jueves, abril 11, 2019

NOTICIA 1865ª DESDE EL BAR: MEGA AÑO ELECTORAL: LAS GENERALES (2)

El pasado 26 de marzo comencé el gran tazón de citas electorales de este año escribiendo sobre las primeras que se nos presentan, las generales. Las elecciones generales sirven para la composición del Congreso de los Diputados y el Senado, que aprobarían un presidente del gobierno tras proponer alguna o algunas de las listas votadas uno al Rey, y de aprobarse esa persona como presidente de gobierno, esta propondría una composición de gobierno con sus Ministros otra vez al Rey, que los aprobaría y se formaría gobierno, de lo contrario, si falla alguno de los pasos, el proceso requeriría de varias posibilidades de repetir este proceso o de tener que volver a empezar desde el principio volviendo a convocar elecciones generales. 

Fue en la Noticia 1861ª, donde en líneas generales repasé cómo se presentaban esta vez las posiciones políticas y lo que llevaban acarreado. Las posturas están polarizadas al máximo, pero lo cierto es que el debate y conflicto abierto en Cataluña paraliza absolutamente todo y mientras no se encuentre una solución que lo pare no se podrá avanzar. Como dije aquel día, pensemos que incluso las elecciones han sido anticipadas dado que Partido Popular (PP), Ciudadanos y los partidos independentistas catalanes no aprobaron los presupuestos del Estado presentados por el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con aportaciones, colaboraciones y apoyo de Unidos Podemos (ahora Unidas Podemos). Eran los presupuestos más sociales de todos los que se han presentado en nuestra Historia reciente, con permiso de alguno de los primeros presentados en la Transición. En aquel debate Partido Popular y Ciudadanos argumentaron sólo el asunto de la independencia de Cataluña, asegurando que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el PSOE en sí mismo, estaban en connivencia con la ruptura de España. Sin embargo, los partidos independentistas catalanes precisamente votaron lo mismo que PP y Ciudadanos precisamente porque no lo estaba. Daba igual lo que el PSOE hubiera hecho, en palabras del Partido Nacionalista Vasco (PNV), como si se hubieran reunido con un botijo con agua fresca, dijo Aitor Esteban, porque PP y Ciudadanos sólo querían una excusa para reventar el gobierno de izquierdas. En el debate de los presupuestos del Estado de lo que menos se habló es de los presupuestos del Estado que se proponían, tal como la presidenta del Congreso se quejó. Pero todo esto ya fue analizado en aquella entrada que escribí. No volveré sobre ello ahora, ni tampoco en la polarización hacia la extrema derecha de los partidos conservadores citados, junto al que ya de por sí lo era, Vox, ni sobre todos los comentarios y acciones del líder del PP, Pablo Casado, que parecen caer en el machismo más profundo, si no también quizá en la misoginia. De todo eso ya comenté.

El gobierno actual del PSOE, el más breve de momento de los habidos si no renueva en las urnas (Calvo Sotelo al menos llegó al año de gobierno con lo que le tocó de la Unión de Centro Democrático), ha realizado las medidas y las propuestas más sociales del periodo histórico actual. No nos engañemos, lo dije también ya el otro día, esto ha sido porque sus colaboradores necesarios fueron Unidas Podemos. Muchas de las medidas tomadas eran medidas que estaban siendo plenamente defendidas por ellos antes de que el PSOE decidiera acordarse de que una vez, en su pasado remoto, ellos también tenían esas ideas. Es más, en boca de varios dirigentes del PSOE actual, de formar gobierno con alguien preferirían tener de socios a Ciudadanos, por tanto: a tomar medidas conservadoras y liberales que les haga escorar a la derecha, no a la izquierda. Sólo a sabiendas de lo que eso podría suponer ha provocado tales declaraciones que el propio Pedro Sánchez trate suavizar el asunto desde la última vez que os escribí sobre el tema. Prepara puentes de acercamiento a Unidas Podemos, en concreto a su líder Pablo Iglesias, y es que el gobierno que salga será inevitablemente o de un partido con apoyo de otros o bien un gobierno de coalición. Lo que hace que sea deseable que todos los partidos pusieran sus cartas sobre la mesa y dejaran totalmente claro con quien quieren y con quien no quieren gobernar. A partir de ahí, sin engaños, sería más legítimo el apoyo que reciban de los votos de las personas que voten.

La cosa es que esta semana, ayer, ya hemos visto otro de los actos o declaraciones o llámesele como se quiera del PP respecto a su idea social de España. Preguntado Pablo Casado en entrevista en la radio Onda Cero sobre el sueldo mínimo interprofesional que PSOE y Unidas Podemos dejaron desde este enero de 2019 en 900 euros, Casado contestó que él lo que haría sería dejarlo en 2020 en 850 euros, porque es lo que durante el gobierno de Rajoy se pactó entre patronal y sindicatos con mediación de ese gobierno, que era del PP. Ese pacto fue del año 2017, el salario mínimo interprofesional estaba en 737 euros al mes. Según ese pacto debía ir subiendo de manera progresiva, de modo que para este 2019 nos hubiéramos plantado con unos 775 euros de mínimo (cito de memoria, pero la cifra es de la centena y decena de los 770) y para el año que viene, 2020, serían esos 850 euros mínimos. Obviamente, dado que en cuanto a sueldo Unidas Podemos lleva varios años defendiendo a ultranza la subida exponencial del mismo, y dado que los sindicatos minoritarios como CGT, CNT, Solidaridad, USO y otros, y no los mayoritarios CCOO y UGT (que fueron los que firmaron aquello con Rajoy y la patronal), también lo defendían, PSOE decidió avanzar por ahí en cuanto se hizo con el gobierno tras la moción de censura. Buscó el acuerdo de todos. No lo encontró y al final a finales de 2018, por decreto, aprobó que desde este pasado enero de 2019 el sueldo mínimo fueran esos 900 euros, que siguen siendo escasos e insuficientes, porque el costo de la vida es mayor (sólo en vivienda se va un tercio del sueldo, mientras que antes de la crisis ese gasto suponía sólo un cuarto del sueldo). 

Puede que Casado contestara a la pregunta de Onda Cero sin reflexionar lo que estaba contestado, obcecado ciegamente en defender lo que su partido ha hecho sin más. O puede que sí supiera muy bien lo que decía, no obstante el PP y la patronal han criticado muy duramente la subida a los 900 euros, a pesar de que la subida del sueldo mínimo ya se había aplicado en Estados Unidos por Obama sin las consecuencias catastróficas de desempleo y ruina que vaticinaban. Es más: mejoró su economía. Casado probablemente sabía muy bien lo que decía de bajar el sueldo a 850 euros, porque además remitió a la hipotética disminución de contratos, por tanto aumento del desempleo, desde la llegada de los 900 euros a finales de enero de 2019, argumento que la prensa conservadora afín al PP no ha parado de bombardear a sus lectores junto a los telediarios de cadenas televisivas también conservadoras. El argumento era engañoso, si bien las cifras cuadraban, las que él usaba eran las del comienzo del 2019, cuando los 900 euros aún no se habían cobrado su efecto y lo que se estaba reflejando en las estadísticas era el tramo final de contrataciones en general de 2018, que en parte era consecuencia de las medidas económicas de los últimos meses del gobierno de Rajoy, con el PP. De hecho, las últimas cifras económicas de comienzos de este abril lo que indican es que la subida a 900 euros mínimos no ha bajado las contrataciones y que incluso el paro ha seguido bajando, poco, insuficientemente, pero bajando no aumentando. 

Sea como sea, lo impopular de su recado a los que oían le hizo recular, como normalmente hace una y otra vez, y por la tarde, ante cámaras de televisión, decía un "donde dije digo, digo Diego". A pesar de la evidencia de que dijo lo que dijo y que estaba grabado en imagen y en voz, quiso negar la mayor y hacernos creer que nos manipulan, que es una noticia falsa (fake new), expresión a la que se ha hecho abonado y la usa constantemente cada vez que él o alguien de su equipo delata en sus declaraciones el sesgo totalmente ultraconservador que le han dado al PP bajo su dirección. En otras palabras: culpó al periodismo y a los oyentes, que debemos ser poco menos que tontos que no entienden las cosas. Según la nueva versión de lo que él dice que dijo, se refería a que si él gobierna lo que hará será reunir a la patronal y a los sindicatos (se referirá a UGT y CCOO, supongo) que ya se reunieron con Rajoy en 2017 para lograr un acuerdo sobre el sueldo a gusto de todos. Y dicho esto los periodistas se fueron a preguntar a los dirigentes de CCOO y UGT, que declararon que una vez alcanzados los 900 euros interprofesionales no iban a dar un paso atrás pactando de nuevo 850 euros, a pesar de que aquellos 900 euros no eran un logro de ellos, sindicatos, sino del PSOE con Unidas Podemos, partidos políticos. CCOO fue más allá y dijo que su objetivo es que sean 1.000 euros mínimos para 2020. Tanto CCOO como UGT aspiran a que el sueldo mínimo español sea igual que el del resto de la Europa que está al norte de España, donde los hay de 1.200 y de 1.400 euros. Otra cosa es el costo de la vida. Como han indicado alguna vez gente de los sindicatos CNT, CGT, USO y otros, si el costo de la vida aumenta y los sueldos no acompañan razonablemente ese costo, por mucho que se suba la cifra no se aumenta el poder adquisitivo del trabajador, por lo que no se produciría ningún progreso en la vida de los trabajadores e incluso puede haber retrocesos. Si la cesta de la compra, el alquiler o venta de pisos y otros gastos aumentan muy por encima de los sueldos, no progresa socialmente y se ata al trabajador a la precarización y al desempleado a un futuro incierto. Hasta el Papa Francisco I en entrevista a la televisión española, a la Sexta, recriminó a los empresarios españoles que ofrecen sueldos que mantienen en situaciones precarias a sus trabajadores, y esa es ya una visión católica y consrvadora de la situación de la que parece que no se hizo eco el PP en las palabras de la declaración de Pablo Casado.

O en otras palabras, ahora mismo, más allá del debate catalán, estas elecciones tan polarizadas donde los políticos hablan en términos de blanco y negro, o conmigo o contra mí, y donde la extrema derecha va campando por sus reales, mientras el machismo extremo aflora en declaraciones a veces pretendidamente efectistas, o incluso se plantea el derecho a la eutanasia, el debate social, de medidas sociales, digo, y el debate laboral parece mejor defendido por un gobierno que cuente con la colaboración de PSOE y Unidas Podemos, y se hace dudoso que si los votos le dieran un gobierno sin necesidad de apoyos al PSOE, este siguiera esta senda, dado que ya ha declarado, como he dicho, su preferencia por pactar con Ciudadanos, cuyas tesis económicas son ultraliberales.

Desde 2011 la actual monarquía parlamentaria no para de vivir cosas que nunca antes había vivido, anomalías sin parar. Lo decía y repasaba en aquella Noticia 1861ª, mencionando allí además otras noticias donde expuse el resto de anomalías, el grueso de las anomalías, muchas de ellas durante el periodo Rajoy. Justo en este periodo electoral presente estamos viviendo una de las mayores anomalías de la Historia actual. Se trata del destape por vía de proceso judicial de una trama de espionaje por parte de organismos y personas del gobierno de España, por entonces en manos de Rajoy, para espiar, crear pruebas falsas, incriminar y boicotear a adversarios políticos como los partidos nacionalistas catalanes y, principalmente, a Podemos, que estaba en auge desde su aparición en 2014-2015. Incluso las cámaras de vigilancia de la casa de Pablo Iglesias habían sido intervenidas para controlarles, comprometiendo así también su seguridad personal, la de su familia, amigos y visitantes a su casa. En la trama aparecen policías a los que se consideran corruptos y se pone el ojo en el ejercicio de Fernández Díaz como Ministro del Interior con Rajoy, pero también aparecen periodistas y grupos periodísticos, así como políticos e incluso exiliados venezolanos que inventaron falsas pruebas que dañaron en mucho la imagen social de Unidos Podemos y de Iglesias en particular. Los jueces hablaran cuando sentencien, esperando que sentencien acordes a la Justicia, sin ingerencias de lo que, a costa de todo este proceso, se ha llamado "las cloacas del Estado". 

Tal como los ilustrados dijeron en el siglo XVIII, el Estado es un Leviatán, un monstruo que todo lo engulle y puede acabar con las personas como individuos libres. Hay que tener cuidado y por ello hay que reforzar los mecanismos y cauces de la democracia. El caso de la llamada "policía política" es uno de los más graves de la democracia española actual porque ha atentado precisamente contra la democracia para perpetuar los intereses políticos del partido en el gobierno, con la pretensión probablemente o de perpetuarse en el gobierno o bien de impedir el acceso al mismo de aquellos oponentes que menos les convenga (lo que acercaría a esta monarquía parlamentaria a los engaños que realizó la que se tuvo durante el turnismo con Alfonso XII y Alfonso XIII). Un ataque total a la democracia y a las personas que Estados Unidos ya vivió, por ejemplo, a partir de 1972 cuando unos periodistas descubrieron en el Hotel Watergate que el gobierno de Nixon espiaba a sus oponentes políticos y fabricaba pruebas para incriminarles y quitarles influencia social y poder. El caso de la "policía política" parece tener los mismos objetivos. Nixon tuvo que dimitir, se hizo cargo del gobierno su vicepresidente, Gerald Ford, pero en cuanto hubo elecciones perdieron los Republicanos y ganaron los Demócratas con Jimmy Carter. No obstante, quedan aún en la oscuridad casos como los asesinatos de Martin Luther King, John F. Kennedy y Robert F. Kennedy, este último asesinado en 1968 y que debía competir en las urnas con Nixon, ya que Johnson había agotado sus mandatos. 

En España esta enorme anomalía antidemocrática de la "policía política" no parece haber hecho mella alguna en general a la sociedad. A algunos les indigna, poco más, otros defienden lo hecho, otros hacen oídos sordos y siguen creyendo real aquello que ya se ha desvelado que era mentira, etcétera. No parece que el caso "policía política" vaya a tener los efectos que tuvo el caso "Watergate". Es como si la sociedad española diera por bueno todo medio que empleen los gobernantes para deshacerse de opositores, y eso es peligroso... es peligroso como tantas cosas que ya se han señalado peligrosas en estos años de anomalías. Por este camino no es que Vox y similares hayan ascendido de la nada, se les ha preparado mentalmente el camino. En ese sentido, ante la indolencia total de la sociedad española sobre el caso de la "policía política", quepa citar sólo como comentario el poema del sacerdote Martin Niemöller, que fue prisionero de los nazis en la Segunda Guerra Mundial:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
ya que no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
ya que no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
ya que no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar. 

Sea como sea, mañana por la noche comienza la campaña electoral, con la Semana Santa, pasaremos este via crucis y se irá a votar el 22 de abril. Todo apunta a que escucharemos por parte de todos mayores barbaridades, mayores posicionamientos polarizados.

Mi postura será como trabajador, sindical y ecologista, dentro de la izquierda, y dentro de esto, aunque están claras muchas cosas a estas alturas, quepa observar un poco más cómo evolucionan las posturas para decidir quien, si quien, y los porqués. Mi intención inicial es no volver a escribir ya de las generales hasta una vez pasadas las elecciones,  no sé si antes o después de que se forme gobierno, y después, dentro de este mega año electoral, proceder a comentar el resto de convocatorias electorales cuando lleguen en mayo.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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