lunes, junio 09, 2014

NOTICIA 1354ª DESDE EL BAR: DÍA DEL ORGULLO ARCHIVERO

Hoy es el Día Internacional de los Archivos. Algunos archivos españoles, en especial  el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara (por lo que yo veo por Internet) han tenido la iniciativa este año de que también sea el Día del Orgullo Archivero. Yo soy archivero, soy historiador y soy archivero, aunque ahora estoy desempleado, pero yo me sumo a ese orgullo archivero. Hay abierta incluso una cuenta en Twitter para quien quiera compartir algo respecto a este tema: #orgulloarchivero.

La imagen que acompaña este artículo es la portada del periódico Hoja Oficial del Lunes del 11 de septiembre de 1939, publicado en Madrid cuatro meses y medio después de haber terminado oficialmente la guerra civil y apenas diez días después del inicio oficial de la Segunda Guerra Mundial. Lo compré hace muchos años, cuando era adolescente, en una feria del libro viejo. Cuando me hice historiador, cuando empecé a investigar en archivos y cuando más concretamente me enfoqué a ser archivero profesionalmente, decidí donar este documento, y unos pocos de otra índole a un archivo. Elegí el Archivo Municipal de Alcalá de Henares, mi ciudad (AMAH). Allí debería estar hoy día, a pesar de que hace dos años lo intenté buscar y no lo encontré, lo que me pone en seria sospecha, no sé si algún día volver con la carta de agradecimiento que me mandaron, por cierto llena de faltas de ortografía, y reivindicar que debería estar consultable para los investigadores. En otras ocasiones he donado libros a bibliotecas y otros documentos a otros archivos. Es importante su conservación, su uso y el enriquecimiento de los lugares que los han de albergar con afán de servicio público. Lo triste es que los archivos han sufrido de siempre una gran serie de carencias, sobre todo económicas (que son las que traen el resto de carencias), y en concreto desde la crisis de 2008 han sufrido todo tipo de recortes y ataques. Claro que los bibliotecarios incluso han llegado a ver en su sector cómo había bilbiotecas que cerraban o que llevan con presupuesto cero desde hace años, no muy lejos, en esta misma ciudad, también. Pero eso sí, en estos días se están gastando cien mil euros en encontrar los huesos de Miguel de Cervantes en aquel lugar que él eligió para descansar, no para ser exhibido a los turistas futuros, mientras su documentación puede padecer en algunos archivos auténticos desperfectos irreparables si siguen avanzando, o no se han terminado de archivar por falta de personal y por tanto no son consultables, o bien sus libros no pueden ser leídos de modo público porque hayan cerrado la bilbioteca que surtía de libros a adolescentes de un instituto, por ejemplo. 

Probablemente archivos y bibliotecas son del sector público los que han sufrido los mayores recortes desde el principio de la crisis, a pesar de que han sido médicos y profesores los que más han gritado y los que más ha visualizado y comprendido su importancia el ciudadano.  El problema está en que los archiveros y bibliotecarios no tienen un sindicato o una asociación propios y fuertes donde todos nos unamos para reivindicar y exponer las cosas de nuestros ámbitos laborales. Pero la importancia es vital. Del buen funcionamiento de un archivo puede derivar el funcionamiento de la Justicia, las cuestiones notariales, la elaboración y puesta en práctica de las leyes, las operaciones médicas o cualquier otra cuestión médica, tu propio historial médico, insisto en ello, el conocimiento cultural e histórico de quienes somos, el legado de todos los que nos precedieron, el que reconozcan que tu casa es tuya o que tal campo está protegido como espacio natural, el que te otorguen derechos como ciudadano, o bien deberes, los impuestos, la democracia en nuestro sistema, etcétera. 

La plantilla de archiveros española ha mermado. Buena parte de los archiveros actuales son gente a punto de jubilarse o a pocos años de empezar a tener que pensarlo. Los archivos públicos, por aquello de los recortes económicos, llevan desde 2007 ó 2008 sin ver oposiciones para archiveros. El sector público puede funcionar también con contrataciones directas donde se demuestren méritos y experiencia (de hecho Francia funciona en buena parte con el Estado contratando y yo mismo he llegado a trabajar así en el pasado), pero estos contratos cuando se dan se reducen ahora mismo a cinco meses (con seis meses el trabajador ya tendría derecho a cobrar el subsidio de desempleo), a veces bajando categoría profesional del contratado, principalmente para cotejar expedientes y con sueldos bajos, sin posibilidad de renovación, pero hace mucho tiempo que estos contratos, a pesar de lo extremo de sus condiciones, tampoco se dan. Las faltas de personal se cubrían con empresas privadas, también he trabajado en ellas. Primaban la cantidad de trabajo sobre la calidad, a pesar de que al Estado contratante solían decirle lo contrario. Cuando uno trabajaba luego contratado por el Estado y era libre de hablar con los funcionarios y de trabajar atendiendo la calidad con prioridad, te dabas cuenta que la administración era conocedora de las deficiencias del sector privado en estas tareas, pero lo contrataban porque el Estado había sacado un sorteo público con estas empresas. Sólo determinada provincia de Galicia hizo una ley explícita para evitar que las empresas privadas gestionaran determinados asuntos de sus archivos. Trabajar en estas empresas implicaba aún menos sueldo y a veces un trato como si fueras poco menos que estúpido o un niño al que guiar, cuando en realidad buena parte de los errores de los trabajadores eran derivados de las directivas de los encargados de la empresa destinados en el archivo donde se desarrollaba su proyecto de trabajo contratado. Pero el Estado tampoco está sacando proyectos, por lo que muchas de estas empresas se han arruinado. No hay trabajo por esa vía. Las ayudas a las fundaciones culturales también se  cortaron o se recortaron, tanto que han despedido o prescindido de muchos de sus archiveros. Sus archivos privados tienen pues igualmente un problema laboral. ¿Cómo se rellenan entonces los puestos de trabajo? No contratando, no opositando, no se rellenan. Sólo en el Archivo General de la Administración debió trabajar en su día unas ciento sesenta personas. Cualquiera que haga una visita guiada a este lugar hoy verá una gran cantidad de despachos vacíos. Los despidos, las no renovaciones y las jubilaciones hacen que hoy día, año 2014, trabajen menos de cien personas, quizá unas setenta personas. Y esto ocurre en todos los archivos. Por eso están desbordados de trabajo.

Los trabajos salen adelante con lo que se podría considerar un fraude de ley, el trabajo encubierto, sólo que no lo es porque el contratante es... ¡el propio Estado! Y hay un dicho castellano que dice: hecha la ley, hecha la trampa. Se crean numerosas becas, acuerdos de prácticas con Universidades, talleres de empleo y formación... Trabajo con contratos de becarios y alumnos, que no son legalmente trabajadores. También he trabajado así. Los trabajos salen adelante, a pesar de que se supone que es para formarte, en realidad es para aliviarles de la carga sobresaturada de trabajo pendiente por falta de personal. Esa es la triste realidad. Y los archiveros y los jefes de las secciones de los archivos lo saben, se solidarizan y apoyan a quienes ya no les queda otra que recurrir a esto, pero es que las normas del juego las dicta el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, hoy día en manos de Wert. En este sentido sí que es cierto que uno a veces se pregunta y echa en falta un mayor compromiso de los directores de archivo para pedirle y exigirle puestos de trabajo con contratos respetables al Ministro, y también al resto de responsables políticos y administrativos. Callar y aceptar sin más rellenar sus carencias con becarios y alumnos en prácticas es participar del problema. No digo que se pongan en guerra, pero sí que deberían unirse para ser reiterativos hasta la saciedad en este asunto. Es bueno para ellos, es bueno para nosotros (desempleados) y es bueno para la sociedad.

Luego tenemos el asunto de las enormes cantidades de dinero destinadas en los últimos años en crear edificios nuevos de archivo. Se han hecho varios. Ultramodernos. Otros se han reformado. Y sin embargo están vacíos de personal. En el Archivo de la Filmoteca Española tenemos un edificio gigante nuevo con capacidad como para que trabajen cien o doscientas personas, pero apenas trabajan una docena de ellas. O bien tenemos el caso de que tenemos las máquinas más modernas del mundo de restauración documental y de digitalización de documentos en el Archivo General de la Administración, pero hace muchos años que no hay contratado nadie que se dedique a la restauración específicamente, ni como funcionario, o bien los que digitalizan son pocos, algunos formados sobre la marcha con la práctica cuando por ley se impuso la digitalización. Tenemos casos como el de determinados archivos privados, donde se ha jubilado gente y cesado becas, al mismo ritmo que se ha pedido que se hagan autónomos algunos de sus trabajadores para poder abaratar los costes del mantenimiento de los servicios del archivo. Tenemos otros casos como el Archivo Diocesano de Madrid, con unas carencias estructurales graves cuya humedad hace peligrar los documentos, por mucho que ellos defiendan  a capa y espada que no, pero peor es averiguar que una feligresa voluntariamente se ofreció a quitarle los hongos a los legajos y lo hizo pasando durante muchos meses un paño sobre cada uno... ¡Ay!, los voluntarios, la falta de instrucción, la falta de conocimientos... tres problemas más. Y a esto sumémosle los intransigentes de la licenciatura de documentación, que no son todos los licenciados de documentación, son una parte de ellos. Hay un sector que cree que sólo ellos pueden ser archiveros, pero si uno pasea por los curriculos de todas las universidades verán que no es así, los historiadores tienen por salida natural serlo también. Y ahí aparece una nueva lucha de zancadillas absurdas en muchos casos. Y otra cosa más a sumar: aquella vieja guardia de archiveros que creen que los jóvenes somos poco menos que amebas con piernas que sólo nos interesa todo tipo de cosas sin sustancia de lo que las televisiones dice tópicamente. Eso es horrible, no valoran ya no tus conocimientos por ti mismo o por tus aficiones o tus intereses, es que es tanto como creer que incluso durante nuestra trayectoria universitaria o la posterior trayectoria laboral nos hemos debido tocar los pies viendo volar moscas. Yo he llegado a encontrar a alguien que creía que yo no sabía quienes eran determinadas personas que son básicas en nuestra Historia reciente. Un horror, y un desconcierto.

Podría hablar también de aquellos que trabajan sin saber de informática y sin querer actualizarse, o de los que creen que la informática lo es todo y se olvidan que lo importante es el documento y las personas. Podría hablar de algunos que por edad dedican buena parte de la jornada a hablar, o del que cree que los documentos son suyos, o del que se agobia con un volumen de trabajo sin reflexionar que esos documentos estuvieron siglos antes que nosotros y que nos jubilaremos y moriremos y ellos seguirán estando. Se podría hablar de los innumerables volúmenes de trabajo inmensos que no se pueden trabajar por falta de personal y medios, y que sería trabajo para décadas... En el mundo de los archivos hay trabajo, pero no se oferta y eso hace que no lo haya. No se oferta con el tópico acerca de que la Cultura no toca en tiempos de crisis, y se recortan partidas quedando muy bien para algunos sectores de la sociedad en los periódicos, pero que en realidad arruinan las posibilidades de trabajo en un sector en el que sí hay trabajo. La política... y la gente que no reflexiona... menuda mezcla. 

Yo de los archivos he hablado mucho en esta bitácora, pero ahora mismo sólo voy a destacar cuando lo hice a costa de la Ley de Transparencia, en la Noticia 1252ª.

Yo me siento orgulloso de ser archivero y de los archivos, pese a estar desempleado. De lo que no me siento orgulloso es de la situación precaria y penosa en la que se ha forzado que estén ahora archiveros y archivos.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

Hoy he ido a la hemeroteca municipal y estaba "La Hoja oficial del Lunes", la he fotocopiado entera.