***La Nao Victoria en el río Guadalquivir (reproducción de 1992 de este buque del siglo XVI), fotografía personal de mi viaje a Sevilla en marzo del 2009.
Pues este espía del bar ya ha terminado de escribir este relato largo que nos ha acompañado por, lo que yo calculo sin mirar la fecha en el panel de control, unos 24 a 26 días, Balada Triste de una Dama. Ha sido un relato largo que ocupa unos 80 páginas de folio tamaño DIN-A4, o como he descubierto en mi actual trabajo de archivero: lo que se llama medio folio (aunque lo conozcamos como folio hoy día). No descarto incluirle relatos que ya no publicaré aquí, y terminar así creando mi siguiente libro. De momento, y de acuerdo a la ley de propiedad intelectual (que NO a la SGAE, puesto que la ley de propiedad intelectual es pública de todos los ciudadanos y la SGAE es una entidad privada) la obra se certifica mía no sólo por su creación, demasiado llena de guiños a mi entorno y vida como para poder ser falseada por otra persona, sino también por ser registrada en este blog al publicarla con fechas determinadas y porque, como dije al comienzo de ella, este blog usa una licencia de propiedad intelectual Creative Comons, consultable en sus términos en la columna de enlaces de la derecha. Me parece triste tener que decir estas cosas, pero uno lleva ya unos años en el mundo de la blogosfera para saber que hay mucho "vampiro" aprovechado que se cree impune de hacer lo que le venga en gana en su propio y único beneficio. Yo no reclamo dinero, pero sí que se reconozca mi autoría. Mi trabajo no tiene porqué ser reivindicado por alguien ageno a él. En breve, también será registrado en el Ministerio de Cultura, para tener un triple seguro legal frente a terceras personas mal intencionadas. Y para completar el formulismo Canichu, mi pseudónimo, tiene detrás a mi nombre que es Daniel L.-Serrano.
Dicho todo esto, quisiera contestar por escrito en esta bitácora algunas preguntas que surgieron entre la gente que ha leído "Balada Triste de una Dama" y que me conocen en persona. La pregunta que más se ha repetido es una pregunta meramente de conocimientos, ¿qué diferencia a piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros? Bueno es una pregunta comprensible, ya que desde hace siglos, y más con los sucesos de piratería actuales, se les confunde. El año pasado, en aguas de Somalia, los sucesos de los cuales la prensa los ha mencionado usando en un mismo párrafo todos estos términos, ignorando vergonzosamente que no son lo mismo, se puede rastrear por ejemplo en los números del diario ABC de esos días, aunque en otros también. Muy escuetamente: Piratas: son los criminales del mar que existen desde más antiguo. Actúan por libre. No tienen fidelidad a patria, soberano, ley, religión (al menos no estricta)... sólo se mueven por su interés y son capaces de cometer toda clase de crímenes para obtener su beneficio. Se pueden asociar en campañas de saqueo puntuales, pero era anómalo, normalmente actuaban en barcos independientes, no en flotas. Filibusteros: son parecidos a los piratas, sólo que estos han elaborado sus propias leyes, las famosas (por el cine y la literatura) leyes piratas. Formaban cofradías entre ellos. Aparecieron a partir del siglo XVII con origen francés y holandés en principio. Son estos los que vivían en la Isla de la Tortuga. Si tuviéramos que clasificar a los piratas de Somalia, en vista de que tienen leyes y normas entre ellos y forman una especie de cofradía pirata, podríamos decir que no son piratas estrictos, si no filibusteros. Bucaneros: son gente que empezaron siendo de origen holandés, pero que terminaron siendo hasta españoles contra los propios intereses de España y en favor de sus intereses individuales. Se trata de gente que se formó en el siglo XVII también. Son contrabandistas de carne. Cazaban ilegalmente en suelo español americano y preparaban las carnes al estilo indio para poder venderla a los marinos, ya que resistía más por precios más baratos que si se usaban especias y se compraban en el mercado legal. Con el tiempo tuvieron problemas de ventas y combinaban su economía con acciones piratas propiamente dichas, aunque hacían remilgos a algunos de los crímenes piratas más salvajes (como las violaciones). Y por último los Corsarios: son gente que realiza acciones piráticas en grandes flotas que casi parecen escuadrones militares, pero no son militares ni tienen su formación y estrategias. Son gente que actúa bajo una patente de corso, esto es una autorización legal y secreta (por escrito) de un Rey, que les autoriza a realizar toda clase de piraterías contra las posesiones y barcos de sus naciones enemigas. Muchos jefes corsarios acabaron siendo premiados con títulos de nobleza en Inglaterra y en Holanda. Generalmente atacaban a los españoles. Aunque España tuvo un intento nulo de crear corsarios vascos.
Dicho esto así de brevemente, paso ahora a comentar sobre el relato y lo que ha suscitado. En primer lugar diré que lo escribí porque me gusta escribir y me entretengo mucho haciéndolo, teniendo vivencias que de otro modo jamás viviría en mi propia vida real, y porque me gusta compartir lo que escribo. El relato cuenta en los nombres de sus personajes, salvo en los estrictamente históricos, con los nombres de muchas de mis amistades y personas conocidas. Es algo que deseaba hacer a modo de homenaje. Pero también es algo que ya había ocurrido desde mi tercer libro de poesía, "Poemas de un Hombre Consigo Mismo", donde aparecía un largo poema con nombres de mis amistades interpretando metafóricos personajes de una historia de pistoleros en el Oeste Norteamericano del siglo XIX. O bien, en relatos cortos (compilados en "Relatos Desajustados"), o en otros relatos largos ("Los Treinta"), o en la novela "Adversidad y otras Historias". Así que estos homenajes, que no se dan en todos mis escritos, no son nuevos. Quizá sí es nueva la idea de hacer que todos los personajes ficticios homenajeen a amistades teniendo su nombre. Siento no haber podido escribir a todas mis amistades, pero algunas ya salían en otras historias y otras, las que no han salido, pues sólo decirles que lo siento mucho, ya habrá otros escritos en el futuro donde podrían salir en homenaje, pero he atendido a la historia y no al listado entero de nombres de gente a la que aprecio.
Dicho esto también he de salir al paso en cuanto a las personas que han dicho que tienen mejores personajes quien mejor me cae o con quien más me trato... no es real. Hay amistades que conozco desde la guardería cuyos personajes apenas salen en un capítulo, otros con los que he compartido momentos muy delicados como la muerte de mi padre apenas salen un párrafo... y sin embargo otros que conozco desde hace un año se han llevado varios capítulos y alguno de ellos personajes bastante desarrollados. Es injusta esa afirmación que se hizo, porque no es real. A cada uno le tocó el personaje que les fui acomodando porque lo creí mejor, pero no atendiendo a mi relación personal con esa persona. Tampoco es muy correcto decir, como hay quien ha dicho, que cada personaje tiene un poco de la persona real que lleva su nombre. Habrá algunos en los que sí, pero en esos casos siempre he escogido los aspectos positivos, jamás, y subrayo jamás, los negativos. Quien haya querido ver otra cosa, no ha visto bien. En el relato hay violaciones, por ejemplo, con ello no digo que conozca a violadores. No hay que olvidar que es un relato de ficción, no un catálogo de amistades. Por ello aparecen actitudes ficticias en los personajes, no he descrito amistades, he descrito personajes. Algunos pueden tener guiños a la persona real que le da el nombre al personaje, pero siempre positivos o graciosos positivamente, según caso, pero no deja de ser personaje ficticio con actitudes más ficticias que reales. No es, no hay que tomar, el relato como una guía de cómo veo a la gente cercana. Esa idea no está presente. Quien la vea, se confunde al verla.
Otra cuestión que surge a raíz de esto es el de los personajes buenos y malos... Es un relato con acción, a alguno le tenía que tocar el bueno y a alguno el malo, aunque en general creo que dejo claro que esa línea de buenos y malos es demasiado difuminada y endeble. La corrupción del ambiente, moral, religiosa, ética, económica, etc., está patente en todo el relato, o eso he querido hasta el último momento. He querido retratar una historia en un ambiente Histórico, una historia que, por otra parte, fuese verosimil, que no cierta. Mis conocimientos de Historia y de archivos han ayudado mucho a esto, sumado a las consultas a los archivos estatales en PARES y en AGA. Así por ejemplo otra crítica que ha venido ha sido el tratamiento de los personajes femeninos... Asunto delicado en nuestros días.
Ante esto sólo anoto que ante todo quería hacer una historia lo más ajustada posible a la realidad, aunque en algún sitio haya alguna licencia mínima. Y lo cierto es que no es real lo que el cine y la literatura actual, que no la existente hasta hace unas décadas, nos quieren vender y mentalizar de mujeres emprendedoras, que combatían como hombres, que eran libres como hombres... No es real. Las mujeres tenían un papel limitado en la época, aunque menos limitado de lo que las corrientes feministas nos quieren hacer creer (invito a que vayan a mirar los archivos históricos, sobre todo los judiciales, para que vean que no era la sociedad tan machista como se ha vendido desde esas posturas). ¿Había mujeres piratas? Sí, pero no tantas como el cine actual fomenta. ¿Se defendían las mujeres ante ataques piratas?... pues la verdad es que aunque opusieran resistencia está no era militar, sino personal... puesto que no hay relato en los documentos auténticos de los archivos, y en los testimonios de las épocas, donde no se hable de violaciones cuando venía un ataque de estos. Como se sabe que algunas de las que acababan raptadas terminaban siendo enviadas a burdeles. ¿Podían tener las mujeres sus propios trabajos? Sí, mientras no estuvieran casadas o estuvieran viudas, o en todo caso si era una clase popular muy pobre y ayudara a su marido en su negocio, si tenía negocio, o bien cultivando huertas pequeñas en sus casas. Quien lea expedientes judiciales de ese siglo leerá siempre que cuando se menciona a una mujer, aunque pueda tener un negocio, este negocio lo heredó de su esposo. Siempre se dirá de ella que es "viuda de", "esposa de" o "hija de", a continuación nombre de varón en todos los casos. Cosa que no ocurre cuando se menciona a un hombre, que se dirá su profesión, o quienes eran sus padres o de qué pueblo o ciudad es, pero nunca jamás si es "marido de", "hijo de" (madre) o "viudo de" (esposa difunta). Dentro de esa mentalidad de la época, donde nos podríamos explayar más, algunas mujeres supieron moverse. Entre las clases pudentes, por ejemplo, muchas esposas supieron manejar el arte del cortejo... del cortejo a su esposo. Suena mal decirlo hoy día, pero era así y también han quedado registros, unos explícitos y otros se intuyen entre lineas de aquellos que escribían, por ejemplo, su testamento. Había mujeres que lograban manejarse en el mundo de los negocios, de los altos negocios, gracias a saber manejar a su esposo. Yo en todo caso no comparto las ideas machistas, pero a la hora de escribir un relato de ficción histórica me quise atener a esas realidades para escribir algo verosimil, y no un producto falseado donde todas las mujeres se comporten como la harían ahora en el siglo XXI y no en aquel XVII. Espero que mis amistades femeninas sepan comprenderlo, a pesar de la queja de alguna. Aún con todo, dentro de esos parámetros, creo que describí algunos personajes femeninos con caracteres fuertes, para nada mujeres objeto... porque una sociedad machista puede ser machista, pero sus mujeres no tienen porqué resignarse con ser meros floreros. Y, por cierto, la protagonista es una mujer.
Otro tema relacionado ha sido la queja de una frase de un amigo acerca de su personaje, un jesuita que practica sexo con un indio. Destacando lo anteriormente dicho de que se trata de un personaje de ficción, digo que en absoluto estaba llamándole o insinuando nada con ese pasaje. Que le quede bien claro a todo el mundo, ya que parece que eso es lo que se espera que diga. Y lo digo, porque es verdad. Él es un chico heterosexual, con buen sentido del humor y muy inteligente. Yo pretendía escribir un pasaje de ficción donde se criticaba la doble moral misionera, pero a la vez que sirviera de trampolín esa escena que contempla David el portugués, personaje, para comprender porqué viola a Patricia cuando llega a la cabaña. Es decir, que viendo eso, al llegar a la cabaña está excitado previamente para querer violarla. No era un pasaje gratuíto, como se ha dicho. Pero también sé que la crítica a este pasaje me la han dicho varias personas con la misma frase y palabras exactas a cuando me lo dijo este chico... con lo cual me hace pensar que no han usado tanto de la reflexión propia al leer, sino de la reflexión, legítima, de este amigo al creer que era algo gratuíto para con el personaje que llevaba su nombre. Era una cuestión ficticia que pretendía dar ese trampolín explicativo a la violacíón de la escena siguiente, y una crítica, a la vez a la doble moral de la predicación en Indias. Bien es cierto que podría haber sido el jesuita y una india, en lugar de un indio, la postura sexual del misionero no se llama así en vano, pero a esas alturas me habían calentado la cabeza tanto con el asunto de las mujeres en el relato que pensé: "bueno, y ¿por qué no? que la relación sexual sea homosexual, así incluso retorcemos más la personalidad oscura de David, personaje, y le hacemos caer en cierta homosexualidad reprimida o en una bisexualidad reprimida". Sea como sea, y puesto que todo daba luego a una violación heterosexual, me pareció bien incluir una nota, acabado ese capítulo, acerca de mi rechazo a la violación, a la violencia sexual contra la mujer... Nunca creí que eso escandalizase a varias amistades. Primero, esa nota, puesta además fuera de capítulo pues era nota del autor, no hacía mal a nadie. Segundo, condenaba la violencia sexual pues era la que se daba en ese capítulo, por descartado condeno el esclavismo, los asesinatos, el robo... pero eso es ya rozar los límites del absurdo si se me pide que ponga notas por todo el relato... ¿por qué no se las piden a las películas que se ven en el cine? Quizá se ha sido más duro conmigo en ese sentido por ser alguien cercano a quien dirigirse, no les veo yo mandando cartas a sus escritores favoritos quejándose de la violencia sin criticar en sus obras. En cuanto a quien dijo que porqué me metía con la homosexualidad... ¿pero dónde me meto con la homosexualidad? La relación homosexual que se describe en el relato no se dice en ningún momento que sea forzada, violenta o de sometimiento, sino aceptada entre el indio y el jesuita, hubiera dado igual hacer que fuera el jesuita y una india, pero elegí la via homosexual por lo ya dicho. Quizá esta persona pensó que al ser el jesuíta el que da en el relato y el indio el que recibe es sometimiento... Es hilar con hilo fino, ya está escrito como está escrito, pero si sé que hay tanto retorcimiento de ideas me hubiera dado igual que el indio es el que da y el jesuita el que recibe... y si sigue dando problemas, hubiera dado igual escribir un genérico hombre o mujer, indio/a o jesuita masturbándose a solas... Pero, si llegamos a ese punto, amigos míos ¿no estaríamos entonces forzando mucho la máquina para que me autocensure hasta alcanzar aquellas expresiones y escenas que más agraden? Y ante esta pregunta al aire y retórica, quiero destacar que se trata de un pasaje de ficción, entre personajes ficticios con actitudes ficticias... que no se trata de hechos verídicos, ni de actitudes verídicas entre personajes con nombres de las personas reales correspondientes... De todos modos, pese a la queja, yo creo que este amigo es lo suficientemente inteligente, porque me lo ha demostrado, como para saber que es una mera ficción. Y su sentido del humor es valioso en esto, pues sus críticas han sido con él, por lo que sé, sabemos ambos sobre nuestras posturas respectivas, sin conflicto.
El asunto de las muertes... eran necesarias. No hay muerte en el relato innecesaria. Ahora, ciriticar a medio relato el relato entero, o criticar un capítulo sin haber leido los anteriores publicados... pues no hace ver una visión correcta. Hay muchas muertes, pero ninguna innecesaria. del mismo modo que la primera parte del relato predominan hombres y la segunda mujeres. Y las muertes tienen relación con esas partes, y no es algo dejado al azar, lo aseguro.
El relato, pese a lo dicho, ha gustado bastante, o eso parece, según la gente que ha comentado en el enlace que facebook hace a las entradas en mi blog mediante Networkedblogs. Eso me alegra. Ahora, si fuera un autor clásico, quedaría releer, corregir, ampliar en descripciones, pasajes, meter capítulos que dibujen mejor a los personajes o las situaciones, etcétera, hasta crear una novela de más de 150 hojas... pero como dije yo lo dejaré como está aquí, escribiré otras cosas, que no publicaré en blog, y haré mi siguiente libro con ello... en busca de editorial, como el resto de libros... si hay algún editor por ahí... ya sabe.
Cabe destacar también varios guiños al margen de los nombres. Algunas amistades salen asociados a algo característico a ellos, sólo unas pocas amistades, como por ejemplo la obra de Calderón en el último capítulo. Pero creo que esto ya es algo personal entre nosotros y cada amistad que reconozca algo propio que haya compartido conmigo públicamente pues sabrá reconocerlo. Sí hay, por otra parte, guiños más allá. Hay un guiño a Edgar Allan Poe, otro a George Orwell y otro a William Golding. Os dejo buscarlos.
Así que hemos asistido a cómo se va formando día a día un relato largo que podría dar a una novela. Ha tenido la limitación de que por mucho que me explayase en algunos capítulos nunca podía hacerlo demasiado, pues sabía que era para el blog, y artículos extensos ahuyentan de leerlos. Así que he tenido que hacer como los autores del siglo XIX que publicaban capítulos semanales de sus novelas en los periódicos, y marcarme unos topes, lo que crea deficiencias a la hora de dibujar personajes, por ejemplo, pero no deja de ser un reto interesante para el escritor y, creo, para el lector.
Espero que lo hayáis disfrutado al leerlo como yo al escribirlo. Un saludo y que la cerveza os acompañe. A partir de aquí recupero el ritmo normal de esta bitácora.