martes, abril 25, 2023

NOTICIA 2221ª DESDE EL BAR: SE ACABÓ LO QUE SE DABA

Ya había hablado de mi caso, con un contrato de fijo discontinuo de jornada parcial, con un sueldo muy bajo, lo que suele ser habitual en mi sector de archivos con la complicidad de las instituciones del Estado esto es así, y por eso decía que cuando me preguntaban que de qué trabajaba yo contestaba que daba duros a peseta. Todo eso hablado en términos generales del panorama laboral actual entre los que jamás dejamos de ser temporales. Y en mi caso particular en este contrato hay que sumarle que se me pedía por parte del contratante, la funcionaria que dirige el archivo general de un Ministerio, y por tanto del empresario, ser técnico de archivo, con licenciatura, jefe de un equipo de cinco personas, experiencia laboral de años y conocimiento de leyes y procedimientos... y todo ello por lo menos que se pueda pagar y además a tiempo parcial, por lo que hay que restarle cinco horas semanales a las cuarenta laborales típicas. Más aún, como a pesar de que el proyecto del Ministerio era de duración determinada y ese era el contrato laboral que era pertinente hacer, el cual son seis meses prorrogables a doce, y este proyecto era de nueve máximo, pero se me hizo un contrato de fijo discontinuo a tiempo parcial, en lugar de descontar un 2% de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en el salario mensual, se me descontaba un 8%, ya que mientras los contratos de duración determinada admiten el 2% para poder favorecer en lo económico a un trabajador a fin de cuentas temporal, o sea: precario, los contratos fijos (y da igual que sea a tiempo parcial) no pueden pagar un 2% de IRPF, sino un 8% mínimo. Así que el sueldo se quedaba en exceso exiguo: esto es escaso, insuficiente. 

Hay que sumarle que la directora o jefa de área de ese archivo se ha encargado desde la primera semana a comienzo de este mes de abril, a pesar de que el pliego que sacó el Ministerio correspondiente decía que se tenía que empezar en 1 de febrero, de poner diversas quejas y pegas, a la vez que ha querido controlar a todo el equipo de trabajo de la empresa sobrepasando sus limitaciones como funcionaria y metiéndose en mis tareas, tal cual lo entiendo después de estar trabajando en esto desde 2009 y ver cómo funcionan las administraciones y las empresas de archivo a la hora de trabajar juntas. Ha sido tan excesivamente controladora, e incluso con decisiones que luego cambiaba, que en algún momento no me daba tiempo material para cambiar los datos recopilados a los nuevos cambios decididos por ella para reflejarlos. Esto ella lo ha entendido como "falta de comunicación" y en lugar de comunicármelo a mí, como es normal, se lo comunicó a mi jefe a modo de queja, como es anormal.

En la primera semana de trabajo de hecho, que suele ser de contacto normalmente y de toma de pulso del ritmo de trabajo, ya en viernes se pidió que se reflejasen datos, a la vez que traía un escáner del Ministerio, a pesar de que con el propio jefe de la empresa había acordado que la empresa lo aportaría a final de mes, pero a la vez pidiéndole que lo traiga ya en uno de sus cambios de decisión.

El proyecto prácticamente, tal como la experiencia laboral me ha enseñado, eran todos los proyectos posibles en un archivo reunidos en uno solo a tiempo rápido (aunque parezca que no) y dando duros a peseta los trabajadores con su trabajo. Aunque en el pliego de condiciones, el cual es público en el Boletín Oficial del Estado, no se recogía producción, daba la sensación que se estaba esperando que se cumpla con absolutamente el total de todas las documentaciones de las tareas encomendadas (todas las imaginables de un archivero). Más allá, el pliego de condiciones pedía un informe mensual del trabajo realizado. Por iniciativa propia y por experiencia de que es algo que facilita el trabajo y da confianza al contratante, le comenté al empresario que le mandaría uno semanal para la empresa y que luego se haría el mensual que se pedía en el pliego, a final de mes. Como parte del trabajo comenté que debía tener tiempo para realizar el informe semanal para luego realizar el mensual que pedían... Se alegó en la queja formal que se hizo por parte de la funcionaria que yo no había entregado los informes semanales. Lo cierto es que sí lo hice... a la empresa (que es a quien yo debía mandarlos), y porque era iniciativa mía para agilizar luego el mensual, no estaba obligado a hacerlos, de hecho los informes mensuales lo normal es que los hagan los jefes, no los coordinadores. Los coordinadores sólo hacen los semanales para dárselos a los jefes de cara a los mensuales, eso es lo que se hace siempre. Como sea, la funcionaria se quejó de que no tenía los semanales... los cuales, repito, el Ministerio ni los habían pedido en el pliego, y en el archivo tampoco me los pidieron en persona. Y repito: además eran iniciativa mía para el trabajo interno de la empresa de cara al resultado final para el cliente. 

Y no comento más, porque no puedo comentar más, ya que entraría en detalles que no puedo comentar, esos ya no están en el BOE exactamente.  

En fin, que acogiéndose a una cláusula del pliego (para esto sí se leyó bien el pliego por parte de unos y otros) la administración, en voz de esta funcionaria (en su decisión en realidad) ha decidido dar mi trabajo de estas dos semanas como periodo de prueba no superado y hoy el jefe me ha llamado para despedirme. Así pues, he vuelto al desempleo. Creo que me quedan por cobrar diez días de subsidio, el desempleo ya lo agoté, me di cuenta cuando lo miré para ver cómo quedó cuando lo interrumpí para firmar este contrato el 4 de abril. Le dije al jefe que no me sentía defendido por la empresa, se indignó y, por si acaso hubiera otros contratos, me mantuve en ello, pero de manera más amable (y funcionó, porque dijo que se quedaba mi contrato por si acaso en el futuro hay algo), y es que lo suyo es ser sincero. Es muy bonito que como jefes pongan en Linked-In o en páginas corporativas que el empleado más valioso es el que te dice la verdad aunque sea incómoda, pero eso sólo es útil si haces que esto sea real. Siento que la empresa no me ha defendido porque ni es normal por parte del cliente quejas en la primera semana, ni en  la segunda, ni mucho menos que una de las quejas del cliente sea que no se han entregado informes semanales, cuando en el contrato (el pliego) sólo pedían mensuales y saben en la empresa que los semanales fueron iniciativa mía como trabajador para facilitar el trabajo de la empresa para redactar el mensual que sí pidieron. Además, los informes semanales sí fueron entregados no sólo a la empresa... los puse también en una carpeta compartida con la funcionaria... y se lo dije... pero ella alegó que no estaban en un correo electrónico mandado a ella. 

En fin. Que sí, que al paro. Cobraré los veintidós días trabajado, luego el subsidio con los diez días que quedaban por cobrar, y luego ya: sin ningún ingreso. Pero, bueno, todo ocurre por algo. Entretanto bien está leer a Antonio Lucas cuando el pasado día 22 de abril escribió en El Mundo una acertada visión sobre Cervantes como escritor ante todos sus fracasos vitales. Saludos y que la cerveza os acompañe.

4 comentarios:

argonauta dijo...

Entre los funcionarios siempre hubo gente que cree ser alguien con poder.

Isabel Gómez Gamboa dijo...

Tanto por el contrato, como por el sueldo, como luego el comportamiento de la funcionaria y todos los abusos de quererlo todo a precio de cuatro perras, ese trabajo era una mierda. Has salido ganando, aunque no lo parezca ahora porque te quedas sin ingresos.

Anónimo dijo...

Después de que me dijeras quien era la funcionaria he buscado y preguntado sobre ella. Creo que tiene el síndrome de Procusto. Es una lástima que la administración no tenga medios para deshacerse de esta gente, o al menos para sancionarlas con severidad. A estas y todos los funcionarios que no trabajen como trabajamos los que no tenemos el trabajo asegurado por ley. Lo siento.

Anónimo dijo...

Hoy más que nunca necesitamos huelga de los que trabajamos en archivos. Ya está bien. Ánimo compañero.