domingo, abril 05, 2020

NOTICIA 1954ª DESDE EL BAR: SEMANA SANTA DE CONFINAMIENTO EN TIEMPOS DE COVID-19

Una Semana Santa más dedico este espacio para aprovechar y comentar algo de Arte, en este caso, como cada Semana Santa sacro. Lo cierto es que la Semana Santa de este año, que empezó el pasado viernes 3 de abril, siendo Viernes de Dolores, se presenta este Domingo de Ramos sin procesiones y en más de una casa sin la cocina típica de las fechas. No obstante, incluso Telemadrid ya emitió la típica película de Ben-Hur (William Wyler, 1959) el pasado sábado y creo que fue La 2 quien unos días después emitió La vida de Brian (Terry Jones, 1979), adelantándose, quizá por la extraña impaciencia que da a veces el tedio. Sea como sea tenemos nuestra particular "novela" televisiva, con miembros del gobierno saliendo cada día a dar un nuevo episodio, en el de ayer ya nos anunciaron que el estado de alarma y el confinamiento se alargará al 26 de abril como mínimo. 

Como cada año, trato de acercaros el Arte sacro desde autores u obras más novedosas o menos obvias. En este caso os acerco, otra vez, a un pintor contemporáneo, actual; pero esta vez vivo y no solo vivo, sino de un año más que yo, es joven, tiene o cumplirá este año 42 años. Se trata de Roberto Ferri (1978, Taranto, Italia). Acordaos que en 2017 ya os hablé de otro actual, sólo que murió joven, Sergei Chepik, Noticia 1695ª. Del que os hablaré este año, Ferri, muchos lo conocen ya porque se ha hecho internacionalmente famoso a través de las redes sociales que él mismo usa mucho para enseñar cómo va el proceso de nuevas obras o incluso para compartir sus nuevos cuadros terminados, cosa que no podríamos ver de otro modo ya que muchas acaban en colecciones privadas o en museos e instituciones a los que difícilmente podríamos acceder. Gracias a eso, demostrando ser también un pintor muy de su época, del siglo XXI, gracias a hacerse tan mediático en las redes sociales, se hizo muy mediático en los medios e comunicación, fue rápidamente reconocido por las altas elites y por los grandes entendidos de Arte y ha expuesto ya en varios de los más prestigiosos lugares del mundo. Pero es que además, su estilo aúna tanto a amantes del Arte tal cual, como a amantes de la ilustración, del cómic, del tatuaje, de la música dura, de lo erótico, de lo pornográfico, de lo religioso, de lo oscuro, de lo mitológico, de lo clásico, de lo moderno, de lo romántico, de lo poético, de lo crudo, de multitud de vertientes de muy diferentes generaciones, gustos y creencias. Así de extraño, pero así de real.

Roberto Ferri comenzó como autodidacta en la pintura a comienzos de los años 1990, hasta que se graduó en la escuela de pintura de su localidad natal de Taranto, en la cual se graduó en 1996. Cada vez indagó más en la pintura y eso le permitió mudarse a Roma en 1999 para aumentar a un alto nivel sus estudios de pintura. Es en esta etapa en la que empieza a desgranar y conocer al milímetro la pintura desde el Renacimiento al Romanticismo, o sea de los siglos XV al XIX rodeado de todo tipo de cuadros y museos disponible en esta capital. Le atrajo especialmente el Barroco, y en concreto Caravaggio, con quien suele ser comparado habitualmente por entendidos y por legos. pero también los pintores románticos del XIX como David, Ingres y otros. El Barroco y el Romanticismo tienen algunos nexos en común, como el gusto por lo pasional, los claroscuros, lo gótico, lo sobrenatural, los escorzos, lo retorcido, la línea no clara, etcétera. No es de extrañar que Ferri no optara por ir por el camino de las experimentaciones del Arte moderno como el cinetismo o el abstracto o el Arte conceptual o cualquiera de las tendencias, por ejemplo. Sin embrago sí toma elementos del surrealismo que mezcla con la mitología grecorromana y con lo más fantástico de la religión cristiana, algunos salidos de la imaginería de la Edad Media. Mezcla el mundo fantástico con el hiperrealismo, otra de las corrientes actuales, y más allá, me atrevería a decir que osa meter en todo este mundillo tan de corrientes formales de la pintura a corrientes del tatuaje y las portadas de discos de rock duro y heavy metal, la ilustración y el cómic e incluso del movimiento y la escenografía propias del cine. Eso hace que su obra sea muy actual, muy moderna y que llegue y guste a una inmensa mayoría, por usar referencias visuales que todos pueden comprender, asumir y que guarda cierta relación con las referencias que quien más o quien menos tiene como eje para comprender o para gustarle una imagen. 

En 2006 logró licenciarse con honores en la Academia de Roma y a partir de ahí comienza para él un a serie de exposiciones que le hicieron ganar más y más fama. Llegó a estudiar tres años más con Castelli y con Zitto. Comenzó a aparecer libros sobre su obra o bien quedó recogido en catálogos internacionales. Hasta la fecha ha sido reclamado incluso para la realización de obras para exposiciones de gran calado o conjuntos de cuadros para catedrales e iglesias de varias partes del mundo, así como para palacios y colecciones particulares de multimillonarios. Él lo hace, pero siempre fiel de compartir todo aquello que puede compartir con todo el mundo de cualquier clase social a través de las redes sociales.

En 2002 fue su primera exposición colectiva, hubo otras muchas y otras exclusivas de él, sobre todo a partir de aquel 2006. Ganó diversos premios, realizó series temáticas de cuadros para determinadas exposiciones, fue exhibido en Milán, Roma, Venecia, Madrid, Barcelona, Boston, Dublín, San Antonio (Texas), New York, Londres, París, Malta, Estambul... alguna obra se fue para Qatar... En 2010 el propio Vaticano le comenzó a encargar cuadros para algunas catedrales y para uso propio. En 2015 llegó a pintar un retrato del Papa Francisco I, el cual le tiene por uno de sus autores favoritos actuales. Y desde 2018 ó 2019, es uno de los pintores oficiales del Vaticano, lo que no quita para que a la vez pueda seguir haciendo otro tipo de obras no religiosas.

Para conocer más de él, pero sobre todo ver parte de sus obras, no hay más que seguirle por su página de Facebook, o de Twitter, o teclear en Google las innumerables páginas y periódicos que hablan de él o que muestran sus cuadros. Aunque él mismo tiene una página oficial con unas pocas obras y otros recursos: Roberto Ferri, italian painter.

Sería tentador poner aquí muchos de sus cuadros dedicados a la mitología o que mezcla mitología clásica, o bien varios de sus estudios de cuerpos humanos. Suele primar en él los desnudos, algunos muy realistas. Y he aquí un problema para esta bitácora. La gran mayoría de su obra son desnudos explícitos muy detallados, por lo que a pesar de ser Arte, dadas las políticas de Blogger, se correría el riesgo de que por censura en esas políticas venidas desde Estados Unidos, se cerrara la página. Por lo que lamentablemente hay que aplicar la autocensura y no arriesgarse. Bien es cierto que Blogger habla de hacer excepciones en casos de ser Arte, pero la subjetividad sobre qué sí y qué no se puede mostrar es tan alta, que es un problema. Así pues... la lamentable autocensura que obliga adoptar la censura como si ella no hubiera roto un plato, cosa de lo que os hablé en la Noticia 1948ª. Por otro lado, hoy es una entrada de comienzo de Semana Santa, por lo que la elección, pese a ser tentadora de toda su obra, se limitaría a los cuadros de índole religiosa, que por otro lado no son pocos aunque en ellos se metan referencias legas, mitológicas de nuevo, en algún caso casi oscuras. No olvidemos que la cultura popular de Ferri es muy rica, y además es muy rica desde el punto de vista de aquellos que fuimos niños en los años 1980 y adolescentes en los 1990. Por poner un ejemplo, al personaje mitológico griego de Cloris, diosa de los  jardines secuestrada por Céfiro, dios del viento, la pintó ni más ni menos con la cara y el cuerpo desnudo de Giuditta Sin, una conocida actriz, bailarina y modelo italiana del erotismo y el burlesque... y quién la reconociera por gustarle el género, ahí lo llevaba, tiene Ferri en ese sentido algo de Arte Pop (o sea: arte popular) también en las venas de su obra.

Pensé que el cuadro religioso que más me apetecía compartiros era "El juicio Universal", un cuadro con JesuCristo en el centro rodeado de una serie de personajes femeninos y masculinos desnudos y en actitudes claramente sexuales pero a la vez representando varios pecados mortales, con la serpiente tentadora por todas partes, casi a modo de las tentaciones de Cristo (cosa que podría rozar la blasfemia), en un estilo barroco donde Cristo da luz a todo esto que cae en la sombra según se aleja de él. Es un claro contraste fuerte en contraposición al Juicio Final renacentista de Miguel Ángel, o de otros autores de la Edad Moderna, y desde luego recoge mucho de la imaginería compositiva de El Bosco. 

Otro cuadro posible era el del flagelo de Cristo, perteneciente a una serie llamada "Estaciones", por enseñaros una imagen moderna de este cuadro tan representado en el Barroco. En este caso tenía unas posturas que podrían caer en una clara composición homoerótica, igual que le pasa a otro cuadro dedicado a San Juan Bautista. Claro está, por otro lado, que la voluptuosidad y un cierto erotismo aparece en esta pintura religiosa, como en otras de otras temáticas, pensemos por ejemplo en su retrato de "El sueño de Santa Eulalia", o una de la imágenes que le dedicó a la serie "Gomorra", aunque quizá en este sentido uno de los mejores sea el retrato del final del baile de Salomé, con la cabeza cortada de San Juan Bautista sujeta sobre su propia cabeza, cuando ella aún está bailando con el cuerpo casi desnudo del todo. Pero para más remate de lo erótico y lo macabro, quizá rozando la imaginería de las más puras y duras ilustraciones de hard rock, otra de sus cumbres sería su "Pasión". Podría pasar por un cuadro no religioso, de hecho hay quien lo ha llamado "Cadáver", pero la cosa es que está dentro de los cuadros de la pasión. Una mujer joven y esbelta totalmente desnuda pero con la cabeza togada, que podría ser la Virgen o al menos una asimilación profana a ella, está tumbada y reclinada sobre medio esqueleto humano al que recoge y mira a la calavera, dándose así una típica escena de pasión de Cristo múltiples veces representada desde que Miguel Ángel recreó a la Virgen con su hijo JesuCristo muerto entre sus brazos. En este caso, en el de Ferri, ella es capaz de meter una de sus manos dentro de la caja torácica vacía del esqueleto, que por otra parte está falto de las piernas a partir del medio fémur, pues desde ahí son como raíces de una planta, clara alegoría y metáfora.

La pintura de Ferri está llena de alegorías y de metáforas, de zonas un tanto oscuras y misteriosas, quizá tonteando con lo gnóstico. Es un pintor reconocido por la Iglesia Católica y otras Iglesias cristianas, pero está claro que en otras épocas, o quizá con otro Papa, el autor sería considerado sacrílego, blasfemo, satánico quizá, pagano... y tendría serios problemas. 

He de recordar que el autor es algo más que un autor de cuadros religiosos y que su obra abarca mucho más allá, incluso dentro de los de propia temática religiosa. Pero como esta es la entrada de Semana Santa 2020, al final me decidió por poner uno de los cuadros de la serie Staziones (Estaciones). La cosa es que la obra de Roberto Ferri es muy admirada, pero una gran cantidad de admiradores sólo se fijan en la imágenes y desprecian sus nombres, dedicaciones reales y referencias, empobreciéndolos y quitándoles parte de lo que su autor dotó para ellos. Así pues tenemos una gran cantidad de imágenes de cuadros suyos por Internet en las cuales se ha eliminado su nombre, su temática o bien les han inventado un nombre. Así por ejemplo, la serie de las Estaciones la podéis encontrar, por ejemplo, como Vía Crucis y como Pasión, sin llamarse realmente así, cosa idéntica pasa con otras obras. Sin embargo, se pueden encontrar los nombres originales y otros datos en las redes sociales y la página del autor, en páginas de museos y en páginas especializadas en Arte o de amantes del Arte. La serie de las Estaciones, se compuso de catroce cuadros del pasaje bíblico del vía crucis, fueron compuestos por encargo para la catedral de Noto, en Sicilia, una catedral que tenía un fallo arquitectónico agravado por el terremoto de 1990 y la cual se cayó.

Yo he elegido la XI Stazione, (XI Estación). Se trata de un cuadro sobre el martirio de JesuCristo justo en el momento en el que es clavado a la cruz. Se muestra en escorzo y en un plano superior al estilo del cine. Esta imagen no ha sido muy representada en cuadros, aunque alguno existe en el Barroco. Es una imagen inusual en la representación de Cristo. Su perspectiva es novedosa, pero ni imagen ni perspectiva son inusuales en el cine. Bebe una vez más de la cultura audiovisual y popular con el que muchos de los qeu vean el cuadro están familiarizados. Cristo aparece tumbado en el suelo con los signos de su tortura previa y casi clavado a la cruz, entre el desfallecimiento y el retorcimiento de dolor humano que siente. Es foco de luz, como en el Barroco, y todo lo demás cae en sombra. Tiene algo de la pintura romántica o incluso de aquel Cristo de Sorolla ya en el siglo XX, que comenté en 2015, en la Noticia 1466ª.

Dicho todo esto e invitados a conocer la obra de Ferri, saludos y que el confinamiento sea leve. Roberto Ferri, el Arte más salvaje del siglo XXI.

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