El pasado sábado 20 de noviembre el ayuntamiento de Alcalá de Henares junto a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares inauguraron un monumento de homenaje a los fusilados por la dictadura franquista entre 1939 y 1948 en la ciudad. El monumento fue ubicado en los exteriores de las tapias traseras del cementerio viejo. Se trata de un arco roto que marca el lugar por donde eran descargados los cadáveres de los fusilados en el antiguo campo de tiro de El Val, detrás de la ermita de El Val, donde tiempo antes se había colocado otro arco roto homólogo a este, significando de ese modo, de lado a lado de la ciudad, ese recorrido del lugar de fusilamiento al lugar de enterramiento. A la vez, se ha dignificado las zonas del zanjón donde se pusieron las fosas comunes donde se metieron estos cadáveres, marcando los lugares y colocando los nombres encontrados en el registro civil de la época de aquellos que fueron ejecutados de manera judicial y llevados a enterrar a este cementerio. Faltan de entre esos nombres aquellos que fueron exhumados o no llevados a tal lugar, por lo que ya no estaban en el registro. Tarea pendiente, como dijeron representantes del ayuntamiento, de la asociación y algunos familiares que echaron en falta el nombre de su allegado. Queda pendiente también averiguar ejecuciones extrajudiciales. En todo caso la tarea ha sido por parte de la asociación de manera voluntaria, haciendo un trabajo de investigación muy arduo de varios años.
Se trata de alrededor de doscientos sesenta a doscientos setenta ejecutados entre 1939 y 1948, si bien hay algún enterrado en la década de 1950 y otro caso de los años 1970. Estas fosas fueron dispuestas en esta época en sentido contrario al resto de fosas del cementerio. En un par de los cuarteles de fosas la disposición se hizo de norte a sur, en lugar de este a oeste como el resto de fallecidos del cementerio. Se quiso significar de esa manera la naturaleza de los allí enterrados en su época. Así mismo se tiene registrado otro cuartel de fosas donde fueron enterrados los primeros fusilados al poco de acabar la guerra, los cuales eran personas destacadas de la ciudad y por ello fueron fusilados a las cuatro de la tarde y con gran alarde público, el resto fueron ejecutados al amanecer en los meses y años sucesivos. Esos primeros fusilados no se encuentran ya en esas fosas, ya que fueron sacados para meter los cuerpos de otras personas que pagaron por estar enterrar en el cementerio, como es habitual incluso en tiempos actuales. Hay que recordar que por lo común, salvo que se compre la sepultura, esta es "alquilada". E todo caso, los cuerpos de los ejecutados fueron metidos en su día en fosas de caridad y en fosas judiciales, salvo unos pocos a cuyas familias se les permitió enterrar al suyo en una tumba individual y con lápida con su nombre y demás, previo pago de 15 pesetas, y sin que hoy día sepamos la razón.
El acto fue un acto muy emotivo donde incluso habló la sobrina nieta de uno de los ejecutados cuyo nombre no figuraba en las placas por haberse borrado del registro en esas fosas, y un concierto de violoncelo y guitarra que tocaron el hijo y el nieto de dos alcalaínos que estuvieron presos en el campo de concentración de Mauthasen en la Segunda Guerra Mundial.
El acto contó con algo más de doscientas personas y una nutrida representación del ayuntamiento de la que faltó, al menos eso me pareció pues no distinguí a ninguno, representantes políticos locales de la derecha complutense, de cualquiera de sus partidos.
Como recordó el alcalde en el discurso de inauguración del monumento, se recordaba a las víctimas del franquismo que fueron ejecutadas por sus ideas contrarias a la dictadura, y equiparó este recordatorio a otros que tiene la ciudad como el de las víctimas de ETA y las víctimas de Al-Qaeda en el 11M. A ninguna de todas ellas, de todas las víctimas, se le pide carnet de nada, simplemente, dijo, se las reconoce por ser víctimas de quienes ejercieron una intolerancia por la cual les mataron.
Sea como sea, la mera dignificación de las tumbas y la puesta de los nombres en las fosas, dignifica estos enterramientos y ayuda a cerrar heridas a los familiares. Queda, insisto, recuperar los nombres que faltan para que los familiares tengan una tumba dignificada, aunque falte el cuerpo.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario