lunes, septiembre 04, 2017

NOTICIA 1735ª DESDE EL BAR: LOS FUEGOS ARTIFICIALES ESTALLARON OCHO AÑOS DESPUÉS Y SETENTA AÑOS DE OTRAS EXPLOSIONES



Llevo desde 2010 en esta bitácora y fuera de ella señalando que era un error haber eliminado los fuegos artificiales de las fiestas y ferias de Alcalá de Henares y pidiendo su recuperación. Incluso dando datos de Historia sobre coheteros pirotécnicos famosos en el siglo XVII que salieron de Alcalá de Henares incluso para trabajar para los reyes. Alcalá de Henares tenía y tiene una asentada tradición de fuegos artificiales que fue interrumpida por el entonces alcalde del Partido Popular (PP) Bartolomé González, que los suprimió en las fiestas de 2010 alegando que eran tiempos de crisis económica y que había que ahorrar. Sin embargo, hubo gastos económicos en otros festejos que no reunían la simpatía de todos o de tantos ciudadanos como los cohetes, por ejemplo, la tauromaquia. Y no entro con esto en el debate de la tauromaquia, donde ya señalé en su día también que los propios miembros universitarios de los siglos XVII y XVIII rechazaron estas celebraciones en Alcalá, pese a tener acólitos en la ciudad. Como sea, se eliminaron los fuegos con esa excusa en las fiestas de finales de agosto de 2010, sin embargo, el mismo alcalde los programó para la cabalgata de Reyes Magos del 5 de enero de 2011, o sea: cuatro meses después, que era un evento que jamás antes había contado con fuegos artificiales en la ciudad. ¿En cuatro meses ya teníamos dinero? No, lo que ocurría es que en mayo había elecciones municipales. Fue una estrategia política, no económica. Aquel año el PP reiteró su gobierno local. Bartolomé González resistió el tirón del 2011, pero en 2012 dejó la alcaldía y le sucedió su segundo, Javier Bello, que mantuvo no programar fuegos artificiales, teóricamente por la misma razón, aunque programando otros actos culturales sin arraigo cultural y nunca antes celebrados en la ciudad, en nombre del turismo y con menosprecio de los gustos de los ciudadanos de esta ciudad. Sin embargo, en el Carnaval de 2014, en febrero, sí lanzaron fuegos artificiales durante el Entierro de la Sardina, otra fecha en la que jamás había ocurrido tal cosa en Alcalá. ¿Por qué? ¿Volvíamos a tener dinero, ahora sí? No. En mayo de ese año eran las elecciones para el Parlamento Europeo. Bello y su equipo aprendió bien de González y el suyo. En fin, no hubo más fuegos artificiales, pasaron las elecciones municipales y autonómicas de 2015, y también las generales de ese año, ya que se habían anticipado estas a finales de 2011. 

El nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento fue, es, un tripartido entre Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Somos Alcalá (donde se encuentra entre otros Podemos), e Izquierda Unida (IU), ahora bien la concejala de IU fue expulsada de IU en 2016, asíque desde 2016 se da el raro caso de un tripartito que a mí a veces no me queda claro si sigue siendo PSOE-Somos Alcalá-IU, o bien PSOE-Somos Alcalá-concejala del grupo mixto, aunque bien puede que me haya perdido la explicación al respecto de cómo quedó la cosa. Este nuevo gobierno municipal mantuvo un particular forcejeo del sí, pero no, pero no, pero sí con la tauromaquia, y mantuvo el no celebrar lanzamientos de cohetes artificiales. En 2015 porque dijeron que el presupuesto de festejos ya estaba cerrado, aunque cambiaron la programación a fondo, y en 2016 porque decían igualmente que no había dinero. Que no hubiera dinero en 2016 no quitó que lanzaran fuegos artificiales, y muy espectaculares, con motivo del IV Centenario de la Muerte de Cervantes. La ocasión lo requería, no digo que no, es el personaje histórico sobre el que hacemos girar nuestro turismo y es un personaje de relevancia internacional. Ahora bien, ¿no hay dinero para los fuegos de ferias pero sí para los del IV Centenario? También es verdad que fue otro año electoral, pues se volvieron a convocar elecciones generales anticipadas. Bueno, tal vez faltaron muchas explicaciones económicas al respecto, quizá el presupuesto de esos fuegos salieron de alguna partida especial dedicada al centenario. Como sea, el 2 de mayo de este 2017 lanzaron fuegos artificiales en las fiestas de distrito del Distrito II, y ahora, por primera vez desde la última que los hubo en 2009, los han lanzado ayer, 3 de agosto, para cerrar las ferias y fiestas por San Bartolomé, que son las fiestas grandes de la ciudad. Parece ser que en 2017 hay dinero como para lanzar cohetes dos veces como mínimo. ¿Hay elecciones cercanas? No, no las hay. Según el periódico diario digital Alcalá Hoy, los quince minutos que duraron los fuegos artificiales, a los que acudieron miles de personas, fueron subvencionados económicamente, pero no cita quién o cuál era la persona jurídica, física o empresa, o ente privado o público, que realizó la subvención.

Según las cuentas presentadas por el gobierno local en la segunda mitad de este agosto pasado, publicadas en varios medios, como por ejemplo el periódico quincenal Quijotes o el semanal Puerta de Madrid, la deuda municipal se ha disminuido y, según ellos, los tiempos de pago a proveedores. La recaudación ha mejorado y la tesorería dispone de más dinero. La deuda financiera del ayuntamiento mengua, ahora bien, si en el peor año de la deuda, el 2012, debíamos 179.569.852 €, según el gráfico que publicaron, en 2016 seguíamos debiendo 145.165.220 €. Hay menos deuda, pero hay deuda, y muy grande, aunque sea menor que en 2012. En 2016 el pago de la deuda por habitante censado nos costaba a cada uno 741 €. Cuando publicaron los datos hicieron una previsión para 2017 según la evolución que se estaba teniendo a esa altura de agosto, ahora cada ciudadano deberíamos 689 € por cabeza. La deuda existe y es grande, menor que otros años, pero grande. Así que la excusa del endeudamiento del ayuntamiento para no lanzar fuegos artificiales en fiestas desde 2009 resulta falsa, tanto por las motivaciones políticas que hicieron que se lanzaran en otros eventos, como porque estando en deuda esos años se lanzaron aunque fuera en esos otros eventos. Por cierto, la deuda en 2010, primer año que no hubo fuegos artificiales en ferias, era de 88.332.000 € (redondeado, pues el periódico no trae la cifra exacta), mucho menor que las cifras antes mencionadas. De hecho la deuda en Alcalá aumentó en el primer año de la crisis, 2008, respecto al año anterior que la crisis dio un aviso de que iba a estallar, en 2007. En 2009 disminuyó la deuda y a partir de ahí aumentó en 2010 y en 2011, y se disparó incomprensiblemente de 92.899.000 € a los 179.569.852 € de 2012 ya citados. Desde 2012 la deuda va disminuyendo hasta la cifra ya dicha de 2016, y la que se prevé para este 2017, de 134.943.670 €. ¿Cómo pudo haber en 2012 semejante salto de la deuda? Tal vez se contaron partidas que antes no se contabilizaban en los presupuestos, pero también es verdad que en general a lo largo de los últimos años se ha gastado mucho dinero en muchos asuntos, la mayor parte de ellos enfocados al turismo (eventos sobre todo), mientras muchos barrios han visto como sus carreteras, aceras, iluminuación, parques, ajardinamientos, medios de transporte y otras infraestructuras se deterioraban o menguaban. Quizá hay que plantear de verdad en Alcalá un debate abierto sobre el turismo, cómo se gestiona y las cuentas claras de lo que cuesta las cosas que se hace por él y de lo que revierte, así como si el dinero que genera realmente ayuda a mejorar la vida de los habitantes de esta ciudad, que a fin de cuentas es para quien gestionan los ayuntamientos su gobierno, que son servicio al ciudadano en general y no al empresario en concreto.

Sin embargo yo siempre he defendido que una ciudad o pueblo debe defender su identidad y hacer las cosas pensando en sus ciudadanos, en sus habitantes, y que si las cosas se hacen bien, la gente estará satisfecha y probablemente atraerá a gente que quiera conocer ese modo de vida. Pero eso se está perdiendo, sólo hay que pensar cómo era la vida de la Calle Mayor hace unos años y cómo es el comercio y bares de ahora o los grupos de gente y sus actividades, eso sólo por poner un ejemplo. Pensemos en cómo eran nuestras fiestas y cómo son ahora, que incluso se han permitido el lujo de anunciarlas con pancartas publicitarias de una empresa que decía que te compraban o vendían tu casa. Ese detalle no me gustó. Es un mal ejemplo de gestión cultural, aunque probablemente le habrá reportado dinero a nuestra ciudad. Mientras a la Plaza de Cervantes no la llamen Plaza de Cervantes-Jazztel... ¿No hubo ya una Plaza Vodafone-Sol en Madrid? Pues eso. Hay cosas que en nombre de la Cultura o de la identidad no se deben tocar, ahora, que habrá quien piense que si es por dinero, que se toquen, que se toquen. No obstante tenemos una deuda, que no sabemos cómo aumentó tanto, enorme. Es un debate. Yo mi postura la tengo clara, hay cosas cuyo valor intrínseco es mayor y más potente que el dinero, aunque a corto plazo no lo parezca.
 
Los fuegos artificiales de ferias atraen gente, claro que sí, aunque reporten poco dinero respecto a otros actos. Ese reporte es relativo, el acto que más dinero dé al comercio de bares de la ciudad centro, le importará absolutamente nada a otro bar del distrito V, por ejemplo, que esté vacío, o a otro que simplemente no esté en el circuito habitual de esos eventos. Y si hablamos de una tienda de ferretería o de otra cosa, peor. Seamos sinceros, es un debate no abierto en la ciudad. Y sí, respecto a esos otros eventos, los fuegos artificiales, de reportar dinero, reportan dinero a tiendas de frutos secos y a alguna terraza de bar donde alguien espere, aunque en general la gente simplemente va, y espera en la calle. Pero también reporta a los medios de transporte. Aquí tenéis una foto de la parada de autobús interurbano de la avenida del Ejército tras terminar el lanzamiento de fuegos artificiales: repleta de gente y seguía llegando, más la que os aseguro que no se ve por los cipreses, pero que estaban allí, yo pasé por detrás de ellos para ir a mi casa. Esa parada es para autobuses que van a Torrejón de Ardoz, a San Fernando de Henares, a Coslada, a Vallecas, a Madrid, a todos los sitios intermedios de esos lugares. Y a esto sumemos los innumerables coches y los ríos de gente. ¡Ríos de gente! No, no se sostiene ninguna de las razones dadas por cualquiera de los ayuntamientos habidos desde ese 2009. El periódico cibernético Dream Alcalá! ha colgado el relato de los fuegos artificiales como noticia, con videos y fotos, a primera hora de la mañana asegura este medio que han habido ya ¡7.000 visualizaciones del video! y habrán aumentado a estas horas. ¿Hay o no hay interés? No es momento para los reproches, pero quizá sí para que alguien del ayuntamiento diga  a la hora de valorar las fiestas que en nombre de todos los ayuntamientos desde 2009 se han equivocado garrafalmente y han privado a la ciudad de uno de sus eventos más queridos y admirados durante muchos años.

Estaría por decir que los alcalaínos, sean simpatizantes de lo que sean, sólo estamos de acuerdo en dos cosas en general: que Alcalá necesita un autobús circular y que los fuegos artificiales es lo más admirado y esperado de las fiestas. Niños con 8 años de edad nunca conocieron estos fuegos. Niños de 10 u 11 años no los recordarían, tal vez tampoco con 12 años. Privan a una infancia, una generación entera de infantes, de un recuerdo familiar entrañable. Yo recuerdo a mis padres llevándome año tras año. Luego, cuando murió mi padre, un poquito antes, iba con mis amigos. A mi madre le gustaban, pero ya no se trasladaba a verlos, los primeros años le llevó mi hermano, pero luego le costaba moverse de casa, así que salía a la terraza a ver los que lanzaba algún ciudadano anónimo en Año Nuevo, sin permiso, cerca de casa. Ayer fui con una amiga cuya hermana era la dama de honor de la casa de Castilla y León. Primero la vimos a ella en la cabalgata de carrozas, impresionante el planeta Tierra y Marte y las naves de la NASA flotando en globo. Ya allí recordé cuando mis padres me llevaban. Algo de niño reviví. Fue bonito revivirlo. Luego en los fuegos recordé cuando iba con ellos, y algo de melancolía me invadió por unos tiempos que jamás volverán. Me entusiasmó volver a ver los fuegos artificiales de nuevo en estas fiestas. Eso sí. En mi casa pensé en que no se debieran haber quitado, la importancia de estos fuegos no es económica, va más allá de la cultural y tradicional, incluso, es humana, genera vínculos, recuerdos, emociones, y es un crimen destruir eso en nombre del dinero. El niño de hoy tendrá en el futuro el recuerdo de ayer, nada más, ninguno de todos nosotros tendrá nada más. Hay que vivir buenos momentos. No los eliminemos.

He podido salir poco estas fiestas, sólo dos noches, más estos fuegos artificiales, total sólo tres días de diez que fueron. Mis asuntos familiares me han dejado en casa. Y mis estudios de oposición, pues este sábado tendré el primer examen. Y... sinceramente, necesito trabajar para reiniciar o continuar con la vida... y no podré hacerlo mientras mi tío viva en casa, su dependencia necesita de unos horarios, medicinas, comidas, limpiezas, atenciones varias (aunque sólo sea evitar que se vaya por la puerta en un despiste suyo), etcétera, que impiden presentarse a una entrevista de trabajo donde para trabajar no existe el concepto "conciliación familiar" (si no la hay para la mujer, menos para un hombre, en esta sociedad machista). ¿Una residencia? Sí, no es desvincularse de él, en absoluto. Además, pienso que también es lo mejor para él, máxime cuando por fuerza no haya nadie en casa con él, y eso ocurrirá. Aquí prácticamente sólo ve la televisión. Ahora bien, ¿y los servicios sociales? Nula ayuda dan. Ni trabajo, ni casi vida propia. Hay agobio y angustia, mucha angustia, en mi vida, que ya es casi más de la casa que mía, aunque muy contadas personas me han notado ese agobio y esa angustia en su esencia. Sólo muy pocos lo han sabido ver al verme, algunas de esas amistades visitándome en casa. Ojalá vengan pronto las soluciones. 

No he podido hacer prácticamente nada de lo que normalmente hago. He perdido mucha vida social desde mayo, y mi ritmo de vida y mis iniciativas, y muchas de las cosas que me gustan y me dan la vida... Pero como dije la anterior vez, entiendo la situación, entiendo que esto es algo transitorio. No puedo escribir sobre estas fiestas, porque prácticamente no las he vivido. Sólo esa cabalgata de carrozas y esos fuegos artificiales, que me han entusiasmado, dado la niñez y la melancolía de los tiempos que no han de volver. Eso y los pocos amigos que pude ver los dos días que pude salir, aunque no fuese para hacer las cosas que normalmente hacemos estas fechas. He oído la crítica de algunas personas sobre que este año se celebraron las fiestas muy tarde. Realmente las fiestas no son "de San Bartolomé", son "por San Bartolomé". Estos nos da un problema lingüistico, pues esa expresión medieval podría indicar que las fiestas eran por el día de San Bartolomé, 23 de agosto, lo que sería lógico, ya que lo normal es que las fiestas sean por algún santo o santa que marcan un calendario agrícola o ganadero; o bien podría indicar que las fiestas se realizaban en las cercanías del día de San Bartolomé, que tendría su lógica al ser unas fiestas que desde el siglo XII-XIII se celebran con motivo de una feria de ganado, de ahí que duraran diez días. El ganado llegaría más o menos por esas épocas, pero no necesariamente para ese día concreto, o eso podría indicar, pudiera ser lo contrario. Como sea, este año empezaron el día 26 de agosto, tres días después de San Bartolomé, y eso hace que muchos digan que han empezado muy tarde. Si nos atenemos a la primera interpretación, sí. Si nos atenemos a la segunda interpretación, no. ¿Nuestras fiestas grandes son de origen religioso-agrícola-ganadera, o laicas-agrícolas-ganaderas? Ahí está el asunto. ¿Hay componente religioso en las fiestas? Sí, lo hay, como por ejemplo ofrendas a la Virgen. ¿Hay componente laico? Sí, fundamentalmente su esencia y su necesidad de existencia y ser. Como sea, Alcalá suele tender a ubicarla en la última semana de agosto, de ahí que este año hayan optado por el día 26 y se ubique el final el 3 de septiembre. La otra opción hubiera sido del 19 al 27 de agosto, pero entonces la polémica hubiera sido que mucha gente estaba aún de vacaciones en la playa, esa crítica ya existió hace años. Así que yo no opino, creo que está bien lo hecho, dado que el calendario este año ha sido como ha sido.

Volviendo a los fuegos artificiales, el ayuntamiento, en su afán proteccionista entre prevención de catástrofes y recomendaciones paternalistas, publicó un bando que puso en el mobiliario urbano cercano que me pareció exagerado. Hasta nueve puntos de advertencias donde poco más o menos vienen a decir que cuando suene el silbato salgamos de la trinchera con el casco puesto. Yo no sé si, leyendo sus advertencias, pensaban lanzar los fuegos artificiales al cielo, como todo el mundo, o contra los espectadores. Me parece hartamente exagerado lo que ponen, como si lo que fueran a crear fuese una catástrofe humana y no un espectáculo. Habrá quien diga que más vale prevenir que después llorar, pero me temo que estas cosas lo que más hacen es fomentar el miedo. Ahora bien, existen recomendaciones en ese bando que caen en el paternalismo que ningún gobierno debiera tener, salvo el autoritario que crea que el ciudadano debe ser dirigido y se le debe dictar lo que debe hacer. Una de las cosas que piden es no llevar a niños en carros de niños, y que ni siquiera se lleve a los niños si son pequeños. Y otro de los puntos te pide que no lleves perros, porque sufren mucho con el ruido. Eso es paternalismo y del impertinente. Si bien no es recomendable poner a un niño al lado de las explosiones o debajo de ellas, no hay ningún impedimento para que unos padres lleven a sus hijos e hijas a ver los fuegos a la distancia y con el medio que crean conveniente y prudencial. Y en cuanto a los perros, pues depende del perro. Yo en concreto estuve al lado de una pareja que tenían un perro que no se inmutó de los fuegos, aunque vi varios perros aterrorizados con las carrozas, que no con los cohetes. Así que esto es relativo. Depende del amo o ama cómo conozca las capacidades de su perro, como depende de padres y madres cómo conozcan a sus hijos e hijas. Si en ese bando cupiera realmente una preocupación por los animales, más que dictaminar sobre los perros y su sensibilidad auditiva, bien podrían haber buscado entonces un lugar donde no haya nidos de cigüeñas, aguilas primilla y otros animales que viven dentro y en las murallas medievales desde donde se lanzaron los cohetes. Por cierto, una amiga que no deseaba ver los fuegos porque necesitaba que su hija estuviera durmiendo desde las 22:00, ignoro porqué, tiene su casa en el bloque de enfrente de este espacio, como podrán comprender las preocupadas mentes del ayuntamiento por los niños en carritos, mi amiga no pudo hacer que su hija durmiera las horas que necesitaba dormir. En fin, que todo es relativo y, puestos a hacer bandos, es mejor tender a lo básico que al más mínimo detalle, y si hay preocupaciones por animales y niños, que se piense entonces en la conveniencia del lugar elegido, y si no, yo recomendaría o abstención de poner en un bando determinadas cosas, o bien ponerlas con un carácter fuera de bando, como opinión, aunque no creo que un ayuntamiento esté para escribir opiniones por las calles. 

 Por lo demás, el día 6 de esta semana se cumplen los setenta años de la explosión del polvorín de Alcalá de Henares. Por ello se inaugurará una placa conmemorativa y se presentará ese mismo día 6, en la sala de conferencias de la Sala de Exposiciones del Antiguo Hospital de Santa María la Rica, la reedición del libro de Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro, La explosión del polvorín de Alcalá de Henares (1947), gracias a la editorial y librería local Domiduca. La conferencia contará con Vadillo, pero también con Urbano Brihuega, que publicó la biografía de Nacarino, uno de los acusados en falso, y Fernando Hernández, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, más el alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez (PSOE) y Manuel Ibáñez, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares (ARMHADH). Yo participé de una ayuda de esta investigación en su día, como conté en esta bitácora, que se publicó por primera vez en 2009 (Noticia 620ª). No soy autor, aunque más tarde escribí otro aporte más, el de la prensa clandestina y exiliada, en 2014, publicado en las actas del encuentro de historiadores del Valle del Henares de ese año. Ahora Vadillo y Remeseiro lo han revisado y ampliado. Y Domiduda ha hecho una nueva edición que estará disponible, por ejemplo, en su propia librería, a partir del día 7, el día siguiente. Yo trataré de ir a estos actos, aunque me veo muy mal de tiempo tanto por atender la casa, atender al tío, estudiar la oposición... y todo embadurnado de esa desesperación de notar que no hay soluciones y la vida se va. De momento sólo os comento que este acto será este miércoles 6 como pone en los carteles y se venderá en librerías a partir del 7, como pone en el otro cartel. Si os hablo del libro ya os lo pondré. Domiduca, por cierto, está entre la Plaza de Palacio y la Plaza del Padre Lecanda, donde San Felipe Neri.





Saludos y que la cerveza os acompañe.

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