En la noche del sábado al domingo hubo en Alcalá de Henares una agresión homófoba muy brutal a una pareja que, resulta, son amistades mías. A él le conozco desde 2011 y a ella desde hace unos años menos, desde hace tres o cuatro años, quizá me falle la memoria y sean cuatro, no recuerdo si entre los tres o los cuatro últimos años. Sí que es cierto que cuando organicé un recital en Alcalá de Henares contra la guerra de Ucrania en 2022, con varias personas poetas, ella participó. Yo conté con ella, que además era la primera vez, creo, que se subía a un escenario a compartir uno de sus textos. Ella es una mujer transgénero que, por cierto, tiene un hijo biológico propio de antes de recibir el cambio de sexo mediante procedimientos médicos, pues evidentemente ella ya se sentía mujer antes de las operaciones y las hormonaciones pertinentes.
La agresión fue denunciada por vías sociales por la asociación Alcalá Entiende, dedicada a la defensa de los derechos de identidad sexual en Alcalá de Henares. En seguida la senadora madrileña Carla Antonelli, también una mujer transgénero, de hecho la primera diputada de esa condición que ha tenido España, primero por el PSOE y actualmente senadora por Sumar, amplificó la denuncia a través de su red social X. La pareja de amistades agredida lo fue denunciando desde el primer momento. Primero con una denuncia formal en la policía, luego en redes sociales. En el día del lunes 26 había visto alguna de las publicaciones, pero eran tan planas y llenas de texto en letra pequeña que creí que sería un largo texto sobre otra cosa y no le presté mucha atención, hacia el final del lunes vi en varios perfiles de varias amistades dos retratos robot de los dos agresores, algo muy común en perfiles de personas que se implican en cosas sociales y tampoco supe muy bien de qué iba. Fue en la mañana del martes, ayer, que vi que casi todas mis amistades compartían los retratos robot y el largo texto. Lo leí y supe de la agresión homófoba a una pareja en Alcalá de Henares y que se había hecho eco Carla Antonelli.
Para esa hora también se había hecho eco la Cadena SER Madrid, lo oí mientras trabajaba, pero no sabía quiénes eran los agredidos. Fue por la tarde de ayer que vi la fotografía de mi amiga llorando con la cara destrozada por la paliza recibida. En seguida le escribí a la pareja, a él, porque no encontraba manera de contactar con ella. Él contestó varias horas más tarde por conversación privada de Whatsapp, diciéndome que se estaban recuperando de los golpes en casa, que estaban bien y que deseaban que cogieran a los dos agresores. Yo entre tanto había empezado a buscar noticias. La noticia salió en Dream! Alcalá, La Luna de Alcalá y Puerta de Madrid, tardó más tiempo en salir en Alcalá Hoy, de hecho en esa prensa salió a lo largo de la tarde de ayer. También se publicó en la prensa a nivel nacional, como 20 Minutos, La Vanguardia, Público, ABC, La Razón, El Mundo, la Sexta o Telecinco, entre otros, mientras también aparecía en Telemadrid.
En redes sociales lo denunciaba en la tarde de ayer Izquierda Unida de Alcalá de Henares. Compartí su publicación, mientras compartía algunas de las publicaciones de mis amistades en diversas redes sociales. Ayer por la tarde el ayuntamiento comunicaba en voz su concejal de Cultura (PP) la condena expresa a la agresión y el total apoyo y disposición hacia la pareja agredida. Santiago Alonso, el dicho concejal fue claro en esto.
Según la descripción de los hechos, cuando se encontraban en la calle fueron insultados por estas dos personas, las cuales terminaron uno agrediendo y sujetándolo a él para obligarle a ver al otro cómo le daba una paliza a ella al grito de diversos insultos homófobos.
La cosa es que el retrato robot de ambos me resulta muy familiar. Altamente familiar. Estaría por decir que son dos caras muy conocidas de bares del centro ciudad e incluso quizá de la barriada de reyes Católicos, quizá en cuanto a la barriada tengo dudas importantes, pero sé que los he visto más de una vez, pero no sabría precisar dónde exactamente. Con lo cual supongo que, como yo, otras muchas persona de Alcalá de Henares les conocerá de vista como yo, sobre todo porque uno tiene un lunar en la cara muy llamativo, muy peculiar. Esos retratos robots se han difundido por decenas y decenas de perfiles sociales, no obstante la pareja agredido es muy conocida y es amiga de una gran cantidad de personas, especialmente de las asociaciones y de la vida nocturna. Tal vez los agresores no contaban con que ese hecho, que probablemente desconocerían, iba a hacer que sus caras estén ahora mismo en los teléfonos móviles de media población alcalaína. Sea como sea, el caso está en manos de la policía.
Si nos remontamos años atrás, unas décadas, también existía aquella Alcalá de los años 1990 donde por tener un aspecto físico que más o menos podía corresponder con gustos musicales de la izquierda o simplemente con visiones de cómo distinguir a alguien de izquierda sólo por cuestiones materiales, había grupos en esta ciudad que se dedicaban a agredirles. Sabíamos por entonces hasta sus bares nucleares. También lo sabían las personas con autoridad que podían haber hecho algo, pero no se hizo nunca nada. Me pregunto si Alcalá está a punto de volver a esos grupos que, aunque sean minoritarios, siembran la violencia, el mal y el terror, así como el miedo y la coerción y la autocensura. Provocan el miedo a la propia imagen, a la libertad de ideas, a la libertad de expresión y otras libertades reconocidas en el Título Primero de la Constitución, sobre los derechos fundamentales de los españoles. Sí, el Defensor del Pueblo también se ha hecho eco en su página de la agresión del otro día.
Hace bien el gobierno local, por lo menos por lo que toca al PP que leyó el comunicado, en condenar la agresión, pero han de completarlo. Han de completarlo porque de lo que hablamos es de unos valores que teóricamente compartimos como punto básico: los derechos constitucionales, la democracia y la libertad. Y todo lo que no sea poner algo más que palabras, no es que sea estar en contra de eso, pero sí que evita que quienes pudiendo hacer, no hagan todo lo que se pueda hacer para frenar lo que en estos tiempos parece avecinarse de parte de los que se creen cada vez más justificados en sus actos más contrarios a la libertad.
En la defensa de las libertades debemos estar unidos los que creemos en ellas, luego, nuestras visiones de cómo mejorar pueden democráticamente diferir, pero en determinadas cuestiones, no actuar juntos es el primer paso para perder la posición ganada desde la Transición.
Mi amistad y mi aprecio a la pareja amiga que ha sufrido este descalabro.
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