Ya lo comenté y analicé en extenso en la Noticia 1666ª, el periódico quincenal Diagonal, publicado a nivel estatal, dejaba de repartirse en la segunda quincena de diciembre de 2016 para desaparecer, pero no para desaparecer para siempre, sino para transformarse en otra cosa, en otro periódico que aún no tenía nombre. Un periódico que surgiría por la unión de Diagonal con otros medios de comunicación independientes que se citaban, algunos, en aquella Noticia. Ese periódico daría noticias preferentemente por vía cibernética en Internet, de manera semanal y en papel de manera mensual. Hice mi 35º reparto de Diagonal aquel mes de diciembre y hablé sobre el medio y sobre mi relación con él. El quincenal desaparecía para metamorfosearse del todo a lo largo de enero y reaparecer en febrero. Todo eso ya ha ocurrido, primero en Internet y en estos dos últimos días de febrero, al fin de nuevo en papel. El nombre definitivo al final es, por aceptación general de creadores y lectores, el que fuera nombre provisional de la metamorfosis: El Salto.
Sí, hoy he hecho mi 36º reparto con este grupo, del que me siento en cierto modo parte del equipo en esta Alcalá de Henares de entre 200.000 y 210.000 habitantes. Los suscriptores han aumentado este mes pasado, quizá efecto del trabajo realizado tanto con Diagonal como lo que se ha podido leer en la edición cibernética de El Salto. Han aumentado y, agradablemente, mucho. Es un placer encontrarse con un regreso así, tanto por el servicio de información que se hace, como por la viabilidad de este periódico, cuyos mayores ingresos para sobrevivir vienen de los suscriptores. Se pueden comprar los números sueltos en la Librería Diógenes, en la calle Ramón y Cajal, por supuesto, eso se mantiene. La suscricpión es de las más baratas que hay en España en cuanto a suscripciones de prensa. Además, el suscriptor de este periódico tiene más opciones de interacción con los redactores, pudiendo incluso participar del proyecto. Los medios están ahí.
El nuevo periódico es de un tamaño mayor que el anterior y sus páginas ahora se encuentran grapadas. recuerda a una revista, pero a una revista de las contundentemente serias para entender la realidad social, política, económica o cultural del momento, al estilo de algunos periódicos mensuales o quincenales del resto de Europa. Muy profesional, la edición de papel ahonda en las noticias buscando explicaciones y antecedentes que raramente se encuentran en otros medios de comunicación, más preocupados en señalar o hacer pasar por culpables a aquellos o aquello que según el momento le interese al grupo editorial de aquellos medios. Eso cuando las noticias de campos de refugiados, por ejemplo, u otras temáticas, no caen en los medios generalistas en explicar diversas cuestiones personales de ocasionales protagonistas anónimos, personalizando sus padecimientos a sus lectores, en El Salto, sin olvidar la existencia de la persona y el individuo, a lo que van no es a mover el sentimentalismo del lector, lo que en culto de finales del siglo XIX y principios del XX se llamaría al patetismo, no quieren remover el "pathos" más sentimental o el más unido al sufrimiento ajeno y lo que nos provoca, sino que ellos van a la explicación del porqué se ha llegado a esa situación de la que en ese momento estén hablando. No les interesa dar noticias que encubran nombres de grandes empresas o grandes políticos o personales detrás de algo, para bien o para mal, por el mero hecho de que tal o cual invierta dinero en su medio, pues no invierten ni dejan que inviertan dinero en ellos, y eso les hace libres, y al hacerles libres hacen efectivo el derecho de la libertad de expresión, de la libertad de opinión y de la libertad de prensa.
Contienen ahora mayor calidad en la selección de sus fotografías. El papel ahonda más en el reportaje de profundidad, mientras que en Internet, sin abandonar la línea dicha, van al análisis semanal de las noticias que ocurren y seleccionan, siendo estas a veces cuestiones que los grandes medios no cubren tanto, pero que son totalmente trascendentes y tarde o temprano les estalla en sus manos a quienes en su día no quisieron hablar de ello. No huyen de los grandes ni de los pequeños temas. De momento han dado el salto las ediciones de Aragón, Andalucía, Galicia, Madrid y Navarra, y según llegue el momento saltarán a este nuevo formato y nombre el resto de las ediciones del periódico en el que se han unido diversos medios.
En este número 0 comienzan dando un reportaje sobre los grandes grupos de comunicación en España, Mediaset, PRISA y Atresmedia, en el que citan cifras de deuda, de dividendos de accionistas, citan a los accionistas y a las empresas que hay detrás, citan los gastos de personal, sus puestos de trabajo, sus éticas y prioridades periodísticas, sus puertas giratorias... Son grupos que controlan el 58% del mercado de los medios de comunicación, el 60% de la audiencia y el 87% de la publicidad. Destaca también el reportaje sobre el grupo extremista islámico de Boko Haram y se detiene a explicar cómo se encuentra actualmente el desarrollo de la guerra contra este grupo en África. Complementa al reportaje doble que ha publicado El País estos días, aunque la lectura de ambos resalta las diferencias informativas de uno y otro medio. Otros reportajes extensos e interesantes están en una entrevista a la escritora Ursula K. Le Guin. Otra entrevista a Saskia Sassen, socióloga neerlandesa que disecciona la globalización neoliberal en el punto en el que se encuentra en 2017. O la entrevista a Hervé Falciani, que tras acusar a la corrupción internacional ahora colabora con las administraciones locales como vía de futuro. Todo ello sin olvidar asuntos como el análisis de la actualidad de las problemáticas de vivienda y desahucios en España, el aumento del consumo de la heroína en España, el callejón sin salida en el que cada vez se adentra más el PSOE con su dialéctica y decisiones a la hora de encontrar respuesta y diálogo en el resto de la izquierda de España, o la cultura alternativa que se está creando ahora mismo, entre otros muchos temas. Todo ello sin tener detrás ni grandes medios económicos, ni grandes medios logísticos, y sí miles de suscriptores, público lector que es a quien se deben para informarles.
Así pues ya está aquí El Salto, y también ha llegado ya a Alcalá de Henares. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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