domingo, agosto 28, 2022

NOTICIA 2159ª DESDE EL BAR: DIOS AMA, EL HOMBRE MATA

 

Una de is lecturas de verano ha sido la novela gráfica Dios ama, el hombre mata, que es un clásico del cómic por las aportaciones que hizo tanto artísticas como de guión y que ayudaron  cambiar las narrativas de los cómic de superhéroes. Fue una de esas obras de la década de 1980 que mostraron que los cómic podían ser también obras artísticas y literarias destinadas a un público adulto, por mucho que este cómic fue leído por numerosos niños y adolescentes. Lo crearon el guionista Chris Claremont y el ilustrador Brent Eric Anderson, los cuales lograron firmar con sus nombres completos en aquella obra que no fue concebida por Marvel como un cómic por entregas sino que fue la quinta novela gráfica concebida tal cual para venderla en tomo único, papel satinado, mejores cubiertas de cartón, y más medios económicos, plazos de entrega y cantidad de páginas en las que poder desarrollar la historia y los personajes. Fue en 1982 y logró ser reeditada en varias ocasiones, como por ejemplo en 1994, en 2002 y, en la edición que yo compré, en 2020, que incluía una entrevista a Claremont en 2003, un análisis de la obra y nuevas entrevistas de 2020, material extra y se ampliaba la novela gráfica con una escena marco que contaba con cuatro páginas nuevas al comienzo y otras cuatro nuevas al final, ilustradas y guionizadas de nuevo por los autores originales a petición de Marvel. 

La novela gráfica de 1982 estaba inserta en la nueva línea de Marvel de novelas gráficas que inauguró para competir con esa misma estrategia de cómics para adultos que había iniciado DC con sus propias novelas gráficas y un elenco de creadores que han quedado para la Historia del Noveno Arte y que tantos títulos de versiones en cine han dado en el siglo XXI. En esa línea de novelas gráficas de Marvel ya se habían publicado adaptaciones al cómic de películas de éxito en esos momentos, por lo que se innovaba también en incluir a superhéroes en ese formato, en este caso La Patrulla X.

Claremont había revolucionado el mundo de superhéroes al hacerse cargo de la renovación de la Patrulla X desde 1980, pero no solo fue esa renovación de nuevos héroes y villanos y dotarles de más salvajismo. Su principal aportación fue dotar a la Patrulla un carácter de apátridas, valores de igualdad de sexos, conflictos raciales, orfandad y nuevos modelos de familia, entre diversas cuestiones que estaban también presentes de manera transversal, como pueda ser una crítica económica y política que tendía a decantarse por un mundo más social y abierto a las libertades. Ya desde dentro de la serie habitual de Patrulla X, con sus revistas en papel que hoy día se publican en tomos como novelas gráficas íntegras, había provocado series convulsiones en el sector como pueda ser la corrupción ética y moral por acumulación de poder en Fénix Oscura, la ambigüedad de lo que es el bien y el mal en personajes como Magneto, el malvado como víctima y la víctima a veces como no tan víctima, metía de lleno en el mundo adolescente temas tales como el holocausto judío y otras diversas cuestiones, como pueda ser también una crítica al sistema político y social estadounidense en cuanto que por sus grietas podía colarse también duras cuestiones que podían pervertir a una sociedad entera y acabar con las libertades y la tolerancia en nombre de la libertad y la tolerancia, paradójicamente. Incluso los servicios secretos aparecían a veces operando de manera que parecían villanos, por tanto: tocando el asunto de la guerra sucia y el terrorismo de Estado. Nada y más y nada menos, algo que no era común ni normal en los cómic de superhéroes del momento, algo que azotó todas las mentes y que iba a hacer de Patrulla X y de algunos de sus personajes, como Lobezno y sus ambigüedades, la serie que iba a tirar económicamente a Marvel hacia arriba en la década de 1980 y de 1990, siendo además que cuando Claremont dejó la serie, Marvel le ofreció crear sus propios superhéroes y creó Excalibur, otro grupo de superhéroes que es una joya, aunque evidentemente relacionada y derivada de Patrulla X.

En Dios ama, el hombre mata hubo además innovaciones técnicas. Anderson pintada en placas negras, en lugar de usar fondos blancos, con una serie de rotuladores de colores que permitían ser rascados cuando no se obtenía lo que se deseaba. Se prescindía mucho de la línea precisa de las revistas y se pasaba a un estilo más basado en el sombreado y un coloreado más próximo al uso de una paleta de colores y no a un coloreado de colores pastel a máquina. Eso hace que el cómic tuviera una personalidad estética muy oscura. Además rompió el número y orden convencional de las viñetas en página, algo que ya había hecho Frank Miller en Daredevil pero que aquí cobra un protagonismo narrativo por golpe visual bastante importante, mientras que con Miller lo tenía estético dentro de la narrativa. En cuanto a la portada, a pesar de que se han hecho una diferente en cada reedición, en la original de 1982 había una resonancia de realismo casi de película, a pesar de que en ese 1982 se estaba a años luz de rodar un largometraje con esos personajes.

La obra tuvo mucho éxito, como digo, y tuvo una segunda parte en 2003, guionizada por Claremont y dibujada por Larroca. Obra por impulso del éxito de la película de 2002, a petición de Marvel. Pero, según Julián M. Clemente, esa obra fue muy floja y no gustó demasiado, por lo que pasó casi desapercibida por el mercado y por los lectores. También dio lugar a una obra derivada, Black Magneto, centrada en lo sucedido con Magneto después de los sucesos de Dios ama, el hombre mata, esta obra se ubicaba en un tiempo futuro y tiene cierta importancia en cuanto a la versión extendida de 2020 de la obra origen, pues la nueva escena marco en realidad trata de una Kilye ya adulta que va a visitar a una chica negra que aparece en Black Magneto para narrarle lo que había ocurrido en el pasado entre mutantes y humanos y el papel que tuvo Magneto. Sinceramente esta ampliación sobra para mi gusto, y me cuadra solo en el sentido de que Marvel desea que el lector sienta curiosidad por hacerse con ese Black Magneto y así ir enlazando historias. No es necesario leer ambas obras, en todo caso, la obra original de 1982 está en el libro y está inalterada, tal cual era, solo que enmarcada a modo de narración.

En la reedición de 2020, además se incluyó páginas no publicadas que fueron ilustradas por Neal Adams cuando se barajó que fuera él el autor. Incluye tramas alternativas muy llamativas, incluida una secuencia de Magneto en lucha muy llamativo.

La obra original fue creada justo cuando los conservadores más reaccionarios de estadounidenses estaban en auge y ganaba las elecciones Ronald Reagan, cosa que Claremont siempre ha declarado, así como su reedición de 2002 la creó pensando en la intolerancia religiosa que había llevado a los atentados de 2001 y posteriormente al recelo contra los musulmanes, y en la reedición de 2020 Claremont habla abiertamente del ascenso de Donald Trump. Y es que la novela gráfica precisamente trata de eso: de la intolerancia. Se basó en un serie de telepredicadores de aquel 1982 que llegó a ver en televisión, cosa que le llevó a leer la Biblia para comprobar lo que realmente decía tal libro, al margen de aquellas interpretaciones que, a su juicio, estaban llenas de prejuicios en torno a aquel 1982. Así nació el personaje de Stryker y su capacidad de mover a las masas en contra de los mutantes con prejuicios raciales y religiosos, a pesar de que algunos de los miembros de Patrulla X tienen creencias religiosas, como Rondador Nocturno, que es judío, o Kylie, que es católica.

Los principales protagonistas en la obra son precisamente los humanos no mutantes, y los mutantes se transforman en víctimas perseguidas. Sin desvelar nada a quien no lo haya leído, a partir de ahí se crea una narrativa donde se cuestiona hasta que todo valga, hasta la guerra sucia con violencia y con mentiras, para obtener fines políticos. En ese contexto la Patrulla X se alía con Magneto y el Profesor Xavier llega a actuar contra la Patrulla creyendo obrar bien. Queda por tanto diluido los límites del bien y el mal y las ambigüedades éticas y morales. Una obra realmente interesante con un final también totalmente inesperado en lo que es una historia de superhéroes. Muy rompedor.

La novela fue llevada al cine en la saga de películas de Patrulla X, aunque diluida a lo largo de cada entrega y haciendo desaparecer la figura del reverendo Stryker por otra de un militar preocupado por la seguridad nacional, cambio que intuyo que Claremont no termina de aceptar, aunque habla en entrevista sobre lo legítimo de ese giro en el cine. Claremont siempre deja claro que no quería hacer una historia de superhéroes convencional y quería lanzar un mensaje atemporal sobre la intolerancia y los peligros que trae esta contra las libertades y la democracia. Apuesta por la libertad como principal bien queriendo abordarla desde los peligros que contiene creer que tu discurso es el único correcto y por ello hay que perseguir al resto de discursos.

Obra muy recomendable, y tal vez lectura para colegios, aunque, paradoja, en los tiempos que corren tal vez una obra que apela a libertad y la tolerancia tal vez fuese considerada tan polémica por algunas de sus escenas, que no sería tolerada.

1 comentario:

Dani Andrinete dijo...

Excalibur fue paralela a sus Uncanny xmen, de hecho la dejo antes de que le echaran de la patrulla x y se fuera de marvel...