lunes, enero 11, 2021

NOTICIA 2019ª DESDE EL BAR: MI MANO SKYWALKER

El lector asiduo se acordará que me corté por accidente una arteria de la mano izquierda en 2015 (Noticia 1468ª). La cirujana que me operó para coser todo lo que había que coser y mi doctora de cabecera más tarde me informaron en su momento que la arteria cortada, al no regenerarse, pues el organismo lo sustituiría por pequeñas venillas, provocaría que en el futuro me doliera la mano con el frío. Debía evitar, coincidían ambas, las congelaciones, pues esta mano tendería a congelarse con facilidad más allá que el resto de manos. Me recomendaban tener guantes en invierno. Lo cierto es que no soy un gran usuario de guantes, aunque alguna vez los he usado. Y es verdad que desde aquel accidente de 2015 he sentido a veces dolor o un gran frío en la mano, una sola vez hasta cierta parálisis en uno de los dedos hasta que lo calenté posándolo en un vaso de té recién hecho. Pero eran cosas más o menos llevables. Este año, confieso, con esta nevada histórica y este desplome de las temperaturas en la Comunidad de Madrid, también bastante inédito, he tenido, tengo una congelación en la mano de manera facilona con poca cosa, dolores no asimilables al típico dolor de una mano congelada, va más allá, calambres por la noche en la cama o en el sofá si me acuesto del lado de esta mano, que solo se van cuando pongo la mano por debajo del resto del cuerpo y la cierro y abro para que vaya la circulación sanguínea más fluida, y, esto es lo más inédito para mí de lo que hasta ahora había vivido, he sentido ya varias veces un dolor de congelación extraño e intenso, una ligera pérdida de color y, quien quiera creerlo bien y quien no, me da igual, yo sé lo que yo vivo, imposibilidad de mover un par de dedos más allá que un pequeño e insignificante ángulo de la articulación de esos dedos que los une con la palma, mientras el resto de dedos tienen sus limitaciones también, pero con más movilidad. Solo el calor me devuelve la mano en esos momentos estos días de nieve e hielo. Así que he paliado un poco esto usando un guante en esa mano al salir a la calle. He ahí la mano de Skywalker. Aunque hay cosas que con este tiempo no se pueden hacer con guantes y se necesitan las dos manos a la intemperie, como por ejemplo tender la ropa lavada en la terraza.

No sé si en el futuro tendré otros problemas con el frío con esta mano. Ya se verá. La verdad es que los actuales se solucionan simplemente con algo de calor, así que parece que es controlable y, dentro de lo que hay, algo simplemente peculiar. 

Ayer salí a dar una vuelta por la ciudad para hacer unas fotos y hoy salí a hacer unas compras que tenía que hacer. Lo cierto es que lamento que nadie haya tomado nota de lo aprendido durante el confinamiento por la Covid-19 de la primavera pasada. Si despejas la nieve solo de las vías principales y en ningún lugar de los barrios populares ni de los polígonos industriales, los trabajadores no podrán ir a trabajar. Es un poco vergonzoso ver la prisa que tenían ayer por despejar la nieve de la Plaza de los Santos Niños o de la Plaza de Cervantes y calles aledañas, no tan vitales para que los trabajadores puedan hacer su trabajo como otros lugares de la ciudad que no son turísticos pero sí es donde la gente hace sus vidas. Ha ocurrido en muchos municipios del mismo modo, empezando por la capital. Hoy en el telediario de TVE 1 de la mañana comentaban que no había llegado ningún producto a MercaMadrid, por lo que ningún mercado, supermercado ni tienda de comestibles estaría abastecido de alimentos de hoy, venderían lo que tuvieran en tienda para vender. Los trabajadores no habían podido ir a sus trabajos, ni las vías de reparto estaban libres más allá de las calles principales. Igualmente los periódicos no llegaron a una gran cantidad de municipios, y así con más productos y comercios, así con diversas profesiones. Entré a calentar las manos con un café en el bar La Mezquita y el dueño, Emilio, bromeó con todos los clientes en voz alta: "aquí no trabaja nadie, solo los bares", y es que éramos los habituales del barrio y era como si fuera domingo. Entre los presentes estaban comentando precisamente eso, ¿de qué servía tener las avenidas despejadas si no podías salir de tu calle o entrar en el polígono de tu trabajo? Lógico que la gran nevada provoque que se vaya lento y se tarde unos días, pero creo que habría que marcar algunas preferencias de manera diferente a como se han marcado. Se diga lo que se diga, la incomunicación sí se ha producido desde el mismo momento que ocurre esto, más allá de la incomunicación normal que se produjo los días 9 y 10 por razones evidentes. Solo hay que ver las fotografías de calles, avenidas y hasta de las vías de tren. Por mucha sal que se pusiera eso era inevitable.

También podríamos hablar de desabastecimiento, y también por no aprender las lecciones del confinamiento por Covid-19. La nevada empezó el día 7 y duró hasta el día 9, siendo lo más duro los días 8 y 9, con treinta y cuatro horas seguidas de nevada intensa. Ahora viene el hielo con bajadas de temperaturas que se espera que vayan en descenso hasta los -13º en esta zona de Madrid comunidad entre hoy lunes 11 y hasta el miércoles 13. El desabastecimiento en realidad llega como consecuencia de la falta de comunicaciones, pero también por el ansia viva de la gente que no es ni solidaria, ni racional, ni tiene en mente que pese a todo solo será unos pocos días. Ayer era prácticamente imposible o muy difícil (depende de dónde vivieras) comprar pan, en algunas panaderías hacías cola de una hora o más, hoy, al comprarlo, vi cómo había personas que pedían ocho barras de pan, cinco barras de pan, cuatro barras de pan... literalmente. La tienda de barrio de mi calle además tenía agotado algunos bienes como la arena de gato y las comidas de picoteo tipo patatas fritas, pero también alimentos básicos varios y algunas conservas, alguno comentaba que le faltaba tabaco. La locura. Visto lo visto, quizá el gobierno debería replantearse algún tipo de protocolo para hacer valer ese artículo de la Constitución que permite intervenir en los negocios privados para garantizar los abastecimientos a todo el mundo. Vale que lo de esta nevada es algo que va a durar un par de días, para mañana seguro que ya vuelve a haber abastecimiento, a más tardar el miércoles, pasado mañana, no es como para hacer estas tragedias como si fuera a venir una guerra, pero la cosa es que es la segunda vez que nos pasa algo así y está claro que se necesita algún tipo de control para evitar acaparamientos que impiden a todos los ciudadanos a acceder a productos como el pan, el tabaco, tal vez medicinas y otros productos porque haya gente que en una psicosis colectiva le da por acaparar.

Ayer vi desprenderse de la cornisa de un edificio del Paseo de los Curas una gran cantidad de nieve de un tejado, capaz de escalabrar a alguien, no había nadie. Vi en Puerta del Vado a un hombre esquiando. En Calle Mayor a otro ofreciéndose a llevar a las señoras a donde quisieran en su trineo a cambio de 5 euros. En Reyes Católicos, cubierto todo de nieve e hielo, como un bar al que le tengo aprecio, Donde Diego, había despejado por sí mismo un sendero de todo hielo y nieve que conducía directamente a su puerta (me hizo gracia). Vi Complutum cubierto de nieve. Perros alegres y perros con miedo. Más de una decena de gorriones comiendo pan de mi ventana, único lugar donde encontraban comida en toda la calle. Vi un muñeco de nieve tan alto como una persona en Plaza de San Diego. Vi vecinos colaborando con vecinos en ayudarles en sus problemas con la nieve. Vi el tubo de un extractor de calentador de agua derribado por un bloque de nieve caído de un tejado, en el suelo de la calle con cristales rotos adheridos. Vi con pena la gran cantidad de árboles partidos por la nieve por toda la ciudad. No vi el Cerro del Viso, cubierto en la mañana por un cielo blanco. Vi coches con un metro de nieve encima. Vi alegría en las calles. Vi frío. Me dolía la mano y en otro bar me dieron caldo caliente en un vaso para que la calentara y después callos para que me calentara. Vi en definitiva buena gente, bello invierno, blanca nieve.


 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

Si el domingo 10, tras la gran nevada, se llegaba en Alcalá de Henares a los -10º, cifra récord, y el lunes 11 llegábamos a los -13º, hoy martes 12, según informa el hombre del tiempo de Antena 3, Ernesto Brasero, llegamos a los -15º, mientras en Guadalajara llegan a los -16º y -17º, y otras zonas de Aragón llegan a -25'2º. A todo esto, desde que comenzó la nevada el jueves 7, todas las grandes eléctricas han ido aumentando el precio de la electricidad por razones de mercado, de especulación del precio, no tanto por razones de su producción.

Canichu, el espía del bar dijo...

PD: Hoy, de puro frío me duelen los pies. He logrado tapar un agujero en el cristal del balcón de mi cocina con cartones, no es gran cosa, pero ayuda más de lo que creía.