viernes, abril 14, 2023

NOTICIA 2218ª DESDE EL BAR: EN EL 92º DÍA DE LA REPÚBLICA, CUANDO ALGO PASÓ

 Hoy, 14 de abril de 2023, se cumplen noventa y dos años de la proclamación de la Segunda República en 1931. Malograda por la guerra civil iniciada en 1936 y la posterior dictadura de Franco que perduró hasta la muerte del mismo a finales de 1975 y, más allá, hasta que no se garantizó totalmente una amplia democracia dentro de un sistema monárquico con la Constitución de 1978. Pero el aniversario de este año viene al pelo si en lugar de fijarnos en aquel 1931 ponemos nuestros ojos en las elecciones generales de 1933, año del que se cumplen noventa años, aniversario redondo dentro de otro año electoral, el citado año actual 2023, y en el que hemos tenido incluso una fallida moción de censura al gobierno donde el partido proponente, Vox, de extrema derecha, esgrimió argumentos donde dejaba claro que en lo económico y en lo social querían una regresión a las épocas del tardofranquismo (1970-1975), mientras en lo político parecían querer sentirse a gusto si se regresaba a un momento previo entre la muerte de Franco y antes de que existiera la Constitución, al esgrimir argumentos como la eliminación del Estado de las autonomías, eliminación del Senado, prohibición de algunos partidos políticos, etcétera. 

Las elecciones de 1933 se desarrollaron en un ambiente realmente enrarecido. También por entonces existían partidos de extrema derecha, pero estos no se desarrollarían plenamente hasta que no transcurrieran los dos años siguientes. En este sentido, los carlistas con Fal Conde a la cabeza eran los más extremos junto a algunas tendencias católicas. Era un tradicionalismo ultracatólico clásico en España desde el siglo XIX. Sin embargo, uno de los políticos de extrema derecha más revulsivos  de aquel momento, Calvo Sotelo, padre del futuro presidente de la actual etapa de monarquía parlamentaria, estaba aquel año 1933 viajando por Alemania tomando nota tanto de las innovaciones para plantear ideas electorales, como las acciones más criticables que hicieron los nazis cuando aquel mismo año ganaron las elecciones con Hitler en aquel lugar. Calvo Sotelo lo traería y lo experimentará en España en los dos años siguientes. Su discurso se vería afectado por ideas nazis, sólo que aplicando ideas nacionalistas españolas. Él lideraba Renovación Española, aunque en su pasado contaba con haber sido uno de los ministros que tuvo Miguel Primo de Rivera durante su dictadura de 1923-1930. Sus ideas fueron bien acogidos por un buen número de conservadores que se fueron radicalizando, hasta el punto que algunas de sus provocaciones en sus argumentos y formas de actuar realmente parecían salidas de aquel tomar notas de cómo los nazis ganaron las elecciones de 1933. Sea como sea, Calvo Sotelo sería asesinado en julio de 1936 como respuesta al asesinato por parte de la ultraderecha del teniente de la guardia de asalto (equivalente a la policía nacional actual) José del Castillo, como represalia terrorista a la vez de que este matara accidentalmente en la disolución de un disturbio a un primo de José Antonio Primo de Rivera. Como se sabe, la muerte de Sotelo precipitó que los generales golpistas adelantaran la fecha de su alzamiento en aquel julio de 1936. Uno de sus principales seguidores, que en cierto modo quiso imitar algunas políticas nazis en España en los primeros años de Franco (tanto en la guerra como en la dictadura), fue Serrano Suñer, cuñado del propio Franco.

Calvo Sotelo era lo más a la derecha que había en ese momento en España, aunque en aquel 1933 aún estaba tomando nota de los discursos nazis en Alemania. Lo más a la derecha con permiso de los carlistas de Fal Conde. Falange no se fundará hasta octubre de 1933 por José Antonio Primo de Rivera, García Valdecasas y Ruiz de Alda, también tomando nota del nacionalismo que llevó a la victoria de los nazis en Alemania, y tomando de ellos también su vertiente presuntamente social, pero españolizándolo en un nivel mayor que Calvo Sotelo. Es de todos conocidos que tras el asesinato de Calvo Sotelo, aunque soliviantó a numerosos conservadores que se echaron a las calles, quienes liderarían la ideología de extrema derecha de la manera más amplia en España en 1936 serían los falangistas, que contarían con el fusilamientos de su líder acusado de alzamiento contra el gobierno en lo que eran los primeros momentos de la guerra civil. Hay que decir que dentro del franquismo el falangismo no era la única tendencia, hubo varias corrientes que Franco supo acallar para que todas sólo le tuvieran a él como centro de todas, hasta el punto que en plena guerra civil mandó al exilio a Fal Conde bajo amenaza de que si regresaba a España él mismo le mandaba a la cárcel, ya que Fal Conde abogaba por la instauración de la monarquía en cabeza del heredero carlista. Se exilio a la Italia de Musolini.

 Sea como sea, todo ese panorama no estaba desarrollado plenamente en el año electoral español de 1933. Era incipiente. En ese momento la derecha más ultraconservadora era la coalición de partidos agrupados como CEDA, dirigida por Gil Robles, una especie de Partido Popular actual salvando las distancias, pues dentro de la CEDA cabían tanto conservadores republicanos de derechas, como un gran núcleo de conservadores ultrarreaccionarios que en breve se cambiarían a las nuevas opciones de Calvo Sotelo o de Primo de Rivera. Contenía católicos, liberales, monárquicos, republicanos burgueses, etcétera. Junto a esta derecha existía el Partido Radical, que lo dirigía Alejandro Lerroux, un viejo político sobre el que flotaba una confusión entre la gente sobre si era de izquierdas o de derechas a causa de su pasado a comienzos del siglo XX en sucesos revolucionarios en Cataluña por parte de anarcosindicalistas, a eso hay que sumarle que en 1931 Clara Campoamor, quien consiguiera el derecho al voto femenino, estaba en su partido, luego se fue a otro tras aquello, en 1933 no estaba en el partido Radical. Lo cierto es que Lerroux, si algún día fue de izquierdas o se acercó a ellas, era en realidad un conservador puro y duro en 1933, un conservador republicano no entendido como ultranacionalista ni como ultracatólico, era un liberal económico que abogaba por el capitalismo más conservador y que en lo social también se había vuelto conservador.

Alcalá-Zamora, Jefe de Estado, que era también católico pero respetaba y defendía el orden constituido, convocó las elecciones generales de 1933 cuando la coalición de gobierno entre Acción Republicana (de Manuel Azaña) y el PSOE (con Indalecio Prieto) ya estaba muy fracturada e incómoda entre sí por múltiples motivos en los que habían confrontado dentro de la coalición desde que se juntaron para gobernar en 1931. Juntos afrontaron desde la izquierda la nueva Constitución y su legislación, las reformas educativas, de laicidad, del ejército, la reforma agraria, y otras, así como aguantaron el intento del golpe de Estado del general Sanjurjo en 1932. Pero la izquierda de Acción Republicana era una izquierda burguesa y capitalista, mientras que la del PSOE era socialdemócrata y en esos momentos entre un ala moderada representada por Indalecio Prieto y otra ala más a la izquierda que era la sindical de Largo Caballero, a la sazón también político. En ese contexto se produjeron varias incomodidades como la composición de los jurados mixtos en lo sindical, el descontento social porque la reforma agraria no daba los resultados inmediatos que los agricultores y jornaleros esperaban y, lo que fue el mayor de los escándalos, lo que el gobierno Azaña ya no pudo esquivar en las urnas y que él mismo condenó pero a la vez defendió, las duras represiones contra proclamaciones de comunas libertarias por parte de anarcosindicalistas de la CNT. La más famosa la de Casas Viejas, donde hubo muertos, torturas y todo un pueblo preso. Hubo gran indignación social que fue la gota que colmó el vaso de manera acumulativa a lo largo de 1932-1933. De ahí, que con una coalición fracturada, Alcalá-Zamora llamara a cumplir con el orden constitucional de celebrar elecciones, que por otra parte, tocaban. Acción Republicana y PSOE se presentaron por separado pese a haber gobernado juntos. Perdieron.

Ganó las elecciones el Partido Radical de Lerroux, pero sus votos tampoco eran suficientes por sí solos, así pues, Alcalá-Zamora ordenó a Lerroux cumplir con la formación de gobierno y tras mucho dudar, aunque pudo haber hecho una coalición de varios partidos, decidió llamar a la CEDA, que en principio era una derecha con la que no se sentía cómodo, pues no era meramente liberal, ni tampoco netamente republicana, sino que también tenía esos otros componentes que hemos citado. Al final Lerroux, liberal y republicano, de derechas, se vio atrapado en su propia coalición al necesitar inevitablemente a la CEDA de Gil Robles y comenzar una política conservadora que trascendía a lo social, a lo religioso y a todos los ámbitos. 

Se suspendió la laicidad en la educación en cierto punto, se suspendió la reforma agraria, se fueron frenando casi todas las reformas iniciadas por el anterior gobierno de Acción Republicana con el PSOE, se pasó a ser más duros con los sindicatos, y así mientras tanto iba aumentando en decibelios una derecha aún más a la derecha que ellos en voz de Calvo Sotelo y de Primo de Rivera. Pronto las clases trabajadoras se dieron cuenta que todo lo que habían ganado en 1931 lo estaban perdiendo con el nuevo gobierno de derechas. En 1934 los principales sindicatos, UGT y CNT se pusieron de acuerdo para celebrar una huelga general en todo el país a la que llamaron revolucionaria. Se produjo en octubre. Es de todos conocido que donde más éxito tuvo fue en Asturias, aunque en el resto del país también hubo focos. En Asturias se proclamaban incluso colectivizaciones. Entre tanto, los nacionalistas catalanes de ERC aprovecharon para proclamar la República Catalana. Inevitablemente el gobierno reaccionó, sólo que igual que había pasado en las colectivizaciones anarcosindicalistas de 1932-1933, la reacción se le fue de las manos al gobierno. Esta vez no usaron a las autoridades policiales, mandaron al ejército veterano de la Guerra del Rif. Hubo abusos, asesinatos, torturas... El escándalo fue grande, pero Lerroux, presionado por Gil Robles, reaccionó terminado todo, prohibiendo a todos los partidos y sindicatos de izquierda, a sus ateneos, sus periódicos, etcétera, y encarcelando a todos sus líderes, incluido Manuel Azaña, quien con todo aquello no tenía nada que ver. Paradójicamente quien menos afectado se vio fue el Partido Comunista, que aprovechó para aumentar en seguidores por medio del Socorro Rojo que ayudaba a los presos. Se acusó a toda la izquierda en bloque de querer dar un golpe de Estado. Tampoco era raro, en Alemania, Austria e Italia ocurrían cosas similares. 

Se suspendieron todos los ayuntamientos con gobiernos de izquierdas y se les sustituyó por comisiones gestoras de derechas, así también se suspendió a prácticamente todos los políticos de izquierdas con cargos. Aún con ello, hechos ocultados posteriormente durante el franquismo, el franquismo potenciaría que fue la huelga de 1934 el comienzo de la guerra civil, en lugar de la realidad de que aquello fue una huelga y una dura represión con medidas posteriores de dudoso valor democrático. La guerra empezó en el golpe fallido de julio de 1936 por parte de militares, ultracatólicos y apoyo de sectores civiles. 

Lerroux era consciente como liberal que no era sostenible una imagen de país democrático y moderno en Europa si toda la oposición de izquierdas estaba prohibida o en la cárcel. Era consciente también de que no había gustado nada dentro ni fuera de España la represión de la huelga de 1934. Como liberal con negocios que era comprendía cómo la política influía en la economía. Habría elecciones generales de nuevo en febrero de 1936, pero celebrar estas únicamente con ellos era tirar por tierra la República y él, aunque de derechas, era republicano. Por ello, la única solución era conceder una amnistía general a lo largo de 1935. Así fue. Había que sumarle que también a lo largo de 1935 se destaparon gravísimos casos de corrupción del propio Lerroux usando sus empresas y su posición de jefe de gobierno. Pero durante todo lo ocurrido, especialmente a los encarcelados y represaliados que nada tenían que ver con los sucesos de 1934, todos los líderes de la izquierda llegaron a la conclusión de que debían recuperar el gobierno y eso debía ser uniéndose en coalición electoral, o en caso de la CNT: no dificultándola. Efectivamente a lo largo de 1935 se va fraguando la idea de la coalición Frente Popular, que ganará las elecciones de febrero de 1936 y pondrá a Azaña como Jefe de Estado, ya no como presidente de gobierno. Todo lo demás, en líneas generales, es ampliamente conocido.

Salvando mucho las distancias entre 1933 y 2023, al lector le será fácil establecer sus propias reflexiones sobre lo contado. Hay algunos paralelismos entre entonces y ahora, aunque no hay igualdad en el panorama político. Ahora mismo el futuro gobierno de diciembre de 2023 parece que solo puede ser o de coalición de izquierdas o de derechas, y la situación de incomodidad en uno y de verse arrastrado por la extrema derecha en otro, tiene aquí un paralelismo, que no unos hechos iguales. La España, sociedad y economía de 1933 no son las de 2023. Pero sirva esta explicación para reflexión del lector.

Saludos, que la cerveza os acompañe y feliz Día de la República.

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