domingo, marzo 29, 2020

NOTICIA 1952ª DESDE EL BAR: REFLEXIONEMOS LO REFLEXIONADO

(Fotografía de Jimmy Díaz desde su casa el pasado 27 de marzo por la tarde, día 13º de confinamiento por el estado de alarma ante la Covid-19, Alcalá de Henares.)

Estamos en el 15º día de confinamiento estatal por el estado de alarma activado por el gobierno ante la Covid-19, aunque si eres de la Comunidad Autónoma de Madrid o de Galicia o de algunas localidades de Cataluña y Valencia estás en el 16º, pero si además eres de la comunidad docente o del mundo de los cines, teatros, salas de concierto y demás, teóricamente deberías estar ya cerca de un mes dentro de tu casa sin haber salido, aunque esto, dado lo que todos sabemos que ocurrió las primeras semanas, es poco probable, no hay reproche en mis palabras. Es simplemente un hecho. ¿Quién iba a decir en las primeras semanas que todo derivaría en lo que ahora mismo tenemos, con 78.797 infectados, 6.528 fallecidos y el estado de alarma prorrogado hasta el 12 de abril incluido? La gran mayoría no lo tomamos con toda la seriedad y el acierto que se debía, incluso aquellos que optamos por no quitarle importancia, pero sí por quitarle hierro al sensacionalismo de los medios de comunicación, como las fotos poco correspondientes con la realidad en algunos periódicos o los titulares tipo "estado de excepción" que se vieron en otros periódicos cuando Madrid decidió que los bares y restaurantes no abrieran, por poner un ejemplo. En la primera noticia que escribí sobre el tema, el 6 de marzo (Noticia 1944ª), trataba el tema comentando por encima lo ocurrido sin entrar a análisis y comentando ya entonces algo que ahora cada vez más comentan los grandes medios, pero que en ese momento excesivamente pocos notamos, esto es: que el mundo cambiaría porque hay cosas que se están experimentando que probablemente se quedarán en el siglo XXI. Poco a poco las sociedades y políticas se van recomponiendo. Decía entonces que todo ello venía por las peculiares "vacaciones chinas" de los dueños de negocios chinos de mi barrio, que por cierto, tras pasar veinte días no han abierto y, por lo que oí desde mi terraza a una vecina, lo han prorrogado hasta el día 30, no sé si en aquel cartel diría de marzo o de abril, mañana lo descubriré cuando abra las persianas de mi casa. De aquel artículo sigo sosteniendo que me parece más amenazador el cambio climático, pues aunque ahora parezca lo contrario, mientras el cambio climático es un problema en ascenso que alcanza a todos, la Covid-19 terminará siendo dominada, aunque traerá graves problemas económicos posteriores. Para poder decir lo mismo del cambio climático habría que tomar medidas no solo tan, sino más drásticas que las que todo el planeta está tomando por la pandemia actual. 

Como sea, la percepción de cambio de época por el caos desatado por la Covid-19 la ha captado sobre todo el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. El diario Público lo ha recogido, expuesto y analizado el pasado 26 de marzo en el artículo "La pandemia acelera el cambio de época y el fin de la era de globalización neoliberal". Es largo de leer, pero es sumamente recomendable. Básicamente el triunfo del neoliberalismo o ultracapitalismo iniciado en la década de 1980 con las políticas de Ronald Reagan y Margareth Thatcher, el cual se reforzó tras el final de la Guerra Fría en 1991, habría demostrado ser falso en sus premisas de progreso y prosperidad para todos a cuarenta años vistos después y en plena crisis sanitaria mundial en 2020. Las políticas neoliberales y de globalización habrían demostrado un auténtico batacazo y un caos total cuando se enfrentan a un caso de globalización de origen no económico: una pandemia como la del Covid-19, la cual tiene repercusiones económicas, pero necesita respuestas humanitarias. El cierre de fronteras, la escasez de medicamentos o de mascarillas al fallar el proveedor principal (China) etcétera, o la insolidaridad de la Unión Europea del norte (la denominada Europa rica) con la del sur (la mediterránea) demostrarían que en el futuro debe primar volver a recuperar el Estado del bienestar y desmontar los mitos teóricos de la economía de los últimos cuarenta años, tal como el Premio Nobel comenzó a desgranar de porqué son falsos a pesar de que haya países que no se quieran desprender de ellos, y sobre todo grandes empresas. La Europa del norte, por ejemplo, se ha podido enriquecer gracias a esas políticas aplicadas a la Europa del sur. En fin, un artículo muy interesante y mejor explicado en palabras de Público. Puede que cuando esto acabe la gente, tras un periodo intermedio, vuelva poco a poco a sus hábitos, pero el mundo habrá tomado nota de muchas cuestiones políticas, económicas, tecnológicas y sociales, así como una forma real de combatir al cambio climático, el siglo XXI irá tomando nueva forma. 

China puede posicionarse más aún como potencia del mundo a fuerza de las ayudas que ahora está dando al resto del mundo, mientras Estados Unidos se enfrasca en sí misma y Europa está necesitada de ayuda más que en posición e ofrecerla ahora mismo. Pero sobre todo ocurrirá porque quien primero salga de la crisis sanitaria, antes estará en posición de producir y por tanto de exportar y de vender a los demás, y por el momento parece que es China quien tiene esa ventaja. No es algo inédito, ya ocurrió en la Primera y en al Segunda Guerra Mundial. A pesar de que en el caso español en la Primera Guerra Mundial, los empresarios optaron por no invertir en mejoras y en no mejorar las condiciones de vida y salario de sus trabajadores, lo que llevó a una crisis posterior a la guerra que hundió lo avanzado por la neutralidad de España y ayudó a recuperar su posición al resto de Europa, aunque, sin embargo, Estados Unidos, que no entró en la guerra hasta 1917, sí reforzó su posición comercial y eso hizo que después de 1918 fuera Estados Unidos y no el Reino Unido la principal superpotencia del mundo. 
 
Volví sobre el tema del Covid-19 el 12 de marzo (Noticia 1946ª) haciendo un artículo al modo asemejado a como escribía Mariano José de Larra en el siglo XIX, en homenaje y porque además la situación me daba para ello. A dos días de que en la noche del 14 el presidente activara el estado de alarma, escribía una crítica social sobre los comportamientos nada cautelosos e irresponsables de aquellos que en teoría habían sido mandados a la cuarentena, pero también del alarmismo y de las ingenuidades. En parte de esas actitudes parece ser, según los informes diarios del centro de control de la enfermedad en España, está el origen del gran número de infectados de estas semanas, aunque, dicen, gracias al confinamiento y el distanciamiento social esta progresión se va relajando, aunque vaya en aumento todavía. Tenemos eso sí comentaristas políticos del PP, Ciudadanos y Vox que aseguran que la expansión de la pandemia en España se debió a la manifestación feminista del 8 de marzo, sin atender que ese día hubo numerosos partidos de fútbol, baloncesto y otros deportes, un congreso político de Vox, misas de domingo y gente tomando algo en las terrazas y bares de todo el país, pero que incluso todos estos juntos son muchos menos que los millones de personas que al día siguiente, lunes, fueron a trabajar en transporte público y tuvieron contacto entre sí en calles, carreteras, metros, trenes, aviones y... su puesto de trabajo, más las personas que en su vida diaria salieron a hacer sus compras, al banco y en definitiva a hacer su vida. Se olvidan, por otro lado, los catastróficos efectos de los innumerables recortes al sector público, en este caso la sanidad, que hicieron precisamente ellos, los del PP, desde 2012 a nivel España y desde mucho antes en Madrid o Castilla-La Mancha, por poner ejemplos. En este sentido, a la hora de pedir ayuda a la Unión Europea, se han encontrado España, Italia, Francia y Portugal con una negativa de Holanda y Alemania, como si la pandemia no fuera con ellos y como si la Unión Europea fuera solo de ellos, nos piden endeudarnos con uno de aquellos rescates de 2010 a 2012, lo que haría de la Europa del sur una especie de "colonia" por endeudamiento con la del norte, algo que ya venía ocurriendo desde la crisis de 2008. Responsabilizan los del Reino Unido, Holanda y Alemania a españoles y a italianos de todo lo acontecido, cuando, con un análisis científico del "árbol genealógico" del virus SARS-Cov-2 en su expansión por el mundo, todo apunta a que de China llegó a Europa por los hombres de negocios de Reino Unido y Alemania en sus viajes a China, y en el caso español, además de por ingleses y alemanes, sería también teóricamente por medio de esos mismos hombres de negocios a cargo de Inditex, la empresa del tan aplaudido Amancio Ortega estos días, pues tal empresa tiene sucursales en el epicentro del origen de la pandemia. Lo cuenta y lo desarrolla mucho mejor, con datos científicos, otra vez Público, en el día de ayer 28 de marzo, en el artículo: "La propagación  del coronavirus en Europa contra la narrativa centroeuropea derechista ". Es largo, igual que el otro artículo, pero es también muy interesante.

El 15 de marzo, en la Noticia 1947ª, analizaba todo ahora ya más entrando al trapo y dando los enlaces de las recomendaciones del Estado y de la Organización Mundial de la Salud, así como del Boletín Oficial del Estado. Se había activado el estado de alarma y me dediqué a analizarlo, tal como hago habitualmente cuando ocurre algo históricamente significativo. Este hecho lo era y lo es. Con gran magnitud. Sin abandonar la crítica, y tocando el tema económico, me parece que esta entrada era la más completa e informada con datos actuales hasta esa fecha que había escrito del tema, pero incluso a fecha de hoy sigue recibiendo más lecturas la primera entrada del 6 de marzo, con todos sus defectos y virtudes, sin que conste en mis estadísticas que esos lectores tengan su reflejo en consultar esta otra, que es más actual tanto en mi postura como en los datos y análisis. A sabiendas de que en estos días mucha gente confunde análisis, opiniones, reflexiones y teorías con hechos factibles, no deja de suscitarme preguntas a mí mismo sobre este suceso en las lecturas de mi bitácora estos días. Acertado o desacertado yo o cualquiera en sus visiones, ¿cómo es que la gente, con una realidad tan cambiante estos días tan rápidos como lentos, recurra a leer lo del 6 de marzo sin recurrir luego a lo más actual sobre el mismo tema? Lo más actual no invalida lo más antiguo, lo uno enriquece lo otro, pero bien es cierto que si el lector busca algo actual, y no tanto una comparativa o un enriquecimiento evolutivo, debería buscar en lo reciente. Como sea, habría que ahondar en la promoción de la lectura, de todo tipo de lectura, que la gente aprenda a leer, no sólo su mecanismo, para que no confunda análisis, teorías, reflexiones, etcétera, con hechos, tengan o no tengan posteriormente su reflejo en hechos. Posiblemente por ese medio se logre no solo enriquecer a la población, sino también combatir a las noticias falsas. Estos días, leyendo algunas noticias falsas capturadas por diversos medios y personas, me doy cuenta que en realidad se trata de titulares y noticias mal leídos o mal interpretados por el lector que lo pasó a ser hecho probado. Así por ejemplo, ante el titular de Reuters sobre que cantar determinadas canciones o poner determinadas músicas estos días en los balcones y terrazas podían vulnerar los derechos de autor, hubo quien aseguró que la Sociedad de Autores iba a multar y recaudar a quien ellos reconocieran haciéndolo. Nada más falso. Si uno leía la noticia, en realidad un inspector de derechos de autor, preguntado por el tema, contaba que, ajustados a derecho, efectivamente no se podía hacer sin permiso del autor, pero que dadas las circunstancias no creía que ningún autor reclamara sus derechos, porque además repercutía a su favor que la gente los cantara, caso por ejemplo de Dúo Dinámico y su canción hecha himno en esta crisis "Resistiré". O en otras palabras, preguntado el inspector este dio la interpretación legal y la realidad de que no creía que nadie reclamara sus derechos, pero la gente al leer el titular, y nada más, dio por hecho algo que en realidad no estaba ocurriendo. Hay que aprender a leer y para ello hay que fomentar la lectura.

El 19 de marzo, Noticia 1948ª, fue la última vez que escribí directamente del Covid-19 en esta bitácora, a excepción del poema por el Día de la Poesía de la Noticia 1949ª, elegida por Michel Montagine para su antología Poesía Antiviral. Poema, que por otra parte, va de algo más que del confinamiento, de hecho, probablemente al escribirla estaba escribiendo de algo más allá que de eso... bueno, con toda seguridad. Como sea, en el análisis del 19 de marzo pasaba un poco como con la poesía mencionada, aunque tomé por centro temático al Covid-19, la realidad es que es un tema que llevo meses queriendo abordar y se podría haber abordado con cualquier otro tema, o con uno muy concreto. Traté sobre la censura y autocensura. Lo uní al asunto del Covid-19, de la desinformación, de una sociedad que renuncia a valores democráticos, de la gente que se presta a ser policías y delatores contra sus semejantes, etcétera. Me adelantaba en poco tiempo a un fenómeno que en uno o dos días iba a comenzar a ser denunciado en medios de comunicación y redes sociales, a pesar de que el tema central, el que más quería ahondar, el de la censura y la autocensura, aún no ha sido tratado con toda la profundidad, ni tratado siquiera en general por esos medios y redes. Me parece que es una de las reflexiones más importantes que he escrito últimamente, pero apenas tuvo repercusión según las estadísticas de lectura. Más alta que otras veces, pero la menos leída de todas las entradas dedicadas a la Covid-19. Una lástima, porque ahí creo que digo cosas a tener en cuenta. A fin de cuentas, el periódico El Salto, dos días después de que yo publicara aquello, el 21 de marzo, publicó el artículo de opinión "Estamos en guerra, pero yo no soy tu soldado", otros dos días después, la revista Hispanidad hizo lo propio el 23 de marzo en "El coronavirus está creando un estado policial y sociedad de chivatos... pero, al parecer, no es suficiente", y el diario El País, hoy 29 de marzo, publica un artículo de opinión en un sentido paralelo, "La tormenta perfecta de autoritarismo". Así pues, pese a que hay muchos que hablan acerca de si después de todo esto seremos más solidarios y más mejores, lo cierto es que hay una parte de la sociedad que evoluciona precisamente hacia el lado contrario, incluso a la hora a aplaudir, con sus banderas y sus canciones del Dúo Dinámico o de Manolo Escobar, no todo lo que se oye en las terrazas es algo inocente y puro de agradecimiento a los sanitarios... y quien sepa escuchar, escuchará. Triste es ver esas noticias y fotos de gente que ha llegado a poner en sus portales folios donde señalan quien de sus vecinos no sale a aplaudir. Ahí se incuba algo que ya venía de lejos, y sino, recordad los resultados electorales más recientes. Si uno repasa la extensísima sesión parlamentaria que prorrogó el estado de alarma, yo la vi/oí entera, encontrará algunas declaraciones de la derecha española como mínimo preocupantes, pero dentro del Parlamento pueden ser sólo ruido del momento, que quizá no se debería dar, pero ruido del momento; sin embargo, su traducción social en toda clase de insultos al gobierno en estas horas por las redes sociales... hay un problema de fondo que no apunta a la solidaridad precisamente. Y puede que sean mínimos en comparación con el resto de la sociedad, pero son ruidosos, y los ruidosos, a veces, en cuanto encuentran hueco, meten palanca y mueven montañas. Por ello hay que estar atentos, saber leer, tener las cosas claras, reflexionar.

Sea como sea, sí creo que hay una gran mayoría de personas más coherentes y más dispuestas a la comprensión y la solidaridad y al no insulto ni sospecha continua. A fin de cuentas, tal como está la cosa, pareciera que el estado de alarma nos haya puesto a todos en la diana de ser culpables antes que inocentes, premisa que se da solo en los autoritarismos, lo malo es la interiorización que ha hecho de esa idea un sector de la población, como por ejemplo el pueblo que lanzó piedras a unos ancianos enfermos de Covid-19 trasladados de su residencia a un centro de salud de aquel lugar. 

Saludos, buenas tardes y que la cerveza os acompañe.

jueves, marzo 26, 2020

NOTICIA 1951ª DESDE EL BAR: JAZZ CAFÉ MONTAIGNE ME ANTALOGA

La revista literaria digital Jazz Café Montaigne está creando esta semana una antología de poemas creados a raíz de la actual crisis sanitaria. Los poemas pueden abarcar desde la enfermedad misma del Covid-19, la pandemia, el estado de alarma, el confinamiento, las relaciones familiares o amistosas, la solidaridad, la tragedia, lo intimista, o cualquiera de los puntos de vista posibles, en todo estilo posible. Ha llamado a la antología, que finalizará el domingo que viene en su fase de recoger material y algún momento de los días siguientes en su fase de publicación, Poesía antiviral. Por subtítulo le han puesto "Una acción poética urgente con motivo de la excepcional situación ocasionada por la pandemia del Covid-19". Detrás de la iniciativa está el propio editor Michel Montaigne. Me avisó del proyecto una amiga bibliotecaria de las bibliotecas públicas de Madrid, Angie. Me puse en contacto con la revista y han antologado mi poema "Queda el viento", que publiqué el día de la poesía en esta misma bitácora de Noticias de un espía en el bar, en la Noticia 1949ª.

Yo ya había sido antalogado con otros poemas, en esas ocasión breves, en la antología hispanoamericana Tú 2 (2015), editada en papel y la cual llegó a muy poca gente. Lo conté en la Noticia 1486ª.

Al antologarme no han hecho caso a mi petición de firma, como Daniel L.-Serrano "Canichu", y han vuelto a escribir mi nombre y mis dos apellidos completos. Sigue habiendo mucho recorrido que hacer en las mentalidades para hacer que la gente acepte y respete las decisiones sobre la propia vida de cada uno. Normalmente es más común ver cuestiones así con temas mucho más complejos y polémicos, como puedan ser los de identidad sexual, o de violencia de género o de otro tipo, yo comprendo que es anómalo la solicitud de respeto a un nombre. Pero no es algo nuevo, ya en algunos metrajes de comienzos del siglo XX aparece esta polémica por la cual la gente se resiste a concederle a cada uno el nombre con el que desea ser llamado, por ejemplo en Carne de fieras (Armand Guerra, 1936). Es curioso cómo cuando alguien es famoso nadie tiene problemas para concedérselo. ¿Alguien, que no sea del círculo cercano a él que él deseara que lo hiciera, llamó por su nombre real a Kirk Douglas por su auténtico nombre, a Azorín, a Bob Dylan, a Marilyn Monroe o a Gustavo Adolfo Bécquer, el cual alteró el orden de sus apellidos reales para firmar sus escritos? Pero bueno, bien está que me hayan antologado y quedo agradecido. A fin de cuentas, en mis libros publicados también ha sido imposible lo del nombre y en cada uno está de un modo, por lo que en bibliotecas y demás es más general aparecer por mi nombre y apellidos. 

Sea como sea, muy agradecido, y bien está como está. Ocupo el puesto a la puesá XLI (41ª) antologada, editada acorde al resto de los antologados. Incluí un pequeño cambio en uno de los versos finales de una palabra respecto a la versión original. La podeís ver en Jazz Café Montaigne...


martes, marzo 24, 2020

NOTICIA 1950ª DESDE EL BAR: GRACIAS, UDERZO, SIT TIBI TERRA LEVIS

Albert Uderzo ha muerto hoy a los 92 años de edad, a muy poco tiempo de llegar a los 93 años en abril. Nació el 25 de abril de 1927, en Fisnes (Marne, Francia) y ha muerto en la madrugada de este 24 de marzo de 2020 en Neuilly-sur-Seine (área de París, Francia). Sit tibi terra levis, que la tierra te sea leve. Junto a René Goscinny (1926-1977) crearon a uno de los personajes, y sus compañeros, icónicos del siglo XX, especialmente de Europa, pero en realidad mundiales, Astérix. Goscinny murió en 1977, por lo que Uderzo pasó desde entonces a hacer los guiones en solitario, aunque seguía firmando la obra como Goscinny y Uderzo, al margen de alguna polémica entre derechos y familia que brevemente se dio en algún momento, pero se avinieron bien. Desde el álbum Astérix y la traviata, de 2001, se publicaron dos álbumes recopilatorios de material inédito combinados alternativamente con dos de aventuras completas nuevas. Fue en 2013 cuando Uderzo, viéndose ya muy mayor, poniéndose de acuerdo con la familia de Goscinny, y con el deseo de que Astérix siguiera vivo más allá de él, permitió que por primera vez hicieran los dibujos y el guión otras personas. Los sucesores, con la supervisión y visto bueno de Uderzo, fueron: Jean-yves Ferri (1959), al guión, y Didier Conrad (1959), a la ilustración, siendo los coloristas y rotuladores otras personas. Estos hicieron cuatro álbumes hasta la fecha, Astérix y los pictos (2013), el cual comenté en la Noticia 1251ª junto a la trayectoria y otros álbumes, así como con ilustraciones extrañas de ellos, El papiro del César (2015), Astérix en Italia (2017), donde aparece un personaje llamado Coronavirus por pura casualidad (y tranquilos, que Uderzo no ha muerto de Covid-19, sino por su edad y afecciones normales de la misma) y La hija de Vercingétorix (2019). La adaptación y continuación es muy fiel a los originales e incluso parece que recuperaron el sentido del humor inicial, refrescando varios de los últimos álbumes de Uderzo, que empezaban a estar un poco menos ágiles. Este camino de continuidad fue un ejemplo a seguir en el cómic europeo y lo emprendieron otros personajes, como por ejemplo Corto Maltés, del fallecido Hugo Pratt, retomado por Díaz Canales y Rubén Pellejero en tres álbumes hasta la fecha (Noticia 1599ª).  

Uderzo y Goscinny comenzaron a crear Astérix en 1959, comenzando sus historias de manera seriada en octubre de aquel año, aunque no se publicó el primer álbum que compilaba la primera aventura  hasta 1961, Astérix el galo. A partir de ahí han habido treinta y nueve álbumes, de los que los veinticuatro primeros son de Uderzo y Goscinny, los siete siguientes son sólo de Uderzo, pero con firma de ambos, los tres siguientes son recopilatorios de rarezas firmado por ambos, y los cuatro siguientes son los creados por Ferri y Conrad, siempre reconociendo la autoría de los creadores originales. Hay que sumarles el álbum hecho a modo de fotonovela con imágenes de la película de dibujos animados, Las doce pruebas de Astérix (1976). A todo esto les ha acompañado varias películas de dibujos animados y también protagonizadas por actores.

 Han tenido traducciones a casi todos los idiomas del mundo e incluso al latín. De hecho ha sido una gran herramienta para los profesores de latín en varias décadas. Yo mismo tuve que traducir un Astérix de latín en mi primer curso del idioma en bachillerato. Nunca uno puede estar lo suficientemente agradecido por ello a Miguel Ángel, mi profesor de latín por entonces. 

Astérix ha aparecido en numerosas ocasiones en esta bitácora, no sólo la anteriormente citada. ya había aparecido en imagen en 2006, o en citas posteriores. Cabe citar tal vez, aparte del ya citado, la Noticia 907ª, de 2011, donde cumplían cincuenta años desde el primer álbum, o cuando ilustré con la portada Astérix y los Juegos Olímpicos (1968) el comentario sobre las Olimpiadas de 2008 (Noticia 427ª), aunque ya digo que fue nombrado y referenciado numerosas veces en posteriores entradas y años por diversos motivos. Recordemos cuando se celebró en Alcalá de Henares el Primer Congreso de Conferencias Internacional de Cómics y Novelas Gráficas 2011, al que le dediqué varias entradas a las que di comienzo con la entrevista a Esther Claudio (Noticia 1010ª).

La verdad es que, ya lo comenté en su día, los cómic de Astérix eran caros. No eran accesibles para familias modestas, como la mía. Llegaban las historias de Astérix o bien por las entregas que jamás se completaban de los suplementos infantiles y juveniles de los periódicos, como El Pequeño País, desaparecidos todos con la Gran Recesión de 2008, pero que daban un gran servicio, con las películas que normalmente las ponían en televisión el día de Reyes (no era tan frecuente repetirlas) o con esas láminas en latín en bachillerato, ya tardíamente. Astérix, como Tintín o Spirou y otros similares eran en los años 1980 y parte de los 1990 prácticamente como lecturas de lujo por su precio, poco más o menos pasaba con las películas de Walt Disney comercializadas en videos de sistema VHS. Pero el mundo evolucionó, intervinieron diversos factores de cambio de paradigma del consumo de masas y de acceso a productos culturales, a la vez uno crecía y disponía de más ingresos propios, y un buen día, ya con la universidad acabada, me redescubrí a mí mismo Astérix comprando una gran cantidad de álbumes en segunda mano. Acumulo bastantes, aunque mi última adquisición fue hace un año, poco más, que me regalaron Astérix en Hispania (1969), a raíz de mi curiosidad por este cómic y por la lectura transversal que estaba haciendo de varios cómics en cuanto al análisis de la censura en el cómic en España en los años de Franco. Fue un regalo de cumpleaños, si no recuerdo mal. A la misma persona, unos años antes le regalé en peluche a uno de sus personajes favoritos de cómic, Idéfix, el perro de Obélix. Esto es así incluso siendo adultos hoy día.

Recuerdo aquellos bollos de bizcocho y chocolate que traían pegatinas, los chicles y los helados que te daban figuritas de plástico, las cuales eran objeto de intercambio valioso con otros niños, como si fueran cromos coleccionables. 

No sabría decir cuál de los cómic de Astérix podría ser mi favorito. Está claro que los que hicieron conjuntamente Uderzo y Goscinny tienen mucha más potencia, pero la etapa de Uderzo no es que sea peor, es diferente, le falta algo, pero no es mala etapa, quizá es más sesuda. Fueron dos creadores muy capaces de tratar desde un cómic infantil temas de total actualidad y conflictividad política. Desde la crítica al capitalismo (Obélix y compañía, 1976), a la crítica a la Guerra Fría (La gran zanja, 1980), el neocolonialismo (Astérix y Cleopatra, 1965), la burocratización como freno social (La residencia de los dioses, 1971) o la crítica a los conflictos internacionales provocados por los servicios de inteligencia de las grandes potencias a favor de sus propios intereses (La cizaña, 1970), por poner unos pocos ejemplos, aunque se han tocado también críticas a diversas naciones a través de álbumes dedicados a viajes de Astérix, homenajes literarios y el último álbum, de los nuevos autores, ya citado anteriormente, dedicación a la igualdad de género. Pienso en el buen acabado que tiene por ejemplo Astérix en Britania (1966), pero el refinamiento del dibujo que se alcanza en La odisea de Astérix (1981) es bastante elegante, ahondando además en la crisis del petróleo de 1973 y sus coletillas posteriores. Pero probablemente me fijaría en la etapa de Uderzo y Goscinny juntos.

Las planchas de cómic de los franceses, de los franco-belgas, pues era un cómic franco-belga, tenían más calidad de impresión que las de otros países europeos. Eran más modernas, se aproximaban a las norteamericanas, y admitían mayor gama de colores, mejor definición de las líneas, no aplastaban los entintados... Además, los editores, como los de la revista Pilote donde ellos empezaron, a diferencia por ejemplo de los editores españoles como los hermanos Bruguera, solían darle más plazo de tiempo a sus creadores para entregar sus trabajos, con lo que tenían más tiempo para enriquecer los fondos y los matices de las viñetas. Las facturas creativas de Astérix puede que fueran más escalonadas en el tiempo que un Mortadelo y Filemón, pero compensaban en que aportaban una serie de datos visuales a la historia altamente estudiados y trabajados, mientras en los cómic españoles se tenía que recurrir a primeros planos de las caras, o a fondos vacíos rellenados de color, viñetas cuadradas y pequeñas en comparación con viñetas que se podían disponer más grandes y de mayores tamaños, lo que daba más agilidad al movimiento, y también permitía una mayor fidelidad a los rasgos del personaje de viñeta a viñeta, no como ocurría con las prisas de numerosos personajes tanto europeos como norteamericanos. Eran un producto de calidad alta en todos los sentidos.

No puedo menos que dar gracias a Uderzo y dar larga vida a Astérix, en el deseo de que la editorial y los herederos permitan continuar la obra a los actuales avales de esta pequeña-gran aldea gala.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

sábado, marzo 21, 2020

NOTICIA 1949ª DESDE EL BAR: DÍA DE LA POESÍA EN ESTADO DE ALARMA

Queda el viento

Viendo qué bien te queda el viento
siento la libertad y el aliento
del aire que pasa por cada ventana
abierta en las paredes de mi casa.
Pasa cada ráfaga rasa
por mi cara y manos, asiento
qué bien te queda el viento.

Riego de verdor las esperanzas
abiertas en cada raíz, enhiestas
cual se alzan las lanzas,
en palabras renovadamente viejas,
y digo: viento, viento,
gracias por darme tu aliento
en esta casa cerrada y tan abierta,
expuesta.

Alerta y alarma que tengo,
voces extrañas que hablan
en confinamiento
mienten a las mentes con calma,
sobrevuelan como pájaros
los campos francos y abiertos
de trigales y amapolas en sus casas
abrazadas por el viento.

Censura y mundo que habla de todos,
hoy, olvido de las paredes que cobijan dramas,
ayer olvidados, hoy no recordados.
Y sin embargo entra el viento por las ventanas
y viendo qué bien queda el viento
siento la libertad y el aliento
que entra por la ventana
y sale por los agujeros. 

(Por Daniel L.-Serrano, "Canichu")


(Este poema tiene registro de autor bajo licencia creative commons, al igual que el resto del blog según se lee en la columna de links de la derecha de la página. Así mismo está amparado por la ley de la propiedad intelectual. De este poema no está permitida su reproducción total o parcial sin citar el nombre del autor, y aún así no estará bajo ningún concepto ni forma permitida la reproducción si es con ánimo de lucro).

jueves, marzo 19, 2020

NOTICIA 1948ª DESDE EL BAR: LA CENSURA ES UN VIRUS

En el quinto día de estado de alarma por el Covid-19 toda Europa está en alarma y Estados Unidos hace unos días que se lo ha comenzado a tomar en serio. Curioso que mientras en Europa el alarmismo, que no la alarma, hizo que la gente agotara el papel higiénico de las estanterías, en Estados Unidos, en algunos de sus Estados, lo que tiende a ser el producto más buscado sea las armas automáticas. Pero en cierto modo, junto al virus, se propaga una cierta mentalidad predispuesta a aceptar la orden, la autoridad, sin réplica ni reflexión. De entra las muchas cosas que está removiendo el Covid-19 más allá de la salud y de los sistemas sanitarios, más allá de hacerles ver a algunos que en buena parte, en comparativas entre Estados, la privatización de la sanidad no es buena idea, o que tal vez los empresarios aprovechen para acortar gastos en el futuro tanto en instalaciones, como en ordenadores y otros materiales de trabajo, tal vez en trabajadores, al experimentar más o menos con efectividad el trabajo desde casa de sus empleados, más allá de las innumerables puertas que están quedando abiertas para el siglo XXI, ecología incluida, y que algunas ya no volverán a cerrarse o ya no se cerrarán del todo, tenemos esa expansión de no cuestionar absolutamente nada de lo que se diga o haga. Se pide, eso sí, que se condene a las noticias falsas, a la vez que se da por bueno que las únicas noticias ciertas son las autorizadas, y las autorizadas vienen de los propios gobiernos o bien de autoridades sanitarias autorizadas por los gobiernos como voces correctas.

El Covid-19 va más allá de lo sanitario y de todas las puertas que citábamos para adentrarse de lleno en algo que había comenzado algo antes de la llegada de la enfermedad, el sistema democrático hace aguas por su base, esta es: por la comprensión, la aceptación y la asunción de lo que es la democracia y la libertad por parte de cada ciudadano. Dentro de la idea de que hay que estar unidos para combatir al Covid-19, la verdad es que estar unidos no tiene porqué significar el no cuestionamiento y el no debate, el no replanteamiento. Muchos son los ciudadanos que asumen un discurso emanado desde arriba: "haz esto y no lo cuestiones, la razón es esta". Acertada o desacertada la orden, lo cierto es que incluso hay voces y gentes que se pasan al lado incluso de la delación del otro, o de la acusación de no ser inteligente, o de ser demagogo, a quien cuestiona al que ejerce las ordenes o la orden misma, sin quebrantar a la vez la unidad de acción contra el Covid-19.

Más aún, hay gente que se está sumando a la recriminación y censura de quien no tiene el discurso comúnmente aceptado, el del gobierno.

El acto de censura antiguo era desempeñado por las autoridades de los gobiernos y las administraciones, cuando no de las autoridades religiosas o de todas ellas en colaboración por un proyecto común o al menos un proyecto en el que la ayuda entre ellas era beneficiosa para cada una en sus objetivos. Con el tiempo, en las épocas contemporáneas, la censura de los empresarios bajo amenaza de despidos o de sanciones al trabajador se sumaron a estas otras censuras. Los siglos XIX y XX no han sido poco testigos de numerosas ocasiones donde las patronales, del lado de los gobiernos para obtener sus ventajas, se han servido de los mismos en términos de censura, y se han apoyado mutuamente. Los medios de comunicación son privilegiados como correas de transmisión en esto. Ni que decir tiene que a lo largo de las épocas todos los tipos de la censura han sido reforzados por las autocensuras de los ciudadanos y de los autores, temerosos o bien al castigo, o bien a la sanción, o bien a la condena social, el desprestigio o el repudio. Y es precisamente en la peligrosa figura de la autocensura donde la censura ha logrado escarbar con más acervo y hacer de ella su principal lanza de silenciamiento. La autocensura, en no llegando el pensamiento o lo creado a lo público, hace como s lo pensado o lo creado jamás hubiera ocurrido, lleva a la inexistencia y por tanto al desconocimiento, y es así como la censura logra imponer sus criterios y a la vez afirmar que ella no tiene culpa de nada, se lava las manos, como si realmente no tuviera culpa de los silencios o de los argumentos a medias o cambiados del que se autocensura. Y es un poco de todo esto lo que se da en gran medida en los llamados nuevos medios de comunicación, ya no tan nuevos, en las redes sociales de Internet. El logro de gobiernos y otras autoridades de que sólo pueda ser asumido un sólo criterio, el logro de grupos sociales o de determinadas personas de que sólo su punto de vista es el correcto, lleva a grandes masas a autoafirmar el mismo discurso y visión y a condenar a quien no sólo niegue o discrepe, sino también a quien estando de acuerdo matice o aporte algo diferente a la visión general.

No digo nada nuevo. Hace ya algunos años que varios autores han hablado de esto en libros y artículos de prensa o de Internet. Y es más que evidente el asunto de todos los casos conocidos y por conocer de personas y grupos sociales, no necesariamente organizados ni relacionados los individuos entre sí, que han sufrido todo tipo de insultos o de restricciones o de borrados y autocensura, o bien han sido los protagonistas del acoso y derribo. En España jocosamente se le ha llamado "los ofendiditos" a aquellos que ejercen en Internet y allá donde pueden, incluso en persona a estas alturas, para lograr eliminar toda opinión, comentario, broma, chiste o creación que les moleste, y se molestan con facilidad por poca cosa. Caso aparte es que en España haya leyes aplicadas tan a rajatabla que se admiten a trámite denuncias que llevan a la censura y a la autocensura de quienes ejercen libremente su libertad de expresión.

Pero la censura y la autocensura se dan no sólo desde un punto de vista conservador contra uno progresista u otro socialista, hablando en términos clásicos, también desde el progresismo y el socialismo se da la censura, y desde el feminismo, y desde otros muchos puntos de vista y de creencias, los religiosos por demás.

Uno de los logros de la Literatura española de después de las dos dictaduras vividas en el siglo XX es haber sobrevivido no sólo a la censura, sino también a la autocensura. El autor tiene un ojo más profundo e íntimo, necesariamente, que el censor, pero es el censor el que empuja al autor a que su ojo llegue a lo más profundo de sus palabras. Quizá por ello es más terrible, porque el censor corta y recorta, señala, tergiversa y humilla, quizá con una persecución temible que ve fantasmas donde no los hay, el autor sufre porque es mutilado, pero le queda espacio para atreverse a sortear al censor de algún modo. Pero el autor que se autocensura es obligado por sí mismo a automutilarse llevado por el miedo a las consecuencias de desafiar al censor. Se mutila a sí mismo. Rebusca en sí y termina viendo con paranoia hasta quizá lo que un censor no vería. Se mutila a sí y por ello no le queda espacio ni para atreverse a crear públicamente de ningún modo, no trata de sortear nada. El autor que vence al censor lo tiene fácil para ser libre de nuevo cuando ya no hay censura. Pero el autor que se convierte en su propio censor sufre un problema de acoso extra, el que ha interiorizado por miedo, y en esos recovecos debe hacer un ejercicio doble por recuperarse a sí mismo y a su libertad. Sin embargo, en ambos casos, el problema está en el censor, en la censura, en la persecución, en la señalización.

El manoseo del lenguaje y de las argumentaciones en los medios de comunicación y en las redes sociales no para de llamarme la atención estos días, aunque me lo esperaba. Según convenga ahora sí se dice tal término o se tiene en cuenta tal cosa, y cuando no, no. Para no entrar en todos los casos, por ejemplo me llama la atención como los informativos de Antena 3 llama exiliados a deportistas que se han ido de España antes del estado de alarma para poder entrenar para las olimpiadas, pero se negó y se niega sistemáticamente a llamar exiliados a los que se fueron a la fuerza desde 2008 por falta de trabajo en España o más recientemente por cuestiones políticas o de libertad de expresión (independientemente de que simpaticemos o que aborrezcamos de lo que quiera que sea que afecta a la política que esa gente apoya o de lo que quiera que hayan expresado). En ese mismo orden de cosas, hemos escuchado estos últimos años como cada vez que una cifra negativa afectaba más a la mujer que al hombre, enseguida se nos ha repetido hasta la saciedad que era un problema femenino y por tanto era culpa del machismo y el patriarcado, véase por caso que las mujeres usaran más el transporte público que los hombres (personalmente yo no creo que eso sea negativo, de hecho, dadas mis inquietudes ecologistas lo veo positivo, pero entiendo que se refieren en cuanto a las capacidades económicas entre sexos y las posiciones de dominio de la posesión del automóvil en las familias), sin embargo, llegado el caso del Covid-19, preguntados si afecta más a mujeres u hombres, se nos repitió una y otra vez que no tenía nada que ver, que afectaba a los dos sexos por igual, sin distinciones, porque era un virus. Podríamos pensar que, dentro de que es un virus (no somos tontos y lo sabemos, por lo que esas coletillas son innecesarias), dado que las mujeres usan más lo público, puedan ser ellas más afectadas. En la prensa de hoy se nos da el dato de manera un tanto marginal sobre que hay en torno al 70% de mortandad de hombres por Covid-19 (cito de memoria), y Gaceta Médica indica que afecta por igual a los dos sexos en todo el mundo pero que mueren más hombres que mujeres por esta enfermedad. Alguna razón tendrá que se tendrá que estudiar, pero he aquí uno de estos casos donde probablemente la autocensura prime a la hora de informar de este aspecto, no para hacer proselitismo machista ni para enaltecer el patriarcado, sino para compartir información que pudiera ser útil a alguien de cara a análisis y a búsqueda de explicaciones ya sean sanitarias o de otra índole que no tenga fines perversos. Sea como sea, sólo son dos ejemplos al tema que nos ocupa, pero que puede hacerse extensible a otros casos, no necesariamente relacionados con el Covid-19.

El acto de censura no es sólo la supresión de algo, es también la alteración o la invención de un discurso o de una obra, su cambio de rumbo, la introducción de un nuevo lenguaje que resulte más cómodo a las ideas que quiere grabar en las conciencias, la neolengua del Nosotros de Zamiatin, o para que lo entiendan muchos, dado que Zamiatin ha sido altamente borrado del conocimiento de los españoles, del 1984 de George Orwell.

La realidad, o a mejor decir la sinceridad de un pensamiento, discurso u obra debería ser protegido como un legado. Es como recibir un legado familiar de parte de la prensa estatal. Un legado que no una herencia. Un legado es algo que se transmite de manera material o de manera inmaterial y que se transmite de generación a generación o de individuos a individuos sin que realmente pertenezca a ningún individuo, entra aquí en juego lo que la ley establece como el usufructo y la nuda propiedad. Me explico más. Una simple herencia familiar puede ser legado familiar o no. Si no lo es, si sólo es algo meramente material, el heredero no tiene más responsabilidades sobre ello que sobre lo que es una pertenencia material propia. Sin embargo, un legado es algo que ha adquirido unos valores sentimentales y que transmiten además una cultura, una relación y una serie de cuestiones que van más allá de lo material y cuya pertenencia por tanto pertenece a un grupo familiar o de personas que quizá no se lleguen a conocer jamás en el tiempo aunque tengan una relación directa, como pueda ser un tatarabuelo de su tataranieto. Para que el legado se produzca obviamente va pasando entre las generaciones más cercanas de unos a otros cuando llega el turno. La ley establece que la persona a cargo no puede alterar ni destruir el legado familiar. El legado trasciende a las personas y a las generaciones; pero la herencia pasa de persona a persona, de una generación a otra. El legado no pertenece a un individuo concreto, aunque lo herede, sino a todos los individuos pasados, presentes y futuros ligados a quien lo heredó. Mientras que la herencia simple, si no es un legado, es algo más pasajero, va de individuo a individuo, sin afectar a muchos más individuos.

Con la actual crisis sanitaria por Covid-19 cada vez más ciudadanos se han apuntado a vigilar al otro. No hace mucho en los mismos informativos antes citados, vimos como una mujer que paseaba a su perro grababa con su teléfono móvil a un hombre que corría por la calle, acción no autorizada en el estado de alarma. El acto de la mujer era el de la denuncia, no sabemos ante donde, pero obviamente quien graba a otra persona tiene afán de usar la grabación para mostrarla, caso aparte es si la señora tiene alguna afición personal e íntima que no conocemos, pero en principio entendemos que es el afán de la denuncia, máxime cuando las imágenes acabaron en las redes sociales y después en el telediario, sobre todo porque el corredor trató de quitarla el teléfono móvil para evitar que siguieran grabándole sin su permiso. Corría en una vía pública, por lo que quedaría por dilucidar si tiene derecho a la intimidad o a la imagen o protección de datos aunque estuviera haciendo algo no autorizado. No entro en lo jurídicos de quién estaba haciendo de los dos qué cosa no permitida, o los dos, probablemente él no llevaba razón en cuanto corría en un espacio público, como he dicho. El caso es que ella se transforma en gendarme de él, en acusadora y en juez que sentencia que se le ha de mostrar públicamente infringiendo la norma. La mujer censura el acto de otro y solo conocemos una única versión de los hechos: la de la prohibición de correr, ignorando las causas del corredor, que probablemente no son justificadas, pero, ¿y si tenía razones médicas para ejercitarse? Es bastante probable que no tuviera causas justificadas, pero de su versión no sabemos nada, sólo de su censura y de la inducción que nos hace grabación y telediario de que debemos censurarle sin juicio previo. Realmente parece un caso fácil, pues insisto en que lo más probable es que realmente esa persona corría sin tener que estar haciéndolo por la calle. Pero lo que aquí nos interesa es la transformación de la señora que pasea a su perro en gendarme y acusadora. ¿Cuánto tiempo paseó a su perro? ¿Se limitó a llevarlo a un lugar cercano para que hiciera sus necesidades y de inmediato se volvió a casa? ¿Paró a comentarle a alguien el suceso aunque fuese a una vecina desde la calle a la ventana? ¿Se entretuvo en comentar las novedades con su panadera? Y a ella, ¿quién la graba? ¿Se grabó a sí misma si cometió alguno de estos actos?

Mucha gente acepta el acto de autoridad del gobierno y su discurso como discurso único posible, y los hay aún más que en las redes sociales aplauden y anhelan medidas como en la República Popular China, a la vista de que, después de cuatro meses, comienzan a tener más cerca el fin del Covid-19 en sus fronteras, y al alcance de la mano una vacuna que, Reino Unido, España, Alemania y Cuba también dicen estar alcanzando, como en una carrera individual de fondo, cuando todo sería mejor con equipos internacionales compartiendo avances conjuntamente.

Hay quien dice "ayudémonos". ¿Exactamente a qué? Porque en nombre del "ayudémonos" estoy batiendo récord de descubrimiento de amistades que dan el visto bueno a que se tomen medidas al estilo chino o italiano, y no tengo claro si conocen todas las medidas que allí se han tomado, las más conocidas son los aislamientos de las ciudades y las reclusiones forzosas (no voluntarias) en casa, llamadas cuarentenas, de las que en el actual estado de alarma español hacemos gala. Pero también en China ha ocurrido el control totalitario de todo tipo de desplazamiento individual, que la policía pueda entrar en tu domicilio o trabajo sin previo aviso, vigilancias por dron en todo tipo de lugar y momento, toques de queda, multas, estimulación a denunciar a cualquier persona que tenga fiebre y riesgo de cometer un delito de encubrimiento de no hacerlo, como si tener fiebre ya de por sí fuera un delito, cárcel (en China hay quien ha pasado o pasa por la cárcel en determinadas situaciones por negarse a alguna de las medidas y en Italia se plantearon hacerlo), prohibición del derecho de reunión (este ya vigente en España durante el estado de alarma), censura oficial en los medios de comunicación e Internet, rescisiones a la libre circulación... etcétera. Y podríamos pensar que China es una dictadura, pero Italia no y copia algunas cosas... pero lo que me preocupa es que este inicio de lo que se llama normalmente estado de alarma, es aceptado e incluso reclamado en nombre del "ayudémonos". Comprendo todo el pánico desatado, sobre todo por unos medios de comunicación repetitivos hasta la saciedad, pero hay que explicar todo esto de las medidas que son necesarias aceptar y tomar juntos, junto a lo que es la democracia. Seguridad sanitaria, sí, pero sin perder nuestros valores, que son valores respetuosos con los derechos humanos y las libertades. Responsabilidad, sí, pero en las dos direcciones.

No olvidemos tampoco que parte del problema viene de los recortes en sanidad en España llevados a cabo por las políticas conservadoras. En la Comunidad de Madrid y en la de Galicia por muchos años de gobierno del PP, y en España a raíz de los recortes de Rajoy (PP) a partir de 2012 como receta para la Gran Recesión de 2008. Ojalá sirva todo lo ocurrido para que reculen en sus futuras políticas y visiones sobre la Sanidad... y sobre cualquier aspecto público. Sumemos que nunca debiéramos olvidar todo lo que hay acarreado, los intereses creados de todo tipo y las guerras económicas que han encontrado trinchera, nacionales e internacionales, al margen de algunas cuentas pendientes de carácter político en varios lugares del mundo, no sólo dentro de España.

Claro que hay que proteger a los sectores más vulnerables ante el Covid-19, pero hay que ser conscientes de todo; no rechazar lo democrático, cuidar lo público, y más aún, a pesar de que los mayoritarios son los curados con síntomas menores, ¿por qué nadie nos ha mostrado a algunos de estos explicando que se han curado pasando una enfermedad con esos síntomas leves para bajar la preocupación? Nos han mostrado sólo a partir de ayer casos de curados que han pasado por estados graves.

No decir exactamente lo que diga la autoridad o el líder, reflexionar, matizar, discrepar, etcétera, no invalida ir todos a una contra el Covid-19. No nos hace menos fuertes. Hace menos fuerte al que no hace prevalecer su voz como voz única, pero la pluralidad de voces brinda tantas opciones que da más fuerza de futuro. Precisamente porque Colón no pensó que La Tierra era plana, Newton se preguntó por qué la manzana caía como caía, Galileo discrepó con la Iglesia y dijo que no éramos el centro, que girábamos en torno al Sol, o Miguel Servet, quemado en la hoguera, sostuvo la existencia de la circulación sanguínea, discrepar o estar de acuerdo pero matizar o aportar algo más, no debería ser objeto de condena social, censura ni autocensura. A fin de cuentas todos estaban de acuerdo con las autoridades en que las mujeres que mataban en Salem eran bruja, pero pasados los siglos sabemos que por censura o por autocensura nadie defendió a unas mujeres que no eran brujas, simplemente mujeres.

domingo, marzo 15, 2020

NOTICIA 1947ª DESDE EL BAR: ESTADO DE ALARMA



En los primeros meses de la guerra civil española en 1936 hubo madrileños que tomaban la escopeta de caza de su casa, se reunían con amigos y familiares, se montaban en un automóvil para ir a Toledo, pegaban unos disparos totalmente ineficaces en dirección al alcázar y regresaban por la tarde a sus casas totalmente contentos de haber contribuido a la lucha contra los golpistas y el fascismo, lo cual contaban orgullosos a sus vecinos. Hubo incluso quien se llevaba su familia y, a la hora de la comida, paraba de estar mirando aquellos muros a los que de vez en cuando disparaba con su escopeta, y tomaban un picnic. Cuando las tropas de Franco llegaron a las puertas de Madrid, hubo quien en los primeros días hizo poco menos que lo mismo acercándose a Ciudad Universitaria. Muchas décadas más tarde en otro contexto, yo en mi vida particular, siendo técnico y vigilante medioambiental del ayuntamiento de Alcalá de Henares en 2008-2009, una cigüeña desfallecida cayó al suelo de delante de la catedral de los Santos Niños. Yo con mi uniforme pedí a la gente que no se acercara y que la dejaran tranquila mientras se acercaba personal veterinario y la policía local. Viendo la gente que yo no tenía poder para sancionarles, no faltaron varias personas que se acercaban a levantarle la cabeza del pico para comprobar que estaba atontada o para hacerse fotos. A pesar de que les indicaba y pedía que se alejaran de la cigüeña, el "yo hago lo que quiero" triunfaba. Mi uniforme de vigilante medioambiental no servía de nada, faltaba la autoridad para ellos, que imagino que hubiera sido comenzar a sancionarles a todos. Lo primero narrado es un rasgo del carácter anárquico (que no exactamente anarquista) de los españoles recogido, por otra parte, no sólo en la Historia si no en innumerables relatos literarios de todos los siglos, propios y extranjeros; lo segundo quizá es un rasgo heredado de tiempos de la dictadura reciente, donde tras la Transición se interpretó que si no hay castigo no hay porqué hacer caso. Poco más o menos, con lo uno y con lo otro, ha ocurrido en España estos días con la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus que afecta a los humanos, llamado Sars-Cov-2, el cual provoca la enfermedad conocida como Covid-19, por haber mutado y saltado en diciembre de 2019, según la versión oficial, de la carne de un animal salvaje vendido sin control sanitario en un mercado de China, a una persona que lo consumió, con lo que comenzó a propagarse a los humanos en general. 

El Covid-19 se fue expandiendo de China a Corea del Sur, Irán, Italia, Francia, Reino Unido, España, Alemania, Estados Unidos de América y bastantes más países. A España llegó a mediados de febrero, aunque los primeros casos confirmados los fuimos conociendo a comienzos de marzo. Los primeros en ponerse realmente en alerta fueron los ciudadanos chinos que viven en nuestro país. Algunos cerraron sus locales aludiendo que se tomaban "vacaciones". De todo aquello, habiendo pasado varios meses desde el comienzo internacional del problema, me llamaba y me sigue llamando poderosamente la atención el asunto de que probablemente se está fraguando parte de lo que será el siglo XXI en cuanto a varias de las cosas que se están haciendo y experimentando masivamente por primera vez para combatir la enfermedad, pero que podría tener repercusiones laborales, económicas, políticas, de control ciudadano o medioambientales que quizá ya no se vayan o no se vayan del todo. Más o menos de eso ya hablamos en la Noticia 1944ª, las vacaciones chinas. Pero sobre la forma española de no hacer caso al problema sumamente grave, la sociedad tomándose las recomendaciones de aislamiento o las cuarentenas como tiempo libre que ocupar con actividades de ocio o bien las acciones sinceras pero ingenuas, más el alarmismo interesado e incluso la manipulación informativa, lo traté al estilo como pudiera haberlo hecho Mariano José de Larra de haber vivido esta crisis, en la Noticia 1946ª. A todo esto sólo puedo añadir aportaros información sanitaria y recomendaciones fiables y autorizadas remitiéndoos a la página actualizada que ha dispuesto el Ministerio de Salud para ello, a la que ha llamado Enfermedad por nuevo Coronavirus, Covid-19. Ahí tenéis todo tipo de información y recomendaciones que hace el gobierno de España, así como la evolución de la situación actual. Pero si necesitáis una visión aún más global, también podéis consultarlo a través de la Organización Mundial de la Salud. No obstante, uno de los principales peligros de este nuevo coronavirus es su facilidad para matar. A pesar de que es cierto que su letalidad ha matado menos  en cifras totales de momento que otros virus, como por ejemplo el de la gripe común, y a pesar de que un mayoritario 80%, o poco más, se curen sin haber pasado apenas sintomatología leve, y que el porcentaje de fallecimientos es menor, entre el 5% y el 8%, siendo el resto de porcentaje casos que se curan pero pasan por estados graves, no es menos cierto que en cifras proporcionales es un coronavirus altamente letal, así para entendernos, la anterior epidemia de Coronavirus nuevo para el ser humano, que afectó a Asia, mató a algo más de 300 personas en dos años y medio, mientras que el actual Coronavirus ha tenido capacidad de matar en apenas unos meses en todo el planeta a lo que son unos miles de personas. No es asunto menor. No hay que minusvalorarlo, aunque siendo justos, tampoco hay que caer en el alarmismo, pues siendo grave el problema, muy grave, no es tampoco mentira que los medios de comunicación, en un afán de vender sus noticias, han sobredimensionado y alertado a la población colapsando telediarios, radiofonías, periódicos e Internet con esta noticia de manera repetitiva y buscando lo más morboso. En estos días los periodistas informan del alarmismo de la población, sin hacer autocrítica del origen.

Podríamos decir que el nuevo Coronavirus acorta la esperanza de vida, en lugar de expandir la idea de que todos vamos a morir, idea que cibernautas y algunos medios no han parado de difundir. En torno a la edad de 45 ó 50 años en adelante hay más probabilidades de que la sintomatología sea grave y no leve, por lo que la cura cueste más y necesite más atenciones. Llegando a edades más avanzadas es más probable la mortandad, al igual que ocurre con otras enfermedades cuando se llega a edades muy avanzadas. Al ser el Covid-19 más fuerte que una gripe común, que es nueva y aún no hay vacuna, es más probable que los individuos con sistemas inmunes más débiles están más expuestos a morir. Los grupos de riesgo son los ancianos, las personas con enfermedades crónicas, los que tienen enfermedades cardiorrespiratorias y los tabaquistas. Sí, si eres fumador habitual estás en el grupo de riesgo, tengas la edad que tengas. Deja de fumar. Y de paso evita que los que no fuman se conviertan en fumadores pasivos por ti, tanto por lo que ello conlleva para la salud de ambos respecto al tabaquismo y sus efectos, como para que al menos no transformes a los de alrededor tuyo en grupo de riesgo para el Coronavirus 19. Si eres de los que han acaparado tabaco en su casa estos días, probablemente estás haciendo dos acciones contradictorias: por un lado te aíslas contra el Coronavirus 19, por otro lado ayudas al Coronavirus fumando.

Comenzaba esta entrada compartiéndoos el que probablemente será uno de los documentos que se estudiarán en los libros de Historia y caerán en examen como comentario de texto, el discurso que anoche dio el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, activando el estado de alarma. Vivimos el momento histórico más importante en lo que va de Monarquía Parlamentaria actual, a excepción clara del periodo de la Transición y todos sus hitos se ha dado estos últimos días. Una vez publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) anoche está vigente. En ese boletín tenéis lo que establece el estado de alarma. Ahí se dice claramente qué está permitido, qué no está permitido, qué se entiende por productos de primera necesidad, cómo se gobernará, etcétera. Los ministros que dirigirán el estado de alarma son cuatro, Sanidad, Interior, Defensa y Transportes,  todos son del PSOE, ninguno de Unidas Podemos, su socio de coalición. Facilitarán los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Al enumerar cuáles son los productos básicos se entiende que esos son por los cuales se puede salir a la calle a por ellos, alimentos, fármacos, dinero de un cajero bancario o prensa. Se puede intervenir los comercios si es necesario. También se ha sentenciado qué desplazamientos están autorizados, en qué único modo se han de hacer y que sólo se pueden hacer de manera individual. Los desplazamientos a centros sanitarios, a cuidado de ancianos, paseo del perro para sus necesidades o compra de lo básico están autorizados, el resto no. Y sólo pueden ir dos personas si una de ellas necesita ayuda para desplazarse. Quedan prohibidos los desfiles, fiestas y verbenas. Será durante quince días que pueden ser prorrogables por el Parlamento. Todas las medidas las podéis leer con exactitud en el ya histórico BOE

A primeras horas de la mañana del primer día de estado de alarma pude ver desde mi ventana algunas personas andando en pareja, coches circulando, pocos, y vecinos que se paraban a hablar si se encontraban. Por redes sociales leo a amistades que escriben haber visto a gente bebiendo en la calle o haciendo un poco más de lo mismo, paseando o lo que sea. Lo que no entienden muchos es que la declaración de un estado de alarma ya no es que "te piden" o "te recomiendan", si no que te ordenan. De momento la policía no ha pasado a ponerse estricta, pero si la gente sigue como si tal cosa, lo harán. Un estado de alarma tiene carácter obligatorio y las órdenes han sido claras, independientemente de que te gusten las órdenes o que consideres justo o injusto lo que quiera que sea que se ha ordenado y su motivo. Aún con todo, sí es cierto que hay mucha menos actividad en la calle de lo habitual. Lo incomprensible es que diarios como El País, en su edición de Madrid, critique por el día de ayer (en que el estado de alarma estaba activado por la Comunidad Autónoma un día antes que a nivel estatal) que hubiera personas paseando a su perro en la capital, cosa que sí está permitida, o que hubiera mendigos que se "saltaron" la (en ese momento) recomendación de no estar en la calle, como si un sin techo tuviera techo al que ir.

El jueves 12 de marzo el presidente de gobierno ya había salido por la noche anunciando medidas económicas para paliar los efectos del Covid-19. Escuchando al presidente del gobierno uno se puede preguntar que, si íbamos mal de dinero en las arcas públicas porque el paro era alto y los trabajos generados eran de corta duración y mal pagados, por lo que no se cotiza todo lo que se necesita, esto desde hace años, ¿de dónde saldrá todo el dinero que se va a dar en ayudas y que cubra las exenciones anunciadas de pago de impuestos a determinados sectores, los privados? No critico ni digo que no se necesite, pero sí creo que es importante saber si hay dinero para todo eso y de haberlo de dónde saldrá. Porque el paro crecerá con los cierres que está habiendo, al margen de la anunciada facilitación que harán de ERE's y ERTE's, o que permitirán a los empresarios no abonar la seguridad social de sus empleados en unos meses u otras medidas fiscales de aplazamientos. ¿Habrá subida de impuestos indirectos que no se anuncian hoy? ¿Se bajará el rango de la renta media de cara a que más gente tenga que devolver dinero por medio del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) el año que viene? ¿Se sacará el dinero del fondo de las pensiones otra vez? ¿Había dinero y nos lo ocultaron diciendo lo contrario? ¿Dará el dinero el resto de Europa?   Creo que habrá dinero, y creo que lo que gasten lo recuperaran por vías directas o indirectas impositivas, pero estas no se han anunciado. Sí he visto muchas medidas de protección a los empresarios y a las familias, pero total desprecio a las repercusiones contra los trabajadores, para los que no se ha anunciado nada concreto. Para ellos, para nosotros, no sólo no hay exenciones si se ven económicamente perjudicados, si no que además se facilitará la posibilidad de su despido. Yo no soy partidario de los donantes privados, como Amancio Ortega, porque en un Estado de derecho, para garantizar la democracia y la libertad, el Estado social es el que debe hacerse fuerte, esto es con impuestos, por supuesto. Esas ayudas deben ser realistas con lo que hay y con lo que no hay, si se anuncian medidas de talante económico se debe, o se debería haber hecho, explicar cómo saldrán las cuentas. 

Escalonando los anuncios, quizá para amortiguar los efectos morales en la población, y tras dar esa noticia de tranquilidad a los empresarios, al día siguiente, a la hora de la comida, se realizó una segunda comparecencia. El viernes 13 anunció que se iba a activar el estado de alarma, previsto por la Constitución en el artículo 116, dado que se habían multiplicado los casos de infectados por Covid-19 y habían aumentado los fallecidos. El gobierno preveía que en la semana que entra los casos ascenderían a diez mil infectados, dijo el presidente. Los partes meteorológicos hablan de desplome de las temperaturas, por lo que es viable, siguiendo además las estadísticas de China, Corea del Sur e Italia, cronológicamente es posible en comparativa. Por eso mismo para este fin de semana se recomendaba en Madrid y Galicia la reclusión en casa, luego se pasó al aislamiento de una localidad catalana y de las ciudades costeras de Murcia y después este anuncio del presidente sobre que se proclamará el estado de alarma. El líder de la oposición, Casado, criticó al gobierno de no tener liderazgo y escudarse en lo científico, grave error y altamente desleal, por muy leal que declare él que está siendo. ¿En qué se escudaría él de ser presidente? ¿En los videntes? Por otro lado Ciudadanos y otros partidos declaraban estar dispuestos a dar vía libre a la aprobación de los presupuestos del Estado para poder afrontar el Covid-19, por sentido de Estado, con eso queda desactivada la dependencia de los votos a favor de los partidos catalanes, con lo que se anula la principal carta con la que jugaba su partida el nacionalismo independentista. No obstante, hasta el presidente de Cataluña ha decidido participar por primera vez en mucho tiempo de las reuniones junto al resto de presidentes autonómicos. El panorama político nacional ha cambiado perentoriamente mientras dure la crisis sanitaria. Ante esta nueva perspectiva no es de extrañar que en los próximos días unos y otros manejen la información y quieran controlarla, pues según sea más o menos favorable se irán desarrollando diferentes movimientos en estas otras cuestiones, que no se paran simplemente porque los telediarios solo informen del Covid-19, al igual que la prensa extranjera sacó a la luz la posible corrupción del rey emérito Juan Carlos I. No porque no se hable no siguen ocurriendo otras cosas no menos importantes para afectar a nuestras vidas más allá de la salud. Caso deleznable es aquel de Vox, donde habiendo viajado a las zonas de riesgo uno de sus líderes, regresado sin decir nada, contagiado a diputados y diputadas, posteriormente culpan al gobierno de la pandemia... y más tarde lo tratan como "virus chinos" en un desacertado estado de red social que no ha pasado por alto la embajada china. 

Fuera como fuese, en la tarde del anuncio de que se declararía el estado de alarma la gente se desató llevada por el alarmismo y acudió a los centros comerciales y a los comercios a comprar todo tipo de productos, agotándose papel higiénico, leche, galletas, lácteos varios, algunas legumbres, etcétera. A pesar de que el gobierno autonómico de Madrid y el de España anunciaban que estaban garantizados los abastecimientos, todo quedaba desabastecido. Nadie quiere arriesgarse a estar más de quince días en casa y quedarse sin nada. No era tanto por el estado de alarma en Madrid, sino por los rumores de que quizá aislasen a Madrid capital, con lo que los camiones no podrían salir de allí a abastecer al resto. hay que afrontar que es un problema la concentración empresarial en la capital, por muy ventajosa que se crea. En Alcalá de Henares ocurrió el mismo miedo, dado que el Hospital Príncipe de Asturias es uno de los que alojan más infectados, y que está ya bajo mínimos en recursos, espacio y agotamiento del personal sanitario. Si lo que se pretendía era evitar el alarmismo, la proclamación del estado de alarma, las medidas radicales excesivamente inmediatas en el tiempo en varias poblaciones y el bombardeo incansable de las televisiones en un monotema constante, evitaron que no hubiera alarmismo. Quedaba demostrado además que los ciudadanos no confían en los políticos, de otro modo, hubieran hecho caso de no acudir en masa a los comercios. Y no sólo centros de alimentación, los estancos de tabaco, las tiendas de animales, las farmacias y otros lugares también vieron la llegada masiva de compradores. Puede que quede muy cerca algo no sopesado aún en los medios, en una España que tiene heridas mal cerradas de la guerra civil, todo el mundo tiene en sus casas las historias de abuelos y padres que les contaron cómo comenzó la guerra y que en 1981, el 23 de febrero, ya les habían indicado qué iban a oír del gobierno, qué iba a pasar con los alimentos y cómo de mal iba a funcionar el racionamiento posterior. El asunto del alarmismo que desabastece cada día los comercios debe ser estudiado con detenimiento, porque me temo que en sí mismo encierra un trasfondo más profundo y grave de lo que las bromas que todos hacemos con ello pudiera tapar. Aparte de que llevamos varios años seguidos donde los que pierden son siempre los mismos mientras los políticos dicen una cosa y luego ellos hacen otra. No hay confianza totalmente plena de los gobernados hacia sus gobernantes, eso me temo. Son los políticos quienes deben reconstituir los puentes que ellos mismos tiraron.

No ayuda que se celebraran partidos de fútbol y la manifestación del día de la mujer el 8 de marzo a la vez que se recomendaba guardar un metro y medio de distancia hacia otra persona, no obstante varias políticas y políticos participaron de esas concentraciones de gente y alguna salió infectada de Covid-19. No es serio hablar de cuarentenas y de trabajo desde casa si se puede y luego hacer lo contrario aquellos miembros del gobierno que tienen en su propia casa enfermos de Covid-19. Podemos referirnos por ejemplo al vicepresidente Pablo Iglesias, pero también al presidente Pedro Sánchez. Hoy, domingo sabemos que la esposa del presidente tiene Covid-19. Lo "curioso" del tema es que lo dio (oh, vaya, qué casualidad) justo después de la comparecencia de Pedro Sánchez de anoche, por el sábado. Nos toman por tontos y tontos nos quedamos, a pesar de que la situación de esta pareja no deje menos que desearles salud y que eso entra dentro de sus vidas. Pero sin ignorar que obviamente, tal como se ha hecho todo, puede tener unas y otras connotaciones políticas y sociales, porque no se puede estar rogando y con el mazo dando. O en otras palabras, en estos momentos, para pedir esfuerzos a los demás, hay que hacerlos también propios. Y los demás haremos los esfuerzos con o sin engaño, pero la sensación de que nos toman por tontos se queda ahí. ¿O es que en pleno 2020 un gobierno de un país europeo no tiene medios para que quien lo necesite se reúna por videoconferencia, o sea: trabaje desde casa? Y esto va por ambos, Sánchez e Iglesias. A fin de cuentas, tanto los gobiernos regionales como el central no se han cansado de repetir por activa y por pasiva la recomendación de que se tiene que recurrir al trabajo desde casa si es posible.

La comparecencia para activar el estado de alarma estaba programada para la mañana del sábado, ayer, pero se retrasó en dos ocasiones. Se esperaba para la hora de la comida y también se aplazó. ya por la tarde se dijo que quedaba suspendida hasta la mañana del domingo, hoy, pero luego volvieron a retomar la reunión extraordinaria de ministros, que llevaba varias horas, y se anunció que el presidente saldría a hablar por tercera vez a las 20:00 horas de anoche, sábado, pero lo hizo en torno a las 21:00. Incido: curioso médico que para las 22:00 o las 23:00 de un sábado estaba disponible para dar resultados médicos a la esposa del presidente. Como sea, avancemos. Me llama poderosamente la atención en un primer momento que en un día tan atropellado políticamente como el de ayer, que el resultado sea que los ministros de Unidas Podemos hayan sido excluidos al completo como voces autorizadas para hablar de nada que tenga que ver con el Coronavirus, ni para tratar el asunto. Ni siquiera la Ministra de Trabajo, que debería tener algo que decir, acordar y peso político en cuanto a los ERE y ERTE programados respecta. Es evidente que aunque niegan la mayor, hay un conflicto entre los miembros del gobierno del PSOE y los de Unidas Podemos. Parece ser que los retrasos del consejo de ministros se debieron a que los ministros de Unidas Podemos entendían que se habían dado muchas ayudas a las empresas pero se había desprotegido totalmente a los trabajadores, por lo que había que concretar también ayudas para los afectados por ERE's y ERTE's, pues aún saliendo más caro económicamente, era algo con altura moral, ética y necesario. No obstante, hasta la prensa de hoy calcula que los previsibles ERTE's y ERE's, más los despidos que no serán producto de ellos, pueden ser de golpe varios cientos de miles. Será un batacazo mayor que la llamada Gran Recesión (la crisis de 2008), de la cual aún no hemos salido. El problema no es menor tampoco. Varios ministros del PSOE se opusieron y pusieron pegas a los de Unidas Podemos. En principio las medidas del estado de alarma activadas declaran que se tomarán medidas para los trabajadores afectados, pero no detallaron nada, a diferencia de todo lo que detallaron para los empresarios el jueves, por lo que tiene pinta de un acuerdo de mínimos y probablemente poco menos que nada, que palabras. A pesar de que UGT y CCOO pudieran intervenir, en un estado de alarma poco pueden hacer, además ellos ya habían dado el sí a todo a los empresarios para los ERE's y ERTE's. Al resto de sindicatos, mucho más combativos, ni les han preguntado, prefieren hablar con aquellos que saben les dirán "lo que usted diga, bien dicho estará"

Pensad que ni en las guerras se paraliza del todo el trabajo ni el comercio. Si parásemos todo de golpe el problema sería inmensamente mayor, no os imagináis hasta qué punto de autodestrucción. Por ello mismo es de aplaudir a los trabajadores de la salud, pero también a los transportistas y mozos de almacén que siguen activos, a los comerciantes, a los que trabajan en fábricas que no paran, a los que siguen alimentando la máquina. Aquí nadie sobra. Los gobernantes siempre dicen que aplaudamos a las fuerzas del orden, pero ayer por primera vez un presidente centró los aplausos en toda esta gente. Todos somos importantes. Incluso el que sale a comprar ahora mismo no sólo compra para sí, está contribuyendo a que el sistema no pare y no colapse del todo la sociedad.

En todo caso, es bastante probable que la situación empeore, y no lo digo ya solo por cuestiones de salud, que eso ya lo dijo el gobierno y las autoridades sanitarias para las próximas semanas. Lo digo porque al haber prohibido Donald Trump los vuelos entre la Unión Europea y Estados Unidos, muchos macronegocios van a ver pérdidas millonarias que van a querer rentabilizar eliminando sueldos y pagos a la seguridad social. Van a meter presión al gobierno y a sindicatos para que todo lo que se haga sea a su favor. Van a multiplicarse los despidos y los ERTE's. Además hay que recordar que tampoco hay conexión con Italia, con Marruecos y con otros países, y mucho está tardando Francia en cortar la frontera. Por otro lado se ha colado en prensa que el plan de Donald Trump pasa por que la crisis por el Covid-19 abarate el petróleo todo lo posible para comprar el máximo posible para las reservas estratégicas de Estados Unidos. Eso nos lleva a que no me extrañaría a que en los próximos días escuchemos y leamos todo tipo de noticias alarmistas y tremendistas, algunas falsas y otras sumamente exageradas, que ayuden a hacer caer las bolsas bursátiles más de lo que lo están haciendo, y cumplir su objetivo. Todo esto ayudará a la desmoralización de la población, el alarmismo que lleve a situaciones imprevisibles en el comportamiento de las masas sociales, el cierre de empresas, y el citado paro masivo con posibilidades de ocurrir en bloque en cifras mayores que en la Gran Recesión de 2008. Cuidado con las noticias falsas y con transformar opiniones y análisis, este incluido, en verdades inquebrantables. 

Y por aquí tenemos el mapa actual del número de habitantes por cada cama de hospital público en Europa. Los recortes sociales de la etapa de Rajoy en 2012, como veis ha hecho estragos en España. Visto el mapa, lo interesante sería que una vez que pase todo esto en la Unión Europea, comparáramos las cifras finales de contagiados y mortandad de España o de Reino Unido respecto a Alemania. De ahí se podrían crear análisis y sacar, quizá, algunas conclusiones o al menos teorías. Lo que sí que no es comprensible es que en España se haya perjudicado a la salud pública y transferido pacientes a la privada, beneficiando a esta, aunque dejando a los pacientes con tratamientos más costosos y menos rentables en la pública, y que llegado el actual panorama de pandemia, en las primeras semanas los hospitales privados se hayan lavado las manos y se hayan desentendido. Indignante. El gobierno debería obligarles estar a las duras, ya que tanto han recibido de las maduras en perjuicio de la salud pública. Ahora que hay un estado de alarma activo en el país, el gobierno tiene capacidad legal para obligarles a hacer lo que no han querido hacer, les cueste económicamente lo que les cueste. Ayer mucha gente salió a las 22:00 horas a sus ventanas y terrazas para aplaudir a los médicos y enfermeras de la salud pública. Yo no lo hice, simplemente desde hace años me he sumado a manifestarme junto a ellos bastantes veces en defensa de ellos. Seguiré haciéndolo y confiando en ellos. 

No se proclamaba un estado de alarma desde 2010 en España, pero en realidad eso afectó a los aeropuertos. Un estado de alarma al nivel estatal actual no se daba desde los años 1960-1970, en tiempos de Franco. Vivimos un tiempo excepcional. España no para de vivir en estado de sucesos excepcionales y novedosos nunca antes activados desde 2011. 

Pensad que hay científicos británicos que dicen haber encontrado una vacuna que ha tenido efectos positivos en ratones y les falta comprobarlo con monos (así de triste es, pero parece que es el único medio que encuentran), y si con los monos funciona, funciona con los humanos (me pregunto por qué no ensayarán con alguien infectado que no tenga mejor opción). Pensad que en Wuhan, donde empezó en China, ya están remitiendo sus casos, con lo que la enfermedad no es permanente en la sociedad, si se toma conciencia. Y en cuanto a Alcalá de Henares, un abrazo al Hospital Universitario Príncipe de Asturias, y recordarle al ayuntamiento que en cuanto a la higiene, hay barrios donde esta brilla por su ausencia semanas, meses... el año entero. En mi propio barrio esto es así, y el problema son determinados vecinos y familias concretas que usan la calle como contenedor y estercolero. No es inusual encontrar compresas usadas desperdigadas y no ser recogidas en dos o tres semanas por ningún operario de limpieza, meadas sempiternas de humanos, latas de cerveza por todas partes, estos días pañuelos de papel usados por todas las calles... hay que reflexionar también esto, lo que se le pide a la ciudadanía, lo que el ayuntamiento pudiera hacer.

En cuanto a lo que mí respecta, ha dicho que quedan cerrados los servicios de cara al público de bibliotecas y archivos... Pero mi tarea en archivo no es de cara al público y sigo sin comunicado alguno de que no deba acudir a mi puesto de trabajo el lunes. Por otro lado, cuando vaya, no sé cómo justificaría ante una autoridad que me estoy desplazando a mi trabajo... No hay visados ni pases ni han anunciado nada que pueda justificar que estás saliendo a la calle y a la carretera por tu trabajo. Y esto para todo el mundo. Como mucho tengo de momento a una gata que se me queja porque agotaron su marca habitual de arena y hube de comprar otra. Se acostumbrará, pero me hizo gracia que se me acercara lentamente me dijera algo extenso en maullidos y luego se fuera a mirar de soslayo su arena. 

Buenos días, cibernautas, que la cerveza os acompañe.