Mi gata me ha robado mi asiento y Gravatar me da problemas en la edición de mi perfil, con la cabeza incómoda en esas dos vertientes, la de la sensación física de hacer equilibrios con el ordenador sobre mis piernas y la sensación mental de la saturación y hartazgo de la estupidez programada de Gravatar, me dispongo a informar al Alto Mando del Servicio de Espionaje de Bares sobre una nueva contribución.
La cosa es que los cineastas, creadores en general y propietarios de la revista digital El Tornillo de Klaus, que ya cubrió uno de mis recitales de poesía hace tiempo, en verano del año pasado (y de los que hablé más concretamente en la Noticia 961ª) me pidió y ofreció escribir un artículo sobre cine para ellos. La cuestión es que eso viene en realidad de unas conversaciones que tuvimos medio ebrios de kalimotxo durante las fiestas patronales de Alcalá de Henares a finales de agosto de 2011, mientras nos jugábamos la suerte de la integridad de nuestros dedos con un bolígrafo a modo de cuchillo golpeando rápido entre ellos. Por entonces hablamos de que escribiera sobre películas antiguas, de comienzo del siglo XX. Avanzado el tiempo, con motivo del I Congreso Internacional de Conferencias sobre Novela Gráfica y Cómic, en el que participé hablando acerca de Hugo Pratt y Corto Maltés, Hacia comienzos de octubre me ofrecieron lo mismo pero escribiendo sobre la película de animación de este personaje. Todo quedaba pendiente y nunca terminaba de escribirles. Una semana después de la fiesta de disfraces sobre superhéroes de los pasados carnavales de este año, y también durante ella, El Tornillo de Klaus volvió a la carga con esa idea, ampliando la posibilidad a que pudiera escribirles una crítica-ensayo de lo que yo deseara de aspecto cultural. Demasiada tentación para alguien a quien le gusta escribir y le gusta las propuestas culturales que le hace Caballo, ese miserable antropomorfo que dirige el grupo de artistas y la revista en sí.
Hace poco el Cineclub Nebrija proyectó Otra Tierra (Mike Cahill, 2011, Another Earth), una película que yo tenía pendiente de ver en su día y que dejé escapar en las salas comerciales (7'50 euros tan sólo la entrada), lo que fue un acierto arriesgado (3 euros en cineclub sin carnet). Así pues, con esa preciosa imagen de La Tierra vista en el cielo de La Tierra, fui a verla y me decidí por escribirles a El Tornillo de Klaus un artículo. Deseamos todos con esto que se inicie una etapa de colaboración mensual, o de la periodicidad precisa, entre esta revista y yo. Pasa pues a la barra en esta bitácora (a la derecha de la pantalla) de lugares donde aparezco, al igual que Radio Arrebato, donde llevo dos temporadas siendo uno de los contertulios de Parlamento Pirata los viernes. Os dejo el enlace directo por esta puerta violeta al artículo sobre Otra Tierra, con el que inicio esta colaboración. Por supuesto, la película merece la pena si te gusta un cine emocional y metafórico, que es lo que es más que de ciencia ficción.
Saludos y que la cerveza os acompañe, mientras este espía desembarca en "otra tierra" más.
2 comentarios:
Muchas gracias por dejarnos siempre en tan buen lugar!
Que la cerveza te acompañe!
Señor enmascarado, ¡usted se acaba de desenmascarar en parte! Ahora es uno y trino, pues el cuarto es mujer.
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