domingo, diciembre 31, 2017

NOTICIA 1761ª DESDE EL BAR: LAS FOTOS DE 2017 QUE DESTACO

El 2017 es muy rico en imágenes de todo tipo. La verdad es que la calidad de lo que han captado los fotorreporteros es muy alta. Me ha sido difícil decidir qué destacar de la colección de fotos que hice este año. Pero supongo que lo más destacable del año realmente es el cambio climático, porque, como dijeron los científicos de todo el planeta: "muy pronto será muy tarde" (Noticia 1753ª). A finales de verano, pero de manera algo tardía respecto a la temporada de huracanes en el Caribe, se juntaron hasta tres huracanes a la vez y en tiempo muy breve, según remitieron estos, aparecieron otros dos, acompañados de la erupción de un volcán y hasta de un terremoto. Mientras, España sufría una de las mayores sequías de su Historia. Fotos sobre el cambio climático había muchas: un huracán gigante visto desde el espacio, lagos vacíos en España, cielos amarillos por la contaminación en las ciudades españolas, Macron (presidente de Francia) alzándose como nuevo líder mundial tomando decisiones y dando discursos combativos contra la acción humana que altera el clima, ciudades norteamericanas inundadas, animales sufriendo consecuencias... Me quise fijar en ese momento de los huracanes y me pareció que la imagen más espectacular y representativa de 2017 es la que tomó Ramón Espinosa del huracán Irma en La Habana (Cuba), el 11 de septiembre, publicada en los periódicos el día 12. Este huracán había arrasado previamente Puerto Rico y Antigua y Barbuda, sin embargo los telediarios españoles sólo atendieron a la noticia preocupados porque iba en dirección a Florida (Estados Unidos), aún con fuerza, pero muy desinflado. Los huracanes se prolongaron hasta octubre, lo que era algo anormal, pero la prensa española lo presentaron como una curiosidad, y no como una anomalía por el cambio climático y sus efectos sobre los mares y océanos, como sí lo hacían científicos y la prensa internacional. La fragilidad y lo pasajero del ser humano ante la grandiosidad de la Naturaleza queda reflejada en esa foto. Somos endebles, aunque no se quiera ver.

Sin duda, otro tema clave del 2017 fue el escenario bélico contra el ISIS entre Siria e Irak. Las grandes y últimas batallas se fueron sucediendo ciudad a ciudad reconquistada en más tiempo del que se estimó que durarían. Fue imprescindible la milicia kurda y el esfuerzo bélico del ejército regular irakí, pero es indudable que las ayudas militares de Rusia, Estados Unidos, Turquía, Irán, Arabia Saudí, Líbano u otros, y el papel del ejército regular sirio, las milicias de Hezbolá o las de los rebeldes sirios han sido claves para poder hablar de una guerra internacional en toda regla donde se jugaba también una partida de posiciones y demostraciones de fuerza. Se cruzaron los intereses de unos y otros y quedan estos en el aire, mientras Irak y Líbano declararon hace poco el final de la guerra contra el ISIS en sus territorios y Siria lo podrá decir en breve. En medio se han visto fotos altamente dramáticas de ciudades arrasadas como si hubieran vuelto a la Edad de Piedra por el efecto de las bombas, como Homs, militares rusos volando por los cielos de Damasco, las milicias kurdas entrando en Mosul con una infantería que iba a pie, la pelea por las orillas del río, la resistencia de Raqqa, la población civil tratando de huir, los kurdos reclamando un Estado propio como se les prometió tras la Primera Guerra Mundial y como sienten tener derecho tras su esfuerzo abnegado contra el ISIS, o las imágenes de los múltiples atentados por todo Occidente de aquellos combatientes del ISIS que veían con sus ojos como su Estado Islámico caía irremediablemente pese a la resistencia titánica que opusieron. Son muchas las fotografías espectaculares que nos han ofrecido, especialmente en la primera mitad del año, pero también hacia el final de la contienda en Irak este diciembre. Me he decantado por la foto de los milicianos combatiendo en Damasco el 3 de abril, realizada por Mohamed Badra. Metidos en la oscuridad de una casa que es más ruinas y cascotes que casa, se contempla su escasez de medios contra el ISIS en una batalla que duró una gran cantidad de meses y contó con apoyo aéreo ruso. Una batalla donde se combatió por cada palmo de tierra que se pisaba, más que casa por casa, se combatió habitación por habitación de cada casa. Y mientras en Siria pasaba eso, en Irak tenemos la imagen de la reconquista de Mosul por tropas irakies y kurdas el 10 de julio. La foto que captó Felipe Dana nos muestra a los primeros soldados del ejército regular irakí que logró pasar al otro lado de la orilla del río que divide la ciudad tras semanas, meses, de combates enquistados para poder lograrlo. En la batalla de Mosul fueron los kurdos quienes más esfuerzos bélicos y sacrificios realizaron contra el ISIS, con apoyo aéreo estadounidense, estaban coordinados por las tropas regulares irakíes, pero el control de las orillas del río fue una carrera de fondo para poder asentar los intereses particulares de cada parte de cara a la gestión de la victoria posterior. La batalla fue tan cruenta que no había momento para poder enterrar ni encontrar a los muertos, ni para desactivar todas las bombas ocultas. La ciudad olía a muerte y los cadáveres putrefactos contaminaban el agua que beber. Peor aún, la entrada aliada tras tantas atrocidades cometidas por el ISIS se hizo dejando hacer libremente a irakíes y kurdos, lo que supuso, según testigos del lugar y agencias no gubernamentales, que se cometieran ajusticiamientos extrajudiciales de venganza que alcanzaron niveles aterradores, hecho que no se informó en los grandes medios de comunicación más que en pequeñas columnas a modo de anécdotas.

Pero en el mundo ocurrieron otras cosas, células defectuosas a las que por primera vez se les pudo neutralizar posibles enfermedades hereditarias, parlamentarios venezolanos sangrando dentro del Parlamento, actores de Hollywood alterados por un error garrafal al leer el principal ganador del año, argentinos protestando por millones porque se les quiere quitar sus pensiones públicas de jubilación, varios meses de protestas laborales marroquíes represaliadas con gran dureza, el último criminal de guerra de la Guerra de Bosnia-Herzegovina suicidándose con veneno en el Tribunal de la Haya, mujeres deportistas acumulando premios de manera excepcional en lo que es el deporte en general... En Kenia, uno de los países más tranquilos del África subsahariana, fue año de elecciones democráticas. Hubo un gran número de fotos llamativas de enormes colas de gente esperando para ir a votar, mujeres con vestidos muy vistosos votando, algunas con trajes de tribus arcaicas... Sin embargo, hubo un fraude electoral y, aunque el ganador dijo que todo era correcto, la gente se echó a la calle a protestar. El gobierno, que era del partido ganador, mandó a la policía antidisturbios contra ellos en los dos días siguientes. La violencia se instaló en el país mientras los organismos internacionales dictaminaban que sí había habido fraude. Los muertos y los heridos estaban en las calles, pero el gobierno reculó y reconoció las irregularidades. El gobierno hubo de cambiar de partido. B.C., de Associated Press, captó a un hombre de las protestas que se entrega a los antidisturbios de Kenia el 11 agosto rodeado de una enorme nube de gas utilizado contra los manifestantes que, por el mismo humo, no se pueden apreciar en la imagen. Hay más mundo en el mundo.


En España también había donde elegir, las de la contaminación, las de la sequía por el cambio climático, las de Urdangarín condenado por la justicia o las de la moción de censura fracasada de Podemos contra el gobierno. Todos estos acontecimientos dieron pie a muy buenos trabajos de nuestros periodistas gráficos, pero si algo define al 2017, aparte de los problemas ecológicos, es el proceso independentista catalán. Indiscutible. La cantidad de fotografías de estos hechos en cada uno de sus momentos son dignas de crear todo un volumen fotográfico donde el testimonio es amplísimo. Yo me he decantado, con dificultad, por elegir una que me parece muy simbólica de todo este proceso, la de la manifestación de estudiantes en la Plaza Cataluña de Barcelona el 29 de septiembre, a un día del referéndum convocado sin garantías democráticas por el gobierno catalán (expliqué el porqué de ese hecho en la Noticia 1741ª, siendo crítico con ambas partes), la foto la realizó Claudio Álvarez. Un estudiante ondea una bandera independentista subido a una señal de tráfico, rodeado de otros estudiantes con banderas. El momento álgido de euforia aún no sabe de las cargas policiales que habrán el 1 de octubre, ni de los encarcelamientos, la ida de Puigdemont a Bélgica, ni mucho menos de que la proclamación de la República Catalana durará 8 segundos y supondrá la anulación del gobierno catalán para ponerlo en manos del gobierno central hasta la celebración de unas elecciones autonómicas el 21 de diciembre. Serán estos estudiantes los que llamarán a Puigdemont "traidor" cuando creían que no proclamaría la independencia, su presión será fundamental para que el presidente catalán optara por aquellos 8 segundos de independencia que provocaría la debacle que no deseaban. Pero las elecciones del 21 de diciembre, a pesar de que da la mayoría absoluta de nuevo a un bloque en el que se unieran los tres partidos independentistas, dieron por resultado el ascenso de Ciudadanos como partido más votado. Inés Arrimadas, de Ciudadanos, se transforma así en la líder política catalana más votada, con sus ideales de unidad y liberalismo altamente beligerante con las clases trabajadoras, las mismas que la votaron por razones de nacionalismo. Cuando el 7 de septiembre el Parlamento catalán debatía y votaba sobre la ley que abriría formalmente el proceso de independencia, o sea: el del referéndum del 1 de octubre que la Justicia española prohibió, se produjo una imagen muy significativa y que a estas alturas de final de año puede ser alegórica de la situación actual. La diputada Inés Arrimadas suplica desde un plano inferior a la Presidenta del Parlamento catalán, Forcadell, que se presentará por ERC en diciembre, el tercer partido más votado. La imagen recoge en símbolo dos bloques: el independentista y el unionista, más allá, recoge la imagen de dos personas que en diciembre de 2017 se ven en la tesitura del futuro gobierno de Cataluña con posturas altamente opuestas. Una de ellas con más posibilidades de gobernar, la otra, la más votada, imposibilitada de gobernar porque, simplemente, nadie ganó claramente las elecciones de entre los bloques. La foto la captó Manissiliano Manocri.

Y de entre las fotografías no puede faltar una del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Probablemente es el presidente que más fotos extraordinarias nos da. Algunas muy burdas, otras más serias. Comiendo hamburguesas en la Casa Real de Arabia Saudí, reconociendo Jerusalén para instalar la embajada estadounidense en Israel, derogando leyes y retirándose de tratados internacionales, acusaciones de espionaje ruso a su favor, peleándose con sus colaboradores más cercanos, enfrentándose verbalmente con Corea del Norte, intentando hacer fuertes apretones de manos con los líderes europeos... Los fotógrafos tienen con él una mina de oro, todo lo que hace lo hace físicamente de tal modo que da pie a una imagen simbólica, alegórica, espectacular, irónica, sarcástica, ninguna tiene desperdicio. Quizá sea el presidente norteamericano que de seguir a este ritmo legue a la Historia el álbum de fotos más interesante desde Kennedy. Personalmente me hayo enamorado profundamente de una imagen que se publicó el 1 de marzo en la prensa. Donald Trump y su asesora Kellyanne Conway recibieron en el Despacho Oval de la Casa Blanca a múltiples líderes universitarios africanos. El acto solemne se celebraba justo en ese despacho desde el que se dirige el mundo y que para los estadounidenses es tan intocable y formal como el salón del trono de Reino Unido. Todo lo que ocurre allí implica una solemnidad que ni el humor de Obama con su familia había roto. Sin embargo, mientras todas estas eminencias de las Universidades africanas eran recibidas por Trump, Kellyanne decidió estar en uno de los sofás de invitados como si fuera el sofá de su casa, con una postura tan familiar como propia de las fotografías de revistas eróticas. El hecho levantó una polémica que para Europa no pasaba de las bromas intrascendentes y para Estados Unidos eran un flamante escándolo por la falta de respeto al lugar, al acto solemne y a los invitados. La foto la hizo Brendan Smialowski. Me tiene enamorado esta imagen, aunque he de reconocer que no sé si por lo que desprende de la personalidad del equipo de gobierno Trump, si por lo simbólico de cómo se toman al resto del mundo o, sinceramente, por sueños desde la adolescencia que recoge Kellyanne. 

Como siempre: las fotos se amplian pulsando sobre ellas.

Saludos y que la cerveza os acompañe. Por cierto:

Feliz Año Nuevo.
Paz, Felicidad, Deseo y Arte.

viernes, diciembre 29, 2017

NOTICIA 1760ª DESDE EL BAR: DOCE AÑOS DE NOTICIAS DE UN ESPÍA EN EL BAR

Son las 00:00 horas del 29 de diciembre de 2017 y eso quiere decir que Noticias de un espía en el bar cumple doce años de existencia. Este año las cifras dicen que han habido 80.262 lectores, lo que nos pone en la cifra promedio de 6.688'5 lectores al mes, aunque como todo promedio unos meses han habido más (muchos más) y otros menos. Como todos los años: muchas gracias. 

Este ha sido un año con extrañas puertas ocultas a jardines inhóspitos no siempre floridos. ¿Qué contar de un año que no sea hablar de las puertas secretas escritas en los libros hebreos? En la Venecia de la Baja Edad Media, la del comienzo del Renacimiento, había un gran número de casas de judíos cuyos patios escondían puertas secretas que llevaban a lugares misteriosos donde se decía que se producían rituales mágicos y misteriosos, lecturas de la Cábala o investigadores de la alquimia. Puertas que transportaban a otros lugares kilómetros más allá o bien fantásticos. Puertas que llevaban a secretos y a otras puertas pobladas por otras creencias, como las de los masones, con extraños rituales, juramentos y sociedades de inconcebibles intenciones. Puertas con adoradores de demonios o de dioses antiguos, puertas de perseguidores de sociedades justas, puertas difíciles de hallar y más difíciles de penetrar. Puertas y más puertas ocultas por enredaderas. Puertas que llevaban a otras puertas a través de largos pasillos oscuros, como nos muestra Un hombre serio (hermanos Coen, 2009), o puertas inesperadas bajo escaleras en patios interiores que nadie sospecharía que existen en determinados edificios, como se ve en las aventuras de Corto Maltés pintado por su creador, Hugo Pratt.

Y como siempre, mencionaré datos para los curiosos. Aunque entre las diez entradas más leídas de 2017 no hay ninguna de este año, y siguen habiendo varias del 2016, si la procedencia del mayor número de lectores siempre ha sido encabezada desde 2005 por lectores españoles, hay que decir que este año 2017 por primera vez el mayor número de lectores interesados en lo que escribo no son españoles, son estadounidenses. En una cantidad muy destacada y sobresaliente, es Estados Unidos de América el Estado que más lectores ha registrado en 2017 de aquellas cosas que os escribo. Esta tendencia en la que los estadounidenses comenzaron a leerme más comenzó con la publicación en 2016 de mi libro Relatos de la Gran Guerra, en los primeros meses de 2017 la tendencia en alza tomó la delantera a los lectores de España, y se potenció con la publicación este año de Balada triste de una dama. En 2016 así había quedado la lista de los lugares de procedencia por orden de donde más me leían entre los diez principales: 1º España, 2º Estados Unidos de América, 3º México, 4º Alemania, 5º Federación Rusa, 6º Argentina, 7º Colombia, 8º Francia, 9º Chile, 10º Perú. Ahora mismo, con ese vuelco mencionado, en 2017 ha cambiado sustancialmente, queda así: 1º Estados Unidos de América, 2º España, 3º México, 4º Alemania, 5º Federación Rusa, 6º Argentina, 7º Francia, 8º Colombia, 9º Chile y 10º Ucrania. Aparte del aumento sorprendente de lectores estadounidenses, que ya el año pasado apunté que estaban en aumento en los últimos meses, nótese también el aumento lento pero sostenido estos últimos años de lectores desde Francia, probablemente por un número creciente de lectores que de vez en cuando se han manifestado por redes sociales, algunos sin que yo les conozca de nada, y que son emigrantes españoles o directamente franceses interesados en algunas cosas que cuento. En todo caso, lo sorprendente es el aumento de los lectores estadounidenses, asociados a esas publicaciones de mis libros, al menos en fechas. Es algo que quizá le pueda servir de dato a quien se dedique a analizar cuestiones de relaciones diversas o de comprensión entre personas de USA-España, o de consumo de Internet, o de otra índole.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, diciembre 25, 2017

NOTICIA 1759ª DESDE EL BAR: RESEÑAS QUE ME HICIERON Y CALENDARIOS QUE OS DOY

Os he dejado calendarios de bolsillo para 2018 en las librerías de Alcalá de Henares Librería Diógenes, Domiduca Libreros, Nothing Hill, papelería Ana, librería Reyes Católicos, librería Cervantes o De Javier, Casa del Libro y alguna otra, si compráis (lo que sea) allí estarán gratuitos para vosotros. Agoté todos mis calendarios, doscientos, ayer, Noche Buena, repartiéndolos en estos establecimientos y a amistades. Es un detalle que os he querido compartir gracias a un diseño y trabajo que le encargué y pagué a Zia Mei, diseñadora autónoma a la que podéis recurrir para cualquier cosa que necesite de diseño o de maquetado gráfico. Ahí están en este calendario mis dos libros publicados, con Editorial Atlantis y Editorial Verbum. Se pueden adquirir los libros en cualquier librería de España o por Internet a cualquier lugar del mundo. Ya en el 2015 había diseñado por mi cuenta un calendario con poemas míos sólo para amistades. Lo cierto es que el calendario es una cierta rareza, porque sólo hay doscientos y porque reune en sí dos libros que están en dos editoriales diferentes. La curiosidad siempre es algo que me ha atraído la atención.

Lo cierto es que hoy, día de Navidad, Emilio Sola, catedrático cervantista y escritor, ha publicado la reseña que le mandé sobre Balada triste de una dama en su Archivo de la Frontera. Cuando me dieron el libro me lo encontré por casualidad en la Librería Domiduca y me hizo ilusión regalarle un ejemplar. Por ninguna otra razón que por regalárselo. No esperaba nada a cambio. Yo tengo cierta admiración por Sola y tengo varios de sus libros, aparte de haber sido alumno suyo sobre la Edad  Moderna. No había más intención al regalárselo que el hecho de regalárselo. Fue él quien aquel mes de septiembre me pidió que le mandara una reseña para Archivo de la Frontera. No esperaba ni era mi intención ese ofrecimiento, pero como lo repitió, busqué a alguien interesado en escribirla. Había un problema: el libro estaba a punto de presentarse, por lo que aún no lo tenía casi nadie. Le escribí yo mismo la reseña ante la imposibilidad de que alguien la pudiera escribir y, siendo honesto, escribí que era el propio autor el que estaba reseñando. Os compartí la reseña que escribí en la Noticia 1739ª, ya que en un principio no parecía que la reseña saliera publicada en la página citada. Esa es la reseña que se ha publicado hoy, casi a finales de diciembre, en Navidad, junto a otra del libro El cocinero de Indias, de Pedro Plasencia. Lo único es que Emilio Sola añadió su propia reseña crítica a la mía. Una reseña que no me deja claro que le haya gustado el libro, más bien pareciera disgustado con cuestiones técnicas de corrección que correspondían a la editorial, aunque me las achaca a mí, o bien acerca de cómo se encuentra redactada la novela. Como quiera que está bien que leáis también la crítica más dura, os comparto los enlaces a las reseñas editadas de mis libros escritas por personas que lo han leído, algunas de esas personas no las conozco. Salvo la de Sola, son críticas positivas, aunque sobreentiendo que la de Sola es constructiva para conmigo, pues también anota lo que él considera algún tipo de acierto. 

  • BALADA TRISTE DE UNA DAMA (ed. Verbum)
RESEÑA en Archivo de la Frontera. AQUÍ.
RESEÑA en Paseando un libro. AQUÍ.
RESEÑA en El observador. AQUÍ.
RESEÑA en El blog literario de Jesús de Matías Batalla. AQUÍ.
  • RELATOS DE LA GRAN GUERRA (ed. Atlantis).
RESEÑA en El blog literario de Jesús de Matías Batalla. AQUÍ.
RESEÑA en Deletrea de Eritrea. AQUÍ.
RESEÑA en El heraldo del caos. AQUÍ.

Ya sé que os escribí ayer, pero no podía evitar compartiros esto. Saludos y que la cerveza os acompañe.

domingo, diciembre 24, 2017

NOTICIA 1758ª DESDE EL BAR: NAVIDAD DE 2017

Pues hemos llegado a Navidad del 2017. Hace un par de días supe que de la convocatoria estatal para ayudante de archivos donde se presentaron algo más de doscientas personas sólo han pasado el primer ejercicio cuarenta y cuatro o cuarenta y tres. De ellas, dos son puestos reservados para discapacitados y otros dos son de promoción interna, por lo que son unas treinta y nueve personas aspirantes a ayudantes de archivos del Estado los que hemos pasado al segundo ejercicio. Sí, he aprobado la primera parte de la oposición. La correspondiente al conocimiento de las leyes, las instituciones y la archivística. No quiere decir que ya lo tenga ganado. Sólo hay veinte plazas y el segundo ejercicio, un supuesto práctico, es tan eliminatorio como el primer ejercicio. Habrá dos pruebas que pasar, las dos ubicadas en los días de la veintena del mes de enero. Pero hemos llegado a Navidad de 2017 y al menos aún estamos aquí. Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, diciembre 18, 2017

NOTICIA 1757ª DESDE EL BAR: BARES PARA LO AQUÍ ESCRITO

Hace tiempo que no escribo de bares y hay quien me lo ha recordado un par de veces. Así que, aprovechando que hace una semana tuve que ir a la lectura de mi examen de oposición, aprovecho para comentarios sobre dos bares de Madrid capital, y luego de algunos de Alcalá de Henares, y como han insistido en que nunca hablo de bares de manera que la crítica sea negativa de manera total, pues adentrémonos en dos de esos casos luego. De momento empiezo con uno de esos bares de Madrid capital que, además, lleva abierto un par de semanas, Oficina 42. se encuentra en la calle Magdalena, nº 42. En realidad cuando yo trabajaba en el Archivo Gráfico de la Filmoteca Española este local era un bar de viejo que tenía un entrañable ambiente de bar de toda la vida con clientela del barrio de toda la vida. Muy digno para estar ubicado donde está. No sé, será cosa de la gentrificación y que parece que se quiere aspirar a un no sé qué de qué sé yo, donde nos las damos de ser algo o al menos de querer que la gente común se esconda debajo de la alfombra, que ahora tiene que venir la gente que es... o sólo parece ser, de otra pasta no común. Yo qué sé. Tiempos modernos a los que parece molestarles las tapas y pinchos de toda la vida y la campechanería de los camareros de siempre. Lo cierto es que tras leer mi examen de oposición entré en el local para ver en qué se había transformado. Lo han reconvertido del todo y es muy moderno... imita de manera muy moderna un falso aspecto de antiguo que antes... no tenía. Es bonito, eso sí, y acogedor, pero no como el otro, que era acogedor familiar, este es acogedor... por intimista, o por tener una barra que hemos visto mil veces en películas norteamericanas. No sé. La cosa es que el bar pretende dar tapas al estilo italiano y bebidas al estilo italiano donde, palabras del dueño, uno se va a tomar algo a la hora del café y termina bebiendo hasta la noche con un algo de estilo de comidas de allí, de Italia, aunque los dueños son unos españoles enamorados de Italia. Bueno, en cualquier hora del vermut alcalaína descubriría que eso ni es estrictamente italiano, ni tiene porqué ser glamouroso. Pero no quiero ser malo. El lugar, aún siendo ligeramente caro para donde está, es acogedor y agradable. Te ponen de pincho algo para comer al bocado y está muy bien elaborado. Exótico, a la italiana, eso sí. Yo tomé cerveza, pero creo que ellos quieren servir más vino que cerveza, pero claro, la clientela mandará, ¿no? Lo que no me termina de convencer es que rompan la clase de bar que hay en esa zona, porque así se empieza y ya se sabe el dicho: de fuera llegarán que de tu casa te echaran. No había en el bar ni uno sólo de los clientes habituales de cierta edad que antes había. Aún con todo, es bastante recomendable.

Otro bar madrileño de esa zona es El 20, en la calle Santa Isabel, nº 20.  Este es un bar de viejo, de barrio, normal y corriente, donde yo desayunaba cuando trabajaba en la Filmoteca Española. Los dueños han cambiado, pero es un matrimonio gallego que ha conservado la forma de hacer las cosas de los anteriores dueños. Eso ha hecho que allí sí hubiera los mismos clientes habituales que ya conocía su cara años atrás. Y esa es la cosa: conservar la esencia del barrio. No es un bar fino, aviso, ni debéis esperar más calidad que la de un bar que cumple con lo que promete: asistir a los vecinos del lugar, que tienen ya cierta edad o que vienen de sus trabajos de albañiles, fontaneros o lo que sea. A mí no me incomoda. 

En Alcalá de Henares toca hablar del Pub Larry's, en la calle Gran Canal, nº 2. Es un clásico. Lleva varias décadas allí, pero quien ya lo conozca verá por la foto que ha cambiado su color verde al color negro y que faltan las enredaderas que salían de los maceteros. La cosa es que su dueño se ha jubilado hace un mes y ha traspasado el bar a un par de jóvenes que ha decidido continuar con el negocio tal como lo dejó el dueño. Total, la clientela está hecha y el modelo de bar que estableció funciona. Es un bar de barrio que atrae a mucha gente de muchos otros barrios. No es un bar obvio en las rutas turistas, así que es un bar más bien de alcalaínos de toda la vida que ya lo conocen con creces. Tapeo y copeo, depende de la hora a la que se vaya, familiar y no tan familiar, depende del horario que se elija. Es agradable y te sientes cómodo. Se echa de menos la mano del antiguo dueño, pero todo el mundo tiene derecho a jubilarse y todo el mundo tiene derecho a emprender proyectos en su vida, como estos chicos nuevos. Les deseo lo mejor. 

La Belga es uno de los descubrimientos que más satisfacción me ha dado tener este mismo mes. Se trata de una gofrería ubicada en la calle Victoria, nº 3, la calle que va a la portada de la catedral de los Santos Niños, en Alcalá de Henares, casi al lado (no al lado) del bar La Ruina. A pesar de ser una gofrería también te dan a elegir tapas, cerveza, jarras... Es barato y aseguro que su café es excelente, pues entré para tomar un café con una amiga que sólo podía tomar leche de soja... ¡y tenían leche de soja! Eso es un acierto para las personas con problemas con la lactosa. Puedes pedirla. La verdad es que la calidad me pareció buena, el trato discreto pero correcto, y el ambiente, eso sí, es más bien íntimo, aunque no tienen apartados. Yo, por su café, volvería, y el precio que vi de sus jarras de cerveza... quizá también hay que volver por una primera ronda. Pero, es una gofrería, claro, no es estrictamente un bar. El ambiente es el que es. Muy contento.

Ahora me toca la desagradable tarea de hablar de bares que no me terminan de convencer. ¿Por qué no suelo hablar de ellos? Porque esto no es una bitácora de crítica de nada concreto. Hablo de lo que me gusta, de lo que no me gusta, pues no suelo hablar. No por nada más. Puede que a otros le gusten. Simplemente. Todo el mundo tiene derecho a hacer sus cosas a su modo, y no tenemos por qué coincidir en que nos guste el modo. No hay ninguna otra razón. Pero ya que me han insistido para que mencione alguno, alguno mencionaré, eso sí: aclarando que mi opinión es sólo mía, y que a cualquier otro le puede encantar estos sitios. En este caso referiré al Garnacha, en la Plaza de los Santos Niños. Desde que lo abrieron hace años he ido varias veces. No me disgusta. Subrayo: no me disgusta. Pero sí que es cierto que cada vez que he ido, y he ido muchas, aunque no sea un cliente habitual, me quedo con cara un poco de tonto cuando veo desfilar tapas para acá y para allá y de mí normalmente se olvidan o bien terminan dándome las más simplonas. No tengo nada con que me den tapas simples, pero sí de que esto sea por sistema mientras desfilan delante de mí las elaboradas para otros clientes. Por ello este bar me produce un sentimiento de "bueno, se puede ir, no me disgusta... pero el servicio que yo he solido recibir allí no me termina de hacer sentir bien atendido o igualmente tratado". Y poco más. No está mal el bar, ya digo, yo seguiré yendo, pero yo seguiré yendo a conciencia de cómo siento recibir el servicio... Y esto escrito no porque me haya ocurrido una o dos veces, si no una gran mayoría de veces de las que yo he ido, pero bueno, puede que sea algo que sólo perciba yo, no sé. En todo caso, ya hablé del bar en 2015, por entonces dije lo que diría hoy también, aquella vez fui más favorable, y mantengo lo que dije, aunque parezca paradójico y es que una cosa no quita la otra, fue en la Noticia 1432ª.

El segundo caso también lo había mencionado ya, fue en la Noticia 1638ª. Se trata de El Gato Verde, en la calle San Felipe Neri con Calle Mayor y casi con Plaza de los Santos Niños. Este fue de los pocos casos que anoté cosas que no me convencían. Tapas bien presentadas pero que me dejaban algo que desear, quizá porque no eran del todo un acierto, o quizá por el abuso del recurso al pan, el salto al ambiente despersonalizado, a pesar de que su negocio antecesor era todo lo contrario, con otros dueños, eso sí, precios altos, un cambio de clientela hacia una abundancia de turistas y otras cuestiones. Aún con todo, he ido varias veces, bastantes veces, sobre todo porque algunos determinados amigos le encuentran gusto a la cosa y les gusta ir. Lo cierto es que últimamente, en lo que va de 2017 y parte del final de 2016, lo que he encontrado es camareras y camareros que se olvidan de servirte la tapa, aunque te la cobran, si tienen el local con abundancia de gente a la que dan preferencia si son grupos grandes, y también, en alguna ocasión, he podido ver a algún camarero en verano contestándole mal a alguna cliente e incluso llegando a discutir por cosas que, lo siento mucho, no llevaba razón el camarero, aunque se comprenda que pueda estar saturado de trabajo. Fue penoso que una de estas escenas ocurriera a principios de este año cuando nos visitó un amigo que se había ido a vivir a Estados Unidos. Él recordaba El Perro Verde, le explicamos que aquello ya no existía, pero quiso ir al Gato Verde para ver qué era ahora el local. Cuando ocurrió lo que ocurrió, con cierto humor dijo: "¿a qué lugares me dejáis venir?", y más tarde, cuando había que pagar, nos sirvió de chiste entre nosotros "casi jugarnos" quién le daría el dinero como si fuera el juego de la ruleta rusa. Bueno, al menos nos sirvió para reír. Pero esto que no pasaría de anécdota puntual, lo he visto ya varias veces, lo de los malos modos en principio varias veces en verano, el resto de las cosas, sobre todo el que se les olvide servirte, lo he visto muchas en todo el año. Bueno, igual que antes: no me disgusta el lugar, iré aún, pero a sabiendas de lo que me encontraré en el servicio, claro. Vosotros, por supuesto, querido Alto Mando del Servicio de Espionaje de Bares, podéis discrepar totalmente de lo aquí escrito.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

sábado, diciembre 16, 2017

NOTICIA 1756ª DESDE EL BAR: EQUATORIA


Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero han vuelto a recibir el encargo de continuar adelante con el personaje de Hugo Pratt, Corto Maltés. La primera vez que lo hicieron fue el año pasado en Bajo el sol de medianoche (2016), que comenté ampliamente en la Noticia 1599ª por ser aquel un regreso muy esperado y delicado, ya que Pratt llevaba varios años muerto sin saberse exactamente si era lícito continuar con su personaje más famoso sin él. Ya por entonces analicé y valoré lo que había supuesto tal regreso y cómo se había producido. Ahora el regreso, a partir del comienzo del otoño de este 2017, pero anunciado largamente desde aquel 2016, es bajo uno de esos capítulos africanos de Corto Maltés. La obra se llama Equatoria, y llegó antes a Francia que a España, aunque en España el diario El País tuvo la exclusiva de publicar una pequeña historia del personaje pintado por Díaz Canales y Pellejero a acuarela, la cual era inédita y fuera de colección. Era muy metafórica y técnicamente resultaba incluso una especie de recurso con mensaje poético. Aquella historia de unas cuatro páginas estaba ambientada en las selvas americanas, se llamaba Cuento chino y fue publicada el 11 de agosto de este año. Se puede ver y leer por aquí.


Cuento chino tenía reminiscencias y guiños a uno de los capítulos caribeños de Corto pintado y guionizado por Pratt. En buena parte, el exceso de guiños a lo ya creado por Pratt era una carga pesada para Bajo el sol de medianoche, como analicé en aquella Noticia 1599ª. En Equatoria algún guiño hay, aunque esta vez se agradece mucho que sean considerablemente menos. Díaz Canales y Pellejero siguen fieles a las lineas y formas que estableció Pratt, si bien no optan por la precisión paisajística y todo lo abandonan a los trazos que invitan a la mente a completar las formas, recurso que no era de Pratt, todo lo contrario. Sin embargo, sí que optan por la claridad de trazos y por las figuras que se crean a través de los juegos de luces y sombras que, en la versión de blanco y negro especialmente, cobran un preciosismo artístico complejo y valioso. 

Díaz Canales y Pellejero han disminuido considerablemente los guiños a viñetas y diálogos ya creados por Pratt, pero no han podido evitar crear un guiño que está inserto de manera vital en la trama que nos presentan: la aparición del teniente Tenton y muchos de los africanos y sus tribus que pueblan Ana de la jungla, la obra de Pratt situada en África justo en el comienzo de la Primera Guerra Mundial y cuya conexión con Corto Maltés hasta la fecha era la de un personaje análogo a él navegando comercialmente por el río y que el propio Tenton aparecerá como militar de nuevo en la Segunda Guerra Mundial en Los escorpiones del desierto asegurando que la última vez que vio a Corto Maltés fue en la Guerra Civil Española. Hugo Pratt había dejado una puerta abierta e inexplicada a una amistad previa entre Corto Maltés y Tenton que no estaba ubicada ni comentada. Tal como dijeron en entrevista Díaz Canales y Pellejero en 2016, la intención de ellos al entrar en la cronología de Corto Maltés no es crear situaciones temporalmente imposibles, ya que Pratt cuidó mucho este aspecto, sino rellenar los huecos biográficos que aún no estaban cubiertos por historias y si era posible dar respuestas a algunas cuestiones, dejando algunos de los misterios de Corto sin resolver. Pues bien, parece que con Equatoria han querido dar respuesta a cómo se conocieron Corto Maltés y Tenton, con lo que el cómic tiene una parte central donde de repente se mezcla la esencia de las aventuras de Corto Maltés en África en Las etiópicas con la esencia de Ana de la jungla y sus tribus aún salvajes conscientes de lo que supone el hombre blanco en sus tierras. Un encuentro jugoso del que yo hubiera esperado un poquito más, pero no obstante interesante como para ser un punto a favor de este nuevo álbum. Quizá más destinado a los seguidores más conocedores del mundo Pratt, que para los lectores ávidos simplemente de aventuras.


Los personajes históricos aparecen de nuevo. Esta vez hay un predominio de personajes femeninos, como la periodista Ida Treat o la hija mestiza de Emín Pachá, Ferida Schnitzer, junto a varones como Tippo Tip, un político noble del Imperio Turco Otomano, un muy joven Winston Churchill, o el escritor Cavafis, entre otros. Todos ellos bajo el halo de un personaje femenino que, como se dice en la Introducción del álbum, es una alegoría de África, su sufrimiento y su libertad, Afra. Lo cierto es que Hugo Pratt tiene en toda su obra una gran cantidad de personajes femeninos con todo tipo de comportamientos. No se puede acusar a la obra de Pratt de machista, ni a Corto Maltés de restarles protagonismo, máxime cuando el personaje está rodeado de una gran cantidad de ellas que, además, marcan su vida y sus decisiones. Sin embargo, Díaz Canales y Pellejero han querido crear el álbum más feminista de todos los álbumes de Corto Maltés, lo que es desentonar un poco con el resto si tenemos en cuenta que el resto de álbumes, precisamente, jamás pecaron precisamente de quitarles protagonismo ni importancia. Quizá atiende más a los tiempos actuales que a la línea creativa, o quizá se quiere sintonizar con una nueva oleada de público femenino, o quizá se ha querido extender a la obra una cierta militancia de concienciación contra el machismo, que como hemos dicho jamás rampó en Corto Maltés. Ni idea. Hay pequeñas escenas un tanto imposibles con la trayectoria anterior del personaje, y bastante imposibles con lo que es el comienzo del siglo XX sociológicamente, pero son muy comunes de introducir en las obras actuales de este siglo XXI como algo verosímil, que no verdadero. En todo caso, no le queda mal, y en cierto modo ahonda en uno de los aspectos de la personalidad libertaria e igualitaria de Corto Maltés.

La historia también toca lo onírico que ya vimos en , esta vez con la isla de Malta y algún otro momento. Esto es algo que se adelanta en la evolución psicológica de Corto, la cual también estaba muy calculada y estudiada por Pratt y que aquí ha sido ligeramente esquivada. Como sea, una de las cosas que más me agradaron de este álbum es la profusión de viñetas alargadas con vistas panorámicas de la acción inserta en un paisaje que, además, divide la escena como narrándonos visualmente el ambiente en el que se produce lo que se nos narra mediante los diálogos escritos. Me parece un acierto total, siempre y cuando sea algo que caracteriza al álbum, pues hasta Pratt practicaba en su estilo determinadas peculiaridades para álbumes concretos, como parte del mensaje total del lenguaje del cómic al servicio de cada historia concreta. Otro acierto es la aparición de piratas durante el viaje marítimo.

La historia se basa en torno a la leyenda medieval del preste Juan, el cual fundó un reino cristiano en algún lugar indeterminado entre África e India, aunque en los siglos XVI y XVII se especuló con que hubiera sido en América o incluso en Oceanía. En su reino había todo tipo de seres maravillosos, tales como unicornios y amazonas, pueblos vírgenes e inocentes salidos del Edén y un gran y maravilloso tesoro en el que había un espejo con el que se podía ver cualquier lugar del mundo. La búsqueda de ese reino perdido se realizó desde la Edad Media por muchos aventureros, especialmente en la Edad Moderna en América. En este caso es Corto Maltés el que sigue la pista del espejo del preste Juan a partir de un posible testimonio conservado en Venecia. Este testimonio debería llevarle a Malta, pero los acontecimientos hacen que su búsqueda le lleve a África. Quizá esto hubiera podido explicar porqué estaba allí en las aventuras de Las etiópicas, las cuales empezaban con él viajando a lomos de camello o dromedario por el desierto del Sahara, pero lo cierto es que esta aventura se cierra con su intento fallido de regresar a Malta. Equatoria fue un territorio del Imperio Turco Otomano entre 1870 y 1922, ubicado en África y dependiente administrativamente de Egipto, que era un protectorado del Imperio Británico. En esta época de la aventura que se nos narra está en marcha la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Ahí se mueve la historia, dentro del África negra y un lago Victoria que nos recordará lejanamente a La Reina de África (John Huston, 1951), pero sobre todo al viaje de Livingstone, gracias a Ferida Schnitzer, ya que ella buscó a su padre por África, uno de los últimos gobernadores turcos de Equatoria. 

Es una buena novela gráfica, aunque quizá hay demasiada prisa para mover a los personajes de un lado a otro, lo que nos deja lagunas grandes. Todo es demasiado rápido en ese sentido. Se agradece cuando se detienen en detallar un acontecimiento varias páginas. Ahí es donde está la esencia de Corto, en ese recreamiento. 

Disfrutadla si la leéis. Yo ya la tengo completando la historia de Corto en mi estantería. Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, diciembre 11, 2017

NOTICIA 1755ª DESDE EL BAR: EL ÚLTIMO JEDI

Este próximo jueves 14 de diciembre estrenarán en el cine Star Wars, el último jedi. Con lo que a mí me gusta esta saga, como ya os conté cuando estrenaron la anterior de esta última trilogía (Noticia 1547ª), no puedo estar menos que impaciente por verla. Aunque si os digo la verdad, Rogue One, el spin off del año pasado, me parece de lo mejorcito de toda la saga respecto a lo que las películas modernas concierne. Todo sea ver qué pasará en la octava entrega, que nos dejará a un capítulo del final de todo esto, aunque aún quede un par más de spin off y otra trilogía que estará ambientada en ese mundillo que han creado, y es que Walt Disney quizá quiere estirar demasiado la producción de su gallina de los huevos de oro, como la de aquella película infantil que rodaron en los años 1960. Como sea, soy seguidor desde niño, me apasiona, y no hace mucho os la analicé incluso desde un punto de vista donde el argumento se entiende a través de una lógica de guerra con gran importancia de los archivos, los archiveros y los documentos (Noticia 1730ª). 

Mark Hamill vuelve a ser Luke Skywalker y no quiero hablar ni pensar en algunos de esos comentarios que se han filtrado por las redes sociales con hipótesis del argumento y hasta del final de la película. Quiero que todo me sea una sorpresa.

Entre tanto he podido disfrutar en la Sala de Exposiciones del Antiguo Hospital de Santa María la Rica, de Alcalá de Henares, una exposición totalmente gratuitas con piezas del mundo Star Wars coleccionadas por el mayor coleccionista de estos objetos en España. Tal exposición estará disponible de ver hasta el día de Reyes, creo, el 5 de enero de 2018. Allí se pueden ver trajes, muñecos a diversas escalas, muñecos antiguos de 1977 y los años 1980 comparados con los actuales de los años 1990 a los años 2010, naves espaciales, escenarios, armas, espadas láser, eletrodomésticos, zapatillas, juegos, cuadros y un largo etcétera de objetos donde, aparte de apasionarte con este mundillo de la ciencia ficción, se puede comprender también lo que es la evolución de la industria de juguetes y la cultura de masas y el entretenimiento entre el último cuarto del siglo XX y el primero del siglo XXI. Con ojos de niño yo volví a ilusiones de otras épocas al ver, incluso, los muñecos en su embalaje original de 1984, me trajeron recuerdos de Navidades pasadas. Con ojos actuales, me ilusioné como un niño igualmente, me estimulé y también tuve espacio para hacer esa comparativa más allá del mundo Star Wars que nos habla de los diferentes modos y las evoluciones industriales del entretenimiento infantil al objeto de culto actual sin dejar de lado a ese mundo de la infancia. Y en ese recorrido se pueden analizar incluso los materiales de fabricación, la clase de objetos, las formas, las articulaciones, la precisión... e incluso compararlos con juguetes de las primeras décadas del siglo XX que se exponen en otra sala aparte, objeto de otra exposición temporal que se exhibe estos días en el mismo espacio cultural.

Star Wars quizá sea la epopeya más épica y duradera que deje la segunda mitad del siglo XX, o quizá el mismo siglo XX en sí, de entre sus ficciones. La verdad es que contiene una serie de aciertos que para los que los conocimos justo al principio, cuando sólo existían los capítulos IV, V y VI, nos parecían mucho más aciertos por su imprecisión, por su falta de respuesta, por sus misterios y sus extraños giros. Luego, en los años 1990 y primeros 2000, los capítulos I, II y III quisieron aportar una gran cantidad de respuestas y explicaciones que nadie les pidió, y en buena parte perdió la gracia, perdió algo del encanto en favor de una suerte de espectáculo que entre los años 1970 y 1980 no se ofrecía de esa forma tan descarada en busca del público fácil. Giros atrevidos como los de El Imperio contraataca hubieran sido imposibles en aquellas nuevas entregas. Ahora los capítulos VII y VIII, presumiblemente también el futuro IX, nos renuevan junto a los spin off la efervescencia de las películas originales, haciendo que las películas se hagan adultas junto a sus seguidores más fieles que aquí seguimos. Curioso que se deban hacer adultas tras haber unido su suerte a una productora de metrajes infantiles y juveniles, pero es que Walt Disney no sólo se haa hecho con Lucas Film, en general se están haciendo con todo el mercado Hollywoodiense, su hambre no deja títere con cabeza, recordemos Pixar, Marvel Movies y sus actuales tentativas de intentar hacerse con la mayor parte de las acciones de Twentieth Century Fox. Da igual, ver batallas galácticas como las de Rogue One, incluyendo su sentido de tragedia griega, o ver como un soldado imperial también sangra como se sangra en toda guerra, tal como vimos en el capítulo VII, humaniza esto a ritmos adultos y de espectáculo circense, como los saltos de Han Solo y Chewacca, a sus edades, por el Halcón Milenario.

Hay un amigo que me ha dicho que él ha montado exposiciones de Star Wars en otras ciudades (trabaja montando exposiciones en museos) mucho más espectaculares. No lo niego. Tal vez. Pero, ¿qué queréis que os diga? A mí pasear por esa entrada escoltado por personajes de la saga me hizo vibrar el corazón. Recuperar mi infancia viendo el paisaje del campamento ewok en muñecos me recordó cuando este estuvo montado en la juguetería de la ferretería desaparecida de la Calle Mayor. Hay algo ahí de mí, hay una fuerza de juventud. Yo la vería y llevaría a verla a mis hijos, que no tengo, o a mis sobrinos, que no tengo. Así que sólo me queda deciros una cosa: carpe diem, aprovechad el momento. Y quien quiera entenderlo, que entienda, porque lo cierto es que el lado oscuro siempre está ahí, y tal como dijeron en el capítulo VII como preludio a lo que será el VIII que veremos a partir del próximo jueves: todos los seres guardan un lado oscuro en sí, hasta Luke. Alimentad el lado brillante de la fuerza.

Saludos y que la cerveza os acompañe.




domingo, diciembre 03, 2017

NOTICIA 1754ª DESDE EL BAR: EN LA MADURACIÓN DEL CAOS

El pasado jueves tuve el gustazo y el placer de recibir de manos del autor el primer libro de Samuel Santos, En la maduración del caos. Uno de los poetas más jóvenes de Alcalá de Henares que contiene en sí una pasión y un amor por la poesía inusual para una persona de su edad. Un amor auténtico por la poesía que hace de sus poemas toda una promesa de futuro, siendo ya en sí una promesa en el presente. Samuel, a quien tuve la suerte de conocer el año pasado en los recitales de El Laboratorio, no ha parado de componer y de recitar, llevando su voz más allá de Alcalá de Henares. Ha participado de multitud de recitales en Madrid capital, donde además pertenece a un colectivo cultural que algo mueve desde la cultura popular a ser escuchados en cualquier ámbito. Samuel, comprometido además con determinadas luchas sociales como son la defensa de los derechos de los animales o el fin de la violencia de género, presentó este libro por primera vez en Madrid dentro de unas jornadas informativas de un movimiento animalista. Van dos presentaciones en la capital y pronto, voz promesa de él, lo presentará en su propia Alcalá de Henares. Quiere que le acompañe en el acto, y trataré de que pueda ser posible por el mucho afecto que le tengo y porque su poesía y su forma de vivirla me llenan de admiración. No obstante, en este libro, su primer libro, Samuel me pidió que le escribiera una introducción, no pude menos que decir un sí, un sí incondicional. También su portada es una colaboración de Andrea Angelina, que se la dibujó expresamente para él

Hay, en principio, cien ejemplares impresos, de los cuales ya se han repartido algunos y otros tantos comienzan a venderse. Ojalá haya reediciones y más libros de Samuel, buena señal del buen rumbo. Publicar un libro en nuestros días, en esta España nuestra, es algo complicado. No me refiero a que lo sea en cuanto a la facilidad o no de que alguna editorial se interese por algo de tu obra. Hoy día hay numerosas editoriales pequeñas que con poco es fácil y accesible publicar con ellos, ya que están interesadas más que en la obra en la cantidad de personas que puede mover un autor o autora desconocido. Cuantas más personas, más ventas, y estas editoriales no aspiran a ser grandes editoriales, sino a ir viviendo, que no es poco y no lo veo mal, pero sí me pone en guardia cuando el ojo se pone en la cantidad de personas que mueve el autor y no en la calidad de su obra, ya que en ese presupuesto se van las promociones y desaparecen, lo que me parece un error garrafal y una falta de respeto al libro y al autor. Publicar con una gran editorial sí es más complicado. Quieren nombres conocidos o premios asegurados, como ya analicé y os expliqué en la Noticia 1699ª. Es el problema, en ambos casos, de cuando los editores tienen más amor al negocio que al libro, perdiendo un necesario equilibrio entre ambas cosas. Pocas son las editoriales que mantienen ese equilibrio y aman al libro y cuidan al autor, apostando realmente por ellos con todas las implicaciones, me atrevería a meter la mano en el fuego por Domiduca, Voläpuk y el Garage, por poner un ejemplo. 

Publicar libros hoy día es complicado, más si los libros son de poesía. España es uno de los países que más libros edita al año, pero también es uno de los países occidentales donde sus ciudadanos optan por no leer. Curioso, pero cierto. Publicar un libro de poesía es un acto de locura maravillosa, pero en el mundo donde se vive de comer y no sólo de las palabras, publicar un libro de poesía supone alcanzar una cima montañosa que era y es casi impenetrable, inescalabre, y lograda la meta, la tirada es corta, si hay reedición es extraño pero maravilloso. Lo malo de esto es que la ausencia de un público mayoritario de lectores-compradores de libros de poesía, hace que los editores de poesía apuesten sólo a caballo ganador de entre los autores que saben que no van a vender mucho o tanto como los prosistas, o sea: apuestan por los poetas que creen que tendrán gran tirada de ventas dentro de las pocas ventas. Eso reduce mucho las opciones y el mercado. Si le unimos a que el autor gana de cada venta entre un 8% y un 10% del precio del libro una vez restado el impuesto del IVA (4% del total), y que además hay algunos editores que les da por mutilar las obras de los autores convencidos de llevar más razón que el autor sobre la propia obra que escribió el autor, pues resulta que hay numerosas personas que escriben poesía que optan por la autoedición, financiarse a sí mismo. Yo mismo no descarto esta opción algún día para alguno de mis libros de poesía, que es de lo que más producción tengo y de donde más negativas he recibido en las editoriales, a pesar de que mis recitales se llenan de gente. Para mí, en este sentido, me parecen ejemplares los casos alcalaínos de Enrique Sabaté en alguna de sus publicaciones, otras se las editaron por editorial, y Antonio eMe. Para mí, en este aspecto, son una referencia. No sólo por el aspecto económico, a fin de cuentas los que escribimos también tenemos facturas, sino porque es un acto de generosidad para con el público lector poder compartir tu obra y tal como tú la concibes en libro. Sin interferencia ni mutilación. Además, hoy día, gracias a las nuevas tecnologías, se pueden abaratar costes, por tanto precio de venta, y se puede colocar el libro en cualquier lugar del mundo gracias a su venta directa por Internet. Obviamente, en estos casos, son las librerías más cercanas al autor las que lo tienen más fácil para vender la obra, pero eso, que alguno pensara que limita, en realidad ya ocurre de hecho con los libros de las editoriales pequeñas, en ese aspecto no cambia mucho el panorama.

Samuel Santos ha autopublicado su libro gracias a una campaña de microfinancación precisamente gracias a las nuevas tecnologías, en la que yo mismo participé dando dinero. Me pareció que merecía la pena ayudarle. No me equivoqué. 

La cuestión es que el pasado mes de agosto el suplemento Babelia, de El País, publicó un artículo llamado El mejor país para ser escritor, en el cual se hablaba de los problemas de ser escritor en España hablando precisamente de Noruega, que es el país en el que un escritor puede vivir de ser escritor. Envidia dan. Empezamos por el mero hecho de que su población tienen a la cultura muy altamente valorada, y a través de ello, tienen respeto y reconocimiento por las personas que son creadoras y creativas. Respeto social y respeto económico. Por lo que se lee, hasta admiración auténtica. Al creador por ser creador, no por si da o no da dinero. Noruega sabe que su riqueza cultural es una de sus mayores riquezas y que cuidarla promueve una sociedad que produce una forma de vida que se traduce en riqueza económica y humana. En Noruega existe becas-sueldos de 25.000 € anuales para las personas que se dedican a escribir libros. Fomentan pues que las personas con capacidades creativas literarias puedan ejercer y vivir de ello. La cosa mejora a través de la Norwegian Literature Abroad (Norla) que aumenta las ayudas económicas si un libro de autor noruego se traduce a otros idiomas y ayuda así a exportar cultura noruega y promover la economía del país ya sea con los libros, con los productos derivados de este y, también, con los viajes de aquellos que van a Noruega atraídos precisamente con esa cultura que genera. Además, algo que no ocurre en España, cuando un noruego publica un libro, el Estado compra ejemplares para que estén disponibles sus ejemplares en sus bibliotecas públicas que (oh, sorpresa para España) se usan de manera frecuente y habitual por todos sus ciudadanos. Cuando los libros se prestan en las bibliotecas, su Ministerio de Hacienda es meticulosamente escrupuloso para que le den a los autores el porcentaje que les corresponde por préstamo en derechos de autor. En España este concepto teóricamente también existe, pero no se cumple. No hay inspecciones ni inspectores que acudan a las bibliotecas españolas para registrar los libros prestados y su número de préstamos, por lo que los autores jamás ven pagados sus derechos de autor por parte de la administración. No hay tampoco en España una política de compra de libros de autores españoles para sus bibliotecas, aunque la Biblioteca Nacional y las regionales guardan un ejemplar de conservación. En Alcalá de Henares en concreto, que siempre airea que quiere ser conocida por la Cultura, no hay ni censo, ni compra de autores alcalaínos, ni pasados ni actuales. Está el más conocido, Cervantes, sempiterno Cervantes, pero no hay ni interés ni intención de cuidar para nada a ninguno de sus demás autores, mucho menos a los actuales, y no somos pocos los que publicamos libros y vivimos en esta ciudad. Los míos se pueden encontrar porque yo mismo los doné (aún me queda donar el más reciente), pero lo cierto es que, según me dijo una de las personas que trabajan en bibliotecas municipales alcalaínas a modo confidencia, en Alcalá no sólo no existe esa política y ese cuidado cultural a sus autores, además es posible que jamás lleguen sus libros al menos que el autor los done, porque cuando se realizan peticiones para obtener nuevos libros no es la primera vez que el ayuntamiento no atiende la compra de libros de editoriales pequeñas, que es donde publicamos casi todos los autores alcalaínos, mucho menos atiende a las autoediciones, sólo compra a editoriales grandes, por lo que siempre se obtiene los libros de los autores ya consagrados que no tienen por que ver nada con Alcalá, aunque sea necesario e importante tenerles disponibles también. Así, difícilmente se puede hablar de una política cultural comprometida realmente con la ciudad. Pero claro, cuando se habla de Cultura en Alcalá hace años que creo que se confunde con Turismo, y eso es otra cosa.

Noruega, Suecia y Dinamarca, además, reconocen los derechos de cotización y de pensión de sus autores, que están en entredicho en España. Y en fin, hay en general más facilidades en esos países, creando así una auténtica política responsable y comprometida con la Cultura, mientras en España la Cultura se da porque aún hay quienes estamos interesados en crear aunque a menudo nos suponga perder dinero o tener que buscarse la vida por otros cauces paralelos que roban tiempo a la creatividad y a la producción creativa. Paralelamente se crea una red de creadores que además optan por crear en Internet, y lo hacen tan precariamente y a menudo de manera gratuita, como por ejemplo yo en esta misma bitácora, que como dijo Remedios Zafra, escritora, se está fomentando el nacimiento del proletariado de la Red, el proletariado de Internet que escribe gratis o por muy poco, simplemente por estar convencidos de que contribuyen en algo a la sociedad haciéndolo así. Y en ese sentido entra de lleno Samuel Santos y su generosidad y valentía para autopublicar su primer libro de poesía, una poesía que hemos escuchado en recitales pero que hemos conocido primero a través de publicaciones que hace él en sus redes sociales de Internet. Es el sino de los tiempos. Lo que ayuda a difundir, ayuda también en otros sentidos a lo negativo y a lo positivo. El tema es complejo, no me adentraré en él para no despistar el tema central de hoy.

Samuel Santos es humilde, no es arrogante, hace lo que tiene que hacer con silencio, sin autobombo, y lo hace con amor y precisión, alza la voz sólo para alzar la poesía.

En la maduración del caos hay un comienzo de algo que necesita organizarse desde su caos inicial. ya leí una parte del libro que me dejó Samuel para poder escribir la introducción. Me siento afortunado de haber tenido esa primicia que guardé en silencio a la espera de la salida del libro. Ahora me leeré el libro completo con la reflexión debida, saboreándolo. Será un placer, como todo acto de leer a Samuel. Una voz joven, una voz prometedora. Y para mí, un ejemplo más a seguir en cuanto a la idea del poeta que toma las riendas de su propia obra y su edición. De otro modo, no podría llegar al lector. Este compañero ha sacado adelante con humildad este libro de poemas que son una buena promesa de la salud de la poesía alcalaína.

Saludos y que la cerveza os acompañe.