martes, agosto 03, 2021

NOTICIA 2065ª DESDE EL BAR: ¿Y TÚ DE QUIÉN ERES?

Hace unos pocos años todos recibimos una llamada de nuestro banco (el que sea) porque el gobierno y el Banco de España habían cambiado una serie de normas para tener nuestros ahorros y necesitaban una serie de permisos y actualizaciones de nuestros datos personales. Creo recordar que coincidía con la desaparición de las cajas de ahorro y las fusiones de algunas entidades en otras. Caja Madrid misma, hasta ese momento una entidad saneada, pasó a ser Bankia al absorber dentro de sí a otras cajas menores que no estaban saneadas por el fiasco que había supuesto para ellas prestar dinero para operaciones inmobiliarias a particulares que en realidad no podían costearlas, pero que esas entidades no les advirtieron. Bueno, no es asunto ahora mismo de explicar el entramado de lo que fue el inicio de la Gran Recesión de 2008, todos sabemos más o menos cómo fue la cosa. Si vamos al asunto Bankia, asumir esas entidades y sus problemas y reconvertirse en banco hizo que tuviera que cerrar una serie de sucursales, despedir gente, desatender cajas y apostar por cajeros automáticos, crear sucursales para atender a gente que compraban productos (seguros, inversiones, fondos, etcétera) y otras sucursales que llamaron banca rápida, donde sí atendían en caja a cualquiera. De hecho dejaron a los que más dinero tenían en las primeras entidades y al resto, sin preguntarles, les mandaron a las segundas, al menos que reclamaras y te quejaras mucho. Más aún, y esto lo comenté en su día (Noticia 1091ª), comenzaron a cobrar lo que yo llamé "impuesto por ser pobre", donde se le cobraba una cantidad X de dinero por mantenimiento de cuenta cada X meses a quienes tuvieran unos ahorros que no alcanzaran un tope que ellos estipularon. Ese dinero X aumentó y esos meses X disminuyeron y fueron más frecuentes. Entre tanto, los que más dinero tenían recibían regalos, regalos que se compraban justamente con todo ese dinero X que van pagando los que menos tienen. En fin, a lo que vamos.

Bankia digirió mal su transformación y pidió dinero al Estado, un rescate, y a pesar de que iban teniendo beneficios, Bankia, como otras entidades bancarias, dijeron no poder devolver el dinero y gobierno, justicia y administración se lo dieron por bueno. Una entidad privada quedaba así salvada (salvadas, fueron varias) con dinero público, sin que los ciudadanos que pagaron con sus impuestos se beneficien de ello, es más, la banca española se ha aficionado a poner comisiones por una gran cantidad de conceptos antes impensables. Alguna entidad hay que cobra por usar los servicios en persona de una persona que te atienda en caja. A todo esto, se animan a meterse en el dinero electrónico y ahora parece que ponen los medios de los que disponen para que vayas desistiendo del dinero metálico, el dinero electrónico es un servicio que, creo, cobra comisión, como se cobra por tener tarjeta de crédito o tarjeta de débito.

 No es ningún secreto que este año varios grandes bancos han anunciado su fusión o absorción de otros grandes bancos. Fue escandaloso, sobre todo porque uno de los dos socios de gobierno, Unidas Podemos, tiene en su ser fundador y en sus pretensiones justo lo contrario a que ocurrieran estas cosas. Bankia en concreto fue fusionado (absorbido en realidad, porque yo no le veo la igualdad de condiciones en ningún lado) por Caixa Bank. Uno de los primeros cambios evidentes fue la desaparición de los logos y nombres de Bankia y su sustitución por los de la Caixa. Así mismo, en los cajeros automáticos de Caixa y otras entidades con acuerdos ya no se pagan las comisiones que pagábamos los de Bankia. O bien, el pago de tasas como las de derechos de autor, antes imposibles de pagar en Bankia, ahora se pueden pagar en Caixa-Bankia, en adelante solo Caixa, porque la verdad es que Bankia se puede dar por desaparecida. 

El jueves pasado recibí una llamada telefónica de una de las trabajadoras de Bankia, ahora Caixa, de mi oficina. Me dijo que el Banco de España, con el gobierno, habían vuelto a cambiar las reglas del juego y que tenía que pasar por su oficina porque necesitaban nuevas autorizaciones y nuevos datos en virtud de las nuevas políticas aprobadas para controlar más los dineros de los españoles, en la persecución que hay contra el fraude fiscal y la corrupción, a pesar de que esa persecución bien podría fijarse con mucha más atención en las grandes fortunas, incluidas las de los propietarios de las entidades bancarias o de las que han decidido cambiar las normas del juego, a fin de cuentas no estamos muy lejos en el tiempo en el que los anteriores responsables de lo mismo fueron pillados y hoy pueblan cárceles y juzgados de España. No me llamó la habitual trabajadora a la que me asignaron, por cierto, con alto valor humano y amabilidad. La habían despedido, me dijo la nueva persona a la que me asignaron provisionalmente. Y es que Caixa ha decidido "sanear" más Bankia con más que anunciado cierre de cientos de sucursales, tal vez pase los millares, y miles de despidos que se van produciendo poco a poco, sin que el gobierno haga otra cosa que mirar al techo del Congreso con la baba colgando de la comisura de los labios y el dedo metido en la nariz. 

Los datos a confirmar son los de siempre, tu nombre, tu DNI, tu dirección, tu teléfono, tu correo y demás. Se le suma como nuevas preguntas que confirmes de dónde vienen tus ingresos, los míos en particular de mi trabajo y de Pascuas a Ramos de derechos de autor, de manera mínima, testimonial, al menos hoy por hoy. Lo gracioso es que también quiere saber el Banco de España exactamente de qué trabajas. Le indiqué a la señora que soy archivero pero estoy en el paro con frecuencia, y que si bien quiere ponerme administrativo o la pestaña que quiera que sea que ha creado el Banco de España, porque un archivero no es un administrativo, hoy puedo ingresar como tal, mañana como camarero y pasado mañana como librero, y si te pones habrá quien hoy albañil y mañana fontanero. Del mismo modo me preguntaba el Banco de España cuál es mi empresa. Le indiqué a la señora que era absurdo preguntar eso. Si la pregunta se lo hacen a los indefinidos, muy bien, o a los funcionarios, pero a alguien que hoy trabaja y mañana en el paro, pues como se comprenderá va saltando de empresa en empresa. Así que insistió y al final decidió solucionar la papeleta anotando el nombre de la última empresa para la que trabajé, y me preguntó, de parte del Banco de España, mi antigüedad laboral en esa empresa. Con una sonrisa le dije que desde abril, pero que el pasado viernes se había acabado la antigüedad, pues volví al paro, de mi parte le di permiso para que se lo dijera al Banco de España. Luego el Banco de España me preguntaba cuáles eran mis inversiones, a lo que con una sonrisa dije: mi inversión es cuidar a mis amigos, es una inversión no económica. A lo que la señora, con una sonrisa, dijo evidentemente mi perfil no podía tener inversiones económicas. 

Otro bonito dato que quiere saber el Banco de España es si tengo parentesco con personas públicas. La pregunta está mal formulada. Yo mismo puedo ser considerado persona pública como escritor, o puedes ser público a nivel muy local, pero no precisamente por actividades lucrativas, o altamente lucrativas. Del mismo modo te preguntan si recibes ingresos por el cuidado de terceros en tu familia. En fin.

Habiéndole dado al Banco de España tales datos precisos de lo efímero en lo informativo que deseaba saber, vino la segunda parte. Al diluirse Bankia en Caixa, Caixa aprovechó esta cita para darnos ahora un recadito a sus clientes "comprados" (perdón, políticamente correcto sería: "heredados") de Bankia. A mí nadie me consultó si estaba de acuerdo con aquella fusión, ni las condiciones nuevas para mí y si sabiéndolas quiero permanecer o me dejan irme sin cobrarme ni un céntimo, pues no es mi culpa sus chanchullos económicos. A fin de cuentas yo soy un cliente, no debería ser tratado como su esclavo productor de ganancias para su próximo yate, poco más o menos como han hecho las eléctricas con la factura de la luz con permiso sonrojante del gobierno. 

Por un lado mi seguro del hogar que yo tenía a través de Bankia con MAPFRE desapareció. Desaparecieron todos los seguros de Bankia. Así, sin consultar ni informar previamente al cliente. A tomar por culo. ¿Que tú eres una persona? Eso está por ver, habrá pensado Caixa. Sin embargo, preguntando a MAPFRE sé que mi seguro con ellos sigue vigente, pero ahora solo con ellos. Si quiero un seguro con mi entidad bancaria debería hacer uno nuevo a través de los que tiene Caixa, con Mutua de Seguros, creo. Ni hablar del peluquín. Yo llevo años en un sitio y no me largo perdiendo los beneficios porque a ti se te antoje. Por otro lado, se me dice que mi cuentas de ahorro y mi tarjeta de débito desaparecerán después de verano. Caixa quiere que todo esté en los modos y en las cuentas de Caixa. No han contemplado la posibilidad de hacerlo asumiendo lo que Bankia ya tenía generado en cuentas y tarjetas. En lugar de eso todo mudará a nuevos números de cuenta y de tarjeta. Una locura como otra cualquiera. La locura del rey Midas. Pregunté si todas las facturas que tengo domiciliadas serán actualizadas, me dijeron que sí, pero me temo que hasta que no se mude todo no estaré tranquilo, porque habiendo vivido un cambio de domiciliaciones cuando murió mi madre, ya me conozco el percal, y lo que en la teoría es todo perfecto y sin problemas, en la vida práctica luego es una puta mierda llena de problemas, lapsus y olvidos, más fallos del sistema, por parte de quienes deben hacer las migraciones. ¿Cómo se traduciría eso? En impagos que tú no te has planteado hacer ni de puta coña. Ya veremos si lo migran bien, o lo migran mal. Esperemos que bien. En todo caso, aquellas empresas y páginas que cuentan con mi cuenta bancaria o tarjeta tendré que informarles yo una a una cuando ocurra y cambiar en todas mis datos de cuenta o tarjeta, so pena de no recibir un salario (nómina) futura, o el ingreso del paro, o no pague X artículo en X comercio electrónico. Y esto me enfada mucho, porque no es algo que haya provocado yo. Tengo que hacer algo arduo por culpa de otros y que tiene que ver con mi propio dinero y con mis ingresos futuros. es una molestia grande y enojosa que la cargo a cuenta de Caixa. Empezamos mal. Pero ya me olía algo cuando se fusionaron.  Me enfada mucho.

La bonita cita mañanera se acabó siendo informado de lo muy importante que es Caixa (me la bufa) y que tiene tantos acuerdos con grandes empresas (vamos yendo a peor, ni se interesan por saber qué pienso yo) que el día que yo quiera comprar productos tecnológicos, por ejemplo, ellos me pueden hacer precios especiales. Con una sonrisa le dije: "parece que ahora más que banqueros vais a ser comerciales". Y dando por terminado aquello me despedí haciéndole saber a la señora mi comprensión hacia ella y sus compañeras, lamentando el despido de la mujer que me atendía habitualmente y deseándole que no fuera ella la próxima. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal cual. A mí también me enfada que tenga que cambiar yo ahora mi número de cuenta y los de la tarjeta en todos los sitios donde los tengo dados.

María dijo...

Flipando. Además me parece una invasión ciertas preguntas. Y la insistencia.