jueves, febrero 25, 2021

NOTICIA 2032ª DESDE EL BAR: EL ÁRBOL Y EL BOSQUE

El mercado laboral está tan o más parado que los propios parados. Buscar ofertas de empleo en Alcalá de Henares es directamente no encontrarlas más que de un sector muy determinado (y precario) y aún así estas mismas pueden sufrir varios días, a veces más de una semana, en recibir actualizaciones y nuevas ofertas. Aún con todo, el panorama empeora si buscas empleo en los municipios rumbo a Guadalajara desde Alcalá, o rumbo a Madrid desde Alcalá. No es un panorama halagüeño. De mi sector de archivos, incluso con incursiones a bibliotecas, y buscando como licenciado de Historia con CAP como profesor de secundaria, abriendo el abanico a más asignaturas, ya está por mi parte más que solicitado en todo sitio posible desde el mismo momento que regresé al paro en noviembre pasado. En algún sitio hasta les he mandado el CV un par de veces. En Madrid capital tampoco hay nada de todo esto. Los trabajos ultraprecarios de otros sectores no rentan económicamente tampoco si te sales de Alcalá o de un par de municipios más allá. Las bolsas de empleo de determinadas empresas de otros sectores ya tienen mi CV desde hace más de un mes, he actualizado datos en las bolsas de empleo de la Comunidad de Madrid y del ayuntamiento de Alcalá, y también en las plataformas de búsqueda de empleo. He explorado solicitudes de empleo en campos muy diferentes a los míos, algunos cercanos a mis experiencias y conocimientos y otros más propios a cuando eres adolescente y no tienes experiencia por lo que las condiciones son... digamos que ultramejorables. Pero la cosa es que no se mueve nada. No hay empleo, o al menos no parece que se mueva el mercado laboral ni para que recursos humanos te mande un correo electrónico con un acuse de recibo de tu CV en sus bases de datos.  

Pienso sobre si la crisis económica de la Covid-19 tiene que ver con esa inmovilidad del mercado de trabajo, entre otros muchos problemas que analizar, como que Alcalá de Henares haya apostado todo al turismo hace mucho tiempo (fomentando el empleo de camarero fundamentalmente, no otros empleos del turismo, ni siquiera de la cultura). Evidentemente, tal como nos dicen las estadísticas y datos que se vienen dando desde marzo de 2020, la pandemia ha provocado unos cierres de negocios, una disminución del consumo, del ritmo de vida y de uso de servicios (que tiene que ver mucho con la gente que opta por quedarse en casa únicamente), por no hablar de los empresarios que ya no necesitan trabajadores porque los ingresos no les da para tenerlos (o eso dicen), o de aquellos que ya de por sí tienen trabajadores en ERTE, porque de necesitar a alguien para trabajar solo tienen que acabar con el ERTE de sus trabajadores, no necesitan contratos nuevos.

Mi sector principal es el de archivos, aunque lo cierto es que en mi trayectoria hay otros empleos y trabajos no relacionados, así como actividades no laborales que por sí mismas podrían ser un conjunto interesante como experiencia para acceder a algunos trabajos (véase la escritura, por ejemplo, para estar en prensa, o la investigación para  asesorar o documentar). El sector archivos está algo parado, la verdad es que siempre estuvo muy parado y muy limitado, muy ninguneado y despreciado, aunque luego su actividad es mucho más que requerida y necesaria para el funcionamiento administrativo y cultural. La precariedad y el paro es endémico y muchas veces somos trabajadores contratados por empresas de archivos que ganan concursos de proyectos que sacan las administraciones generalmente con el remanente de los presupuestos anuales, que desean gastar para que en los siguientes presupuestos les asignen como mínimo la misma cantidad económica para sus labores en general. Desde la reforma administrativa de Rajoy en 2012 estos concursos se otorgan a los que ofrezcan los precios más bajos, en consecuencia muchas empresas bajan su precio por el trabajo a realizar rebajando los sueldos de las personas a las que contratan, cosa evidente pero que la administración, en cualquiera de sus niveles estatales, hace como que no sabe y se lava las manos en un "pío, pío, que yo no he sido". Esas rebajas de sueldos también se ha traducido en ver quien ofreció la mayor cantidad de trabajo en menos tiempo. Así se ofrece: más trabajo, en menos tiempo por poco dinero. No hay que decir lo que supone esto para los archiveros y las archiveras (archiveras sería más propio de decir, porque en general predominan más mujeres que hombres en estas empresas, yo soy minoría como hombre en este caso, otra cosa diferente es si hay más archiveras o archiveros como funcionarios e interinos de la administración). Sumemos que los contratos no son renovables, duran lo que dura el proyecto ofertado y contratado. Y no hay garantía de que una empresa para la que has trabajado bien te reenganche inmediatamente en otro proyecto, esto no suele ocurrir, a pesar de que sueles trabajar al final con unas mismas empresas a lo largo del tiempo. El mercado es cainita entre ellas, las empresas, y es de mercenarios entre nosotras, las archiveras. En un limbo del Olimpo sobre este panorama están los funcionarios, que reconocen tu labor necesaria y la reclaman y te tratan de igual a igual en cuanto ven que conoces tu oficio como ellos, pero cuya voz no es más que una voz de palmada en el hombro, no mueven nada para consolidar o mejorar puestos de trabajo, ya tienen el suyo. Yo he vivido el caso de sacar adelante oposiciones en su fase de teórico y llegar a la fase de práctico, hacer lo que he hecho en más de trece años de archivero y que el tribunal te suspenda a pesar de que en esos tribunales estén funcionarios que conoces y te han felicitado por tu trabajo en cada uno de los diversos proyectos de su archivo respectivo en los que has coincidido.

En fin, esta semana pasada al menos, desde que me hurtaron el sombrero y la cartera y me compré otros, he podido visitar al fin la Casa de los Grifos, en Complutum, pues ya es la visita gratuita y sin necesidad de pedir entrada en la Plaza de Cervantes, fui con una amiga, una amiga de mi madre me regaló un plato de potaje que estaba muy bien hecho, con una cocción de muchas horas, un amigo dueño de bar me regaló una cerveza, otro amigo vino hasta mi casa para regalarme la segunda edición de un libro suyo al que le incluyó dos fotos mías, y otro amigo y su pareja me regaló un disco de Rozalén, que es una cantante que yo infravaloraba vergonzosamente mucho hasta que la redescubrí durante el confinamiento de 2020 y me parece de lo mejor que hay en cantautores ahora mismo en España, de hecho me dieron su álbum más reciente, que es el cuarto, y cuando tenga ingresos de nuevo, algún día futuro, quisiera comprarme el tercero. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

lunes, febrero 22, 2021

NOTICIA 2031ª DESDE EL BAR: ANTE UN 23F OXIDADO

Estamos ante el cuarenta aniversario del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 (23F). No fue el único complot para acabar con el orden democrático y constitucional de la monarquía parlamentaria nacida con la Constitución de 1978.Todavía en 1985, de manera discreta hasta el punto que mucha gente hoy día o lo ha olvidado o lo desconoce, se desactivaba otro de aquellos complots dentro de los cuarteles y que contaba con asesinar al presidente del gobierno, al vicepresidente y al Ministro de Defensa. Aquel se considera el último, a pesar de que han habido discursos que podrían entenderse dentro de una clave proclive al golpismo como el del general Mena en la Pascua militar de enero de 2006, diversos comentarios a raíz de los sucesos secesionistas en Cataluña en 2017 o el más reciente de militares retirados que en diciembre de 2020 reflexionaban incluso sobre el fusilamiento de veintiséis millones de españoles (Noticia 2008ª), tal mensaje fue contestado por la Ministra de Defensa, Margarita Robles, en la Pascua militar de este año 2021, si bien había sectores de la población que esperaban que esa contestación en defensa del orden actual viniera en ese mismo acto de boca del propio rey Felipe VI. 

El que se produjo el 23F es el más recordado por ser el que más lejos llegó en sus intenciones y el que tuvo más posibilidades, aunque se quedó en nada según transcurría la noche del día 23 al 24 de febrero. Contaba con tres protagonistas en principio aparentemente difícil de encajar entre sí, el teniente coronel de la guardia civil Antonio Tejero, que entró en el Congreso reteniendo al gobierno en plena votación de investidura del nuevo presidente, Calvo-Sotelo, el general Milans dels Bosch, que sacó los tanques por las calles de Valencia, y el general Armada, considerado el cerebro de todo aquello. Tejero era antidemócrata y antimonárquico, Milans era antidemócrata, pero era muy monárquico, Armada estaba muy próximo e involucrado con la casa del rey Juan Carlos I y trató de mediar una postura intermedia entre los participantes. Queda en esas horas la toma de los estudios de Televisión Española, lo que hace que la gran mayoría de los españoles sigan el intento del golpe por la radio. Quedaba la incógnita en esas horas de cuál era la postura de Juan Carlos I, ya que los golpistas de Tejero proclamaron actuar en nombre del rey. A pesar de que en años posteriores se ha querido relacionar todos estos asuntos a la inquietud por los atentados de ETA entre las fuerzas del orden más reaccionarias, lo cierto es que los golpistas, especialmente Tejero, eran fuertemente anticomunistas y descontentos con la legalización del PCE en 1977, así que les unía la nostalgia por el régimen dictatorial del general Franco, desmantelado entre su muerte en 1975 y la Constitución de 1978. La implicación del general Armada sembraba muchas dudas del origen y fondo del golpe. Al final, como es conocido, el rey Juan Carlos I apareció en un mensaje televisado apoyando la Constitución de 1978 y condenando el golpe, la calle ya se había posicionado en parte frente al Congreso, pese al toque de queda, y aunque no hay constancia televisiva, numerosos testigos oculares aseguran que hubo quien acudía con banderas republicanas. Parte del ejército y la policía se negaba además a volver atrás, el Congreso estaba rodeado. El posicionamiento del rey con la Constitución fue decisivo para el fracaso del 23F. Dentro de todo esto, hay numerosas lagunas y profundos desconocimientos, secretos con documentos jamás desclasificados y personas que callaron y murieron sin hablar, documentos destruidos por posibles militares que podrían haber simpatizado con unirse a Armada antes de la comparecencia del rey, etcétera. Todo ello hace que algunos historiadores profesionales, ya no solo aficionados, algunos periodistas, algunos políticos, etcétera, barajen hipótesis o crean tener testimonios que avalan una reconstrucción de los hechos alternativa a la historia oficial, la cual quedó asentada no tanto por los historiadores profesionales, sino por las sentencias judiciales de los procesos posteriores. 

La simpatía que despertó Juan Carlos I en amplios sectores de la población, la desactivación de posteriores complots hasta 1985, el discurso único de los hechos, la entronización heroica de los políticos raptados en el Congreso con sus gestos y frases entre ellos (el más popular el de Gutiérrez Mellado negándose a echarse al suelo), incluso cierto discurso de reconciliación de la derecha y la izquierda dentro de una gesta democrática identificada en aquel tabaco que compartieron el exministro de Franco y líder de Alianza Popular, Fraga, y el Secretario General del PCE, Carrillo, se unieron a un deseo general de los españoles de no volver políticamente hacia atrás. Los años de la década de 1980 aceptaron unánimemente el discurso oficial histórico de aquellos hechos recientes. Tendríamos que ir hacia finales de la década de 1990 y comienzos de la década de 2000 para que comience a escucharse voces de historiadores que creen que ya se puede revisar algunos de los relatos de cómo se produjo realmente la Transición más allá de protagonismos unipersonales en las figuras de Adolfo Suárez, Juan Carlos I, Fraga, Santiago Carrillo, Felipe González y, efectivamente: Tejero. Coincide esto con la llegada a las universidades tanto de jóvenes profesores como de nuevos alumnos cuyos sucesos de 1981, habiéndolos vivido de niños o bebés, les queda mentalmente algo más relativos y lejos que a quienes los vivieron de una manera adulta plena, ya no hablamos de lo que previamente había, la dictadura. Pero es en la década de 2010, entre veinticinco y treinta años después de la Transición, cuando desde la profesionalidad de la Historia se quiere poder ahondar estos temas siguiendo las ciencias humanas, a pesar de que no faltan aficionados, incendiarios y paranoicos de la conspiración perpetua, a todos ellos se les ha unido en lo poco que va de década de 2020 los intereses políticos que visten de Historia argumentaciones que en realidad son utilizaciones políticas a conveniencia de según quien argumente. El historiador profesional normalmente no es escuchado o de ser escuchado es vilipendiado y cuestionado. Una vez más, en todos estos asuntos de la Historia lo que menos importa parece ser es la voz del historiador profesional, llegando al punto que incluso un dibujante de cómic, un cantante, un actor o un novelista parece mucho más valorado que la investigación histórica y la reflexión de análisis del historiador.

La prensa estatal ya ha comenzado a publicar sus reportajes y artículos sobre este cuarenta aniversario, si bien será mañana cuando se explayen seguramente. No obstante, el 23F es el gran simbolismo de la Transición, ya que ante el intento de involución a la dictadura, el gobierno en pleno se puso de lado de la democracia, poco se dice que una gran mayoría de la población española ese paso lo había dado ya desde hacía mucho tiempo antes. Es ahí donde los historiadores actuales queremos indagar más y explicar más, pero es ahí donde políticos y periodistas enturbian, cuestionan y manipulan muchas de las reflexiones y estudios si no cuadra con su versión oficial. Cualquiera que lea y siga a historiadores de profesión sabe que no estoy hablando de teorías de la conspiración, ni de reflexiones grandilocuentes sobre los grandes nombres del momento, ya que la Historia, generalmente, tiende a buscar en cosas menos llamativas pero más explicativas, como todo lo que tiene que ver con la evolución social, lo que es más aburrido que hablar de extraños complots ultra secretos, pero es más útil para entender la realidad de los sucesos. Los historiadores de profesión no estamos sobre la mesa en estos debates, no solemos estarlo, de hecho somos molestos, estropean los discursos de los que sí quieren alentar blanco y negro y grandes titulares que vendan noticias. 

De cara a la sociedad en general tampoco estamos en la mesa los historiadores, eternamente cuestionados. La sociedad en general mayoritariamente vivió aquellos sucesos ya con una edad o con otra, y mayoritariamente se ha alimentado del relato oficial de las décadas de 1980 y 1990, y como ese relato está interiorizado y cuadra con lo más o menos vivido personalmente por cada uno, es una realidad inamovible y reacia a escuchar otras realidades que también ocurrían en aquellos momentos, a pesar de que no ocurriera en tu propia casa. Es muy difícil realizar la tarea del historiador, más aún si además hay documentos clasificados y voces calladas. Pero los análisis se pueden hacer y sí hay perspectivas para poder asegurar que la versión oficial de la Transición se cumple en varias de sus partes, pero no exactamente como se ha contado, y tiene otras partes donde realmente no es lo que se dijo. Sin embargo, hablar de esto es delicado y siempre conflictivo. Existe interés mediático y político para que exista un relato único en pleno año 2021, en 1999 esto no era tan monolítico.

Ayer domingo 21, el diario El País, por ejemplo, le dedicaba tres páginas al 23F. El reportaje principal volvía a narrar por enésima vez las anécdotas de camaradería entre políticos de diferente ideología mientras estuvieron retenidos y anécdotas de la chulería y frases de los golpistas. El siguiente reportaje se centraba en las treinta y nueve cajas de bebidas y trescientas setenta y cuatro botellas que los golpistas se bebieron en el bar del Congreso. El tercer reportaje lo firmaba el historiador Juan Francisco Fuentes y era una condena total a todo intento de indagar o hablar desde la Historia de otros análisis realizados sobre los hechos del 23F que se alejan de la versión oficial. Señalaba como culpables a Unidas Podemos, el PNV, los catalanistas y a la extrema derecha, lo que particularmente me parece más una utilización política propia de 2021 que un análisis que reflexione de Historia propiamente. Me parece más interesante que Tebeosfera, en su sección de revista, haya publicado un interesante número dedicado a indagar sobre todo el humor gráfico que se publicó en aquel 1981 burlándose de aquel golpe de Estado fallido. Me parece mucho más explicativo y mucho más útil y novedoso sobre el asunto. Sobre todo mucho más útil para comprender un aspecto más social de cómo se vivió aquello y cómo pudo ocurrir en lo que sería las mentalidades de la época, aunque aquellas viñetas se hicieran a toro pasado. Se puede leer por aquí

El 23F se presenta este 2021 algo oxidado, pero no por este estado de la cuestión tanto en la Historia como en el mundo político y social, periodístico incluido. Se presenta algo oxidado porque el relato oficial que los periódicos este año se apresuran a apuntalar y sostener una vez más sigue encumbrando a Juan Carlos I como el gran protagonista. Para hacerlo atacan incluso a los que creen en teorías de la conspiración, como si esas teorías fueran el principal problema. De hecho no lo son, pero los medios de comunicación logran desviar el foco de la atención a esas teorías, de paso las cargan a lomos de los políticos que creen que puede ser útil cargarles ese peso, a sabiendas de que mayoritariamente la sociedad española solo atiende a la versión oficial no revisada de manera profesional. En otras palabras, hay cargas pesadas que pueden ayudar a determinados intereses para que la gente se aleje o tome posturas más contrarias frente a los oponentes de aquellos que tienen lo que he llamado determinados intereses. No ahondaré en esto, me autocensuro, aparte de que deseo agilizar el argumento y creo que quien quiere entender tiene sus propios medios de reflexión y de comprensión para crear su opinión sobre qué intereses pudieran ser.

Desvían el foco de atención bien focalizando este año el punto de mira contra las teorías de la conspiración, porque en el fondo la realidad más sostenible del óxido del relato oficial es que Juan Carlos I se ve envuelto en una serie de investigaciones y rumores sobre presuntos actos ilícitos con el dinero, presunta corrupción, así como comportamientos personales que si bien debieran caer en su ámbito personal chocan de pleno con esa ejemplaridad que siempre se nos dio de él para todos, y no me refiero tanto a si tenía o no tenía una amante, como a su propia equivocación reconocida de ir de safari para cazar elefantes en África y además en plena crisis económica en España, por poner un ejemplo. Más allá de Juan Carlos I, la propia Casa Real quedaría perjudicada en ese óxido en estos momentos ante por ejemplo la semana que llevamos de disturbios a causa de la condena de un cantante de rap, Hasél, que cantó contra la monarquía y contra Juan Carlos I (aunque su condena en realidad es por varias otras cosas y actos). La identificación de Juan Carlos I como freno del 23F es una identificación de la monarquía como garante de democracia desde el mismo momento que los golpistas dijeron obrar en nombre del rey y el rey lo negó al posicionarse con la Constitución. La monarquía quedaría así doblemente refrendada por la sociedad, primero con el referéndum constitucional de 1978, aunque no lo hubo para elegir entre monarquía o república, así como en 1977 los partidos republicanos se legalizaron con posterioridad a las elecciones generales, y segundamente refrendada por ganarse a todos los españoles demócratas al ponerse de su lado el 23F. Ahora bien, en 2021 no solo está cuestionada la figura personal de Juan Carlos I, y con él la monarquía en parte, la monarquía en sí queda cuestionada por aquel proceso de Hasél, al que se ha sumado el recuerdo de otros procesos polémicos de límites a la libertad de expresión, como fue el de otro rapero, Valtonyc, la revista humorística El Jueves, la otra revista humorística Mongolia, o si nos alejamos en el tiempo incluso Pedro Ruiz en televisión (aunque recientemente un rotulista de Televisión Española también ha sido despedido por escribir un rótulo desafortunado sobre que la princesa de Asturias se vaya a estudiar fuera de España). Pero es más serio todavía cuando una parte de Cataluña no olvida las palabras de Felipe VI en 2017, o cuando ante los comentarios golpistas de militares en 2020 Felipe VI no haya sido él mismo quien hable en contra o que ante las presuntas corrupciones o actos dudables de su padre Juan Carlos I no haya tomado medidas contundentes y ejemplarizantes para el resto de la Casa Real. 

Todos estos asuntos de la monarquía española en 2021 hacen que haya mucha gente que tomen distancia sobre la versión oficial del 23F. Se distancian sobre todo los nacidos a partir de 1981, por poner un año de referencia, en realidad podríamos decir a partir de 1985 por poner una fecha simbólica que implique incluso tomar conciencia del mundo en unos colegios cuyos profesores van tomando frialdad del tiempo respecto al cercano 23F de 1981. Los nacidos en 1985 tendrían 5 años en 1990 y para entender estos temas, aunque sea en lo básico pongamos por edad muy temprana los 10, que sería 1995, o los 15, que sería el 2000. Hay distancia temporal y emocional. Más aún, las generaciones nacidas a partir de ese año 2000 apenas cuentan tampoco con recuerdos del reinado de Juan Carlos I, por lo que les parece más complejo comprender el significado de su nombre ligado al 23F dentro de aquel relato oficial. 

El relato oficial del 23F en 2021 parece oxidado. Ayudaría a resolver esto que se dejara libertad a los historiadores de profesión, sin presiones ni cuestionamientos, para que hicieran su trabajo y sus reflexiones, y que además no haya arribistas, políticos, periodistas, aficionados y cuñados dispuestos al cuestionamiento y a la descalificación por no ser complacidos en el recuerdo de sus lugares comunes. Una renovación y amplitud de visiones, que no una validación de la teoría de la conspiración constante por el mero hecho de la sospecha eterna, podría ayudar a acercar los momentos clave de consolidación de la democracia a todas las edades de nuestra sociedad, ayudar a su comprensión, digo. Luego ya que cada cual sea monárquico o republicano que quede en el ámbito de lo que cada cual considere mejor para todos en sociedad. 

Hoy por hoy, sinceramente, repasando algunos de los reportajes del 23F que se han publicado, se me asemeja que se ahondan cada vez más las diferencias generacionales. Los relatos de hace cuarenta años son válidos, pero faltan voces y hay que incorporarlas, las voces de la sociedad del momento.  Es en esas voces donde puede que se logre comprender mejor algunos porqués por parte de las generaciones que ni siquiera vivieron como niños en los colegios los años inmediatamente posteriores.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

martes, febrero 16, 2021

NOTICIA 2030ª DESDE EL BAR: ME ROBARON EL SOMBRERO

El domingo 14 de febrero por la tarde-noche me robaron mi sombrero en el bar La Panadería, de la Calle Mayor. Si alguien lo ve, por favor, quiero recuperarlo. No descarto que esa persona sea vista en el centro ciudad, ya que me lo quitó en un bar de rock del centro ciudad. Y no me vale aquello de que a lo mejor esa persona iba borracho/a, yo también bebo y no me voy llevándome las cosas de otras personas. Este sombrero lo tengo desde hace años, no es gran cosa, pero le tengo cariño.

Cuando me di cuenta del robo era ya las 21:00 y por las restricciones anti Covid-19 y el toque de queda de las 22:00 el camarero debió creer que estaba de broma y no me dejó explicarme, bajó el cierre. Es amigo, entiendo que creyera que estaba de broma. Como sea, ya contacté al día siguiente con el dueño y los camareros a través de él para explicarles lo sucedido, así como puse la foto y la explicación en redes sociales por si alguien lo ve para que me ayude a recuperarlo. Ya sé que si revisaban el bar no iban a encontrar nada... porque no me lo olvidé, ni lo perdí. Simplemente lo robaron. Tenía el gorro controlado aunque estuviera en una silla, pero no puedes estar permanentemente mirando una silla. La cosa es si esa persona entra con el sombrero o si se acuerdan los camareros de quien estuvo más o menos a mitad de pasillo, que era donde estaba la silla, poder decirme algo... si volviera con el sombrero, por supuesto: recuperarlo. Hay algunas personas que opinan que quizá se trató de un gracioso o graciosa que quiso hacer la gracia sin gracia y lo quitó y se lo llevó sin más por esa razón. Si la persona que se lo llevó lee esto, le pediría que lo devuelva, me da igual la excusa que ponga para lavarse más o menos las manos, yo lo que quiero es recuperar mi sombrero.
 
Con esto de la Covid-19 poner el sombrero en el gancho de debajo de la barra es un conflicto, porque ya lo hice una vez y como La Panadería por fuerza de la normativa tiene una valla que divide el pasillo, la gente pasa al lado de la barra como si la valla indicara un camino de dos direcciones, tiraban el sombrero y tenía que agacharme a por el sombrero cada dos por tres, por eso lo suelo dejar en una silla con mi abrigo, abrigo del que por cierto que cuando ayer me fui a comprarme otro sombrero me puse ese abrigo y descubrí que también me habían quitado una carterita que llevaba en el bolsillo interior. Me ha salido muy caro ir a la Panadería, pero en fin. Desde que empezó las navidades de 2020 hasta ahora febrero de 2021 he reducido mucho mis salidas, sobre todo por el desempleo y para una vez que salgo y visito a dueños de bar amigos es un fastidio (por decirlo suave) que pasen estas cosas. Además, en plenos problemas de la hostelería por las medidas contra la pandemia, que además existan personas que se dediquen a hacer estas cosas, pues es algo indeseable para todas las partes. No creo que los dueños de los bares quieran sumar a sus problemas actuales el problema de hurtos, sean intencionados, bromas sin gracia, por clientes borrachos que se despista su cabeza o despistes reales (aunque es imposible que te despistes llevándote un sombrero si sabes que no usas sombrero).

No es culpa del bar, ni del dueño, ni de los camareros. Eso que quede claro. La Panadería es un buen  bar y que haya habido alguien haciendo el capullo no quiere decir que sea un mal bar en el que estar intranquilos. De hecho es un bar bastante familiar y amistoso. A mí lo que me gustaría sería recuperar el sombrero, simplemente, y por si acaso esa persona tiene las narices de volver con él puesto pues estar atentos y saber que el sombrero es mío... y en mi caso estar atento con esa persona cada vez que me la cruce allá donde vaya, porque al fin y al cabo los bares de toda la vida son lugares a los que volvemos porque nos sentimos cómodos y esta gente, como decía otro amigo, son gilipollas que enturbian el buen rollo de un lugar.

En fin, que me he comprado otro sombrero, más oscuro porque no lo he encontrado como el que tenía, pero al menos es otro tipo Fedora. También me compré otra carterita como la que se llevaron. Que sé que no es culpa del bar, ni de los camareros, ni de los dueños. Solo escribí en Facebook y en esta bitácora sobre esto por si el sombrero regresa. Tampoco quiero que me inviten a algo para compensarme, porque no se trata de eso.
 
Pues nada, me he comprado otro sombrero y otra carterita. Total que me ha salido caro salir a tomar algo el domingo. Pero insisto: no es culpa del bar. En absoluto. Es un bar muy acogedor donde lo normal es que no ocurran estas cosas. Una videocámara hubiera resuelto dudas de quién fue la persona que ayer se llevó el sombrero y la carterita, más unas camisetas de otro amigo que escribió que a él se las quitaron a la vez que a mí lo mío, y eso si no se llevó algo más de más personas. Siempre hay gilipollas de vez en cuando, dijo mi amigo. Lo que sí sé es que la silla donde estaba todo estaba a medio pasillo y yo estaba con tal amigo en la parte de la única puerta de entrada y salida, por narices pasó por delante nuestra y aseguro que si yo veo que alguien se lleva mi sombrero le paro en seco, evidentemente. Así pues esa persona o lo tapó o esperó a que estuviéramos de espaldas porque estuviésemos pidiendo algo, porque como no se puede estar en la barra es difícil pasar y que tú estés de espaldas al bar sentado en la barra, repito: porque no se puede estar en la barra y no estábamos en la barra. Por ello, lo normal ahora mismo es que veas quien entra y quien sale en el sitio en el que estábamos, solo pudimos no verlo si lo tapó al llevárselo o si esperó a que estuviéramos pidiendo algo, con lo que en ese caso estaríamos mirando al camarero de detrás de la barra y el camarero a nosotros, claro. 

Pues esto es todo lo que tenía que comentar hoy. Estamos a martes y le sigo dando vueltas, le tengo cariño a ese sombrero. Es un sombrero cuya cinta es peculiar, aparte de que tampoco es normal ver un sombrero Fedora mil rayas gris-negro, si la persona lo usa es reconocible con facilidad. En todo caso, insisto: si has sido tú y estás leyendo esto, y además no eres una persona que realmente ejerza el robo, si incluso sientes vergüenza de lo que has hecho al día siguiente, por favor, pon la excusa que quieras, que no va a pasar nada, pero devuélveme el sombrero y la carterita, y a ser posible las camisetas de mi amigo. Luego puedes decirnos que estabas con una borrachera del quince o lo que quieras, pero devuélvelo, por favor.

sábado, febrero 13, 2021

NOTICIA 2029ª DESDE EL BAR: CARNAVAL EN AÑO NUEVO CHINO

Ayer fue el primer día de Carnaval en Alcalá de Henares, pero no había actos oficiales. También era el Año Nuevo Chino, ellos comenzaron el año 4718, que según su propio horóscopo corresponde al Año del Buey, cuando yo nací me correspondía la Cabra, en el occidental soy Tauro. El calendario chino fue iniciado por la cultura han siguiendo el movimiento lunisolar, por lo que los propios chinos llaman a su fiesta de Año Nuevo la Fiesta de la Primavera. Y puesto que siguen el periodo lunar en esto coinciden con una tradición occidental de otra índole, la religiosa de corte cristiano, que a la vez se basa en otras tradiciones religiosas paganas previas al cristianismo. Hablo del citado Carnaval, que precede a la Semana Santa y que se guían también por las lunas que se supone marcaron y señalaron lo que sería los últimos cuarenta días de la vida de JesuCristo. Este año 2021 han querido coincidir con exactitud el Año Nuevo Chino con el inicio del Carnaval. 

Saludé a las dos familias chinas vecinas mías y a la vez dependientes de las tiendas de ultramarinos de mi calle y les felicité el año, cosa que les hizo sonreír y dar las gracias. No tenían previsto este año nada que hacer, me dijo uno de ellos, porque iba a seguir las mismas normas que los españoles dimos en nuestro Año Nuevo en la noche del 31 de diciembre al 1 de enero, o sea: nada de reuniones familiares. En todo caso, se les notaba algo más sonrientes que de lo normal. Y puesto que también empezaba el Carnaval, compré dos gorros de chino mandarín precisamente en un bazar chino. Regalé uno y el otro me lo quedé. Es de disfraz, pero es lo que buscaba. Chino mandarín de los del siglo XIX para atrás, de los de la corte imperial, cuando China era una monarquía imperial. No fue fácil encontrarlo, solo había estos gorros en un único bazar y quedaban apenas cinco, ahora tres. De esos cinco me hizo gracia que tenían uno totalmente negro con una cinta negra detrás. Puede que para quien no conozca mucha Historia o no tenga muchos referentes visuales esto no le suene, pero se trataba del gorro chino que usaron los bóxer en la rebelión que en el año 1900 protagonizaron contra todos los europeos que estaban en Pekín (Beijing), por considerar que estaban socavando su soberanía a base de colonialismo y destruyendo su cultura. La emperatriz del momento mantuvo una postura más o menos ambivalente, aunque simpatizaba con los bóxer. Ella fue la madre del que sería el último emperador en unas pocos años después, cuando todo aquello derivara en un movimiento republicano chino que, con más tiempo aún y la Segunda Guerra Mundial, aún derivaría en la proclamación de un gobierno comunista, que es el que actualmente gobierna China como República Popular China. En el origen de toda esta evolución está aquella rebelión bóxer, y previamente las Guerras del Opio, y me hizo gracia que hubiera un gorro de bóxer, habiendo sido estos muy violentos contra los europeos. Aquel episodio de la Historia lo recogió la película 55 días en Pekín (Nicholas Ray, 1963). No compré ese gorro, de todos modos muy poca gente hubiera sabido exactamente qué hubiera llevado en la cabeza, me temo que algunos compañeros de carrera universitario que hoy día viven en Madrid. De hecho, llevando este gorro de chino mandarín de la Corte Imperial, aún hubo un par de altos, fuertes y pelicortos chavales que al visitar yo ayer a un amigo dueño del bar Winchester lo confundieron con una barretina catalana, cosa absurda por sus evidentes grandes diferencias, y no tuvieron un comentario conmigo muy agradable. Ahí está la falta de referentes visuales en la gente, entre otras cosas. Sea como sea, la cosa es que todo se agolpa este 2021, mañana, 14 de febrero, es San Valentín, día de los enamorados, y se celebran las elecciones de la Generalitat de Cataluña, algunas personas parecen nerviosas y molestas con eso.

En el calendario madrileño el Carnaval 2021 cae del 12 al 17 de febrero, desde el viernes de esta semana, ayer, al miércoles de la próxima, que será el día del entierro de la sardina y en mi época era el día de la tortilla en los colegios. Hace días se suspendió la celebración y actos oficiales en la Comunidad de Madrid, sin embargo, que no haya desfiles, concursos o actos de grandes aglomeraciones, incluido en bares, ¿qué impide poder disfrazarte el viernes o el sábado? Nada, mientras no participes de actos contrarios a las normas anti-Covid-19, nada impide disfrazarse. Las instituciones velan por lo institucional; lo privado, el cómo se viva algo, es cosa de las personas. Esto mismo para Semana Santa. Los actos de la Semana Santa los convoca la Iglesia como institución y en el actual marco anticovid los regula o permite o no el Estado, pero todo apunta a su suspensión (de procesiones, digo, por ejemplo el obispado de Sevilla anunció en diciembre de 2020 la suspensión de procesiones en Sevilla esta próxima Semana Santa 2021), pero la cosa es que el montón de procesiones en Semana Santa es algo que popularizó el Concilio de Trento, en el siglo XVI, la Semana Santa no siempre fue así. Al final es una celebración religiosa y en cuestiones de fe, cada uno en su interior sabrá. Pensemos además que las vacaciones o fiestas de Semana Santa no lo son por ser celebración religiosa. En España todas las fiestas son producto del calendario laboral que pactan todos los años patronal con sindicatos con el pupilaje del Estado, normalmente se está de acuerdo en hacerlo coincidir con celebraciones religiosas, pero estas celebraciones no hacen que el día sea festivo administrativa y laboralmente, sino el pacto patronal-sindicatos, o en otras palabras: los dias serán festivos igualmente con o sin procesiones, con o sin misas, tengas o no tengas fe católica apostólica, practiques o no practiques la fe. 

El año pasado, 2020, no me disfracé en Carnaval, ni tampoco en Halloween, aunque os di el capítulo anual de los cuentos de Halloween en mi canal Youtube. En el Carnaval del año pasado aún no estábamos confinados en España. Las noticias sobre la Covid-19 no eran demasiadas. Se ceñían a China, Japón, Irán, India y pocos sitos más. Se hablaba ya de la Covid-19 en Europa a causa de su extensión por Italia, que estaba de Carnaval. De hecho vino un técnico a mi casa a revisar mi conexión de Internet y me habló de su preocupación porque su hijo estaba de estudiante en Milán. Yo no sabía muy bien de qué iba todo con exactitud en ese momento, como tantos otros. Como sea, en el Carnaval 2020 el dueño del local donde estaba el bar El Reloj decidió no renovar el contrato a los hermanos venezolanos que lo regenteaban, aunque ellos querían continuar, y con eso se perdía un mítico de los bares de rock en Alcalá de Henares, ahora hay un nuevo bar que solo me inspira que sea para turistas, una pena y una desgracia para la ciudad que no respeta a sus ciudadanos y a su cultura y forma de ser local auténtica. El mismo día del inicio de Carnaval era el último día de El Reloj, esa noche fue allí, como mucha gente, a despedirse como era debido. El bar se llenó de mucha gente conocida y amiga, en gran parte disfrazados. Yo no me disfracé, como dije, porque en mi vida privada no me sentía con ánimo para disfrazarme ese año, por eso no hubo foto de disfraz. En cuanto a El Reloj, hay que reconocer que dentro de lo malo, al menos, con todo lo que vino después desde el 14 de marzo de 2020, los hermanos venezolanos, amigos míos además, se libraron con muchísima suerte de toda la ruina económica que les hubiera traído el poder seguir abierto. Quien hizo peor negocio debió ser el dueño del local, que por un año tuvo sin alquiler un local cerrado. Azar.

De todo este Año de la Pandemia echo de menos los perritos calientes nocturnos de los fines de semana de la panadería La Zona, frente al bar La Gatera, pero esa es otra historia. Este año me disfracé en mi casa para mí mismo, me apetecía hacerlo, con una chilaba auténtica que me regalaron del Sahara Occidental hace uno o dos años y la corona de cartón del roscón de Reyes ahí me apañé una especie de traje de rey antiguo, o de hippie raro, a mí me recuerda más de rey antiguo, salvando mucho las distancias incluso de la novela de Rudyard Kipling, El hombre que pudo reinar, que en 1975 la llevó a película John Huston de manera magistral, muy recomendable de ver.   

En todo caso, esperaba ver al menos niños disfrazados, pues suponía que con todo el panorama Covid-19 iba a ser difícil ver adultos. No vi adultos, ni adolescentes disfrazados. Cuando fui a comprar por la tarde sí que vi algún niño disfrazado que venía del colegio, pero eran excesivamente pocos. De hecho, más tarde, antes de ir al Winchester, pasé por el Backstage y La Panadería y en ambos sitios me preguntaron porqué llevaba el gorro y tuve que explicar que era Carnaval, la gente que me preguntó ya no se acordaba ni sabía qué estamos en Carnaval. la Covid-19 se había comido hasta esa parte de la cultura popular. Excesiva saturación de noticias. Al menos en el Winchester, donde también tuve que explicar que era Carnaval, una chica asoció mi gorro correctamente a que era Año Nuevo Chino. En fin, le compré un juguete al hijo pequeño de una pareja amiga que me encontré en mi paseo y regalé el segundo gorro a una amiga que en otros años se disfrazó conmigo, hace ya tiempo. Me conformé con pensar que al menos en mi casa, viendo la televisión por la tarde, vi a los presentadores de Zapeando disfrazados de cantantes famosos, al menos ellos parecían mantener el espíritu.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

Otros disfraces:

Noticia 544ª: Halloween. Noticia 584ª: En un mundo paralelo. Noticia 906ª: De disfraz en disfraz. Noticia 1051ª: La noche de los superhéroes. Noticia 1187ª: De entre el fuego. Noticia 1327ª: Fuimos quienes fuimos. Noticia 1460ª: Actor de La Barraca. Noticia 1535ª: No estaba muerto, estaba de parranda. Noticia 1562ª: Viajero del tiempo. Noticia 1563ª: El hombre invisible. Noticia 1654ª: El Horla. Noticia 1686ª: Yo he sido Harvey Dent. Noticia 1858ª: Dos carnavales en uno.

lunes, febrero 08, 2021

NOTICIA 2028ª DESDE EL BAR: DESCUBRIENDO COMPLUTUM, SEÑALANDO LOS BARRIOS

Ayer, domingo por la noche, Telemadrid emitió un reportaje sobre el territorio de la Comunidad de Madrid en tiempos de la antigua Roma, el cual contenía una explicación y una reconstrucción por ordenador de Complutum. Esa parte sobre Alcalá de Henares se puede ver por la página del propio Telemadrid, gratuitamente. 

El programa llevaba siendo anunciado en la prensa local desde hacía una semana, incluso algunos de los historiadores aficionados y no tan aficionados de la ciudad le dieron bombo en sus redes sociales. Lo estuve viendo. Vivo al lado de Complutum y lo cierto es que desde niño me ha llamado la atención, sobre todo porque yo mismo fui bautizado en la desaparecida capilla que contenía el muro de la basílica y paseaba por el campo con ovejas (y también grandes cantidades de grasa de  coche de gente que lavaba su coche allí) que ahora está escavado y muestra parte de lo encontrado. No es la primera vez que hablo de Complutum o sus restos en esa bitácora, me remitiré solo a la Noticia 765ª.

En general creo que se limitaron solo a una explicación social de la vida diaria en Complutum en una parte muy concreta de la cronología romana en esta zona. Con un lenguaje divulgativo y que quería llamar a la broma simpática de un modo que después de dos mil años nos parece aceptable, pero que en su época hubiera sido como reírse, por ejemplo, de los hornos crematorios de los nazis en los campos de concentración, se nos explicaba todo ello. Bueno, para la persona no adentrada en la Historia ese lenguaje puede ser útil para que mantenga la atención, pero lo cierto es que se puede hacer todo eso sin necesidad de minusvalorar toda la Historia y lo que a aquellas personas les pasó. Es un tanto cansado ya para todo historiador de carrera y/o profesional actual que el siglo XXI parezca centrarse en que si la Historia no se explica en cómic, en película de ficción o en bromas igualitarias y de buen rollo de todos sus protagonistas, no parezca que merezca la pena. Aplaudo al menos que hayan logrado mantener el interés por el pasado de Complutum y que hayan podido dar a entender en líneas básicas el comportamiento de la sociedad de una ciudad de provincias interiores. Veo además que aportaron algunas hipótesis y algunos conocimientos nuevos que a algunos aún no nos habían llegado del todo, solo en parte. Pero destaco algo que a veces he repetido: no paran de ser hipótesis, no certezas absolutas, por más que algunas cosas estén o parezcan estar ya totalmente avaladas. En el caso de Complutum tenemos muchas incertidumbres. No sabemos realmente cual era su papel real en la administración romana, cuál su importancia. Dijeron por ejemplo que bajaron la ciudad del cerro al valle por buscar el agua, pero eso es una hipótesis, no una certeza. Parece raro que construyan una gran ciudad con grandes edificios y mucha población para bajarla de la noche a la mañana a otro lugar de nueva construcción. No niego la hipótesis del agua, pero pueden haber muchos más factores interactuando, por ejemplo políticos que desconozcamos. Del mismo modo el documental no mencionaba nada de la trayectoria política y bélica de Complutum, algo que quedó patente por ejemplo en el paso de los carpetanos a los romanos, y eso no es viable. Sabemos que los carpetanos se resistieron a los cartagineses, como dijeron, pero terminaron siendo aliados de ellos porque sus leyes consuetudinarias les hacían ser aliados de aquellos pueblos que les vencían en guerra. Los carpetanos de Iplacea, lo sabemos, estuvieron del lado de Sertorio en la guerra civil romana, y después de Julio César. Poco después Hispania fue casi toda partidaria de Pompeyo y no sabemos qué pintaría entonces los carpetanos de acá en todo esto. Complutum surge en el siglo I sobre los restos de Iplacea, y normalmente los romanos arrasaban las localidades de los resistentes, pero respetaban la de los aliados. No parece, a fecha de hoy, que hubiera un respeto a Iplacea, si no más bien una construcción sobre Iplacea. Tampoco sabemos exactamente porqué Complutum se transformó en una ciudad administrativa importante en el interior. La sola explicación comercial no es suficiente aunque es importante. Roma igualmente era muy respetuosa con las normas y leyes de los pueblos que conquistaba aunque imponía su propia ley romana. ¿Y si Iplacea tuvo un papel más importante de lo que podemos saber ahora mismo y Roma reutiliza la referencia de prestigio para crear aquí aquella Complutum? Tenemos mucho por conocer ahora mismo. Poco se dijo por ejemplo de los posibles efectos de los visigodos en los últimos tiempos de la ciudad o de la llegada de los musulmanes sobre sus restos, nada se comentó de las referencias en crónicas que hablan de diócesis cristiana en Complutum en los tiempos finales de la Edad Antigua. Me pareció interesante que se mencionara el terremoto del siglo IV como novedad para mí. Veo además que hay reinterpretaciones que hacen variar algo de las explicaciones que hace diez o quince años se nos dio en torno a Complutum y a la Casa de Hipólito, probablemente basadas en investigaciones posteriores. Todo eso sí está bien. 

El documental se puede ver como aproximación a la ciudad y para dar a comprender su importancia, más o menos, aunque quedan muchas cosas más intuidas que respondidas. Todo se andará.

De todos modos, hoy quería escribir sobre esto porque a lo largo de la semana pasada, probablemente con toda la publicidad de este documental en los medios locales, pudimos leer en el semanarios Puerta de Madrid una propuesta del partido político Ciudadanos según la cual ellos pretenden recuperar todo el tramo de la antigua calzada romana desde la Calle Mayor a Complutum, lo que haría que se pasara por Camino del Juncal y la calle Núñez de Guzmán. Así mismo Ciudadanos hablaba de la avenida Nuestra Señora de Belén y no sé si tendrán en mente la calle Alfonso de Alcalá, pero desde luego, incomprensible en su proyecto no mencionaban ninguna de las zonas que empalman estos sitios con la Calle Mayor, esto es la Plaza de los Santos Niños, la calle Cardenal Cisneros, o bien la de la Victoria, la Plaza Victoria, la calle del Postigo, etcétera. Ni mucho menos, ya puestos, hablan de la antigua calzada romana en dirección al otro lado, hacia Guadalajara, ni hablan de los restos romanos sobre los que se ha construido o se pretende construir (depende del caso) centros comerciales y casas  que están yendo hacia el Val y los barrios de una clase media algo más alta que la de las gentes de los barrios obreros a los que Ciudadanos apuntaron con el dedo.

La idea de Ciudadanos es crear así un plan de conexión de Complutum con el centro medieval y del siglo XVI en nombre del Patrimonio de la Humanidad. Proponen recalificar todas las grandes calles y avenidas citadas de Núñez de Guzmán, el Juncal y Nuestra Señora de Belén y todos sus barrios, para excavar y sacar a la luz el antiguo viario romano y todas las casas y edificaciones que haya. Una locura. Por supuesto en su propuesta de "recalificar" no se dice abiertamente algo que implica lógicamente: expropiar. Y digo expropiar, porque todas estas zonas están pobladas y la calle Núñez de Guzmán es una de las calles ajardinadas más bonitas y más usadas de la ciudad por sus vecinos. Ahí hay otra sopa envenenada de fondo, porque en el hipotético caso de que alguien les hiciera caso, la sociología del barrio no es desde luego la más atractiva para un turista y seríamos los vecinos los que pasaríamos a sobrar y nuestros negocios de barrio de toda la vida, también. De hecho, desde que nací vivo en este conjunto de barrios y puedo asegurar que nunca me ha llegado al buzón tanta propaganda de inmobiliaria como ahora. 

Cuando el ayuntamiento presentó su propuesta de remodelación del Parque Magallanes en 2018 yo ya comenté que podía estar de fondo un proceso de gentrificación, más que nada porque tal como se hicieron las cosas, si eres, vives y participas del barrio, sabías que había cosas que no cuadraban. En 2019 se empezaron las obras y se acabaron en 2020, con un montón de hormigón y bancos sin respaldos. Ahora nos llega este asunto de Ciudadanos y lo que hay que temer es por los vecinos. De todos modos, la propuesta de Ciudadanos, aparte de locura en contra de los intereses de miles de alcalaínos, es también locura si pensamos en el más de millón y pico largo de euros que costó el citado Parque Magallanes, recién remodelado, y tuviéramos ahora que levantarlo entero porque, testigo directo soy de lo siguiente cuando se construyó en los años 1980, debajo de este parque hay también restos de aquella Complutum, como por ejemplo su muralla.

El distrito II es la expansión más antigua de la Alcalá de Henares más actual. Se construyó a lo largo de los años de la década de 1970 y se acabó en los de la década de 1980, si bien algunas parte mínimas aún se hicieron en los principios de los años 1990. En el inicio de esta barriada en aquellos años 1970, y con el franquismo aún gobernando, no existía la Ley de Protección del Patrimonio Histórico, que se aprobó en 1985. Esto hizo que las constructoras del momento, con permiso del gobierno, construyeran encima de restos romanos que se encontraron en su día. No es ningún secreto, aparte de que en estos barrios todos lo saben, en la propia Complutum, en el foro, hay un panel informativo que lo explica. Este distrito es el más poblado de la ciudad. Es una locura querer recalificar prácticamente más de la mitad de un distrito, que es el más poblado, y además ir en contra de sus propios vecinos y de sus propias casas y formas de vida con un comercio de barrio muy arraigado. Aparte de toda la barbaridad propuesta en cuanto al distrito y en cuanto a sus vecinos, ¿ha pensado Ciudadanos también en el coste de indemnizar a todos y cada una de las miles de personas que vivimos aquí? ¿Ha pensado en la alteración de las vías de comunicación alcalaínas si les hicieran caso tan solo afectando a Núñez de Guzmán, Juncal y Nuestra Señora de Belén, vías que llevan un tráfico de vehículos no pequeño hacia la carretera que conecta con Madrid, así como a las vías de autobús, entre ellas la circular?

Por otro lado, ¿qué es eso de destruir una de las zonas ajardinadas más grandes y más usadas y disfrutadas en las vidas diarias de los vecinos de esta parte de la ciudad, como es la calle Núñez de Guzmán?

Lo malo de todo esto es que lleva años sonando el cántaro yendo a la fuente. Ahora Ciudadanos ha propuesto esto, pero antes era España 2000, y no pocas veces se ha leído alguna cosa de parte del PSOE sobre revitalizar Complutum y su turismo, y sin embargo hay en el camino entre Complutum, el TEAR y la Casa de Hipólito un centro de interpretación cerrado y muerto de risa desde 2008, jamás llegó a funcionar, aunque está construido, y cruzando la carretera la fuente de la salud olvidada a pie de río Henares, entre suciedad y prostitutas ejerciendo en la carretera. 

Transformar media ciudad en un ente turístico, al margen de sus vecinos, tampoco creo que sea bueno, sería más bien un paso más en ser un parque temático. Las ciudades lo son por sus ciudadanos, quien olvide a sus ciudadanos, olvidará a su ciudad y confundirá hacer negocio con hacer ciudad. El turismo además no es una fórmula suficiente para crear trabajo para un municipio de 200.000 habitantes, menos si el turismo que se plantea es poder pasear del centro al oeste de la ciudad por antiguas vías romanas reconstruidas y sus casas aledañas puestas al aire. Estamos hablando de unos dos o tres kilómetros de ciudad afectada en el proyecto presentado. 

Siguiendo la misma lógica, ¿por qué no vamos a Madrid capital y recalificamos todo su centro histórico para quitar todas las infraestructuras y casas que molestan para sacar la Madrid musulmana o la de los Austrias? Todo el centro de Madrid desaparecería, pero, oye, que es por la arqueología. Hagamos lo mismo con Segovia, cepillémonos Valencia y arrasemos con Barcelona, y de paso, vayamos a Londres y a París y digámosles que hagan lo mismo, que es lo fetén.

Lo más gracioso de todo esto es que en el mismo proyecto se hablaba de hacer aparcamientos subterráneos, cuando la construcción de estos terminarían por arrasar lo que en los años 1970 no se arrasase, y sin atender a que esta zona está sobre un acuífero, como el propio documental de Telemadrid recordaba.

Todo esto me recuerda a cuando el PP de Bartolomé González prometió algo que sabían que era irrealizable, un aparcamiento subterráneo en la Plaza de Cervantes, cosa imposible porque debajo de la zona centro hay también una riqueza arqueológica importante, aparte de un refugio antiaéreo anegado de agua.

Lo cierto es que tanto en la carrera de Historia como en la de Arqueología no se plantea jamás el mal público general en favor de las investigaciones. Se sabe que hay restos arqueológicos debajo de importantes núcleos urbanos muy poblados, piénsese en Atenas, en Roma o incluso en New York. Hay protocolos y hay normas, así como deontología. Cuando hay obras se aprovecha para hacer estudios, se saca la información útil si la hay y, al menos que los restos sean de una relevancia histórica altamente grande, se tapa y se construye, a veces se varían los planes de construcción originales, pero no se deja de construir siempre tratando de no dañar para siempre lo que se deja enterrado. Es lo que pasó con el Parque Magallanes en los años 1980, o con la calle Alfonso de Alcalá cuando se abrió en los años 2000 para meter tuberías y cables nuevos, o con la calle Libreros cuando se peatonalizó y se encontró el alcantarillado del siglo XVI, o con la calle Caballería Española cuando encontraron esqueletos visigodos en unas obras. Todo lo demás es política y es Turismo mal entendido.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

sábado, febrero 06, 2021

NOTICIA 2027ª DESDE EL BAR: EL VERSO A REMEMORAR

Ayer me publicaron un artículo sobre el poeta alcalaíno Salustiano Masó en la revista de ACE traductores llamada Vasos Comunicantes. Aparezco en su nº 56, perteneciente al invierno de 2021. Lo podéis leer por aquí:

Salustiano Masó, el verso a rememorar

 

Incluyen una biografía sobre mí como autor.

Vasos Comunicantes contactó conmigo el verano pasado tras leer algunas de las reseñas que hice de Salustiano Masó en Las notas de los cíclopes libreros. Me pidió dos artículos, del que quedo pendiente de otro, y aún a sabiendas de que a mí mismo me quedan aún bastantes reseñas de sus libros en Las notas de los cíclopes libreros. Por diversas cuestiones para todo el mundo en el 2020 el artículo se fue retrasando, aunque en otoño ya estaba listo y entregado, pero ahora al fin se puede leer este primer artículo.

Salustiano Masó es uno de los autores alcalaínos más importantes del siglo XX y también uno de los más desconocidos. Que yo sepa, cuando yo escribí de él, está vivo y supongo o espero que siga así, pues es un hombre ya muy mayor y son tiempos de pandemia. Han pasado solo unos pocos meses. Le deseo que siga vivo y todo le vaya bien, pese a la avanzada edad. Este poeta tenía sección propia en ABC,  fue premiado de niño por Miguel Hernández y de adulto tenía por amigos a gente del calibre, por ejemplo, de Gerardo Diego. También era traductor y como tal es un Premio Nacional de Traductores en España. Premio que le vino desde un organismo internacional. Como sea, si queréis saber más de él os remito al artículo de hoy en Vasos Comunicantes, que es una visión de conjunto de toda su trayectoria, o bien a las reseñas de sus libros en Las notas de los cíclopes libreros.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

viernes, febrero 05, 2021

NOTICIA 2026ª DESDE EL BAR: CALCOMANÍAS

Yo creo que nadie se para a hacer una foto a una pared llena de calcomanías.  Que nadie piensa en ellas o que de pensar en ellas pueden creer que sean más o menos recientes. Yo me he parado. Vengo viendo estas calcomanías los últimos treinta y tres años. Fueron puestas por un grupo de niños y niñas amigos en 1988. Uno de esos niños era yo. Sé la fecha por una mera cuestión de datación actual. Las calcomanías eran de la primera serie de dibujos animados Las tortugas ninja, que fue televisada por primera vez en 1988. Se vendían por entonces chicles que regalaban estas calcomanías. Era un juego para nosotros poner una calcomanía en la pared cada vez que teníamos uno de esos chicles. Creo que hay algún personaje de otra serie, pero fundamentalmente son de las tortugas ninja. A fecha actual de 2021, en la que los comportamientos y juegos de la infancia tienen bastantes cambios sustanciales respecto a la infancia de la década de 1980, supongo que estas calcomanías podrían ser observadas con ojos de sociólogo y con ojos de historiador, al margen de que siempre habrá quien lo mire con la opinión de gamberrismo, incluso más de treinta años después, pero incluso el gamberrismo actual parece muy diferente de lo que se opinaba podría ser gamberrismo hace treinta años. También habrá quien actualmente piense que solo es un juego infantil, cosa de niños, nada más, y eso también ha cambiado en algo en treinta años, aunque muchas cosas básicas no han cambiado ni en treinta ni en más años. Ahora esos niños estamos en la cuarentena de años y algunos tendrán sus propios niños y niñas.

Hace otros tantos años, en esta misma bitácora, ya escribí una vez sobre una serie de pintadas en los pilares y paredes del polígono Puerta de Madrid, "el Lianchi", fue en la Noticia 1149ª, en octubre de 2012. Recordaba por entonces unos grafitis que tengo muy grabados en la memoria porque me acompañaron como paisaje de la barriada en la infancia y la juventud. Eran grafitis con mensajes reivindicativos de 1986 contrarios a la permanencia de España en la OTAN, o tal vez lo eran de cuando entró en 1982, y también había grafitis de 1976 a 1978 con cuestiones como peticiones de amnistía política o de la Constitución. Durante mi carrera universitaria, entre 1999 y 2004, me fijé especialmente en ellos, pero en torno a 2009, con el Plan E que se aplicó en los municipios para combatir los efectos de la Gran Recesión de 2008, fueron tapados y supongo que eliminados para siempre con pintura gris sobre el hormigón donde se encontraban. No poseo ninguna fotografía que los tenga, ni siquiera de fondo. Eran pocos, pero existían. Eran parte de un testimonio social, de la Historia social. Eran una de las fuentes que usamos los historiadores y los sociólogos para poder tratar y comprender una época, por más que en este caso esas épocas las viví yo mismo, que nací en 1979. 

Si analizáramos los grafitis y los murales de la ciudad a lo largo de los últimos cincuenta años, si pudiéramos hacerlo, si hubiéramos conservado imágenes o pudiéramos reunir la memoria viva de aquel pasado, muy viva, porque muchos somos relativamente jóvenes y sumaríamos nuestras voces a aquellas otras de más edad que podrían recordarlos, tendríamos una parte testimonial de lo que era o movía la sociedad, o una parte de ella, y su evolución a analizar desde muchos puntos de vista. Evidentemente hablaríamos de una parte muy concreta que habría que contrastar con otras fuentes, como en toda investigación histórica y sociológica, pero no deja de ser una fuente. 

En los años de la década de 1980, tal como se escribía en aquella entrada citada, el ayuntamiento también realizó una serie de murales en los barrios con mensajes ecológicos o sobre los personajes y nombres de las calles de ese barrio. Con el gobierno del PSOE con Somos Alcalá entre 2015 y 2019 se realizaron muchos y nuevos murales que llenan enormes fachadas enteras por toda la ciudad con temáticas culturales y se pusieron en los contenedores de basura para reciclar mensajes de igualdad de derechos y de lucha feminista. Esos serían las imágenes más oficiales y los mensajes más institucionales, y podrían analizarse junto a aquellos otros creados desde lo no oficial, marginalmente, que incluso se legisla como vandalismos pero a la vez nos muestra una especie de fotografía social. Sumemos también las pintadas que ponen algunos negocios, garajes y portales de vecinos para embellecer o para evitar grafitis de firmas en el mismo espacio. Recordemos por ejemplo la práctica más vistosa que es la del bar La Panadería, en la calle Mayor.

El otro día me dio por fijarme en estas calcomanías, no sabría decir cual de ellas fue mía, aunque recuerdo juegos infantiles en mi barrio, no recuerdo ya con tanta exactitud qué calcomanía concreta puse yo. Igualmente el paisaje urbano donde se encuentran era ligeramente diferente, no ya porque algunos vecinos hicieran reformas en su casa que hacen que donde había uralitas ahora hay aluminios o que donde había terrazas abiertas ahora las haya cerradas. No había farolas aún en la calle en concreto. No recuerdo si el asfaltado había llegado ya al nivel que lo hay ahora, porque en la plazoleta a la que da acceso aparcaban camiones y no tenía aparcamientos en su centro, donde jugábamos al fútbol. Más aún, en este trozo de calle había dos olmos siberianos, no uno, y no estaban en un alcorque individual, sino en un alcorque alargado que cubría media acera, sin hierba, solo con arena donde jugábamos con coches de juguete de metal, chapas y canicas. En el lado simétrico de esa misma acera en torno a mi edificio, siendo mi portal el eje central que divide esa simetría, había otros dos olmos siberianos con su alcorque alargado de tierra. Los contenedores de basura eran cubos que sacaban los portales, aunque creo que en esta época de 1988 ya habían traído grandes contenedores de basura de metal de forma similar a los actuales de plástico, pero no se ubicaban en la entrada de la calle, sino en el interior, y no había división de basuras para su reciclaje, aunque existía el punto limpio si atendemos a la normativa municipal de la época. Esos contenedores se tenían que abrir a mano, no tenían las palancas que hay ahora que pisándolas con el pie abren la tapa. Las aceras tenían unas plaquetas más antiguas, con cuadros amplios y no los pequeños de ahora. Había una papelera que alguien rompió varias veces en la década de 1990 y la quitaron para no reponerla nunca más. La chapa con el nombre de la calle estaba en la esquina de mi bloque de vecinos, en su pared, y no como ahora, en ese mismo lugar pero en un poste. Tenía mi bloque de pisos una chapa del instituto de la vivienda de épocas del franquismo con el escudo de la Falange, ya desaparecido, pues el bloque fue construido en 1974 y comenzó a habitarse a finales de ese año por parte de algunos vecinos, algunos ya muertos, otros idos a otras casas, solo muy pocos aún aquí. Mis padres vinieron a vivir tras su boda en 4 de enero de 1975, como mi madre recordaba todos los años, fecha fácil de recordar porque era un día antes de la Noche de Reyes. No había en la entrada una pequeña valla con una puerta previa a la puerta del portal, por mucho tiempo no había telefonillo ni portero automático, la puerta se abría a llave, aunque casi siempre estaba abierta. Eran las esposas de los matrimonios de los vecinos quienes barrían y fregaban el portal, hasta que en un momento dado que yo ya no sé ubicar hubo un plante y se pidió contratar un servicio de limpieza, cuyas contratadas siempre han sido mujeres, que yo recuerde. Los vecinos eran casi todos gente de oficios y quien sabía y podía hacer algo lo aportaba cuando había que hacer algo en la comunidad de vecinos, ya fuera el cerramiento de la entrada citado, pintar las paredes, hacer los pasamanos de madera de las escaleras o las tapas del depósito de agua, que las hizo mi padre, que era tornero, y de las cuales solo se conserva una, la otra desapareció al no necesitarse ya, y a la que se conserva le falta (creo) su cadena que sirve de tope cuando se abre.

Destellos de otras épocas que conforman la historia social, que es la que conforma la Historia en general. Miré un rato las calcomanías. Lo cierto es que se han conservado más de lo previsible, están descoloridas por el sol, pero varias conservan su dibujo. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

miércoles, febrero 03, 2021

NOTICIA 2025ª DESDE EL BAR: NIEVE NEGRA

 

El pasado día 26 de enero andaba por la calle San Vidal de Alcalá de Henares y aún se podía ver aquí, como en otros puntos de la ciudad, pequeños montoncitos residuales de la nevada que hubo entre los días 7 y 9. Buena parte se había ido con la lluvia que hubo en esa semana de la veintena de enero, pero aún quedaban estos montoncitos. Esta no es la fotografía más significativa de lo que quería hablar, pero sirve también de muestra. No lo es porque ese día 26 tuve que andar por toda la ciudad para entregar el periódico El Salto en papel a los suscriptores alcalaínos y vi en cada barrio estos montoncitos totalmente negros, no tanto como este que deja ver restos blancos de la nieve-hielo, ya que se estaba derritiendo la nieve-hielo negros de su exterior. Sin embargo, se ve en la foto ese color negro. 

Es producto de la contaminación, principalmente de los automóviles de biocarburante. Quien dice automóvil lo dice de manera amplia, entiéndase coches, camiones, furgonetas, motos y autobuses. La cosa es que a cada montón que veía pensaba que todo eso que ahora veíamos con facilidad posado y adherido a esos montones de nieve e hielo es lo que normalmente respiramos dentro de la ciudad. Va a nuestros pulmones. Me preguntaba si nuestros pulmones también se iban ennegreciendo como esa nieve. Este montón de la foto no es el más representativo, repito. Los había total y profundamente negros. Deberíamos pensar más sobre esto y la necesidad de un cambio en nuestros hábitos, por la ecología, pero también por la salud. 

Yo iba andando.

lunes, febrero 01, 2021

NOTICIA 2024ª DESDE EL BAR: CHAPLIN, MÁS DE CIEN AÑOS

Charles Chaplin es un icono del cine que aún hoy día, más de cien años después de su primera aparición en una película de febrero de 1914, sigue siendo un éxito y sigue haciendo gracia. El otro día vi una película documental sobre él en La 2, no me había propuesto verla, pero esa noche repasé el resto de canales y esa era la mejor opción. Trataban su biografía desde su infancia hasta su gran éxito como icono pionero del cine centrándose en sus etapas creativas. No escatimaron tampoco en esos años infantiles y juveniles en los que su madre, actriz de vodevil, iba perdiendo la cabeza poco a poco, lo que provocó una alcoholemia en su padre, que por otra parte había abandonado la familia a los tres años de edad de Charles. Fue en una de las actuaciones de la madre en la cual perdió la memoria que él se subió al escenario para salvar su espectáculo, sin haber actuado jamás ante el público, era 1912 y él tenía 23 años. Todos los días iba de público a verla y se sabía las canciones de memoria. Fue muy aplaudido, pero el actor que relevaría a su madre será su hermano (de otro padre), que también pasaría a ser actor cómico de cine con cierto éxito y que, dado el éxito arrollador de Charles, quedó eclipsado y casi olvidado en la actualidad, se trata de Sydney John Hawkes.

La madre poco a poco quedó incapacitada total para actuar y el padre, poco a poco, igual. El hermano de Charles tomó las riendas y metió cada vez más a Charles en los espectáculos cómicos y de cante, pues hacían variedades, pero donde más éxito tenía Charles era en lo cómico. Charles le fue comiendo el protagonismo en la compañía a Sydney, pero el hermano se metió en el cine, por lo que fue un relevo sin conflicto. Fue Sydney quien le logró una primera oportunidad para actuar en un cortometraje en aquel febrero de 1914, Haciendo por vivir, que en España se llamó Charlot periodista a pesar de que no existía el personaje de Charlot aún, la razón es que se estrenó mucho después. El personaje de Charlot apareció en su segunda película, que al igual que la primera la dirigió Henry Lehrman. Si la primera película era del 2 de febrero, esta segunda fue del 7 de febrero, y si la primera pasó sin pena ni gloria en la recaudación, esta segunda fue un éxito. Se trata de Carrera de autos para niños. En realidad esta película es ciertamente interesante también para un historiador. Lehrman apenas había hecho caja con la otra película y el cine en esos momentos necesitaba de muchas producciones para exhibirlas rápido y ganar dinero. No se trataba de las grandes producciones que ya se hacían, si no de producciones sencillas con actores no muy conocidos que se rodaban prácticamente para "usar y tirar", podríamos decir. Lehrman se enteró de que en la ciudad donde estaban se celebraba todos los años una carrera infantil de coches que fabricaban ellos con sus padres. Era un evento festivo muy popular y acudía casi todo el mundo engalanado. Era todo un evento deportivo, pero también una fiesta familiar. A Lehrman se le ocurrió presentarse allí como cineasta que era junto a un camarógrafo con la excusa ante las autoridades de que iba a rodar la carrera para una película informativa. Le otorgaron una curva que eligió el director. Todo lo que se ve son personas de la vida real con reacciones de la vida real. Se puede decir que era una especie de "cámara oculta", sin serlo. Lehrman se compinchó con Chaplin para que se vistiera de vagabundo borrachín y se comportara como la típica persona que quiere aparecer en cámara todo el rato, pero de manera exagerada y obsesiva. Nadie sabía que aquello era un montaje y Chaplin se sintió en su salsa al llevar a la vida real varias de las tonterías y gracietas que había trabajado en el vodevil. Todo lo que se ve, salvo la actitud del personaje de Chaplin, es real. Pura improvisación. La película tuvo gran éxito, quizá porque muchos de los protagonistas se reconocieron luego en la pantalla, pero ahí comenzó el personaje de Charlot y una carrera de éxitos míticos.

Me resulta interesante comentar hoy este inicio. En el documental había una cuestión permanente sin cerrar, que nadie sabe explicar por qué Chaplin triunfó tanto y que aún en el siglo XXI sea un personaje querido y gracioso. Hay numerosas teorías y explicaciones, no es mi intención escribir sobre ello. Pero no es la primera vez que me acerco a Chaplin. Aparte de haber visto muchas de sus películas, yo ya tenía en casa otra película documental sobre su vida y un par de recopilatorios de sus cortometrajes. Durante la carrera de Historia es una de las figuras del siglo XX que se estudian cuando te centras y especializas en la Historia Contemporánea y Actual. El mundo del Cine, la cultura de masas, el Star System, Hollywood, e innumerables cuestiones sociales se explican a través de la cultura popular y esta, en sus inicios contemporáneos está en Chaplin, Edna Purviance, los hermanos Marx, Paulette Goddard, Carlos Gardel, Judy Garland, Buster Keaton, Johnny Weissmuller o, entre otros, el Gordo y el Flaco (por cierto, el Flaco era compañero de Chaplin en el vodevil y en sus primeros cortometrajes).

La cosa es que creo que uno de los aciertos de Chaplin para su frescura y su aceptación en su tiempo y en tiempos posteriores puede que sea esa mezcla de la realidad del momento con ficciones, pero no como lo hacen ahora, donde las producciones parecen productos que señalan directamente con el dedo, se metan en política de lleno o simplemente si no hay algo explícitamente violento no hay producción, incluso el humor actual pasa por la violencia directa. No es que Chaplin no tuviera violencia en sus películas, o crímenes, pero el valor humano que les inculcó con humor no tiene nada que ver con todas esas otras producciones donde lo gracioso no es lo humano, si no el nivel de violencia en combinación con una situación o con una frase graciosa, véase algunas películas de superhéroes actuales plagadas de chistes o las películas de Robert de Niro más recientes, que son comedias llenas de humor negro. Más allá, Chaplin tocaba temas del momento para dejarlos evidenciados aunque fuera como telón de fondo que hace que los personajes se comporten como se comportan, mientras que muchas comedias actuales no cuestionan ni plantean la actualidad y lo principal es el comportamiento de los personajes, anómalo, que fuerza que la realidad sea como es, justo al contrario que los argumentos de Chaplin. El mundo hace a Charlot, pero si un oso de peluche habla es un problema interior de su dueño, un niño venido a adulto, no se plantea como problema de la sociedad actual y el síndrome de Peter Pan, aunque evidentemente eso también esté ahí, hablo de Ted (Seth McFarlane, 2012). Evidentemente también, la inocencia del personaje de Chaplin (relativa, pues son numerosas las películas donde tima o roba), comparativamente, no ahonda en los aspectos más oscuros de los personajes de humor que hoy día vemos.

Pensemos por ejemplo en su película Charlot, panadero (en realidad: Masa y dinamita), de octubre de ese 1914. La escribió, dirigió e interpretó él mismo. Hoy día se nos va el contexto de su rodaje y estreno, pero cuando Chaplin ideó esta película había en marcha una huelga salvaje de panaderos que dejó sin pan un par de semanas a una parte de las ciudades de Estados Unidos. Chaplin no entra a hablar de lo justo o injusto de las razones de los huelguistas, incluso introduce una bomba como una de las formas violentas de la reivindicación, sin embargo, a raíz de las cosas que le pasan al personaje Charlot para verse envuelto en los acontecimientos dejan claro que Chaplin comprende las razones de los huelguistas, quizá por ello no ganó su animadversión, todo lo contrario. De fondo Chaplin había lanzado un mensaje social envuelto en un mensaje humano de empatía, de comprensión hacia los problemas sociales. 

Vayamos a 1918, cuando sacó su película ¡Armas al hombro!, que contaba con todas las opiniones en contra de que la rodara por parte de todos sus amigos y conocidos del cine. La Primera Guerra Mundial estaba en su final. Millones de personas habían muerto, o habían sido mutiladas, o se habían arruinado, más las secuelas psicológicas de los combatientes. Esto no era ajeno a los combatientes norteamericanos que debían regresar o que estaban regresando, o bien a los muertos y sus familias. Sumémosle la llamada gripe española que estaba comenzando como epidemia y mataría a otra gran parte de personas. Chaplin creyó que había que hablar de aquella guerra desde un punto de vista del soldado raso que había sido enviado a combatir o que se había enrolado sin saber exactamente en qué tenía que ver los motivos de la guerra con él. Todos opinaban que ese sería el final de Chaplin porque estaba todo reciente y la gente se ofendería mucho cuando vieran que Chaplin se reía de todo lo vivido y de sus padecimientos. Sin embargo, la película fue un éxito e incluso hoy día es un clásico del humor. batió récord de taquilla. La gente encontró una vía de alivio, probablemente una crítica velada a lo que probablemente pensaban en las trincheras sin tanto buen humor. Lanzaba mensajes sociales profundos a través de historias humanas concretas y humorísticas. En aquellos años esto ya había ocurrido en Polonia con un personaje literario de humor, Svejk, creado por Hasek, pero no se publicaría y conocería hasta la muerte del autor, por entregas entre 1921 y 1922 antes de editarse en novela.     

Chaplin lo vendrá haciendo a lo largo de toda su carrera. En el fondo nunca olvidó sus orígenes humildes. Si damos un salto hacia su primer largometraje, La quimera del oro (1925, dirigida y escrita por él) nos encontramos con otra realidad social dura de esos tiempos y de la que Jack London ya había escrito novelas y relatos en las dos décadas anteriores. La década de 1920 es recordada como una década feliz y llena de prosperidad, pero en realidad eso es un mito creado en contraposición a la década de 1930. Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial fueron dramáticas en la economía y en lo social, millones de vidas se habían perdido para siempre y otras no veían un futuro en el que despegar. En buena parte es la explicación de la Revolución Rusa, la dictadura fascista en Italia, la de Miguel Primo de Rivera en España, Pilsudki en Polonia, el expansionismo japonés, la crisis política y revueltas en China y el surgimiento de los nazis en Alemania, eso por no hablar de todos los movimientos revolucionarios tan interesantes que surgen en Iberoamérica. En Estados Unidos hubo un bienestar económico a raíz de las oportunidades que brindaron todos los huecos económicos que dejaron libres los países europeos, principalmente Reino Unido, pero a la vez había un creciente número de desposeídos a los que no se prestaba atención y buscaban fortuna en Alaska, en busca de oro, aunque en ello les fuera la vida, literalmente, a muchos. La película de Chaplin muestra las miserias humanas que llevan a este tipo de vidas extremas, así como a las atrocidades a los que se está dispuesto por la supervivencia. Y eso que aún no había estallido la Gran Crisis de 1929, el Crack bursátil, pero Chaplin no habla directamente de esas miserias, solo muestra a personajes afectados de ellas para que sus vidas se crucen en Alaska. Se presenta al público un problema, pero no se habla directamente de él.

En su segundo largometraje, Luces de la ciudad (1931), volverá a hacerlo. Esta vez pone en evidencia las desigualdades sociales y el clasismo de la sociedad norteamericana, no escatiman tampoco en mostrar a una policía con perjuicios ante los pobres. Un vagabundo y una vendedora de flores ciega buscan sobrevivir económicamente cuando se encuentran con un millonario depresivo y alcohólico al que Charlot salva del suicidio. El millonario le premia con dinero, pero la policía cree que Charlot le ha robado. Será más evidente todas estas cuestiones todavía más en Tiempos modernos (1936), donde además critica la alienación del trabajo fabril actual en cadenas de montaje basadas en el sistema de Ford, dentro de jornadas de trabajo extensas y mal pagadas que quedan intuidas en las innumerables huelgas que aparecen en el largometraje interrumpiendo el trabajo de Charlot. Más aún aparece la lucha de clases y el movimiento obrero dentro de Estados Unidos en una famosa broma donde Charlot agita sin saberlo una bandera roja encabezando una manifestación, al estilo de un líder comunista. El resto de la película muestra a un Charlot tratando de ganarse la vida para salir de la vida en la calle con una novia que ha conseguido, y eso nos lleva, de fondo, a mostrar colas de desempleados y trabajos variopintos siempre mal pagados. 

Si en esa película parece que Charlot había sido más explícito que de costumbre, en la siguiente será muy directo al tomar posición totalmente anti nazi y en defensa de los judíos en El gran dictador (1940); aunque parezca extraño en esa fecha, este largometraje puso en alerta contra él a una parte de la sociedad norteamericana más conservadora, quizá ya en guardia desde los dos largometrajes anteriores. La siguiente película ya no la haría hasta 1947, será Monsieur Verdoux, basada en un hecho real. Un hombre respetable de la sociedad norteamericana de clase media asesinó a su esposa y logró mantener las apariencias. Solía buscar millonarias para casarse más veces y hacerse con su dinero tras matarlas, hasta que encuentra el amor verdadero. Para ese momento las autoridades norteamericanas le tienen en el punto de mira de la llamada "caza de brujas", o sea: la persecución de presuntos comunistas y actividades comunistas en el mundo público, especialmente en el cine por sus cualidades de transmitir ideas de manera directa o indirecta. La película tuvo que censurarse temporalmente en Norteamérica y Chaplin tuvo que irse del país en esos años.

Su siguiente película será en 1952, Candilejas, en la que reflejará en cierto modo un punto de autobiografía anímica por lo ocurrido en 1947. Sitúa la trama en 1914, el año que él comenzó, y tratará de un humorista alcohólico y venido a menos que evita el suicidio de una actriz. Para animarla a la vida le enseña trucos nuevos del oficio que él hacía y, de fondo, está la depresión del actor y su duro regreso a los escenarios, desacreditado por el público. En la vida real de Chaplin no había descrédito alguno de él en Europa y otros lugares del mundo, salvo en los más conservadores de Estados Unidos, pero la etapa de la caza de brujas tendría su fin en pocos años después y Eisenhower se iría en 1960. Los nuevos tiempos le permitirían regresar con toda la gloria.  Aún con todo, antes, volverá al tema en 1957 en Un rey en New York, en ella un rey europeo debe exiliarse a Estados Unidos cuando estalla la revolución. Trae consigo secretos nucleares. Para sobrevivir allí, donde no es nadie, le ofrecen trabajar en el mundo de la publicidad. Entre tanto conocerá a un joven con discurso anarquista y padres comunistas. La película habla en cierto modo de él, pero también de la Guerra Fría, no fue permitida en Estados Unidos hasta 1973. Chaplin moriría en diciembre de 1977.

Su última película no contaría con él de actor, sino como director, guionista y músico, se trata de La Condesa de Hong Kong, de 1967. De nuevo podría tratarse de su propia vivencia personal traumática de 1947. El ex embajador de Estados Unidos en Arabia regresa a su país cuando en su vida se cruza una noble rusa exiliada y que ha residido en Hong Kong. Ella desea ir a Estados Unidos para prosperar, pero es complejo. Se plantea el tema del exilio, pero también de la emigración ilegal, la Guerra Fría, el significado de ser apátrida, etcétera.

He prolongado el tema al recrearme en los largometrajes de Chaplin, pero lo que quiero decir es que Chaplin supo dar en sus argumentos temas de fondo que cuajaban y eran de actualidad social en su día, que en cierto modo son atemporales en el mundo moderno dentro de los problemas de las clases trabajadoras, todo ello sin que esos argumentos se montasen hablando y apuntando directamente al tema social. No sé las claves del triunfo de Chaplin en más de un siglo, pero entiendo que esto pudiera ser parte de ese éxito. Se mostraba amable para todo público. A decir verdad, solo atacó a quien abusaba del débil o de quien tiene menos recursos.