Hechas estas dos recomendaciones de bares, que hacía tiempo que no mencionaba bares, saludos y que la cerveza os acompañe. Los bares de barrio en Alcalá están superando a los del centro ciudad, será porque se centran en la gente común y no tanto en turismo y vender no sé qué de estilo.
Este es un blog de un escritor cervecero que pretende hablar de él, de Historia, de sus ídolos, de sus paranoias propias, mostrar sus escritos... pero en definitiva son informes de un espia en el bar.
martes, junio 29, 2021
NOTICIA 2059ª DESDE EL BAR: VOLVER A LOS BARES
domingo, junio 27, 2021
NOTICIA 2058ª DESDE EL BAR: EL ASUNTO DEL TRABAJO
El tema más importante que se esta debatiendo en la política española en estos momentos no es lo catalán, tampoco el IVA de la luz aunque este sea vital, no es el ritmo de vacunas que va bien, ni la Eurocopa. Aparece en la sección económica desde hace mes y pico con cuentagotas y tal como va no descarto que haya que prepararse para la huelga general, volver a confiar en los sindicatos y cuando digan lo de acabar con los contratos temporales hacerse preguntas como trabajadores que somos, porque la clave es el cómo, y que la CEOE no ponga muchos "peros" da que pensar. La CEPYME puede converger con los sindicatos porque sus trabajadores suelen ser estables de larga y media duración. Y esto incluso con la mejor ministra de trabajo en décadas (siglo) favorable a los intereses generales de los trabajadores.
De lo que vamos sabiendo de esa reforma laboral, o al menos de los puntos de partida de la Ministra de Trabajo y de lo que la CEOE va diciendo, sabemos que se pretende acabar con la alta temporalidad de trabajo, tal como lleva pidiendo la Unión Europea a España desde hace varios años, antes de que el endeble mercado laboral español y su temporalidad termine siendo un problema para toda Europa. Para acabar con esa alta temporalidad se está barajando la posibilidad de reducir el elevado número de tipos diferentes de contratos que existen en España, otra de las cuestiones que la Unión Europea quería solucionar. En ese sentido se quiere eliminar los contratos temporales lo máximo posible, dejando casos excepcionales para cubrir bajas maternales o por enfermedad y accidente y no sé si barajan también para casos excepcionales y limitados de picos desorbitados de trabajo o porque el trabajo implique un evento muy concreto y limitado en el tiempo por sí mismo. En todo caso, teóricamente se quiere que la temporalidad pase a ser por casos muy concretos y no la norma general a la hora de contratar. Así, los contratos por obra y servicio también deberían ir decreciendo y desapareciendo. Además, al margen de la gradual subida del salario mínimo interprofesional, se quiere que los sueldos de los trabajadores no sean afectados a la baja cada vez que una empresa para ser contratada para un proyecto oferte el precio más bajo a base de reducir el sueldo de las personas que contratará para ese trabajo, o a base de hacer que una persona haga el trabajo de dos o tres a cambio del sueldo de una misma. En cierto modo, aunque no lo quiera reconocer abiertamente el gobierno, buena parte de las prácticas de este tipo las ha fomentado el propio gobierno desde que con la reforma de la buena administración que hizo el PP con Rajoy en 2012 se estableció por ley que el gobierno y la administración contratarán siempre con quien oferte el precio más bajo, sin atender a muchas más razones. Eso ha provocado que cada vez se contratara más gente por precios más bajos y mayores cantidades de trabajo. En buena parte, yo, desde mi sector de archivística, llevo viviendo esto todos estos años.
Por supuesto la reforma tocará muchos más puntos, pero uno de los más interesantes es ese en el que la Ministra de Trabajo quiere acabar con ese uso fraudulento de la ley por el cual una empresa que se dedique a un sector determinado no tenga trabajadores fijos e indefinidos y los contrate puntualmente mediante contratos de obra y servicio o temporales, quiere establecer la Ministra que si una empresa se dedica a X asunto, esa empresa, si tiene que recurrir a tener empleados, este obligada a tener empleados estables y no ocasionales, de otro modo, aparte de anómalo genera lecturas falsas en otros ámbitos económicos y también genera la perpetuación de la precariedad laboral y vidas frustradas imposible de construirse de manera firme, genera inseguridad e incertidumbre en los trabajadores y eso repercute directamente en la economía tanto de esas personas y sus vidas, como en la del Estado. La Ministra quiere además alcanzar la justicia social, al reconocer a los trabajadores su derecho a tener contratos dignos, en este caso si su trayectoria es clara durante años y no ha sido recompensado nunca con la estabilidad laboral.
A decir verdad, mi situación laboral también está afectada por esto. He tenido muchos tipos de trabajos, pero llevo ejerciendo de archivero desde 2009. Las empresas que se dedican a la archivística no son muchas y suelen tener la mayor parte de sus contratos con la administración. En todo este tiempo mis contratos han sido temporales por obra y servicio saltando de empresa en empresa, duran lo que dura el proyecto contratado por la administración, que suelen ser de tres meses por lo general, aunque los hay de un mes, de cinco y son altamente extraños y raros los que llegan al año, no suele haber de estos. He saltado de empresa en empresa, con sueldos más bien bajos, aunque se suele pedir todo tipo de títulos, conocimientos, experiencia y habilidades, y he repetido con empresas. La mayoría de estas empresas de archivística no tienen archiveros. Es cierto, es así. Nos contratan según ganan concursos y obtienen un contrato con la administración para realizar algún proyecto de archivo muy determinado y limitado. Si la lógica de la Ministra se aplicara, lo cierto es que llevo tantos años en esto que es verdad, hace años que debería haber sido compensada mi dedicación con todas estas empresas mediante un contrato estable e indefinido o fijo. Pero una vez más, buena parte de la culpa de esta situación la ha provocado la propia administración y el gobierno (ya estuviera en manos del PSOE o del PP). No han sido ciegos, y estoy seguro que sabían lo que estaba pasando, y quien dice en archivística, dice en otros sectores. Ha tenido que venir una Ministra de Unidas Podemos para poder hablar de un tema laboral que hasta ahora nadie había hablado, ni los sindicatos siquiera.
No sé si lo anterior se materializará o si bien los empresarios encontraron los siempre inevitables vacíos legales para sortear aquello que se logre. Lo que sí sabemos es que la CEOE plantea que para los periodos intermedios donde el empresario esté intentando ganar un contrato, si sus trabajadores tuvieran menos proyectos disponibles para trabajar, se modifique las posibilidades de declarar ERTES, con la idea de que si un trabajador ya no tiene un contrato de obra y servicio, este pueda saltar con facilidad de un periodo activo al ERTE de manera ágil e intermitente. Evidentemente la CEOE busca que el gobierno ponga dinero en la mesa para mantener a sus propios trabajadores en los periodos de menor actividad laboral. Al final lo que se plantea es que el Estado les pague el dinero a sus trabajadores cuando haya menos trabajo. Sin duda no solo perdería en parte el Estado y con ello los que pagamos impuestos, sino también la vida de los trabajadores, que tendrían un contrato fijo, pero cuyas condiciones serían altamente precarias en ese tobogán laboral y salarial que sería estar entre la actividad y el ERTE intermitente. A todo esto, ¿qué dicen los sindicatos? Pues si están diciendo algo no lo sabemos el resto.
La cosa es que poca cosa se sabe y que a la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, parece que le gusta lo discreto. Poco se comenta en público, aunque siendo un tema como el laboral, tendríamos que saber lo que se habla y lo que no, más que nada porque nos afectará a todos. Yo supongo que de estos temas se hablará más en la segunda mitad del año, quizá después de verano, cuando la mayoría de la población esté ya vacunada contra la Covid-19 y por tanto el gobierno pueda centrarse más cómodamente en los temas de gobierno que tenía propuestos cuando aún no sabían que habría una pandemia como la que hay. Ahora bien, esa segunda mitad del año estará bien agitada en asuntos sociales, por mucho que ahora hablen solo de los indultos a los independentistas catalanes. Sobre la mesa no solo está la reforma laboral, está el asunto de la factura de la luz, el asunto de Unidas Podemos tratando de sacar adelante una ley para limitar el precio de los alquileres de las casas (que está desorbitado) y está el asunto de que la Unión Europea está apretando a España para que cumpla con la subida del IVA, lo que va a encarecer más la vida.
Ya se verá. Saludos y que la cerveza os acompañe.
lunes, junio 21, 2021
NOTICIA 2057ª DESDE EL BAR: LA SORPRESA
Nunca he recibido una fiesta sorpresa. A lo largo de mi vida he participado de la organización o de la presencia en varias, eso sí. Lo cierto es que cuando cumplí 40 años quise hacer una a la inversa, esto es: darle la sorpresa de una fiesta yo a mis amistades.
Dos años antes mi madre había muerto diecinueve días después de mi cumpleaños, y aunque aquel año había podido verme con mis amigos más antiguos, con una parte de ellos, nunca se cumplió la celebración grande pospuesta entre todos para un viaje común en verano. Pero es un viaje que, pese a no existir jamás, creo que ya está realizado y así debe quedar. Un año después, casi nadie se acordó de la fecha, o tal vez creyeron que era mejor no llamar. Solo se acordaron algunas de las amistades más antiguas.
Pero como decía, lo cierto es que cuando cumplí 40 años quise hacer una fiesta sorpresa a la inversa. Hice coincidir la presentación de mi tercer libro publicado con la Feria del Libro Nuevo y de Ocasión de Alcalá de Henares, en su primer fin de semana, que era unos días después del día de mi cumpleaños. A la vez hablé con los dueños del Winchester para apalabrar que cuando llegara con mis amistades al bar para celebrar la presentación, en realidad celebraría mi cumpleaños, por lo que yo pagaría todo. En ese momento tenía por delante un muy largo contrato de veinte meses en el Archivo General Militar de Madrid. Podía hacerlo. Total, cuando cumplí 30 años ya hice algo similar, en esa ocasión sí avisé a mis amistades, a las de todas las épocas de mi vida, a una gran mayoría, por entonces tenía reciente un sueldo importante de ser vigilante y educador medioambiental para el ayuntamiento de Alcalá de Henares. Imprimí viñetas de cómic y les di el valor de 2'50€ cada una, y repartí a todas mis amistades en la desaparecida Vaca Flaca. La cosa es que a los cuarenta años, la presentación del libro sí se produjo, era sábado por la tarde, pero apenas vinieron unas cinco amistades, a pesar de que la presentación se escuchó por toda la megafonía de la Plaza de Cervantes, que es mucha gente. Amistades, amistades, en esa ocasión, unas cinco, quizá entre cinco y diez. De las cuales, todas menos dos tenían que irse por otros compromisos (o vete a saber) cuando acabó el acto y tuvimos la posterior charla amistosa, también es cierto que tuve que quedarme a firmar en la caseta de la librería Domiduca, por lo que muy evidentemente lo más sencillo es que se fueran a hacer otras cosas, es normal que no me esperaran las dos o tres horas que estuve allí.
En todo caso, de mis amistades más antiguas recuerdo que hubo solo dos, pero una de ellas tenía que llevar a su hija e hijo pequeños a casa, y la otra tenía compromisos. Un par de amistades antiguas estaban fuera de España, otra trabajaba en una gran superficie comercial y al acabar la jornada, como no sabía nada de mi fiesta sorpresa, no se le ocurrió llamarme. Del resto ignoro la razón. Supongo que tenían otras cosas que hacer. La verdad es que la presentación del tercer libro fue la presentación más deslucida de todas las presentaciones que he hecho nunca, a pesar de tener la megafonía de la Plaza de Cervantes. Un mes después o uno y medio supe que en realidad todos se habían reservado para ir a verme a la Feria del Libro de Madrid, donde firmé una gran cantidad de libros, y vendí además los tres que tengo editados de momento. Fue una mañana de mucho firmar y de no parar de ver gente conocida y desconocida y entre ellos a muchos de los viejos amigos que no aparecieron por Alcalá, probablemente porque sabían que irían a Madrid cuando firmara allí.
La cosa es que llegué al Winchester con mis dos amistades que sí se quedaron a celebrar la presentación del libro. Allí les dije que mi idea era hacer a mis amigos una fiesta sorpresa por mi cuarenta cumpleaños. Me daba apuro decirle a Pablo, el dueño, que sentía mucho que de todo lo hablado no podría ser nada, porque no habían venido más que estas dos personas, pero lo cierto es que yo quería celebrar mi cuarenta cumpleaños, como cuando celebré los treinta. Allí había muchos otros amigos también antiguos, pero algo menos antiguos, y otros tantos que eran nuevas amistades y conocidos de bar. En un alarde de "no hay mal que por bien no venga" y de adaptarse a lo que la vida te da, le dije a Pablo que, qué narices, esos eran mis invitados. Aquella noche mucha gente bebió en mi cumpleaños y lo celebraron, a fin de cuentas les estaba pagando las cervezas y muchos somos amigos y conocidos de siempre, la verdad. También es modo de alegría. Incluso Pablo, viendo la situación que se había dado, decidió hacerme un descuento excepcional realmente generoso, lo que fue todo un regalo.
Luego vino el año de la pandemia y ese cumpleaños estuve encerrado en casa. Fue el año que más gente me ha llamado por teléfono. Lo que sí intenté fue organizar una fiesta sorpresa para otra amistad, pero las fechas del confinamiento no paraban de prolongarse y no pudo ser, al menos no contando conmigo, que no tengo videocámara, pues sé que su familia sí le dio la sorpresa. Al siguiente año, que es este, apagué el teléfono, no leí los chats, y pasé mi cumpleaños sumido en mí mismo y encerrado en casa por razones personales, pero a la mañana siguiente comenzaron a saltar numerosos avisos de mensajes por todas partes de gente que me había estado intentando felicitar. Todo el día sonaron avisos. Y casi un mes después, tres de mis amigos más antiguos me citaron en el centro de Alcalá para celebrar conmigo mi cumpleaños en una terraza de bar.
¿Sabéis cuál es la sorpresa? La vida es la sorpresa, sea el que sea el camino que esta tome.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
sábado, junio 19, 2021
NOTICIA 2056ª DESDE EL BAR: CONAN EN JUNIO
-Hace calor exagerado -dijo el bardo.
-Y estamos a junio -contestó Conan.
Conan se acarició suavemente la cabeza.
-Quiero comer gazpacho -dijo Conan.
-Me he tocado con tu mujer -dijo el bardo.
-¿Habéis hecho gazpacho?
-Sí.
-Déjame oler tus manos.
-Toma.
-Lo es más Mahoma.
-No entiendo, Conan.
Y restregando una amapola que tenia en su mano dijo con su brutalidad su origen cimerio y su deseo de que las naranjas sean de la China.
-Imperial -dijo el bardo, sacó un Ducados negro y pensó en los tiempos de los trenes.
-Parece que llueve -dijo Conan.
-Primero chispea.
A lo largo de la calle un tren turístico les observaba mientras se alejaba.
En la casa de arriba se tocaban.
Dijo el bardo:
-Conan, ¿es este el pomo de tu espada?
-Lo es.
-La empuñadora tiene un cuero suave y la hoja es robusta y fuerte.
-Es acero.
El bardo extendió su brazo acariciando el largo de la espada. Conan se recostó y dijo:
-Nos hemos quedado a uno de ganar algo en la quiniela.
-Pues habrá que salir a cazar.
-No se hable más -Conan se dispuso a salir de casa, fue hacia la salida y enroscó su cuello con una boa de plumas rojas.
-Conan... -le llamó el bardo.
-Callate ya. Debo irme con mi acero para ganar algo de comer.
Conan se fue y cerró sin dar un portazo. El bardo se sintió solo, volvió a poner el televisor para rellenar los huecos de la casa con voces. El televisor dijo: "esta muy bien tirado el penalti", y siguió hablando.
Cuando regresó Conan ya anochecido no vino con humor de hablar. Fue a la cocina y vio que no había nada de comer.
-No te canses, Conan -dijo el bardo.
Conan le agarró de súbito levantándole del sofá y poniéndole la cara muy cerca de la suya sin darle espacio para escapar, ya que atrás tenía solo el contacto de la pared y al otro lado su cuerpo.
-Me pones contra la espada o la pared.
Conan le soltó y se sentó en el sofá. El bardo fue a su lado.
-¿Quieres un pito? -preguntó el bardo.
Conan sacó un cigarrillo para cada uno y se lo encendieron con la misma cerilla.
-Ahora parece que refresca -dijo el bardo, Conan asintió con la cabeza-. ¿Cómo está la calle?
-Hay gente -dijo Conan.
-Mira -dijo el bardo enseñándole una pajarita de papel que había hecho con papel multicolor como un arco iris.
Conan miró y cogió la pajarita de la mesita que tenían al lado suyo. Se la puso en el pelo y dijo:
-Quiero comer gazpacho.
-No tengo pepino -dijo el bardo-, pero puedo hacer salmorejo.
El bardo se levantó y agarró una barra de pan duro, tomates y la batidora. Conan le acercó el ajo y la cebolla. Se puso a cocinar sencillamente.
A la mañana siguiente desayunaron leche y por la tarde volvieron a hablar del cosmos. Las nubes de gas que ocupaban el espacio de varios planetas millones de años luz lejos de La Tierra les fascinaba. Combinaban sus conversaciones con pequeños comentarios sobre tal o cual cosa que había ocurrido en el barrio. No les preocupaba mucho el tiempo del reloj. Las horas estaban hechas a medida gomosa como un chicle. Se oían motos pasando debajo de su ventana. Se sentaban en la terraza y les observaba la gente de los trenes turísticos que circulaban cada media hora llevando a unos y otros interesados en ir a echar un rato mirando los cimientos restantes de casas de dos mil años atrás.
-Me gusta el arroz -dijo el bardo.
Conan tenía el pecho al desnudo, tomando el sol, como siempre. Pensaba en los dragones que había enfrentado y en la bruja que le intentó engañar. Lejos estaba el barco pirata y el reino que un día reinaría cuando traicionara al rey que confiaría en él. El bardo, por la contra, pensaba en la mecánica hidráulica de los motores y la composición biológica de los insectos más bonitos que podía recordar. Pensaban él uno al lado del otro como quien echa naipes en una partida de cartas. Jugaba el uno al tute y el otro al mus. Al fin el cartero llegó al timbre de la casa y les introdujo un sobre en el buzón con noticias nuevas del coste que supondría la electricidad que habían gastado los tres últimos meses. Conan la leyó y apagó la luz del largo pasillo. Tomó en sus manos un libro y volvió a sentarse junto al bardo en la terraza.
-Los limones están siempre llenos de un olor dispuesto al mundo -leyó.
El bardo dijo:
-Eso es así.
Miraron a la calle y vieron pasar al cartero yendo a la acera de enfrente con otras cartas para más personas. Por un momento, sin saberlo, los dos pensaron en lo mismo: Si Oswald disparó en solitario a Kennedy qué maravilloso recorrido había hecho la bala en su oscilar y su baile dando volteretas para volver una y otra vez sobre lo mismo. "Ay", pensaron, si Marte estaba lleno ahora de aparatos que miraban las rocas, ¿qué no sería entonces, pensaron, de bonito ir a contemplar sus huellas en la arena roja? Pero sus pensamientos fueron fugaces y súbitos, apenas duraron nada. Nunca supieron que pensaron lo mismo, y sin embargo, los trenes turísticos.
Por Daniel L.-Serrano, "Canichu"