lunes, marzo 18, 2024

NOTICIA 2302ª DESDE EL BAR: UN ETERNO VOLVER A EMPEZAR

Hoy vuelvo al desempleo. He tenido suerte empalmando tres contratos seguidos desde octubre pasado, y en mi propia ciudad. Me he ahorrado madrugar aún más temprano para usar un transporte público que si es el tren no hay día que no tenga retrasos y problemas y si es en autobús te toca ir de pie todo el trayecto de Alcalá de Henares a Madrid porque ya viene saturado desde Alcalá central. Además he de reconocer que he tenido la suerte de haber sido ubicado en una oficina donde he estado solo, con unas vistas maravillosas a los montes alcalaínos. He podido ver cada amanecer estos meses y he podido tener puesta la radio. Ha sido como trabajar en el salón de casa, pero en el archivo. 

Ahora vuelvo al paro, me apuntaré oficialmente dentro de un par de días para que no se solapen los dos días de vacaciones no disfrutadas con el cobro de la prestación contributiva (el paro). Sé que luego será Viernes de Dolores y Domingo de Ramos, con lo que empezará Semana Santa. Eso hace que sea un poco inútil buscar empleo hasta después de esa Semana Santa, ya en abril. Creo que me quedarán unos tres o cuatro meses de cobro, porque la anterior vez no encontré empleo fácilmente y agoté lo que tenía, llegando al subsidio y muy cerca del final de todo tipo de ingreso.

Este año cumpliré 45 años. Una reforma legal del año pasado, el Real Decreto-ley 1/2023, de 10 de enero, ampliaba a las personas de 45 años para adelante el derecho del cobro del subsidio cuando agotabas la prestación contributiva, así como daba ventajas y ayudas a los empresarios que contrataran a personas de 45 años en adelante, antes creo que estaba en 55 ó 56 años. La cosa es que varias estadísticas indicaban que es en torno a los 45 años, años más o menos, cuando la gente empieza a tener serios problemas para ser contratados. Yo, la verdad, es que llevo un tiempo notándolo. La anterior vez de desempleo, antes de esta suerte de haber enlazado varios contratos, pura suerte, me costó mucho ser contratado. Busqué en mi sector, de archivero, pero también en otras cosas, profesor, reponedor de hileras de supermercado, vendedor, en una fábrica de reciclaje de cartón, y otras cosas, ya digo, pero todo fueron rechazos o silencios. En mi sector suele ser primavera y otoño cuando las administraciones sacan proyectos de archivo. Malo será pasar la primavera sin nada. Dentro de lo que hay al menos primavera empieza ahora. Mi sector es de contratos de duración determinada, que es como se llama ahora a los contratos temporales en la reforma laboral de 2021. Somos jornaleros del siglo XXI. 

Hace un par de semanas hice una entrevista de trabajo de formador de archiveros. Lo ofertaba el Ministerio de Cultura. Hacía años que no hago una entrevista. Mi sector tiene pocas empresas dedicadas a archivos y lo corriente es que la empresa que más contratos me ha dado ya me conoce más que de sobra y simplemente si tiene algo y sabe que estoy libre me lo dan. Luego les escribiré para decirles que estoy disponible de nuevo. Otras empresas del sector simplemente les vale con ver el currículo. No hay tantos archiveros por ahí sueltos. Aunque ya he comentado más de una vez lo precarizado que está el oficio.

Cumpliré 45 años y tengo una vida de inestabilidad laboral totalmente, lo que hace que mi vida personal también esté llena de horizontes rotos y sueños ya imposibles de ser realidades. Más aún, hace años que no es que no haya tenido vacaciones, que no es que no haya podido irme de vacaciones, sino que en mi día a día lo mejor es que en mi tiempo libre lo dedique a cosas que cuesten muy poco dinero, sólo así se puede sobrevivir. En fin, ¿qué decir que no se sepa ya de lo que implica en la vida particular de una persona el ir viviendo sin más porque la precariedad no le deja otra cosa más que ir viviendo en el hoy? Una vez tuve un trabajo de veinte meses, una rareza muy rara en mi sector. No era de ocho horas diarias, por lo que coticé menos meses y cobraba, además, a la baja. Cuando acabé el contrato me dio por mirar mis ahorros antes y después de ese trabajo. Tenía menos dinero. No había habido mes que no hubiera tenido que usar mi sueldo y parte de mis ahorros, que eran lo heredado de mi madre. Fue un trabajo con el que perdí dinero. 

Tendría gracia amarga que tras llevar desde 2009 en archivos encontrara este año un trabajo estable no por los conocimientos o las capacidades, sino por la edad, por envejecer y llegar a esos 45 años con los que bonifican a las empresas, o no sé muy bien cómo las compensan. Pero no va a ocurrir. Conozco mi sector, repito, desde 2009, sé cómo funciona y no se va dar el caso de que hagan un contrato estable y bien remunerado, o debidamente remunerado. Los archiveros tenemos mucho de vocación, si no no se explicaría que con un panorama que es el que es, perduremos. No se nos valora. Los primeros que deberían hacerlo son los empresarios mediante los sueldos y las estabilidades. Son ellos, en cualquier sector, los que dignifican o no a sus trabajadores valorando con sus sueldos y condiciones laborales  a sabiendas de lo que vale realmente para su empresa el trabajo de esa persona. Claro que partimos de la base también de algunas empresas que saben que en este sector se requiere estudios universitarios pero eso no se refleja a veces en los contratos, por lo que los convenios que fijan los salarios son muy relativos a la hora de figurar en esos mismos contratos. 

En fin, que vuelvo al desempleo y otra vez a empezar. Un eterno volver a empezar. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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