Ayer fuí a ver Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Primera sesión del primer día de estreno. Tenía muchas ganas, ya lo dije hace menos de una semana en este mismo blog. Ese personaje era un gran personaje de mi admiración. En fin, no puedo contar nada del metraje, porque muchos iréis a verla. Pero sí que puedo daros un consejo:
¡¡¡NO DEJÉIS QUE SPIELBERG OS LLAME TONTOS!!!
Qué desilusión más tremenda. Ya sé que no me vais a hacer caso, pero yo que vosotros no pagaría la entrada de cine y la vería en otros formatos má baratos y que no subieran el ego a Spielberg-Lucas-Ford con números de taquilla. En esta película nos han llamado idiotas a todos los espectadores desde el prólogo hasta un final que no tiene más sentido que el sentido de engordar las cuentas bancarias de los cineastas con una falta total de respeto al público y al propio mito de Indiana que ellos crearon un día. Por lo menos merece la pena oír la música de John Williams.
Hubiese dado igual que hubiera salido en pantalla durante dos horas un Indiana Jones bailando con saltitos y movimientos de rodilla, cantando "BADABUM BADABUM BADA BADA BADABUM BADABUM". La gente se quedaría con la misma sensación. Del personaje de Indiana Jones sólo queda el traje y el actor, el resto hubiera dado igual que el filme se hubiera llamado La Momia y hubiera pertenecido a esa saga actual, o a Tomb Rider. Es que no importa, es que no hay nada de Indiana Jones en la película de Indiana Jones. Es que ya ni siquiera es una persona más o menos cercana al resto de personas, es que es un superhéroe sin superpoderes... o sí, porque el prólogo se las trae. Lo peor de todo esto es que no puedo escribir todo lo que quisiera decir, no puedo desvelaros nada, porque sé que muchos la veréis aún con todo. Tan sólo os apunto que os vais a encontrar con un Indiana Jones que ya no es un arqueólogo cuyas aventuras le caen sin buscarlas a drede, es, literalmente, y se dice desde el principio del metraje, un espía estadounidense que lleva ejerciendo desde la Segunda Guerra Mundial contra la Unión Soviética, incluída en la Caza de Brujas de los años 1950' estadounidense, vamos que también es un delator, y eso desde luego no cuadra con el espíritu del Indiana Jones de las tres entregas anteriores, el cual no sólo era un personaje amante de la libertad individual, es que además expresaba literalmente sus sentimientos de libertad individual en el final de En busca del Arca Perdida, la primera entrega, cuando despotrica contra los propios militares y políticos que dirigen Estados Unidos, algo que ya no cuadra cuando ahora hasta grita: "¡Viva Eisenhower!" Pero es que el problema de la película no es sólo la destrucción de un personaje, es que el guión es una patochada, y el final, si uno lo piensa, no tiene ni pies ni cabeza y no cuadra con nada, ni con la lógica, ni con el guión, ni con la historia de Jones, ni con nada, es que ni siquiera da explicaciones del porqué de la historia que se muestra en pantalla durante dos horas. Pero ahí no me puedo meter, os contaría demasiado... pero el metraje, si uno lo recapacita, y aunque no lo recapacite, tiene fallos enormes a favor del cine espectáculo de las películas de acción de hoy día, que nada tienen que ver con las que se hacían de 1990 a años anteriores.
Y es que el problema está en que Spielberg y Lucas no estaban preocupados en crear una historia, han creado un guión obsesivamente preocupado en crear guiños para el mundo friki, para los más cinéfilos. Hay guiños a las tres entregas anteriores de Indiana Jones, guiños a la serie de Las Aventuras del Joven Indiana Jones, guiño a El Retorno del Jedi, a Tarzán de los Monos, a Cuando Ruge la Marabunta, a Salvaje, a Las Minas del Rey Salomón, a Stargate, a IA, a Errol Flyn, y a montones de películas clásicas de cine de aventuras de los años 1940'-1950'... En fin, un guión preocupado en guiñar hasta el tic nervioso, hasta el extremo de lo dicho: olvida que debe contar una historia consistente... y así ha ocurrido, que ha salido un guión patético y altamente criticable desde varios puntos de vista diferentes... de los que por respeto al lector no digo la parte concerniente a lo que relata.
En fin, que terminé yendo a La Vaca Flaca, donde el Vaquero me invitó a cenar, y cuando me fui a casa a dormir no pude evitar pensar en un Spielberg bailando delante mía cantando "BADABUM BADABUM BADA BADA BADABUM, TE HE LLAMADO TONTO, TE LO HE HECHO TRAGAR TODO COMO SI FUERAS ESTÚPIDO, BADABUM BADABUM, Y ME HE QUEDADO CON TU DINERO, BADA BADA BADABUM BADABUM".
Lo dicho, que si lo que se pretende es ver una película de acción en la que ni se piense ni se planee crear culto, como si se viera cualquiera de las que salen ahora en pantalla con facilidad, pues entretendrá un rato. Desde luego no está a la altura de la trilogía anterior. Es para verla cual Homer Simpson ante la televisión, como un zombie que no razone ni pregunte ni se pregunte.
Quizá por ello os muestro una viñeta de "La Rana Aventurera", que era bastante graciosa, en lugar de un fotograma del metraje. Indirrana Jones era un personaje de una revista de cómics de humor llamada "Bichos". Se editaba en Barcelona en los años 1980', aunque no editaron demasiados años. La editorial era CEA, que luego no tengo claro si pasó a Ediciones Z (la cual ya tenían las parodias de Superlópez, Groonan, Anacleto Agente Secreto, Pafman y Porrambo). Bichos también parodiaba a Spiderman con un personaje llamado Serpenman.
Me entretuve en el cine sólo cuando comprendí que los creadores tomaron a los espectadores por idiotas que se tragan cualquier cosa con ver a Ford disfrazado de Indiana mientras todo el mundo le llama Indiana. Para pasar el rato vale, igual que valen las películas modernas de La Momia. No le pidáis más. Desilusión por un guión tremendamente equivocado en su afán de faltar el respeto a sus seguidores y de hacer guiños cinéfilos en lugar de hacer cine. Que la cerveza os acompañe.