lunes, enero 01, 2024

NOTICIA 2284ª DESDE EL BAR: ¡DAME UN POCO DE AMOR!

 

En 2023 pude publicar al fin mi investigación sobre la censura franquista en el cómic, usando de hilo conductor la habida en los dos superhéroes más famosos de mediado el siglo XX. Es el libro Superman, Batman y Franco. La censura en tiempos de Franco (editorial Domiduca Libreros, 2023) que en el mes de diciembre las bibliotecas públicas de Alcalá de Henares han destacado entre otros libros en sus novedades. Del libro podéis leer por ejemplo en las críticas que hicieron el escritor de ciencia ficción Eugenio Piñeiro y Miriam Blanco para Las notas de los cíclopes libreros, o bien la entrevista y reportaje que me hizo el periodista Guillermo Martínez para Público, o la entrevista que me hizo Paloma Garaboa para Onda Cero Alcalá, o Zia Mei y Maribel Domínguez para Radio Creactividad, o cualquiera que yo mismo he hablado del libro en esta misma bitácora, por ejemplo en la entrevista de los lectores que me hicieron en abril de este año, Noticia 2220ª.

Hace poco he visto la película ¡Dame un poco de amooor!, que dirigió José María Forqué en 1968, a un año de psicodelia pura por todo el mundo. Me pareció una genialidad muy acorde para ponerla un día y hablar de mi libro. La compré por apenas uno o dos euros de saldo, en DVD. Es una película infravalorada incluso en su propia época. Se consideró de serie B. Un producto de usar y tirar para atraer a la juventud de la época que seguía la música de Los Bravos en España. Sin embargo, la película es algo más, podría ser revalorizada en su justa medida hoy día. No es que sea la mejor película del cine español, pero no es la malísima película que se ha juzgado como para no ponerla ni en las sesiones de cine de barrio de televisión española. No es mala película, es simplemente algo contagiado del espíritu de la psicodelia y los hippies de la época, solo que edulcorado para pasar la censura española. Sin embargo, la película se alimenta mucho de la trama de la película de los Beatles que dirigió ni más ni menos que Richard Lester en 1965, Help!. La trama es prácticamente paralela, no igual, pero sí paralela. Más aún, mientras The Beatles preparaban para las navidades de 1968 una película revolucionaria de dibujos animados, Yellow Submarine, dirigida por otro grande, George Dunning, Los Bravos se adelantaron en unos meses al estrenar este largometraje, ¡Dame un poco de amooor!, en el cual se mezclaba imágenes de rodaje con actores y ellos mismos con imágenes de dibujos animados con una técnica nueva creada por Francisco Macián que posteriormente llamaría la atención de Ralph Bakshi y la usaría diez años después para crear su animación de El Señor de los Anillos (1978). 

Era una rareza psicodélica en España con canciones de rock en inglés y en español, a modo promocional de Los Bravos, que ya habían tenido éxitos en Reino Unido en 1966 y que en 1967 habían alcanzado un máximo de popularidad en Europa. Cierto es que este largometraje será uno de sus últimos momentos brillantes como grupo, aunque luego se reunieran varias veces más. Después de esta película uno de los componentes del grupo, Manolo Fernández, se suicidó, y el cantante, Mike Kennedy, abandonó la formación para realizar una carrera en solitario. Se buscaron otros componentes, uno de ellos encapuchado, para seguir adelante con el grupo, pero ahí culminaron, insisto, aunque luego se reunieran con posterioridad.

El argumento básicamente mezclaba el rock, la psicodelia y el humor con la experimentación y la cultura pop del momento, pero sobre todo cogía mucho del mundo del cómic, lo que le servía de excusas para hacer una narración visual donde los dibujos animados se mezclaban con las personas reales. Hay que tener en cuenta el humor de la época, la cultura del momento, el contexto psicodélico y la censura de Franco y sus límites expresivos, por mucho que quizá en este largometraje abrieran en parte la mano por el éxito internacional de Los Bravos. Los Bravos van a firmar un nuevo contrato discográfico con una discográfica llena de innovaciones tecnológicas cuando Mike Kennedy, obsesionado con la lectura de cómics de superhéroes, se encuentra con una chica china que le llama la atención confundiéndole precisamente con un superhéroe. Ella es la hija de un inventor que es extorsionado por un malvado seguidor de Fu-Manchú, también chino, que desean dominar el mundo con un invento que domine las voluntades, el cual se va a financiar con el oro del dueño francés de la discográfica a la que han ido Los Bravos, el cual dice que es oro con el que harán discos de oro que premiarán a los músicos que sepan crear amor y no grandes ventas, aunque en el fondo busca inversores para comprar más oro que desfalcar, llevarse una parte él con ayuda del chino malvado a cambio de que este se lleve el oro que necesita para su proyecto. La chica china, enamorada de Mike Kennedy, quiere liberar a su padre con ayuda de este y sus amigos. A todo esto llegan dos agentes secretos de la Interpol que recuerdan a los de las aventuras de Tintín y que son los humoristas Tip y Coll, los cuales quieren que Kennedy les ayude a acabar con la trama criminal y salvar al mundo. Así se suceden disfraces al más puro estilo Mortadelo y Filemón, literalmente, y escenografías también a caballo entre Tintín y Mortadelo y Filemón. Los Bravos, también en parte por su ropa psicodélica, se transforman en superhéroes al estilo Superman, Batman y Flash Gordon... y algo de ello hay en la película, aunque no literal. Hay incluso guiños al espía 007, como en la película de los Beatles de 1965. En medio de todo esto surgen canciones de rock psicodélico y soul de Los Bravos que funcionan casi como video clips muy movidos.

Aunque se mencionan a Superman y Batman, que eran conocidos en España y publicados en la década de 1950 y principios de la de 1960, durante varios años estuvieron censurados al completo, aunque se podían encontrar ejemplares anteriormente publicados. Hacia la segunda mitad de 1968 volvieron a publicarse aunque con números prohibidos o bien con viñetas eliminadas o alteradas e igual los guiones. De eso ya hablo ampliamente en mi libro, que podéis comprar o leer en bibliotecas y archivos al respecto. Aunque pasó desapercibido para muchos, en ningún momento se ve ni una sola portada de estos superhéroes en manos de Mike Kennedy cuando lee cómic, como mucho se lee la palabra "Flash" en una portada, con la tipología de letra de Flash Gordon, pero cuando se centra la imagen en las viñetas que dan pie a una canción en dibujos animados que crean una historia en cómic a la vez, lo que se ve no son viñetas de Flash Gordon, ni de ciencia ficción, ni de superhéroes, sino una historia de indios y vaqueros, que solían convencer más fácilmente a la censura. Las razones las explico en mi libro. Más aún, en la última canción de la película se pueden ver siluetas de los músicos, uno de los cuales vuela como Superman, pero se han cuidado mucho de que no aparezca en la figura nada de Superman. En su tiempo podría ser tomado como algo creativo, y lo tendría, pero a sabiendas hoy de lo que pesaba en Superman, pudo haber algo más, sino en censura directa, sí en posible autocensura de Francisco Macián, pero era una película, no un cómic, y puede tener esa alta dosis de creatividad.

La verdad es que ha sido una sorpresa encontrarme con esta comedia psicodélica y de rock cuyo motivo principal era el mundo del cómic. Creo que en general es una película ignorada en España, pero que da muchas pistas de la subcultura popular en plena década de 1960 en España que es más afortunada, respetada y exitosa en pleno siglo XXI. Cierto es que se evitan los chinos comunistas, que era los que había en esa época, y se va a un anacronismo de chinos del siglo XIX o comienzos del XX que inlcuso repiten escenarios y ropas de Tintín, pero que era algo que se puede en muchos otros productos culturales y de humor de aquel momento en España... y en Occidente, repásese la película de 1965 de los Beatles, por ejemplo. La sola aparición de un restaurante chino en España en 1968 es algo altamente exótico y novedoso, ya que en esa época prácticamente no había ni restaurantes chinos, ni casi población oriental en España. El primer chino conocido en llevar la barra de un bar fue a comienzos de la década de 1960 en la cantina de la base norteamericana de Rota. El primer restaurante chino en España fue La Pagoda, en Madrid, abierto en 1965, dos años y medo o tres años antes de la película y tal vez los guionistas hacían referencia a ese único lugar. El siguiente en abrirse no lo haría hasta 1974, también en Madrid, El Buda Feliz (se puede leer en Público). Como sea, de la película se pueden sacar lecturas serias de la cultura popular y de la Historia social, pero también del estado de la psicodelia en España desde un grupo de éxito europeo. Podemos reflexionar en el orientalismo que hubo en esos años, que luego se dejará caer también desde el humor en el cine de "El Destape" en plena Transición democrática de 1975 a 1982, un orientalismo lleno de tópicos, anacronismos y algo de racismo que en aquella época no se consideraba tal.

Me parece una buena película para ver algún día si se ofrece y comentar la jugada desde todas sus perspectivas y humor, cosa que, dado que tengo lo de la censura en el cómic sobre la mesa ahora mismo, me gustaría hacerlo también desde ese puntito de la censura, los superhéroes y la España de Franco.

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