jueves, abril 30, 2020

NOTICIA 1962ª DESDE EL BAR: LA GRAN RECESIÓN, LA GRAN RECLUSIÓN, EL GRAN BATACAZO

Si hay algo que de cara al Día del Trabajador, mañana, 1º de Mayo, habría que destacar este año 2020 es que por primera vez en muchos años, en décadas, al menos en España, los trabajadores han recuperado un orgullo de ser trabajadores. Quizá no han recuperado una conciencia de clase, pero sí han recuperado su orgullo y la conciencia de su importancia en la sociedad. No ha venido de la mano de una concienciación de sus problemas, aunque los tengan presentes, ni de sus posibles mejoras, aunque tengan ideas sobre cómo lograrlas, ha venido de la mano de una serie de obligaciones por ley que ha creado el estado de alarma iniciado el 14 de marzo por la pandemia de la Covid-19. Una serie de obligaciones que se dan por un estado de funcionamiento del gobierno que, si bien es una herramienta de la democracia para poder sobrevivir en situaciones excepcionales y graves como la presente, toma para sí herramientas que minimizan precisamente el orden democrático. Podría haber sido peor, con otras personas al frente del gobierno, con otros partidos políticos ejerciendo los ministerios, tal vez no se hubieran tomado todas las medidas sociales, económicas y laborales que se tomaron en defensa de más o menos todos los sectores de la sociedad, en especial los trabajadores, y tal vez no se hubieran hecho prórrogas del estado de alarma cada quince días, con la idea de comparecer en el Congreso de los Diputados a dar cuentas, a toda vista de que la Constitución permite que eso pudiera no haber ocurrido nunca y el gobierno haber ejercido de manera excepcional con plenos poderes sin necesidad de pasar por aprobaciones y visiones de los partidos de la oposición. Probablemente hemos tenido dentro del mal, en cuanto al gobierno, la mejor de las posibilidades plausibles.

Igualmente, la recuperación de la concienciación de la gente de su importancia como trabajadores, ha venido por el miedo. Miedo potenciado al máximo, hasta el sensacionalismo y el alarmismo, por los medios de comunicación y el bombardeo continuo de la sobreinformación. Miedo que el propio gobierno ha usado para poder lograr una sociedad más voluble a sus medidas. Miedo que las cifras nacionales e internacionales ayudaban a dar, sobre todo al darse en cifras totales y no en cifras porcentuales relativas a la población del país. Miedo potenciado al fijar los ojos en historias particulares, siempre escogidas las más terribles aunque la mayoría de los enfermos sanaban. La potenciación del miedo ha sido una herramienta tremenda para potenciar otra de las herramientas del gobierno: la manipulación mental sobre la unidad de acción bajo un mando único y fuertemente jerarquizado en una hipotética guerra contra un enemigo indefinido y sin plan de ataque que sin embargo nos atacaba. Con ese panorama, con la suma de todo lo expuesto, la gente aceptó opiniones y visiones únicas como la única verdad posible, sin cuestionar y sin controlar la verdad de todo lo que le llegaba, a fin de cuentas hay una gran verdad que siempre estaba ahí: los muertos. Y si los muertos no eran suficientes, se apelaba a la emocionalidad sobre tú valía humana si no eras capaz de sensibilizarte ante la salud de los ancianos. Ni que decir tiene que los ancianos mueren de manera generalizada con y sin Covid-19 cuando contraen una enfermedad cualquiera, su organismo es ya débil. Los argumentos en las primeras semanas apelaban a esa sensibilidad, pero no explicaban que siendo coherentes con ese planteamiento, deberíamos estar confinados de por vida con objeto de que ninguna de nuestras enfermedades comunes puedan matar a un anciano. Esto no quita para que la Covid-19 en sí misma, por su novedad y por su agresividad sea una pandemia altamente letal ante la que estar alerta, ya que escala grados de gravedad y letalidad similares a la de la gripe española de 1918.

Cuando todo el mundo fue enviado a sus casas menos los considerados trabajadores esenciales, ahí es donde la gente comenzó a recuperar su orgullo como trabajador, no su conciencia de clase, pero sí su orgullo. De ahí en adelante hay un paso para esa conciencia de clase, pero para eso la gente debería recibir los mensajes y discursos que no reciben y que no desean recibir: el mensaje sobre sí mismos, sobre sí mismos como grupo, de sí mismos como gente con problemas y soluciones que son comunes y que son negados por otros grupos con otros intereses y que se alimentan de ellos mismos. Todo eso está en el ambiente, pero no está interiorizado. Se han aplaudido a médicos y enfermeras, y fue ahí cuando el gobierno y algunos partidos políticos comenzaron a fomentar que se aplaudiera a policías y militares y guardias civiles, pero salió de la gente común, desde sus redes sociales, la reivindicación de su propio trabajo y el aplauso a ellos mismos y a sus vecinos comunes, los políticos no pudieron menos que sumarse a lo evidente, y con ellos el periodismo de escala estatal, y se aplaudió a mujeres de la limpieza, barrenderos, cajeras de supermercado, reponedores, transportistas, pequeños autónomos de tiendas de barrio (panaderos, fruteros, carniceros, charcuteros, pescaderos, etc.), trabajadores del mundo rural como ganaderos y agricultores, pescadores, matarifes, conductores de transporte público, y demás, a los que hay que recordar a basureros, trabajadores de las depuradoras de aguas, de las presas, etcétera. Sin ellos la situación hubiera colapsado. Y se reconoció la labor de los trabajadores culturales e intelectuales, y se aplaudió a músicos, actores, escritores y hasta a determinado periodismo, pero no a otro que la gente entendió como nocivo. 

Los trabajadores de los trabajos más comunes son los trabajadores más apreciados en estos momentos. Ahora bien, cuando las autoridades sanitarias recomendaron al gobierno cerrarlo todo, mandar a todo el mundo a casa, y a estos se les sumó la gente con más miedo y los políticos de la oposición (no se sabe bien si con vistas en el bien común o en la crítica constante al gobierno), el gobierno les hizo caso. Yo ya entonces dije que la economía no paraba ni en tiempos de guerra, siguiendo su metáfora bélica, de la que no creo que haya  sido un acierto que se usara, pero se usó, y lo sigo diciendo. Aquellos políticos a la contra del gobierno y sus seguidores y las personas con más miedo que entonces pidieron la paralización de todo, ahora critican al gobierno por haberles hecho caso, sin citar que ellos mismos lo pidieron, precisamente porque al pararlo todo lo que se ha provocado es el hundimiento económico de todo, lo que puede sumar a la desgracia, más desgracia, tal como yo mismo dije en su día, y repito: ni en tiempos de guerra se para la economía. Aunque algunas cifras nos remonten a tiempos de la guerra civil de 1936-1939 y la primera década de la dictadura, como también anoté en la entrada anterior a esta, en realidad esto no es una guerra, como se han hartado a decir, los campos no están arrasados, las fábricas no están destruidas, la gente no ha muerto por cientos de miles o millones, la gente no se ha arruinado económicamente (al contrario, muchas familias han ahorrado al no poder salir a comprar o gastar dinero). Por muy duro que es el golpe económico, la posición de salida para superarlo es mejor que en 2008, sólo hay que esperar a que se acaben las restricciones especiales por la pandemia, y no sólo en España, en todo el mundo, pues la ruina de empresas norteamericanas o europeas las sentiremos aquí y de esto ya no se sale si no se piensa tanto en lo de España como en lo que ocurra fuera. La situación es muy grave, pero la parrilla de salida es mejor que en 2008, por muy malos que nos vengan ahora los datos macroeconómicos que sin duda, en los próximos meses, nos van a dar. No es una crisis estructural, esa ya estaba en marcha desde 2008, dentro de la crisis de 2008, esta es una crisis grave pero coyuntural, atada a la pandemia. Acabar la pandemia es acabar la crisis coyuntural. 

Los médicos y científicos sanitarios saben de lo suyo, si un dueño de bar opinara sobre una operación a corazón abierto probablemente se daría lo que se llama una "opinión de cuñado", esto es una opinión de alguien que opina de todo imponiendo su voz como la verdad absoluta, aunque en realidad no sabe de lo que habla o sabe extremadamente poco. Pero si un médico opinara sobre cómo sacar adelante un bar, probablemente el cuñado sería ahora él. En las medidas contra la Covid-19 los criterios científicos médicos han prevalecido sobre el resto de criterios, al menos eso ha dicho el gobierno. Lo más cierto es que esto no sea cierto. Los políticos han de hacer su trabajo y eso implica tener en cuenta todos los factores posibles para tomar decisiones. Por mucho peso que tuvieran los informes y recomendaciones médicas, con total seguridad habrán tenido en cuenta otros parámetros que no tienen que ver con lo médico. Tener cerrado un país al completo implica hundir al país. No se puede operar a alguien de corazón y a la vez paralizarle los pulmones durante la operación y tras los primeros días mientras se recupera... no se recuperará, morirá. No le puedes decir a los pulmones: "parad mientras se sana el corazón", ni al revés se le puede decir al corazón que pare para que sanen los pulmones. La paralización de los bares, volviendo al ejemplo puesto, ha llevado al límite a muchos dueños, y al paro a gente que no fue necesaria en los locales o que no fueron contratados en las temporadas altas en la que normalmente trabajan, como Semana Santa. Ahora les recomiendan abrir al 30% en esta primera etapa que empieza de superación de la Covid-19. Es una recomendación de las autoridades sanitarias, capacidad al 30% y sólo las terrazas, no con servicio dentro del local, pero los dueños de bares ya han sido claros, volviendo a pagar las facturas propias del negocio abierto, los sueldos necesarios y los impuestos de estar abiertos con "normalidad", lo único que implica es pérdidas económicas, por tanto la ruina y el posible cierre, perjudicando así al negocio, a la economía, a los trabajadores, y a todos los trabajadores y empresas que se dedican a suministrarle productos, pues al desaparecer también desaparece la necesidad de su servicio. Por ello mismo, los sanitarios hacen su labor de recomendación sanitaria y el resto de sectores deben hacer el suyo de recomendaciones en cuanto a lo suyo, el gobierno debería escuchar a todos y, tarea de político, encontrar una solución lo menos dañina posible para la generalidad de todos, y esa solución no pasa por escuchar a una sola de las partes ahora mismo, aunque sea deseable darle más voz o prioridad ahora mismo a las autoridades sanitarias, ya que la Covid-19 no ha desaparecido, se ha desacelerado, que es diferente.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de dar el dato de que el confinamiento ha hundido la economía española un 5'2% en su Producto Interior Bruto (PIB), y esto solo con datos de las dos primeras semanas de confinamiento, esto es: la segunda mitad de marzo, siendo además que la situación de parálisis del país ha impedido que el INE tuviera acceso a todas las fuentes económicas que normalmente tiene, por lo que muchos datos los ha tenido que sacar tratando de entender un comportamiento general, por ejemplo, investigando los movimientos de compras con tarjetas de crédito y de débito. Los datos pueden ser diferentes y, avisa el INE, podrían ser peores. Para entendernos, ese 5'2% de caída del PIB es el doble de lo que se cayó registrado en el primer trimestre de 2009 (comienzo estadístico de la Gran Recesión de 2008), entonces fue un 2'6%, y ya conocemos las enormes calamidades económicas, laborales y sociales que eso conllevó. Para entendernos más aún, sólo en el comienzo del estado de alarma, queda por saberse los efectos de todo el estado de alarma cuando estos se puedan medir, pues solo en el comienzo del estado de alarma se perdió económicamente tanto como en los primeros seis años de la Gran Recesión. Se puede  leer hoy en El País.

En todo caso, las grandes pérdidas se han dado en los pequeños comercios de barrio, el transporte público, la hostelería y las actividades culturales, mientras que las actividades financieras han aumentado, no han disminuido, estas no necesariamente son inversiones o fondos de pensión, son por ejemplo la actividad del pago o uso con y de tarjetas de crédito y débito, o pagos con el teléfono o con Internet. ¿Qué nos indica esto? Que ese gran batacazo puede que tenga una rápida recuperación en cuanto se permita que la gente salga a comprar lo que necesite con total normalidad, salga a entretenerse con normalidad y salga a trabajar usando el transporte con total normalidad. No con una "nueva normalidad", que dice el gobierno que quiere alcanzar, sino con normalidad. Ahora, bien es cierto que ante otra grave crisis, la ecológica, sería ideal que algunas de las costumbres adquiridas en el confinamiento persistieran, como es el menor consumo, y eso, es cierto, puede hacer perdurar aspectos de la crisis. Estamos en todos los aspectos vitales, ya sea sanitario, económico, social o ecológico, ante una espada de Damocles. No se puede hacer bien a uno sin dañar a otro ahora mismo, quizá para hacer bien a todos hay que hacer a la vez mal a todos, aunque suene raro y polémico, pero sería un "mal" relativo, pues se referiría a que el ritmo ultracapitalista no sería sostenible, por lo que el mal vendría sobre todo a los más poderosos, que enseguida intentarían hacerte creer que lo que es malo para ellos es malo para ti, no siendo realmente así. Siempre se podría argumentar que lo que es bueno en general, es bueno para todos.

Los datos de desempleo ya dieron pistas ayer, cuando se sobrepasó el 14% de desempleo en España, cifra que no se daba desde 2013, el año que recibió los efectos de todas los recortes y la reforma laboral de Rajoy en 2012 para enfrentar la Gran Recesión de 2008.

Estamos ante un 1º de mayo, en todo caso, muy peculiar, pero no inexistente. La gente ha recuperado la conciencia de su orgullo como trabajadores, y eso ya es un comienzo importante para comenzar a hablar.

5 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

En comparecencia telvisiva, en el 1º de mayo, el gobierno da cuenta de las cifras de la caída del PIB dadas el 30 de abril, y presenta sus estimaciones de cómo será la recuperación, la cual cree que podría ser posible para 2021, aunque estima que probablemente el paro suba al 19% a lo largo de 2020 y el PIB caiga hasta el 9'2%.

Canichu, el espía del bar dijo...

EL GOBIERNO HABLA DE LO MÍO EN LA COMPARECENCIA DE HOY 2 DE MAYO: El presidente de gobierno acaba de anunciar que los archivos volverán a estar activos en la 1ª Fase, o sea desde el 11 de mayo, y dice que deberán hacerlo preferentemente telemáticamente y para el público. En otras palabras: No tiene mucha idea de cómo funciona un archivo, pero habla con seriedad y propiedad como si supiera. Telemáticamente es imposible en la gran mayoría de los casos, muy difícil en otro tanto, difícil en otro bloque, y viable en un porcentaje de series. A tener en cuenta que lo que un investigador o ciudadano ve en Internet no es más que un pequeño pico de la cima del iceberg de documentación que hay más allá de eso, quedando el resto, la gran mayoría, invisible al menos que la persona vaya al archivo en persona, amén de la gran inmensa mayoría de documenación que desde hace siglos está aún por tratar, esperando turno en los depósitos y cuyo trabajo es trabajo interno del archivo de cara a que en el futuro sea público... años más tarde, a veces décadas.

A ver, a mí me parece correcto que haga caso a las autoridades sanitarias, pero dado que estamos en la desescalada, ahora tocaría que escuchara a todos y cada uno de los sectores para conocer sus peculiaridades y sus necesidades para su funcionamiento. Hay que reconocer que aunque probablemente este gobierno haya sido lo mejor que teníamos de cara a la pandemia (con otros me temo que hubiéramos tenido todo muy negro, es una impresión que me da dada su trayectoria estos dos meses), hay que reconocer, como el propio gobierno ha dicho varias veces, que comete errores, y ahora mismo, en la salida de la crisis está pecando de orgullo y de hipotético desconocimiento de la realidad. Mucha teoría y poca consideración a la práctica real del funcionamiento de las cosas. Yo no puedo hablar con propiedaad sobre análisis clínicos, pero si lo de los archivos lo ha dicho un comité de científicos sanitarios, creo que ellos tampoco están en posición de opinar cómo funciona un archivo y para qué y cómo es su servicio.

Canichu, el espía del bar dijo...

Por otro lado, de un grupo de archiveros en red social, me llega información de cómo tratar la documentación en estos tiempos con Covid-19... En serio, ¿los archiveros tenemos habitualmente guantes para enfundarnos la minga o qué pasa? Es verdad que muchos no los usamos, porque no es necesario, pero resulta que buena parte de la documentación que manejamos no es para el público. En todo caso, la documentación que yo trabajo ahora mismo la voy a manejar yo solo, si acaso mi compañera y, sinceramente, la jefa no toca la documentación ni aunque le vaya la vida, si resulta que ahora quiere tocarlos cuando regresemos es para decir: ¿pero de qué vamos, que has tenido más de un año para tocarlos? De todos modos, aunque es una documentación que realmente no afectaría a nadie si se tocara con guantes en estos momentos, puede comprenderse el uso de guantes, pero aviso, en mi caso, y creo que en otros compañeros, esta documentación no se va a tocar una vez que la dejemos lista a la espera de que el archivo y en su caso el Congreso le dé permiso a ser abierta a público, y aún así no se va a tocar hasta que no la solicite alguien y eso puede tardar mucho mucho mucho tiempo. Sea como sea, cuando se hizo esta documentación de las guerras de Cuba, hace 120 años, estos papeles ya fueron toqueteados por gente con las pandemias de fiebre amarilla y vómito negro, y, ayer como hoy, sus causantes patógenos mueren a los días de no encontrar a un organismo que transmitir. De otra manera hace más de un año que yo os hubiera contagiado la fiebre amarilla a todos. Pero bueno, dentro de lo que me mandaron esta parte me parece lógica, dado que además es compatible con la deontología de la profesión, ahora bien, deberían entonces obligar a los usuarios cuando el documento se le sirva, pues en el manoseo de unos a otros sí pudiera haber transmisión, de un investigador a un mozo, de un mozo a un auxiliar y de un auxiliar a un técnico.
En cuanto a mí aún no me han comunicado el regreso por parte de empresa ni de archivo, imagino que a lo largo de la semana lo harán, y deberían mandarme las mascarillas y guantes que se supone debería tener, así como un justificante de movimiento por trabajo. No todoas los archivos piden guantes a los usuarios.

Canichu, el espía del bar dijo...

Y para acabar, teniendo en cuenta que para los solteros, sin hijos, ni perro ni persona mayor ni dependiente al cargo los horarios de paseo aprobados y que comienzan hoy son de 6:00 am a 10:00 y de 20:00 a 23:00, si debo levantarme a las 6:00 am para ir a Madrid, luego trabajar, volver y no poder salir, pero a las 20:00 preparar la cena para cenar en torno a las 21:00 y ducha para ir a la cama en torno las 22:00 para levantarme a las 6:00, está claro que mi teórico permiso para pasear no existe en la práctica. Esta es otra cosa que el gobierno no ha pensado bien, aunque repito: creo que es el mejor gobierno posible en esta crisis con decisiones acertadas, solo que hay algunas que, como él mismo reconoce, pueden tener equivocaciones.

En fin, que todo se intentará, y como mi trabajo actualmente está en un archivo militar, pues lo que diga el coronel, que será lo que diga el general. A ver si poco a poco salimos de esto, remontamos el vuelo en todos los aspectos, que de eso se trata la desescalada y para eso hay que ir a trabajar todos, y pronto volvemos a unas fases de desescalada y a un final del proceso que nos regrese a la normalidad, no a una nueva normalidad, que eso es contradictorio en sí mismo, si no a la normalidad. Cuando me llamen me tocará aportar a todo esto más allá de quedarme en casa y comprar de tarde en tarde lo que necesite (porque no tengo claro que mis escritos en Noticias de un espía en el bar o en Las notas d elos cíclopes libreros, o los libros o cualquier tontería de facebook o twitter, o los videos de youtube os hayan aportado algo). Toca aportar el trabajar de ir reactivando mediante la actividad económica y en mi caso archivístico, la cultural e histórica, de servicio al ciudadano... que por otro lado, con humor, dado todo lo que se ha dicho y escrito estos dos meses en redes sociales y en medidas tomadas, creía que los archiveros e historiadores, los escritores por descontado, no éramos ni esenciales, ni útiles ni nada de nada... y dado eso, me parece gracioso que estemos en la primera fase de regreso al curro... si siendo unos inútiles para la sociedad deberíamos ser los últimos :D :D :D

Canichu, el espía del bar dijo...

NOTA 3 DE MAYO: El gobierno está siendo muy flexible y ahora anuncia que cambia el aforo inicial del 30% a bares al 50% de aforo, lo que alivia la situación en el sector mientras llega la normalidad. Por otro lado anuncia también que los negocios que abran podrán hacerlo un tiempo prudencial conservando los ERE total o parcialmente entre su personal, hasta que se acabe la situación y las restricciones, con la idea de mantener los puestos de trabajo. En todo caso, hay algunos indicadores que señalan el aumento del paro y que algunos ERE pasarán a ser ERTE.