domingo, marzo 29, 2020

NOTICIA 1952ª DESDE EL BAR: REFLEXIONEMOS LO REFLEXIONADO

(Fotografía de Jimmy Díaz desde su casa el pasado 27 de marzo por la tarde, día 13º de confinamiento por el estado de alarma ante la Covid-19, Alcalá de Henares.)

Estamos en el 15º día de confinamiento estatal por el estado de alarma activado por el gobierno ante la Covid-19, aunque si eres de la Comunidad Autónoma de Madrid o de Galicia o de algunas localidades de Cataluña y Valencia estás en el 16º, pero si además eres de la comunidad docente o del mundo de los cines, teatros, salas de concierto y demás, teóricamente deberías estar ya cerca de un mes dentro de tu casa sin haber salido, aunque esto, dado lo que todos sabemos que ocurrió las primeras semanas, es poco probable, no hay reproche en mis palabras. Es simplemente un hecho. ¿Quién iba a decir en las primeras semanas que todo derivaría en lo que ahora mismo tenemos, con 78.797 infectados, 6.528 fallecidos y el estado de alarma prorrogado hasta el 12 de abril incluido? La gran mayoría no lo tomamos con toda la seriedad y el acierto que se debía, incluso aquellos que optamos por no quitarle importancia, pero sí por quitarle hierro al sensacionalismo de los medios de comunicación, como las fotos poco correspondientes con la realidad en algunos periódicos o los titulares tipo "estado de excepción" que se vieron en otros periódicos cuando Madrid decidió que los bares y restaurantes no abrieran, por poner un ejemplo. En la primera noticia que escribí sobre el tema, el 6 de marzo (Noticia 1944ª), trataba el tema comentando por encima lo ocurrido sin entrar a análisis y comentando ya entonces algo que ahora cada vez más comentan los grandes medios, pero que en ese momento excesivamente pocos notamos, esto es: que el mundo cambiaría porque hay cosas que se están experimentando que probablemente se quedarán en el siglo XXI. Poco a poco las sociedades y políticas se van recomponiendo. Decía entonces que todo ello venía por las peculiares "vacaciones chinas" de los dueños de negocios chinos de mi barrio, que por cierto, tras pasar veinte días no han abierto y, por lo que oí desde mi terraza a una vecina, lo han prorrogado hasta el día 30, no sé si en aquel cartel diría de marzo o de abril, mañana lo descubriré cuando abra las persianas de mi casa. De aquel artículo sigo sosteniendo que me parece más amenazador el cambio climático, pues aunque ahora parezca lo contrario, mientras el cambio climático es un problema en ascenso que alcanza a todos, la Covid-19 terminará siendo dominada, aunque traerá graves problemas económicos posteriores. Para poder decir lo mismo del cambio climático habría que tomar medidas no solo tan, sino más drásticas que las que todo el planeta está tomando por la pandemia actual. 

Como sea, la percepción de cambio de época por el caos desatado por la Covid-19 la ha captado sobre todo el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. El diario Público lo ha recogido, expuesto y analizado el pasado 26 de marzo en el artículo "La pandemia acelera el cambio de época y el fin de la era de globalización neoliberal". Es largo de leer, pero es sumamente recomendable. Básicamente el triunfo del neoliberalismo o ultracapitalismo iniciado en la década de 1980 con las políticas de Ronald Reagan y Margareth Thatcher, el cual se reforzó tras el final de la Guerra Fría en 1991, habría demostrado ser falso en sus premisas de progreso y prosperidad para todos a cuarenta años vistos después y en plena crisis sanitaria mundial en 2020. Las políticas neoliberales y de globalización habrían demostrado un auténtico batacazo y un caos total cuando se enfrentan a un caso de globalización de origen no económico: una pandemia como la del Covid-19, la cual tiene repercusiones económicas, pero necesita respuestas humanitarias. El cierre de fronteras, la escasez de medicamentos o de mascarillas al fallar el proveedor principal (China) etcétera, o la insolidaridad de la Unión Europea del norte (la denominada Europa rica) con la del sur (la mediterránea) demostrarían que en el futuro debe primar volver a recuperar el Estado del bienestar y desmontar los mitos teóricos de la economía de los últimos cuarenta años, tal como el Premio Nobel comenzó a desgranar de porqué son falsos a pesar de que haya países que no se quieran desprender de ellos, y sobre todo grandes empresas. La Europa del norte, por ejemplo, se ha podido enriquecer gracias a esas políticas aplicadas a la Europa del sur. En fin, un artículo muy interesante y mejor explicado en palabras de Público. Puede que cuando esto acabe la gente, tras un periodo intermedio, vuelva poco a poco a sus hábitos, pero el mundo habrá tomado nota de muchas cuestiones políticas, económicas, tecnológicas y sociales, así como una forma real de combatir al cambio climático, el siglo XXI irá tomando nueva forma. 

China puede posicionarse más aún como potencia del mundo a fuerza de las ayudas que ahora está dando al resto del mundo, mientras Estados Unidos se enfrasca en sí misma y Europa está necesitada de ayuda más que en posición e ofrecerla ahora mismo. Pero sobre todo ocurrirá porque quien primero salga de la crisis sanitaria, antes estará en posición de producir y por tanto de exportar y de vender a los demás, y por el momento parece que es China quien tiene esa ventaja. No es algo inédito, ya ocurrió en la Primera y en al Segunda Guerra Mundial. A pesar de que en el caso español en la Primera Guerra Mundial, los empresarios optaron por no invertir en mejoras y en no mejorar las condiciones de vida y salario de sus trabajadores, lo que llevó a una crisis posterior a la guerra que hundió lo avanzado por la neutralidad de España y ayudó a recuperar su posición al resto de Europa, aunque, sin embargo, Estados Unidos, que no entró en la guerra hasta 1917, sí reforzó su posición comercial y eso hizo que después de 1918 fuera Estados Unidos y no el Reino Unido la principal superpotencia del mundo. 
 
Volví sobre el tema del Covid-19 el 12 de marzo (Noticia 1946ª) haciendo un artículo al modo asemejado a como escribía Mariano José de Larra en el siglo XIX, en homenaje y porque además la situación me daba para ello. A dos días de que en la noche del 14 el presidente activara el estado de alarma, escribía una crítica social sobre los comportamientos nada cautelosos e irresponsables de aquellos que en teoría habían sido mandados a la cuarentena, pero también del alarmismo y de las ingenuidades. En parte de esas actitudes parece ser, según los informes diarios del centro de control de la enfermedad en España, está el origen del gran número de infectados de estas semanas, aunque, dicen, gracias al confinamiento y el distanciamiento social esta progresión se va relajando, aunque vaya en aumento todavía. Tenemos eso sí comentaristas políticos del PP, Ciudadanos y Vox que aseguran que la expansión de la pandemia en España se debió a la manifestación feminista del 8 de marzo, sin atender que ese día hubo numerosos partidos de fútbol, baloncesto y otros deportes, un congreso político de Vox, misas de domingo y gente tomando algo en las terrazas y bares de todo el país, pero que incluso todos estos juntos son muchos menos que los millones de personas que al día siguiente, lunes, fueron a trabajar en transporte público y tuvieron contacto entre sí en calles, carreteras, metros, trenes, aviones y... su puesto de trabajo, más las personas que en su vida diaria salieron a hacer sus compras, al banco y en definitiva a hacer su vida. Se olvidan, por otro lado, los catastróficos efectos de los innumerables recortes al sector público, en este caso la sanidad, que hicieron precisamente ellos, los del PP, desde 2012 a nivel España y desde mucho antes en Madrid o Castilla-La Mancha, por poner ejemplos. En este sentido, a la hora de pedir ayuda a la Unión Europea, se han encontrado España, Italia, Francia y Portugal con una negativa de Holanda y Alemania, como si la pandemia no fuera con ellos y como si la Unión Europea fuera solo de ellos, nos piden endeudarnos con uno de aquellos rescates de 2010 a 2012, lo que haría de la Europa del sur una especie de "colonia" por endeudamiento con la del norte, algo que ya venía ocurriendo desde la crisis de 2008. Responsabilizan los del Reino Unido, Holanda y Alemania a españoles y a italianos de todo lo acontecido, cuando, con un análisis científico del "árbol genealógico" del virus SARS-Cov-2 en su expansión por el mundo, todo apunta a que de China llegó a Europa por los hombres de negocios de Reino Unido y Alemania en sus viajes a China, y en el caso español, además de por ingleses y alemanes, sería también teóricamente por medio de esos mismos hombres de negocios a cargo de Inditex, la empresa del tan aplaudido Amancio Ortega estos días, pues tal empresa tiene sucursales en el epicentro del origen de la pandemia. Lo cuenta y lo desarrolla mucho mejor, con datos científicos, otra vez Público, en el día de ayer 28 de marzo, en el artículo: "La propagación  del coronavirus en Europa contra la narrativa centroeuropea derechista ". Es largo, igual que el otro artículo, pero es también muy interesante.

El 15 de marzo, en la Noticia 1947ª, analizaba todo ahora ya más entrando al trapo y dando los enlaces de las recomendaciones del Estado y de la Organización Mundial de la Salud, así como del Boletín Oficial del Estado. Se había activado el estado de alarma y me dediqué a analizarlo, tal como hago habitualmente cuando ocurre algo históricamente significativo. Este hecho lo era y lo es. Con gran magnitud. Sin abandonar la crítica, y tocando el tema económico, me parece que esta entrada era la más completa e informada con datos actuales hasta esa fecha que había escrito del tema, pero incluso a fecha de hoy sigue recibiendo más lecturas la primera entrada del 6 de marzo, con todos sus defectos y virtudes, sin que conste en mis estadísticas que esos lectores tengan su reflejo en consultar esta otra, que es más actual tanto en mi postura como en los datos y análisis. A sabiendas de que en estos días mucha gente confunde análisis, opiniones, reflexiones y teorías con hechos factibles, no deja de suscitarme preguntas a mí mismo sobre este suceso en las lecturas de mi bitácora estos días. Acertado o desacertado yo o cualquiera en sus visiones, ¿cómo es que la gente, con una realidad tan cambiante estos días tan rápidos como lentos, recurra a leer lo del 6 de marzo sin recurrir luego a lo más actual sobre el mismo tema? Lo más actual no invalida lo más antiguo, lo uno enriquece lo otro, pero bien es cierto que si el lector busca algo actual, y no tanto una comparativa o un enriquecimiento evolutivo, debería buscar en lo reciente. Como sea, habría que ahondar en la promoción de la lectura, de todo tipo de lectura, que la gente aprenda a leer, no sólo su mecanismo, para que no confunda análisis, teorías, reflexiones, etcétera, con hechos, tengan o no tengan posteriormente su reflejo en hechos. Posiblemente por ese medio se logre no solo enriquecer a la población, sino también combatir a las noticias falsas. Estos días, leyendo algunas noticias falsas capturadas por diversos medios y personas, me doy cuenta que en realidad se trata de titulares y noticias mal leídos o mal interpretados por el lector que lo pasó a ser hecho probado. Así por ejemplo, ante el titular de Reuters sobre que cantar determinadas canciones o poner determinadas músicas estos días en los balcones y terrazas podían vulnerar los derechos de autor, hubo quien aseguró que la Sociedad de Autores iba a multar y recaudar a quien ellos reconocieran haciéndolo. Nada más falso. Si uno leía la noticia, en realidad un inspector de derechos de autor, preguntado por el tema, contaba que, ajustados a derecho, efectivamente no se podía hacer sin permiso del autor, pero que dadas las circunstancias no creía que ningún autor reclamara sus derechos, porque además repercutía a su favor que la gente los cantara, caso por ejemplo de Dúo Dinámico y su canción hecha himno en esta crisis "Resistiré". O en otras palabras, preguntado el inspector este dio la interpretación legal y la realidad de que no creía que nadie reclamara sus derechos, pero la gente al leer el titular, y nada más, dio por hecho algo que en realidad no estaba ocurriendo. Hay que aprender a leer y para ello hay que fomentar la lectura.

El 19 de marzo, Noticia 1948ª, fue la última vez que escribí directamente del Covid-19 en esta bitácora, a excepción del poema por el Día de la Poesía de la Noticia 1949ª, elegida por Michel Montagine para su antología Poesía Antiviral. Poema, que por otra parte, va de algo más que del confinamiento, de hecho, probablemente al escribirla estaba escribiendo de algo más allá que de eso... bueno, con toda seguridad. Como sea, en el análisis del 19 de marzo pasaba un poco como con la poesía mencionada, aunque tomé por centro temático al Covid-19, la realidad es que es un tema que llevo meses queriendo abordar y se podría haber abordado con cualquier otro tema, o con uno muy concreto. Traté sobre la censura y autocensura. Lo uní al asunto del Covid-19, de la desinformación, de una sociedad que renuncia a valores democráticos, de la gente que se presta a ser policías y delatores contra sus semejantes, etcétera. Me adelantaba en poco tiempo a un fenómeno que en uno o dos días iba a comenzar a ser denunciado en medios de comunicación y redes sociales, a pesar de que el tema central, el que más quería ahondar, el de la censura y la autocensura, aún no ha sido tratado con toda la profundidad, ni tratado siquiera en general por esos medios y redes. Me parece que es una de las reflexiones más importantes que he escrito últimamente, pero apenas tuvo repercusión según las estadísticas de lectura. Más alta que otras veces, pero la menos leída de todas las entradas dedicadas a la Covid-19. Una lástima, porque ahí creo que digo cosas a tener en cuenta. A fin de cuentas, el periódico El Salto, dos días después de que yo publicara aquello, el 21 de marzo, publicó el artículo de opinión "Estamos en guerra, pero yo no soy tu soldado", otros dos días después, la revista Hispanidad hizo lo propio el 23 de marzo en "El coronavirus está creando un estado policial y sociedad de chivatos... pero, al parecer, no es suficiente", y el diario El País, hoy 29 de marzo, publica un artículo de opinión en un sentido paralelo, "La tormenta perfecta de autoritarismo". Así pues, pese a que hay muchos que hablan acerca de si después de todo esto seremos más solidarios y más mejores, lo cierto es que hay una parte de la sociedad que evoluciona precisamente hacia el lado contrario, incluso a la hora a aplaudir, con sus banderas y sus canciones del Dúo Dinámico o de Manolo Escobar, no todo lo que se oye en las terrazas es algo inocente y puro de agradecimiento a los sanitarios... y quien sepa escuchar, escuchará. Triste es ver esas noticias y fotos de gente que ha llegado a poner en sus portales folios donde señalan quien de sus vecinos no sale a aplaudir. Ahí se incuba algo que ya venía de lejos, y sino, recordad los resultados electorales más recientes. Si uno repasa la extensísima sesión parlamentaria que prorrogó el estado de alarma, yo la vi/oí entera, encontrará algunas declaraciones de la derecha española como mínimo preocupantes, pero dentro del Parlamento pueden ser sólo ruido del momento, que quizá no se debería dar, pero ruido del momento; sin embargo, su traducción social en toda clase de insultos al gobierno en estas horas por las redes sociales... hay un problema de fondo que no apunta a la solidaridad precisamente. Y puede que sean mínimos en comparación con el resto de la sociedad, pero son ruidosos, y los ruidosos, a veces, en cuanto encuentran hueco, meten palanca y mueven montañas. Por ello hay que estar atentos, saber leer, tener las cosas claras, reflexionar.

Sea como sea, sí creo que hay una gran mayoría de personas más coherentes y más dispuestas a la comprensión y la solidaridad y al no insulto ni sospecha continua. A fin de cuentas, tal como está la cosa, pareciera que el estado de alarma nos haya puesto a todos en la diana de ser culpables antes que inocentes, premisa que se da solo en los autoritarismos, lo malo es la interiorización que ha hecho de esa idea un sector de la población, como por ejemplo el pueblo que lanzó piedras a unos ancianos enfermos de Covid-19 trasladados de su residencia a un centro de salud de aquel lugar. 

Saludos, buenas tardes y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

Llevaba como diez días sin salir a la calle, desde la última vez que tuve que comprar algo de verdura y fruta (sin contar las bajadas de basura cada vez que se llena la bolsa). Hoy acabo de bajar a comprar carne, más verdura y fruta y productos de farmacia para mi higiene bucal y ha sido curiosamente una sensación de ser del barrio más fuerte de lo habitual cuando me han preguntado los tenderos si yo estaba bien y si necesitaba algo, porque hacia mucho que no me veían. Ni me imagino qué me dirá o pensará el vendedor de prensa cuando reaparezca algún día, pues dejé de comprarla al tercer o cuarto día de confinamiento (en la comunidad de Madrid llevamos oficialmente con hoy 17 días, pero desde que se activó el estado de alarma en todo el Estado son 16 días-contando el día completo del domingo 15, pues en realidad se activó a nivel estatal la noche del 14-, pero si eres de la comunidad educativa teóricamente llevarías 22 días -si cumpliste debidamente con quedarte en casa-, y si eres chino con comercio en Alcalá, puesto que han prorrogado su aislamiento voluntario del 6 de marzo al 30 de abril, llevas 25 días, y estos sí que lo llevan a rajatabla). Buenos días, cibernautas.
P.D.: El día que reabra el bar La Mezquita tengo la impresión que va a ser como las fotos del regreso de los soldados norteamericanos a su país después de la Segunda Guerra Mundial.

Canichu, el espía del bar dijo...

Desde que empezó todo esto, a las 20:00 ha salido puntualmente uno de los vecinos de un bloque más allá a dar vivas a España (entra dentro de lo normal), una tarde lo combinó con vivas a "la bandera de todos", esa misma tarde soltó un "viva Franco", hubo quien le animó con vivas. Un par de tardes puso el "Que viva España" cantado por Manolo Escobar, que era la canción que usaba el ejército fascista italiano en España durante la guerra civil. Luego no lo volvió a hacer, se limita todas las tardes a dar sus vivas a España y a poner a todo trapo el himno de España con la letra que le dió José María Pemán, poeta franquista que ocupó cargos en el primer gobierno de Franco. Mucha gente se anima con eso y le siguen los vivas a España y le aplauden, creo sinceramente que la gran mayoría no sabe cual es la razón de ser de ese himno con letra. Pero hoy, hace unos minutos, nada más poner a todo trapo el himno con la letra de Pemán, alguien ha puesto a un volumen aún mayor el "Resistiré" original del Dúo Dinámico y ha tenido que quitar a medias la letra de Pemán en el himno español. Y así pasan los días. Nunca el "Resistiré" ha cobrado tan grande y doble sentido durante esta crisis sanitaria... y política, parece ser. Benditos Dúo Dinámico. Pero como me comenta un amigo por Facebook ante esto, probablemente del significado de todo esto en realidad se enteran el que lo hace, yo y tres o cuatro más en esta parte del barrio.