El Puente de Londres ha caído. La Reina Isabel II de Reino Unido y de la Common Wealth ha muerto en este 8 de septiembre de 2022, cosa anunciada de manera oficial por tradición y por protocolo británicos a las 18:00 horas de Greenwich, las 19:00 horas españolas, ya que antes de esa hora no se puede anunciar la defunción de los monarcas británicos el día de su muerte. Se había anunciado el deterioro de su salud en el Palacio de Balmoral, en Escocia, desde las 13:00 horas españolas, momento en el que yo mismo me enteré mientras trabajaba en el Archivo Regional de Madrid escuchando la radio, y lo anuncié a los funcionarios de allí. Hacia las 16:00 horas españolas los movimientos de la familia Real y de los medios de comunicación ingleses, la BBC sobre todo, parecían evidenciar que se sospechaba que la muerte se había producido.
Isabel II es la segunda persona que más años han gobernado en la Historia, solo la adelanta Luis XIV de Francia que gobernó setenta y dos años, de 1643 a 1715. Ella ha gobernado setenta años y medio de 1952 a 2022. Su padre había ascendido al trono en 1936 porque el hermano de este abdicó. Al morir este en 1952 ella accedió a la Corona por derecho sucesorio, aunque fue coronada en 1953. Heredaba un gobierno aún lleno de pobreza y con una economía destrozada por los estragos de pérdidas humanas, materiales y económicas que había supuesto la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La Guerra Fría estaba en su momento más álgido y su posición de Imperio del Mundo había caído en favor de Estados Unidos de América. Más aún, el mundo previo a la Guerra Mundial aún tenía en sí un orden de imperios coloniales y de protectorados que ahora se derrumbaban. El francés lo hacía en medio de guerras y grupos terroristas, el portugués y el español se irían desintegrando poco a poco hasta mediada la década de 1970, el alemán había desaparecido de un plumazo, el turco fue eliminado, el italiano también. Los británicos fueron desintegrando su imperio colonial y de protectorados alcanzado un nuevo orden mundial basado en alianzas políticas que otorgaban la independencia a sus antiguos territorios de ultramar a cambio de una alianza económica y política mutua, y del reconocimiento de la monarquía británica en el ser de las nuevas naciones nacientes, esto era la Common Wealth, que en cierto modo ya había comenzado desde el final de al Primera Guerra Mundial en 1918. El único episodio conflictivo se había producido en la década de 1940 con la independencia de lo que hoy es La India, Pakistán y Bangladesh. También fue incapaz de aportar entendimiento entre Israel, Palestina y los países vecinos, antiguos territorios de Reino Unido, que vivieron episodios de guerra tan sonados como la Guerra de los Seis Días en 1967 o la del Yom Kipur en 1973. Con todo eso comenzaba ese reinado.
No escribo hoy para entrar y ahondar en todo este enorme reinado. Los primeros años de Isabel II bregaron también con una naciente unión económica de varios países europeos que podía dejar aún más hundido a Reino Unido por no ser competitivo en los precios internacionales, pero ellos fueron reticentes a entrar, y la Francia de De Gaulle también se negó a que entraran. Apuntaremos a modo rápido que Reino Unido supo encabezar la dirección de la Guerra Fría en Europa Occidental como aliado de Estados Unidos y eso le dio cierta ventaja en el plano internacional de nuevo. En la década de 1960, mientras afianzaba sus alianzas con sus antiguas colonias, tuvo una recuperación económica sorprendente y lideró una revolución cultural que es la que sí me ocupa escribir esto hoy. Saltándonos ella de momento, en la década de 1970 estaba ya tan fuerte de nuevo que logró entrar en la entonces Comunidad Económica Europea preservando derechos y privilegios que otros países no tenían. Era un país azotado por la crisis del petróleo de 1973, protagonizó nuevas oleadas culturales, con una libra esterlina fuerte, cuando en la década de 1980 triunfó allí la nueva política ultraliberal de Margaret Thatcher, que junto a la de Ronald Reagan harían tambalear la economía de la URSS hasta hacerla caer en 1991 y con ella la Guerra Fría, pero a la vez azotando a las clases trabajadoras con dureza y acabando con muchos derechos y muchas de las mentalidades más libertarias nacidas de la década de 1960 y del Mayo francés de 1968. No obstante, se enfrentaron contra Argentina por las Islas Malvinas, en una clásica guerra de dominio colonial, esgrimiendo ambos países sus derechos territoriales, incompatibles entre sí. En la década de 1990 protagonizaron un resurgir musical que volvió a influir en el mundo, mientras su gobierno reinventó lo que se llamó tercera vía de la izquierda, la de Tony Blair. El terrorismo del IRA había sido un problema desde el principio, siendo la década de 1970 una de las más duras, con represión y con enfrentamientos en las calles muy duros, pero aquella tercera vía logró la paz a finales de la década de 1990. Sin embargo, esa misma década vio escándalos como la muerte de Lady Di, con acusaciones de conspiración de Estado incluidas. En los 2000 se negaron a acoger al euro como su propia moneda, y participaron junto a Estados Unidos en las guerras de Afganistán e Irak contra el terrorismo islámico y contra los talibanes, más tarde, en la década de 2010, contra el Estado Islámico en Siria. En 2011 tuvieron un movimiento de protesta social por derechos sociales, como los españoles con el 15 de mayo, siendo los españoles el ejemplo. En esa década iniciaron un referéndum sobre la unión con Escocia que ganó la permanencia de la unión. En otro referéndum se preguntó por la permanencia en la Unión Europea y ganó la salida, el llamado Brexit, proceso largo que se materializó más o menos el año de la pandemia Covid de 2020, y que trajo un gobierno polémico y ultraderechista que hace unos pocos días ha visto destituir a su primer ministro Boris Johnson y nombrar a una nueva primera ministra, Liz Truss, en medio de una crisis energética, económica, social, política y un conflicto bélico en Ucrania con Rusia poniendo el foco también en los posibles movimientos de Reino Unido como aliado de Estados Unidos. En ese contexto se ha movido este reinado mientras Isabel II, a diferencia de su heredero Carlos, nunca ha dicho ningún comentario personal a favor o en contra de ninguno de sus políticos y políticas. Carlos sin embargo sí ha hecho comentarios a favor del ecologismo y de políticas económicas favorables a las clases trabajadoras, si bien desde un punto de vista un tanto paternalista propio a un monarca. Sería Carlos III, si no decide cambiar de nombre al ser coronado.
Cierto es que hace apenas una semana y pico murió Gorbachov, último líder de la Unión Soviética, y antagonista de Reino Unido en los últimos tiempos de aquella. En Europa se vendió la muerte de Gorbachov como un precursor de la democracia en Rusia, cuando en realidad las reformas de este se hicieron para preservar la Unión Soviética y su forma de régimen dictatorial, aunque hubiera nueva transparencia y se permitiera algo que no esperaba Gorbachov: la caída del Muro de Berlín, la reunificación de Alemania, la separación de Estonia, Letonia y Lituania y después del resto del Pacto de Varsovia y de las repúblicas que conformaban la URSS y anteriormente el Imperio Ruso, cuestión que está en el centro de las políticas de Putin actuales, deseosas de recuperar todo aquello. De todos modos, sí es cierto que Gorbachov introdujo reformas altamente importantes que dio lugar a todo aquello y a la posterior democratización que logró Yeltsin, tras liberarle del secuestro al que le sometieron unos militares que trataron de dar un golpe de Estado en 1991.
Isabel II y Gorbachov son dos de los grandes líderes del siglo XX, que con ellos se van apagando, nos guste o nos disguste lo que hicieron o cómo fueron.
Si hoy escribo de Isabel II es porque con ella se dio una revolución cultural y social clave para explicar la segunda mitad del siglo XX y que en pleno siglo XXI todo el planeta le debe buena parte de las libertades y de lo que se entiende por libertades. En un ambiente aún lleno de convenciones sociales, en aquella Inglaterra aún de carencias por la Segunda Guerra Mundial y con una economía desplomada que sería más por la pérdida de colonias y protectorados que se iban produciendo, incluidos los problemas armados vividos en Palestina y en India, y haciendo frente a una Alemania dividida en plena Guerra Fría, llegaban los nuevos sonidos del rock and roll estadounidenses a finales de la década de 1950. Estos eran escuchados por jóvenes que no habían tenido edad de combatir en la Guerra Mundial, muchos habían nacido esos años y ahora eran adolescentes. Imitaban las músicas con instrumentos fabricados por ellos mismos con objetos de la vida diaria. Era el skiffle. Cuando la primera crisis del rock and roll se produjo a finales de los años de 1950, por muerte y otras causas de sus músicos americanos, y se comenzaba a comercializar en producciones casi fabriles y de fórmula, fueron los jóvenes británicos que accedieron a unos primeros instrumentos eléctricos que dieron una vuelta de tuerca a todos aquellos sonidos y los revolucionaron. The Beatles, The Yardbirds y otros a los que pronto iban a seguir a lo largo de la década de 1960 como The Rolling Stones, The Who, The Animals, Cream, The Jimi Hendrix Experience, The Faces, The Troggs, The Kinks y otros tantos.
Con los nuevos sonidos rompiendo toda la tradición de la cultura popular del momento (el pop), el rock and roll pasó a su fase de rock y paulatinamente, con la llegada de nuevos grupo a finales de la década de 1960 de más gente nueva, a su fase de hard rock y de glam rock, con Deep Purple, Black Sabbath, Led Zeppelin, David Bowie, Elton John, Queen, Tom Jones y más. Y aún en la década de 1970 pasarían a otra revolución, la del heavy metal y el punk, con Iron Maiden, Judas Priest, Sex Pistols, The Jam y otros tantos.
Fueron los Beatles los que comenzaron el pistoletazo de salida con su single Love me do salido a finales de 1962, a los diez años del reinado de Isabel II. El gobierno de Isabel II tenía en sí un fuerte componente conservador, podía haber reaccionado con contundencia para atajar estas músicas y artistas, censurar sus letras y conciertos, sus discos, sus comportamientos de amor libre y casi libertario, sin embargo la tendencia más progresista se vio reforzada al darse cuenta de que no solo la sociedad estaba en masas con las nuevas formas de expresarse y de comportarse en público, de abrazar también el pacifismo y de criticar incluso las políticas de confrontación de la Guerra Fría, que cuestionaban incluso la pasada guerra mundial y se reía de la moral victoriana, a la vez que en cierto modo la reivindicaban como herederos de un mundo libre. La cuestión es que la economía maltrecha de Reino Unido solo se pudo recuperar y ganar incluso el doble de beneficios gracias a todos estos grupos de rock y a toda la cultura popular que atrajo en publicaciones e incluso en cine, con películas como las del espía James Bond, que bebía de estas músicas también. Las ventas de discos, de revistas, de ropa, los conciertos y la gente que atraían, los espectáculos de televisión y cine, la fabricación de discos, las innovaciones tecnológicas que implicaron en todo tipo de tecnologías sonoras y musicales, incluso la primera retransmisión vía satélite en 1967 implicó a The Beatles, el turismo citado, incluso lo inmobiliario y la industria del automóvil aunque suene raro, la permisividad con la cultura popular que tuvo Isabel II, que influyó en cambios sociales profundos y una nueva moral, fueron fundamentales para anglosajones y para todo occidente, y en pleno siglo XXI para una buena parte de casi todas las sociedades del mundo, pero sin duda en plena década de 1960 es imposible no hablar de esto en cuanto a la recuperación de Reino Unido tras las Segunda Guerra Mundial.
Los planes turísticos a Reino Unido incluso fomentó el rock y sus ambientes, y la libertad que se emanaba desde las islas a todo el mundo, incluso para cambiar a la juventud estadounidense. El Mayo francés de 1968 bebía de estos aires, y hasta en la Primavera de Praga de 1968 se cantaban canciones rock occidentales. En España la policía perseguía a los jóvenes que cantaban a los Beatles a las puertas de Las Ventas en 1965, mientras Ferdinand Marcos en Filipinas quería utilizar a este mismo grupo en su propio beneficio social, sin lograrlo.
Cierto es que la Justicia británica estuvo muy atenta a lo que hacían estos músicos por ser ejemplos para la juventud, así se lo hicieron saber a los Rolling Stones cuando fueron arrestados por drogas en 1967, o cuando la policía interrumpió el último concierto de The Beatles en 1969. Los más conservadores de Reino Unido fueron beligerantes con los cambios sociales, a la vez que los aceptaban, en la familia real no faltaban personas forofas de estos grupos, famoso es el concierto en el que John Lennon evidencia que entre su público había gente de la nobleza que podían agitar sus joyas en lugar de aplaudir.
Tanta recuperación económica y de prestigio dio el rock a Reino Unido que los Beatles recibieron la MBE, la medalla más alta por los servicios prestados que se le puede dar a una persona no noble, cosa que hizo que muchos veteranos de la guerra mundial muy conservadores tiraran su medalla en protesta.
En el 50º aniversario del reinado de Isabel II estaba tan claro el apoyo que su reinado dio a estos músicos y al rock en su expansión por haber contribuido a la recuperación económica, social y moral de los británicos, que se celebró un gran macroconcierto de rock en el jardín del palacio real en el que intervinieron en aquel 2002 Paul McCartney, Brian May, House Band, Tom Jones, The Coors, Top Louder, Queen (lo que quedaba), Ozzy Osbourne con Iomi, Brian Wilson, Phil Collins, Eric Clapton, Elton John, Rod Steward, Annie Lennox, Cliff Richards y otros muchos, si bien hubo reconocidos británicos que se declaran republicanos que no actuaron, como Sex Pistols, Rolling Stones (aunque estos son paradójicos y contradictorios), Blur y Oasis. No hay que olvidar que el resurgir musical de Reino Unido en la década de 1990 había traído lo que se llamó Brit-Pop con estos Blur, Oasis, Pulp, The Verve, Ocean Colour Scene, Spice Girls, Take That y más. En el 60º aniversario de 2012 volvieron a dar otro nuevo macroconcierto tanto veteranos como nuevos artistas, y como era de esperar se repetiría en el aniversario de 2022, aunque ya sonó música rock previamente en su cumpleaños del 21 de abril. También había sonado en los 1980 cuando se casó Lady Di con Carlos, ella era muy admiradora de Elton John, que tocaría también en su funeral.
Hay que citar los guiños de Isabel II protagonizando videos con James Bond en las Olimpiadas de Londres de 2012, y con el oso Paddington tomando el té este 2022, en verano. El cuidado de Isabel II por la cultura popular y la protección que le ha otorgado, especialmente con el rock, incluso el que se intuye tiene letras que no le agradarían. La libertad que les permitió cambiaron el siglo XX y el XXI somos su heredero. Eso no ha ocurrido tanto en España, pensemos en el caso de Las Vulpes, cuya canción "Me gusta ser una zorra" llegó al congreso (la defendió Calvo Sotelo) y fueron vetadas en Televisión Española en la década de 1980, o todos esos músicos que bien denunciados por asociaciones católicas o bien porque hay jueces que creyeron obrar en defensa de la monarquía, ha ido enjuiciando en los últimos años a numerosos músicos, y alguno se ha ido del país. Y aún con todo, los cambios de la cultura popular que permitió Reino Unido, que incluso se reía de sí misma, nos han construido a quien más y a quien menos en las sociedades de libertades que hoy tenemos. No fueron únicos, evidentemente hubo luchas obreras, sindicales y de otro tipo, pero fueron las expresiones musicales de estos años las que lograron lanzar e impulsar el mensaje más lejos entre las juventudes de mediados del siglo XX hasta nuestras fechas.
La revolución cultural y social que trajeron los británicos cambiaron el mundo a mayor libertad social e individual, y a liberaciones personales, a quitarse ataduras de miedos morales y éticos que no había que tener. Por todo ello, a pesar de las sombras de Isabel II y su reinado, que los habrá, por estas luces, que la tierra le sea leve.
Yo conocí en persona Reino Unido en 2002, en una visita de una semana a Londres gracias al dinero de un premio literario, con unos amigos. Y después de la Gran Recesión de 2008 varias amistades se fueron a trabajar allí, al menos una de ellas se quedó y ahora tiene doble nacionalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario