lunes, enero 12, 2009

NOTICIA 572ª DESDE EL BAR: LOS TRES RECICLABLES

En el trabajo hemos estado elaborando una serie de talleres educativos medioambientales. Desde flora y fauna complutenses a otros aspectos, entre ellos el reciclaje. Y es en el taller de reciclaje que he contribuído creando un cuento infantil. El taller de reciclaje es ofertado a los colegios de la ciudad por la Concejalía de Medio Ambiente del ayuntamiento de Alcalá de Henares. Os lo presento.
LOS TRES RECICLABLES.

Había una vez una cocina llena de botellas de cristal, cajas de galletas y petit-suises en botes de plástico. Las personas que vivían en esa casa los usaban todos los días. Llenaban sus vasos con ellos y bebían el agua o los zumos que tenían dentro. Cogían sus galletas y se las comían, o cogían el petit-suise de su botes. Toda la familia estaba satisfecha usando de estas cosas que tanta utilidad les daba. Imaginaos, gracias a ellos comían y bebían todos los días. Claro, que ellos no sabían que los objetos tenían un lenguaje en secreto, y es que hablaban entre ellos. Claro, lo hacían por las noches, cuando todos dormían. A veces desde la nevera se oía:

-Eh, eh, por ahí, ¿dónde estás botella de aceite?
-Aquí, aquí, jugando con la lata de tomate.

Y en seguida la bandeja de plástico de los filetes, que era el que hablaba desde la nevera, se ponía a jugar con ellos. No podían jugar al “corre, corre, que te pillo”, porque no tienen piernecitas y no pueden moverse, sólo les mueven las personas. Eran botellas, cajas y petit-suises muy jóvenes, por eso podían llevar agua, aceites, zumos, galletas, caramelos, petito-suises, yogures… Ellos eran felices haciendo estas cosas. Era su trabajo. Llevaban las comidas y las bebidas para los humanos. Ellos los habían adoptado cuando los cogían de las estanterías de los mercados cuando eran aún más jóvenes. Los metían en las neveras y los armaritos y los abrían para coger de ellos lo que tenían. Qué ricas galletas, esos zumos y esos petit-suises.

Pero claro, en las neveras y las estanterías los humanos no guardaban las botellas de cristal, cajas de cartón y botes de plástico vacíos. Sólo los llenos y los medio llenos. Los vacíos estaban dentro de un cubo, porque la familia de esta casa sólo tenía un cubo para guardarlos. Allí estaban todos juntos, cuando se vaciaban, algo tristes porque sabían que los humanos se los llevarían en una bolsa a otro sitio al que llamaban: la montaña de basura. “Basura” no sabían muy bien qué era, porque esta era tanto ellos (que tanta ayuda les habían dado transportando comida), como los restos de comida, huesos, raspas de pescado y hasta camisetas rotas. Los botes, botellas y cajas que estaban en ese cubo no estaban muy contentos. Los huesos y raspas de pescado les decían que esa bolsa se la llevarían a un cubo donde ellos iban a estar muy bien, porque irían a la Montaña de Basura. La Montaña de Basura era un buen destino para ellos, porque explicaban que allí los humanos les trataban como debían una vez que ya habían sido comidos. La Montaña de Basura era el mejor lugar para ellos. Pero en la Montaña de Basura los humanos no trataban bien a las botellas de cristal, cajas de cartón y botes de plástico para petit-suise.

Doña Botella Zumo de Naranja, que era de cristal, estaba en ese cubo, y Doña Caja Galletas de Nata, que era de cartón, y Don Bote Petit-Suise, que era de plástico.

-Ay, ay –se quejaba Doña Botella Zumo de Naranja-, a mí me contaron cuando estaba en el mercado que siempre podría llevar zumo y estar en la nevera con los humanos.
-Sí, sí –decía Doña Caja Galletas de Nata-, a mí me decían que siempre estaría en la estantería llevando galletas.

Y lo mismo decía Don Petit-Suise con el petit-suise.

-¡Oh, sí! –dijo de repente un hueso de pollo- Pero para eso no deberíais estar en este cubo, porque este es el cubo de la Gran Montaña de Basura. Yo sé dónde deberíais estar.
-¿Ah, sí? –dijo Doña Botella Zumo de Naranja.
-Por favor, por favor, ¿dónde es, dónde es? –preguntó Doña Caja de Galletas de Nata.
-¿Dónde es, dónde es? –dijo Don Petit-Suise.
-Pues es en… -iba a decir el hueso de pollo cuando de repente abrió el cubo la niña de la familia humana.
-¡Oh, vaya, habláis como yo! –exclamó- ¿Cómo voy a tiraros a la basura como dijo mi mamá, si habñáis como yo?
-¡No nos tires, no nos tires! –exclamó Doña Caja Galletas de Nata- No queremos ir a la Montaña de Basura. A los huesos de carne y raspas de pescado les va muy bien ese sitio, pero a nosotros que somos de cristal, cartón y plástico, no nos va a hacer nada, nada bien. Nunca más podremos llevar galletas, zumos y petit-suise, y queremos seguir llevándolo para estar con vosotros, ayudándoos en vuestra vida. Si nos tiras a la basura nunca más podremos hacerlo.
-Y yo tampoco quiero que no me deis más petit-suise, ni zumos, ni galletas –dijo la niña-. ¿Cómo os voy a tirar? Esconderé la bolsa en mi habitación, eso haré.
-No, niña, no –dijo el hueso-, allí las raspas y los huesos empezaremos a oler muy mal y vendrán muchos insectos y se te meterán en la cama. Nosotros necesitamos ir al Cubo de Basura. Además, las botellas de cristal, cajas de cartón y botes de plástico no llevarán nunca más zumos, galletas y petit-suises si los guardas en tu habitación.
-Es verdad –dijo la niña-, ¿qué podré hacer? Me quedaré sin petit-suise.
-Mira –dijo el hueso-, coge una bolsa de plástico y mete el bóte de petit-suise con otros botes vacíos de plástico, bueno, y latas también, y llévalos a un contenedor amarillom que verás en la calle, así los humanos volverán a hacer de ellos unos buenos botes de petit-suise llenos de petit-suise.
-Así lo haré –dijo la niña, y siguió el hueso:
-Luego coge una cartón y mete la caja de cartón de galletas, y los periódicos viejos de tu papá y llévalos al contenedor azul que verás en la calle. Así seguirás teniendo cajas llenas de galletas.
-Así lo haré –dijo la niña, y siguió el hueso:
-Luego coge las botellas vacías de cristal, con mucho cuidado de que no se te caigan y se rompan, y llévalas al contenedor verde, mételas allí y seguirás teniendo botellas llenas de zumos para ti.
-Así lo haré –dijo la niña y dijo por último el hueso:
-Y a nosotros, los huesos y las raspas, y también las camisetas viejas y rotas, llévanos a un contenedor grande y cuadrado que verás en la calle, porque los otros son redondos, se distinguen bien.
-Así lo haré, estoy muy contenta –dijo la niña-, porque siempre tendré así zumos, galletas y petit-suise, muchas gracias, señor Hueso.
-No hay de qué –dijo.

Y así lo hizo la niña todas las noches, y enseñó a sus papás a hacerlo. Y sus papás también lo hicieron y compraron un par de cubos más. Y desde entonces todas las cajas, botellas y botes de su cocina siempre pudieron ser cajas, botellas y botes llenos de galletas, zumos y petit-suise.

FIN
Daniel López-Serrano Páez.

Alcalá de Henares, Diciembre de 2008.


Este cuento fue adaptado en una versión para niños aún más infantes (2 a 4 años) en forma de obra de teatro con títeres más breve (guión de prácticamente una hoja), simplificado en su lenguaje y conceptos, y con cinco personajes, por Esther Gómez y Pamela Mejías. Además, crearon una canción infantil para asentar las ideas transmitidas en las mentes infantiles. Incluyeron coreografía.


Los Tres Reciclables
(Ritmo musical de una canción popular de campamento).

En una cocina de una casa cualquiera
vivía la familia llamada García.
Usaban envases y distintos materiales
que no separaban y tampoco reciclaban.
Todos los envases estaban muy muy tristes
hablando todos todos muy juntos,
entonces decidieron decir a la familia
que era importante separar los materiales.
Toda la familia escuchó a nuestros amigos
y desde aquel día cuidaron el planeta.
Y esta es la historia de todos los envases
y de lo importante que es el reciclaje.

6 comentarios:

Bayadère dijo...

¡¡Toma ya!! De historiador a animador infantil, eh? Me ha gustado mucho, y creo que puedes estar muy orgulloso del cuento, de la buena aceptación que ha tenido y de todo lo que puede ayudar a la hora de educar a esos "futuros adultos". ¡¡Genial!!

Canichu, el espía del bar dijo...

psché...

pcbcarp dijo...

¡Virgen santa! Bueno, hay que ver lo que da de sí el soldadito de plomo ;)

Canichu, el espía del bar dijo...

Hummm... una niña que habla con la basura... sí, es un poco intranquilizante. Escucho hoy en las noticias, en relación a todo esto de las necesidades de reciclaje, que la Unión Europea está planeando ahorrar energía y no contaminar mediante su desperdicio, disminuyendo el consumo de electricidad por usar la televisión. Se intentan decidir en limitar el consumo que ha de hacer un televisor, o lo que es igual: intentar decidir que sólo se vendan televisores de plasma o de LCD, según lo que menos cosuma.

Yo, desde mi posición laboral actual os recuerdo la regla de las tres R's:

REDUCIR el cosumo
REUTILIZAR lo usado que se pueda reutilizar
RECICLAR lo que una vez usado todo lo posible se pueda reciclar.

Fran dijo...

Miro y remiro esos tres simpáticos muñequillos y...oh albricias!!! son 3 Mister Potato drag queen!!!

Canichu, el espía del bar dijo...

lo son, no hay remedio.