lunes, abril 08, 2024

NOTICIA 2308ª DESDE EL BAR: EL BRUTALISMO

En cada barrio de Alcalá se puede encontrar algo que le hace característico. Del barrio Polígono Puerta de Madrid, popularmente conocido como "El Lianchi", del que ya he hablado bastantes veces, se pueden ver diferentes enfoques y perspectivas, pero hoy me apetece hablar de algo poco o nada comentado, su carácter arquitectónico que, aunque parezca nulo, no es tan nulo, si bien está altamente descuidado y desatendido desde la misma creación del barrio entero entre 1970 y 1975, quizá el inicio esté en 1968, otros lo podrán datar mejor, para una entrada en esa bitácora no veo imprescindible acudir a un archivo o hemeroteca a mirar documentación. Es bastante conocido que el barrio fue una de las primeras expansiones de Alcalá de Henares cuando esta comenzó a crecer en la segunda mitad del siglo XX, cuando el municipio comenzaba a notar el aumento de su industria y el renacer cultural. Su ubicación en el eje de comunicación entre Madrid a Barcelona le hacía ideal. Ahora bien, la primera intención de este barrio era alojar aquí a militares y guardias civiles retirados (fundamentalmente retirados, pero no sólo ellos), aprovechando el número de cuarteles en la ciudad y la cercanía a Madrid. la idea no era nueva. Ya desde tiempos del siglo XIX la presencia de cuarteles fue algo notable precisamente por su posición cercana a Madrid si fuera necesario llevar tropas allí. Esta idea original hizo que este barrio fuera muy avanzado para la época, siendo totalmente peatonal, disponiendo de zonas deportivas públicas hoy desaparecidas, ajardinamientos, hoy día muy abandonados por el ayuntamiento, uno de los primeros en contar con rampas de acceso para las personas en sillas de ruedas y sus casas, muy espaciosas, contaban con grandes terrazas y novedades muy llamativas, como por ejemplo montacargas para tirar basuras o ascensores, si bien los montacargas de las basuras ya no funcionan y algunos propietarios incluso los cegaron o eliminaron de sus viviendas. Además, dado que iba a alojar a una población de miembros de la seguridad del Estado, prácticamente todos sus bajos y estructuras eran de hormigón, material que absorbe muy bien las hondas expansivas de las bombas evitando males mayores, pensemos que estamos hablando de una época de creciente actividad terrorista. Contaba también con bastantes comercios y locales, muchos de los cuáles han desaparecido y ni se nota que existieron, a causa de la ocupación por parte de familias que los han ido transformando en su vivienda, algunas incluso ocupando el espacio público de la calle como si fuera su porche privado.


La cuestión es que por la mala salud y posterior muerte de Franco en noviembre de 1975 el proyecto varió, especialmente con la llegada al gobierno de Adolfo Suárez en 1976. Con el desmantelamiento de los barrios chavolistas en el cinturón de Madrid capital, mayoritariamente montados por familias de etnia gitana en Vallecas, especialmente en el Pozo del Tío Raimundo, donde además existían fuertes tasas de analfabetismo, desempleo y delincuencia, se decidió que este nuevo barrio fuera de vivienda social, ayudando así a intentar acabar con un problema social de infravivienda y mejorar vidas, pero a la vez no es ningún secreto hoy día, a la vista del resultado final, que la idea era sacar de Madrid capital en su crecimiento este problema social. A la vez, "El Lianchi" fue desatendido en infraestructuras y lo que prometía ser todo un lujo comenzó a ser un barrio con problemas de abastecimiento de iluminación pública, abastecimiento de agua y otros recursos y servicios. Aunque el barrio se llenó de conflictividad, especialmente ligada a la droga, también se llenó poco a poco de esos recursos y de asociaciones como la primera en España de afectados por el síndrome tóxico (la colza) en 1981 o de otro tipo, desde testigos de Jehová a la asociación de alcohólicos anónimos y otras de ayuda contra la drogodependencia. También llegó a tener su colegio, su ambulatorio médico, iglesia propia, etcétera. Más aún, fue el único lugar de Alcalá que contó durante años con un centro de Formación Profesional. A su alrededor fueron creciendo el resto de barrios de toda esta barriada y terminó siendo el núcleo fundador del distrito II, de carácter obrero. Uno de los más poblados y que nutría a las fábricas, mercados y talleres de Alcalá y parte de Madrid, hasta que los cierres devolvieron las cifras del desempleo (que nunca se fue en número alto) a cifras muy elevadas. En general es un barrio trabajador, humilde, abandonado por la administración local en buena parte, con problemas sociales, como el citado desempleo, pero con una conciencia de vecinos más elevada que en otros lugares de Alcalá.

Pero yo había dicho que quería fijarme hoy en su arquitectura. Si bien esta es una arquitectura que fue avanzada para su época en lo dicho, por ejemplo en lo peatonal, los jardines y las rampas de acceso, así como su constitución en hormigón por seguridad, lo primero que podemos pensar es que fue una construcción barata y rápida por el uso del hormigón armado y las fachadas de ladrillo visto sin apenas decoración. A nadie le llama mucho la atención este tipo de barriada, pero responden a una tendencia arquitectónica del siglo XX que tiene sus seguidores y sus admiradores, aunque no sea algo vistoso.

Dicho lo anterior podríamos pensar en las construcciones funcionales de la era de Stalin tras la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética, que se repitió en buena parte de Europa del Este, especialmente en la reconstrucción de Alemania Oriental, pero más que tener esa posible referencia, justificable además por el carácter militarizado de la organización social rusa de la segunda mitad de la década de 1940 y primeros años de 1950, un carácter que podía asumir un barrio que iba a ser destinados precisamente a militares, la referencia personalmente creo que es otra más ligada a Europa Occidental. 

Después de la Segunda Guerra Mundial no sólo la URSS se reconstruyó a base de hormigón. Reino Unido tuvo que reconstruirse también en parte, pero se encontraba altamente arruinado. Salieron de su ruina económica gracias a la cultura rock y popular de la década de 1960 y todo lo que esta generó. En la segunda mitad de la década de 1940 y la década de 1950 fundamentalmente se desarrolló allí la arquitectura brutalista. Era una arquitectura destinada a reconstruir de manera barata y rápida, si bien algunos de sus arquitectos llegaron a crear auténticos edificios y monumentos con cierta estética artística basada en lo geométrico. Se levantaron edificios y barrios de hormigón descubierto y paredes de ladrillo visto sin apenas elementos decorativos. Fundamentalmente los ocupaban población obrera. Este tipo de construcciones, si bien han pasado desapercibidos, tienen sus admiradores porque en su conjunto están basados en una estética de las geometrías, si bien quedan además personalizados gracias a la vida urbana que allí se desarrollan y le dan su propio carácter y personalidad con la actividad y uso de sus propios vecinos. 

No hay que confundirlo con el racionalismo, la corriente arquitectónica de comienzos del siglo XX que también buscaba racionalizar y abaratar las construcciones usando el ladrillo visto, pero usando este para decorar algunas partes según los disponían y combinando este con una disposición de ventanas y balcones más o menos elegante, o bien introduciendo escaparates de cristales curvos en sus bajos comerciales. Hay varios ejemplos de ese racionalismo en Alcalá de Henares en la Plaza de Cervantes con calle Libreros y en la Avenida de la Estación, en lo que fue una escuela krausista y hoy es una vivienda con jardín al lado de una churrería.

Personalmente creo que todo "El Lianchi" es un ejemplo de arquitectura brutalista, si bien algo tardía respecto al resto de Europa, pues si la URSS la exportó a la Europa del Este, Reino Unido fue imitado en las reconstrucciones de algunos lugares de Europa Occidental, y también en Irlanda, entre las décadas de 1950 y 1960. Todo el conjunto de "El Lianchi" podría considerarse como uno de los últimos proyectos de arquitectura brutalista en Europa, si bien nunca hay que olvidar que sus origen en hormigón respondía a una cuestión antiterrorista y que buena parte de la humildad última de sus construcciones se deben a ese cambio de proyecto de casas para militares y guardia civiles a casas para población marginal y obrera. Sin embargo, para los amantes de la fotografía también hay aquí buenas ocasiones, aunque el barrio tenga mucho más y también apreciable.


 Saludos y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

Jotabé dijo...

Buen artículo, sólo un apunte: los edificios que conocemos como estereotípicamente soviéticos son de la época de Jruschov (las llamadas jruschovkas) y de Brézhnev

Canichu, el espía del bar dijo...

Gracias. Anotaré que el músico Miguel Ángel Marshall y el escritor e historiador, a la vez maestro, Carlos Mazarío opina igual en que no se trataría de brutalismo, si bien el segundo apunta que se enseñaba FP en el Antonio Machado, la ULAH, aunque creo que es posterior. Yo también tengo dudas sobre lo del brutalismo, pero dado lo tardío de su construcción también creo que hay algo de brutalismo. Igual que hay obras que mezclaron románico y gótico, o la Sagrada Familia, que es modernista pero si te fijas en la parte más actual dirías que no lo es.