martes, octubre 25, 2022

NOTICIA 2169ª DESDE EL BAR: CAIXA... ¡BANG!

 No me tiene nada contento mi actual banco, Caixabank. No es que yo me hiciera de la Caixa por gusto y elección propia; cual mula arriera o mueble viejo, Bankia me entregó junto al resto de más de millón o millones de personas clientes suyos a Caixabank cuando decidieron fusionarse hace dos tres años. Como hacían en la antigüedad los amos de los esclavos y de los siervos cuando pasaban sus tierras o sus castillos y palacios a otro. Como si fuéramos esclavos o siervos económicos del siglo XXI, sin ningún tipo de consulta de esa fusión, mal llamada fusión, puesto que de Bankia no está quedando ni las espinas del pescado. Fue una venta pura y dura, mal que pese a que Unidas Podemos, socio del gobierno de coalición con el PSOE, dijo por activa y por pasiva desde la creación de Podemos en 2014, que no debían crearse megabancos. 

Por un lado la gente de Bankia en su colofón de despedida me aseguraron que mi tarjeta sería respetada en tanto en cuanto no hubiera llegado la fecha de caducidad que en su día firmé con ellos. Al año siguiente de efectuarse del todo la fusión mi tarjeta de Bankia (oh, misterio) comenzó a dar problemas en casi todos los cajeros automáticos de Bankia que ahora eran de Caixa. Creía que era cosa de mi tarjeta así que al ir a solucionar el problema me la cambiaron por la de Caixa. Más tarde descubriría que casi todas las personas que conozco de Bankia les pasó exactamente lo mismo. Grandes misterios del universo que se producen al unísono, ¿verdad? 

Luego despidieron a las personas de Bankia con las que he estado tratando muchos años y que se conocían hasta las muertes de mi padre y de mi madre. La gente nueva, no tengo nada contra ellos, pero parecían más vendedores de teletienda que banqueros, pero ellos hacen lo que les dicen, a fin de cuentas también recortaron personal. Y es que entre tanto veía cerrar sucursales antiguas de Bankia. A todo esto aumentaron las comisiones, en número o en cantidad o en ambas: no sabría decirlo, pero aumentaron respecto a lo que pagaba con Bankia, y la cosa es que en su día lo miré y lo contrasté y efectivamente podía citar los conceptos en los que ahora pago más y cómo. 

Esta semana me lanzaron un mensaje por varias vías asegurándome que mi contraseña digital caducaba porque finiquitaban todas las contraseñas de antiguos clientes de Bankia, y me fuerzan a tener una aplicación en mi teléfono móvil. Se encomiendan a ello sin preguntarme si yo tengo un teléfono móvil con Internet o no, o si tengo aplicaciones, o si es antiguo lo moderno, o si tengo o no tengo contratados datos de Internet en él. No le hacía mucho caso a la cosa, porque yo iba usando a la vez mi banca digital en mi ordenador, pero... ¡oh, gran ganga, qué sorpresa! la semana pasada mi clave dio fallos. Tienes cuatro posibilidades de teclear o se bloquea. Desde la segunda incluida la tecleé con el papel oficial donde figuraba delante. Misterio renovado del universo, no funcionaba. Llamé a atención al cliente, un terminable robot me atendió sin darme ninguna opción que me sirviera y solo forzando la espera y la paciencia y agotando opciones imposibles, logré hablar con una persona. La persona me explicó que no sabía porqué fallaba la clave, pero que como iba a caducar pues mejor que me instalara ya la aplicación. Pero yo uso un móvil antiguo sin Internet, y uno segundo con Internet solo para trabajo y algunas personas muy concretas, porque es muy viejo, pero que muy viejo, y ya ni siquiera carga la mitad de las cosas que hay en el Internet actual, porque no es nada actual. Le expliqué todo esto y no hubo caso, me habló de solicitar una especie de aparatos que parecen calculadoras que debía solicitar en mi sucursal... pero ahora hablaré de "mi sucursal". Imposible todo.

Terminé acabando la conversación e intentando instalar la aplicación en mi viejo móvil con Internet y tal como sospechaba la propia página de Caixa que ofrece instalar gratis la aplicación me indicaba que no estaba disponible para mi móvil. Supongo que por su sistema operativo o su configuración o yo qué sé. Es 3G y del año que quizá haya pasado o roce la década. Un viejo amigo me dio uno suyo más moderno, viejo, pero más moderno. La tarjeta de datos de mi compañía no le vale, debo replicarla gastando dinero en ello... eso o comprar otro. Funciona con la Wifi de mi casa, así que para usar la aplicación de mi banco solo puedo estar en mi casa, lo que quiero decir que si la necesito algún día fuera de mi casa... ¡No puedo! Así que sí, me toca a la fuerza y forzado por mi amo y señor, cautivo soy de él (Oh, Caixa), o clonar la tarjeta del móvil o comprar otro. 

Puse una queja formal a Caixa... tardaron cinco días en contestarme que su aplicación es legal y que funciona muy bien en todos los sitios... Pues nada, seré yo que soy gilipollas, pero la puta verdad es que su aplicación me dice que en mi móvil de verdad no puede instalarse. Por no decir que en mi queja yo les decía que no tengo porqué tener un móvil con Internet, o Internet en el móvil o aplicación alguna. Pero de eso no me contestaron nada, aunque su carta decía en el encabezado: "Distinguido cliente". Bueno tan distinguido no seré, seré "distinguido pardillo esclavo económico nuestro". Como sea, ahora no paro de recibir anuncios de Caixa para que les compre a ellos un móvil nuevo a plazos... Mira, ni aunque me lo pongan a un céntimo les compro yo a ellos, no compro al que me obligue a comprar.

Pues vamos a lo de la sucursal. Mi sucursal era una de las primeras en Alcalá de Henares en el distrito II. Mis padres me abrieron cuenta en la década de 1980 o en la de 1990, con motivo de mis estudios escolares o del instituto, luego ya la mantuve yo solo. Solía ser habitual en las familias porque los seguros escolares te obligaban a pagarlos en cuentas, normalmente era en Argentaria, ya desaparecida, y en Banesto. Para mí mis padres eligieron Caja Madrid. Cuando ya me hice adolescente o preadolescente, o sea: mayor de edad, ya me hice cargo yo de mi cuenta. Nunca he cambiado de sucursal, ni cuando pasaron a ser Bankia en la década de 2000 ó 2010. La dicha sucursal lleva cerrada con esta tres semanas. Pensaba yo que era por obras, pero no había ningún cartel. Pregunté por mi sucursal cuando llamé a atención al cliente y ya entonces se me dijo que mi sucursal era la de otra calle bastante lejos de mi casa y en otro distrito. Les dije que no, que la mía era la de tal otra calle. Me lo discutió y me dijo que de toda la vida la mía era la que él decía porque lo tenía en el ordenador. Le dije que de toda la vida yo conozco mi vida y mi sucursal era la que yo le dije. Don Erre que Erre, encima me toman por mentiroso. ¿Pero cómo se puede discutir con un cliente sobre los datos biográficos del mismo? Mare de Deu... qué atención al cliente...

Cuando puse la queja pregunté sobre esto, y dado que además ya podía acceder de aquella manera a mi banca electrónica pregunté a la vez a mi gestor electrónico. Mi gestor electrónico tardó tres días en decirme que mi sucursal era la de la calle que nunca lo había sido. Así que supuse que la que realmente sí lo había sido estaba cerrada sin que nadie me dijera nada, ni de su cierre ni de mi traslado, y sin consultarme si prefería tal o cual otra sucursal más cercana a mi casa. Le hice saber que estaba enfadado con es decisión unilateral y sin avisarme de nada. Como dije, a los cinco días me contestaron a mi queja formal y me explicaron que era verdad que mi sucursal de toda la vida era la que ahora está cerrada y que se me trasladó provisionalmente a la otra porque en realidad la mía está cerrada por reforma hasta enero de 2023. Pedían "disculpas por las molestias, distinguido cliente". Mira, mal que bien esta vez acepto las disculpas, aunque en realidad se me debía de haber informado de todo esto sin necesidad de nada de todo lo rocambolesco de todo esto.

Mis ahorros son pocos y humildes, pero están honrados por mi trabajo y esfuerzo. De todo esto lo que saco a fecha de hoy, de ahora, es que me da la impresión de que a Caixa le importa muy poco o nada darle un trato democrático a su clientela. Más aún... he encontrado algunos cajeros automáticos que les falla de continuo el tarjetero y solo funcionan usando códigos QR de pantallas de móvil o con claves de la aplicación de móvil... alguno he encontrado así ya en Madrid por donde mi trabajo... y me temo lo peor dado todo este historial. 

En fin, que saludos y que la cerveza os acompañe. ¿Qué otra cosa en casa del pobre?

 

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