sábado, julio 12, 2025

NOTICIA 2398ª DESDE EL BAR: HABLAN DE LOS PASOS DEL AYER

 

Si hablan algo marcha. Hoy tengo el honor y placer, y mucha gratitud, de publicar en Las notas de los cíclopes libreros una reseña que ha escrito de mi más reciente novela, Los pasos del ayer, ni más ni menos que el escritor Javier Bardón. Podéis leer la reseña 

 por aquí. 

Ha leído el libro a conciencia y habla de él sin  censura alguna, lo bueno y lo malo. Creo que su lectura es analítica y bien enfocada. Creo también que si quieres saber de qué va la novela, este es un buen análisis casi de sección de libros en los periódicos. Bueno, sin el casi. Lo es. Añade además un punto interesante que es tratar de hablar de mí como autor analizando esta obra en relación  a otras y acuña un termino para mi obra en general que, probablemente, pueda ser acertado: la "Canichidad", haciendo de este término una referencia a un eje vertebrador que si se lee o se conoce mi obra en general, toda o parte de ella, desde la ficción a la Historia, desde los ensayos y artículos, como los de esta bitácora y otros lugares, a la poesía, desde lo escrito a los actos públicos, desde la reflexión al cachondeo, desde la seriedad a la borrachera, y demás, hay un algo que todo lo explica y nunca del todo. Un universo Canichu, que supongo puede estar aludiendo Bardón.

Pero estos pocos meses que han pasado desde que publiqué ya he recibido diversas percepciones por vía personal, a veces inesperadamente a través de mensajes a mi teléfono en momentos inusitados, a veces a bocajarro en la calle. Desde dos librerías que me dicen que se acerca gente buscando el libro y no lo tienen (mea culpa a mayor gloria de Mahou), a gente que me pide que se lo dé. Necesitaría a una secretaria o secretario que me llevara lo crematístico, aunque en cierto modo ya hay alguien que, más o menos, habiendo ejercido unos años atrás, aún hoy, a modo amiga me da de vez en cuando tirones de las orejas para ver si encauzo aquello de dejar de regalar y otras cuestiones, aunque me da por imposible con cariño.

El cambio de ritmo con el que escribí la novela, donde lo normal sería ir de lo frío a lo caliente y yo cogí el camino inverso y kamikaze de lo caliente a lo frío, para mi sorpresa a gustado en general, salvo un caso que me dijo que, no le disgustó pero sí notó una relajación en la lectura. Hay otra persona, que fue personaje en otro libro anterior, que me dijo que precisamente la división en tres partes le parecía un acierto, cosa que dijeron otras personas, una de ellas incluso diciendo que le parecía complicado hacer un relato con cartas,  pero la persona en concreto que me dijo dio una lectura que me parece interesante sobre esa tercera parte: la reconstrucción de la propia memoria para intentar que quede tu verdad para la posteridad, cuando ya casi no hay nadie de los que hubo. En este sentido Bardón considera que las dos primeras partes son el relato escrito por el personaje Patricia aludido en las cartas de la tercera parte, por lo que el orden temporal estaría desbaratado o invertido. Otra persona habla en el sentido de que la tercera parte lo que denota es la soledad a la que vamos todos, e identifica la pérdida de hábitos y la mala alimentación con la depresión profunda, a lo que luego me preguntó si yo ahora como bien.

Porque es así, en general percibo que la gente piensa que el libro, siendo una obra de ficción, una novela negra, nöir, dicen algunos, una novela que parece negra pero es otra cosa, dicen otros, una novela de perdedores y de solitarios, dicen otros, pues siendo una obra de ficción, en general, los lectores y lectoras opinan que tiene una fuerte carga personal y autobiográfica, por lo que más que novela estaría diciendo a los lectores más habituales y a quienes me conocen, que me ha pasado estos años interiormente, en mi vida más íntima, la emocional. Por ello creen que yo no estoy en un personaje, sino que salto de personaje en personaje.

Todos reconocen a mi gata Reina y es, por lo que me dicen, el que creo que les resulta el personaje más entrañable, pues todos dicen haberles gustado mucho su aparición y haberles hecho sentir bien. La recuerdan con cariño... y eso que la gran mayoría jamás la conoció más allá de fotos que puse en redes sociales o cosas que conté de ella.

Hay quien dice haber llorado al leer una determinada cuestión, misma persona que dice que la recordó a sus abuelos y a un momento de su vida donde ella venció un problema de salud grave.

En el sentido de la gente que piensa que la novela habla de mí hay quien dice que a veces leía condicionada porque conocía mi vida, pero que luego pensaban que no, que en mi vida he hecho lo que el personaje, por ejemplo, aquello de vivir en la década de 1930. Por ello hay que mencionar que otras personas piensan que el libro tiene algo de película de los años 1950 y, esto no termino de comprenderlo bien, tiene algo de Berlanga, de distorsión de Valle-Inclán, una especie de nuevo Max Estrella por las calles de Madrid. Me enfadé porque el personaje principal no fuera detrás del otro por la calle antes de que ocurriera X, dijo otra lectora. Y me enfadó mucho que sucediera X, pero luego, cuando pasó Y, lo perdoné y me puso más alegre. En realidad sí comprendo lo de Berlanga y Valle-Inclán, pues quizá en su conjunto la historia tiene algo de eso, empezando por los poemas horribles en verso, y sin embargo la mayor calidad en lo poetizado en prosa, pero sobre todo porque la frase final de la primera parte hace referencia a esto mismo, todo es lo que es y no lo es.

Hay cuatro personajes femeninos distribuidos en dos parejas diferentes que, esto me ha sorprendido, se han transformado en los más mencionados y valorados. Aunque hay un personaje antagónico que todos se centran en él como un malo, aunque ¿lo es? Un lector lo comparaba con un personaje de una conocida obra de teatro de Albert Camus sobre unos anarquistas. 

Historia oscura, muy oscura, con un fondo realmente oscuro, dijo otro que se la leyó con  mucho interés. Obra de madurez, dice Bardón en su reseña. Lo mejor que te he leído, me dice otro (quizá no coincida yo mucho con esto, aunque no sé realmente que puedo considerar en este sentido). Tienes frases en este libro que son geniales, dice la misma persona. Hay espacio para lo político, la filosofía, lo negro y la poesía, dice otro, pero la poesía muestra la farsa. No es novela negra, dice alguno más. Es otra cosa, es otra cosa, dicen.

Si tú no has vivido en esas épocas, me dicen, y nunca has estado en París, y cambias los ritmos y las formas de narrar adaptándolo a cada parte, ¿cómo lo has hecho?, me dijo una lectora.

Y la forma como murió... coinciden varios.

Ahí os dejo esa crítica de Bardón y si tenéis el libro disfrutadlo, y si no pues... yo qué sé, si lo queréis silbad y  os lo hago llegar, aunque doné tres a las bibliotecas públicas de Alcalá. Porque, dicen todos, ¿por qué no editaste con una editorial esta vez, que no hay manera de encontrarla en una librería?

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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