Abrir debates en
Estados Unidos para prohibir armas, evitar así matanzas en colegios como la de
esta semana, y a la vez escalar sin destensar en un conflicto que puede llevar
a una tercera guerra mundial con decenas de millones de muertos es una paradoja
con sentido de humor negro. Recordemos que, sin venir aparentemente a cuento,
no han pasado ni siete días de estos hechos encadenados que Biden contestaba en
una rueda de prensa que ayudaría militarmente a Taiwán si era invadida por
China, algo que evidentemente ha molestado a China, que nunca reconoció la
independencia de Taiwán, la considera una provincia díscola. No son cuestiones
raras internacionalmente, por ejemplo en Europa casi todos los países reconocen
la independencia de Kosovo respecto de Serbia tras lo que en general se
considera una guerra, pero España no considera que sea un país independiente y
oficialmente no contempla que hubiera guerra, sino un conflicto separatista,
cosas de política internacional que en aquellos momentos de 1999-2000 el
gobierno Aznar ligó a hipotéticas consecuencias en España respecto a la banda
terrorista ETA y su aspiración a independizar el País Vasco. A fecha de hoy,
Kosovo, para la política de España, es Serbia, un territorio díscolo, o quizá
un territorio con “mucha autonomía”, para el resto de Europa es un país
independiente tras pasar una guerra.
Por cierto, nota a
pie del anterior párrafo, Estados Unidos va a sacar a ETA de la lista de
organizaciones terrorista en muy breve plazo de tiempo tras considerar que su
inactividad es total y por tanto su inexistencia, o al menos su disolución
dentro de las corrientes políticas que le permiten la democracia, como hizo el
IRA en Irlanda del Norte.
Volviendo al asunto
de las armas y el debate abierto en Estados Unidos después de que un
adolescente de 18 años con claros problemas de sociabilidad decidiera matar a
tiros a veintiuna personas, la gran mayoría niños y niñas incluso menores de 10
años, y herir a otras tantas, entre ellas su abuela y dos policías, con la
posibilidad de que por heridas graves pudiera morir alguna víctima más, es
bastante difícil y bastante improbable que aumente la dificultad y las
restricciones a la compra de armas. Ningún país tiene una prohibición total a
la venta de armas, ya sean por deporte, caza o defensa personal en casos
acotados según las leyes de cada cual, no existe prohibición total de acceder a
tener armamento en ningún Estado. En el podio de los países con más facilidades
para comprar y tener armas, incluso de portarlas y usarlas, están México, Nicaragua
(si no me confundo y fuera otro de los pequeños Estados centroamericanos) y
Estados Unidos, seguidos de un país asiático, que no recuerdo bien si era
Malasia o Indonesia, y de Canadá. Supongo que en algún lugar podréis encontrar
los datos exactos. En el caso estadounidense viene amparado por una enmienda a
la Constitución 1787, la cual venía ratificar un hecho claro de su Guerra de la
Independencia de 1775-1781 mediante la cual se pudieron enfrentar al Reino
Unido sin ejército mediante la creación de una tropa de milicias y guardias
nacionales. Para ello necesitaban del derecho de tener, portar y usar armas
contra quienes consideraban que invadían sus libertades y su nueva constitución
como nueva nación. Esto se ratificó en la segunda guerra que tuvieron contra
Reino Unido en 1812. Más allá de esto, era un hecho que les venía dado tanto de
su etapa colonial desde comienzos del siglo XVII en la zona anglosajona, como
posteriormente a las guerras con los británicos. Hay que explicarlo. El derecho
a portar armas y poder usarlas permitía a los colonos poder defenderse de
posibles asaltos de otras colonias no inglesas, que las hubo, como de piratas
en las costas, como de escaramuzas de la población india. Que a lo largo del
siglo XVIII el gobierno inglés quisiera limitar estos derechos consuetudinarios
para dejar las armas en manos del ejército británico fue uno de los motivos que
hicieron pensar que se socavaban sus libertades. Todo esto es más complejo
porque aquí intervienen una serie de intereses muy diversos, incluidos los
menos nobles. La Guerra de los Siete Años entre Reino Unido y Francia se tradujo
en América en una guerra entre las colonias británicas y las francesas, y ahí
que se pudieran formar milicias fue algo útil que, evidentemente, formó
conciencias de cara a la subsiguiente necesidad de independencia que tuvieron
los colonos, muchos de ellos veteranos de aquella otra guerra y decepcionados
con el trato recibido posteriormente de manos del rey inglés. Pero la expansión
hacia el Oeste se hizo desde aquel siglo XVII colono a todo lo largo del XIX
independiente y comienzos del XX a expensas de instalarse en tierras indias y
darse por bueno que quien pueda defenderlas, puede quedárselas. También lo
hicieron para arrebatar territorios a México. Y también las necesitaron para
sobrevivir tanto en las duras condiciones de forajidos y peleas entre los
nuevos colonos, como en la consecuente Guerra de Secesión de 1861-1865.
Las armas, el
derecho individual a tenerlas, está, por así decirlo, en la esencia de la
creencia de la defensa de la libertad y del propio Estados Unidos. No olvidemos
que buena parte de esas creencias venían precisamente de Europa. España, sus
reinos medievales, a lo largo de su Edad Media también concedía tierras a todo
aquel que se instalase en los territorios intermedios entre los reinos
cristianos y los musulmanes y fueran capaces de defenderlos con sus propias
armas. Buena parte de Castilla y León y de Extremadura se poblaron de ese modo,
aunque fue un fenómeno en toda la península Ibérica. Este modelo fue exportado
primero a Canarias en la segunda mitad del siglo XV, como luego a América desde
el mismísimo 1492. Tanto es así que el Archivo Histórico Nacional y el de
Indias guardan testimonios sobre poblaciones costeras españolas que incluso a
la altura de comienzos del siglo XVII apenas podían defenderse de piratas y
corsarios porque las armas que conservaban eran las de sus antepasados que
llegaron como conquistadores cien años atrás. Por no negar que también nosotros
nos expandimos a costa de la población indígena, pese a que haya diferencias
entre la expansión anglosajona y la hispana. En todo caso, la idea que hay que
retener es que no es algo exclusivo de los estadounidenses asociar la tenencia
y uso de armas con un derecho otorgado por el Estado para la defensa personal y
con ella la del Estado que te ampara ese derecho, por más que en general los
países europeos fueron abandonando ese derecho, restringiéndolo y reservándolo
a las fuerzas de gobierno, a lo largo del siglo XX, especialmente tras las
experiencias de guerras mundiales, civiles y revoluciones de esas décadas.
A lo largo de la
primera mitad del siglo XX parecía que lugares del sur estadounidenses
guardaban con su propia lógica de defensa ante una amenaza inexistente de
México su derecho de portar arma. Cosa que se potenció tras el ataque de Japón
a Hawái y de repente todo el Oeste estadounidense sintió que podía ser
invadido, recobrando de nuevo el sentido de llevar armas por si les invadían.
Pero a lo largo de la segunda mitad del siglo XX se generalizó de nuevo este
sentimiento entre los norteamericanos cuando con la Guerra Fría se creía que
podrían recibir una invasión aerotransportada soviética. Hay incluso
filmografía ucrónica al respecto. En las últimas décadas parece que el giro es
el miedo a una revuelta por motivos raciales generalizada. Conflictos raciales
y disturbios graves no han faltado en los últimos tiempos, aunque los motivos
de la matanza más reciente parecen tener su raíz más visible en problemas
sociales del chico asesino.
Por otra parte, en
Estados Unidos las estadísticas nos hablan de que existen más armas para su
propio mercado que ciudadanos (unas ya en manos de una parte de la población y
otra en venta). Algunos de esos ciudadanos tienen varias armas, y parte de esas
armas son de munición OTAN, o sea: útiles como armas de guerra. Algunas de esas
armas se venden también en España con fines deportivos, como tiro al blanco,
pero en España se prohíbe que sean de munición OTAN, por lo que están adaptadas
para que no sean todo lo rápidas y mortíferas que podrían ser, no serían
especialmente útiles en una guerra, estas otras de munición OTAN quedan
reservadas en España a las fuerzas de seguridad del Estado.
Creo que no digo
nada que no se haya podido pensar ya si digo que si aún con todo los
estadounidenses de manera sorprendente alcanzaran una restricción de la venta
de armas de tal modo que se volvieran cercanos al modo europeo, lo que nunca
harían los estadounidenses es ir contra el libre mercado del que ellos se
sienten garantes en el mundo. En otras palabras, si el mercado de las armas
estadounidense pierde de golpe tantos compradores actuales y potenciales
(repito: las estadísticas dicen que hay allí más armas que ciudadanos censados,
y son medio continente), el gobierno no le impediría hacer sus negocios
expandiéndose en exportaciones. Me temo que fomentarían la compra de armas en
el mundo, y para que haya demanda debe haber necesidad, para que haya necesidad
deben ir usándose, por lo que me temo que le mundo se haría más peligroso, más
lleno de conflictos y con más probabilidades de grandes conflictos. Quien
quiera leer entre líneas, que lo haga. Así pues, el problema de las armas en
Estados Unidos no es solo un debate que les afecte a ellos. Abordarlo no debe
quedar en la restricción o no al acceso y tenencia de ellas, no solo en el
intento de cambio de mentalidad en el ciudadano estadounidense (que puede
llevar varias décadas), sino también, más complicado todavía, en el cambio de
mentalidad de todos aquellos empresarios fabricantes de armas y municiones que
viven de ello y que se enriquecen de manera descomunal y no desean renunciar ni
al crecimiento de sus grandes fortunas ni al negocio que engorda sus arcas y
sus lujos multimillonarios.
Menos aún, o más
peligroso aún este panorama, cuando hay un conflicto bélico en Ucrania que
lleva tres meses con acusaciones y medidas internacionales de uno y otro lado
que rozan las posibilidades de una tercera guerra mundial. Peor aún cuando
multimillonarios como Soros parecieran animar esa posibilidad con algunas de
sus declaraciones públicas. No serán ellos los que vayan a combatir a primera
línea, ni los que vivan en apartamentos de edificios sobre los que caigan los
misiles.
Mientras países como
Reino Unido dicen que están desgastando sus arsenales de proyectiles antiaéreos
en las ayudas que mandan a Ucrania, Rusia prueba un nuevo tanque que ya probó
en Siria y que por novedad tiene poder alzar más sus cañones, en un ángulo que
ningún otro tanque del mundo ha podido hacerlo hasta la fecha, por lo que
podría derribar los javelin
estadounidenses que hasta ahora están liquidando el resto de tanques rusos. Si
los usaron y les dieran resultados óptimos, da igual que los ucranianos tomen o
defiendan tal o cual territorio, el mensaje de Rusia con esos tanques habría
sido claro para Occidente: “ahora podemos derribar vuestra principal arma”.
Ucrania se va transformando en un campo experimental de batalla,
lamentablemente, cuando lo que debería trabajarse de manera fáctica es la paz.
Pero se está dando
otra batalla en Ucrania. Ursula Von Der Leyen, Presidenta de la Comisión
Europea, dijo estos últimos días que Rusia estaba usando el hambre como arma de
guerra. ¿Qué quiere esto decir? Quiere decir que en el tercer mes de guerra se
ha cambiado una de las tácticas. Los rusos están bombardeando y destruyendo con
todos los medios que tienen los campos agrícolas ucranianos, sus ganados y sus
centros de producción de comida. ¿Esta táctica va dirigida contra los
ucranianos? Sí y no. Sí de manera inmediata. Si bien su producción de alimentos
se ve seriamente mermada con la guerra, y también la posible capacidad de
conseguir algo de dinero con la venta de algo de esa producción, que en
principio necesitarían más para ellos, lo que puede hacer que para invierno el
hambre de un vuelco la guerra en favor de los rusos por debilidad física de los
ucranianos, al menos que les exportemos también comida, lo cierto es que el
ataque va dirigido también contra los aliados de la Unión Europea, otros
aliados de la OTAN e incluso países que sin ser de estas alianzas se verán
afectados en África y Asia.
Explicación: Ucrania
se había transformado en el granero de Europa, pero también exportaba a otros
lugares como Egipto y otros países de África. Cosas del ultracapitalismo y la
deslocalización que, por otra parte, es perjudicial también para la ecología. Si
destruye sus campos de producción, tardará años en recuperarse, dependiendo del
grado de destrucción. Por tanto no se podría producir para abastecer a tan
vastos territorios. El segundo granero del mundo, La India, está sufriendo una
ola de calor por el cambio climático enorme, lo que le ha llevado a necesitar
de los combustibles para ellos baratos de Rusia, pero a la vez tiene población
que muere de hambre por las sequías y el gobierno indio ha aprobado que durante
un año no se exportará grano a ningún otro país, lo usaran en ellos mismos. A
estas horas otros países de Asia, afectados por el cambio climático y la misma
sequía, están intentando aprobar leyes parecidas. Así que Europa y África se
quedan sin el grano de los dos grandes graneros del mundo. En el caso de África
podría provocar unas hambrunas asociadas a una mortandad alta, tal vez a revoluciones
que manejadas desde fuera podrían implicar el intento de la expansión
territorial en busca de recursos.
En el caso de Europa
el corte de gas ruso, tal vez el petróleo, ahora también la privación de los
alimentos de Ucrania, el mensaje es claro: el “general Invierno”, héroe ruso de
la guerra contra Napoleón en el siglo XIX y contra Hitler en el XX, está
tratado de ser movilizado por Putin contra el resto de Europa, esta vez a la
ofensiva, para el invierno de 2022-2023.
Hambre, frío y
subida de precios desorbitada por ambas cuestiones. Un panorama tan malo puede
empeorar. En uno de los peores supuestos hipotéticos de por dónde puede
transcurrir esto, podría ser el panorama para preparar ya la guerra tal cual. En
ese caso en los objetivos del “general Invierno” no sería descartable que
estuviera la destrucción de las gasificadoras, como las que tiene España, de
las pocas de la Unión Europea. Aunque España, por otra parte, aunque en este
2022 es algo tarde, podría aportar algo más, ¿qué fue de nuestros campos de
cereales de las Castillas? Pregúntenle a las políticas económicas de la Unión
Europea cuando entramos en 1985. La Unión debe replantearse muchas cosas y,
también por ecología, volver a localizar muchas producciones, también las
básicas. Del mismo modo, el hambre, el frío, la subida de precios y el
consecuente desempleo tal vez se provocarían a la espera de una reacción de la
sociedad europea en forma de revueltas.
A los tres meses de
guerra pareciera que la guerra se estancara en Ucrania, dentro de lo malo, lo
menos malo (lamentablemente, siempre bajo el denominativo de ser malo), pero lo
cierto es que da la sensación de que Putin quiere jugar la carta del “general
Invierno”, y se juega ahora, en primavera. Un “general invierno” acostumbrado a
que tras asestar el golpe más duro al enemigo suele mandar a los generales de
carne y hueso al momento de la batalla. Pero eso solo se daría en uno de los
peores panoramas en los que podría derivar. Aunque pinta a que va a ser un
invierno duro, aún podríamos esquivar que sea peor. Si pasamos el invierno
2022-2023 en paz, aunque sea de manera tensa y dura, dentro de lo malo podremos
estar más aliviados de una guerra mundial que por otra parte, si la guerra en
Ucrania continúa, será una posibilidad que sobrevolará los cielos hasta que
llegue la paz también a Ucrania.
También pudiera ser que ese "general Invierno" este siendo pensado para intentar la derrota de los ucranianos para el invierno, y no tanto atacar al resto de Europa, esa sería una posibilidad menos fatídica, aunque fatídica a otra escala, la de Ucrania. Claro que Ucrania, cuando era Imperio Ruso en el XIX o la URSS en el XX, también participó de la táctica del "general Invierno", la conocen y como ellos son gente que saben resistir y aguantar lo indecible. Y es que, insisto, Ucrania está en uno de los focos originarios del Reino de Rusia siglos atrás. Sinceramente, puede que esta sea la idea real de Putin llegados a este punto de la guerra donde pareciera que le cuesta los supuestos logros que se ha propuesto, por mucho que castigue al resto de Europa en respuesta a las sanciones en marcha. Hay una guerra económica y tal vez no pase de ahí, pero estamos en un punto muy difícil de predecir con total seguridad la evolución y los planes bélicos reales, y menos siendo simples ciudadanos especulando.
Putin sabe que su
propio destino personal se ligó a esta guerra, por lo que para él también es
una guerra de supervivencia personal. De los analistas que he leído en el
tercer mes de guerra, varios de los pertenecientes a países del Este, incluidos
algunos rusos, apuntan a que la solución pueda pasar por una derrota evidente
de Rusia que desmoralice a los rusos y les haga comprender lo realmente
ocurrido en Ucrania, o bien un golpe de Estado entre militares rusos
abochornados por las decisiones de Putin y deseosos de recuperar un papel de
prestigio en el mundo y no uno donde se les observa como enemigos de la paz,
pese a que se diga lo contrario desde el gobierno ruso. Lo malo de todo esto es
que también he leído a varios diplomáticos y reporteros de guerra veteranos que
coinciden en que no se está produciendo hoy por hoy una distensión por parte de todos los implicados para que, por contra, se produzca una paz en los términos de coexistencia pacífica que tuvimos durante la Guerra fría. Eso es un problema que
de fondo nos puede llevar a una generalización del conflicto, traducción: una
guerra europea en todo el continente, o una tercera guerra mundial. Es deseable que se comience a quitar tensión en lugar de seguir añadiendo.
Hay una cosa clara, el orden internacional de después de 1945 se vio fuertemente alterado tras 1991, tras 2001 parece en descomposición y ahora en 2022 está en una seria y profunda crisis que pudiera traer cambios futuros.
Así pues, el debate
de las armas en Estados Unidos está inserto en todo este contexto internacional,
porque los fabricantes de armas no solo se enriquecen vendiendo de puertas para
dentro, también exportando. El mundo anda así este 2022, mientras la crisis
climática aumenta y esa, sin ser una guerra, también amenaza a la humanidad. Si
nos informaran con tanto afán de ella como lo han hecho con la Covid-19 o la
guerra en Ucrania, mejor nos iría, porque creo que el mundo, unos y otros, se
daría cuenta de que el gran riesgo está a la vuelta de la esquina y no porta
misiles.