viernes, mayo 26, 2023

NOTICIA 2231ª DESDE EL BAR: ¡WINNIE THE POOH, CORRE, ESCÓNDETE, LUCHA!

 El osito Winnie the Pooh corrió con su mochila escolar a lo largo del pasillo del colegio pasando por encima de sus pequeños amigos muertos. El chico mayor con el fusil de asalto estaba entretenido en reventar la cabeza de un disparo a su vieja maestra tendida en el suelo. Winnie encuentra un aula con un montón de mesas arrinconadas para un juego que no llegó a producirse. Rápidamente entró allí apresurándose a meterse debajo de una de las mesas casi tapada por sillas. El chico mayor ha avanzado por el pasillo, le había visto entrar en el aula. Giró el pasador de la puerta. Estaba allí, a muy poca distancia de él. Podía verle las rodillas muy de cerca desde debajo de su escondrijo. El chico mayor no le había visto a él. A Winnie le palpitaba el corazón a toda prisa, no se dio cuenta que la miel que tenía pegada en sus patitas comenzó a atraer a numerosas abejas cuyo zumbido hizo mirar hacia él al chico grande. El gran cañón del fusil le apuntó entre los ojos. Como un resorte instintivo, Winnie the Pooh sacó sus potentes garras y de un zarpazo rápido le arranco una de las piernas a la altura casi de la cadera. Winnie se alzó tirando la mesa. De un mordisco le rebanó el cuello. El pequeño osito era ya un oso.

El pequeño cuento narrado lo he compuesto a partir de la noticia que ayer publicó The Guardian en la cual se nos dice que en Estados Unidos de América, en el Estado de Texas, está ocurriendo una polémica en torno a este oso infantil que lleva un siglo entre nosotros con historias inocentes e infantiles. En 2022 se cumplieron cien años de la creación del personaje, por lo que ha quedado liberado de los derechos de autor para la cultura popular. Este personaje había sido creado en cuento escrito por Alan Alexander Milne a partir el oso de peluche de su hijo Christopher Robin Milne. A ese oso de peluche el niño lo llamaba Winnie, porque a la vez era un oso de peluche muy vendido en el zoológico de Londres a partir de una osa negra canadiense real llamada así. Esta osa había sido bautizada por la 34ª brigada canadiense que en 1914 la había dejado allí antes de pasar a Francia para combatir en la Primera Guerra Mundial. El nombre correspondía a la ciudad de Winnipeg, de donde era el teniente veterinario de aquellos militares canadienses que la recogieron en Canadá antes de pasar a Reino Unido rumbo a la guerra. Había sido adoptada por la tropa como mascota de ellos. La vida final de Winnie fue vivir en el zoo de Londres rodeada de niños y montones de miel, formando un negocio maravilloso de muñecos de peluche y, tras el cuento de Milne publicado en 1924 y llevado al cine como dibujos animados de Walt Disney, todo un éxito. Por cierto, en el primer cuento se dice que el oso se llamaba Edward. Como sea, es un personaje infantil tan exitoso que cien años más tarde sigue siendo un héroe infantil entrañable y educativo junto a sus amigos, que también son animales que se pueden encontrar en peluche.

La transformación legal de este personaje en personaje liberado de derechos de autor para la cultura popular ha llevado a dos situaciones tan inesperadas como sorprendentes. Por un lado, este mes de febrero pasado el director de cine británico Rhys Frake-Waterfield estrenó una película inefable llamada Winnie the Pooh: sangre y miel, basada en  La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974). Esta historia de terror gore llena de matanzas ha recibido críticas tan malas que una de las más graciosas asegura que no dan ganas al espectador ni a decirle una palabra de ánimo a las víctimas de Winnie the Pooh y sus amigos. 

Por otro lado, en el citado Estado de Texas en Estados Unidos de América, una asociación editorial ha aprovechado una reciente ley para promocionar guías de cómo reaccionar ante la aparición de un agresor con armas para publicar el libro Stay safe (Mantente a salvo). Un pequeño cuento donde el protagonista es Winnie the Pooh. Fue repartido gratuitamente en las escuelas. Cuando los niños más pequeños llegaron a sus casas con este cuento estalló el escándalo. Winnie se ve en una situación de peligro y a partir de ahí se desarrollan tres pasos que recomiendan los autores a estos niños, es pues una guía educativa. Estos pasos eran 1º: huir; 2º: esconderse; 3º: luchar con todo lo posible para mantenerse vivo. El cuento se subtituló "If there is danger, let Winnie-the-Pooh and his Crew show you what to do: Run, hide, fight" (traducido: "Si hay peligro, deja que Winnie the Pooh y sus amigos te enseñen que hacer: Corre, escóndete, lucha").

La primera vez que se repartió el librito fue en la ciudad de Dallas, justo en una escuela que ha salido no hace mucho en las noticias internacionales porque un alumno asesinó con un arma de fuego a diecinueve niños y dos profesoras. El escándalo era aún mayor entre algunas familias y profesores, se ha extendido a toda la sociedad, primero de Texas, luego de Estados Unidos y ahora como vemos: a Europa. 

En los últimos años ha habido un aumento significativo de matanzas dentro de colegios e institutos en Estados Unidos de América. Muchas de ellas han sido en Estados del sur, habiendo una concentración a tener en cuenta en Texas. Esto ha provocado un profundo debate estadounidense en torno a las leyes sobre la tenencia y uso de armas entre la población civil. En concreto en Texas, que es el Estado con el mayor porcentaje de población favorable a esa tenencia y uso de armas, estas matanzas han conmocionado tanto a la gente que por primera vez han aumentado las personas partidarias de limitar la venta de armas. Un gobernador vecino a Texas, el de California, que es demócrata, ha influido notablemente en el estado de opinión de Texas, en manos republicanas, debido al trasiego de personas entre California y Texas. 

El escándalo viene por una parte porque hay familias y profesores, así como políticos demócratas, que acusan a las organizaciones proclives a la tenencia de armas y a los republicanos de estar detrás de la creación, publicación y reparto en colegios de estos libros a niños pequeños. Creen que la intención última a medio y largo plazo es educar a los niños a través de los cuentos infantiles en la cultura republicana y en la de la Asociación del Rifle. Perpetuar la situación actual y frenar a los demócratas. Se quejan de que en Texas existe jurisprudencia de censura sobre publicaciones infantiles y juveniles a través de sentencias que impide publicar para las escuelas textos a favor de los derechos homosexuales, que traten temas en torno al racismo, el sexo o el aborto, que son temas normalmente defendidos por los demócratas, pero se permite este libro a favor de las armas, que es algo más propio de los republicanos texanos. Por otro lado, la comunidad educativa de Texas, en general, no toda, se queja de que se fomenta que los niños acudan armados a las aulas, lo que aumenta los riesgos y peligros, pues no dejan de ser niños. Así como, de no ir armados, que se pueda entender por parte del niño que si hay un agresor armado él crea que deba enfrentarse a él aunque sea con los puños, pues los amigos de Winnie the Pooh lo hacen con guantes de boxeo.

Por otro lado queda manifiesto el derecho a la libertad de expresión y el hecho de que el cuento es un cuento. No es lo mismo ver a un entrañable personaje escondiendo su cabeza en un tarro de miel, como se muestra en la obra, que encontrarte con alguien delante tuya pegando tiros.

El libro escondería detrás de su intención de que las posibles víctimas infantiles puedan sobrevivir o saber cómo comportarse ante un agresor armado, el intento de arraigar y supervivir la mentalidad más conservadora y reaccionaria en torno a las armas y el derecho a ellas. Esto es una parte de lo que escandaliza. Si bien el libro pudiera ser bien visto si recomendara sólo huir o esconderse, es la parte de luchar lo que ha provocado todo un denso debate. El uso político de las lecturas educativas o de las lecturas de ocio en la infancia. Un uso que es inevitable, por otra parte, incluso usando de las mejores y más neutras de las intenciones. La cuestión es el férreo control sobre el mensaje para favorecer a un grupo de pensamiento concreto frente al resto de formas de pensamiento. Pueda ser por ejemplo la pervivencia de los intereses particulares de la Asociación del Rifle, que pudiera ser, no se sabe, que esté detrás de esta publicación. También es cierto que el derecho del uso de la violencia para defenderse es algo arraigado en Estados Unidos como parte del origen de su existencia, por lo que la aparición de numerosos asesinatos en escuelas puede que haya hecho pensar legítimo a sus más contundentes defensores el comenzar a educar en la defensa a las edades más tempranas posibles. Eso mientras que otra parte de la sociedad estadounidense puede considerar que el acceso a armas es precisamente lo que favorece las matanzas.

Es precisamente de la censura y del uso de la literatura infantil y juvenil de lo que trata mi nuevo libro Superman, Batman y Franco. La censura en tiempos de Franco (ed. Domiduca, 2023). Como veis es un tema siempre actual. Me resulta interesante, porque en la formación de los más jóvenes se forma los adultos y el futuro. Explica además algo que últimamente parece olvidarse: no hay producción cultural que no tenga en sí un mensaje que mandar al receptor. Os dejo planteado este tema a la espera de presentar el libro.

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