miércoles, enero 13, 2016

NOTICIA 1556ª DESDE EL BAR: BOWIE, BOWIE, BOWIE

En la madrugada que va del 10 al 11 de enero de este año, hace apenas dos días, ha muerto el muy relevante David Bowie. A estas alturas todo el mundo lo sabe y quien más quien menos lo ha homenajeado o citado. Yo y esta bitácora, tan apegados al rock, ¿cómo no iba a hablar de ello también? Al igual que cuando murió Lou Reed en 2013 lo comenté desde mi experiencia (Noticia 1262ª), tengo en mi la cosa de hablar de Bowie. Pero no puedo hablar de Bowie sin antes mencionar la muerte de Lemmy, cantante de Motörhead, quien murió una semana antes que Bowie. Lemmy y su grupo de hard rock duro, garagero y sucio, habían atravesado todas las etapas musicales del rock desde finales de los años 1960. Había permanecido puro y fiel a sí mismo. Yo, como todos, también he escuchado bastante a Motörhead, pero aunque me ha dado muy buenas noches de rock y desmadre, sobre todo en los tiempos en lo que en Alcalá existía ese bar de heavy metal llamado Paranoid, a comienzos y mediados de la década del 2000, he de reconocer que no era mi grupo más admirado. Eso sí, me lo hizo pasar bien, muy bien. Creo que tiene todo un mundo propio. Lemmy era de una libertad salvaje, eso se transmitía cuando estabas en un bar con enormes jarras de cerveza y amigos entubados a la botella de whisky. Todo era rápido y posible, frenético, de carcajada y barbaridad. 

Ahora ha muerto David Bowie y como un amigo dijo en la red social: comienza a haber mejores músicos en el Cielo que en La Tierra. Quizá esa frase de homenaje es tan llamativamente buena porque esta gente que empezó a tocar en los años 1960 lo hacían desde la experimentación y venidos de la nada. Estaban a las puertas de que los hombres de negocios se hicieran al completo con el mundo de la música, que era algo que había comenzado a forcejearse desde finales de los años 1950, pero que a lo largo de los 1960 aún eran los músicos, conocidos o no, los que tenían las riendas principalmente. Los músicos que se hacen famosos ahora responden a demasiadas cuestiones de mercado, es ahí donde la música se envenena. Pero a finales de los años 1960, cuando aparece Bowie o cuando apareció Lemmy, eso aún no era del todo así. La libertad flotaba también en los escenarios y sus músicos.  

Mucho se ha dicho de Bowie ya, su capacidad camaleónica de cambiar de aspecto, su transformismo en personajes diferentes, sus atrevimientos musicales, sus ojos de diferente color, su mezcla de música y Arte, su aspecto andrógeno, su liderazgo en el rock de estilo glam en los años 1970, su postura iconoclasta de los años 1980, las numerosas películas en las que participó, su cáncer de varios años de duración del que la gran mayoría nos enteramos justo cuando se murió... Y es una muerte mucho más mítica, ya que dos días antes cumplió 69 años de edad estrenando un nuevo álbum musical y un videoclip que se transforma en su último legado, si es que no ha dejado algún material póstumo. Sin duda será un álbum a analizar y un videoclip igualmente jugoso en sacar detalles de qué nos quiso decir ante una enfermedad letal que muy pocos conocían. Él, amante del misterio, sabía que nos iba a tomar por sorpresa a prácticamente todos, aunque probablemente él no supiera que moriría dos días después. Me pregunto si llegó a saber algo de lo que ocurría sobre los muchos afectos que recibió por Internet sobre su cumpleaños, pues quien ha vivido la cercanía de alguien que muere de cáncer, sabe que el proceso en los últimos días es lento y que la persona que está muriendo no se encuentra en su mejor momento mental para comprender o atender a demasiadas cosas. Quizá en todo esto, en esos dos días que median del estreno del álbum a la fecha de la muerte, tuviera más respuestas el hijo que él. 

Yo, que escucho todo tipo de música, y me gusta todo tipo de música, pero que tengo especial predilección por el rock de los años 1960 y 1970, llegué a Bowie en mi adolescencia pero algo más tarde que a la gran mayoría de los grupos de aquellas épocas. La primera canción de Bowie que escuché fue "The man who sold the world" ("El hombre que vendió el mundo"). Como he dicho muchas veces, yo comencé a salir el año que se suicidó Kurt Cobain, de Nirvana. Eso era 1994, yo tenía 15 años. Días antes de su suicidio él había grabado un concierto acústico para la MTV que se estaba vendiendo en álbum. Ese álbum fue mi primer disco de Nirvana, en él había una versión muy famosa de esa canción de Bowie. Yo sabía que la canción era de Bowie, pero nunca había oído la original. La busqué, mas aunque parezca mentira para muchos jóvenes de hoy, eso era difícil, porque Internet lo tenía muy poca gente, era caro, muy lento, no existían los programas ni páginas de música de hoy... La radio no ponía la original, que era de 1970, la televisión tampoco, no había tanta oferta de programas musicales, los discos eran carísimos, los bares no tenían material de Bowie, en fin, una odisea propia del siglo XX, quien lo hemos vivido sabemos de lo que se trataba. Tenía su encanto. Pasaron los años y en algún momento entre 1997 y 2000 escuché la original por la radio por primera vez. Me quedé maravillado de la riqueza de sus sonidos. Estimulaba un montón de sensaciones dentro de mí. Mi imaginación se disparaba. Era algo que te transportaba. Sobre todo tras estar años acostumbrado a aquella versión seca y tremenda de Kurt Cobain a punto de suicidarse, donde parecía que te clavaban cientos de alfileres en los poros de tu piel. Lo de Bowie era otra cosa, un mundo alegre, mágico, sarcástico. Psicodélico. Muy poquitos años después yo llegué a ser camarero y encargado ocasional de un bar del que era cliente habitual, La Vaca Flaca. Allí su dueño y amigo personal tenía especial admiración por esa misma canción original de Bowie. El bar tenía un ambiente de arte del reciclado, con  lámparas de todo tipo de formas imaginativas. Aquel sonido parecía ideado para el bar. Una vez la puse estando yo al cargo de la barra. había en el bar un grupo de adolescentes medio emborrachándose y con aspecto como si fueran grunges de los años 1990, cosa que estaban lejos de ser como algunos llegamos a serlo o a aproximarnos en su día de verdad. Puse la canción de Bowie y uno de ellos se quejó de "la mierda de versión que habían hecho de la canción de Nirvana", a punto estuve de quitarles la bebida e invitarles a salir del bar, porque todos le dieron la razón. Ignorancia y prepotencia de la juventud. Todos las hemos tenido con alguna cosa alguna vez. Lo recuerdo ahora con una sonrisa y lo cuento siempre como ejemplo de que a veces merece la pena más preguntar antes que sentenciar. Tengo la impresión que esos jóvenes de entonces con seguridad han rendido homenaje a Bowie hace dos días.

En los años 1990, en concreto en 1997, me compré un single de Oasis que contenía una cara B versionando una canción de Bowie de 1977, "Heroes". De esta sí que tuve muchas veces la oportunidad de escuchar la original de Bowie, que me parece mejor que la de Oasis. En 2001 recuperaron la canción numerosos reportajes televisivos a raíz de los héroes anónimos surgidos de entre los ciudadanos y turistas de New York que ayudaron a las víctimas de los atentados del 11 de Septiembre que derribaron las Torres Gemelas. Una canción llena de potencia.

Por supuesto, antes de todo eso yo ya conocía a Bowie y había escuchado a Bowie. Todos los que fuimos niños en los años 1980 hemos visto la película Dentro del Laberinto (Jim Henson, 1986). El villano de la película era el propio David Bowie y la banda sonora del metraje era a base de canciones suyas. Un digno mundo de aventuras que recomendaré mil veces a los niños también de hoy día. Películas de Bowie vi varias, la más reciente C.R.A.Z.Y. (Jean-Marc Vallée, 2005). En esa no sale Bowie actuando, pero sí sus canciones y su imagen de los años 1960 y 1970, ya que el protagonista es seguidor de él. Muestra más o menos bien la vida de un adolescente en esos años y sus problemas a raíz del estilo de vida de él como seguidor del glam rock frente a los seguidores del hard rock y el heavy metal. Muy recomendable de ver. Yo la vi en cine, luego en televisión y no hace mucho en DVD con una amiga en mi casa, la cual salió encantada también. Por supuesto, a lo largo de los años 1980 y 1990 escuché innumerables canciones de Bowie de aquellos años que ponían en la radio y, muy frecuentemente, en aquel programa infantil de televisión llamado La Bola de Cristal, Alaska, la cantante, que era su presentadora, se empeñó muy acertadamente en que los niños de entonces tuviéramos buen gusto musical.

A mí "Space Oditty" ("Rareza espacial") es una de las canciones que más me gustán. Es una historia muy bien construida. Es un placer escucharla. En Alcalá de Henares se puede hacer incluso en concierto, ya que El Flecha suele incluirla en algunos repertorios de sus conciertos. En octubre del año pasado la escuché en boca de él en un concierto que dio en La Posada del Diablo, acompañado de otra amiga que, sin haberla escuchado antes, quedó cautivada por la potencia del sonido y la historia que narra. No es para menos. Pero quizá la canción que más me gusta es "Starman" ("El Hombre de las Estrellas"), que es la canción que elegí para escuchar cuando supe de su muerte. Me recorrió el cuerpo innumerables hormigueos y erizamientos de pelo. Luego, según me vestía, me puse el álbum completo de The Man who sold the world. La cosa es que "Starman" es una canción a la que he recurrido muchas veces. Llena de la idea de que todo es posible y manda un mensaje de bienestar y aprobación muy agradable. Ver el vídeo del concierto es otro estímulo. Siempre me cautivaron las enormes patillas blancas de uno de los guitarristas. 

Bowie además me otorgó con alguna de sus canciones alguna reconciliación pasada, hace ya años, con alguna chica seguidora de él, aunque curiosamente de su etapa de los años 1990 más que de la etapa 1960-1980. Tiene tantos registros que da para todos los gustos. 

Bowie, sin ser el músico que más discos tenga de él, me ha brindado momentos en mi vida muy bonitos.

Ayer me llegó a casa un disco que me grabó seleccionando canciones ella misma una seguidora de esta bitácora. Me gustó mucho el regalo y el detalle. En ese disco había una canción de Bowie grabada en 1981, "Wild is the wind" ("Salvaje es el viento"). Toda una casualidad, ya que como la chica me dijo el disco lo grabó ella a finales de diciembre pasado y se había animado a mandármelo ahora. Creo que lo mejor es despedirme por hoy dejándoos con esa canción, ya que la casualidad ha querido ubicarla en ese disco tan cerca de la muerte de Bowie. Saludos y que la cerveza os acompañe. Y os recuerdo que una tradición muy española, sobre todo gallega, quizá celta, ya que sé que en Irlanda también lo hacen, que yo trato de mantener es darle de beber a los muertos, tirando el primer trago de vuestra bebida a la tierra. Pues eso. 


5 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

WILD IS THE WIND. DAVID BOWIE. 1981.

(Tiomkin/Washington)

Love me, love me, love me, say you do
Let me fly away with you
For my love is like the wind, and wild is the wind
Wild is the wind
Give me more than one caress, satisfy this hungriness
Let the wind blow through your heart
For wild is the wind, wild is the wind

CHORUS
You touch me,
I hear the sound of mandolins
You kiss me
With your kiss my life begins
You're spring to me, all things to me
Don't you know, you're life itself!

Like the leaf clings to the tree,
Oh, my darling, cling to me
For we're like creatures of the wind, and wild is the wind
Wild is the wind

CHORUS

Like the leaf clings to the tree,
Oh, my darling, cling to me
For we're like creatures in the wind, and wild is the wind
Wild is the wind

Canichu, el espía del bar dijo...

SALVAJE ES EL VIENTO. DAVID BOWIE. 1981.

(Tiomkin / Washington)

Ámame, ámame, ámame, dime que me amas
Déjame volar lejos contigo
Porque mi amor es como el viento, y salvaje es el viento
Salvaje es el viento
Dame más de una caricia, satisface esta hambre
Deja que sople el viento a través de tu corazón
Porque salvaje es el viento, salvaje es el viento

CORO
Tú me tocas,
Oigo el sonido de las mandolinas
Tú me besas
Con tu beso mi vida comienza
Tú eres la primavera para mí, todo para mí
No sabes, eres la vida misma!

Al igual que la hoja se aferra al árbol,
Oh, mi amor, aférrate a mí
Porque somos como criaturas del viento, y salvaje es el viento
Salvaje es el viento

CORO

Al igual que la hoja se aferra al árbol,
Oh, mi amor, aférrate a mí
Porque somos como criaturas en el viento, y salvaje es el viento
Salvaje es el viento

para qué dijo...

Me ha encantado. Gracias!

Anónimo dijo...

Muy buen artículo, Canitxu!!! Gracias

'Ashes to ashes, funk to funky
We know Major Tom's a junkie
Strung out in heaven's high
Hitting an all-time low'

https://www.youtube.com/watch?v=fw3IwSgQZJk

Mark Rojo

Canichu, el espía del bar dijo...

Muchas gracias. Yo creo que hay gente que nos ha dado recuerdos gratos a todos.