viernes, julio 14, 2017

NOTICIA 1722ª DESDE EL BAR: INFORMÁTICA ÁUREA

No es que me haya ido de vacaciones, me haya quedado sin nada que contar o se me hayan secado las palabras. Esta semana hubo un parón forzoso en esta bitácora por causas mayores. Mi ordenador personal (portátil), primero y único que he comprado en mi vida, ha tenido que pasar por el taller varias veces. Antes usaba uno familiar que compró mi padre en 1985, luego el ordenador de la sala de redacción de El Recreo, en el instituto de bachillerato en los años 1990, y los de la redacción de Claxón en los primeros 2000. Luego ordenadores de bares cibernéticos, luego ciberlocutorios y  los de la Universidad, y el ordenador que se compró mi hermano, que me lo dejaba. No menciono los que he manejado en trabajos. La cosa es que este me lo compré con mi sueldo de limpiar un gimnasio, los servicios, los retretes, las duchas, las máquinas, espejos, suelos, ventanas, papeleras, puertas... todo. Trabajo que conservo en mi memoria con cierto agrado, pues tenía un gran valor humano entre mis compañeros. Me duró aquello del verano de 2004 a comienzos de 2005. También compré un reproductor de DVD para mi hermano, que sólo tenía uno de videos VHS. Ambos aparatos que compré funcionan aún ininterrumpidamente y con mucho uso, mucho "trote" cada uno. Y no lo hacen mal. Mi ordenador sólo tuvo que ser formateado una sola vez, quizá hacia el 2010, años más hacia abajo que hacia arriba. Son máquinas que han salido buenas, las compré en MediaMarkt y lo cierto es que no me han defraudado. Tampoco lo hace un televisor y un DVD que compré varios años después con otro trabajo, pero en otro sitio. A lo que voy, este ordenador se ha saturado esta semana.

Llevaba varios meses dando algunos pequeños problemas y le costaba gestionar bien las órdenes. Se apagaba, se detenía... se calentaba. Hacia los últimos meses del año pasado ya expliqué que su pantalla se fundió y la cambié en un informático de mi barriada, en la calle Santa Teresa de Alcalá de Henares, donde el mercado, en su exterior, Informática Áurea. Ya dije por entonces que estaba muy contento con el resultado. El pasado lunes 10 el ordenador dijo que hasta aquí habíamos llegado, que dar un paso le resultaba como correr una maratón sin haber comido. Lo llevé allí, que me parece un buen lugar, buen trato, pedagógico, comprensible, barato, eficiente y buena gente. Durante los últimos cuatro días ha tenido que intervenirle varias veces. Al final un formateo del ordenador, un cambio de sistema de Windows Vista a Windows 7, un aumento de la memoria RAM, un limpiado físico de su interior, una actualización de diversos programas y un probar el funcionamiento con y sin batería de cara a un dosificador que estaba suelto y un ventilador interno propio que, una vez examinado, pareciendo que ya estaba viejecito, estaba en realidad en mucha mejor condición que algunos de los que tenía en la tienda para repuesto. 

Bueno pues os escribo tras probar largamente otra vez el resultado final, y está en plena forma más ágil que nunca. Me recuerda a cuando lo compré en 2004. Han pasado trece años, pero este chavalote sigue en plena forma. Hemos escrito juntos muchas, muchas cosas. Somos un equipo de trabajo donde, además, gracias a María Gómez, se indica claramente en mi teclado con una señal de alarma (cerebro en un triángulo amarillo): "¡peligro! cerebro en uso". Y que sea por muchos años más. Le tengo cariño a este equipo, un HP del que el técnico me dijo que habían salido muy buenos en su día, en concreto el modelo que yo tenía, al cual la batería se la gasté yo por error de uso, pero que sigue bien en activo y tiene otra que le conseguí junto a un cable que mordió jugando mi gata Reina. ¡Qué bote que dió cuando era aún casi cachorra! No volvió a morderlo. Aunque quizá para rematar la reparación actual haya que renovar el teclado, y no tanto porque algunos caracteres hayan perdido su pintura y quien no sepa su orden al escribir no sepa encontrar determinadas letras o signos, sino porque el tiempo pasa también para él y a veces determinadas teclas fallan porque se han vuelto algo duras para aceptar su tecleado.... ¡Ay de los tiempos en los que escribía con mi vieja máquina de escribir Olympia Traveller Deluxe! Y aún la tengo, hace poco vi por Internet que unas empresas chinas siguen fabricando y vendiendo cinta de tinta para ella. Otra con sus batallas, que son las mías, a cuestas. Su tinta y sus anhilinas. Aquello sí que eran teclas duras.

¿Y entre tanto, qué? Pues estudiando la oposición con libros que tengo por casa, el examen de facultativo de archivo tendrá su primer encuentro el 9 de septiembre, y escribiendo una obra de teatro ya entregada, un artículo de Historia ya entregado, preparando con una nueva editorial la edición de mi segunda publicación, una novela que ellos querían publicar, apoyando a Samuel Santos en lo económico y en lo introductorio la publicación de su primer libro de poesía, hablando con Julián Vadillo sobre su revisión del libro sobre la explosión del polvorín en 1947, hablando con El Tornillo de Klaus sobre unos documentales y un nuevo artículo de cine... Otoño puede ser raro en mi vida; este otoño, el del 2017, por muchas razones de toda índole, pero desde luego no se puede decir que desde junio-julio no vaya prometiendo este otoño traer cuando menos noticias. Mientras, adoro el frescor primaveral de la semana pasada y me agobia el calor desértico de esta semana. En una de las esperas del taller de informática descubrí un bar regentado por una croata que durante la guerra de la antigua Yugoslavia, en la primera mitad de los años 1990, debía ser una veinteañera. Yo seguía, pese a mi juventud, esa guerra, y la seguí años después, e incluso ahora. Fue una de las razones, entre otras con peso, de que fuera historiador y seguidor de la política, especialmente de la internacional. Tuve ganas de preguntarle muchas cosas, pero me abstuve... nunca se sabe.

Buenos, el ordenador parece estar funcionando estupendamente. Asíque, querido Alto Mando del Servicio de Espionaje, este espía, en su bar, les saluda con un buenas noches y que la cerveza os acompañe. Estoy muy agradecido a Informática Áurea se han ganado un cliente.

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