miércoles, enero 01, 2025

NOTICIA 2365ª DESDE EL BAR: LOS LIBROS QUE DESTACO DE LOS QUE LEÍ EN 2024

Comienza año y sigo con una tradición de esta bitácora, destacar dos libros de los que leí en el año acabado y una novela gráfica. Y dicho esto, este año vamos directo a ello, paso a los dos libros que destaco de entre los que leí en 2024.

2024: 45 años.

Leí 48 libros, de los cuales 18 eran novelas gráficas, de estas una de ellas estaba repartida en 2 volúmenes, y otra contenía en realidad dos relatos diferentes en un volumen, por lo que se podría considerar que eran 19 novelas gráficas y por tanto 49 libros. Este año existe esa relatividad.

Ha sido un año difícil. Os cuento en parte menor algo de ello mencionando los libros que destaco:

Patria (Fernando Aramburu, 2016): Me ha sido difícil elegir entre destacar este o bien otros como La verdad sobre el caso Savolta, de Mendoza, o Cándido, de Voltaire. Cualquiera de ellos podría estar aquí. En el fondo, como ya estoy leyendo uno de Locke que luego comentaré, descarté  a Voltaire por no ahondar en ello más, aunque me sorprendió descubrir en él a un novelista de humor que me hizo bastante gracia. A Mendoza me ha dolido más el descarte, además le leí buscando impulsar la escritura de mi nueva novela, aún por publicarse, espero que este año. Es verdad lo que un amigo mío me comentó sobre su lectura de Patria por él, tiene algunas partes repetitivas que hacen que se le haga largo el libro. Lamento que otras muchas amistades y algunos conocidos, al decirles que leí o leía el libro, me remitieran a su visionado de la serie de televisión que le hicieron, salvo algunos casos que aplaudían la lectura, la cual ellos mismos recomendaban (en este caso, especialmente las amigas). Cuando salió el libro en 2016 yo había leído de él en el diario El País, y me llamó mucho la atención que fuese una de las primeras novelas que ya hablaba abiertamente de la banda terrorista ETA desde una historia de ficción, y que lo hiciera con éxito. No es la primera, pero sí ha marcado posiblemente un antes y un después. No niego que también leí en prensa la crítica que le hicieron varias personas de la sociedad vasca, que niegan que la realidad de la presión del nacionalismo y el terrorismo fuera como narra el autor en los pueblos pequeños. Sea como sea, no me lo pude comprar en su día porque me resultaba muy caro para mi debilidad económica. Creo que fue a finales de 2023 o comienzos de 2024 que encontré en la Papelería Ana donde suelo comprar prensa un ejemplar en tapa blanda, de bolsillo, barato, y más o menos elegante. Y lo compré. Su lectura me fue muy rápida y entretenida, si bien tardé mucho en acabarlo porque la degeneración de la salud de mi gata y el desempleo me llevó a un abotargamiento en mi estado de ánimo que me impedía leer algunos textos de prosa, tales como los de la novela, pero lo reanudé tras la muerte y, aún a pesar de estar mal también por la falta de trabajo e ingresos, cosa que también me frenaba emocionalmente, lo leí ya del tirón en lo que me quedaba, ya entrado el comienzo del verano, pasada la primavera en el que lo empecé. Leí en mi casa, en mi terraza, en mi salón, en mi cama, en algún trayecto... Me parece un libro muy bien escrito, donde incluso las partes repetitivas que decía mi amigo me resultan necesarias no sólo para narrar, sino para dibujar con trazo profundo las obsesiones de los pensamientos de los personajes. Está a caballo entre las novelas de los Episodios nacionales de Galdós, la conversación abierta entre la viuda y el difunto de Cinco horas con Mario de Delibes, y la tensión que mueve el libro del misterio de un secreto que todo el mundo conoce a voces de Crónica de una muerte anunciada de García Márquez. La viuda de un empresario asesinado por ETA regresa a su pueblo cuando ETA anuncia el final de la lucha armada. Allí va a ver la tumba de su marido cada día y le habla de sus recuerdos y sus resquemores con la gente del pueblo en torno a su asesinato. Repasa su propia historia desde la década de 1960 hasta 2017, aunque de un modo no diacrónico, sino que da saltos hacia adelante y atrás en el tiempo, dando naturalidad a lo que es el pensamiento humano. Entre tanto aparecen también su hija y su hijo, con sus parejas y descendientes y ellos también piensan en primera persona. Y así también la familia de los asesinos del marido y otras personas del pueblo. Entre todos se construye el relato. Entre víctimas y entre gente del entorno tanto netamente nacionalista, que puede ser víctima también, como del entorno independentista de ETA. Creo que es un buen dibujo, y reconozco de mi juventud algunas de las cosas que se narran de las décadas de 1980 en adelante. Aunque mi juventud es de Alcalá de Henares. Creo que hay un buen estudio psicológico detrás de esta obra y creo que en parte la quería tener porque creo que es una de las obras clásicas ya de la literatura española del siglo XXI y quería leer por donde anda nuestra prosa. Es un libro bastante experimental, pero a la vez es un libro que se puede leer convencionalmente. Buen libro.

Solaris (Stanislaw Lem, 1961): Sobre 2016 encontré una edición actual de este libro en el bar y librería desaparecidos El Laboratorio. Cuando ya cerraban para siempre quise comprarlo, pero Zia Mei me lo regaló. Lo mantuve pendiente de lectura, sin que surgiera el momento concreto hasta que, por razones que desconozco, unos meses después de la muerte de mi gata Reina, ya con un trabajo de nuevo, me volvió a llamar poderosamente la atención verlo en mi estantería y me dio un deseo de leerlo muy irrefrenable. No he visto la película y sé que Lem es uno de los clásicos de la ciencia ficción del siglo XX. Exiliado de su Polonia natal al huir del bloque soviético, refugiado y nacionalizado en Estados Unidos, algunas de sus obras revolucionaron el panorama de los relatos de ficción espaciales, tanto como que otras fueron censuradas en la Unión Soviética. Ya en otro año había hablado de que leí de él Ciberiada. Zia Mei me había recomendado leer el libro Solaris sin contarme nada, y creo que mi amigo Paco y algún otro también me habían hablado de la obra sin desvelar nada. Creo que es exactamente lo que hay que hacer. Afrontarle tal cual te viene, descubriendo cada página. Me apasionó leerlo. No podía dejar de leerlo. Llegué incluso a enlazar en mi mente alguna cuestión de la película y libro 2010, odisea dos, pero evidentemente esta obra de Lem es anterior a esa historia, y es más perfecta. Un científico psicólogo y neurólogo es trasportado al planeta Solaris para ser sumado a un equipo de otros tres científicos que ya trabajan allí. En el momento de su llegada sabe que uno de ellos acaba de fallecer en circunstancias no claras. A partir de esta base empiezan a ocurrir una serie de sucesos extraños que alterarán las mentes de todos. El libro te invita a pensar de manera incluso metafísica más allá del relato entre la ciencia ficción, el misterio, el terror y la aventura. Se infiltra a veces en reflexiones psicológicas y oníricas de la mente humana. Es verdad que tiene partes donde el autor a veces reflexiona ampliamente de ciencia desde la metafísica y las une la una a la otra, creando una sensación al lector de lentitud en la lectura, de algo de pesadez, pero son partes que no sobran, pues van creando el universo, o la comprensión del universo, en el que los protagonistas están sumergidos para bien o para mal y que ellos mismos no entienden. Hacia final de año, recomendé este libro a un amigo de bar de los tiempos de mi adolescencia que me encontré casualmente en la librería Domiduca. Es una lectura que recomendaría ampliamente, especialmente a los que buscan del relato algo más, algo que les dé de comer también a abrir sus mentes a nuevas reflexiones sobre el mundo y la forma de ser en él. La vida, la ultravida, el ser, o el no ser.

Y la novela gráfica que destaco es:

Las aventuras de Max Fridman: ¡No pasarán! (Vittorio Giardino, 1999): En diciembre de 2022, a raíz de una conferencia sobre Corto Maltés en la Universidad de Alcalá, publiqué una entrada en esta bitácora (Noticia 2185ª) donde mencionaba que Vittorio Giardino había llegado a crear una página de su personaje Max Fridman donde este periodista y espía llega a ver el fusilamiento de Corto Maltés en España. La página es inédita, aunque se ha publicado en medios de comunicación, y la historia también. Sin embargo, eso me llevó esas Navidades a pedir en Alcalá Cómics la novela gráfica ¡No pasarán!, donde se narra el paso de Fridman por la guerra civil española. En realidad se narra su paso hacia mediada la guerra, porque en los otros cómic de Fridman, Rapsodia húngara y La puerta de Oriente, hay referencias de Fridman en la guerra española hacia los inicios de esta, cosa que también se menciona en ¡No pasarán! A lo largo de 2023 retuve la lectura, aún estando muy interesado en hacerla, y me dediqué a buscar las ediciones descatalogadas de las otras dos aventuras citadas, que encontré, pero no a buen precio. Fue en 2024 que Norma Editorial hizo una reedición de esas otras dos novelas en un sólo volumen y las compré en Librería Diógenes. He leído las tres novelas gráficas este año. Son impecables. No sólo es el trazo fino y preciso de la década de 1980 de Giardino, es también todo un conjunto de documentación visual, espacial e histórico que se ve en muy pocos autores cada cierto tiempo. Todos los detalles de la década de 1930 están plasmados hasta en el más mínimo objeto. La precisión de los hechos históricos en cada ciudad, el estudio social de los personajes, los guiones llenos de intriga de espías de la buena, todo ello hace de este autor italiano uno de los autores referentes del cómic europeo. Se pueden leer otras historias suyas de corte erótico, pero incluso abordando ese género le da un sentido humano más allá del mero deleite. De hecho, en las historias de Fridman se desliza a veces ese sentido erótico dentro de una historia tremendamente humana, por lo que se da de manera natural, sin forcejeo, y dentro de una Europa en el drama de la preguerra y de la guerra, en un mundo de espías donde, además, luchan encubiertamente el fascismo y el comunismo. Preludia en cierto modo el futuro de la Guerra Fría, pero de lo que habla es de la lucha contra el totalitarismo y de las luchas de espías. En el cómic que destaco, Fridman es forzado por los servicios secretos franceses a regresar a la guerra civil española en busca de una persona a la que han perdido y que es amigo de él. Fridman se verá envuelto en una búsqueda donde los servicios secretos soviéticos, a la vez, están llevando a cabo una purga de posibles disidentes internos y los que creen enemigos internos. Envuelve todo ello los servicios secretos de Franco actuando en la zona republicana, y la batalla de Belchite en el frente del Ebro. Leí estos cómic de Giardino en este 2024, en parte también como impulso a la reanudación de mi nueva novela Los pasos del ayer, que logré acabar en verano y que debo repasar con idea de publicar este 2025. Leí muchos cómic en este 2024 donde he rozado la ruina económica total y donde viví la larga agonía de mi gata Reina. Durante esos días que estuvimos muy juntos no me salía leer libros en prosa y a veces encontraba algo más de refugio en los cómic y en la poesía. ¡No pasarán! es uno de ellos, en el sofá de mi casa, junto a ella tumbada a mi lado.

2025 (1 de enero): 45 años camino de los 46.
Estoy leyendo 1 libro. 
 
Ensayo sobre el gobierno civil (John Locke, 1689): Creo sinceramente que es el libro que se debería dar a leer obligatoriamente ahora mismo en los institutos ya sea en Filosofía o en Historia. Dado el punto al que estamos llegando en lo político y lo social, Locke se transforma en un autor necesario de leer para tener conceptos claros, ahora bien, la gente joven lo ha de hacer con todos los preceptos claros que les guíe su maestro o maestra puesto que Locke, como persona del siglo XVII, por muy adelantado y moderno que fue en su época, no puede evitar deslizar algunos conceptos de carácter machista, aunque, aún así, más avanzados en "igualdad" que otras personas de su propia época. Los ilustrados del siglos XVIII que darían a luz las ideas de las revoluciones que hacia final de ese siglo comenzarán a formar mediante la revolución las actuales democracias tienen raíces anteriores en autores de otros siglos. Algunos eran de la Edad Media. Pero los más directos eran del siglo XVII, como el español Mariana, por ejemplo, o los ingleses Hobbes  y Locke. Por supuesto existiría el precedente de la revolución y guerra civil inglesa de aquel siglo XVII, al calor de la cual desarrollarán sus ideas. Hobbes era absolutista, pero planteó algo que rompía las ideas de la monarquía que se habían ido desarrollando hasta ese momento. El rey no era rey por elección divina ni tampoco por descendencia directa de Adán, sino por un contrato social primitivo nacido de las leyes naturales por las que se rigen las personas en sociedad. John Locke recapacita sobre esta idea y va más allá. No sólo existe ese contrato social, sino que además el rey está obligado a cumplir con un gobierno justo o de lo contrario es el propio rey el que rompe el contrato social por el cual gobierna. Más tarde será el francés Rousseau el que terminará diciendo que ese contrato social no necesita que el gobernante rompa su parte del trato, sino que los poderes deben estar sometidos a evaluaciones periódicas por sus gobernados, renovando así el contrato social mediante el voto de los gobernados. Montesquieu directamente abordará la República. John Locke fue de los ilustrados el que más influyó décadas después de su muerte en la Revolución Norteamericana de finales del siglo XVIII. En principio es un liberal del sistema capitalista, uno de sus padres, pero leerle hoy día te hace pensar que aquel liberalismo está totalmente alejado del liberalismo actual, y no tiene nada que ver con el que defienden Trump o Musk. Posiblemente Locke sería tachado hoy día de comunista por el mero hecho de defender que el poder por el poder y el dinero por el dinero no valen nada si no hay valores humanos y sociales para el bien de todos. Lo cierto es que su obra es tomada en parte también por las ideas anarquistas posteriores a él. Locke abordó no sólo cómo habría de ser el ejercicio del poder, también reflexionó sobre la justicia, el ejercicio de la violencia, la servidumbre, las relaciones entre hombre y mujer, las relaciones de padres e hijos, el alcance de las leyes, la existencia de leyes naturales en el ser humano existentes más allá de una legislación escrita, lo que siglos después dará paso al reconocimiento de derechos humanos en el siglo XX, en fin, Locke es un autor a tener en cuenta. Compré el libro de segunda mano en Domiduca, de una edición española subrayada por su dueña original de 1969, Ana Martínez firmó en verde la primera hoja. Por ello es un libro con un valor añadido, pues no es muy normal en la España de 1969 encontrar a una mujer dueña de un libro de este calibre y, además, muy evidentemente reflexionado hasta en su mínima expresión a través de sus subrayados. Tal vez lo comprase ella durante el tardofranquismo o ya dentro de la Transición. Yo leo el libro en mis desplazamientos en tren al trabajo, pero lo tomo con gusto en el sofá de mi casa también, después del trabajo. La lectura se hace muy ágil y descubro en Locke un autor muy fácilmente accesible y ameno. Es un libro que además te incita a seguir leyendo y creo, repito, que es necesaria su lectura hoy día, en estos días en que avanza la extrema derecha y la derecha clásica parece estar olvidando que los ideólogos originales del sistema liberal del capitalismo que tanto defienden compartían algunos puntos de vista con el socialismo posterior, básicamente: que ningún sistema es justo ni bueno si no es para alcanzar justicia, igualdad y fraternidad, el bien común... hasta la Constitución de Estados Unidos proclamó su intención de alcanzar la felicidad para todos y la libertad que libere de sumisiones, incluidas las económicas. Con todos los "peros" que se le pueda poner hoy día, este es uno de los orígenes de las democracias actuales. 

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