martes, octubre 14, 2025

NOTICIA 2418ª DESDE EL BAR: RADIO OCULTA

He iniciado el pasado jueves un nuevo proyecto. La verdad es que más por afición que por otra cosa. Para mí mismo lo he llamado Radio Oculta. 

Tenía morriña de los tiempos que yo pasé varios años seguidos locutor haciendo radio en directo en Radio Arrebato, en la 107.4 f.m. de Guadalajara, que por las ondas radiofónicas abordaba Guadalajara y alrededores, pero a través de Internet llega a cualquier lugar del mundo, de hecho, junto a mis compañeros de programa, aquel programa de actualidad semanal, "Parlamento Pirata", estaba enfocado al Valle del Henares, y había mucho dedicado a Alcalá de Henares, donde había oyentes fieles. La etapa donde yo estuve no recuerdo bien si abarcó de 2010 a 2015 o bien de 2009 a 2015. Aún hay en Internet, en la web de la radio, podcast de los programas, incluso de etapas anteriores a mi llegada al equipo que fuimos.

Sólo unos años más tarde, pero como invitado para ser entrevistado por mis escritos, pasé puntualmente por SER-Henares, Onda Cero Alcalá y Radio CreActividad. 

Siempre me quedó de mis tiempos con programa propio ese buen sabor de la radio y nunca he negado echarlo de menos. Algunos amigos me han dicho que cree un podcast, pero creo que para eso, para hacerlo como a mí me gustaría, necesitaría una mesa de pistas, un micrófono, unos elementos parecidos a lo que teníamos en Radio Arrebato. Así que no me he animado a ello. Aunque tengo claro que, de hacerlo, siempre lo haría principalmente como afición particular. La radio de verdad está ahí, en otro sitio, en sus emisoras. Hoy por hoy no tengo los medios deseados.

Sin embargo, sin página de podcast, sin ser podcast, sin siquiera tener un hospedaje fijo ni abrir un canal, que podría pero adrede no lo he hecho, comencé el jueves a modo entretenimiento mío un saludo mañanero con alguna reflexión de lo que se me tercie a las personas que me tengan por un determinado lugar que en veinticuatro horas desaparece. No me he planteado poner hora fija y, por ejemplo ayer, no hubo saludo al estilo radio. Para mí esto es una afición, un recordar algo que me gustaba, aunque por entonces mi programa era por la tarde. ¿Algún día evolucionará a otra cosa? No lo sé. Tampoco sé si alguien enciende su teléfono y espera oír el saludo y reflexión que, por una cuestión técnica externa no puede superar el minuto y medio. 

Sé que una persona en persona se vio interpelado a hablar conmigo sobre un satélite que se vio fuera del Sistema Solar desde un satélite artificial que tenemos en Marte, no captó la imagen poética que sugería aquel saludo, pero es legítimo claro. Uno más me dijo haberle gustado lo narrado sobre el motín contra Colón como saludo el 11 de octubre. Otra persona, a través de un mensaje escrito me pedía poner una esponja especial en el micrófono del teléfono para que no se colara la respiración, cosa que por otra parte esos pequeños sonidos de respiración me recuerdan precisamente la radio de verdad. Y hoy una  persona más me pide que mencione que mañana, 15 de octubre, hay convocada una huelga general por parte de barios sindicatos, en protesta por la falta de ayuda humanitaria en Gaza. 

No sé si tiene acogida o no mi iniciativa, que es algo más personal, aún a sabiendas de los comentarios que he recibido, arriba comentados. Sé que me apetecía hacer esta Radio Oculta que, por otra parte, es libre, muy libre, sin que quede atada a horario o días. Trato que esté, eso sí, por si alguien escucha y busca en las mañanas, pero esto es, como suele ser, un no saber... y ahí también está parte de la gran mayoría de las radios.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

martes, octubre 07, 2025

NOTICIA 2417ª DESDE EL BAR: OTRO MERCADO CERVANTINO MÁS

Otro Mercado Cervantino que empieza mañana, ocupando desde el miércoles al domingo... un largo Mercado Cervantino, y caro, muy caro y abusivo... como todos estos últimos años donde el evento ha ido creciendo e incluso forzando el cambio físico del centro de la ciudad bajo pretexto de que es por los vecinos, cuando en realidad se ganaba espacio para casetas, pues, haya quien haya en el ayuntamiento, parece que les gusta más ejercer de empresarios turísticos con la ciudad que como gestores políticos para la ciudadanía en todo su conjunto e intereses.

Al comienzo de todo esto, que ya queda un poco lejos, cerca del nombramiento de Patrimono de la Humanidad, apenas ocupaba un fin de semana y un espacio menor donde, además, convivía con muchos más árboles y ajardinamientos (revisad esta bitácora o fotografías de la Plaza de Palacio, por ejemplo). Ahora me da la sensación que incluso la Plaza de los Santos Niños cambiará al servicio de ver si caben más casetas. Los cambios los programó el PSOE en el gobierno pero los va a realizar el PP en el gobierno, lo mismo da que da lo mismo para bastantes cuestiones de este tipo en el municipio. No obstante hasta la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión fue desplazado de ese lugar tradicional para ella a la Calle Libreros y es un secreto a voces entre los vecinos más informados lo que algunos libreros decían de la voracidad de quien desea más espacios para casetas cervantinas. Y como es un secreto a voces, quien quiera saberlo, que pregunte a quien corresponda. Aunque bien es cierto que muchos de esos libreros acabaron contentos, pues la gente que viene de fuera al mercado dobla caminando por la Calle Libreros, pasa obligadamente delante de ellos y han aumentado sus ventas respecto al emplazamiento tradicional en Santos Niños. Sin embargo, una cosa no quita la otra, y viene bien saber, aunque eso debería haber sido trabajo de la prensa local en su día.

En las primeras ediciones me gustaba ir al Mercado Cervantino. Luego iba días determinados porque quedaban algunas amistades. En los últimos años he procurado no pasar, aunque siempre se termina pasando. Los precios desorbitados. El ambiente, aunque festivo, totalmente ido de la idea que se supone ha de promover. El descarado panorama de parque turístico al que parece encaminarse dolorosamente la ciudad. El darte cuenta que realmente quienes se benefician no son todos los que se dicen que lo hacen y los que no lo hacen son, normalmente, los que de verdad son de Alcalá. En fin, la saturación agobiante que te impide caminar o desplazarte a lo largo de... todo un centro de ciudad. Inimaginable lo que esto supone para vecinos de todas las edades y casuísticas de las calles y plazas más céntricas cinco días seguidos.

Pero es innegable que también tiene algunos atractivos y que algunas de sus cosas unos años pueden más o menos atraerte, aunque sea por morriña de saber que tú estás aquí desde el principio. La costumbre. El paseo inevitable a ver artesanos y artesanías y a ser posible a alguien disfrazado, aunque sea anacrónico o descabellado para lo que se supone que es. Recordarle siempre a alguien amigo, que también te lo recordará a la vez, que parece un mercado medieval y no lo debería ser, y que si es por medieval tenemos al Arcipreste de Hita. Por cierto, este ayuntamiento preocupadisimo por mal ubicar una nueva estatua dedicada a Fernando I de Austria, totalmente despreocupado de dedicarle una al arcipreste. Nuestras historietas de alcalaínos, vamos, que también nos hacen disfrutar a nuestro modo de este evento, aunque no sea del modo que se da a entender desde las instituciones y medios locales. Creo que son conscientes de que este otro modo también existe, más crítico y ácido, pero igualmente como algo nuestro, a defender porque es nuestro y será criticable, pero nuestro.

Este año una amiga me acaba de escribir para que vayamos mañana 8 de septiembre por la tarde a verlo. Estará recién abierto y como es laboral seremos menos gente, la mayoría de Alcalá de Henares. Puede que falte algún feriante que prefiera venir el jueves 9, que es festivo en la ciudad, aunque laboral en el resto de la Comunidad de Madrid, o que venga el viernes 10, que ya empezará a ser un caos de gente. No sé si como cada año lloverá algún  día, aunque parece que hay cielos despejados. La cosa es que para nosotros parte del encanto que le va quedando para nuestro disfrute está en estos días tipo mañana miércoles o el domingo a última hora, cuando la gran mayoría de turistas no están. Cuando aún es una cantidad de gente más o menos manejable que no te pone en ansiedad porque quieras avanzar o ver algo con tu propio ritmo. 

Tal vez alguna otra amistad me llame para ir al mercado en los días peores y más asfixiantes y tal vez, como el año pasado, prefiera cambiárselo por tomar algo juntos en algún otro barrio, donde el negocio es de aquí, evidentemente, que también necesita ingresos, y cuyos precios sean más baratos y, las tapas, mejores, eso es así. No serán cosas braseadas durante horas a la intemperie del polvo y la polución, y cuidadas con la idea de la calidad para los que han de comer en ese momento, y no con la idea casi industrial de asados que se hacen artesanos, pero en trabajo en serie, despersonalizado el cocinero de sus piezas de comida. Pero sobre todo en un ambiente que, no necesariamente vacío, no necesariamente del todo tranquilo, es más tranquilo y menos agobiante ante la amenaza constante de que tu sitio en un banco corrido lo ansíe ya algún camarero que quiere sentar a otro grupo, porque lo que importa es la caja, que el alquiler del puesto es caro también para ellos. 

Iré a estar con amistades si eso se tercia, pero no soy de los que les gusta pagar la cerveza normal y corriente cara. Pero es a eso a lo que voy. Incluso mis circunstancias hacen de esto un esfuerzo económico que, para algunas amistades no lo es o no lo aparenta, y ahí vamos, si es por vernos, y no me refiero en concreto a mi caso, si no a cualquier caso similar, debiera darnos igual que se den o no estos eventos, quedar dentro o no de estos eventos. Ir o no a lugares caros si alguien no puede ir a lugares caros o de poder es porque, lo diga o no, hace una excepción. Debiera ser así. Evidentemente ayudan a animar a que la gente se reúna, como ayuda que sea Navidad o Añoviejo o ferias, pero deberíamos poder vernos porque queremos vernos. No hay mayor motivo de celebración. No debería. Pero es evidente que, siendo, estos mercados pasan a tener ese valor a tener en cuenta también... y un motivo de reflexión.

En cierto modo estos eventos y su encarecimiento, su enfoque a transformar las ciudades en parque turístico y no tanto en lugar realmente propio del ser de ese sitio, ayudan un poco más a la expulsión de aquellos que no pueden pagar determinadas cosas o que, y que, viviendo su municipio lo notan que les desplaza económica, culturalmente y en sus costumbres más cercanas a la realidad diaria.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

jueves, octubre 02, 2025

NOTICIA 2416ª DESDE EL BAR: LAS COSAS DE LA HISTORIA

"Siempre he pensado que hay una guerra abierta entre historiadores y divulgadores, una guerra fría entre historiadores y periodistas, una paz armada entre historiadores y politólogos, y una entente entre historiadores, sociólogos y antropólogos."

Esta reflexión no es mía. Es de un compañero de trabajo en esta profesión nuestra de archiveros y a la vez historiadores. Fue hace un mes o poco más, a costa de otra entrevista donde un periodista, una periodista en este caso, cree que su trabajo es el que construye el relato de la Historia y que, además, entrevista a un artista, a un director de cine en este caso, que por haber hecho una película biográfica sobre alguien histórico se le trata ya como si su relato de historia narrada en términos de película es ya Historia pura y dura y sagrada verdad.

La película era El cautivo (Alejandro Amenábar, 2025), pero no viene al caso. La periodista era Àngels Barceló, pero tampoco viene al caso. Otras veces es un actor o actriz (que es lo común), un escritor, un músico, una cantante, alguien que pinta cuadros, otro que crea cómics, alguien dedicado a las series de televisión... y el periodista, pues el que toque, con fama o sin fama, aunque suele haber excepciones más conscientes del papel profesional de cada uno, aunque estos suelen ser los periodistas no conocidos. 

La frase de mi compañero de trabajo la comparto plenamente. Creo que es muy acertada. Desde que me formé como historiador ideas similares o iguales se repiten de uno a otro colega. Lo normal es que lleve las de perder el historiador. Incluso entre la sociedad común sin estudios es muy normal valorar en mucho al periodista, últimamente algo más a los divulgadores de Internet, y despreciar al historiador de carrera, comúnmente bajo acusación de politizado porque las explicaciones que se les da o no le cuadran, o no son las que quiere, o chocan con sus ideas previas, normalmente ubicadas en dos extremos: o tópicas o radicalmente provocadoras para lo comúnmente sabido.

Los divulgadores son un gran problema, me refiero a los que no son historiadores de formación y en ejercicio, o al menos con actividad como tal y buscan, además, el máximo de atención. Concreto, los divulgadores que son personas que quizá les interesa mucho un tema y hablan de él con gran profusión de datos y confunden la Historia con una gran cantidad de datos. Pero además suelen tender a prestar atención a acumular conocimiento de aquello que les agrada más del motivo de la Historia que les atrae, por lo que todo aquello que es más pesado o incluso molesto, no suelen consultarlo. Además, muchos no están actualizados, redundan y abundan en los tópicos o en las verdades a medias que favorecen sus ideas, ignoran los avances y las reflexiones deontológicas. Sin embargo, dada su capacidad para atraer público, puesto que además buscan agradar para tener cuanto más público mejor, son estos a los que más prestan atención los periodistas. Y por supuesto que los historiadores tenemos por objeto expandir nuestros conocimientos a los demás, aportar a la sociedad, o sea: divulgar, pero dentro de un código que viene a decir que no todo vale. Por ejemplo, manipular, ocultar, exagerar, alterar, no encontrar todos los puntos de vista posible, dejar de preguntar por qué incluso a las ideas o partes con las que más conforme estás... etcétera.

Desde el final del siglo XX, pero sobre todo desde el comienzo de este siglo XXI, ni que decir tiene que la gente cree aprender Historia a través de películas, cómics y de vez en cuando algún libro novelado. Y es cierto que eso es un punto de partida en el que ahora mismo algunos historiadores de profesión se fijan para ver cómo poder estar ahí para crear aproximaciones que, al menos, no creen auténticas escabechinas del conocimiento sobre el tema a conocer. Es indudable que directores de cine como Spielberg acerca de la Segunda Guerra Mundial, o Paco Roca en cómic con la guerra civil y la dictadura, han hecho contribuciones inestimables, loables y necesarias. Pero estos han de servir sólo como aproximación y siempre destacando que están relatados desde la ficción del relato histórico. Cuentan historias ficcionadas que nos presentan la Historia. Los autores citados lo hicieron muy bien, otros son muy cuestionables. Pero lo que no hay que hacer es creer que eso es Historia en su término tal cual es, es un aproximación, y debe servir o para entretenerte o para aproximarte al tema o para ambos. No hay que creer que ese es el relato de la Historia, que esa es la totalidad de la explicación de la Historia. 

Claro que siempre habrá algún autor o autora que haciendo una obra de ambientación histórica o biográfica digan de sí que eso es Historia y olviden su carácter ficcionado para crear una novela, un cómic, una serie televisiva o una película. Y el espectador a menudo olvida que las entrevistas y reportajes para promocionar estos productos, ya sea sobre la vida de Freddy Mercury u otra historia, son lugares donde las respuestas, también las preguntas pero sobre todo las respuestas, se orientan a vender el producto. A fin de cuentas hay que vender entradas de cine, libros o cómic... por no decir también periódicos y revistas.

Quizá el mayor de los males para el conocimiento de la Historia es que desde niños a numerosas generaciones, me temo que aún ahora, se nos ha educado diciendo que la Historia es como un cuento. Como un relato, y además inamovible. No es así, la Historia no es eso. Es mucho más complejo y mucho más difícil de entender. Otra cosa es que en los colegios nos enseñen la parte lineal de los sucesos para poder conocer en términos generales cómo hemos llegado hasta aquí.

La Historia, por otra parte, como decía Comte, y con esto estoy de acuerdo con este filósofo del XIX, se vale del resto de ciencias humanas y también de las ciencias exactas para poder perfeccionarse. De hecho, de entre las ciencias humanas más acordes, geógrafos, sociólogos y antropólogos, historiadores del Arte y la Literatura, politólogos y filósofos (de estos mucho), psicólogos y otros, son piedras importantes en esta obra que es la Historia.

Esta tarde, después de trabajar, entré a tomar un té en un bar habitual donde el camarero habrá cumplido 20 años no hace mucho, tal vez 19. De fondo las noticias daban en imágenes sin sonido una manifestación a favor de la flotilla con ayuda humanitaria a Gaza. No había casi nadie y me preguntó qué pasaba. Le contesté las novedades de hoy y me dijo que no sabía de lo que hablaba, así que me extendí a las novedades de lo que va de semana y me dijo que tampoco sabía, Me aclaró que en realidad no sabía nada ni de Israel ni de Palestina y quería saber. Sondeé un poco para ver por dónde empezar y descubrí que en general no conocía nada de la Historia europea del siglo XX. No es broma. No es exageración. No sabía nada del siglo XX fuera de España. Por supuesto, por películas, sabía de la existencia de las Guerras Mundiales, aunque no sabía en el fondo de sus porqués ni de sus acontecimientos más allá de los tratados por las películas. Traté de explicarle en líneas generales básicamente el motivo del conflicto por el cual se pelean desde 1948. De manera muy básica, sin entrar en ninguna guerra de las habidas, ni acuerdos, ni resoluciones... Que por lo menos supiera la base del conflicto. Entro más clientela y a sabiendas de que es un tema controvertido y que puede provocar peleas porque los políticos de España han sembrado el huerto para que las haya (yo ya me he visto en dos de las que me zafé rápido en otro bar), le dije que otro día, sin gente, podía darle más información sobre el porqué del conflicto actual, pero sin conocer la base, difícilmente podía explicarle bien el conflicto actual. 

Y ahí está la cosa. Una película, por sí sola, no te enseña la Historia como para entender el mundo de hoy. Es sólo una herramienta, un acercamiento.