viernes, enero 07, 2022

NOTICIA 2105ª DESDE EL BAR: DESEMPLEO

En este nuevo año apenas me ha costado siete días volver a inscribirme en el desempleo. Los dos primeros días coincidió no solo con que era Año Nuevo, si no también sábado y domingo. El día 3 de enero fui a la avenida de Madrid de Alcalá de Henares, donde estaba mi oficina del paro, pero parece ser que la cambiaron de ubicación a finales del verano pasado, en 2020. Ya no me daba tiempo a buscar la nueva y me dediqué a comprar un regalo de Reyes. El día 4 encontré la nueva oficina al otro lado de la vía de tren, estaba fácil encontrarla, pero como no conocía el nombre de la calle crucé por el puente equivocado y tardé bastante en encontrarla. Está lejos de mi casa, cada vez más lejos de la barriada obrera de Alcalá con más desempleo. En todo caso, al llegar allí había una cola de  gente gigante, la misma que habrá querido ocultar del centro de la ciudad el ayuntamiento previa petición en 2017 a la Comunidad de Madrid, que es quien la ha puesto allí. En la puerta un cartel me indicaba que para volverse a inscribir ahora no hay que ir presencial, hay que mandar un correo electrónico. Perdida la mañana, el miércoles 5 llamé por teléfono más de diez veces sin que nadie atendiera al otro lado. Mandé el correo electrónico y al poco me contestaron que para poder gestionar mi nueva alta debía mandarles foto de mi documento nacional de identidad por las dos caras y mi número de la seguridad social. Creo que esto solo lo he dado una vez en  mi vida, cuando me apunte al paro por primera vez en 1997, a los 18 años de edad, entonces la oficina estaba en la vía Complutense, detrás del sindicato CCOO. La cosa es que fue otra mañana perdida. El día 6 fue festivo de Reyes. Hoy día 7 volví a intentar la vía telefónica y no funcionaba. Intenté la vía de la oficina virtual de empleo, por ordenador, no funcionaba (como de costumbre) el acceso a Clave y no se podía gestionar nada con la contraseña normal y corriente. Así que mandé el email con lo que me pedían y al cabo de hora y media, al fin, quedé inscrito en el desempleo una vez más.

Me río con sarcasmo de todas esas personas que en los últimos meses a costa de la reforma de las pensiones o de la reforma laboral han salido a la palestra a defender la idea de que según pasando los años mejora tu vida laboral y tu sueldo. Puede que en el pasado fuera real, pero hace años que es irreal. No sé si desde la Gran Recesión de 2008, o como ha dicho algún economista en Televisión Española, en realidad analizando los datos el problema empezó en los años de la década de 1990, a mediados de década. Los trabajos temporales son plaga y pandemia en España, la bajada de sueldos es generalizada especialmente desde las reformas diversas de Rajoy en 2012, el esfuerzo no vale para nada, y cada vez más análisis indican que aquí logran estabilidad quienes tienen familia y amigos con posibilidades de otorgarles estabilidad. 

He tenido numerosos trabajos desde 1997, con etapas de paro y contratos de meses, algunas etapas de paro muy largas. Desde 2009 empecé en los archivos como archivero, salto de empresa en empresa y de proyecto en proyecto. En cada nuevo trabajo es como si tuviera que empezar una y otra vez desde el principio, el sueldo no ha mejorado, incluso ha bajado. Los contratos siempre son temporales y la mayoría son de los llamados contratos menores, que son de menos de seis meses. Lo normal son proyectos de tres meses. La cosa es que en archivos los contratos de las empresas con la administración se producen con las condiciones de los concursos públicos, y estos propician y fomentan los contratos menores. Es más, desde la reforma de la buena administración de Rajoy en 2015 se ha priorizado los contratos públicos con las empresas que oferten el menor precio, ese menor precio se ha logrado a menudo rebajando los sueldos ofrecidos a los trabajadores, que no son fijos en esas empresas, son temporales, se nos contrata por proyecto ganado en concurso por la empresa que sea... y normalmente se repite con una misma empresa de archivos de manera constante, unas veces con unos y otras con otros. Quienes no han rebajado directamente el sueldo ofertado, rebaja las horas de trabajo para pagar menos sin que parezca que lo hace. O en otras palabras: yo te puedo contratar a 500 euros la hora, pero vas a trabajar para mí una sola hora cada seis meses. ¿Es buen sueldo? ¿Es buen contrato? Pues este ejemplo exagerado hay que aplicarlo al rebaje de las ocho horas a las siete o a las cinco, sin que aumente un céntimo el sueldo, por lo que se paga menos, aunque te pagaran bien la hora. Pero todo esto lo ha fomentado el mismísimo gobierno con sus normas de contrato, tanto con el PP, como con PSOE, como con PSOE-Unidas Podemos. Y da un poco igual la nueva reforma laboral publicada a finales de diciembre de 2020, hace una semana y pico, y que será definitiva en febrero de este 2021. En archivos funcionamos lo mismo que temporeros del campo, y lo que lo fomentan son los mismos que se sientan en el Congreso, con aplauso, por supuesto, de todos los forofos de base que creen que la política es una liga de fútbol y con su equipo en todo momento.

Ahora está el asunto este del máximo de noventa días de contrato temporal con la nueva reforma, o sea tres meses laborales. La idea es que así los empresarios se animen a hacer contratos indefinidos, pero no lo veo, en principio. En archivos una misma empresa te puede contratar varias veces al año, según lo que hayan contratado con el gobierno en sus proyectos de archivo, pero si solo te va  poder contratar noventa días máximo al año, no creo que vayan a hacer contratos indefinidos, el paro está lleno de gente donde elegir. Creo que nos han creado un problema a los nuevos temporeros del siglo XXI. Además, no se ha encarecido el despido, Unidas Podemos quería, pero PSOE no. Ni se ha logrado que haya un porcentaje mayoritario de indefinidos en las empresas que recurren a temporales. 

Ya veremos cómo evoluciona esto, pero no: no mejora tu vida laboral y tu sueldo según pasan los años. No necesariamente. Yo sigo una y otra vez empezando desde el principio a mis 42 años. ahora de nuevo el paro, sin ingresos. Pues el paro. No hay más.

¿Que te mueven la oficina de empleo y te marean un poco para inscribirte de nuevo? ¿Que quieren que no se vea en el centro ciudad una cola de gente desempleada (¡Olé, turistas, bienvenido mister Marshall!)? Pues venga. ¿Que coincide con la normativa para combatir la pandemia de la Covid-19 y todo se complica un poco más? Pues ea, acarrea. 

Hay muchas pandemias dentro de la pandemia. Y no solo esta.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

La actual reforma laboral, pese a que se dice que es lo mejor de lo mejor, no lo es. Conserva buena parte de la reforma del 2012, que hizo el PP, que a la vez ahondó en la del 2010, del PSOE, que también era bastante mala. Pero sin entrar hoy en ello, ya que he hablado de ello varias veces en Noticias de un espía en el bar, hoy me centro en otra cosa. Es verdad que se tardó 9 meses en aprobarla, y que se publicó en el BOE en diciembre de 2021, pero acorde a nuestra Constitución y a nuestro orden democrático debe pasar por el Parlamento, evidentemente, lo que hace que se deba votar con las enmiendas del resto del arco parlamentario en febrero. Que la CEOE haya dicho que si alguien enmienda se enfandan y rompen la baraja, y que PSOE-Unidas Podemos en lugar de defender el orden constitucional les den la razón en cierto modo al defender lo de los 9 meses de negociación y criticar a los grupos de la oposición que quieren enmendar, los cuales son parte del gobierno en calidad de diputados y senadores, nos viene a decir que cada vez pareciera que hay menos interés en defender el orden en el que nos constituimos en democracia y de transmitir a la ciudadanía que esto se hace porque lo digo yo, o bien la idea del "o conmigo o contra mí". Esto reflexionado más allá de PSOE-Unidas Podemos, porque otros partidos en otras cosas cada vez también actún más así. A fecha de hoy creo que cada vez se está transmitiendo menos la idea de lo que es democracia, y más la idea de lo que yo digo y punto. En fin, buenos días, cibernautas.