Venga, va una de lugares que visitar en este caluroso verano que lleva ya con la de estos días la tercera ola de calor proviniente del desierto del Sahara, y con ella estamos en el sexto verano más calurosos de España desde que se tiene registro.
Vamos a viajar un poquito hoy. Aunque los precios se están poniendo por las nubes. Del promedio de 6'50 que valía ir y venir de Alcalá de Henares a Madrid usando aparte del autobús y el tren el metro, subió en enero a 9 euros. Para desgracia también de quienes sin tener empleo deben ir hasta Madrid a hacer entrevistas de trabajo que a menudo no dan trabajo. Es demasiado evidente (e injusta) la subida del precio de los viajes de autobuses interurbanos y de trenes de cercanías, pero sirva de ejemplo simplemente las subidas del tren suburbano madrileño (el metro). En Diciembre de 2011 el billete sencillo valía 1 euro. En enero-febrero de 2012 el gobierno autonómico de Madrid lo subió a 1'20 euros, pero desde las subidas en transporte de julio, ahora vale 1'50 euros restringiendolo además a trayectos con un tope de estaciones, no sé si cinco o seis, resultando que si se hacen más estaciones se incrementa en 0'10 céntimos por estación de más.
Eso sin contar que hay líneas de metro que cobran un plus económico de más, como la de Metro Este, que hace poco usé para ver a un familiar en el Hospital del Henares. Un viaje de ida y vuelta de Alcalá de Henares a Madrid puede tranquilamente costarnos un promedio de 10 euros.
Pero para compensarlo, y ya que muchos como yo están desempleados, se puede visitar gratis, por ejemplo el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que está en la calle Alcalá, nº 13 de Madrid, al lado de la plaza de la Puerta del Sol. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando fue creada en 1752 bajo el reinado de Fernando VI, y los auspicios del movimiento intelectual de la Ilustración. Aquí se formaron numerosas generaciones de artistas plásticos y escultores, muchos de ellos afamados pintores de la Corte Real que ahora tienen la mayor parte de sus obras en el Museo del Prado. Estamos hablando de gente como Mengs, Bayeu, la familia Madrazo que pronto tendrá un Museo familiar en Alcalá de Henares, o esperamos que sea pronto, Ricardo Bellver, que es el creador de la estatua al Ángel Caído del Parque de El Retiro, o el afamado pintor Francisco de Goya, entre otros. Es precisamente de Goya donde podremos ver una serie de bocetos, de grabados y de cuadros acerca de aquelarres y otros que poco tienen que ver con los conocidos del Museo del Prado, pero que resultarán muy impactantes si se conoce algo del contexto de cuando fueron creados. También está allí su paleta. Además hay cuadros y obras de autores anteriores a la creación de la academia, y varios autores de los siglos XIX y XX no tan bien conocidos hoy día en el general de la gente, pero apasionantes.
Y ya que estamos por esta zona de Madrid, nos podemos acercar a la calle Tetuán, nº 12, a la Casa Labra, un histórico mesón fundado en 1860 junto, también, la Plaza de la Puerta del Sol. Desde entonces tienen una especialidad en croquetas y bacalaos. Siempre me pareció curioso que lo tradicional de Madrid capital, aparte de gallinejas, cocidos, churros y barquillos, sean bacalaos y calamares, quizá sea un alarde de prepotencia capitalina querer presumir de ello, teniendo el mar más cercano a algo más de seiscientos kilómetros de distancia. El lugar ha pasado a la Historia además porque allí, en 1872, se fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aunque el lujo que ha adquirido la conservación de su aspecto centenario y los uniformes de su personal no tendría mucho que ver con la modestía de aquel año donde aquellos tipógrafos fundaron aquel partido político obrero, claro que el PSOE de ahora ya no vive en pisos de casas modestas, sino que su cúpula vive en lujosas mansiones. Como sea, el lugar es accesible y asequible para cualquier bolsillo para tomar de tapa alguno de sus bacalaos. Quizá haya que hacer cola de espera para ser atendido, pero merece la pena.
De regreso a Alcalá de Henares podemos parar en Torrejón de Ardoz, para ir al bar El Desván, en la calle Virgen del Pilar, nº 9. Quizá no es un lugar barato, menos si hay actuaciones musicales. Pero presiden una asociación cultural que pretende revitalizar la vida torrejonense en este sentido, dando una oportunidad y un espacio a los artistas locales y a los de las poblaciones cercanas.
De vuelta en Alcalá de Henares hagamos otra parada. No voy a hablar de más bares de Alcalá esta vez, lo dejo para más adelante. Pero esta parada lo hacemos en un bar ya mencionado. En el Churrasquito, de la Plaza de Cervantes, nº 31, que ha cambiado de nombre. Su dueño, después de varios años, ha dado su brazo a torcer al conocimiento popular y le ha dado un nuevo el nombre, aquel con el que los alcalaínos le llamábamos ya de por sí: el Argentino, que ha cambiado hasta su logotipo por el de un argentino tanquista de principios del siglo XX.
Bueno, pues hagamos otro viaje para ver un museo, en este caso algo más largo, a Salamanca. Y el museo que propongo es la Casa Lis, que ofrece numerosos tipos de descuentos en el precio de su entrada, incluido un descuento a parados, que de la tarifa ordinaria de 4 euros sólo pagan 1 euro. La Casa Lis fue construida por un discípulo del arquitecto Gaudí, igual que el Palacio de Laredo de Alcalá de Henares. En el caso de la Casa Lis el arquitecto fue Joaquín de Vargas. Al igual que el Palacio de Laredo comparte que también fue mandada construir por un rico ciudadano de su ciudad, en este caso Salamanca, amante del Art Noveau y del Modernismo de su propia época del final del siglo XIX y principios del XX. El tal ciudadano era un empresario llamado Miguel de Lis, el cual murió al poco de terminar las obras de su casa. La casa modernista sentó muy mal a las autoridades salmantinas de su época, y a muchos de sus conciudadanos, que creyeron insultante ese tipo de arquitectura, a la que consideraban horrible, en una ciudad tan llena de gótico y de barroco. La casa cayo en desgracia y el tiempo la dejó en el abandono. Amenazaba ruina, a pesar de tener varios dueños y usos, hasta que el ayuntamiento de Salamanca, ya en la década de 1980, la compró, siendo consciente al fin de la importancia del Arte Modernista y el Art Noveáu, así como de la importancia de Gaudí. Se hizo cargo de todo la Fundación Ramos Andrade, fundación que lleva el nombre de quien donó buena parte de las colección de arte Modernista, Art Noveáu y Art Decó que ahora mismo expone la Casa Lis como museo. La idea como museo nació en 1992 y se puso en marcha en 1995, sin embargo el propio Manuel Ramos Andrade no la pudo disfrutar mucho tiempo, al igual que Lis no pudo disfrutar de su casa mucho tiempo tampoco, ya que el donante de su colección museística murió en 1998. Es de destacar, aparte de la arquitectura, reformada su interior en los años 1980 como se ha dicho, la colección de juguetes de finales del siglo XIX y principios del XX, innumerables piezas de porcelanas y vidrios de autores muy conocidos, muebles, orfebrerías, bronces, esmaltes, cuadros (hay uno de Picasso)... etcétera. Una colección que nos hace retroceder y comprender mejor tanto las primeras décadas del siglo XX, como ese periodo de entreguerras que vivió un esplendor de arte burgués en la Bellè Epoque de los años 1920... tapones de cristal para los radiadores de los coches, porcelanas del alemán Preiss en porcelana que anticipan ideas del nacional socialismo, joyas con pedrerías que intentan reavivar animales del campo como libélulas, bailarinas exóticas en cajas de música que al sonar mueven el baile haciendo que se desnuden, culto al cuerpo femenino y transmisión de la idea de que ellas son el eje del mundo, huevos de Fabergué, lámparas de Gallé que nos recuerdan las películas de mafiosos de los años 1930. Una visita imprescindible si el visitante gusta del siglo XX y de recuerdos de cine negro o de época.
Claro que si es como esos ciudadanos salmantinos que a comienzos del siglo XX aborrecían de la preciosa Casa Lis, por preferir el Gótico, el Renacimiento y el Barroco, entonces la cosa es visitar la Catedral, que son dos unidas. Una vieja construida de los siglos XII al XV, y otra nueva creada entre los siglos XVI y XVIII. Y si se puede pagar lo poco que vale subir a sus torres, la cual contienen una exposición llamada Ieronimus, por el obispo español de origen francés Jerónimo de Perigeaux, que fue capellán de Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid", por ello obispo de Valencia, y que fue destinado a Salamanca en 1102 cuando se restauró la diocésis, por Raimundo de Borgoña y doña Urraca, hija de Alfonso VI, el rey al que le hizo jurar "El Cid". Fue él quien inicio la iglesia de Santa María, origen de la catedral, la cual era fortificada por si había ataques musulmanes. Por ello la torre tuvo mazmorras, sala del carcelero, sala del alcaide, ejercía de atalaya defensiva... etcétera. Hoy día alberga documentos expuestos de la catedral, instrumentos musicales del siglo XVI, acceso al techo y zonas superiores de las catedrales... En otra época vivieron allí familias cuya actividad (por cocinas y lugares que usaron para orinar y defecar) deterioró algo la torre. También se deterioró por el terremoto de Lisboa del siglo XVIII y por un incendio por la caída de un rayo. Su visita, aparte de darnos unas vistas espectaculares de Salamanca y de la arquitectura, nos puede ser especialmente didáctica para entender la vida de las personas que debían vivir en la catedral por trabajo u otras cuestiones, como los campaneros.
Tanta visita por Salamanca da hambre, asi que lo mejor: La Casa Paca, se trata de un bar restaurante de los años 1920, que hoy día parece de lujo. Es la particular Casa Labra salmantina. Allí hay nuna variedad inagotable de tapas y comidas salmantinas... farinato, revuelto de morcilla, revuelto de ajetes, unos filetes de pollo que rellenan de bechamel cuyo nombre ignoro, jamón, etcétera. Está en la Plaza del Peso, nº 10, y San Pablo, nº 1. Cerca de la Catedral y de la Universidad. También tienen una cantidad de vinos inagotable. Claro que si preferís un ambiente más sencillo, enfrente tiene un bar irlandés cuyo tapeo son platos enormes.
Y si queréis algo más sencillo aún, id a La Viga, en la calle Consuelo nº 1 de Salamanca, en, aunque suene raro, la Plaza de San Justo, donde además hay innumerables bares de rock y de heavy, como el Ciao, y cerca pero andando un poco, el Nuevo Café Moderno, que lleva décadas en Salamanca, ahora dando cerveza tostada y rock. En la Viga se sirven empanadillas, morro de cerdo, jeta (que es la piel del cerdo frita), callos, mejillones... Es un bar muy salmantino, para muestra lo siguiente: en sábado estaba abarrotado de salmantinos, no de turistas, y prácticamente no se podía pasar. Pero vuestro estómago necesitará del deporte tras pasar por él.
Y quizá otro lugar a mencionar en Salamanca sea cierto bar cordobés cercano al mercado municipal y con unos calamares tremendos, que es bastante sencillo y llano, o esta cafetería Toro 70, en la calle Monroy, nº 2. No está en los circuitos de turistas y su comida es más fiable como gastronomía propia de los salmantinos.
Y sin más, saludos y que la cerveza os acompañe.
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