficie, pero eso es irreal, es una sensación. De una realidad, La Tierra es redonda, parte un mito, estamos hacia arriba y no nos caemos; en realidad no nos caemos por efecto de la gravedad, pero siempre tenemos sensación de estar hacia arriba estemos donde estemos situados en el planeta. Mito y realidad se necesitan porque realidad y mito se necesitan. Y si no, ahí están los bares.

¿Qué importa más para un escritor de hoy? ¿La vanidad o la modestia? (Mario Benedeti, entrevista a Nicanor Parra para Marcha, 1969).

Para el de hoy, para el de 2021, supongo que depende de la generación y de los valores personales de cada individuo. Si nos fijamos en los que empezamos a escribir en Internet de manera masiva en la década de 2000, y también en la de 1990, teníamos un concepto generalizado de colaboración, de gratuidad, de altruismo. Mucha gente gastaba mucho tiempo y esfuerzo en tremendas y colosales aportaciones altruistas en blogs y en páginas colaborativas de las que salieron, por ejemplo, Wikipedia. Se creía en un cambio social a través de los nuevos medios de comunicación. Había un comienzo real de hermandad porque de repente gente de un lugar del planeta podía leer e interactuar con gente de la otra punta del planeta. Podías tener información que te era útil o que querías saber. Incluso los archivos estuvieron dentro de esta idea. Por cierto que el primero en ponerla en práctica fue España con el Archivo de Indias y sus fondos desde 1992. Creo que con la Primavera Árabe y ese conato casi de revolución sin ser revolución en Grecia y en España que se expandió por todo el mundo en 2011 alguien debió pensar: aquí las masas están empezando a pensar, no solo a pasar el rato juntos. Después de 2011 se empieza a potenciar que quien no gana dinero colgando videos en Internet, o en redes sociales es poco menos que tonto, o que leer blogs es de aburridos, cuando lo mejor es leer mensajes cuanto más cortos mejor y que sean bromas, nada de cosas serias. Yo escribo desde niño, desde los años 1980, aunque lo expongo públicamente desde los años 1990. Yo empecé con el papel y el recital y ahí sigo, pero a mediados de los 1990 lo extendí también a Internet, siempre como algo que compartir, otra cosa es cuando publico libros, porque eso es otra categoría, pero llevo meses viendo en la vida real y en televisión a montones de chicos y chicas nacidos después del año 2000 que cuelgan sus poemas en redes donde quieren ganar dinero ya sea con publicidad o cobrando, por extensión los jugadores, los que van de líderes de opinión o de lo que sea. De alguna manera la socialización iniciada en los 1990-2000 en las redes la han pervertido para que lo que impere sea una idea de capitalismo masivo, pero además del brutal, del que considera el individualismo de manera brutal y nada social. De ahí jóvenes que se van a paraísos fiscales siguiendo máximas que ya siguieron gente como deportistas tipo los Vicario, que nos inculcaron a nosotros, la generación padre de muchos de estos jóvenes, que eran un ejemplo a seguir. Hace un par de días vi un anuncio de televisión donde una empresa decía que si registrabas con ellos tus boletos de lotería te evitaban pagar el 20% de los impuestos sobre los premios grandes. Lo decían de tal modo que parecía que pagar impuestos era un robo del Estado y que era de idiotas pagarlos, pero de los impuestos sobrevive y vive la sociedad. Ni siquiera los padres fundadores del capitalismo en el siglo XVIII se planteaban algunas de las salvajadas que se plantean ahora, y mira que aquel primer capitalismo era muy deshumanizado y desigual, que incluso convivía con sistemas esclavistas sin hacerles remilgos. Pero, ¿cómo explicar todo esto, cuando hace muchos años ya que en las escuelas y los institutos se cambiaron algunas asignaturas de humanidades por otras dedicadas expresamente a la economía? En este sentido, si el nuevo escritor se ve obligado a competir en las redes para obtener más espectadores o lectores u oyentes para lograr seguidores en sus canales, o más visualizaciones, y así aumentar sus ingresos, la vanidad va ganando camino, entre otras complicidades unidas. Afortunadamente, siempre los hay más modestos, menos visibles, tal vez, pero más auténticos. No pierdo esperanza en lo pendular del mundo.

 ¿El pueblo sabe que este es el país menos desarrollado? (John Reed, entrevista a Lenin para Diez días que estremecieron el mundo, 1917).

El pueblo, la gente, cree lo que le guíen a creer, aunque siempre hay gente más autónoma y a veces estos se abren caminos. Durante años nos han dicho que la sanidad pública española era la mejor del mundo. La verdad, no tengo ni idea de cómo son el resto de las sanidades públicas del mundo. Creo que hemos tenido una de las mejores sanidades públicas del mundo, y que esta lo sigue siendo en muchas cosas, pero probablemente no sea la mejor sanidad en todo. El caso de una pandemia es algo excepcional, no se está preparado, pero para mucha gente se ha revelado con esta situación que no estamos preparados para grandes tragedias. Que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) son limitadas. Que los recursos pueden faltar... pero es que vienen faltando desde los recortes de 2012 en general y en lugares como Madrid desde antes. Han habido políticas para favorecer a la sanidad privada y eso ha cobrado su factura en 2020-2021. Cuando estaba enferma mi madre y cuando debía llevar a mi tío al hospital y pasar días y días con ella y con él, con ellos, allí, ya entonces, y hablamos de la parte central de la década de 2010, sobre todo en torno a 2015-2017, faltaban medicamentos y por ley o normativa algunos medicamentos debían aportarlos los enfermos. Pero con esta pandemia hemos visto cómo también faltaba personal, que algunos trabajos los hacían personas con contratos muy precarios. También lo hemos visto en educación y en la administración y en multitud de lugares y en otros muchos puestos, como en archivos, de donde vengo, aún no se ha visto las condiciones reales de cómo se mantiene el sistema. Ninguno de los trabajadores precarios será recompensado, salvo aquellos que han llamado la atención a la sociedad y al periodismo, y no en todos los casos, la mayoría en sanidad. Pero eso debería hacernos pensar, algunos lo hacemos desde hace décadas, que la sociedad le debe mucho a la gente que tiene los trabajos más débiles, los más precarios, y sin embargo se aplaude al futbolista y la gente se bate en los bares para defender a su ídolo, el mismo que se va a tributar a Andorra, partiéndose el pecho en defensa de que el país es el mejor en todo. Es un buen país, es una buena sociedad, pero no podemos pararnos en quedar adormilados en ese pensamiento, porque eso nos vuelve a la masa sonámbula de antes, creyente de una realidad no tan real.
 

¿Tú crees, sidi, seriamente en la posibilidad de esto después de lo pasado? (Luis de Oteyza, entrevista a Abd-El-Krim para La Libertad, 1922).

Yo creo, porque soy un creyente. La sociedad siempre termina respondiendo, aunque tarde. Ahora bien, se van agotando los recursos de la gente humilde y los que tienen los medios y el dinero no parecen querer hacer "sacrificios" ni generosidades, y el reloj sigue haciendo tic-tac. La Historia se asemeja a un movimiento pendular, pero el movimiento del péndulo se puede regular como el movimiento de un metrónomo, el problema es que la aguja del metrónomo sabemos que tiene un mismo plano, el péndulo puede oscilar en una variable en círculo que da muchas más posibilidades de todos los tipos, y digo todos. Creo que podemos ir a mejor en lo social, sin duda, y que la gente despertará. Ahora está amodorrada porque la última vez que despertó, en 2011, no le han dado las respuestas que deseaba a pesar de que hubo mucho movimiento más o menos hasta 2015. No es que ese movimiento haya desaparecido, pero por un lado la mano inflexible del gobierno del PP de Rajoy, cortando de raíz satisfacer las peticiones de la gente y haciendo recortes a favor de los que más tenían, y por otro la aparición de Podemos llevando unas reivindicaciones sinceras al plano de una política de partido y cayendo en esa espiral cada vez más, desmotivan y desmovilizan. Sin embargo, entre todo esto, creo, por ejemplo, que si nos tenemos que ceñir a ese tipo de política tengo esperanza en Yolanda Díaz, la Ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera y si sigue así, al lado real del trabajador, la quiero de presidenta de gobierno, pero ya veremos, queda partido, queda juego y quién sabe si al final la patronal o la banca no la forzarán a hacer cosas contrarias a sus principios. En principio, en la vía política, ahí veo futuro y esperanza, pero a mí me interesa la sociedad y en la sociedad creo que también hay esperanza, porque aunque las voces más intransigentes se dejen oír cada vez más, son un  callejón sin salida. No tienen recorrido, su discurso es cortoplacista y centrado en mitos irreales que una vez que se enfrenten a ellos, será la inexistencia de los mitos los que devoren atrozmente a esas voces. La gente en la que creo ahora la veo desengañada, pero sé que volverán a ver que a veces lo particular es lo que construye lo social. No hace falta hacer grandes planes, cuando a veces los pequeños planes construyen tejidos fuertes.  No podemos quedar congelados a la espera de que nos resuciten, eso también es verdad, pero todo tiene sus tiempos y sus ritmos, porque además las psicologías y las biografías personales también juegan su papel en todo acontecimiento humano, y la psicología de masas ilusionada de 2011 necesita ahora mismo seguir activa pero a la vez tomarse un poco de tiempo para saber mejor su rumbo. Ya hay mucho camino hecho, pero queda más. No hay que dejarse caer y congelarse hasta revivir en un futuro mejor, pensamiento por otro lado en cierto modo religioso, la vida pospuesta a una vida futura no garantizada como existente.
 

Si tal programa tiene éxito [la criogenización], la persona que está congelada no tendrá forma de saber, por supuesto, si alguna vez será revivida con éxito. ¿Crees que los futuros científicos estarán dispuestos, incluso si pueden, devolver la vida a sus antepasados? (Eric Norden, entrevista a Stanley Kubrik para Playboy, 1968).
Posiblemente la curiosidad científica, más que la de la sociedad en general, puede que aborde ese asunto si cree que es posible abordarlo. Desde los años 1960 hay diversos proyectos e investigaciones sobre criogenización, sobre todo enfocados a viajes en el espacio, pero también para supervivencia más allá de la muerte aquí, en La Tierra. No pasa de ciencia ficción hoy día y de proyectos fracasados en parte, abandonados en otra buena parte, fraudulentos en otra buena parte, mentirosos y demagogos algunos más. Pero pongamos por caso que en algún momento la ciencia dijera que hay posibilidades y probabilidades de éxito si se hace. No me cabe duda que los científicos lo harían, luego habría campañas de comunicación a favor y en contra, muchas polémicas, conflictos religiosos, problemas éticos. La cosa es que los científicos serían financiados por grandes fortunas, más que por Estados, salvo quizá algún Estado de Oriente. Esas grandes fortunas meterían dinero pensando en sí mismas. No creo que lo hicieran por altruismo y amor a la humanidad, sino por pervivir, porque todos queremos vivir y si eres rico y puedes lograrlo, lo harías. La semana pasada unos científicos españoles en Asia lograron embriones al mezclar ADN de humano y de simio, o así lo anunció la prensa. Una de las utilidades posibles era el trasplante de órganos, pareciera una idea buena, pero, ¿cómo se obtendría ese órgano? Yo no lo sé. ¿Implicaría la muerte de un ser no considerado humano? Lo menciono como ejemplo de posibilidades que parecen imposibles y que no lo son. Hace mucho unos periodistas, sin base científica alguna, planteaban la posibilidad de devolver la vida a un neanderthal. Imaginemos que se pudiera hacer. ¿Exactamente para qué lo haríamos? ¿Qué vida le daríamos a esa persona? Es más, ¿nadie ve la perversión de tener que plantearse mínimamente la pregunta anterior? ¿La criogenización para viajes espaciales? Si se puede hacer, pudiera ser útil. ¿La criogenización en el planeta Tierra? Puede ser un nuevo elemento de distinción y separación social, de elitismo. Pero, ¿cuadraría alguien del siglo XX, como Walt Disney, supuestamente criogenizado, en el siglo XXV, por ejemplo? Eso abre vías más complejas de planteamiento, porque la ética, la moralidad, la sociedad, la política, el mundo entero, estaría cambiado y quizá Walt Disney estaría más para una vitrina, como Tutankamon en el siglo XXI, que para vivir la vida, por mucho que en el siglo XXV Disney viviera. Pero el tema es más complejo y no hay respuestas únicas.


¿Juzga a Charlot? (Manuel del Arco, entrevista a Walt Disney para La Vanguardia, 1957).

Charlot es el personaje más humano del cine del siglo XX. En cierto modo trasladó ideas sociales sin plantearlas de manera directa. Ha hecho más por la concienciación de lo correcto y del bien social que muchos políticos. Y nos hace reír... incluso más de cien años después. Personas así nos hacen sentir bien, al menos en cuanto a los aspectos más generales de su vida.
 

Se cuelga una pistola que había dejado a manera de bastón o paraguas en el perchero. Salimos a la calle. En la esquina está su automóvil. "Si quiere usted, le llevaré adonde se proponga ir", dice. Y luego añade: "Pero debo advertirle que a mi lado se corre algún peligro". "Acepto su ofrecimiento", contesto, "más temo perderme en este barrio que no conozco". Por el camino me pregunto: ¿Cuál es el grado de la influencia que este hombre ejerce y dónde? (Javier Bueno -"Antonio Azpeitua"-, final de la entrevista a Adolf Hitler para ABC, 1923).

A eso vamos, cualquiera desde lo particular puede ejercer influencia o convencer de sus bondades, pero necesitamos actitud crítica. En los tiempos modernos es necesario saber distinguir a la persona del actor. Hay mucha persona amable en su cara pública y monstruosa a puerta cerrada. Hitler probablemente no ocultaba nada de sus intenciones cuando era joven en 1923, ciertamente apuntaba maneras, pero la gente le escuchó, sobre todo diez años después, en las elecciones alemanas de 1933. Hay que tener cuidado, pero para eso hay que lograr disociarse de esa masa que se cree conectada y está individualizada en su soledad absoluta. Somos algo más que soledad.

lunes, abril 19, 2021

NOTICIA 2045ª DESDE EL BAR: TRES PASAPORTES

 

Tengo tres pasaportes. El normal y corriente de mi país, España, que además corresponde con el de ciudadano de la Unión Europea, un pasaporte europeo contra el racismo y el pasaporte de los derechos humanos. Realmente el único válido es el de España, por cierto que los pasaportes españoles son de los mejor valorados en el mundo a causa de ser un país sin conflictos graves ni intereses cainitas internacionalmente, esto no lo aporto yo, lo leí hace meses en un reportaje de un periódico. De hecho si tenéis uno guardadlo y custodiadlo bien porque realmente son especialmente golosos de tener por parte de numerosas personas con todo tipo de motivaciones. Yo cuando leí esto me descubrió un mundo que no sospechaba. Si la memoria no me falla, ese reportaje fue publicado en algún momento antes de la pandemia de la Covid-19. 

Los otros dos pasaportes son de organizaciones no gubernamentales (ONG). Los suelen hacer en campañas de concienciación especialmente para colegios e institutos. De hecho el pasaporte europeo contra el racismo me lo dieron durante el bachillerato, en la década de 1990. Lo hizo la ONG llamada SOS Racismo, que empezó su andadura en 1995, o al menos lo repartieron ellos, porque la verdad es que el logotipo no es el de ellos. El pasaporte de los derechos humanos me lo dieron a comienzos de este mes, sobrante de una campaña escolar. Lo hizo Amnistía Internacional, estos empezaron en 1961. 

Estas campañas de información y sensibilización me parecen útiles. Añadiría algún pasaporte que conciencie en ecología, que es uno que me temo que cada vez vaya haciendo más falta. No hace mucho la activista Greta Thunberg hablaba de la necesidad de concienciar a la gente en la no necesidad real de realizar largos viajes turísticos, especialmente en avión, pensamiento que choca de lleno con las grandes compañías de transportes, las turísticas, el sector hostelero y en países como España supongo que contra el propio gobierno, cuando parece que tu economía gira en torno al turismo especialmente venido del resto de Europa, Japón, China y Estados Unidos. A menudo las concienciaciones son más efectivas cuando los poderes económicos o los motores económicos coinciden con las necesidades de aquello que se quiere promover. Lamentablemente me temo que estas coincidencias suelen ocurrir cuando los acontecimientos van dando malas consecuencias para todos y aquellos que son escollos empiezan a ser puertas para arrimar el hombro. 

Como digo, hace poco me dieron el pasaporte de los derechos humanos. Lo cierto es que los dos pasaportes ficticios, los de las ONG, están rellenados con mis datos, como si realmente fueran pasaportes. Me hace cuando menos cierta gracia estos simbolismos. Los guardo. Cuando me dieron este pasaporte me acordé con una sonrisa el que me dieron años atrás sobre el racismo. Me retrotrajo a otras épocas de mi vida. 

Por razones que desconozco, hoy me apetecía compartiros esto. He hecho caso a un impulso sobre estos pasaportes. No sé, algo me llevaba a compartiros la existencias de estos documentos que se suelen dar en campañas educativas. Saludos y que la cerveza os acompañe.

miércoles, abril 14, 2021

NOTICIA 2044ª DESDE EL BAR: 90º ANIVERSARIO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA

Estamos ante un aniversario redondo de los que tanto gustan a la prensa, el 90º aniversario de la Segunda República Española. Quien lee asiduamente esta bitácora sabe que todos los años le dedico unas palabras, unas reflexiones o un análisis histórico o de la actualidad a tal fecha. Hablar este año otra vez de un repaso histórico me parece excesivo, toda vez que toda la prensa estatal y los telediarios se han puesto a fondo a repasar los hitos que marcaron la República, pasando siempre por el tópico aún no superado por muchos de unir República con guerra civil. La Historia española del siglo XX las une por fuerza, pero la República fue algo más allá que la guerra civil. Entiendo que este año es tentador hacerlo, cuando hay una serie de españoles que vuelven a optar por la extrema derecha y se cuestiona o se miente sobre determinados logros de la construcción de la democracia más reciente, la de esta monarquía parlamentaria. No obstante, Abascal, líder del partido ultraderechista Vox, no ha defraudado hoy en el Parlamento en la expectativa de que hablaría contra la República y se negaría a condenar el franquismo, o sea: la dictadura en origen mayoritariamente fascista, luego deslizada hacia lo que se llamó nacionalcatolicismo. 

Hablar sobre la situación de la Monarquía ahora mismo es algo que ya hice hace relativamente poco, en el 40º aniversario del golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981, en la Noticia 2031ª.

Sobre las posibilidades de una Tercera República ya hemos hablado en algún otro aniversario, aunque en este podríamos comentar variantes nuevas, no me apetece este año tampoco ahondar en esto en esta bitácora. En conversaciones privadas con gente que no desee más la polémica que la conversación, tal vez. 

¿Qué me queda entonces para este 90º aniversario, en el que siquiera me he preparado una foto ni un dibujo? Pues quizá poner alguna nota escueta sobre ese hecho de que han pasado noventa años. Estamos a diez años de que se cumplan cien años, un siglo, y la verdad es que la sociedad española sigue discutiendo e incluso enfadándose cuando habla contra la República o cuando alguien desea defenderla ante uno de estos que hablan en contra. De fondo no hay exactamente un debate histórico, aunque se lancen datos históricos a menudo erróneos o desinformados de uno y otro lado, hay otra cosa, otra cosa más peligrosa. Hay exactamente lo mismo que hace que después de noventa años las heridas y las presuntas heridas o las presunts afrentas no hayan cerrado ni sanado, sigan vivas en los hijos, nietos y biznietos de los que vivieron aquello en primera persona. Aquellos que hoy cumplan 100 años y por entonces cumplieran 31 años no están para estos debates que tengo la impresión que hasta para ellos mismos son propios de cerebros momificados y guardados en formol en un punto inamovido del pasado español, como si Azaña siguiera vivo y siguiera debatiendo con Ortega y Gasset en el Parlamento sobre la cuestión catalana, o como si Gil Robles acabara de decir sus palabras más incendiarias tras leer algo en prensa referido a Indalecio Prieto.

En pleno 2021, cuestiones que deberían ser de la Historia parecen hervir en la sangre de algunas personas como si las acabaran de leer en prensa en 1931. No es que la gente hable de tal o cual momento en el que tal o cual ley o reforma de 1932 o de 1933 provocó que cual y para cual. La gente en general, el común  de la gente, ignora en su gran mayoría todos aquellos debates y pormenores de la Historia de la República, aunque sí conocen los hechos más importantes de alguna manera, aunque sea a través de películas y de series, a menudo desenvocantes en la guerra civil como ficciones, no como relato de Historia. Hacen suyo los acontecimientos más gruesos a través de recuerdos familiares a veces, casi todos, distorsionados, y a través de determinados argumentos políticos de los políticos de hoy día que manosean la Historia en su interés hasta el punto que gente afín a Franco se ve capacitado a citar, por ejemplo, a Azaña como si Azaña les diera la razón, nada más retorcido e ignorante, teniendo en cuenta que Azaña murió como murió a causa de Franco y de quienes le seguían y apoyaban. 

En el lado de la izquierda la cosa tiene algunas personas que se comportan igual y mueven algunos hitos democráticos a su conveniencia sin tener en cuenta sus detalles que, por otro lado, los hacen muy diferentes a sus ideas actuales. No lo olvidemos, de 1931 a 2021 van noventa años.

Tengo la impresión además de que sobre todo en el lado de los descendientes de la gente que en aquella época apoyó a Franco hay cierto miedo no confeso a que si se trata la Historia como Historia y se desentierran fosas y documentos de los archivos, se hagan lecturas de los sucesos acordes a la lectura que se hizo en el resto de Europa, pudiera alguien tratar a sus antecesores o a ellos mismos como culpables gigantes. La Historia no está tanto para culpar como para explicar. Luego ya, lo que cada uno crea o no crea es otra cosa. Es difícil creer que quien ideó en Alemania la mejor forma para matar masivamente a judíos presos sea inocente y un alma cándida, eso la Historia no puede dejar de explicarlo, pero no es lo mismo que señalar con el dedo a sus descendientes. Los descendientes responderán ante sus propios actos y estos puede que no sean los de continuar la obra del padre o el abuelo incinerando judíos, sino ayudar a que eso no se repita y señalar eso como error y horror. 

Luego tenemos a aquellos que actualmente van abundando más, los que leen libros de Historia versionados en cómic... y no hay pocos de estos, crecen como setas en las librerías últimamente. Creen saber Historia con ese material, pero como se podrá comprender no es lo mismo leer una investigación de ochocientas páginas, que su adaptación en cómic en unas noventa páginas ilustradas. Digo yo que algunas sutilezas informativas existirán entre una y otra versión como "ligeros" cambios y aportes.

Vivimos en la sociedad que tiende al espectáculo inmediato. En el año 2000 los usuarios de Internet tendían en términos amplios de cantidad de usuarios a leer extensas entradas de todo tipo de contenidos en blogs, en el 2021 el usuario medio de Internet tiende a redes sociales donde con un video en una red social que dure diez segundos bailando o dos o tres minutitos contando algo, la gente está satisfecha, si bien no se dan por totalmente informados de las complejas estructuras económicas de tal o cual ayuda contra la Covid-19 si no es viendo una foto con una broma simpatíca que les haga reir porque comulgue con una idea preconcebida que ya tenían. Pues poco más o menos con el conocimiento histórico.

En este 90º aniversario lo que me apetece comentar es precisamente que a lo que la gente menos le importa es lo que significó la República, ni quieren que les cuenten de ello. Con una fotito con la bandera tricolor que mañana cambiarán por otra foto, les vale. Quizá alguna canción, o comentar alguna noticia del día en clave de la Segunda República. La República es lo que menos importa en el día de la República, pero a la vez si se ponen a ver las noticias hay amplios sectores de la población que pareciera que la República y sus problemas de hace noventa años son los problemas más acuciantes del Parlamento actual y por ello hay prisa por atajar de una vez que si Besteiro dijo tal el día cual de 1934, al fin Abascal en 2021 podrá replicarle. Absurdo, pero a muchos les cuela... ahí están los resultados electorales. Y sigue la rueda.

En fin, saludos y que la cerveza os acompañe.




domingo, abril 11, 2021

NOTICIA 2043ª DESDE EL BAR: PIRULÍ

He estado un poco ausente esta semana por esta bitácora. Lo sé. No ha sido por el nuevo trabajo, que por otra parte es bastante sencillo de realizar y está bien Para tres meses que serán está bien. He paseado esta semana por el norte de la ciudad. Espartales, pero también La Garena. Lo cierto es que como llevo años repartiendo a los suscriptores el periódico Diagonal, que luego pasó a ser El Salto, es común que todos los meses una o varias veces recorra toda la ciudad. Incluso un poco antes de empezar a hacer eso también, cuando era técnico y vigilante medioambiental. La cosa es que el sábado fui por el barrio de La Garena y encontré varios cambios desde la última vez que fui caminando por allí. Lo cierto es que salvo la parte de la estación de tren y la torre Garena, estuve pensando que quizá no paseaba por todo ese barrio desde 2019 ó desde 2018. Algunas partes que eran arenales ahora son zonas ajardinadas, y hay un paseo de avenida ya mucho mejor acondicionado, con unos árboles aún jóvenes pero más crecidos. Eso por no hablar de otras mejoras. 

El sábado era un día de primavera con cielo encapotado y un fresco que amenaza lluvia. Me gustan esos días. Pude ver los efectos de la gran nevada de enero, allí mejor solucionados que en mi barriada de Nuestra Señora de Belén con Reyes Católicos. Es curioso esto de que en la ciudades unos barrios siempre estén adecentados y otros siempre a la espera. Sobran las palabras a veces. Se explica por sí solo si se conocen los lugares, a veces los tópicos no son tópicos, son realidades políticas.

Cuando voy a trabajar a Madrid capital bajo en la estación de Metro de O'Donnell, echo de menos a los músicos en avenida de América, han vuelto a desaparecer, volvieron muy brevemente en el verano de 2020. La covid-19. Cuando salgo a mi trabajo hay un montón de personas en esa salida de Metro y todos van y vienen por el mismo ancho de acera al mismo y del mismo paso de cebra. Hay hasta colas en una cafetería que está allí, con el cielo entre la oscuridad y la claridad del amanecer. Debe haber muchos trabajos allí. Se ve claramente Torrespaña, el Pirulí, ese edificio de Radio Televisión Española tan emblemático del siglo XX español y que algún día futuro pueda que sea un edificio para turistas, quizá museo, en un futuro más allá.

El Pirulí era un edificio muy simpático en mi infancia, allá en los años de la década de 1980. Significaba la televisión, y con ella los dibujos animados, las series favoritas, algunos programas, caras conocidas. Era un edificio casi salido de las películas de ciencia ficción. Yo lo veía a menudo desde el coche de mi padre cada fin de semana, cuando  íbamos a ver a los abuelos. Se transformó en una visión muy habitual desde 1985, porque estaba en el camino que tomábamos para ir al cementerio de La Almudena, donde enterraron a mi abuelo materno. El significante del Pirulí cambió ligeramente, pero no se llenó de connotaciones negativas. Ahora lo veo para entrar en mi trabajo y para salir. Allí, enorme, yo a sus pies, él muy alto y grande. 

Menudos paseos nos dábamos de niños.

lunes, abril 05, 2021

NOTICIA 2042ª DESDE EL BAR: TRES MESES

Termina Semana Santa y me llaman para un nuevo trabajo. Una vez más, temporal. Tres meses no renovables. Un proyecto de un archivo administrativo de la Comunidad de Madrid cuya ubicación temporal es el antes, el durante y el después de las elecciones autonómicas adelantadas. Me parece curioso que salga un proyecto así justo en el momento electoral, pero para mí es trabajo, así que, bien. Podré estirar mis ingresos un poco más a lo largo de este año, tres meses... luego, de nuevo a buscar trabajo, así que lo suyo sería no parar de seguir buscando trabajo, visto el panorama que me encontré en noviembre, mucho más duro que otros periodos de paro en mi vida, innumerables porque mi sector no tiende precisamente a los contratos estables. Mi jefe más reciente se acordó de mí. Le estoy agradecido.

Tuve estos meses la percepción de que el Año de la Pandemia ha congelado en gran medida el mercado laboral. Casi no se mueve nada. Hace unas semanas una amiga, sin decirle yo nada, compartió conmigo esa misma sensación que tenía. Otra amiga, la semana pasada, me escribía por si yo sabía de algo, dado que, ella también, sin decirle yo nada, percibía que el mercado laboral estaba totalmente atascado. Y ayer, andando por la calle, escuché de pasada un fragmento de conversación donde una chica decía esto mismo a otras dos personas. 

España necesita salir del inacabable Año de la Pandemia en lo económico. Yo entiendo que las empresas tengan miedo de arriesgar en algo o de iniciar algo nuevo, como entiendo que prescindan de contratar trabajadores si sus ingresos bajan porque la gente no compra, como entiendo que los que tengan trabajadores en ERTE lo que necesitan no es contratar gente nueva, si no que mejore su situación para aumentar su carga laboral y sacar del ERTE a los trabajadores que ya de por sí tienen. Pero la temporalidad en los trabajos no tiene tanto que ver con el Año de la Pandemia. Es un asunto diferente. Pero ya hablé del asunto en la Noticia 2037ª. Desde el año 2000, más o menos, se ha afianzado en España, en la mayoría de los empresarios españoles, la cultura de la temporalidad laboral para sus trabajadores. Es algo que hasta la Unión Europea le ha dicho a España que tiene que terminar con ello. Pero, como he dicho, ya escribí de ello no hace mucho. 

En este periodo de paro que acabo de pasar nunca antes estuve inscrito en tantas bolsas de trabajo, pues parece que una de las diferencias era que más que publicarse ofertas de trabajo se publicaban bolsas de trabajo para que te inscribas. Quien se ha inscrito alguna vez en estas bolsas de trabajo sabe que estar dentro de ellas no implica que haya trabajo ni que este sea inmediato, a veces puede pasar un año o más en que se mueva algo en esas bolsas. En ocasiones, jamás te llaman. De hecho, otra de las cosas que me ha llamado la atención de este periodo de paro es que nunca antes mandando curriculums por email había habido tantas empresas que por no contestar no contestaban ni el acuse de recibo. Ha sido como echar mensajes embotellados al mar. 

Bueno, tres meses, bien está. Luego ya veremos cómo vuelve a ir todo de nuevo en el vuelta a empezar.

El periodista Joaquín Estefanía escribía el pasado domingo en el suplemento Ideas, del periódico El País, un artículo de opinión llamado Mirar con un ojo cerrado. En él decía que a finales de este año se prevé que haya cinco millones de personas que vivan en lo que se considera pobreza severa (vivir con menos de 16 euros al día) y que los pobres relativos (24 euros al día) han aumentado a ser el 23% de la población actual. Me quedé pensando en estas cifras y pensaba que gastar 16 euros al día es mucho dinero. Calculé mi gasto medio de consumo eléctrico por día acorde a mi gasto medio en mis facturas bimensuales. Luego el del agua, que está incluido en la comunidad de vecinos en mi caso. Calculé el coste de mi comida diaria y el de la gata y su arena y, en fin, llegué a la conclusión de que yo mismo no es que no gaste menos de 16 euros al día, es que gasto menos de 10 euros al día. Pensé en que esas cifras eran un promedio, así que comencé a pensar en gastos en una franja mayor a un solo día, incluyendo gastos por ocio. Y el resultado no es muy diferente, si bien ahora sí podría decirse que gasto menos de 16 euros al día, habiendo días que con 4 ó 5 euros estoy apañado y días en que se sobrepasa los 16 euros, por ejemplo cuando hay que hacer compras grandes en el mercado, unos días compensan a otros y al final la media de 16 euros al día sale adelante. Esos 16 euros al día suponen 480 euros al mes (promedio), pero todos los meses surgen imprevistos, ya sea porque el banco te cobra comisiones de mantenimiento o uso, o porque vienen domiciliaciones bancarias varias, sean del pago del Impuesto por Bienes Inmuebles, seguros, el pago mensual de Internet (sin él hoy día es muy difícil encontrar trabajo o hacer determinadas gestiones, no solo da ocio esta tecnología), cuenta también posibles averías, gastos extra imprevistos en las compras, en mi caso particular un gasto imprevisto y extraordinario es la compra de ropa y calzado y estas compras a veces deben ocurrir por necesidad, y (somos humanos) en nuestra desesperación humilde todos tenemos caprichos y todos terminamos intentar socializar, por lo que salimos, más o menos y cómo y a dónde es otra cuestión, yo por ejemplo llevo años que no creo que me pueda permitir gastar grandes sumas en viajes modestos (pagar una noche de dormir fuera en el lugar más barato para mí ya es una gran suma), por lo que llevo años que no viajo. Además, mucha gente paga alquiler o hipotecas de sus casas y quienes pagan a plazos sus coches o deben comprar gasolina para que estos anden. Así que ciertamente ese promedio de 480 euros mensuales termina disparado, y supongo que eso es lo que hace que algunas personas vivan con ese otro promedio de 24 euros al día, que sería el promedio de 720 euros al mes, algo más ajustado a muchas realidades, incluso siendo un gasto por encima de lo que se cobra de subsidio de desempleo o en trabajos que no son de jornada laboral completa. Y ahí me veo yo a menudo junto al resto de ese 23% de españoles en pobreza relativa. Se gasta por encima de las posibilidades, como decía Mariano Rajoy de presidente de gobierno, pero no por lo que él insinuaba: no lo hacemos por vivir la gran vida, sino porque la suma de los diversos gastos básicos del gasto de la vida es superior a los ingresos que se perciben o igualan esos ingresos, por lo que no hay ahorro, lo que hay es un agotamiento pausado de ahorros anteriores. 

Un problema de todo esto creo, es una opinión particular, está en esa inestabilidad laboral que se traduce en total inestabilidad económica y por tanto en vidas que se van programando pensando en el mínimo gasto posible. Que alguien considere que irse de vacaciones es algo normal no es malo, pero quizá hay que concienciar en que hay cada vez más gente en España que no solo no se plantean esas vacaciones, sino que lo normal para ellas es que consideren que llegar a fin de mes sin deudas presentes ni previstas a corto o medio plazo por falta de dinero es el objetivo prácticamente único. Ahí hay otro factor, ante lo precario de la situación: el miedo al futuro inmediato.

Saludos y que la cerveza os acompañe.