jueves, diciembre 27, 2018

NOTICIA 1837ª DESDE EL BAR: LAS FOTOS QUE CREO QUE SON LAS FOTOS DEL AÑO

Sea of plastic waste, isla Panggang, Indonesia. Laurent Weyl/Panos Pictures


Hay varias imágenes tentadoras este año para que las destaque. Desde todo tipo de actos, manifestaciones, huelgas y protestas en petición de la igualdad de género y contra la discriminación y los abusos sexuales, a las grandes batallas finales de la guerra de Siria, los descubrimientos arqueológicos nuevos en Pompeya, las imágenes ficcionadas de envío de sondas espaciales al Sol y a la otra cara de La Luna, el acercamiento en innumerables actos simbólicos entre Corea del Norte y Corea del Sur, o todas las imágenes reales y a la vez metafóricas de su momento en las negociaciones de la salida de Reino Unido de la Unión Europea o de la moción de censura al gobierno de España y la nueva formación de otro gobierno. Sin duda, si este año es significativo por cuanto a la carrera de posiciones ha significado en Próximo Oriente con sorpresa final al retirarse Estados Unidos y desproteger a los kurdos que fueron los que más carne pusieron en el asador para derrocar a ISIS, o por cuanto a actos para pedir la igualdad sexual han habido por todo el planeta, ha sido un año muy rico en hallazgos arqueológicos extraordinarios, no sólo los citados de Pompeya, sino también las nuevas pinturas rupestres en España, los restos de nuevas ciudades romanas también en España, la posibilidad genética cada vez más cierta por los nuevos hallazgos biológicos de que neanderthales y homo sapiens se cruzaran, etcétera. Todo esto mientras se cierra el año con nuevos maremotos y terremotos y explosiones de volcanes de carácter gigantesco, como el incendio veraniego en California, que ha pasado a la Historia como el más grande jamás registrado. Cataclismos que se acompañan de un nuevo aviso de crisis económica grande al caer las bolsas en Navidad ante el cierre parcial de la administración estadounidense por falta de fondos ante la decisión de Donald Trump de asfixiar a su propio gobierno, con tal de que le aprueben pagar un muro que les separe a los estadounidenses de México para abajo, mientras millares de emigrantes tratan de llegar a Estados Unidos desde Centroamérica, nadie sabe muy bien partiendo desde qué iniciativa o con qué organización. Y a todo esto, el espionaje masivo y altamente beligerante de mano de Rusia, de China y de Estados Unidos regresa desde la lejana Guerra Fría, tal como regresan las golondrinas de nuevo al balcón a anidar.

Y sin embargo, de entre todas estas cosas, este año vuelvo a decantarme por una foto de carácter de denuncia ecologista. Los científicos del mundo, catorce mil, por primera vez (en esa cifra) acordaron lanzar un mensaje unánime en noviembre de 2017: "muy pronto será demasiado tarde" (Noticia 1753ª). Nos instaban a hacer algo. Este año debería haberse renovado los acuerdos contra el cambio climático que se firmaron en París en 2015 y de los que para ese 2017 Estados Unidos se desvinculó al comenzar a gobernar Donald Trump, y en consecuencia también China. Por consiguiente: las grandes potencias, también Rusia, no renovaron esos acuerdos. Un fracaso. La Unión Europea firmó esa renovación, que obviamente supone la disminución de consumo energético y de consumo, y por ello mismo, mientras en bloque la Unión Europa se fija unos límites, sus Estados por separado los incumplen sistemáticamente siempre razonando razones de economía y por tanto de Estado. Esto se transforma en un "vuelva usted mañana". Si en tal cumbre de 1990 se dijo la fecha 2000, en 2000 se postpone al 2010, por poner un ejemplo, en 2010 se postpone al 2015, de aquí al 2018, de aquí al 2025 o al 2030, y entre unos y otros la casa sin barrer y siempre hay un: "hoy no, mañana". Un mañana que si los más grandes países productores no animan a que sea real, será un mañana ficticio y fatuo.

Este año una de las fotografías más sobrecogedoras en Occidente al menos, o en esta parte de Occidente, ha sido que nos mostraran una isla artificial que se ha formado por sí sola a lo largo de los años con los plásticos deshechados que han acabado en el mar. Se encuentra en el Océano Pacífico. Una auténtica tumba de toda vida marina que por allí se enreda y que además se alimenta de esos mismos plásticos. Algunos grandes cetáceos han muerto con toneladas de plásticos en sus estómagos. Pero hasta los peces más pequeños que terminan siendo comidos por los humanos de cualquier lugar del mundo no han resistido el estudio de las nuevas tecnologías, que han detectado dentro de ellos micropartículas de plástico que les han ido envenenando a ellos y de paso a todo aquel que se les coma a ellos. 

La isla tiene un gran tamaño considerable, pero estas acumulaciones aparecen por fuerza de los flujos marinos en diversos lugares donde las corrientes los apilan de manera natural. La fotografía del fotorreportero Laurent Weyl en la isla Panggang, en Indonesia, con una niña pasando por una pasarela levantada entre el agua tapada por la acumulación de plásticos, es significativa y a la vez una llamada. Allí, esta gente, concienciada con lo que ven en su entorno, tratan de "pescar" el plástico para entregarlo a compañías de reciclaje que los retiran del mar y a la vez les den otro uso. Sin embargo el plástico es un problema en sí mismo por el abuso que se ha hecho de su uso deshechable y la falta de concienciación sobre las consecuencias ecológicas. Consecuencias también graves dada la necesidad de usar petróleo y trabajarlo en fábricas altamente contaminantes en la atmósfera. 

En España se ha querido seguir una normativa de la Unión Europea y este año 2018 se han iniciado campañas contra el uso de bolsas de plástico en el comercio. Somos uno de los países que más las usa. Se ha prohibido que se den gratis y se ha fomentado el uso de la reutilización de bolsas y el uso de carritos, bolsas de tela o de papel. Fotografías y reportajes como los mencionados sobre la isla de plástico han servido para concienciar a fondo casi como si por combustión espontánea se tratara. Cuando yo trabajaba de técnico y vigilante medioambiental para el ayuntamiento de Alcalá de Henares entre 2008 y 2009, fue este ayuntamiento, diez años antes de esta campaña estatal, quien trató de promocionar el uso de bolsas de tela. Las repartimos a las puertas del mercado de abastos de detrás del ayuntamiento. En ese momento la recepción por parte de mujeres y hombres de esas bolsas era que se trataba de una tontería, de un despilfarro de dinero, de una curiosidad que no usarían y de un abuso sobre los impuestos. Yo tengo aún mi bolsa de aquella época. Agradezco que en 2018 las mentalidades hayan cambiado y que la gente vea que no se trata de despilfarro, si no de necesidad ecológica. Fotos e historias como las de la isla de plástico y los cetáceos muriendo con bidones de plástico en sus tripas han ayudado quizá a ese cambio de percepción. 

De aquella época de técnico y vigilante medioambiental os dejo con el cuento que escribí para concienciar a niños en los colegios sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar con responsabilidad: Los tres reciclables. Lo usamos adaptado a teatro de títeres.

En todo caso, de aquella reacción de la gente de 2009 ante una bolsa de tela y la de la gente de 2018, de esos "vuelva usted mañana" de los acuerdos por el medio ambiente, sirva de metáfora visual la fotografía del fotorreportero Mario Tama de un jugador de golf que no interrumpe su juego mientras un volcán de Hawaii va preparando su inminente erupción. Tal erupción no se debe al cambio climático, pero esa indiferencia ante lo que está a punto de estallar es la metáfora perfecta de esta sociedad de consumo ante el cambio climático. Una sociedad que no se da cuenta de que no debe consumir tanta electricidad ni aparato eléctrico, tanto hidrocarburante, tanto carbón, tanto plástico, tantos envases, que cada frasco de soja de producción no ecológica, o de café, es un trozo de selva menos, que la bollería industrial que usa aceite de palma es la deforestación de grandes espacios boscosos para cultivar palma, que cada cambio de teléfono móvil es una matanza en una mina de coltán y sus alrededores. 

Sea con esto mis imágenes seleccionadas de 2018.


Golfers ignore an erupting volcano, Hawaii. Mario Tama/Getty Images

Fotos escogidas entre las fotos que escogió Poppy Noor para The Guardian, tras revisar todas las fotos que yo mismo fui seleccionando y recortando en mi casa de la prensa española.

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