miércoles, enero 08, 2020

NOTICIA 1932ª DESDE EL BAR: NOS IMPERIUM HABENT

Pedro Sánchez: "Ocho meses para diez segundos."
Felipe VI: "Ha sido rápido, simple y sin dolor, el dolor vendrá después."

(Nada más prometer el cargo Pedro Sánchez como jefe de gobierno a título de Presidente en la mañana de hoy, 8 de enero de 2020, ante el jefe del Estado, el Rey).

Esas son las primeras palabras que se cruzaron el recién nombrado presidente y el rey tras formarse al fin una presidencia en activo, acabando su estado en funciones. Fueron informarles y fuera de todo protocolo, pero las alcanzaron a escuchar los ocho periodistas que estaban presentes en la sala mientras eran invitados a abandonar la sala una vez acabado el acto oficial. Así lo aseguró la periodista de la cadena radiofónica SER, según la escuché en mi puesto de trabajo. Desconocemos el contexto, pues aunque es el inicio de una conversación, al faltar el resto no sabemos si se ahondó en esa idea o algo más, aunque es de suponer que probablemente se trataba de algún tipo de broma con un cierto transfondo de verdad (es gracioso porque es cierto, es una de las explicaciones de uno de los tipos de formas de hacer humor). En el telediario de Antena 3, que en los últimos días ha lanzado todo tipo de coletillas que no vienen a cuento en un telediario, y todo tipo de titulares y desarrollos contados a medias y llenos de una visión unilateral y tendenciosa en contra de todo lo que sea izquierda, y por ende contra el gobierno que se formará entre el PSOE y Unida Podemos, amplió un poco más esa confraternización asegurando que Sánchez le habría dicho a continuación al rey que le habían dado preocupaciones por muchas cosas. Sea como sea, no parece que todos estos comentarios pasen de una conversación distendida, en lugar de algo gravísimo como algo que nos quieren dar a entender algunos medios. No obstante, los periódicos ABC y El Mundo llevan una temporada larga asegurando que Pedro Sánchez hace desplantes al rey y este se siente molesto, sin que realmente haya nada que pueda afirmar con rotundidad y firmeza que eso sea así. La broma de Felipe VI puede venir tanto de la evidencia de que todos los presidentes de gobierno se han encontrado los problemas de sus legislaturas después de tomar el cargo, y esta legislatura tiene todos los elementos para ser especialmente problemática, como en otro extremo que lo doloroso realmente no era tanto los ocho meses de sufrimiento sin que se formara gobierno, si no todos los retos y peligros que puede correr y correrá el actual gobierno que se formará. O quizá, que bromeando con que pareciera que Pedro Sánchez no quisiera tomar el cargo, por lo rápido que ha sido la ceremonia, al ser de "diez segundos", esta era algo fácil, indoloro, como se le dice a los niños cuando van al médico a vacunarse, que "no era para tanto". Lo difícil, se insiste en la idea del objeto de la broma, no es tomar el cargo, es gobernar y eso es lo siguiente que vendrá.

El problema de todo esto de cómo han enfocado los medios esta breve filtración de las primeras palabras que se dirigieron presidente y rey en una conversación que en realidad era privada entre ellos, aunque con muchos oídos al servicio público alrededor, está justamente en todos esos meses, aunque en realidad años, décadas, que esta primera semana de enero se han concentrado en los "¡Viva el Rey! ¡Viva España!", y todos los argumentos, desde los más reaccionarios imaginables (literalmente) a los más vehementes en torno a los días que ha durado la investidura entre el 4 y el 7 de enero, en voz de la derecha española en pleno, PP, Vox, Ciudadanos, Navarra Suma y Foro Asturias. Se trata de la apropiación más que conocida y que viene de tiempo largo de los símbolos institucionales de España por parte de los conservadores y extrema derecha, cuestión heredada de los tiempos de la dictadura de Franco. Según el argumentario ir en contra de sus principios es ser la anti-España, mal español, anti patriota, un felón (este término se dijo en determinado momento en boca de Casado, líder del PP, meses atrás), un traidor, un ilegítimo, etcétera. Todo este lenguaje conlleva una forma de pensar y lo reintrodujo en la alta política la llegada al Congreso de Vox, el resto de la derecha le imitó en tromba, aunque es algo que nunca se dejó de oír en la calle y fuera de las instituciones. No es casual que mientras unos se apropian de la bandera española, otros la rechacen, porque al fin y al cabo, desde los tiempos de Franco, con las heridas mal cerradas o sin cerrar, el argumentario ha sido el mismo. Recordemos, desde el conservadurismo católico ahora, que en 1931 con la proclamación de la Segunda República el cardenal Segura hizo llamamientos contra el gobierno, lo que provocó su expulsión de España, del mismo modo que los jesuitas juraron lealtad al Papa antes que al jefe del Estado, por tanto al gobierno de España, lo que provocó también que la República les retirara toda confianza y disolviera legalmente la orden. Estos días de investidura hemos visto y leído una escena similar, la cúpula episcopal española, con muy contadas excepciones, invitaba a rezar por España ante el desastre que entendían que será un gobierno de izquierdas PSOE-Unidas Podemos. Hasta los grandes empresarios y los banqueros usaron su voz para decir de un modo u otro, por un medio u otro, directa e indirectamente, todo lo que pudieron lo que se puede resumir metafóricamente en: "¡Qué vienen los rojos! ¡Se rompe España! ¡Tened miedo!". El no va más de todos estos comentarios se vio en un programa de televisión sensacionalista, cuando entrevistaron en la calle a un político de Aragón Existe y una chica aparentemente simpatizante de Vox que pasaba por allí le increpa amenazadoramente, él va a replicarle comenzando a decir "Cuando me fusiléis..." y antes de que terminara, ella le espeta: "Pues si hay que fusilarte, se te fusila". Ojo, que en el Parlamento el diputado de Teruel Existe aseguró recibir amenazas, insultos y presiones, y efectivamente se pudo ver en prensa pintadas en su casa llamándole traidor (por votar a favor de Pedro Sánchez) con las siglas de las juventudes de uno de los partidos de ultraderecha que lleva años existiendo y no tiene diputado alguno a fecha de hoy. Este diputado hubo de ser escoltado por la policía para poder ir a votar como diputado, aparte de tener que dormir en un lugar secreto la noche de antes. En todo caso, según afirmaron desde la tribuna de oradores del Congreso y en entrevistas a los medios, numerosos diputados y diputadas del PSOE fueron acosados a mensajes, correos y llamadas para que cambiaran su voto e impidieran el gobierno, aparte de insultos, presiones y más amenazas ("puta", llegó a asegurar una diputada del PSOE que la llamaron cuando la entrevistaron a pie de calle TVE-1 en los momentos previos a la segunda votación que daría por resultado la elección del presidente). Pero se pudo ver en directo también. En el debate previo a la primera votación, Inés Arrimadas, líder actual de Ciudadanos, pidió que cambiaran su voto directamente a los diputados del PSOE, alegando con una pregunta si entre ellos no habría ningún valiente. Volvió a hacerlo en su intervención previa al día de la segunda votación, esta vez repitiendo lo mismo pero alagando como valiente a Oramas, la diputada de Coalición Canaria que decidió hacer un uso personal de su poder de votar en el Congreso al declarar que votaría y votar "No" a la investidura, cuando en realidad ella era la representante de su partido político y de los miles de personas que confiaron en ellos al votarles para que salieran electos diputados. Su poder de votar no era personalmente suyo, si no que ella era depositaria de la confianza y delegación en su persona, como diputada, por parte de su partido y de sus votantes de ese poder. Coalición Canaria había decidido abstenerse para facilitar la investidura. Lo que hizo Oramas, según ella en conciencia personal, fue precisamente apropiarse personalmente de algo que no era suyo, esto es: se apropió personalmente del sentido del voto que tenía derecho a ejercer, cuando este sentido del voto pertenecía en realidad a la decisión común de su partido como depositarios de la soberanía nacional delegada por sus votantes cuando les eligieron en las urnas. Oramas lo que hizo fue no representar a los que debía representar, sino votar como si el voto fuera exclusivamente suyo. O en otras palabras, falló a su función como diputada democráticamente elegida.

Como sea, volviendo al asunto que daba comienzo a este análisis, aunque no nos hemos desviado demasiado, primero lo dijo Pablo Iglesias por Unidas Podemos, si los que gritaban vivas al rey querían conservar la monarquía, mas les valía alejar a la monarquía de ellos, porque al apropiar la monarquía como algo que sólo pertenecería a la derecha, y en concreto a una derecha muy subida de tono en el debate y fuera de él en torno a la ultraderecha, muchos ciudadanos se alejarían de la monarquía. Recordó que los democristianos alemanes ya vivieron hace poco que su canciller, Merkel, rechazara que alguien de su partido llevara una bandera alemana, porque ningún partido político se podía apropiar para sus ideas los símbolos del Estado que eran de todos los alemanes. Y recordó que ya Juan Carlos I supo poner distancias grandes y prudenciales ante la ultraderecha cuando se produjo la Transición, pues sabía que su monarquía sólo perduraría si la alejaba de la ultraderecha más activa del franquismo, y eso a pesar de que la elección de él mismo como rey sucesor de Franco había venido del mismísimo Franco. Pero el discurso más brillante que se hizo apelando a esto lo hizo más tarde Aitor Esteban, del PNV, quien ya lleva varios discursos muy bien construidos en su trayectoria. Explicó a la derecha que la intención de formar un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos era algo ya conocido previamente a que el rey llamara a consultas en palacio a todos los grupos políticos, y que tras estas consultas el propio rey, haciendo caso a su deber constitucional, había sido el que había propuesto al Congreso la investidura de Pedro Sánchez. Y eso a sabiendas también de todo lo que llevaba detrás el acuerdo con Unidas Podemos o las posibles conversaciones para resolver el tema catalán con ERC. Así pues, preguntaba Aitor Esteban, ¿es también el rey un traidor a España y un felón? PP, Vox y Ciudadanos no pararon de repetir que el gobierno que se formaría era ilegítimo, por lo que Aitor Esteban ahondó en estos argumentos y les hizo ver que uniendo todo lo que habían razonado, la conclusión era que entonces había un gobierno legítimo, que era el del jefe del Estado, el rey, y otro ilegítimo, que sería el del jefe de gobierno, Pedro Sánchez si salía electo, creando así una sensación de golpe de Estado, cuando en realidad Pedro Sánchez había salido elegido en las elecciones por medio de la mayoría de votos al PSOE, así como Unidas Podemos también había tenido una mayoría de votos, las coaliciones son legales, y, una vez más, es el rey quien propone al presidente a las Cortes tras realizar consultas a los grupos. Por lo que todo se había hecho acorde a la Constitución y a nuestra democracia, sin existir ilegitimidad ninguna, ni traición, ni felonía, pues si existieran, también el rey sería cómplice por haber propuesto a Pedro Sánchez. Aunque el argumento es digno de ver y escuchar, por ser impecable, dura apenas cinco minutos, lo cierto es que por la tarde de ayer la presidenta del Congreso se reunió con el rey en palacio para presentarle la aprobación de Pedro Sánchez para ser investido presidente y la Casa Real publicó en la red social de Twitter tres fotografías sobre el evento. Al leer los comentarios que algunos ciudadanos publicaron en esas fotos encontré de todo, y entre ese "de todo" se incluye lo que podríamos pensar opiniones de gente monárquica o bien de derechas indignados y estaría por decir que algunos incluso muy cercanos a lo que la actual ley podría considerar injurias al rey, aunque existe la libertad de expresión. Como sea, parece que los que le gritaban "¡Viva el Rey!" estaban menos dispuestos a defenderle, todo lo contrario, cuando vieron la foto de Felipe VI aceptando a Pedro Sánchez. Por cierto: sí, algún comentario también arremetía contra la reina, aunque ella no tenía nada que ver en las fotos ni en los hechos, y no sabría decir hasta donde arremetían contra ella como reina o como mujer. Vayamos a las analogías del pasado de nuevo, no nos extrañemos, tanto en 1931 como en 1936 mucha gente de derechas y de extrema derecha no era monárquica, habían dejado de serlo y arremetían contra Alfonso XIII al considerarle culpable de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y consecuentemente del triunfo de la Segunda República. No olvidemos que la Falange de camisas viejas no eran originalmente monárquicos, Mola se sublevó con la bandera republicana, la primera bandera bicolor que usó Franco no tenía el escudo monárquico, ni hizo de España una monarquía hasta 1947 y aún así no le eligió un rey hasta 1968, que se decidió por Juan Carlos de Borbón, pero no le dejó reinar hasta su muerte (la de Franco) en 1975. La ultraderecha no es necesariamente monárquica. Así pasó también en otros países. El rey para ellos es algo instrumental mientras su figura coincide o ayuda a sus intereses políticos. En este sentido, actualmente, las personas y políticos del PP deberían tomar nota de lo que dijo Abascal por Vox en el primer día de investidura, en su primera intervención. ¿Para adoptar algo de sus ideas a las suyas? No, para darse cuenta de que Vox les está señalando con el dedo como enemigos al mismo nivel que la izquierda. Y si no quieren oírlo ahora, como tarden mucho terminarán oyéndolo en carne propia, como antes lo oiremos los de izquierdas. Pero a estas horas parece que los derroteros de la cúpula del PP está más interesada en compartir algunos de los razonamientos que ha lanzado Vox en los últimos meses, no obstante le tiene como partido político necesario y con acuerdos mutuos para mantener gobiernos locales y autonómicos en varios lugares de España.

Hoy mismo Casado llamaba constitucionalistas sólo a los partidos de derechas, apropiándose así de España y lo que es legítimo sólo para ellos y los que piensen como ellos. Los demás seríamos lo que Vox llamó la anti España, expresión de tiempos de la dictadura.

Sea como sea, cuando en la noche de ayer fue entrevistado Pablo Iglesias en La Sexta por el Gran Wyoming, cumpliendo una promesa que le hizo hacía mucho tiempo si alguna vez llegaba a gobernar (y todo apunta a que tendrá una de las tres vicepresidencias del gobierno), llevaba razón cuando dijo que tendría gracia que un republicano fuera ahora el mayor asesor para la monarquía. Claro, que también fue extraño escuchar en la mañana de ayer al PP y a Vox usar las palabras del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, para defender sus ideas ante Pedro Sanchez, cuando menos este apartado de unos y otros es rocambolesco.

Desde 2011 casi todo lo que ha ocurrido en la política, la economía y la sociedad españolas ha sido algo nunca visto en lo que va de monarquía parlamentaria. Hemos ido de excepcionalidad en excepcionalidad. La repetición electoral y la falta de formación de gobierno en un primer momento, ya se había dado con Rajoy, pero en tan breve tiempo se volviera a dar el caso era algo que rizaba el rizo. Hubo entre medias muchas otras cosas novedosas, muchas ya comentadas en anteriores ocasiones. Todo lo hasta ahora contado con esa radicalización de la política y esa virulencia entre izquierda y derecha es ya de por sí algo inédito, pero lo más inédito es que por primera vez hay un gobierno de coalición en esta monarquía parlamentaria, pues ya los hubo en la Segunda República. Para quien no se haya dado cuenta, se ha roto el turnismo bipartidista que se instauró en España tras las elecciones de 1982, pues entonces desapareció de entre los grandes partidos la UCD. Desde 1982 va a entrar en un gobierno un partido que no es el PSOE ni el PP, entra Unidas Podemos, una confederación de confluencias sociales y antiguos partidos de izquierda, algunos de ellos a la vez coaliciones como Izquierda Unida, que incluye en sí al PCE, y también estaría Uralde, quien fuera líder del nuevo partido ecologista Equo. Que la coalición rompa el monopolio del poder es una de las cuestiones que ha puesto nerviosos a una parte de la derecha, que Unidas Podemos tenga elementos más a la izquierda que el PSOE es lo que ha ayudado a aumentar ese nerviosismo entre los poderosos de la economía. Y por supuesto que los diferentes partidos regionalistas y nacionalistas, especialmente catalanes y vascos, se hagan imprescindibles para alcanzar la gobernabilidad es lo que termina de llenar el vaso del nerviosismo entre los más conservadores.

Tal como han resultado las elecciones del pasado 2019 el tablero central del Congreso lo ocupan nacionalistas y regionalistas. No hay mayorías absolutas ni siquiera sumando a los claramente de izquierdas, ni en el otro lado a los claramente de derechas. La posibilidad de gobierno estaba en la izquierda, pero si hubiera estado en la derecha, igualmente ellos se verían obligados a pedir el apoyo o la abstención a regionalistas y nacionalistas. Todos los argumentos de traición a España que ha hecho porque el PSOE hable con ERC es una manipulación de la realidad. Saben bien que nadie gobernará España sin hablar con ellos, tal como han reflejado cinco resultados electorales diferentes y consecutivos. Guste o no guste todo apunta al diálogo y al entendimiento. La mesa de diálogo que han pactado y el reconocimiento del conflicto catalán como conflicto político es un paso muy importante. Ahora bien, el gesto de ERC con su abstención ha sido para facilitar la investidura y la formación de gobierno, a la vez de para frenar a la extrema derecha, como ellos mismos dijeron, pero de lo que se hable o no en esa mesa de diálogo depende el gobierno. Me explico, la investidura ha sido posible por 167 Síes, 165 Noes y 18 abstenciones. Es tan endeble y volátil que si no se aprueban los presupuestos del Estado (llevamos dos prórrogas de los de Rajoy) se tendrá que volver a terminar de súbito la legislatura y repetir elecciones, como pasó en 2019. Teóricamente una legislatura son cuatro años, por lo que se tendrán que debatir cuatro presupuestos generales del Estado, pero no sólo eso, cabe la posibilidad de mociones de censura, imposibilidad de aprobar leyes y cualquier otra iniciativa de gobierno que tenga que pasar por el Parlamento. Entre los intereses de unos y de otros, y no sólo me refiero al tema catalán, podemos estar ante una legislatura muy ingobernable. Posiblemente se tengan que tomar decisiones que defrauden a muchos, sobre todo viniendo una crisis económica que comenzó en 2019 con la guerra comercial abierta por Estados Unidos contra la Unión Europea y China, y en ciernes de una escalada de conflictos bélicos en Irán-Irak protagonizados también por Estados Unidos. La crisis económica nueva está ahí y se sumará a la de 2008. Vienen malos tiempos, pues en la Unión Europea hay que sumar la salida de Reino Unido.

Pensemos además que Pedro Sánchez y el PSOE siempre estuvieron predispuestos a formar gobierno tendiendo la mano a Ciudadanos y que la falta de encuentro con Unidas Podemos les llevó a un enfrentamiento muy duro a lo largo de la primavera y el verano. Si el PSOE y Unidas Podemos han llegado a acordar un gobierno de coalición, e incluso se abrazan y alagan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se debe a que Ciudadanos ha pasado a ser una fuerza insignificante para conformar una mayoría suficiente en el Congreso. En todo caso, cuando PSOE y Unidas Podemos tuvieron el breve gobierno de 2018-2019, tras la moción de censura al PP y quedándose todo el gobierno el PSOE pero con apoyo en el Congreso por parte de Unidas Podemos, se avanzó en política social, como por ejemplo el aumento del salario mínimo o la fiscalidad de los productos de higiene femenina. Ahora se proponen avanzar más en ese salario mínimo, derogar la reforma laboral de 2012, limitar el precio del alquiler de la vivienda, aumentar las pensiones, hacer cumplir y mejorar las leyes de la Transición sobre la superación de la dictadura y la de la memoria histórica, aumentar los impuestos a los multimillonarios después de varios años de subidas a las clases más humildes, mejorar todo tipo de infraestructuras y servicios públicos, en especial ayudar a la España rural y las provincias más abandonadas, etcétera. Son muchos retos e implican tener fondos. Viene una crisis grande y el gobierno está en precario en apoyos, y con el problema de Cataluña por solucionar. Eso pensando además en las tentativas de acercamiento que le hizo el PSOE a Ciudadanos en su día y que fue el propio Pedro Sánchez uno de los que estuvo detrás de la reforma laboral de 2010, preludio de la de 2012. Hay motivos para la desconfianza, para reforzar los sindicatos y para estar preparados para posibles huelgas, pero dado que en noviembre PSOE y Unidas Podemos decidieron hacer borrón y cuenta nueva, confiando entre sí, habrá que darles un voto de confianza inicial y apoyar, a ver si es verdad que pueden avanzar en las políticas sociales y laborales rectificando todas las injusticias provocadas por los recortes económicos de la etapa de Rajoy, donde los trabajadores y desempleados cargaron con lo más duro de la crisis a sus hombros. Los más ricos se hicieron más ricos y los pobres aumentaron en número y aumentó su precariedad. En pleno 2020, desde que empezó todo en 2008, con Zapatero en el gobierno, se empeoró en 2010 cuando llegó lo más negro de la crisis a Europa, y se empeoró más con las medidas de Rajoy desde finales de 2011, ya iba siendo hora de que también las grandes fortunas tengan algún sacrificio, no sólo las clases trabajadoras. El magnate norteamericano Bill Gates ha llegado a declarar esta misma semana que los ricos deberían ser más generosos y pagar más impuestos para ser más justos socialmente. Bill Gates no es comunista, ni su voz es cualquiera. Por algo lo dirá. Que lo piensen.

Pero es cierto que hay poco margen de acción para absolutamente todo. Para cualquier cosa. Ya veremos cómo anda el gobierno. Lo que sí es cierto es que sin solucionar el asunto catalán, tal como he analizado varias veces cada vez que hemos hablado de actualidad, la imposibilidad de avanzar es total. Mientras exista un problema de estas dimensiones estamos atados todos los españoles de pies y manos. Lo dijo Gabriel Rufián semanas atrás, ERC ha puesto y quitado gobiernos de un modo u otro. El asunto catalán lo ha hecho, ya sea porque la derecha lo use para atacar, como en 2019 cuando los presupuestos del Estado, o porque el propio nacionalismo use sus herramientas democráticas legales para obstaculizar o facilitar en las instituciones. Hay que hablar y hay que explorar.

Y desde luego no ayuda nada la cerrazón de gente que decide boicotear a productos catalanes, torpedeando la economía catalana, que posiblemente sean parte de ellos los mismos que hoy llaman a boicotear los productos aragoneses porque Teruel Existe votó "Sí" a Pedro Sánchez, siendo las reivindicaciones de este partido mejorar los ferrocarriles, la sanidad, la educación y las infraestructuras en general de Teruel. ¿Qué clase de España quieren construir los del boicot, la presión y el silencio en lugar del diálogo?

Sin diálogo, sin compromisos y sin reconocer y cumplir con lo que se ha de hacer inevitablemente, la única solución civilizada pasa por la judicialización. Por demandar y sentenciar tras pelearse en los tribunales. Eso como lo más civilizado. Pero eso es indeseable. El problema es político, y la política es básicamente diálogo, reconocimiento de lo que es escollo y de lo que acerca y toma de compromisos y ejecución de los mismos en todo aquello que sea solución y superación del problema. Fuera de eso, demandas judiciales y juicios indeseables. Si sólo hay cerrazón, entonces sólo hay conflicto y empeoramiento. El nuevo gobierno que se formará la semana que viene apuesta por el diálogo en sus compromisos adquiridos para la investidura, ojalá todo fuera así.

2 comentarios:

argonauta dijo...

"El sacrificio oportuno es preferible a la aniquilación definitiva." (José Martí).

Canichu, el espía del bar dijo...

El anuncio hoy del PSOE de crear 4 vicepresidencias diluye el peso de la que tendrá Unidad Podemos. Lo dije, hay que estar alerta. Esto aún no ha comenzado y hay que esperar cómo va todo, pero no hay que bajar la guardia, porque ya sonaba raro en el PSOE tan súbito acercamiento. Ahora bien si los tratos se rompen o se cumplen de modo que es como no cumplirlos, con romper un pacto que nunca llegó a activarse más que para lo que quiere el PSOE pues en paz. De momento es como tratar de tontos a Unidas Podemos y sus votantes y eso está feo entre socios. Y sí, ya eran muchas tres, cuatro demasiadas. Gobierno en exceso de coste y de consultas entre vicepresidencias.