martes, abril 21, 2020

NOTICIA 1960ª DESDE EL BAR: EN EL DÍA 39º DEL CONFINAMIENTO

Cumplo 41 años, un año más junto a Reina, todos los días junto a Reina. Cumplo 41 a varias horas de la muerte de uno de mis tíos paternos por Covid-19, cumpliéndose un día exacto justo cuando pulso la orden de publicar. En la entrevista que vengo concediendo a los lectores  con ese motivo cumpleañero propio, este año cedo la palabra a una conversación pública que tuve con dos amistades por red social el pasado 15 de abril. En aquel espacio estaba abierto a todas las amistades, conocidos y lectores aceptados en mi perfil, ahora, con permiso de ellos, lo comparto cumpliendo así con esa entrevista que suelo conceder anualmente. En realidad el peso de las preguntas lo lleva Alfonso, más conocido por Domingo, su segundo apellido, uno de los dueños iniciales del ya veterano y clásico de rock en Alcalá de Henares, La Ruina. El otro participante es Luis Abad, uno de mis viejos amigos al que, además, le cedí el espacio del último relato para uno de los suyos en mi libro Relatos de la Gran Guerra, que hasta la fecha sigue siendo, de los tres hasta ahora publicados, el más vendido. Sin más, os dejo con ello, que yo me quedo con la gata, contentos juntos.


Conversación  ("entrevista") en la red social Facebook el 15 de abril, en estos días de confinamiento por el estado de alarma ante la pandemia de la Covid-19.

Canichu Espía del Bar: Leído Viaje del Parnaso (1614), de Miguel de Cervantes.

Alfonso Rubio, de La Ruina:  ¿Lees esos libros porque te gustan, para hacerte el bohemio o porque históricamente los ves imprescindibles? 
Canichu Espía del Bar: Porque me da la gana.

Alfonso Rubio, de La Ruina: Eso está claro. Te lo preguntaba porque tú leerás mucho y quizás no tengas la necesidad de discriminar. Pero para mí, que leo muy, muy poquito, tengo que elegir muy, muy bien lo que voy a leer, porque me tiene que encantar. No puedo arriesgarme a terminar el libro o ir por la mitad y pensar que vaya truño me estoy tragando. Voy a leer tan poco en lo que me quede de vida que tengo que seleccionar muy bien lo que leo. Tú, supongo, que te puedes permitir algún patinazo. 
Canichu Espía del Bar: Pues este no te lo recomiendo. Es excesivamene pesado. Si lees poco, lo mejor es coger el tema que más te guste y elegir a partir de ahí. ¿Qué tipo de historias te gustan?

Alfonso Rubio, de La Ruina: Pero, ¿dejas libros a medias o te empecinas en terminarlo aunque te esté aburriendo? Yo prácticamente solo leo novela fantástica. Ahora estoy con Memorias de hielo, de Steven Erikson. Son una saga de libros, pero que me voy a tirar años para terminar
Canichu Espía del Bar: Bueno, pues si te gusta esa saga, sigue con ella. Yo normalmente los leo todos. Son excepcionales los que he dejado sin terminar en mi vida, se podrían contar con los dedos de una mano. La razón de lectura de cada uno depende de él mismo. Este de Cervantes me lo he leído más como parte de mi autodisciplina para Las notas de los cíclopes libreros de cara a la nota del sábado que viene.

Alfonso Rubio, de La Ruina: ¿Cuántos libros puedes leer al año? 
Canichu Espía del Bar: Pues los llevo contabilizados... De hecho lo publico todos los años en Noticias de un espía en el bar. La cosa es que llevo un diario personal desde 1989 sin interrupción y los libros que me leía los anoto, los libros previos eran los de mi casa y algunos los tenía en ejercicios escolares... Así que tengo constancia de todos los libros que he leído completos en mi vida, faltarían los que por razones profesionales he leído solo las partes que me interesaban para trabajar. Depende del año y de los volúmenes de cada libro, pero la media (sin calcularla) a ojo, podría ser entre treinta y cuarenta.

Alfonso Rubio, de La Ruina: Pues un montón. Aún así a mí, por mí manera lúdica de entender la lectura, me chirría la expresión que utilizaste de que te habías leído el último por "auto disciplina". ¿Llevas un registro, o lista, de los que, digamos, han resultado ser tus preferidos? 
Canichu Espía del Bar: Pues que no te chirríe, porque aparte de por algo lúdico, mi trabajo y dedicación es de carácter intelectual, y a menudo hay que leer cosas no tanto por lo lúdico. Tengo una lista de todos los que me he leído. Dentro de eso podríamos hablar de unos o de otros, cada lectura tiene su tiempo, su momento, y puede variar.

Alfonso Rubio, de La Ruina: O sea, que no tienes un top ten. ¿Qué le dirías a alguien en una cita que te preguntase por tus libros favoritos? ¿Si te pregunta esto convertirías la cita en un monólogo? 😝 Puntualizo, me chirría a mí. Entiendo que a ti no te pase. Me chirría porque soy muy perezoso para leer o estudiar algo que no me atraiga mucho lúdicamente. Yo no busco por ahora en ningún caso que me aporte intelectualmente. Solo que me distraiga. 
Canichu Espía del Bar: No me parece cabal hacer de un diálogo un monólogo. Quien más quien menos todos tenemos algo que contar. No podría decir tal o cual libro es mi favorito, cada uno tiene su cosa. Algunos pueden gustar más, otros menos... Cuando a veces estoy en Domiduca y alguien me pide que le recomiende algo, me dé o no me dé más datos, me parece un marronazo, porque lo que a mí me llame la atención para ti puede ser una gran cagada, además, escuchar las impresiones o conocimientos del otro abre más vías de conocimiento, me parece interesante eso. 

Luis Abad: Yo leo unos treinta al año, cierto es que el 75% de ellos son de solo dos tipos de género. Pero reservo el otro 25% (mas menos) para leer cosas "necesarias" por su valor objetivo o objetivable y para leer cosas que me estimulen intelectualmente, que me aporten puntos de vista distintos (cosas de la que haces gala en cuanto a otros formatos Alfonso Rubio) que amplíen mi conocimiento, derriben mis prejuicios y a veces también mis juicios. Y eso a veces requiere disciplina y tragar algunos cardos, por muchas razones, pero sobretodo por dos: porque para encontrar una perla a veces hay que sumergirse un rato y abrir varias ostras vacías o defectuosas. Y porque la mente, como el cuerpo, requiere alimento para no quedarse fofa; porque, como el cuerpo, hay que entrenarla para que llegue más allá y eso se consigue con agujetas, aburrimiento, repetición y mucho esfuerzo; porque debería ser un imperativo moral para todos intentar saber más, saber mejor y amar saber. Es como la eterna conversación sobre la apreciación del "arte pictórico", sin formación y conocimiento solo nos queda la percepción, la más básica opinión basada en la impresión sensorial. Tan aceptable como básica, tan carente de relevancia como de profundidad. Alimenta tu cerebro y hazle hacer ejercicio. "Esto no es una manzana":

Alfonso Rubio, de La Ruina: Totalmente de acuerdo. Sin embargo, conozco gente que no para de leer libros y son igual de pazguatos que cuando empezaron tres mil libros atrás y otros que no se han leído ni el abecedario y tienen la mente más ágil que una mangosta.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

El dueño en persona de la Librería Diógenes me ha traído a casa un regalo que me ha comprado una amistad(en el servicio de venta a domiclio que han activado estos días de confinamiento). El más reciente cómic de Astérix. Muchas gracias. Siento el retraso en abrir, no me enteré de la llamada, me habían llamado por teléfono y estaba hablando en mi terraza.