lunes, febrero 25, 2019

NOTICIA 1857ª DESDE EL BAR: DECIDE SOBRE UN MILLÓN DE EUROS

La semana pasada fue bastante movidita en cuestiones importantes para Alcalá de Henares. Por un lado tenemos la remodelación de las líneas de autobús, que os comenté en la Noticia 1856ª, por otro lado tenemos la manifestación en defensa de la salud pública en esta ciudad, que ha dado logros parciales con la paralización del proyecto piloto de quitar las horas de consulta médica de tarde al menos hasta después de elecciones, lo comenté en la Noticia 1855ª y su comentario en la zona de comentarios, pero resulta que también desde el jueves 21 de la semana pasada la concejala de Participación Ciudadana, Brianda Yáñez (Somos Alcalá), sacó adelante en el portal de participación ciudadana en Internet la posibilidad de que si te registras puedas presentar proyectos para la ciudad y/o votar proyectos que ya han sido presentados por otros ciudadanos. La cosa es que la Unión Europea dio a la ciudad un millón de euros para que los invierta en mejoras para los ciudadanos. Por ello hay una serie de normas de en qué sí se puede gastar y en qué no. Dentro de eso el tripartito PSOE-Somos Alcalá-IU (aunque la concejala que ocupa este cargo fue expulsada de IU) ha propuesto a los ciudadanos que propongan proyectos y calculen su posible coste, y pide, como he dicho, que voten. El proceso se abrió ese 21 de febrero y la fase de propuestas finalizará el 10 de marzo. Luego vendrá la fase de votos y la elección de los proyectos más votados en todos los distritos de la ciudad. 

Por supuesto el dinero que va a cada distrito y las normas de todo el proyecto se pueden consultar en la misma página. A Alcalá Decide se puede acceder por aquí

De hecho ya hay un proyecto que se está votando para cerrar con vallas el Parque O'Donnell, el cual es un proyecto que no pertenece a ese millón de euros. Puedes votar que se haga, o bien que se haga de manera parcial, o bien que se quede como está, sin cerrar. Y si te interesa tu ciudad y desearías una cosa u otra con este espacio, quizá deberías plantearte registrarte y votar. Pero quien dice este proyecto, dice cualquiera de los que ya se están planteando en lo del millón de euros. Yo me acabo de registrar, ya he votado mi postura ante lo del O'Donnell, que es que se quede abierto como está, aunque no he escrito mis razones (sí, puedes aportar razonamiento a tu voto en cada una de las propuestas), no he creado ningún proyecto para el millón de euros, pero he leído todos los que se van acumulando en los distritos. Realmente es importante, porque se están proponiendo cosas que pueden hacer que tu ciudad te guste más o menos, según venzan o no algunas de las propuestas. Todas son bienintencionadas, obviamente se hace en un sentido positivo, aunque claro está puede haber diferentes visiones de ciudad o diferentes preferencias de interés por solucionar o aportar a la ciudad.

Os podría comentar por aquí varios de los proyectos que ya van propuestos, pero creo que es mejor que los veáis vosotros mismos y conozcáis tanto el proyecto como esta forma de crear ciudadanía e involucrar en el funcionamiento democrático del municipio a la gente más allá de votar cada cuatro años. 

Como mucho, para tentaros a entrar, os comento que existe una propuesta de arreglar el paseo central del Polígono Puerta de Madrid, o de arreglar determinadas zonas verdes, o de instalaciones deportivas determinadas, etcétera.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

sábado, febrero 23, 2019

NOTICIA 1856ª DESDE EL BAR: CIRCULAR EL CAOS EN LAS NUEVAS LÍNEAS DE AUTOBÚS

Acabo de participar de la manifestación por la salud pública en Alcalá de Henares (Noticia 1855ª), que fue muy concurrida, quizá trescientas personas (cuatrocientas si somos generosos) aunque lamentablemente sin presencia de los convocantes de la del pasado 4 de febrero, alcalde, concejales y sus partidos y sindicatos (demostrando así desunión y más interés por mostrar su sigla que por mantener un compromiso de lucha social) y debo comentar algo también de suma importancia local. El pasado jueves 21 de febrero se ha producido uno más de esos grandes cambios que afectan a toda la ciudadanía de Alcalá de Henares y transcienden en la Historia municipal, se revierta o no. Con este cambio van ya muchos de los cambios importantes que se han dado con el actual gobierno municipal, como la peatonalización del centro de la ciudad, su cambio urbanístico, la indeseable tala de árboles urbanos o la ingente creación de rotondas como si no hubiera mañana. Os hablo, sin duda, de la remodelación total de los servicios de transporte público en autobús en la ciudad.

Antes de nada será mejor mostraros el nuevo mapa de autobuses, para eso lo mejor es que lo veáis vosotros mismos de manera oficial de la mano del Consorcio de Transportes de Madrid, que lo actualizó con un día de retraso. Lo podéis ver por aquí. También os comento que ya que pasáis por la página del Consorcio de Transportes de Madrid, podéis presentar quejas y sugerencias sobre este nuevo trazado de rutas, al cual yo ya he llamado desaguisado en algunas conversaciones. Ahora bien, la página del Consorcio está diseñada de tal modo que realmente no puedes quejarte ni sugerir sobre el conjunto de todos los cambios realizados, pues su cuestionario sólo acepta quejas o sugerencias de líneas concretas o de paradas concretas. O sea: te dejan quejarte de tal modo que no tienes opción para quejarte. De ese modo, ante la ausencia de quejas, interpretarán Consorcio y ayuntamiento que todo se ha hecho excelentemente. Como sea, esa posibilidad la tenéis por aquí

La cuestión es que durante muchos años el crecimiento de la ciudad en dimensiones y en ciudadanos requería de una revisión y remodelación del servicio público de autobuses. Estos cambios estaban paralizados, no se podían realizar ya que las relaciones entre Consorcio de Transportes de Madrid y ayuntamiento de Alcalá de Henares estaban enquistadas a causa de una muy elevada suma de millones de dinero que se le debía al Consorcio, deuda acumulada durante los gobiernos municipales del Partido Popular (PP). A final de diciembre de 2012 se hizo una primera y pequeña reforma. Gobernaba el PP aún, con Javier Bello. Había realizado encuestas a los ciudadanos a través de medios privados, como el desaparecido Diario de Alcalá, la idea era saber cómo remodelarían las líneas. Lo que ocurrió por entonces es que los que contestaron, contestaron como si los autobuses fueran taxis y no autobuses. Hubo muy pequeños cambios en unas pocas líneas, pero dos de los más destacados fue la eliminación de los tramos de las líneas 1 y 6 en la calle Núñez de Guzmán y su desvío de la calle Alfonso de Alcalá a la avenida Nuestra Señora de Belén, siendo además que la línea 1 iba directamente al centro comercial El Corte Inglés, porque la gente quería eso, sin parar en la estación de tren La Garena más que durante las dos primeras horas del día. Primaba así el interés privado ante el interés público. Además aquellos que quisieron y declararon querer eso, dijeron que es que los autobuses daban mucha vuelta. Claro, si lo que quieres es ir al Corte Inglés, para ti cualquier calle que no vaya directa allí es dar vuelta. Para los numerosos vecinos que vivían en esa zona o a los ancianos que iban al Centro Social María Zambrano les fastidiaron al quitarles (recortarles) servicios, por tanto: en recortar en lo público. Todo eso lo conté en su mismo día con los detalles y reflexiones del momento en la Noticia 1174ª. No primó el interés de los que vivíamos en el barrio o usaban de sus servicios, sino el interés del resto de alcalaínos que querían ir directos a El Corte Inglés.

De todos modos, como dije por entonces, ya habían pasado varios años antes en los que la gente hablaba de esas cosas. Desde que ocurrió el 15M en 2011, un año antes de aquellos cambios, que creo que también afectaron a la línea 7 en aquellos días, algunas asambleas de barrio ya habían planteado soluciones alternativas, de las cuáles algunas fueron hasta comentadas en prensa local. Se habló de soterrar las vías de tren que dividen la ciudad, crear un tranvía circular y, quizá lo más necesario hoy día y quizá jamás explorado: crear un ticket de viaje cuya compra implique el uso de todos los medios de transporte públicos de la ciudad cuantas veces se quiera a lo largo de un día entero, tal como ocurre ya, y como ocurría entonces, en muchas ciudades españoles y europeas. La combinación de líneas para ir de un sitio a otro hubiera sido y sería aún hoy menos gravosa si al menos no se encareciera teniendo que pagar tantos transbordos. Favorecería el transporte público, ayudaría a disminuir el privado y ayudaría a limpiar el aire, a lo medioambiental. 

Como sea, en 2015 accedió al gobierno municipal el tripartito encabezado por el PSOE con apoyo de Somos Alcalá (donde está Podemos) e Izquierda Unida, que perdió esa posición cuando su concejala fue expulsada de la formación pero ella no entregó su acta de concejala. Lo primero que encontraron fue la imposibilidad de realizar cambios en las líneas de transporte por la enorme deuda acumulada con el Consorcio. Aún con todo, en 2017 realizaron encuestas en las líneas de autobús preguntando a los usuarios cómo mejorarían las líneas. Una vez más la gente contestó con el tópico "da muchas vueltas" sin reflexionar si esas "vueltas" eran por algo útil o no a los vecinos de esos lugares, tal como pasó en 2012. Irresponsabilidad total a la hora de contestar e irresponsabilidad total a la hora de tomarlo en serio sin tener en cuenta todas las variables de los porqués de esas respuestas... y de quiénes estaban respondiendo. No era lo mismo el viajero de las siete de la mañana que el de las doce del mediodía o el de las once de la noche. No hubo encuestadores en todas las franjas horarias ni se tomó en cuenta un muestreo realmente variado de quienes respondieron. A determinada hora se lanzaba a unas chicas jóvenes a encuestar, por lo que el tipo de viajero que contestaba solía ser el mismo. O sea: respondió con tópicos desde un mismo tipo de interés de los posibles en el uso del servicio urbano. Ahora bien, no todo era algo erróneo. Obviamente el ciudadano siempre sabe cuál es su necesidad, el centro de especialidades médicas y el hospital le quedaba mal a casi todo el mundo para ir, casi todos se veían obligados a usar dos autobuses de ida y dos de vuelta, lo que suponía un gasto de tiempo y un gasto de dinero alto (5'20 €, muchísimo más que si te fueras a Madrid capital o a Guadalajara). A menudo el transporte era lento, fallaban las frecuencias y faltaba cubrir horarios nocturnos. Algunos barrios periféricos estaban mal comunicados entre sí. A finales de 2016 comenzaron a construir una rotonda entre la calle de Núñez de Guzmán y la calle de Alfonso de Alcalá para acceder al Paseo del Juncal que va a Complutum, justo en el epicentro de los cambios vitales de los autobuses 1 y 6 en 2012. A ningún vecino se nos escapó que, teniendo en cuenta las auténticas necesidades del barrio, esto se hacía sólo para los turistas. Efectivamente, a comienzos de 2018 comenzó a circular un tren turístico que viene del centro a Complutum sin parar ni dejar bajar a nadie. Esta barriada no parece interesar más que para satisfacer a los que no son de ella. Como sea, eso está para leer en la Noticia 1678ª.

Como sea, el tripartito siguió sondeando a los ciudadanos, intentándolo esta vez a través de las asociaciones de vecinos y en asambleas en las Juntas de Distrito, cuya afluencia era porcentualmente muy baja teniendo en cuenta los 200.000 a 210.000 habitantes censados de la ciudad. De hecho las asociaciones de vecinos hace muchos años que quizá debieran replantearse su papel. Nadie elije a quienes allí van, pero los que van hablan en nombre de miles de vecinos y su voz ha cobrado mucho peso estos últimos años. No todo el mundo puede o no todo el mundo quiere participar de las asociaciones de vecinos, por la razón que sea, todas son legítimas, pues los representantes en este sistema se eligen ya en urnas y nadie está obligado a estar en asociaciones de vecinos, pero sí tiene absolutamente todo el mundo el derecho a ser escuchado. Hay que reconocer que el sistema de asociaciones de vecinos está algo anticuado, que hay que modernizarlo y que la consulta a ellos no puede ser el único y exclusivo termómetro de los intereses y deseos de unas barriadas completas. Quizá hay que acercar las preguntas a las casas de los ciudadanos, y no pedir a los ciudadanos que vayan a tal o cual sitio que, seamos sinceros, si acudieran de verdad no tendrían aforo para acogerles. En las barriadas de Distrito II pueden vivir unas 62.000 a 67.000 personas, su asociación de vecinos puede contar con unos asiduos en torno a cien personas, tal vez, siendo generosos. Esto no es una crítica negativa a las asociaciones de vecinos, sino una crítica constructiva, aportar una nueva perspectiva para comprender que hoy por hoy hay que encontrar más medios y cauces para conocer los intereses reales de todos los vecinos. No olvidemos tampoco que en los grupos sociales voluntarios, como las asociaciones, suelen quedar al final tan sólo aquellas personas más o menos afines, por lo que quedarían excluidas las voces de aquellos que por falta de afinidad prefieren no hacer acto de presencia, y su voz no es menos voz por no ser afín. Como sea, este es otro debate, centrémonos. De 2017 a 2019 el tripartito seguía sondeando a los ciudadanos, explorando vías para realizar reformas y realizando un ahorro de dinero de tal calibre que logramos pagar varios millones de las deudas contraídas, lo que permitió cambios en la recogida de basuras y en el transporte público. A esto sumemos el dinero que ha dado la Unión Europea para invertir en mejoras en la ciudad. Con el asunto económico resuelto, se procedió a trazar las posibilidades de los cambios en el transporte, aunque lamentablemente ha faltado información a los ciudadanos de su resultado final incluso a fecha de hoy, tres días después de la puesta en marcha, en el que mucha gente aún no sabe qué autobús va a donde. 

Los medios de comunicación locales han mostrado testimonios de gente descontenta y de gente satisfecha. Sinceramente, yo comenté en su día en Facebook que tal día (el 21) comenzaban las nuevas rutas de autobús y lo que ocurrió fue que hubo una gran cantidad de comentarios enfadados en contra de ellas. En mi barrio estos días lo único que escucho son... críticas enfadadas y negativas.

La cuestión es que el ayuntamiento dice haber logrado realizar la remodelación de las líneas de autobús sin haber gastado más dinero del que normalmente se gasta. ¿Cómo es posible esto? La principal reivindicación alcalaína era que se creara una línea circular. Al fin se ha creado. Pero se ha creado mal. La explicación probablemente está justamente en ese no gastar más dinero del que normalmente se gasta. ¿Cómo se puede crear una nueva línea de autobús sin gastar más dinero? Para crear una línea de autobús necesitas aumentar la flota de autobuses, costear su mantenimiento, contratar más conductores, mantener sus sueldos, crear paradas nuevas... La única manera de lograr crear una nueva línea circular sin gastar dinero es tal como ha ocurrido: eliminando algunas líneas de autobús, eliminando tramos de otras líneas, integrando varias líneas ya existentes en la línea circular, usando los autobuses y conductores de las líneas suprimidas en la línea creada, y por supuesto: eliminando paradas que obviamente no se pueden mantener, y alterando la ordenación de todas las líneas ya existentes. O en otras palabras: sin llamarlo por su nombre lo que se ha hecho es lo que se llama recortes en el servicio público. Porque no ha aumentado el servicio de este, sino que ha cambiado su distribución, renombrado sus líneas y eliminado tramos y paradas, y puesto que lo que se ha hecho no es crear, sino variar y eliminar, lo que se ha hecho es eliminar servicio, pero esto queda más o menos encubierto al crearse la circular, parece que se ha creado servicio, pero se ha eliminado servicio. Al cambiar todas las rutas es más difícil percibirlo en su conjunto, pero es lo que ha ocurrido. Verlo claro requiere de largo rato de observación ante el plano en papel y de reflexión, y luego si se quiere ir a experimentarlo en vivo.

Obviamente, tan cerca de las elecciones municipales, los acólitos del tripartito que han hecho esto no querrán reconocer que se ha obrado mal. Obviamente los argumentos que han usado para defenderse estos días es que los que se quejan es porque es algo nuevo y no están acostumbrados, que quien no se ha informado es porque no ha querido (no han querido reconocer que ha faltado información a tiempo y previa) y que se ha hecho una circular, que era una vieja reclamación ciudadana. ¡Claro que era una reclamación ciudadana antigua! Pero lo que se pedía era una línea circular, ¡no que se cambiara todas las líneas de autobús y se quitaran servicios! ¡Nadie pidió lo que se ha hecho! Se pedía una circular, punto, nada más. Y sí, eso hubiera requerido gastar más dinero para lograrla. Si no se podía hacer, hubiera sido mejor llegar a un pacto con la oposición para ahorrar a largo plazo gobierne quien gobierne tras las próximas elecciones y lograr esa circular entonces, cuando hubiera dinero. Mientras tanto se podían haber explorado otras medidas, como la del ticket único al día.

Pongamos por caso casos reales. Un amigo personal que vive cerca de la calle Demetrio Dúcar trabaja cerca de Cuadernillos. Se levanta madrugando mucho para llegar. Tomaba el autobús 5, más o menos cercano gracias a esas "vueltas" de los que las nombraban usando del tópico sin reflexionar que tenían un porqué. Ahora el 5 no va allí. Para llegar allí debe tomar la circular, que es la línea 1A y 1B, ambas líneas han sido totalmente alejadas de su barrio, debe caminar bastante para llegar a una de las paradas y luego tiene que recorrer un tramo prolongado hasta la extremidad al haber creado la circular integrando tramos de antiguas lineas. Ahora tiene que ir a su trabajo, de sueldo bajo, con un nuevo inconveniente: ahora además debe desgastarse en cansancio extra sólo en buscar el transporte para llegar. Pensemos otro caso real, se ha calculado que una vuelta completa del circular tarda 90 minutos (probablemente será más), o sea, que si quieres ir desde El Juncal al cine de Cuadernillos, o al Hospital, tardas 45 minutos teóricos, si no hay atasco, supongo, la realidad es que probablemente tardes 60 minutos ese hipotético tramo, porque no olvidemos que esta ciudad es propensa a crear atascos gracias a las innumerables celebraciones culturales. Renta más tomar el tren de cercanías en determinados barrios para hacer ese tramo, pero la mayoría de barrios no pueden.

Otro caso real que me contaban, el barrio del Campo del Ángel queda totalmente aislado de tener conexión con buena parte del distrito centro y con la parte sur de la ciudad. Como si la gente no tuviera más interés para usar el transporte público que ir a los centros médicos o a otros lugares públicos, y no por ejemplo para visitar a un familiar, a un amigo o para simplemente ir a otro barrio por lo que sea. En el caso que he contado se trataba de personas mayores del Campo del Ángel con familia en Reyes Católicos. A esto he de añadir que yo, en Nuestra Señora de Belén, me ha pasado lo mismo con una amistad que iba a venir a mi casa y lo anuló porque desde el norte del distrito Centro ya no hay conexión. Pero volviendo al caso anterior, resulta que me decían que para llegar a la casa de sus familiares en Reyes Católicos, esos ancianos debían bajarse ahora en Nuestra Señora de Belén o en la calle San Vidal, que sobre el papel parecen cerca, pero, como me contaban, ¡no lo están! Es así. Yo he nacido en este conjunto de barrios y vivo aquí de siempre: es verdad. En el papel parecen cerca, pero están lejos. Están pidiendo a la gente que camine bastante, y entre esa gente: a la gente mayor que le cuesta caminar. Han aislado barrios. Y no son los únicos perjudicados. Han creado desigualdades.

El distrito centro sólo tiene acceso si te bajas en la calle Colegios para estar, más o menos, en Plaza de Cervantes, si acaso quedan las paradas de la calle San Julian, pero todo lo demás se ha perdido. Hay otro acceso, que es la línea 5, que para por la vía Complutense, pero resulta que, volvemos a poner el ejemplo real de mi propia experiencia, ahora mismo para coger la línea 5 debo ir andando desde Nuestra Señora de Belén hasta calle Núñez de Guzmán más o menos a media altura, y sobre el papel parece cerca... ¡pero no lo está ni de broma! Y yo al menos aún soy joven, pero la gente mayor o con problemas para caminar, ¿cómo se las apañarán? ¿O dejarán de ir al centro? Parece una invitación a que te gastes una pasta en taxis o en que te vayas en transporte privado. Y del mismo modo que varios barrios se han aislado del centro y de otros barrios y distritos, a los del centro les han hecho lo mismo pero a la inversa. Y no nos confundamos, cito mi caso o casos particulares de otras personas que me los han contado por una cuestión de dejar patente que se han aislado y discriminado varios barrios. Cito los que conozco, pero ha ocurrido en bastantes más.

Volvamos otra vez al caso de los barrios cercanos de Reyes Católicos, de quince paradas que había uniendo barrios y distritos, me dicen, ahora sólo quedan siete... y recordemos que ya habían quitado tres en 2012. En Campo del Ángel les ha pasado lo mismo, y en otros barrios directamente les han dejado una sola parada.

Hay barrios a los que no les han alterado prácticamente nada, en esos barrios, que suele ser donde más preguntan los encuestadores, los vecinos están contentos. ¿Cómo no? No les afecta demasiado en sus intereses más directos, quizá sí en su relación con otros barrios. 

Y luego tenemos otro caso, si consideramos que la vía del tren traza una divisoria norte-sur, tenemos que ahora mismo la única línea de autobús que llega al Corte Inglés es la 11, que cubre el norte, la parte sur no tiene acceso en autobús. La circular (1A-1B), que tiene el antiguo recorrido de la línea 1, ha eliminado su ida a ese centro comercial, ahora sí va todo el día a la estación de tren La Garena, a pesar de que sigue cometiendo el error de no usar la calle Fernando Fernán Gómez. Está bien que ahora sí cubra ir a la estación de tren, pero está mal que hayan quitado a todo el sur poder ir al Corte Inglés en autobús. Y otra vez: parar en la rotonda previa a la estación de La Garena parece cerca de El Corte Inglés, en papel... en la vida real es un paseo especialmente para la gente mayor, que es la que más iba en autobús a ese centro comercial... y sé de lo que hablo. Yo no conduzco, no tengo coche, uso el transporte público y camino, esta línea la conozco bien. 

Creo que se han creado injusticias y aislamientos de barrios y ciudadanos. Se han creado desigualdades. Si no se revierte y perdura al final, obviamente, nos "acostumbraremos", no nos quedará otra, pero eso no quiere decir que nos guste. Para mi gusto y entender, el capítulo transporte público en Alcalá está ahora ciertamente más deteriorado y queda abierto a que se encuentren soluciones reales.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

viernes, febrero 22, 2019

NOTICIA 1855ª DESDE EL BAR: NO + PRECARIEDAD


Este sábado 23 de febrero está convocada una manifestación por la sanidad pública desde el Centro de Salud Puerta de Madrid al ayuntamiento de Alcalá de Henares a partir de las 11:30 h. En el plan de recortes económicos en los servicios públicos por parte del Partido Popular en el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid planearon quitar los servicios de atención médica, en cuando a médicos de cabecera, en varios ambulatorios de la Comunidad Autónoma a modo experimental para ver si con los resultados es viable quitarlos en absolutamente todos los centros médicos de la comunidad madrileña. Ya ha ocurrido que uno de los municipios elegidos protestaron con tanta fuerza que anularon su elección como experimento. En Alcalá de Henares han elegido un ambulatorio, el llamado Puerta de Madrid, en la Avenida del Ejército, que es el que más necesidad tiene de no anular servicios públicos en su horario ya que es el que registra el mayor número de pacientes con casos crónicos en Alcalá de Henares. Por eso la manifestación partirá de ahí. Pero antes de seguir contando, os muestro las razones que la Plataforma por la Sanidad Pública de Alcalá publicó en pasquines que repartieron en la primera semana de febrero para informar del asunto:


Como podéis leer en el pasquín, entre los convocantes están la citada plataforma, Plataforma por la Sanidad Pública de Alcalá, la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública, No  + Precariedad, la Asociación de Vecinos Cervantes, la Asociación de Vecinos El Val, la Asociación Familiares Contra el Alzheimer, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), la Federación Comarcal de Asociaciones de Vecinos de Alcalá de Henares, Partido Comunista de España (PCE)-Izquierda Unida (IU), Podemos, Somos Alcalá, el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT)-Unión Comarcal Este y Yo Sí Sanidad Universal. Y es que la cuestión es que si bien en principio los primeros afectados somos los vecinos de las barriadas más pobres del Distrito II, esto amenaza a toda la ciudad y a toda la Comunidad de Madrid. Que nosotros seamos el experimento no salvará al resto si sale adelante. Por eso afecta a toda la ciudad y a toda la Comunidad. No olvidemos nunca tampoco que la Comunidad Autónoma de Madrid está gobernada por el Partido Popular (PP) y que este grupo de barrios siempre ha votado desde la Transición mayoritariamente partidos de izquierda, jamás ganó la derecha aquí. Al igual que ocurrió con el boicot del gobierno autonómico al proyecto de peatonalización del centro de la capital disminuyendo servicios de transporte público, tiene pinta de que la elección de este centro en Alcalá no es casual, si no más bien castigo. ¿Por qué no empezar por los ambulatorios de los barrios cuya mayoría es del PP? Si observamos los centros elegidos en la Comunidad, ningún barrio de mayoría del PP se ve afectado en este experimento. Las elecciones municipales y autonómicas serán en la última semana del próximo mes de mayo. Añadamos a esto que la aprobación de este experimento fue en la Asamblea de Madrid gracias al voto conjunto de PP y de Ciudadanos, a pesar de que Ciudadanos posteriormente hiciera comunicados en Twitter sobre lo mal que le parecía la reducción de horarios... No es en las redes sociales donde deben solidarizarse con los ciudadanos, sino en sus acciones de gobierno. 

El 28 de enero hubo una primera concentración de protesta en las puertas del Centro de Salud Puerta de Madrid, a las 18:00 horas, que era cuando teóricamente se acababa el servicio de atención de los médicos de cabecera. Convocó No + Precariedad, que es quien convoca también la manifestación del sábado 23, mañana. Allí, en la concentración del 28 de enero, un miembro de No + Precariedad, a la postre también enfermero, explicó la trayectoria de su lucha y su salto a informar e implicar a la ciudadanía. Yo estuve. Me enteré gracias a un pasquín que me metieron en el buzón de mi casa. El Distrito II ha sido uno de los más combativos socialmente en la segunda mitad de los años 1970 y durante los años 1980, como en otras ocasiones expliqué en la Historia de Alcalá en esta misma bitácora. Desde entonces se adormeció mucho ganando ventaja en movimientos sociales el Distrito V (muy notablemente presente en la manifestación del día 28). Dicho esto hay que anotar que me llamó la atención que, pese al frío de ese día, hubo cerca de cien personas de avanzada edad protestando y vecinos que nunca antes en mi vida había visto participar en una protesta social (y vivo aquí desde que nací). Cierto que aquí vivirán unas 62.000 personas y 100 son pocas, pero si se tiene en cuenta los antecedentes y que si salen 100 habrán muchas más pensando en el mismo sentido es un síntoma claro de que hay recepción de que se está ante una injusticia que se quiere revertir (no entraré ahora a explicar cómo funciona la psicología de masas). Esta primera protesta del 28 de enero se produjo muy espontánea, subidos a un poyete de hormigón, voz en grito y con clara y activa participación de la gente presente. Entre las instituciones presentes, aunque no participaron de tomar la voz, hubo personas vinculadas a asociaciones de vecinos y al PCE. Acudieron dos periodistas de la prensa local. Se imprimieron pegatinas que la gente se puso en el pecho, yo también, a la altura del corazón.

El 4 de febrero, con mayor frío, en el mismo lugar pero a las 18:30 horas se produjo la segunda concentración. Esta la convocó la Plataforma por la Sanidad Pública de Alcalá. Esta vez, sorprendentemente hubo unas doscientas personas. Mayor respuesta. Hubo más medios. Se contaba con micrófono, altavoces, pancartas, panfletos, pasquines, y diversos medios de comunicación de prensa escrita y televisiva tanto municipales como de la Comunidad de Madrid. Quizá por esa misma razón estuvo presente el alcalde, Javier Rodríguez (PSOE), y diversos concejales tanto de PSOE como de Somos Alcalá (especialmente los concernientes a Podemos, varios de los cuáles están vinculados en su pasado a los barrios asociados a este centro de Salud). Y quizá por esta misma razón la organización varió y ya no fue tan dinámica y transversal como la del lunes anterior, sino que fue más jerárquizada sin intervenciones espontáneas de los presentes, con un orden programado de intervinientes que hablaron, que claramente destacaron quienes sí y quienes no apoyaban la protesta (lo que daba sensación de discurso electoral, más que de compromiso social). Estuvieron presentes, otra vez sin intervenir, sólo apoyando, gente del PCE, de las asociaciones de vecinos, de CCOO, de UGT y de IU. Pero para mí, que también estuve, lo más destacable es que hubo bastantes vecinos de toda la vida de estos barrios y esta vez tanto de edad avanzada como muy jóvenes. La policía tuvo más efectivos que la vez anterior e incomprensiblemente, si no fuera porque probablemente se lo exige el reglamento, llevaban chalecos antibalas y equipación con porras. Quizá en los discursos dados este día es de lamentar, aparte de lo ya dicho, que se hablara de geopolítica al comentar el liberalismo y la privatización internacional de la mano guía de Donald Trump (probablemente a la gente del barrio esto les sonó a chino mandarino en cuanto al porqué real estaban ellos allí), al igual que se comentó lo que sucedía con un lenguaje probablemente alejado en mucho a la gente común (por ejemplo, cito de memoria, más o menos una de las cosas que se dijeron: "prolongación longitudinal de los tiempos laborales" en lugar de "alargamiento de la jornada de trabajo"). Cierto es que también se comentó que en los presupuestos del Estado proyectados por el presidente Pedro Sánchez (PSOE), rechazados la semana pasada (por lo que vamos a elecciones generales en abril), estas medidas experimentales que se están llevando a cabo en todas las comunidades autónomas quedaban anuladas en Cataluña, que incluso iba a recibir mucho más dinero precisamente para evitar que en Sanidad sufrieran esto mismo. Esto indignó a los presentes en un sentido nacionalista españolista y anticatalanista que considero indeseable (aunque en voz baja, yo soy testigo por estar entre el público, no en tribuna), quizá ese dato no se debía haber dado o de darse se debía haber dado desde una perspectiva que no dejara duda de que no se trata de algo nacionalista, sino de una defensa social, civil, obrera, que nos afecta a todos los de España, se sea de donde se sea, para evitar alimentar más un monstruo indeseable.

Lo dicho, mañana (o bien hoy si lo estás leyendo en sábado 23 de febrero): manifestación del centro de salud Puerta de Madrid al ayuntamiento de Alcalá de Henares. Es importante. No sabemos si se logrará algo, pero es muy importante que al menos lo intentemos y el mayor arma en estas protestas es su visibilización. Los medios de comunicación serán importantes, pero para que estos se hagan eco y de una forma conveniente es vital que, si estás de acuerdo y concienciado en lo que se pide, participes.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

PD: La noticia en Alcalá Hoy.

miércoles, febrero 20, 2019

NOTICIA 1854ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -10 de 10, última-

¿Compuso Beethoven una décima sinfonía? Interesante y polémica pregunta. No he sabido de este tema hasta que leí por primera de él en diciembre del año pasado, hace unos tres meses. Analicemos, aunque poco sé de esta hipotética obra.

Como anoté en la Novena Sinfonía, se sabe que en 1815 él mismo dijo estar trabajando en una sinfonía en si bemol, pero no existe ninguna sinfonía de Beethoven en esa tonalidad. Probablemente la trabajó, ya que lo afirmó, pero no creó ninguna así. En 1817, escribió a su alumno y amigo, pero también compositor romántico, Ferdinand Ries, diciéndole que estaba trabajando en dos sinfonías a la vez, sin especificar de cuáles. ¿Se trataba de la continuación del proyecto de 1815 más otro nuevo? Eso ya lo comentamos, también que en 1818 trató de crear una sinfonía sobre mitología griega que no llegó a concretar ni terminar, no se sabe si a afrontar con algún resultado destacable. A partir de ese año se sumerge en otros proyectos con resultados muy importantes y se sumerge en otras dos sinfonías desde 1822 que terminará uniendo entre sí hasta crear y acabar la Novena Sinfonía en 1824, la cual hunde sus raíces en 1817. Todo eso, insisto, ya lo comenté en la entrega anterior y profundizamos en ello. Ahora mismo sólo nos interesa esta parte, pues puede que de los misteriosos intentos referidos pudo haber alguna parte o inicio de una décima sinfonía, aquí comienza la polémica, ya que incluso hubo quien atribuyó a la Primera Sinfonía de Brahms, iniciada en 1862 y acabada en 1876, la continuación de la obra de Beethoven, aunque es obvio que la obra de Brahms es netamente de Brahms, por muy influenciado que estuviera por Beethoven.

La hipotética Décima Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 10, en mi bemol mayor) no recibe la clásica numeración "opus" (op.), ya que esa palabra en latín se refiere a las obras así anotadas y acabadas, normalmente hechas públicas, de los autores. Los musicólogos Georg Kinsky y Hans Halm inventaron la abreviatura de las palabras en alemán de WoO., que indicaría "obra sin número", muy extendida hoy día desde 1955. Principalmente la usaron para las obras de Beethoven, teniendo otros autores otras abreviaturas más aceptadas, como le pasa a Bach o a Mozart, aunque el término WoO. lo reciben hoy día muchos más autores que Beethoven. No estaría claro que se pudiera usar el término WoO. y la posterior numeración de este en la Décima Sinfonía, ya que Beethoven no dejó ninguna partitura donde se indicase claramente que eran los trabajos de confección de una sinfonía. Tenía a la hora de su muerte muchas partituras sin acabar, algunas claramente conciertos de piano, sonatas y demás, y otras sin indicar absolutamente nada en ellas. 

Pues bien, sin descartar ninguna de las hipótesis e incógnitas abiertas desde 1815, si bien en 1817 le había escrito a un joven alumno suyo, el citado Ferdinand Ries, estaba trabajando en dos sinfonías, en 1824, con la finalización y el éxito de la Novena Sinfonía, otro joven amigo de Beethoven, el violinista Karl Holz comenzó a trabajar para él tanto como músico como copista de sus composiciones nuevas cuando Beethoven recibió el encargo de crear nuevos cuartetos de cuerda, a pesar de su avanzado estado de enfermedad, su sordera total y su enclaustramiento en su casa. En 1825 el secretario personal de Beethoven, Schindler, se enemistaría con el compositor y Holz pasó a ocupar también ese puesto de secretario personal. A través de cartas entre ellos y de conversaciones personales que transcribió en libro y publicó tras la muerte de Beethoven en marzo de 1827, Holz afirmaba que el maestro estaba trabajando en una décima sinfonía en sus últimos años, la cual quedaría incompleta. Sin embargo, por lo que transciende de esos escritos, muchos biógrafos y musicólogos creen que en realidad esos trabajos a los que se refiere son los de la composición de los últimos cuartetos de cuerda que compuso.

Tras esto siempre existió cierto mito y leyenda sobre el asunto, conformándose muchos con la obra de Brahms, tan influida de Beethoven, varias décadas después de la muerte de Beethoven, pero sin duda dar con esa "Décima Sinfonía" era como dar con un tesoro. Muchos músicos y musicólogos indagaron en ello sin llegar a conclusiones firmes.

En esto se estaba cuando un musicólogo británico, profesor universitario de esta materia y compositor de unas pocas y modestas obras desde los años 1970, Barry Cooper, se encontraba inmerso desde 1974 en el estudio e investigación de las sonatas para piano de Beethoven, cuando creyó encontrar las piezas claves de lo que debía ser un "puzzle" de partituras que unidas entre sí eran, según su criterio, fragmentos avanzados de una décima sinfonía. se trataba de unos doscientos compases. Se basaba en parte en lo que dejó trascender Holz de su relación personal con Beethoven. Además, entre 1814 y 1815 habría fragmentos de un posible concierto para piano que quizá iba a ser integrado en la nueva sinfonía de los últimos años de Beethoven. Tal concierto lo reconstruyó y tocó Nicholas Cook. Con todo este material reunido y analizado durante años, Cooper lanzó su teoría y reconstruyó el posible ensamblaje de las partes. Logró que la tocase la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Wyn Morris. Como mínimo, el resultado no era un monstruo de parches, cuadraba bien. Con algunos arreglos y añadiendo partes nuevas que unieran la obra de Beethoven, o sea: con una partitura Beethoven/Cooper, se tocó y grabó en 1988 con la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool dirigida por Walter Weller. Desde los años 1990 es tocada una vez al año por Real Sociedad Filarmónica. 

Aunque el resultado es notable y de calidad, lo cierto es que es un resultado altamente polémico y no aceptado por todo el mundo. La gran mayoría cree que la mayor parte de la partitura recompuesta por Cooper pertenecen al periodo intermedio de la vida de Beethoven, e incluso Cooper ha declarado sospecharlo alguna vez. La corriente mayoritaria la que acepta la existencia sólo de nueve sinfonías y una clara intención de Beethoven de crear una décima que, si bien pudo haber trabajado en alguna de sus partes, jamás realizó. 

Ya en su día, con las notas de Holz, Biamonti creó unos apuntes en 1827, los numerados 838, donde decía que aquella era la décima sinfonía de Beethoven. Sin embargo, aquella era la Sinfonía Jena de Friedrich Witt.

La obra tendría cuatro movimientos, con una parte central altamente enérgica, pero combinada con partes más relajadas y suaves. Según quien la interprete varía de quince a veinticinco minutos, lo que ya de por sí sería una anomalía grande, sobre todo cuando hacia el final de su vida se sentía libre para recrearse usando todo el tiempo que necesitara. La obra en sí suena potente y grandilocuente, en un sentido muy germano y romántico, quizá apuntando más al romanticismo de un francés Berlioz o de un alemán Wagner.

La Décima Sinfonía de Beethoven/Cooper está grabada y editada en disco, yo no la tengo, pero se puede escuchar gratuitamente por Internet.

domingo, febrero 17, 2019

NOTICIA 1853ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -9 de 10-

Llegamos a la Novena Sinfonía, que es la más importante y famosa de las que compuso Beethoven. Pertenece plenamente al romanticismo más enfrentado y en rechazo del racionalismo. Se ha escrito mucho de esta obra, por lo que no es tampoco mi intención dar en esta bitácora una visión exhaustiva, cuando musicólogos e historiadores tienen otros espacios en papel y en cibernético donde se puede encontrar todo tipo de detalles, análisis y opiniones. Contiene e sí una gran cantidad de innovaciones que cautivaron a la gente de su época y a la posterior, cambiando el rumbo de la música. Así pues, voy a hablar de ella dentro de lo que es esta serie que os abrí sobre las sinfonías de Beethoven, con cierto afán tanto divulgador como personal. De hecho, esta sinfonía fue la primera que me compré (que no la primera a la que tuve acceso, como ya dije en entregas anteriores). me gustó muchísimo y es una de las que más he escuchado, siendo parte incluso de una de mis novelas inéditas. Además, su duración es parte de uno de mis hitos personales como reloj. Procedamos.

La Novena Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 9, en re menor, "Coral", opus 125) tuvo un proceso de composición en el que numerosos autores no se ponen de acuerdo del todo, a pesar de que algunos espacios célebres de Internet dan por ciertísimas unas determinadas fechas. Lo cierto es que en 1815 proyectó una sinfonía en sí bemol. ¿Era el primer acercamiento a esta sinfonía? No está claro, pues si bien pudo ser, lo cierto es que la Novena Sinfonía se compuso en re menor. En 1817 escribió una carta a Ferdinand Ries diciéndole que está trabajando en dos sinfonías, sin especificar cuáles, en ese momento la Sociedad Filarmónica de Londres ensayó lo que pudiera ser una parte de esta sinfonía, ya que sí se sabe que en esa fecha ya estaba bosquejado el comienzo de la Novena. Como ya vimos en la Séptima y la Octava Sinfonías, se quedó totalmente sordo, y aunque siguió componiendo, ya no volvió a dirigir. Como mucho escuchaba si le hablaban casi en grito o si se colocaba extremadamente cerca del cajón de un piano. En 1818 se sabe que trabajó en una sinfonía sobre mitos griegos, que no completó. De ese año a 1822 trabajó en otros proyectos célebres de su música. Precisamente en el verano de 1822 terminó la Missa Solemnis y volvió a ilusionarse con la idea de crear una sinfonía, cosa que había dejado aparcada dándola por imposible dada su sordera. Retoma la idea de hacer dos sinfonías, una en re menor para la Sociedad Filarmónica de Londres, y otra a modo de sinfonía alemana con coros, para la cual comenzó a trabajar el poema "Oda a la alegría", que escribió Schiller en 1785, poema que él conocía de años atrás. Con estas dos ideas tendrá la base de lo que será la Novena Sinfonía cuando se decida a aunarlas. En 1823 tenía resuelta gran parte de la composición de la sinfonía en re menor, pero se encontraba a problemas de cómo continuar la composición. Comienza a introducir repeticiones separadas por secciones musicales y se ayuda de dos copistas varones (el personaje femenino de la película Copying Beethoven no existió). Imbuido ya en la pasión más atormentada (se recluirá en su casa por su enfermedad en los tres últimos años de su vida) combina partes apasionadas con otras calmadas cuando en octubre de ese 1823 comprender que la sinfonía alemana con el poema de Schiller debía ser integrada con esta otra sinfonía formando una sola gran sinfonía. Son embargo, no sabía cuándo ni cómo podría introducir voces humanas. En claras alusiones a las ideas romanticistas que debían acabar con el orden preestablecido, introdujo en los tres primeros movimientos una voz solista que brevemente cantase frases deshechando la música que suena porque devolvería al hombre a su estado de desesperación inicial, o bien a un estado de ternura que lo embobaría, hasta que en el cuarto movimiento diera por bueno el poema de Schiller y su texto. Pero tampoco le convence. Sustituirá las voces solistas de los primeros movimientos por el sonido de instrumentos que imitarían el sonido de esas palabras cantadas, con lo que insinúa lo que se dice, pero no lo hace decir con voces. En el cuarto movimiento dará paso al poema de Schiller, directamente con las voces humanas, si acaso ligeramente precedidas por una breve fase que deshecha angustiado todo lo anterior para abandonarse al himno de la alegría, de un nuevo mundo, de la libertad humana y de las pasiones, fuera ya de las cadenas de las convenciones sociales y de un raciocinio que niega los sentimientos del alma. Trasciende a lo metafísico, la libertad, la igualdad y la fraternidad, uniéndolo a la vez a una visión germana mitológica que lo transformaba en épico. Para comienzos de 1824 acabó la sinfonía.

Beethoven estrenó esta sinfonía el 7 de mayo de 1824 en el Kärntnerthortheater de Viena. Había causado una gran espectación porque llevaba diez años sin dirigir a músico alguno y en esta ocasión había insistido en querer dirigir él mismo en persona, aunque hubo quien quiso persuadirle. Estaba totalmente sordo, como he dicho. Hay polémica acerca de si dirigió únicamente él, de si alguien le ayudó semiescondido o de si fue colocado en el atril y los músicos supieron dar lo mejor de sí como si les guiase. Como sea, lo aceptado es que dirigió la sinfonía y se sabe que tuvo que ser dado la vuelta por la contraalto Karoline Unger al final de la obra para que descubriera que el público estaba en pie en un enorme y gran aplauso y ovación. Después de aquello, como he dicho, la enfermedad se agudizó y siguió su reclusión en su casa hasta que murió en 1827.

La Novena Sinfonía era altamente rompedora, es un antes y un después en la música. A partir de este momento ya nada sería igual. Para empezar, duraba unos setenta y cinco minutos, algo totalmente anómalo que se creía imposible o que causaría rechazo. Todo lo contrario. Como curiosidad quepa decir que en el siglo XX cuando se inventaron los discos compactos se les dio esta duración de reproducción musical precisamente en referencia a esta sinfonía por su importancia en la música. Componía la sinfonía cuatro movimientos, de los cuáles el cuarto componía cuatro partes a la vez, que fue el modo como Beethoven solucionó la unión de las dos sinfonías iniciales ya citadas.

Otra innovación fue la introducción de las voces corales haciendo de la voz humana otro instrumento, y además cantando un poema plenamente romántico. El romanticismo y sus valores era ya algo indiscutible en la cultura europea con esta obra. Wagner construirá su teatro de la ópera en Bayreuth y lo primero que interpretará será esta sinfonía de Beethoven. La Novena será su preferida, verá en ella la chispa de la alegría de la revolución que debía cambiarlo todo, y así se lo dirá en persona a uno de los revolucionarios ubicado en las barricadas de la revolución de 1848. En 1830 Berlioz creará su Sinfonía Fantástica totalmente imbuido en la Novena. Habrá quien dirá que Beethoven se anticipó varias décadas a Mahler.

La Novena Sinfonía estará presente en las revoluciones de 1830 y de 1848. Estará en los movimientos sociales de la década de 1860. Estará en la Comuna de París de 1871. En la inauguración citada del teatro creado por Wagner en 1872. En la Tercera República Francesa habrá quien la reclamará como "La Marsellesa" de toda la humanidad. Burgueses y socialistas la entonarán y tocarán reivindicando sus propios intereses. Los republicanos la considerarán su propia banda sonora, mientras que al fundarse la Primera Internacional Socialista la Novena Sinfonía competirá con la popularización como himno con La Internacional. La República de Weimar alemana la reclamará como propia en los años 1920, también la Sociedad de Naciones, en breve, en 1933, será la Alemania nazi quien la dé su sesgo político hasta que un exiliado alemán en esos años se lo quite y la reclame para las democracias en Estados Unidos de América. Tras la Segunda Guerra Mundial la Novena Sinfonía volverá a resurgir con fuerza como himno de los pueblos y la libertad en la Organización de Naciones Unidas a partir de la segunda mitad de los años 1940. Desde los años 1990 la Unión Europea la reclama en ese mismo concepto como un himno que representa sus valores y a la Unión Europea misma.

Parte de su atractivo es precisamente su ímpetu épico de ascenso y caída para llegar a una resurrección en un mundo nuevo y mejor logrado precisamente mediante la angustia y los padecimientos de todo lo anterior. Representa la construcción de uno mismo y también de las sociedades desde la nada, quizá por ello también engarza con varias formulaciones filosóficas, como las de Nietzsche, y por ello quizá varios idearios políticos han querido ver en esta música un impulso a sus ideas. Es el sueño del ascenso personal y colectivo tras los padecimientos afrontados en busca de una meta de mejora y de liberación de toda opresión.

Compré el disco de esta sinfonía con la colección de música clásica que editó el diario El País en 2004. Se trataba del penúltimo concierto que ofreció Wilhelm Furtwängler, con lo que junto al disco que compré con la Séptima y la Octava Sinfonías tengo los dos últimos conciertos de este autor. Fue dado en Suiza, en el Festival de Lucerna, el 22 de agosto de 1954, y remasterizado en disco compacto en 2002. Fue interpretado con la Orquesta Philarmonia. Está considerada la mejor de las interpretaciones de la Novena Sinfonía que se encuentren grabadas. Sorprende como los dos últimos conciertos de Furtwängler están llenos de una vitalidad potente y fuerte, contagiosa. A mí este disco siempre me ha cautivado. Me ganó desde el primer momento.

Furtwängler había nacido en Berlín en 1886, hijo de un arqueólogo y de una pintora. Como ya apunté en las sinfonías anteriores donde le mencioné, fue un apasionado de Beethoven y se especializó en su obra, aunque aprendió toda la música alemana del siglo XIX. Desde muy joven se aplicó a ella dándole una sensibilidad propia que alcanzaba la de Beethoven, por lo que está considerado el mejor de los directores de música interpretando a Beethoven. Ocupó varios puestos musicales en diferentes ciudades alemanas hasta que en 1922 la muerte de Arthur Nikisch le otorgó la dirección titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín y de la Gewasndaush de Leipzig

Cuando Hitler accedió al poder en 1933, y más concretamente con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, Furtwängler optó por no abandonar Alemania. Tenía cinco hijos reconocidos con diferentes aventuras sexuales. Además, alegó tras la guerra, durante los juicios de Nuremberg, que no podía abandonar Alemania ante la barbarie de los nazis, pues debía intentar salvar el arte alemán. Lo cierto es que durante el gobierno nazi de 1933 a 1945 tuvo una postura ambigua. La propaganda nazi usó de sus servicios como músico para numerosos actos oficiales, interpretando a autores alemanes, incluida la Novena Sinfonía de Beethoven. Incluso fue llevados a giras y actos internacionales, por ejemplo en Londres en 1937. Como obviamente habéis leído, al acabar la guerra fue acusado de nazismo y juzgado en los juicios de Nuremberg. Él alegó lo dicho, pero su carrera musical había sido cesada desde ese año 1945. Vivió un proceso de desnazificación, mientras en el proceso se demostraron hasta ochenta casos de músicos judíos en los que él en persona había intervenido para salvarles la vida. En otros muchos casos esta protección la extendió a personal relacionado con la Orquesta Sinfónica de Berlín. Aquello le valió la absolución y el regreso a ejercer de director de orquesta en 1947. Regenerado para la sociedad, con todo el bagaje musical que llevaba ya sobre sí, y algunas grabaciones que ya eran memorables y épicas, su máximo esplendor vino en los años 1950 hasta su muerte en noviembre de 1954.

martes, febrero 12, 2019

NOTICIA 1852ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -8 de 10-

La Octava Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 8, en fa mayor, opus 93) fue compuesta, al igual que la Séptima Sinfonía, entre 1811 y 1812, de hecho, mientras la Séptima Sinfonía, como vimos, era la obra número 92, la Octava era su obra número 93 acabada y reconocida; por tanto, fueron compuestas juntas. En esta Octava Sinfonía volvió a tener un arrebato compositivo muy creativo, con lo que volvió a crear una sinfonía en apenas cuatro meses, como ya había ocurrido en el pasado. En concreto tuvo dos arrebatos creativos para esta obra, uno en los comienzos de 1811 y un segundo en octubre de 1812. Sin embargo, la obra no se estrenó en diciembre de 1813, como había ocurrido con la sinfonía anterior, aunque ya estaría preparada, sino que se estrenó en febrero de 1814, una vez más: en Viena.

Walter Krug llamó a esta Octava Sinfonía la "Sinfonía del buen humor", ya que al carecer de movimientos lentos y al tener algunas repeticiones entre sus partes, como pasó con la Tercera Sinfonía, le dotan a la obra de un sentido del humor alegre y de diversión. Además, Beethoven quiso "jugar", divertirse por así decirlo, con respeto pero con sentido del humor, de las sinfonías de Haydn, al que ya había superado, por lo que tendrá partes que recuerdan en parte a las formas de Haydn, pero que son inconfundiblemente de Beethoven, que de paso les quita transcendencia y peso, las vuelve: divertidas. Salvando enormemente las distancias, esta obra tendría tanta reverencia como irreverencia humorística a la música previa de la que venía, como las versiones del punk rock de los años 1970 de las canciones de rock precedentes o hasta de las de jazz de Frank Sinatra.

La alegría divertida de Beethoven se basa en una presunta candidez e indolencia de lo que sería una mañana de primavera en el campo por parte de una joven que se dispone a cantar inocentemente, aunque el mundo no es inocente. Hay tonos de burla al insinuarse un erotismo y una sexualidad más allá de la sensualidad que sobrepasaría a la cándida joven que canta inocente en un campo primaveral como si el mundo fuera un cuadro infantil para entender la vida. El ambiente dulzón que le imprime ayuda a que sea ciertamente divertida y una pequeña broma a la obra de Haydn que tanto le persiguió en sus inicios por muchos años, tan reverente como irreverente. Pero aún así, es una buena obra seria. Beethoven la consideró mejor que la Séptima para su gusto. De hecho, muchos de sus seguidores coetáneos, por algún tiempo, la prefirieron a la Novena, una vez que esta se creó, claro está. 

Son cuatro movimientos que en conjunto duran de treinta a treinta y cinco minutos de media. Contiene caprichos sonoros en algunas de sus partes que son pequeños adornos que enriquecen el significado completo de la composición. El sentido armónico de Beethoven queda aquí totalmente asentado de manera evidente. 

En buena parte el sentido final de la sinfonía surgió en la primavera de 1812, cuando se encontraba en una comida con amigos, estando de muy buen humor. Estaba presente Johann Mäzel, que acababa de inventar el metrónomo y se lo presentó a los músicos allí presentes. Les habló de su funcionamiento y uso, así como de lo beneficioso que sería para poder acompasar ritmicamente las composiciones musicales en cada una de sus partes, instrumentos e incluso voces de las y los cantantes que las interpretasen. Sería una herramienta de trabajo para los músicos, basado en un sonido pendular que podía variar su velocidad, y por tanto medir matemáticamente los tiempos de los sonidos, o sea: ayudando a crear ritmos de sonido estables, y por ello ayudando a crear melodías. A Beethoven le hizo gracia aquel invento, ya sea porque se tecnificaba la música, o porque él era un romántico amante de la libertad, e improvisó una canción que cuadró con el metrónomo, causando la gracia y diversión de los asistentes. De esa canción nacería el sentido total de la sinfonía ya citado, donde hay burla del estilo neoclásico y sus normas, personalizados en Haydn. 

Sin embargo, una vez más en la vida de Beethoven, enfrentaba con una creación alegre lo que en su vida era un momento difícil. No sólo se estaba quedando totalmente sordo, como dijimos en la Séptima Sinfonía, su nuevo amor le había abandonado (probablemente ante su carácter iracundo) y a la vez, por aquel tiempo, también le daba por imposible su hermano. Beethoven casi se suicidó. Por la sordera total tuvo que dejar de dirigir sus composiciones, aunque siguió produciendo, y a pesar de que dirigió totalmente sordo algunas obras en un primer momento, como ya vimos en la anterior entrega.

Como ya dije, tengo la Octava Sinfonía en el mismo disco compacto que tengo la Séptima, comprado de segunda mano a un italiano. La dirige Wilhelm Furtwängler, al mando de la Filarmónica de Viena en el concierto interpretado el 30 de agosto de 1954 en Salzburgo. Furtwängler no sólo fue uno de los mejores autores del siglo XX, está considerado el director que mejor y más ha interpretado a Beethoven en toda la Historia, hasta el momento. Desde muy joven comenzó en el estudio de los cuartetos, sonatas, conciertos de piano y sinfonías de Beethoven. Sólo retiró una obra de Beethoven de sus repertorios, la Missa Solemnis, por considerarla la mejor obra de Beethoven y ser él incapaz de hacerla justicia por mucho que lo intentó.  

Furtwängler entendía la obra de Beethoven como un conjunto, al estilo de las figuras de un drama humano. El destino y la historia de Beethoven se podía seguir por orden oyendo una detrás de otra sus composiciones. 

"Para mí nunca son las mismas obras", dijo Furtwängler, que efectivamente dotaba de aires diferentes cada vez más perfectos cada una de las obras cada vez que interpretaba a Beethoven, su autor más admirado. Les daba además un sentido propio salido de su propia alma en un intento de conjunción con la de Beethoven. Ponía todo el corazón y pasión para entender la música más allá de ella, para entenderla desde la vivencia de Beethoven y a la vez sacar de dentro de él mismo lo que a él mismo le ocurría en cada momento de su vida. Cuando se produjo este último concierto en Salzburgo el 30 de agosto de 1954, Furtwängler comenzaba a tener otra característica que le apoximaba a Beethoven: se estaba quedando sordo, lo que le ocasionaba una gran angustia. En 5 de noviembre hizo un viaje en tren de Gastein a Clarens, en Suiza, durante el cual se vio afectado de neumonía. Esta no se curó bien y él, con la angustia por su sordera, se abandonó. La neumonía aumentó hasta el punto que el supo que se moría, tal como declaró a su esposa. El 30 de noviembre, murió.

domingo, febrero 10, 2019

NOTICIA 1851ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -7 de 10-

Wagner dijo de la Séptima Sinfonía que era "la apoteósis de la danza". Otros afamados compositores quisieron ver en esta nueva sinfonía una sinfonía de fiesta, una suite de la danza, un festejo en un castillo feudal, el sonido del cuerno de Oberón (rey de las hadas) para que dancen las hadas, o una composición que describe una fiesta medieval con el rey de las hadas que incluye una muerte (por lo que habría en medio una marcha fúnebre) y una resurrección tras una orgía... pero, en fin, los autores más reconocidos del siglo XIX suelen coincidir en que es una sinfonía apropiada para lo festivo y la danza, algunos incluso la creen antesala de la ópera actualizada en ese siglo XIX, cuyo máximo exponente será Verdi y precisamente también Wagner.

La Séptima Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 7, en la mayor, opus 92) fue compuesta entre 1811 y 1812. Se estrenó en diciembre de 1813, con Beethoven ya totalmente sordo. Se empeñó en dirigir la obra personalmente el día de su estreno, lo que produjo entre el público ciertas actitudes de irreverencia al producirse situaciones tragicómicas. Aún así, gustó la obra y sabían de lo complejo de la situación con el compositor imposibilitado de oir, pidieron un bis, así pues no tuvo un resultado fatal. Entre los músicos habían participado varios de los más famosos del momento. Tal concierto se produjo en Viena con motivo de la recaudación de fondos para los heridos de la batalla de Hanau.

Dura entre treinta y ocho y cuarenta minutos, distribuidos en cuatro  movimientos, de los cuales el primero es el más largo. Ese primer movimiento es un ritmo vivace con una escala repetitiva y pegadiza que invita a bailar. Usa de unos tonos que vuelven de manera constante a manera de ecos. La sinfonía triunfa sobre el ritmo, pero el ritmo es muy necesario para lograr ese efecto pegadizo que invita a bailar. Precisamente por eso es probable que Wagner, Oulibitscheff, Paul Bekker o Riezler vieran en ella una íntima relación con la danza y por tanto una mano abierta a la ópera. Aún con todo, la máxima aportación innovadora de esta obra será vital para la música popular del siglo XX. Se produce en el tercer movimiento, que era un presto. Se trata de la repetición rítmica del trío clásico A-B-A pasando a hacerlo A-B-A-B-A. Era algo que había ensayado en la composición de la Cuarta Sinfonía y en algunas obras no sinfónicas, pero ahora le dotaba de todo el protagonismo preciso. Los músicos de rock and roll de los años 1950 retomaran esta repetición rítmica por sus formidables efectos pegadizos y bailables, mientras que serían los Beatles, en sus primeros discos, quienes definitivamente harían de esta repetición una de las más usadas para la música popular. 

Quizá por ser una sinfonía tan bailable se la ha relacionado también con una música propia de lo palaciego y en innumerables obras posteriores se la ha asociado a otras obras creativas donde se narran historias de las altas elites del poder. Ayuda sus escalas melódicas llenas de matices y colores musicales, las cuáles transmiten una intensidad muy viva y rica.

En esta ocasión conseguí esta obra en un disco compacto de 1988 que compré de segunda mano a un italiano (de nuevo) y se acompaña de la Octava Sinfonía. El director que las dirige es el mítico Wilhelm Furtwängler (1886-1954), en esta ocasión a la batuta de la Wiener Philarmoniker (la Filarmónica de Viena). El concierto grabado con estas dos sinfonías es aún más mítico, pues es el último que ofreció, ya que fue interpretado el 30 de agosto de 1954 en Salzburgo, mientras que Furtwängler moriría ese mismo año el 30 de noviembre, a tres meses de esta grabación. Fue una interpretación llena de vitalidad, muy generosa con el público y demostrativa de que este autor ha pasado a la historia como uno de los grandes directores del siglo XX, especializado en la música decimonónica alemana, especialmente en la obra de Beethoven.

miércoles, febrero 06, 2019

NOTICIA 1850ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -6 de 10-

Ya en la Quinta Sinfonía hemos hablado mucho de la Sexta Sinfonía. Fue dedicada al conde ruso Razumovski, embajador del Zar en el Imperio Austrohúngaro. Ya en la anterior ocasión comentamos los pormenores de la relación de Beethoven con este diplomático, el cual ganó de Beethoven numerosas dedicatorias. Razumovski fue uno de sus protectores económicos y de sus admiradores. 

La Sexta Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 6, en fa mayor, opus 68, "Pastoral" o "Recuerdos de la vida campestre) había sido bosquejada en algunas de sus partes mínimas en 1803, pero no habían sido ideas desarrolladas. En 1806 desarrolló más esos bosquejos, siendo todas estas acciones, acciones que interrumpían en parte la composición de la Quinta Sinfonía, como se dijo. El desarrollo total de la obra se produjo en el verano de 1808. Como dijimos ya, se estrenaría el 22 de diciembre de ese 1808 en el Theater an der Wien de Viena junto a la Quinta Sinfonía, una aria, el Cuarto Concierto para piano, varios fragmentos de la Misa en Do Mayor, la Fantasía para piano, opus 77, y la Fantasía Coral, opus 80, todas ellas obras inéditas de Beethoven, siendo aquella una extraña noche de maratón musical de este autor, en un ambiente enrarecido por la ocupación francesa y casi sin haber ensayado ninguna de las obras, aunque interpretadas perfectamente. En el programa se alteró e orden de las dos sinfonías, se tocó primero la Sexta, dejando al público indiferente, y después la Quinta, que entusiasmó. La Sexta Sinfonía iría ganando adeptos sólo con el paso del tiempo y la apreciación sosegada interpretada ella por sí sola.

La razón de ser de esta Sexta Sinfonía se debía precisamente a la enfermedad que le había dejado ya casi sordo, lo que, como he repetido ya varias veces, le producía crisis existenciales, ira y profundas depresiones. En este largo periodo que estuvo en Viena, abandonando Bonn, sólo encontraba paz ya cuando salía a pasar un tiempo al campo libre, donde paseaba en soledad y se recreaba con la Naturaleza. a veces permanecía algunas estancias en el campo gracias al sosiego y la calma que le daba. Así pues quiso componer una sinfonía musical que recogiera la tranquilidad emocional que le proporcionaba, casi como medicina saludable, cuestión que algún musicólogo ha catalogado de "dulzura". 

Se habían compuesto sinfonías y obras dedicadas a la Naturaleza muchas veces antes de que él lo hiciera. La más famosa, por ejemplo, era la obra de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, en el siglo anterior. Pero todas aquellas obras coincidían en ser un intento de crear cuadros sonoros, pinturas sonoras, lienzos sonoros, como se prefiera llamarlo. Mediante los sonidos se trataba de "pintar" escenas de la Naturaleza. A Beethoven no le interesaba crear imágenes por medio del sonido. No era su interés imitar a los pájaros, ríos, lluvias o vientos para recrear imágenes como hasta ese momento se había hecho. Él dio un paso más. Lo que él vivía íntimamente con la Naturaleza era un estado emocional, la Naturaleza tenía en él una fuerza transformadora. Le devolvía la paz y le distanciaba de sus preocupaciones y de su realidad personal. Deseaba por tanto crear una sinfonía de la Naturaleza no para "pintar" una imagen, sino para transmitir las emociones que le producía y que creía tenía la misma fuerza en cualquier persona que se detuviera en ella. Le parecía trivial tratar de reproducir sonidos de la Naturaleza con la música, había que ir al alma.

En la partitura para él mismo y para los músicos anotó sobre las partes correspondientes cosas como "murmullo del arroyo", "cantos del ruiseñor", "codorniz", "crepitar de la lluvia", "truenos y relámpagos" y otras cuestiones que iba mucho más lejos que el mero solfeo. John Lennon, en los años de 1960, volvería a la misma idea compositiva, en este caso Lennon no había pasado por los estudios de conservatorio, aprendió música de manera autodidacta, y ha quedado para la Historia que cuando deseaba determinados sonidos en los álbumes, sobre todo a partir de 1966, les decía a los técnicos de sonido las emociones que quería transmitir, no las notas ni las partituras, y recorría a imágenes similares a las que Beethoven anotó en 1808. Esa es la gran aportación de esta sinfonía alegre y sosegada, la idea de que el músico podía querer transmitir cuestiones metafísicas, emocionales, más allá de las normas estrictas establecidas en los conservatorios musicales. Una idea propia del romanticismo, pero idea de Beethoven a fin de cuentas, la cual transcendió, especialmente desde finales del siglo XIX.

Otra innovaación fue que esta vez la sinfonía contenía cinco movimientos y no cuatro. Duraba cuarenta y cinco minutos, lo que la hacía más larga que las sinfonías hasta entonces habidas, a excepción de su Tercera Sinfonía, rompedora en todo, de la que ya hemos hablado. Estaba claro que Beethoven necesitaba sentirse libre de toda cadena para expresarse. Es una sinfonía alegre y sosegada, como ya he anotado, aunque una de sus partes contiene una tormenta que interrumpe una reunión de campesinos en el campo, pero tras ella estos se supone que cantan alegres y dan acción de gracias porque escampó. 

Al igual que la Quinta Sinfonía, publicó la Sexta Sinfonía un año antes de su muerte, en 1826. En la partitura anotó un título: "Sinfonía Pastoral, recuerdos de la vida campestre", en alusión a todos aquellos innumerables paseos por los campos que rodeaba Viena, que le llenaban de paz en momentos de su vida de total zozobra, pero también de sus mejores momentos compositivos que hasta ese momento había vivido.

También esta Sexta Sinfonía la compré en el mismo mercadillo benéfico de la iglesia de San Francisco de Asís donde compré la Tercera, Cuarta y Quinta Sinfonías. Interpretada por Barenboim con la Berliner Staatskapelle, en una grabación de 1999 en el Studio One de GDR Radio Studios, de Berlín. Se editó en 2000. Probablemente se trata de una serie de conciertos grabados para realizar esta colección, aparte de ser posiblemente radiados y emitidos.

lunes, febrero 04, 2019

NOTICIA 1849ª DESDE EL BAR: ¿POR QUÉ BEETHOVEN? (En nueve sinfonías, a lo sumo diez). -5 de 10-

Tal como dije, tengo la Quinta Sinfonía hace poco, del mismo mercadillo benéfico de la iglesia de San Francisco de Asís donde compré la Tercera Sinfonía. Está en el mismo disco que incluye la Cuarta Sinfonía, ambas tocadas por Barenboim con la Berliner Staatskapelle, en una grabación de 1999 en el Studio One de GDR Radio Studios, de Berlín. Se editó en 2000.

La Quinta Sinfonía de Beethoven (Sinfonía nª 5, en do mayor, opus 67, "La llamada del destino") es la más reconocible y rotunda. Su composición duró varios años al ser interrumpida por los procesos de otras sinfonías, sonatas y conciertos que le fueron encargados o que le surgieron en su imaginación. Es uno de los periodos más fecundos del autor. Las primeras partes que compone surgen en 1804, cuando va culminando la Tercera Sinfonía, en la que pone todo su potencial rompedor y revolucionario. Prosigue en 1805, con ciertos parones que le producen graves ataques de su enfermedad, que cada vez le van dejando más sordo, para su desesperación, y varios capítulos conflictivos en su vida personal y emocional. En 1806 recibió el encargo de la Cuarta Sinfonía, la cual compuso de manera rápida mientras a la vez iba surgiéndole otras obras, pero también más partes de la futura Quinta Sinfonía. El conde Von Oppersdorff, quien le había encargado la Cuarta Sinfonía, quedó tan satisfecho que volvió a pagarle y encargarle otra sinfonía más. Beethoven aceptó el encargo y con eso garantizaba cierta tranquilidad económica, aunque bien sabía que ya tenía una sinfonía en marcha antes de recibir el nuevo encargo, aunque esta nueva sinfonía estaba llamada a ser rompedora y no conservadora como la anterior. En ese mismo año, en el que había conocido a Von Oppersdorff gracias a acompañar en su viaje al príncipe Licknowsky, surgirá que se presentase en público la Cuarta Sinfonía en el palacio del príncipe Lobkowitz, ya en 1807. Este era cuñado del embajador ruso en el Imperio Austrohúngaro, el conde Andréi Razumovski, posterior príncipe ruso de origen ucraniano y partícipe decisivo en el Congreso de Viena de 1814, que pondría fin al sistema e Imperio napoleónico. También a este le gustó bastante la obra de Beethoven, por lo que llegó a pagarle para que le compusiera varias obras. Sólo en 1806 el músico le dedicó cuatro cuartetos de cuerda y para 1807, aunque la nueva sinfonía (la Quinta) la pagaría Von Oppersdorff, sería dedicada a Razumovski, y aún todavía posteriormente le dedicaría la Sexta. También la composición de la Sexta Sinfonía interrumpiría la de la Quinta, ambas se estrenaron juntas.

La obra fue acabada y presentada al público en diciembre de 1808, en Viena, en el Theater an der Wien. Era muy potente. Duraba de nuevo unos treinta y seis minutos a lo largo de cuatro movimientos. Predominaba el sonido con brío y el allegro. Ya desde el mismísimo comienzo introduce la coda más famosa de la Historia de la música. Tenía una gran innovación que terminaría afectando a toda la música posterior, aunque en ese momento dividió al público entre quien lo amó y quien no sabía qué pensar. Se trataba de la unión de todos los movimientos a través de la repitición constante de la citada coda, lo que podríamos llamar "estribillo". La sinfonía contaba una historia emocional llena de pasión desaforada, pero permanentemente se volvía de un modo u otro a un mismo punto emocional, la repetición de una coda como si de una constante vital se tratara. Era lo que Beethoven llamó "la llamada del destino", pues ocurriera lo que ocurriera no se podía eludir al destino. Nada de lo que se hiciera podía eludirlo. Pasaba así a una forma enérgica y alegre lo que era una tragedia personal, el avance de su sordera entre otras cuestiones afectivas que parecían repetirse con final fallido en su vida, y de paso lo traducía a un lenguaje emocional musical que no narraba su propia historia, sino que se hacía eco del destino de todas y cada una de las personas, era la llamada del destino de todos los seres vivos de la existencia. La propia angustia le hizo componer con furia y eso se trasluce en la fuerza de esta composición. Aún profundizó más en todo esto al ver el desarrollo de la guerra entre 1804 y 1808. La desilusión que le produjo lo que consideró una traición a la revolución por parte de Napoleón, así como la expansión del Imperio Francés también le hizo pensar en lo inexorable del destino. Más todavía cuando esta obra habría de ser estrenada junto a la Sexta, como se ha dicho, en 1808, fue en Viena, en esos momentos ocupada por los franceses. Beethoven, afrancesado, aunque contrario al autoritarismo imperial, tuvo un público con serias preocupaciones políticas propias de la guerra y la ocupación.

Más aún, la Quinta Sinfonía no sólo se estrenó junto a la Sexta, lo hizo junto a nueve composiciones nuevas más. Fue una maratón de música de Beethoven. Algo extraño. Fue perfectamente ejecutada por Beethoven, según han quedado registrados los testimonios presentes, a pesar de que el autor decidió ensayarla una única vez previa, pero el ambiente era tenso y violento a causa de la citada ocupación francesa. 

Beethoven estaba ya casi sordo del todo y eso le había provocado una fuerte conmoción espiritual y un carácter cada vez más irascible con periodos de depresión profunda. La composición de la Quinta Sinfonía fue tan larga porque en ella expuso la mayor de sus dedicaciones, ya que deseaba que la entrega al Arte aliviara todo sufrimiento en su ser. 

Fue publicada en 1826, un año antes de su muerte, con la dedicatoria doble a Lobkowitz y a Razumovsky, en pleno apogeo de la cultura romántica, pero también con la segunda ola revolucionaria europea (fracasada) en una Europa de la Restauración totalmente reaccionaria en lo político y ansiosa de libertades por parte de sus sociedades alejadas de la detentación del poder. Beethoven estaría con lo revolucionario, con los románticos. Era también la llamada del destino, por así decirlo, una llamada que a través de su furiosa innovación de la coda repetida se filtraría en toda la música que estaba llamada al éxito, y en todos los estilos musicales, así por ejemplo el rock and roll, el blues, el jazz y toda música popular del siglo XX que hoy día disfrutamos no se podrían entender sin codas, sin codas rotundas y sin repeticiones de las mismas para construir todo un mundo e historia emocional.