La fecha está marcada ya en el calendario. Si no se cumple la palabra dada de que se hará algo, se cumple la fecha y con ella el acto inevitable por implícito en la inacción. Esto es tan sencillo como que el gatillo se pulsa sólo si el dedo lo aprieta y lo arrastra a mover el percutor del disparo. La fecha está marcada.
Este es un blog de un escritor cervecero que pretende hablar de él, de Historia, de sus ídolos, de sus paranoias propias, mostrar sus escritos... pero en definitiva son informes de un espia en el bar.
lunes, enero 27, 2020
lunes, enero 20, 2020
NOTICIA 1933ª DESDE EL BAR: 1917
El primer libro que me publicaron fue Relatos de la Gran Guerra, con historias ficticias ambientadas en la Primera Guerra Mundial, así que no he podido resistirme a ir al cine para ver la nueva película de Sam Mendes, 1917. El llamado cine inclusivo se supone que alcanza su máxima expresión en este largometraje gracias a un falso plano secuencia que nos ocupa las dos horas seguidas de la película. El efecto es bastante bueno porque aparte de parecer que se trata de un auténtico plano secuencia, logra que psicológicamente el público se introduzca en la historia que se nos cuenta al acompañar a sus protagonistas allá a donde van.
Interpretaciones, ambientación, dirección y dirección artística, producción, iluminación, fotografía, vestuario, montaje, producción, guión... todo es perfecto en esta película que se merecería ser la gran ganadora de los premios Oscars. Quizá sea la película que mejor refleja el aspecto de la Primera Guerra Mundial que trata de reflejar. Estamos ante el equivalente a Salvar al Soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) para las nuevas generaciones. Yo tuve la suerte de ver las dos en el cine, pero hay que reconocer que esta va más allá, trata de dar una historia no sólo verosímil, sino que trata a la guerra sin necesidad de recurrir a una historia épica, como hizo Spielberg, simplemente: crudeza y no precisamente por imágenes crudas de los efectos de los bombardeos o de los disparos, la violencia psicológica que supone la guerra en los individuos queda totalmente plasmada. Al acabar la película todo el público estaba callado, abandonaba todo el mundo la sala o hablando muy bajito o en silencio.
Puesto que sólo lleva una semana en cartelera me parecería una falta de respeto al lector interesado en verla comentarle alguna escena. Durante la primera mitad de siglo XX la prensa dedicada al cine escribía sus artículos entendiendo que el lector ya había visto el metraje, por lo que no importaba escribir desgranando todo. Se suponía que quien compraba esas publicaciones ya había visto las películas. Eso es algo que aprendí en mi paso por el archivo personal de Luis Buñuel, pero desde la segunda mitad del siglo XX se fue afianzando cada vez más el no desvelar nada de las tramas, se pone en valor la sorpresa, porque esas publicaciones ya no se realizan de cara al análisis cinematográfico, si no de cara a interesar a un posible espectador que pague la entrada de cine o el pase cibernético.
Como sea, lo que sí podría comentar es que el principal de sus valores, el recurso al plano secuencia, puede entenderse también como un valor propio del siglo XXI que ataca al cine: el entender la película a modo de videojuego. Puede parecer raro esto que digo, pero en realidad no lo es tanto. Al presentarse la trama tal como se presenta, parece un guión elaborado como se elaboran algunos videojuegos donde tú sigues en una misión a otro personaje, pasando situación peligrosa o misteriosa tras otra. No es algo nuevo, hace años que las formas narrativas casi de videojuego se infiltraron en el cine, pensemos que Gladiator (Ridley Scott, 2000) es prácticamente el planteamiento de un juego de combates donde pantalla a pantalla pasas a un adversario cada vez más poderoso, o, en un giro del acontecimiento, las películas de Star Wars, desde su regreso en 1999, no es que se planteen como argumentos de videojuego, pero sí presentan escenas de acción aptas para crear videojuegos, véase por ejemplo la escena de las carreras de vainas en Tantooine en el Episodio I.
A fin de cuentas lo inmersivo, que la persona se sumerja en la historia, es algo muy evidentemente propio del mundo del videojuego. Puede que ese afán actual porque el producto cultural implique que el individuo se vea envuelto en ello o que pueda decidir sobre ello sea signo del siglo XXI, no sólo en videojuegos o en películas, también está en plataformas audiovisuales y musicales, por ejemplo. Obviamente en este largometraje se nos presenta una trama, una historia a la que seguir, lo que la une aún a las formas de cine hasta ahora conocidas, a mi juicio: para bien.
Desde mi trabajo actual con los fallecidos, heridos y mutilados de las guerras de Cuba en el siglo XIX, algunas de las escenas de esta película me eran diariamente narradas y conocidas, especialmente el hospital de campaña. Pero también a través de las lecturas e investigaciones para la creación de los relatos que escribí para Relatos de la Gran Guerra.
Recomendable película. Siento no poder deciros mucho más, dado que posiblemente no la habéis visto aún muchos. No la dejéis pasar. Hay que verla en pantalla grande.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
miércoles, enero 08, 2020
NOTICIA 1932ª DESDE EL BAR: NOS IMPERIUM HABENT
Pedro Sánchez: "Ocho meses para diez segundos."
Felipe VI: "Ha sido rápido, simple y sin dolor, el dolor vendrá después."
(Nada más prometer el cargo Pedro Sánchez como jefe de gobierno a título de Presidente en la mañana de hoy, 8 de enero de 2020, ante el jefe del Estado, el Rey).
Esas son las primeras palabras que se cruzaron el recién nombrado presidente y el rey tras formarse al fin una presidencia en activo, acabando su estado en funciones. Fueron informarles y fuera de todo protocolo, pero las alcanzaron a escuchar los ocho periodistas que estaban presentes en la sala mientras eran invitados a abandonar la sala una vez acabado el acto oficial. Así lo aseguró la periodista de la cadena radiofónica SER, según la escuché en mi puesto de trabajo. Desconocemos el contexto, pues aunque es el inicio de una conversación, al faltar el resto no sabemos si se ahondó en esa idea o algo más, aunque es de suponer que probablemente se trataba de algún tipo de broma con un cierto transfondo de verdad (es gracioso porque es cierto, es una de las explicaciones de uno de los tipos de formas de hacer humor). En el telediario de Antena 3, que en los últimos días ha lanzado todo tipo de coletillas que no vienen a cuento en un telediario, y todo tipo de titulares y desarrollos contados a medias y llenos de una visión unilateral y tendenciosa en contra de todo lo que sea izquierda, y por ende contra el gobierno que se formará entre el PSOE y Unida Podemos, amplió un poco más esa confraternización asegurando que Sánchez le habría dicho a continuación al rey que le habían dado preocupaciones por muchas cosas. Sea como sea, no parece que todos estos comentarios pasen de una conversación distendida, en lugar de algo gravísimo como algo que nos quieren dar a entender algunos medios. No obstante, los periódicos ABC y El Mundo llevan una temporada larga asegurando que Pedro Sánchez hace desplantes al rey y este se siente molesto, sin que realmente haya nada que pueda afirmar con rotundidad y firmeza que eso sea así. La broma de Felipe VI puede venir tanto de la evidencia de que todos los presidentes de gobierno se han encontrado los problemas de sus legislaturas después de tomar el cargo, y esta legislatura tiene todos los elementos para ser especialmente problemática, como en otro extremo que lo doloroso realmente no era tanto los ocho meses de sufrimiento sin que se formara gobierno, si no todos los retos y peligros que puede correr y correrá el actual gobierno que se formará. O quizá, que bromeando con que pareciera que Pedro Sánchez no quisiera tomar el cargo, por lo rápido que ha sido la ceremonia, al ser de "diez segundos", esta era algo fácil, indoloro, como se le dice a los niños cuando van al médico a vacunarse, que "no era para tanto". Lo difícil, se insiste en la idea del objeto de la broma, no es tomar el cargo, es gobernar y eso es lo siguiente que vendrá.
El problema de todo esto de cómo han enfocado los medios esta breve filtración de las primeras palabras que se dirigieron presidente y rey en una conversación que en realidad era privada entre ellos, aunque con muchos oídos al servicio público alrededor, está justamente en todos esos meses, aunque en realidad años, décadas, que esta primera semana de enero se han concentrado en los "¡Viva el Rey! ¡Viva España!", y todos los argumentos, desde los más reaccionarios imaginables (literalmente) a los más vehementes en torno a los días que ha durado la investidura entre el 4 y el 7 de enero, en voz de la derecha española en pleno, PP, Vox, Ciudadanos, Navarra Suma y Foro Asturias. Se trata de la apropiación más que conocida y que viene de tiempo largo de los símbolos institucionales de España por parte de los conservadores y extrema derecha, cuestión heredada de los tiempos de la dictadura de Franco. Según el argumentario ir en contra de sus principios es ser la anti-España, mal español, anti patriota, un felón (este término se dijo en determinado momento en boca de Casado, líder del PP, meses atrás), un traidor, un ilegítimo, etcétera. Todo este lenguaje conlleva una forma de pensar y lo reintrodujo en la alta política la llegada al Congreso de Vox, el resto de la derecha le imitó en tromba, aunque es algo que nunca se dejó de oír en la calle y fuera de las instituciones. No es casual que mientras unos se apropian de la bandera española, otros la rechacen, porque al fin y al cabo, desde los tiempos de Franco, con las heridas mal cerradas o sin cerrar, el argumentario ha sido el mismo. Recordemos, desde el conservadurismo católico ahora, que en 1931 con la proclamación de la Segunda República el cardenal Segura hizo llamamientos contra el gobierno, lo que provocó su expulsión de España, del mismo modo que los jesuitas juraron lealtad al Papa antes que al jefe del Estado, por tanto al gobierno de España, lo que provocó también que la República les retirara toda confianza y disolviera legalmente la orden. Estos días de investidura hemos visto y leído una escena similar, la cúpula episcopal española, con muy contadas excepciones, invitaba a rezar por España ante el desastre que entendían que será un gobierno de izquierdas PSOE-Unidas Podemos. Hasta los grandes empresarios y los banqueros usaron su voz para decir de un modo u otro, por un medio u otro, directa e indirectamente, todo lo que pudieron lo que se puede resumir metafóricamente en: "¡Qué vienen los rojos! ¡Se rompe España! ¡Tened miedo!". El no va más de todos estos comentarios se vio en un programa de televisión sensacionalista, cuando entrevistaron en la calle a un político de Aragón Existe y una chica aparentemente simpatizante de Vox que pasaba por allí le increpa amenazadoramente, él va a replicarle comenzando a decir "Cuando me fusiléis..." y antes de que terminara, ella le espeta: "Pues si hay que fusilarte, se te fusila". Ojo, que en el Parlamento el diputado de Teruel Existe aseguró recibir amenazas, insultos y presiones, y efectivamente se pudo ver en prensa pintadas en su casa llamándole traidor (por votar a favor de Pedro Sánchez) con las siglas de las juventudes de uno de los partidos de ultraderecha que lleva años existiendo y no tiene diputado alguno a fecha de hoy. Este diputado hubo de ser escoltado por la policía para poder ir a votar como diputado, aparte de tener que dormir en un lugar secreto la noche de antes. En todo caso, según afirmaron desde la tribuna de oradores del Congreso y en entrevistas a los medios, numerosos diputados y diputadas del PSOE fueron acosados a mensajes, correos y llamadas para que cambiaran su voto e impidieran el gobierno, aparte de insultos, presiones y más amenazas ("puta", llegó a asegurar una diputada del PSOE que la llamaron cuando la entrevistaron a pie de calle TVE-1 en los momentos previos a la segunda votación que daría por resultado la elección del presidente). Pero se pudo ver en directo también. En el debate previo a la primera votación, Inés Arrimadas, líder actual de Ciudadanos, pidió que cambiaran su voto directamente a los diputados del PSOE, alegando con una pregunta si entre ellos no habría ningún valiente. Volvió a hacerlo en su intervención previa al día de la segunda votación, esta vez repitiendo lo mismo pero alagando como valiente a Oramas, la diputada de Coalición Canaria que decidió hacer un uso personal de su poder de votar en el Congreso al declarar que votaría y votar "No" a la investidura, cuando en realidad ella era la representante de su partido político y de los miles de personas que confiaron en ellos al votarles para que salieran electos diputados. Su poder de votar no era personalmente suyo, si no que ella era depositaria de la confianza y delegación en su persona, como diputada, por parte de su partido y de sus votantes de ese poder. Coalición Canaria había decidido abstenerse para facilitar la investidura. Lo que hizo Oramas, según ella en conciencia personal, fue precisamente apropiarse personalmente de algo que no era suyo, esto es: se apropió personalmente del sentido del voto que tenía derecho a ejercer, cuando este sentido del voto pertenecía en realidad a la decisión común de su partido como depositarios de la soberanía nacional delegada por sus votantes cuando les eligieron en las urnas. Oramas lo que hizo fue no representar a los que debía representar, sino votar como si el voto fuera exclusivamente suyo. O en otras palabras, falló a su función como diputada democráticamente elegida.
Como sea, volviendo al asunto que daba comienzo a este análisis, aunque no nos hemos desviado demasiado, primero lo dijo Pablo Iglesias por Unidas Podemos, si los que gritaban vivas al rey querían conservar la monarquía, mas les valía alejar a la monarquía de ellos, porque al apropiar la monarquía como algo que sólo pertenecería a la derecha, y en concreto a una derecha muy subida de tono en el debate y fuera de él en torno a la ultraderecha, muchos ciudadanos se alejarían de la monarquía. Recordó que los democristianos alemanes ya vivieron hace poco que su canciller, Merkel, rechazara que alguien de su partido llevara una bandera alemana, porque ningún partido político se podía apropiar para sus ideas los símbolos del Estado que eran de todos los alemanes. Y recordó que ya Juan Carlos I supo poner distancias grandes y prudenciales ante la ultraderecha cuando se produjo la Transición, pues sabía que su monarquía sólo perduraría si la alejaba de la ultraderecha más activa del franquismo, y eso a pesar de que la elección de él mismo como rey sucesor de Franco había venido del mismísimo Franco. Pero el discurso más brillante que se hizo apelando a esto lo hizo más tarde Aitor Esteban, del PNV, quien ya lleva varios discursos muy bien construidos en su trayectoria. Explicó a la derecha que la intención de formar un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos era algo ya conocido previamente a que el rey llamara a consultas en palacio a todos los grupos políticos, y que tras estas consultas el propio rey, haciendo caso a su deber constitucional, había sido el que había propuesto al Congreso la investidura de Pedro Sánchez. Y eso a sabiendas también de todo lo que llevaba detrás el acuerdo con Unidas Podemos o las posibles conversaciones para resolver el tema catalán con ERC. Así pues, preguntaba Aitor Esteban, ¿es también el rey un traidor a España y un felón? PP, Vox y Ciudadanos no pararon de repetir que el gobierno que se formaría era ilegítimo, por lo que Aitor Esteban ahondó en estos argumentos y les hizo ver que uniendo todo lo que habían razonado, la conclusión era que entonces había un gobierno legítimo, que era el del jefe del Estado, el rey, y otro ilegítimo, que sería el del jefe de gobierno, Pedro Sánchez si salía electo, creando así una sensación de golpe de Estado, cuando en realidad Pedro Sánchez había salido elegido en las elecciones por medio de la mayoría de votos al PSOE, así como Unidas Podemos también había tenido una mayoría de votos, las coaliciones son legales, y, una vez más, es el rey quien propone al presidente a las Cortes tras realizar consultas a los grupos. Por lo que todo se había hecho acorde a la Constitución y a nuestra democracia, sin existir ilegitimidad ninguna, ni traición, ni felonía, pues si existieran, también el rey sería cómplice por haber propuesto a Pedro Sánchez. Aunque el argumento es digno de ver y escuchar, por ser impecable, dura apenas cinco minutos, lo cierto es que por la tarde de ayer la presidenta del Congreso se reunió con el rey en palacio para presentarle la aprobación de Pedro Sánchez para ser investido presidente y la Casa Real publicó en la red social de Twitter tres fotografías sobre el evento. Al leer los comentarios que algunos ciudadanos publicaron en esas fotos encontré de todo, y entre ese "de todo" se incluye lo que podríamos pensar opiniones de gente monárquica o bien de derechas indignados y estaría por decir que algunos incluso muy cercanos a lo que la actual ley podría considerar injurias al rey, aunque existe la libertad de expresión. Como sea, parece que los que le gritaban "¡Viva el Rey!" estaban menos dispuestos a defenderle, todo lo contrario, cuando vieron la foto de Felipe VI aceptando a Pedro Sánchez. Por cierto: sí, algún comentario también arremetía contra la reina, aunque ella no tenía nada que ver en las fotos ni en los hechos, y no sabría decir hasta donde arremetían contra ella como reina o como mujer. Vayamos a las analogías del pasado de nuevo, no nos extrañemos, tanto en 1931 como en 1936 mucha gente de derechas y de extrema derecha no era monárquica, habían dejado de serlo y arremetían contra Alfonso XIII al considerarle culpable de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y consecuentemente del triunfo de la Segunda República. No olvidemos que la Falange de camisas viejas no eran originalmente monárquicos, Mola se sublevó con la bandera republicana, la primera bandera bicolor que usó Franco no tenía el escudo monárquico, ni hizo de España una monarquía hasta 1947 y aún así no le eligió un rey hasta 1968, que se decidió por Juan Carlos de Borbón, pero no le dejó reinar hasta su muerte (la de Franco) en 1975. La ultraderecha no es necesariamente monárquica. Así pasó también en otros países. El rey para ellos es algo instrumental mientras su figura coincide o ayuda a sus intereses políticos. En este sentido, actualmente, las
personas y políticos del PP deberían tomar nota de lo que dijo Abascal por Vox en el primer día de investidura, en su primera intervención. ¿Para adoptar algo de sus ideas a
las suyas? No, para darse cuenta de que Vox les está señalando con el
dedo como enemigos al mismo nivel que la
izquierda. Y si no quieren oírlo ahora, como tarden mucho terminarán oyéndolo en carne propia, como antes lo
oiremos los de izquierdas. Pero a estas horas parece que los derroteros de la cúpula del PP está más interesada en compartir algunos de los razonamientos que ha lanzado Vox en los últimos meses, no obstante le tiene como partido político necesario y con acuerdos mutuos para mantener gobiernos locales y autonómicos en varios lugares de España.
Hoy mismo Casado llamaba constitucionalistas sólo a los partidos de derechas, apropiándose así de España y lo que es legítimo sólo para ellos y los que piensen como ellos. Los demás seríamos lo que Vox llamó la anti España, expresión de tiempos de la dictadura.
Sea como sea, cuando en la noche de ayer fue entrevistado Pablo Iglesias en La Sexta por el Gran Wyoming, cumpliendo una promesa que le hizo hacía mucho tiempo si alguna vez llegaba a gobernar (y todo apunta a que tendrá una de las tres vicepresidencias del gobierno), llevaba razón cuando dijo que tendría gracia que un republicano fuera ahora el mayor asesor para la monarquía. Claro, que también fue extraño escuchar en la mañana de ayer al PP y a Vox usar las palabras del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, para defender sus ideas ante Pedro Sanchez, cuando menos este apartado de unos y otros es rocambolesco.
Desde 2011 casi todo lo que ha ocurrido en la política, la economía y la sociedad españolas ha sido algo nunca visto en lo que va de monarquía parlamentaria. Hemos ido de excepcionalidad en excepcionalidad. La repetición electoral y la falta de formación de gobierno en un primer momento, ya se había dado con Rajoy, pero en tan breve tiempo se volviera a dar el caso era algo que rizaba el rizo. Hubo entre medias muchas otras cosas novedosas, muchas ya comentadas en anteriores ocasiones. Todo lo hasta ahora contado con esa radicalización de la política y esa virulencia entre izquierda y derecha es ya de por sí algo inédito, pero lo más inédito es que por primera vez hay un gobierno de coalición en esta monarquía parlamentaria, pues ya los hubo en la Segunda República. Para quien no se haya dado cuenta, se ha roto el turnismo bipartidista que se instauró en España tras las elecciones de 1982, pues entonces desapareció de entre los grandes partidos la UCD. Desde 1982 va a entrar en un gobierno un partido que no es el PSOE ni el PP, entra Unidas Podemos, una confederación de confluencias sociales y antiguos partidos de izquierda, algunos de ellos a la vez coaliciones como Izquierda Unida, que incluye en sí al PCE, y también estaría Uralde, quien fuera líder del nuevo partido ecologista Equo. Que la coalición rompa el monopolio del poder es una de las cuestiones que ha puesto nerviosos a una parte de la derecha, que Unidas Podemos tenga elementos más a la izquierda que el PSOE es lo que ha ayudado a aumentar ese nerviosismo entre los poderosos de la economía. Y por supuesto que los diferentes partidos regionalistas y nacionalistas, especialmente catalanes y vascos, se hagan imprescindibles para alcanzar la gobernabilidad es lo que termina de llenar el vaso del nerviosismo entre los más conservadores.
Tal como han resultado las elecciones del pasado 2019 el tablero central del Congreso lo ocupan nacionalistas y regionalistas. No hay mayorías absolutas ni siquiera sumando a los claramente de izquierdas, ni en el otro lado a los claramente de derechas. La posibilidad de gobierno estaba en la izquierda, pero si hubiera estado en la derecha, igualmente ellos se verían obligados a pedir el apoyo o la abstención a regionalistas y nacionalistas. Todos los argumentos de traición a España que ha hecho porque el PSOE hable con ERC es una manipulación de la realidad. Saben bien que nadie gobernará España sin hablar con ellos, tal como han reflejado cinco resultados electorales diferentes y consecutivos. Guste o no guste todo apunta al diálogo y al entendimiento. La mesa de diálogo que han pactado y el reconocimiento del conflicto catalán como conflicto político es un paso muy importante. Ahora bien, el gesto de ERC con su abstención ha sido para facilitar la investidura y la formación de gobierno, a la vez de para frenar a la extrema derecha, como ellos mismos dijeron, pero de lo que se hable o no en esa mesa de diálogo depende el gobierno. Me explico, la investidura ha sido posible por 167 Síes, 165 Noes y 18 abstenciones. Es tan endeble y volátil que si no se aprueban los presupuestos del Estado (llevamos dos prórrogas de los de Rajoy) se tendrá que volver a terminar de súbito la legislatura y repetir elecciones, como pasó en 2019. Teóricamente una legislatura son cuatro años, por lo que se tendrán que debatir cuatro presupuestos generales del Estado, pero no sólo eso, cabe la posibilidad de mociones de censura, imposibilidad de aprobar leyes y cualquier otra iniciativa de gobierno que tenga que pasar por el Parlamento. Entre los intereses de unos y de otros, y no sólo me refiero al tema catalán, podemos estar ante una legislatura muy ingobernable. Posiblemente se tengan que tomar decisiones que defrauden a muchos, sobre todo viniendo una crisis económica que comenzó en 2019 con la guerra comercial abierta por Estados Unidos contra la Unión Europea y China, y en ciernes de una escalada de conflictos bélicos en Irán-Irak protagonizados también por Estados Unidos. La crisis económica nueva está ahí y se sumará a la de 2008. Vienen malos tiempos, pues en la Unión Europea hay que sumar la salida de Reino Unido.
Pensemos además que Pedro Sánchez y el PSOE siempre estuvieron predispuestos a formar gobierno tendiendo la mano a Ciudadanos y que la falta de encuentro con Unidas Podemos les llevó a un enfrentamiento muy duro a lo largo de la primavera y el verano. Si el PSOE y Unidas Podemos han llegado a acordar un gobierno de coalición, e incluso se abrazan y alagan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se debe a que Ciudadanos ha pasado a ser una fuerza insignificante para conformar una mayoría suficiente en el Congreso. En todo caso, cuando PSOE y Unidas Podemos tuvieron el breve gobierno de 2018-2019, tras la moción de censura al PP y quedándose todo el gobierno el PSOE pero con apoyo en el Congreso por parte de Unidas Podemos, se avanzó en política social, como por ejemplo el aumento del salario mínimo o la fiscalidad de los productos de higiene femenina. Ahora se proponen avanzar más en ese salario mínimo, derogar la reforma laboral de 2012, limitar el precio del alquiler de la vivienda, aumentar las pensiones, hacer cumplir y mejorar las leyes de la Transición sobre la superación de la dictadura y la de la memoria histórica, aumentar los impuestos a los multimillonarios después de varios años de subidas a las clases más humildes, mejorar todo tipo de infraestructuras y servicios públicos, en especial ayudar a la España rural y las provincias más abandonadas, etcétera. Son muchos retos e implican tener fondos. Viene una crisis grande y el gobierno está en precario en apoyos, y con el problema de Cataluña por solucionar. Eso pensando además en las tentativas de acercamiento que le hizo el PSOE a Ciudadanos en su día y que fue el propio Pedro Sánchez uno de los que estuvo detrás de la reforma laboral de 2010, preludio de la de 2012. Hay motivos para la desconfianza, para reforzar los sindicatos y para estar preparados para posibles huelgas, pero dado que en noviembre PSOE y Unidas Podemos decidieron hacer borrón y cuenta nueva, confiando entre sí, habrá que darles un voto de confianza inicial y apoyar, a ver si es verdad que pueden avanzar en las políticas sociales y laborales rectificando todas las injusticias provocadas por los recortes económicos de la etapa de Rajoy, donde los trabajadores y desempleados cargaron con lo más duro de la crisis a sus hombros. Los más ricos se hicieron más ricos y los pobres aumentaron en número y aumentó su precariedad. En pleno 2020, desde que empezó todo en 2008, con Zapatero en el gobierno, se empeoró en 2010 cuando llegó lo más negro de la crisis a Europa, y se empeoró más con las medidas de Rajoy desde finales de 2011, ya iba siendo hora de que también las grandes fortunas tengan algún sacrificio, no sólo las clases trabajadoras. El magnate norteamericano Bill Gates ha llegado a declarar esta misma semana que los ricos deberían ser más generosos y pagar más impuestos para ser más justos socialmente. Bill Gates no es comunista, ni su voz es cualquiera. Por algo lo dirá. Que lo piensen.
Pero es cierto que hay poco margen de acción para absolutamente todo. Para cualquier cosa. Ya veremos cómo anda el gobierno. Lo que sí es cierto es que sin solucionar el asunto catalán, tal como he analizado varias veces cada vez que hemos hablado de actualidad, la imposibilidad de avanzar es total. Mientras exista un problema de estas dimensiones estamos atados todos los españoles de pies y manos. Lo dijo Gabriel Rufián semanas atrás, ERC ha puesto y quitado gobiernos de un modo u otro. El asunto catalán lo ha hecho, ya sea porque la derecha lo use para atacar, como en 2019 cuando los presupuestos del Estado, o porque el propio nacionalismo use sus herramientas democráticas legales para obstaculizar o facilitar en las instituciones. Hay que hablar y hay que explorar.
Y desde luego no ayuda nada la cerrazón de gente que decide boicotear a productos catalanes, torpedeando la economía catalana, que posiblemente sean parte de ellos los mismos que hoy llaman a boicotear los productos aragoneses porque Teruel Existe votó "Sí" a Pedro Sánchez, siendo las reivindicaciones de este partido mejorar los ferrocarriles, la sanidad, la educación y las infraestructuras en general de Teruel. ¿Qué clase de España quieren construir los del boicot, la presión y el silencio en lugar del diálogo?
Sin diálogo, sin compromisos y sin reconocer y cumplir con lo que se ha de hacer inevitablemente, la única solución civilizada pasa por la judicialización. Por demandar y sentenciar tras pelearse en los tribunales. Eso como lo más civilizado. Pero eso es indeseable. El problema es político, y la política es básicamente diálogo, reconocimiento de lo que es escollo y de lo que acerca y toma de compromisos y ejecución de los mismos en todo aquello que sea solución y superación del problema. Fuera de eso, demandas judiciales y juicios indeseables. Si sólo hay cerrazón, entonces sólo hay conflicto y empeoramiento. El nuevo gobierno que se formará la semana que viene apuesta por el diálogo en sus compromisos adquiridos para la investidura, ojalá todo fuera así.
Hoy mismo Casado llamaba constitucionalistas sólo a los partidos de derechas, apropiándose así de España y lo que es legítimo sólo para ellos y los que piensen como ellos. Los demás seríamos lo que Vox llamó la anti España, expresión de tiempos de la dictadura.
Sea como sea, cuando en la noche de ayer fue entrevistado Pablo Iglesias en La Sexta por el Gran Wyoming, cumpliendo una promesa que le hizo hacía mucho tiempo si alguna vez llegaba a gobernar (y todo apunta a que tendrá una de las tres vicepresidencias del gobierno), llevaba razón cuando dijo que tendría gracia que un republicano fuera ahora el mayor asesor para la monarquía. Claro, que también fue extraño escuchar en la mañana de ayer al PP y a Vox usar las palabras del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, para defender sus ideas ante Pedro Sanchez, cuando menos este apartado de unos y otros es rocambolesco.
Desde 2011 casi todo lo que ha ocurrido en la política, la economía y la sociedad españolas ha sido algo nunca visto en lo que va de monarquía parlamentaria. Hemos ido de excepcionalidad en excepcionalidad. La repetición electoral y la falta de formación de gobierno en un primer momento, ya se había dado con Rajoy, pero en tan breve tiempo se volviera a dar el caso era algo que rizaba el rizo. Hubo entre medias muchas otras cosas novedosas, muchas ya comentadas en anteriores ocasiones. Todo lo hasta ahora contado con esa radicalización de la política y esa virulencia entre izquierda y derecha es ya de por sí algo inédito, pero lo más inédito es que por primera vez hay un gobierno de coalición en esta monarquía parlamentaria, pues ya los hubo en la Segunda República. Para quien no se haya dado cuenta, se ha roto el turnismo bipartidista que se instauró en España tras las elecciones de 1982, pues entonces desapareció de entre los grandes partidos la UCD. Desde 1982 va a entrar en un gobierno un partido que no es el PSOE ni el PP, entra Unidas Podemos, una confederación de confluencias sociales y antiguos partidos de izquierda, algunos de ellos a la vez coaliciones como Izquierda Unida, que incluye en sí al PCE, y también estaría Uralde, quien fuera líder del nuevo partido ecologista Equo. Que la coalición rompa el monopolio del poder es una de las cuestiones que ha puesto nerviosos a una parte de la derecha, que Unidas Podemos tenga elementos más a la izquierda que el PSOE es lo que ha ayudado a aumentar ese nerviosismo entre los poderosos de la economía. Y por supuesto que los diferentes partidos regionalistas y nacionalistas, especialmente catalanes y vascos, se hagan imprescindibles para alcanzar la gobernabilidad es lo que termina de llenar el vaso del nerviosismo entre los más conservadores.
Tal como han resultado las elecciones del pasado 2019 el tablero central del Congreso lo ocupan nacionalistas y regionalistas. No hay mayorías absolutas ni siquiera sumando a los claramente de izquierdas, ni en el otro lado a los claramente de derechas. La posibilidad de gobierno estaba en la izquierda, pero si hubiera estado en la derecha, igualmente ellos se verían obligados a pedir el apoyo o la abstención a regionalistas y nacionalistas. Todos los argumentos de traición a España que ha hecho porque el PSOE hable con ERC es una manipulación de la realidad. Saben bien que nadie gobernará España sin hablar con ellos, tal como han reflejado cinco resultados electorales diferentes y consecutivos. Guste o no guste todo apunta al diálogo y al entendimiento. La mesa de diálogo que han pactado y el reconocimiento del conflicto catalán como conflicto político es un paso muy importante. Ahora bien, el gesto de ERC con su abstención ha sido para facilitar la investidura y la formación de gobierno, a la vez de para frenar a la extrema derecha, como ellos mismos dijeron, pero de lo que se hable o no en esa mesa de diálogo depende el gobierno. Me explico, la investidura ha sido posible por 167 Síes, 165 Noes y 18 abstenciones. Es tan endeble y volátil que si no se aprueban los presupuestos del Estado (llevamos dos prórrogas de los de Rajoy) se tendrá que volver a terminar de súbito la legislatura y repetir elecciones, como pasó en 2019. Teóricamente una legislatura son cuatro años, por lo que se tendrán que debatir cuatro presupuestos generales del Estado, pero no sólo eso, cabe la posibilidad de mociones de censura, imposibilidad de aprobar leyes y cualquier otra iniciativa de gobierno que tenga que pasar por el Parlamento. Entre los intereses de unos y de otros, y no sólo me refiero al tema catalán, podemos estar ante una legislatura muy ingobernable. Posiblemente se tengan que tomar decisiones que defrauden a muchos, sobre todo viniendo una crisis económica que comenzó en 2019 con la guerra comercial abierta por Estados Unidos contra la Unión Europea y China, y en ciernes de una escalada de conflictos bélicos en Irán-Irak protagonizados también por Estados Unidos. La crisis económica nueva está ahí y se sumará a la de 2008. Vienen malos tiempos, pues en la Unión Europea hay que sumar la salida de Reino Unido.
Pensemos además que Pedro Sánchez y el PSOE siempre estuvieron predispuestos a formar gobierno tendiendo la mano a Ciudadanos y que la falta de encuentro con Unidas Podemos les llevó a un enfrentamiento muy duro a lo largo de la primavera y el verano. Si el PSOE y Unidas Podemos han llegado a acordar un gobierno de coalición, e incluso se abrazan y alagan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se debe a que Ciudadanos ha pasado a ser una fuerza insignificante para conformar una mayoría suficiente en el Congreso. En todo caso, cuando PSOE y Unidas Podemos tuvieron el breve gobierno de 2018-2019, tras la moción de censura al PP y quedándose todo el gobierno el PSOE pero con apoyo en el Congreso por parte de Unidas Podemos, se avanzó en política social, como por ejemplo el aumento del salario mínimo o la fiscalidad de los productos de higiene femenina. Ahora se proponen avanzar más en ese salario mínimo, derogar la reforma laboral de 2012, limitar el precio del alquiler de la vivienda, aumentar las pensiones, hacer cumplir y mejorar las leyes de la Transición sobre la superación de la dictadura y la de la memoria histórica, aumentar los impuestos a los multimillonarios después de varios años de subidas a las clases más humildes, mejorar todo tipo de infraestructuras y servicios públicos, en especial ayudar a la España rural y las provincias más abandonadas, etcétera. Son muchos retos e implican tener fondos. Viene una crisis grande y el gobierno está en precario en apoyos, y con el problema de Cataluña por solucionar. Eso pensando además en las tentativas de acercamiento que le hizo el PSOE a Ciudadanos en su día y que fue el propio Pedro Sánchez uno de los que estuvo detrás de la reforma laboral de 2010, preludio de la de 2012. Hay motivos para la desconfianza, para reforzar los sindicatos y para estar preparados para posibles huelgas, pero dado que en noviembre PSOE y Unidas Podemos decidieron hacer borrón y cuenta nueva, confiando entre sí, habrá que darles un voto de confianza inicial y apoyar, a ver si es verdad que pueden avanzar en las políticas sociales y laborales rectificando todas las injusticias provocadas por los recortes económicos de la etapa de Rajoy, donde los trabajadores y desempleados cargaron con lo más duro de la crisis a sus hombros. Los más ricos se hicieron más ricos y los pobres aumentaron en número y aumentó su precariedad. En pleno 2020, desde que empezó todo en 2008, con Zapatero en el gobierno, se empeoró en 2010 cuando llegó lo más negro de la crisis a Europa, y se empeoró más con las medidas de Rajoy desde finales de 2011, ya iba siendo hora de que también las grandes fortunas tengan algún sacrificio, no sólo las clases trabajadoras. El magnate norteamericano Bill Gates ha llegado a declarar esta misma semana que los ricos deberían ser más generosos y pagar más impuestos para ser más justos socialmente. Bill Gates no es comunista, ni su voz es cualquiera. Por algo lo dirá. Que lo piensen.
Pero es cierto que hay poco margen de acción para absolutamente todo. Para cualquier cosa. Ya veremos cómo anda el gobierno. Lo que sí es cierto es que sin solucionar el asunto catalán, tal como he analizado varias veces cada vez que hemos hablado de actualidad, la imposibilidad de avanzar es total. Mientras exista un problema de estas dimensiones estamos atados todos los españoles de pies y manos. Lo dijo Gabriel Rufián semanas atrás, ERC ha puesto y quitado gobiernos de un modo u otro. El asunto catalán lo ha hecho, ya sea porque la derecha lo use para atacar, como en 2019 cuando los presupuestos del Estado, o porque el propio nacionalismo use sus herramientas democráticas legales para obstaculizar o facilitar en las instituciones. Hay que hablar y hay que explorar.
Y desde luego no ayuda nada la cerrazón de gente que decide boicotear a productos catalanes, torpedeando la economía catalana, que posiblemente sean parte de ellos los mismos que hoy llaman a boicotear los productos aragoneses porque Teruel Existe votó "Sí" a Pedro Sánchez, siendo las reivindicaciones de este partido mejorar los ferrocarriles, la sanidad, la educación y las infraestructuras en general de Teruel. ¿Qué clase de España quieren construir los del boicot, la presión y el silencio en lugar del diálogo?
Sin diálogo, sin compromisos y sin reconocer y cumplir con lo que se ha de hacer inevitablemente, la única solución civilizada pasa por la judicialización. Por demandar y sentenciar tras pelearse en los tribunales. Eso como lo más civilizado. Pero eso es indeseable. El problema es político, y la política es básicamente diálogo, reconocimiento de lo que es escollo y de lo que acerca y toma de compromisos y ejecución de los mismos en todo aquello que sea solución y superación del problema. Fuera de eso, demandas judiciales y juicios indeseables. Si sólo hay cerrazón, entonces sólo hay conflicto y empeoramiento. El nuevo gobierno que se formará la semana que viene apuesta por el diálogo en sus compromisos adquiridos para la investidura, ojalá todo fuera así.
jueves, enero 02, 2020
NOTICIA 1931ª DESDE EL BAR: DE LOS LIBROS QUE LEÍ EN 2019
Repetimos la explicación de cada año: Como cada año, el número de libros que leí el año recién acabado y los dos libros que destaco más la novela gráfica que destaco.
2019: 40 años.
Leí 53 libros, de los cuales 4 eran
novelas gráficas y 8 eran revistas recopilatorias de cómic (algunos de estos libros libros se encontraban juntos en un mismo volumen o tomo).
Por razones laborales y de interés este año leí una gran cantidad sobre la Historia y el pensamiento de Cuba en el siglo XIX, en torno a sus guerras de independencia. Hubo también artículos y otros medios informativos sobe esto. Pero también leí bastante sobre censura, pensamiento político y filosofía para completar la información de una investigación que hice. Otra de las temáticas que más abundó fueron obras de teatro de Valle-Inclán y un reencuentro que tuve con las novelas de Alberto Vázquez-Figueroa. Sin ahondar en todo esto, procedamos a los dos libros que destaco y a la novela gráfica que destaco.
El corazón en las tinieblas (Joseph Conrad, 1899): Ya mencioné este libro como destacado reciente en la entrada anterior, en la que concedía la habitual entrevista que me hacen algunas personas amigas y/o lectoras con motivo del aniversario de esta bitácora. Sofia Winter me preguntaba por el libro que más me había sumergido recientemente y hablé de este libro hasta en dos de sus preguntas. Se puede leer en la Noticia 1930ª. Joseph Conrad fue un autor polaco que había nacido en la actual Ucrania, por entonces el Imperio Ruso ocupando en territorio de la Polonia del siglo XIX, y que al escribir su obra en inglés se le considera parte de los autores a destacar de la literatura anglosajona, no obstante se nacionalizó en Reino Unido. Es un libro muy breve pero muy intenso. Un viaje de exploración a los instintos más primigenios del ser humano, pero también a una especie de locura y violencia que enlazan la sociedad actual con las sociedades primitivas. Buena parte de las cosas que me interesaron de este libro ya quedaron contadas en aquella entrevista. Fue un libro que leí con mucha atención en mis viajes a Madrid para ir a trabajar y volver del trabajo. Muy destacable y recomendable. Se lo compré a Domiduca.
El fantasma de Canterville (Oscar Wilde, 1887): Otro pequeño librito. Este lo leí ilustrado por un ilustrador célebre de Argentina muerto en los años 1970 finales o comienzos de los 1980. Me divirtió mucho esta historia y descubrí a Oscar Wilde, del cual conozco varias de sus historias por referencias o por cine y televisión, o bien por algún texto suelto, pero no había leído aún un libro completo suyo. Descubrí que varias de mis amistades ya habían leído este libro muchos años atrás, algunos incluso en su infancia. El lenguaje era muy fluido y el sentido del humor era bastante claro. Supongo que cuando se escribió en pleno siglo XIX, cuando las historias de fantasmas estaban en auge, debió ser toda una irreverencia y una innovación que desmitificaba todo ese mundo. De fondo hay una crítica a la sociedad británica y todos los códigos morales y estrictos del victorianismo, los cuáles, por otra parte, gozaban de una hipocresía y una doble moral palpitante. Que los protagonistas fueran estadounidenses nos hace encontrar un contraste de choque de mundos que en pleno siglo XXI sigue existiendo. Eso hace que la novela, el cuento, haya envejecido bien y siga haciendo gracia. Sobre todo tenemos en esta obra de humor una crítica social y una crítica a los nuevos valores capitalistas y de modernidad constante que estaban acabando con ese otro mundo de creencias arraigadas, costumbres y códigos de honor y comportamiento social. Me resultó una lectura que me hizo sonreír. Conseguí mi ejemplar en Domiduca.
Y en cuanto a la novela gráfica que destaco:
Modesty Blaise, "La Barra" (Peter O'Donnell, mediados los años 1960): El tomo en el que lo leí estaba publicado en España en 1973-1974. Se encontraba claramente censurado en sus viñetas y probablemente en su guión. A Modesty Blaise la volverían a editar en España en los años 1980, pero tuvo una vida en exceso breve. En este país no se la ha reconocido bien. Ella era una mafiosa reconvertida a agente que aceptaba encargos del servicio secreto británico, haciendo lo que llamaríamos hoy día guerra sucia de Estado en la lucha contra el crimen y contra el bloque soviético en la Guerra Fría. Se movía así entre el crimen y el lado del orden y la ley. A todo esto, ella tomaba sus propias decisiones, era libre en todo y tenía control sobre su propia sexualidad, amén de ser una superviviente de un antiguo campo de concentración nazi, por lo que aborrece de todo tipo de dictadura, especialmente de origen fascista. El personaje daba una vuelta de tuerca a las historias de espías popularizadas en los años 1960 por las novelas y películas sobre James Bond, 007, las cuales sí tuvieron gran publicidad y éxito en la España del momento. Lo cierto es que Modesty Blaise era un modelo de heroína de cómic que no tenía nada que ver con otras heroínas que surgieron, las cuales era copias de sus homólogos varones, como Catgirl, Supergirl, Spider Woman o Hulka. No tenía que ver tampoco con las heroínas intelectuales que también fueron bestias negras para el franquismo, por replantearse el orden establecido y abrazar un pensamiento democrático, como Mafalda o la pequeña Lulú. Modesty Blaise era adulta, se movía con su propio código ético cuestionable desde el punto de vista de la legalidad estricta, no tenía reparos en matar o robar, y desde luego era sexualmente libre, insistimos en esta idea, pues Modesty Blaise se comportaba con la total libertad de una mujer del siglo XXI, o de finales del siglo XX, pero que en aquellos años 1960 aún muchos de sus comportamientos eran aspiraciones de la mujer en la sociedad y no sólo en española. Recuperarla ahora en ese sentido quizá ya no tiene sentido, pero el personaje en sí merece la pena, y en ese sentido sí sería necesario volverla a dar a conocer. Se le hicieron un par de películas de pésima calidad y que no captaban bien al personaje. Leí varias cosas de este personaje ahondando en mi investigación sobre la censura en el franquismo, pero la verdad es que me gustó mucho y llegué a leer alguna cosa más. Comparé los ejemplares que pude conseguir con las viñetas de los mismos que el mundo anglosajón ha puesto en Internet a disposición de otros usuarios, la censura en los ejemplares españoles es más que evidente. Además, prácticamente no se publicó casi nada, se publicó excesivamente poco de lo que se publicó en su momento en el resto de Europa y América. Puede que, entre los muchos factores sociales de la época, esa censura hiciera mucho en el freno y el desconocimiento de estos cómic en nuestro país. La calidad del dibujo, los escorzos, los trazos claros, la narración fluida donde las imágenes cuentan mucho más completando los textos de guión... merece la pena. Conseguí los ejemplares en la librería de antigüedades, rarezas y segunda mano Domiduca.
2020 (2 de enero): 40 años camino de los 41.
Estoy leyendo 1 libro.
Estoy leyendo 1 libro.
Vampir (Joann Sfar, 2007): El primer volumen de este personaje. Lo compré en el bar y librería El Laboratorio en 2015 ó 2016. El segundo tomo me lo regaló Zia Mei, una de las personas que llevaban adelante aquel lugar, lo hizo al cerrar el local. Se trata de una novela gráfica entrañable sobre un vampiro muy delicado, con gusto por lo clásico y la Literatura, el cual convive con un gato en su castillo. Él tiene una novia con la que mantiene un crisis, porque ella estuvo con otro. En ese momento aparece otra vampiro que se interesa por él. No puedo contar mucho más, porque lo estoy leyendo. Es un libro que rompe tópicos con un sentido del humor sutil y a la vez con un toque romántico que no es empalagoso. Le tenía muchas ganas a este libro y me parece muy buen libro.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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