martes, mayo 21, 2019

NOTICIA 1876ª DESDE EL BAR: MEGA AÑO ELECTORAL: LAS AUTONÓMICAS

En las elecciones autonómicas tenemos que votar la renovación o el cambio de los gobiernos de las Comunidades Autónomas y de sus provincias. Las Comunidades Autónomas históricas lo harán en otras fechas, ya que ellas accedieron a la autonomía algo antes que el resto y tienen por ello otros calendarios. Así, Cataluña, Galicia y País Vasco tendrán otras fechas diferentes al 26 de mayo para votar. Igualmente, Andalucía, que también es una de las históricas, ya votó el 26 de marzo, porque adelantaron sus comicios, y la Comunidad de Valencia adelantaron igualmente las suyas al pasado 28 de abril. Todas las demás, votarán. Así que ya veis, aún quedan otras citas electorales este año, según les vaya tocando el turno a las históricas entre 2019 y 2020. Lo que sí habrá, aparte de lo dicho para renovar los diferentes parlamentos y asambleas autonómicas, serán elecciones a los Consejos Insulares de las diferentes islas de Baleares, a las Juntas Generales de los territorios vascos, los Concejos de Navarra, el Consejo General de Arán y a las diferentes Entidades Locales Autónomas de Andalucía, y Menores de Extremadura y Valencia, lo que ya entra dentro del ámbito de lo que llamaríamos elecciones municipales en el resto de autonomías.

Cada Autonomía de España tiene sus particulares necesidades y han pasado desde 2008 diferentes procesos. No entraré ahora mismo a hablar de lo que se llama las autonomías pobres y las ricas, ni las diferencias entre las más industrializadas (País Vasco, Madrid, Cataluña), las consideradas administrativas (Madrid o Barcelona), incluso podríamos hablar de las de servicios por empezar a considerarse que buena parte de sus ingresos es el turismo (Valencia, Canarias, Baleares), y las tradicionalmente agrarias (como puedan ser las dos Castillas, Extremadura, Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra, etcétera). Podríamos hablar incluso de composiciones mixtas, como Murcia o algunas de las citadas, al combinar dos sectores dentro de su fuerza principal para componer su sociedad y su economía. Es evidente que se podría hablar de muy diferentes modos de composición y de diferenciación de las autonomías, más allá de cuestiones culturales o idiomáticas puntuales.

Tras las elecciones generales del pasado abril casi todo el Estado votó mayoritariamente al PSOE. Aunque en cuestión autonomista se votaría en otra clave diferente a la nacional, lo cierto es que las autonómicas están íntimamente ligadas a la política nacional, por lo que la gente sigue reflejando ahí su voto nacional en términos generales. Por ello se observa a estas elecciones autonómicas como una reválida de lo ocurrido el pasado 28 de abril. El PSOE planea repetir resultados, lo que sería la confirmación de la firmeza del voto de los ciudadanos hace un mes, mientras que el PP y Ciudadanos esperan lo contrario, para demostrar que aquel voto fue algo coyuntural y no una decisión firme. En un mes y habiéndose formado la 13ª legislatura hoy mismo, día 21 de mayo, difícilmente se ha podido percibir absolutamente nada, por lo que en principio no hay excesivas razones para que los ciudadanos cambien su voto, al menos que en cada autonomía ocurran razones de peso pesado, lo que aparentemente no sucede. El descontento con el PP existe y más allá podría ocurrir que quienes votaran a PP creyendo en lo tramposamente llamado voto útil, al ver que Ciudadanos es una opción viable, salgan del PP y vayan a Ciudadanos. O que los que votaran a Ciudadanos para castigar a su partido de siempre, el PP, tras aplicar el castigo en abril y viendo los resultados vuelvan al redil ahora. Ya se verá. Lo único evidente es que aparentemente estas autonómicas más que reválida del PSOE será una especie de plebiscito donde se disputará cual de las dos derechas es la preferida de los españoles conservadores ahora mismo. ¿La tradicionalmente ligada mayoritariamente a la corriente democristiana con tintes liberales, el PP, o la abiertamente liberal hasta casi caer en lo ultraliberal (capitalista o ultracapitalista, en términos de años atrás), Ciudadanos? Como sea, de cara al gobierno, el PSOE lo que se juega aquí es cuánta cuota de poder puede adquirir, pues bien es cierto que dependiendo del número de Comunidades Autónomas y provincias que tenga lo tendrá más o menos fácil para sacar adelante las políticas que quiera aplicar desde el gobierno central.

De cara a otros partidos, quepa decir sólo que se disputan qué modelo de izquierda quieren los españoles. Las elecciones generales habían sido algo fácil, por así decirlo, pero a partir de ellas todo se complica porque han habido tantas divisiones partidarias que parece un laberinto o un puzzle. Es como si se tuviera que estudiar un gordo tomo de temarios de izquierda para descubrir los diferentes partidos y agrupaciones y cuáles sus diferencias. Obviamente, con una fragmentación tal es difícil que la sucesiva fuerza de izquierda que había surgido detrás del PSOE, Unidas Podemos (unión de varias izquierdas pero principalmente de Podemos y de IU), pueda reforzar y mejorar posiciones desde el mes pasado al actual, donde sufrió una importante pérdida de apoyos ciudadanos. Con una fragmentación tan grande como la que ha habido se va a dividir tanto el voto de izquierda que probablemente ocurra que tengan menos representación, ahora bien, podrían conservar cuotas de poder importantes en algunas comunidades, como Madrid (que por primera vez en muchos años se prevé que vuelva a manos del PSOE aunque con apoyo de alguno de estos otros grupos de izquierdas). La cuestión es, ¿cual de todas las divisiones se llevará el gato al agua? A río revuelto mucho voto confuso irá a donde el ciudadano no tenga tan claro que va, y eso si no anima al voto en blanco, al nulo o a la abstención. No tener las cosas claras ahora mismo, ya que la división fue relativamente hace poco, y tener fresco en la memoria que hace un mes todo parecía claro como el agua cristalina, es un  problema para el votante de izquierda. Si entre este tipo de votante hay indecisión sobre qué hará, este año, en estas autonómicas y más aún en las municipales, es su momento más álgido de confusión. La izquierda decidirá en el último minuto, y a todo esto es probable que eso beneficie también al PSOE, igual que le beneficiará que las derechas se disputarán su propio espacio entre ellas. Es como si las elecciones de mayo fueran un camino expedito al PSOE. Si pierden en algún sitio o pierden votos, salvando aquellos donde los fuertes son los nacionalistas, tendrán que reflexionar seriamente porqué teniendo la portería sin portero, por así decirlo popularmente.

Los otros invitados a la comida, la extrema derecha, en este caso digamos Vox ya que irrumpieron en las generales con más de dos millones seiscientos mil votantes, lo tienen un poco más complicado. Por un lado puede que las otras dos derechas, PP y Ciudadanos, reaccionen contra su auge, por otro lado en las autonómicas y municipales compiten con otros partidos de extrema derecha que llevan incluso varios años de experiencia y votos con concejales. Probablemente Vox se beneficie de revote de todo lo ocurrido en las generales, pero es difícil que sean decisivos en los gobiernos autonómicos, salvo sorpresas, como lo que ocurrió en Andalucía. Otra cosa es lo que pase en los municipios, donde probablemente sí tengan más protagonismo. En cuanto a lo autonómico, no sé, quizá se podría mirar a Ceuta o Melilla. Pero en esta bitácora no me gusta escribir como adivino, por lo que saltamos el tema y ya se verá.

En cuanto a la Comunidad de Madrid, que es desde donde escribo, como ya he dicho, hay posibilidades serias de que por primera vez gobierne el PSOE desde 1995, sería Ángel Gabilondo el presidente de ser así. Aunque estaría por ver si lo puede hacer por sí solo o bien necesita la ayuda de alguna otra izquierda. Ante esto el PP debe hacer examen de conciencia. Podrían alegar que tras veinticuatro años de gobierno es normal que se produzca un relevo democrático, por las dinámicas de las elecciones, el cansancio electoral, el desgaste de gobierno... pero es evidente que los diversos casos de corrupción aireados en prensa y juzgados, así como las peleas internas en el PP madrileño han hecho mella. Necesitan una renovación integral y profunda y un examen de conciencia. Las declaraciones de su candidata Isabel Díaz Ayuso tampoco han sido muy afortunadas en las últimas semanas, en consonancia con otras declaraciones desafortunadas de Pablo Casado en las generales. El PP tiene una crisis interna abierta y debe afrontar que deben solucionarlo. Muchos ciudadanos que han sido su apoyo más estable optan por votar a Ciudadanos precisamente por todos esos casos citados y por las declaraciones desafortunadas. Ahora bien, de Madrid han salido muchos líderes populares que han estado en la cúpula central del partido, por lo que no creo que sea tan fácil la victoria del PSOE, y si lo es no será tanto por combate de la izquierda, sino por reflexión interna de la derecha, que decida retirar su apoyo o confianza al PP. La batalla del PP es una batalla de credibilidad entre los suyos mismos, entre sus simpatizantes, digo.

No obstante, aunque se presenta a Gabilondo como una apuesta de fiabilidad en el PSOE y han sabido vender a esta figura como una figura solvente, los que hicimos la carrera universitaria en la década de 2000 sabemos que este hombre, como rector de la Universidad Autónoma de Madrid, fue motivo de controversia en aquellos años, cuando nos manifestábamos los estudiantes contra el Informe Bricall planteado por el PP de manera encubierta, punta de lanza de lo que sería el Plan Bolonia, que empezó en 2007 y que como Ministro de Educación mantuvo desde 2009 a 2011. El Plan Bolonia fue la entrada de las empresas privadas en la Universidad pública y del comienzo de la precariedad y el trabajo gratuito en prácticas y becas. También es cierto que en aquellos años de 2004 a 2011 que gobernó Zapatero con el PSOE, años en los que entró en vigor el Plan Bolonia, los becarios comenzaron a cotizar en la Seguridad Social, los pagados, claro, aunque aquellos que fueron becarios antes de aquella ley tuvieron (tuvimos) que pagar todos aquellos años de cotización de nuestro propio bolsillo, precario de estudiantes, antes de que lo hicieran las empresas y entidades que adquirían becarios con beca económica. Sea como sea, una de las propuestas estrella de Gabilondo es bajar las tasas universitarias, incrementar un 20% el gasto en educación y generalizar la escolarización de 0 a 3 años de edad con carácter gratuito. Otras promesas suyas son más difusas, porque corresponden más al presidente del gobierno que a un presidente autonómico, que como mucho puede presionar al gobierno central para que le sean concedidas, por ejemplo las de ámbito laboral que plantea el PSOE autonómico de Madrid.

Ciudadanos trata de pescar en el río revuelto del PP, como es lógico. Sus propuestas concuerdan perfectamente con los ideales del liberalismo (capitalismo). Su promesa estrella precisamente va dirigida a los empresarios, es crear una Dirección General de Autónomos; más allá, promete no subir impuestos, lo que implicaría un problema para mantener las políticas e instituciones públicas y sociales. Como posible solución a sus propuestas sólo se puede intuir que planean, sin decirlo, introducir a la empresa privada en todo lo posible del sector público. Si no, no me explico cómo pueda ser compatible varios de los puntos de su programa con una política social.

Más Madrid, la marca de Carmena y Errejón, apuestan por la contratación pública de pequeños empresarios, especialmente si están orientados sus negocios a lo ecológico. Su principal promesa es revertir la privatización del sistema sanitario, volviendo a lo público como modelo mayoritario y para ello hablan de que el aumento del 20% del presupuesto ellos lo harán en sanidad.

En cuanto a Podemos me parece interesante de cara a los trabajadores precarios que trabajamos moviéndonos entre ciudades que planeen bajar el precio del abono transporte, actualmente situado en 82 euros en el abono B3, lo que en sueldos ínfimos es un porcentaje muy alto que descontar de los ingresos que jamás se llegan a producir, pues según entran se van. En este caso ellos hablan de hacer público y aumentar lo público en prácticamente todo, y para ello hablan de aumentar los impuestos a las rentas más altas, especialmente para las de más de un millón de euros.

De cara a Alcalá de Henares, conviene un cambio de gobierno autonómico. Lo habitual es que Alcalá no haya tenido mucha fortuna en las políticas autonómicas por falta de consonancia entre presidentes y alcaldes, a veces por ser de diferentes partidos políticos, como actualmente, salvo casos puntuales. El caso más boyante de las relaciones Alcalá de Henares-Comunidad de Madrid fue el periodo que coincidieron Bartolomé González en la alcaldía con Esperanza Aguirre en la Comunidad, ambos del PP, entre 2003 y 2011, por su amistad personal, aunque incluso por entonces sólo fue para casos concretos. Javier Bello (PP) no gozó de esos casos concretos, ni con ella ni con González. El actual presidente de la Comunidad, Garrido, o a mejor decir el en funciones Rollán, ambos una vez más del PP, torpedeó en alguna cosa a Alcalá, actualmente en manos de PSOE-Somos Alcalá, aunque en otras aparentó favorecerla; en general en las de turismo aparenta favorecer, en el resto por verse se ha llegado a ver incluso un lamentable programa piloto de recorte de horarios en la Sanidad Pública que aplicó a uno de los barrios más necesitados de que no se hiciera, aquí en Alcalá (Noticia 1855ª). Si se mantiene un gobierno de izquierda en la ciudad, lo más probable es que lo encabece el PSOE (eso ya lo hablaremos en la siguiente entrada de mega elecciones), y en ese caso hay que recordar que Javier Rodríguez, el alcalde, es amigo del presumible futuro presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que incluso le apoyó en sus horas más bajas, si a eso le sumáramos a Gabilondo en la Autonomía sin duda se abriría un periodo en el que podría haber muchas posibilidades para recuperar la ciudad en lo laboral, en lo social, en las infraestructuras de transporte y mejorarla por ejemplo en lo ecológico, y no seguir siendo un simple destino de turismo. Ahora bien, lo dicho antes sobre el PSOE también está ahí para la reflexión. Pero todo esto sólo son cábalas.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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