El Beatle más joven hace hoy diez años que se murió estando en una mansión del otro Beatle Paul McCartney. Según su familia: "Abandonó este mundo como vivió: consciente de Dios, sin miedo a la muerte y en paz, rodeado de familiares y amigos". Había sufrido un cáncer de pulmón que por metástasis se expandió a su cerebro sin que ninguno de los más agresivos tratamientos médicos contra el cáncer hiciera efecto. Tenía 58 años. Dos años después, un 24 de noviembre de 2003, mi padre moriría por un cáncer idéntico, expandido a los huesos y de ahí a la sangre, a la edad de 52 años a punto de cumplir 53.
Aún hoy esta fecha pasa prácticamente desapercibida en los medios de comunicación, a excepción de este año de aniversario tan redondo como son los diez años de su muerte. Normalmente los medios prefieren recordar la fecha del asesinato del otro Beatle John Lennon el 8 de diciembre de 1980 a manos de David Chapman. Incluso en el recuerdo póstumo pareciera que Harrison estuviera a la zaga de Lennon, cuando sin embargo sus contribuciones guitarrísticas fueron fundamentales para dar un sonido propio a los Beatles, nunca hay que olvidar que Lennon nunca llegó a ser un gran gitarrista por sí sólo, siendo Harrison a la guitarra y Paul al bajo los que (musicalmente con un instrumento) más reconocidos están. Muchos son los guitarristas que aún hoy día tratan de aprender a tocar intentando hacer sonar canciones compuestas por Harrison en la guitarra eléctrica que, descubren para su sorpresa, necesitan una digitación en ocasiones compleja de lograr y difícil de imaginar que se pudiera realizar antes de conocerla.
"¿Qué es ser beatlemaniaco?", le preguntaron a John Lennon en plena fiebre por ellos, "No lo sé, eso se lo dejo a los psicólogos", contestó. Yo soy beatlemaniaco. Y como tal trato de recordar la muerte de los dos que hasta ahora han muerto con algún gesto. Un año fue escuchando todos los discos a lo largo de un día, otras veces ha sido simplemente poniéndome una camiseta de ellos, u oyendo una sola canción, o escribiendo una nota pública. Este año con Harrison creo que es justo dedicarle esta entrada.
No creo que sea lo suyo repasar ahora mismo su vida o su trayectoria en los Beatles, tan repasada en muchos sitios justamente hoy, como en Rolling Stone, aunque pudiera tener cabida. Sin embargo, fue justo en 2003, el año de la muerte de mi padre, el mes de la muerte de mi padre, que era el mes de la muerte de Harrison dos años atrás, andaba yo por la Calle Mayor de Alcalá de Henares cuando me pararon dos individuos con túnicas blancas y naranjas de la religión Hare Krishna, la cual profesaba Harrison desde 1967/1968 (a la que se acercó por primera vez en 1966, resultado de lo cual fue quien introdujo la música oriental y sus sonidos en el rock occidental), y me regalaron un pequeño libro llamado "George Harrison y el Mantra" (editado por The Bhaktivedanta Book Trust en 2003, en Argentina, cuyo título original es "Chant and be happy... The story of the Hare Krishna Mantra"), y es de este libro del que sí voy a transcribir un fragmento en homenaje a él, ya que se trata de una entrevista de sesenta y nueve páginas que le realizó Mukunda Gosgawi en 1982 en torno a las enseñanzas hinduístas que Harrison recibió de A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupâda.
"(...)
MUKUNDA: Tu escribiste en tu libro: 'la mayor parte del mundo está haciendo necedades, especialmente la gente que cree que controla el mundo y la comunidad. Los presidentes, los políticos, los militares, etcétera, todos están dando tumbos de un lado a otro, actuando como si fueran el Señor de sus propios dominios. Ese es básicamente el mayor problema de este planeta'.
HARRISON: Así es. Al menos que uno esté haciendo alguna cosa con conciencia de Dios y que sepa que Él es quien realmente lo controla todo, uno sólo está acumulando una gran cantidad de karma, y ni se está verdaderamente ayudando a sí mismo, ni está ayudando a nadie más. Ver el estado del mundo de hoy en día me lleva más allá de la tristeza. Está muy enredado. Está terrible, y va a ir empeorando cada vez más. Más concreto para todas las partes, más contaminación, más radioactividad. Ya no hay vegetación, no hay aire puro. Están talando los bosques. Están contaminando todos los océanos. En un sentido, soy pesimista en relación con el futuro del planeta. Estos grandes tipos no se dan cuenta de que todo lo que hacen, tiene una reacción. Tienes que pagar. Eso es karma.
MUKUNDA: ¿Crees que hay alguna esperanza?
HARRISON: Sí. Uno por uno todo el mundo debe escaparse de mâyâ. Todo el mundo debe quemar su karma y escaparse de la reencarnación y de todo eso. Que dejen de pensar que si la Gran Bretaña, o Norteamérica, o Rusia, o el Occidente, o lo que sea, se vuelve superior, entonces les ganaremos, y después todos vamos a descansar y a vivir felices para siempre. Eso no funciona. Lo mejor que uno puede dar es conciencia de Dios. Manifiesta tu propia divinidad primero. La verdad está ahí. Está precisamente dentro de todos nosotros. Entiende lo que eres. Si la gente sólo abriera los ojos ante lo que es real, no habría ninguna desdicha en el mundo, supongo que el canto es un muy buen punto de partida.
(...)."
Aún hoy esta fecha pasa prácticamente desapercibida en los medios de comunicación, a excepción de este año de aniversario tan redondo como son los diez años de su muerte. Normalmente los medios prefieren recordar la fecha del asesinato del otro Beatle John Lennon el 8 de diciembre de 1980 a manos de David Chapman. Incluso en el recuerdo póstumo pareciera que Harrison estuviera a la zaga de Lennon, cuando sin embargo sus contribuciones guitarrísticas fueron fundamentales para dar un sonido propio a los Beatles, nunca hay que olvidar que Lennon nunca llegó a ser un gran gitarrista por sí sólo, siendo Harrison a la guitarra y Paul al bajo los que (musicalmente con un instrumento) más reconocidos están. Muchos son los guitarristas que aún hoy día tratan de aprender a tocar intentando hacer sonar canciones compuestas por Harrison en la guitarra eléctrica que, descubren para su sorpresa, necesitan una digitación en ocasiones compleja de lograr y difícil de imaginar que se pudiera realizar antes de conocerla.
"¿Qué es ser beatlemaniaco?", le preguntaron a John Lennon en plena fiebre por ellos, "No lo sé, eso se lo dejo a los psicólogos", contestó. Yo soy beatlemaniaco. Y como tal trato de recordar la muerte de los dos que hasta ahora han muerto con algún gesto. Un año fue escuchando todos los discos a lo largo de un día, otras veces ha sido simplemente poniéndome una camiseta de ellos, u oyendo una sola canción, o escribiendo una nota pública. Este año con Harrison creo que es justo dedicarle esta entrada.
No creo que sea lo suyo repasar ahora mismo su vida o su trayectoria en los Beatles, tan repasada en muchos sitios justamente hoy, como en Rolling Stone, aunque pudiera tener cabida. Sin embargo, fue justo en 2003, el año de la muerte de mi padre, el mes de la muerte de mi padre, que era el mes de la muerte de Harrison dos años atrás, andaba yo por la Calle Mayor de Alcalá de Henares cuando me pararon dos individuos con túnicas blancas y naranjas de la religión Hare Krishna, la cual profesaba Harrison desde 1967/1968 (a la que se acercó por primera vez en 1966, resultado de lo cual fue quien introdujo la música oriental y sus sonidos en el rock occidental), y me regalaron un pequeño libro llamado "George Harrison y el Mantra" (editado por The Bhaktivedanta Book Trust en 2003, en Argentina, cuyo título original es "Chant and be happy... The story of the Hare Krishna Mantra"), y es de este libro del que sí voy a transcribir un fragmento en homenaje a él, ya que se trata de una entrevista de sesenta y nueve páginas que le realizó Mukunda Gosgawi en 1982 en torno a las enseñanzas hinduístas que Harrison recibió de A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupâda.
"(...)
MUKUNDA: Tu escribiste en tu libro: 'la mayor parte del mundo está haciendo necedades, especialmente la gente que cree que controla el mundo y la comunidad. Los presidentes, los políticos, los militares, etcétera, todos están dando tumbos de un lado a otro, actuando como si fueran el Señor de sus propios dominios. Ese es básicamente el mayor problema de este planeta'.
HARRISON: Así es. Al menos que uno esté haciendo alguna cosa con conciencia de Dios y que sepa que Él es quien realmente lo controla todo, uno sólo está acumulando una gran cantidad de karma, y ni se está verdaderamente ayudando a sí mismo, ni está ayudando a nadie más. Ver el estado del mundo de hoy en día me lleva más allá de la tristeza. Está muy enredado. Está terrible, y va a ir empeorando cada vez más. Más concreto para todas las partes, más contaminación, más radioactividad. Ya no hay vegetación, no hay aire puro. Están talando los bosques. Están contaminando todos los océanos. En un sentido, soy pesimista en relación con el futuro del planeta. Estos grandes tipos no se dan cuenta de que todo lo que hacen, tiene una reacción. Tienes que pagar. Eso es karma.
MUKUNDA: ¿Crees que hay alguna esperanza?
HARRISON: Sí. Uno por uno todo el mundo debe escaparse de mâyâ. Todo el mundo debe quemar su karma y escaparse de la reencarnación y de todo eso. Que dejen de pensar que si la Gran Bretaña, o Norteamérica, o Rusia, o el Occidente, o lo que sea, se vuelve superior, entonces les ganaremos, y después todos vamos a descansar y a vivir felices para siempre. Eso no funciona. Lo mejor que uno puede dar es conciencia de Dios. Manifiesta tu propia divinidad primero. La verdad está ahí. Está precisamente dentro de todos nosotros. Entiende lo que eres. Si la gente sólo abriera los ojos ante lo que es real, no habría ninguna desdicha en el mundo, supongo que el canto es un muy buen punto de partida.
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