El cuarto relato de ficción que os presento en el cien aniversario del inicio de la Primera Guerra Mundial lo ha escrito a petición mía Luis Abad Gutiérrez. Me parecía bien en este acontecimiento poder escribir relatos de ficción, pero sobre todo poder compartir esto con una serie de amistades que también escriben. El ofrecimiento fue amplio y Luis me respondió a mi oferta con la siguiente historia. A mí me gusta bastante. Ha cambiado su estilo habitual, por lo que estamos ante algo novedoso respecto a sus escritos anteriores. merece la pena. Él ha fijado sus ojos en el lejano Japón.
Japón fue un pequeño imperio medieval que tuvo gran influencia y después compitió con el Imperio Chino hacia el siglo XV-XVI. Su primer contacto con europeos fue con los españoles entre el cambio del siglo XVI al XVII, como comenté a raíz de los actos y conferencias en el Ateneo de Madrid respaldados por la Casa Asia, en la Noticia 900ª, en 2011. En aquellos momentos las relaciones entre el Imperio Japonés y el Imperio Español giraban en torno a los asuntos de comercio mutuo, colonización de las Filipinas, de la piratería en la zona y del Imperio Chino y los roces o intereses económicos con ambas naciones. También de fondo estuvieron asuntos religiosos, estos fueron aprovechados por los Países Bajos en su guerra de independencia de España para llevar a la ruptura de Japón con España y quedarse ellos un ligero comercio con los japoneses. Desde comienzos del siglo XVII Japón cerró sus puertos, ningún país occidental podía desembarcar ni negociar con ellos. Llegado el siglo XVIII las naciones más potentes del momento en aquella área del mundo, Reino Unido y el Imperio Ruso, se centraron en el Imperio Chino, por lo que Japón pudo continuar su aislamiento. Como resultado el Imperio Japonés perdió una gran fuerza de influencia internacional y sus modos sociales, su política, sus costumbres, su tecnología y otras cuestiones se estancaron en modos medievales. Cuando Estados Unidos de América se anexionó California en 1848 empezó a considerar la necesidad de tener tratos comerciales con Oriente, sin ganas de entrar en conflicto con países europeos por romper ningún tratado comercial con China, así que ellos se fijaron en Japón, con quienes tenían algún trato de pesca de ballenas desde finales del siglo XVIII. Pero Japón mantenía su negación a que los occidentales pisaran sus territorios o comerciaran con ellos. El presidente Fillmore le dio orden al comandante Perry de ir con una flota militar armada a Japón con una serie de cartas diplomáticas exigiendo al emperador japonés la apertura de sus puertos. Perry llegó a Japón en 1853. Su superioridad militar debió surtir efecto, porque Japón buscó refugio firmando pactos comerciales con Reino Unido en 1854 y con Rusia en 1855. Estados Unidos siguió ejerciendo presión militar sobre Japón hasta que logró que este viejo Imperio abriera dos de sus puertos al libre comercio internacional, con preferencia para Estados Unidos desde 1858, estos fueron los puertos de Nagasaki y Kanagawa. Por presiones similares, se abrieron cuatro puertos más entre 1860 y 1863.
Esta situación provocó un trauma social y político entre los japoneses que dio paso a una revolución en 1867 (conspiraciones de Estado incluidas y forcejeos violentos entre la sociedad y los militares). Desde 1868 los emperadores japoneses decidieron crear una revolución total desde arriba llamada Era Meiji (la era del "respeto a las normas"). Es un ejemplo único en la Historia donde una sociedad y una cultura entera se unen en un esfuerzo titánico para cambiar todo su ser y dar un salto de la Edad Media a la misma altura de finales del siglo XIX de la Europa Occidental. Reformas sociales, políticas, económicas, institucionales, culturales (aunque respetando las tradiciones más vitales), subvenciones económicas para que sus jóvenes se formaran en las universidades europeas y aprendieran las formas de producción europeos, inversiones en sus infraestructuras, sus fábricas y sus formas de producción agrícolas y marítimas... Cambiaron tanto sus modos medievales que llegaron a tener hasta una Constitución desde 1889. A partir de aquí sostienen una falsa democracia, trucada en su modo de ser planteada gracias a lo que en España se llamarían caciques, y allí simplemente eran los oligarcas que durante siglos habían existido. Igual que en España en esa época, la monarquía contitucional japonesa tenía unas reglas y unos trucos para hacer que siempre gobernase quien deseara el Emperador y siempre a favor de sus intereses, no tanto de los de la sociedad. Pero a la vez se fue forjando un culto al Emperador como si fuera un Dios en la Tierra. Comenzaron a revisar todos los tratados de comercio internacionales que consideraron desiguales en su momento, pues ahora ellos tenían un ejército moderno al estilo occidental. Así pues, desde 1890 los japoneses pasaron a la ofensiva: fue otra potencia colonizadora y ya no un país colonizable. Firmaron acuerdos con Reino Unido para contrarrestar la expansión rusa. Atacaron a China en 1895 considerando que tenían territorios que eran áreas de influencia suyas, como Manchuria y otros (ataque en parte para disgusto de Rusia y choque con ellos), se fijó en el negocio de la construcción de líneas férreas que le podían unir más rápido con Europa a través de Siberia. Contribuyó bélicamente al lado de los europeos contra los Bóxer chinos en 1900. Fue ocupando islas hasta chocar con el Imperio Ruso en 1904, pues ocupó una isla que los rusos consideraban suya. Se inició una guerra ruso-japonesa que terminó con la derrota de los rusos en 1905. A raíz de ello los japoneses tomaron a Corea entera como un protectorado suyo, y desde 1910 pasó a considerar que era directamente su propio territorio. En Manchuria llegaron a acuerdos de ocupación con Rusia en 1912, y también en Mongolia. También se anexionó Taiwán. Siguiendo toda esta lógica expansionista, cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914, Japón que tenía acuerdos militares con Reino Unido, no declaró la guerra a Rusia de nuevo, sino que de modo inmediato le reclamó a Alemania que se retirara de las islas costeras chinas que ocupaba pues ahora pasaban a ser japonesas, según el criterio del emperador. De este modo le declaró la guerra a Alemania y ocupó islas pequeñas costeras, más las Carolinas y las Marianas. En 1915 se permitía el lujo incluso de exigirle al gobierno de China veintiuna reclamaciones. Como consecuencia, cuando llegó la paz en 1919, la República China reconoció y cedió todos los derechos comerciales en Manchuria y en Mongolia. A partir de aquí se suceden una serie de cuestiones que desembocaron en la invasión japonesa a China en 1937, lo que para el Extremo Oriente es la fecha del comienzo de la Segunda Guerra Mundial en lugar de la de 1939 que lo es para el resto del mundo y que es la que normalmente se baraja. Habían firmado un Pacto Anticomunista con Alemania en 1936, y después con Italia, que renovaron en 1941. La alusión para combatir comúnmente a los rusos era clara, pero para los japoneses también suponía tener aliados contra ingleses (y toda su Commonwealth), franceses, portugueses y holandeses que tenían territorios e intereses en Asia. Las expansiones japonesas incluso por territorios como Filipinas, Birmania, Indochina Francesa, Tailandia, Malasia Británica, Borneo, Guinea, Timor Portugués, Nueva Zelanda... y otros, la xenofobia japonesa, y todo lo que es bastante más conocido hoy día de aquella época dieron lugar al ataque japonés a las islas Hawai, de Estados Unidos de América, en 1941, y a la evolución de la Segunda Guerra Mundial en el Extremo Oriente a consecuencia de esto, con su final en aquellas dos bombas nucleares de 1945 que terminó con el Imperio Japonés y con las mentalidades de superioridad que habían llevado a todas aquellas belicosas circunstancias.
La explicación, aunque extensa, es breve. La escribí como posible guía para los lectores que espero que disfruten tanto como yo del relato de Luis Abad, pues sé por experiencia de historiador que en esta España nuestra no son muchos los que saben algo de cultura general que sostiene el relato, que es el juego de alianzas japonesas de la Primera a la Segunda Guerra Mundial.
EL FRÍO DE SAIPÁN
(Saipán, Islas Marianas del Norte, finales de septiembre de 1914)
A quien esté al mando del ejército Alemán:
Le comunicó en nombre del Emperador Taisho, por mandato del primer ministro Okuma Shigenobu ,
que procederemos a la ocupación de la Isla y toma de de posesión de la
misma de manera inmediata. Así pues, dada nuestra clara superioridad
naval y la situación de cercado en la que se hayan
solicitamos la rendición total y pacífica. No deseamos verter más
sangre de la necesaria, pero no dudaremos en usar la violencia que sea
necesaria. Esperando pronta respuesta.
Sargento Matsui Inahara.
(Acorazado怒りの波“Ola de Furia", mar de Filipinas, finales de septiembre de 1914)
Al Sargento Inahara:
Soy
el responsable de las tropas alemanas en la Isla, le comunico nuestra
total predisposición a cederles esta caldera terrible que llaman Saipán
y el resto de la Isla así como el “control” de todos sus habitantes y
“recursos”. Espero traigan provisiones o que les guste mucho el pescado,
pues nada más encontraran. Los habitantes o “chamorros” no son muy
colaboradores y han adoptado el modo de vida vago y poco recto español
de muy buen grado.
Por nuestra colaboración y total predisposición a abandonar la Isla,
con la mayor premura posible, tan solo solicitamos nos dejen a mis
soldados y a mi coger un barco y volver a casa a través de su marina totalmente desarmados. No sé quien le odia, pero debe ser muy rencoroso si le han dado este destino.
Teniente Alfred Kreugh
(Saipán, Islas Marianas del Norte, finales de septiembre de 1914)
Al Teniente Kreugh:
Quedo satisfecho por su telegrama, y una vez consultadas sus peticiones se accede a que abandone junto a sus tropas la Isla.
(Saipán, Islas Marianas del Norte, finales de septiembre de 1914, 10 minutos más tarde, línea privada)
Al Teniente Kreugh:
A modo personal si me permite, tan terrible es aquello? Tengo órdenes de permanecer allí, fortalecer la Isla y organizar la plantación de caña de azúcar. Me pase con el Sake una noche y cometí una estupidez, al día siguiente estaba en este barco y me mandaban aquí. Sinceramente, no quiero estar aquí, soy de Nemuro, en la Isla de Hokkaido, al norte, soy hombre de tierras frías, nos asamos en este barco, como está el tema allí? Utilice la línea privada por favor.
(Acorazado怒りの波“Ola de Furia", mar de Filipinas, finales de septiembre de 1914, 20 minutos más tarde)
Sargento,
ya que usted me habla llanamente le contestare de igual modo. Esto es
una pesadilla, la temperatura es estable casi todo el año, la humedad es
terrible y la monotonía solo se ve interrumpida por algún tifón. Le
comprendo doblemente. Yo soy de Rostock, cerca del báltico, también soy hombre de frio y también llegue aquí por algunos errores estando de servicio. Pida perdón a quien deba, deserte o cometa seppuku. Aquí solo hay calor y desesperación. Y piñas, putas piñas.
(Barco pesquero chamorro, Bahía de Bengala, finales de Octubre de 1914)
Mi
buen Alfred, ya me he instalado en la habitación/despacho. Esto no esta
tan mal como esperaba, aun así no sé como podré soportarlo. Gracias por
la botella de Kirsch, todo un detalle. Saipán
no es feo del todo y si sobrevivo al calor tal vez pueda acostumbrarme.
Hablar contigo estas semanas ha sido mi único alivio. No sé como agradecerte tu comprensión y apoyo. Espero poder algún día agradecértelo
en persona, espero perdamos la guerra y poder volver a casa. Sé que el
viaje es largo, pero piensa que vuelves a casa, hazlo por los dos.
Mat.
(Saipán, Islas Marianas del Norte, finales de septiembre de 1914)
Maty,
estamos llegando a Colombo, allí nos espera un avión para volver a
casa. Me siento profundamente alegre pero siento dejar mi condena en tus
manos. Espero esta guerra termine pronto, aguanta compañero.
Alfy.
(Berlín, mayo de 1917)
Hola amigo, encontré una foto nuestra y me acordé de ti, que tontería, apenas nos vimos unos minutos. Piensas en mí alguna vez?
No contestes, da igual. Siento que tu matrimonio fracasara, parecías
muy ilusionado. Son tiempos raros para el amor. La Isla está por fin
fortalecida. El calor sigue igual. Odio las piñas. Hasta siempre.
(Saipán, Islas Marianas del Norte, abril de 1929)
No
tengo mucho tiempo. Me voy, aún no sé adonde. Te escribiré cuando
pueda. Todo es tan raro, huele a guerra otra vez. El otro día
incendiaron el bar que te contaba. Este país, cuna de filósofos, se
torna frio como el metal e igual de afilado. Espero estés bien.
Alf.
-----------------------------
(Reikiavik, 1933)
Querido
Alfy, no aguanto más. Desde que nos destinaron a Guam las cosas aun son
peores. Los chamorros de Saipán se matan con los de aquí, y la mano de
obra japonesa no es mejor. Los coreanos viven separados pero también son
taciturnos. Todo aquí es tristeza y sudor. He conocido a un Pastor
Luterano, es de Hamburgo. Cerca de donde naciste creo. Hace contrabando,
intentaré que me saque de aquí. Nos veremos alguna vez? Espero que sí.
-----------------------------
(Dededo, Guam, 1936)
Maty
como estás, hace mucho que no me escribes, estoy preocupado. Primero el
loco del bigote y ahora tu. Te encantaría esto, hace un frio terrible.
Espero que estés bien. Ningún tifón podrá contigo. Sabes que no te puedo decir más por aquí. Mi corazón está contigo.
Alfy
------------------------------
(Reikiavik, 1937)
Ya está, conseguí escapar de todo y corro hacia a ti,
que se queden sus guerras. Mi última escala es Chicago y voy directo.
Solo hemos tenido que esperar 23 años, que son 2 días. Que ganas de
sentir el frio y de volver a ver tu sonrisa. Llevo una piña por los
viejos tiempos. Ya llego Alfred, no los sientes? Ya llego.
Por Luis Abad Gutiérrez.
Alcalá de Henares, 1 de julio de 2014. Publicado con motivo del 100 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Alcalá de Henares, 1 de julio de 2014. Publicado con motivo del 100 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
3 comentarios:
Entonces tenemos:
O una historia graciosa, o una historia de amor, o una burla, o más bien...¿el comienzo de una gran amistad?
Como sea, me ha gustado, a ver si se pueden leer más cosas tuyas por ahí.
Le transmitiré a Luis Abad tus comentarios por si se le pasa mirarlos. Gracias por leer.
Publicar un comentario