jueves, marzo 08, 2018

NOTICIA 1774ª DESDE EL BAR: UN 8M


"¿Hay un nuevo sindicalismo protagonizado por mujeres? 'Esto del nuevo sindicalismo es el nombre que le estamos dando al hecho de recuperar las herramientas clásicas del sindicalismo de clase', puntualiza Benítez. 'Sí que están reanimando una agenda sindical que estaba un poco en segundo plano, pero herramientas nuevas no sé si hay', dice. Y pone en valor: 'Aunque el activismo discursivamente esté en las plataformas sindicales, el protagonismo lo tienen las mujeres, y además las más precarias'."
(Isabel Benítez Romero, socióloga, en declaraciones recogidas por periódico El Salto, nº 11, marzo de 2018, "De las cigarreras a las kellys: cien años de mujeres y huelgas".)

En un interesante y extenso reportaje del diario El Salto, la socióloga Isabel Benítez sentenciaba de esta manera algo que bastantes historiadores ya decían hace años a costa de los movimientos sociales surgidos desde 2011, con la boca pequeña, por si acaso. Esto es: que le estamos dotando (hablo en general, yo a menudo sigo hablando de las cosas en sus términos clásicos) de nuevos nombres y aparentes nuevos conceptos a herramientas y formas de actuar que en realidad se vienen usando desde siglos atrás (sí, ya podemos hablar de siglos si repasamos la Historia). Es una especie de operación de venta de una lucha obrera que, en esos términos, es fácilmente desprestigiable por los medios de comunicación mayoritarios y los partidos políticos más sujetos a un pasado sociológico creado y heredado desde 1939 en España, o desde el comienzo de la Guerra Fría en los años 1940 en el mundo Occidental. El reportaje es altamente recomendable, por cuanto sociólogas e historiadoras hacen un repaso donde ellas sí pueden permitirse afirmar que las mujeres sí han participado de huelgas y reivindicaciones varias. No niegan el machismo, nada más lejos, máxime en un periódico claramente ubicado en la lucha por la igualdad de sexos desde hace años desde su línea editorial, pero tampoco se dejan caer en la recreación de la mujer como personajes pasivos y martirizados de la Historia (eso es lo sorprendente de la publicación en este momento, que se han decidido a hacer esta aclaración tras su larga trayectoria en un sentido a menudo aparentemente contrario). Es sin duda un modo más de reivindicación. El reconocer las realidades para acabar con los tópicos que más que ayudar perjudican.

El feminismo en España entró de manera algo tardía respecto al resto de Europa, en las últimas décadas del siglo XIX. Los libros de Historia, los telediarios y los periódicos tratan (con éxito) de convencer a una sociedad entera desde hace décadas de que este tenía a sus principales defensoras a gente de las clases más adineradas, posicionadas y cultas (Emilia Pardo Bazán ha sido esgrimida como sufragista por el voto femenino, pero en realidad sólo lo defendía para las mujeres ricas con estudios). En general hablan de clases burguesas, con un número minoritario de mujeres, todas en torno a la idea del voto, determinadas cuestiones de igualdad social y educativa, casi como ejercicio de altruismo social que les beneficiara a ellas desde su posición económica, con un fuerte componente a menudo cristiano y desde luego de apoyo a la monarquía parlamentaria de la Restauración Borbónica. Cuando no, nos han presentado heroínas bélicas, al corte de Agustina de Aragón. Desde que comenzó el siglo XXI, a través de la Memoria Histórica, se ha querido revisar esto presentándonos a las feministas socialdemócratas, adscritas al PSOE y a la UGT, principalmente, así como a otros partidos socialdemócratas de la época, muchas de ellas en torno al sindicato de maestros y maestras FETE, de UGT. Por esa vía nos han hablado de Clara Campoamor, Margarita Nelken o Victoria Kent, ocupando cargos políticos y campañas de sufragio femenino, así como encargándose de políticas sociales. Son personajes claramente alineados con las vías reformistas de la sociedad propias de la socialdemocracia. Estas se hicieron especialmente relevantes en los años 1920 y 1930. Y también por la década de 1930 comenzaron a ser especialmente importantes las mujeres del PCE, que desde el comunismo, hablaban de la igualdad de la mujer y el hombre, aunque, con Dolores Ibarruri, "La Pasionaria", a la cabeza, mantenían una especie de idea jerárquica por el bien del triunfo común que ha hecho meditar sobre estas otras mujeres comunistas de manera crítica, más o menos afín o contrario a ellas a muchas personas.

Sin embargo, a pesar de estas recuperaciones, el feminismo en España se introdujo principalmente a través de las ideas del anarquismo a partir de la Revolución Gloriosa de 1868, y más aún desde la Primera República de 1873. Es un dato conocido que fue el anarquismo la corriente socialista que más arraigó en España entre las clases trabajadoras entre el final del siglo XIX y el comienzo del XX.  Teresa Mañé (más conocida como Soledad Gustavo) será una de las más significativas, siendo además una de las personas con una actividad cultural tan amplia que en una revista propia, La Revista Blanca, dio espacio para la publicación a gente como Ramón y Cajal o el también médico (y feminista) Gregorio Marañón. Y esto desde las últimas décadas del siglo XIX. Su hija, Federica Montseny, será uno de los primeros nombres del sindicato anarcosindicalista CNT fundado en 1910, y la primera Ministra de la Historia de España, en 1936-1937. Es de ella la primera Ley del Aborto que hubo en nuestro país, con finalidad de evitar las monstruosidades que provocaban los abortos fuera de la ley y las desgracias económicas que le acarreaba a los más necesitados, mientras los más adinerados podían ir a otros países a abortar, siendo ella, por otro lado, partidaria de la maternidad como realización personal si era una opción libremente escogida. Estos dos nombres son muy conocidos, pero entre 1868 y 1939 el anarcosindicalismo aportó una gran multitud de mujeres anónimas que desarrollaron y propagaron ideas feministas y de igualdad que hicieron un especial aporte en las ideas de educación (el anarquismo fue el primero en España en defender la igualdad de oportunidades y las clases lectivas mixtas en las escuelas), laborales (se defendía la igualdad en todos los sentidos laborales), las relaciones sentimentales (se defendía el amor libre, entendido como que la mujer pudiera estar en libertad e igualdad de condiciones para elegir a su pareja, y si esta era esporádica o no, y si deseaba establecerse o no en una vida conjunta), el nudismo (en España los anarquistas trajeron estas ideas como parte del naturalismo e incluso del vegetarianismo), la familia (el anarquismo defendía la igualdad de tareas y responsabilidades en el hogar), etcétera. La lucha feminista desde el anarquismo se centraba más en unos ámbitos de igualdad de oportunidades y sociales total, más que en el sufragio, más que nada por el carácter asambleario del anarquismo, donde, por otro lado, las mujeres tenían voz y voto. Muchas mujeres anónimas, otras más conocidas, del anarquismo español estuvieron en todo esto, y eso teniendo en cuenta que el anarquismo tomó ventaja entre los trabajadores españoles desde 1868 y que CNT fue el sindicato mayoritario de España entre 1910 y 1939. Aunque destacan las mujeres más cultas por sus papeles históricos que han dejado un rastro importante, hay que pensar que la gran mayoría de estas mujeres se educaban con las mismas posibilidades que sus familias, a menudo humildes y escasamente alfabetizadas (familias obreras y jornaleras), y eso a pesar de la preocupación especial que el anarquismo siempre le dotó a la educación.

El feminismo desde el anarquismo siempre se entendió como un movimiento donde colaboran ambos sexos y se reconocen ambos sexos. No como que uno de los dos deba dar apariencia de estar en lucha con el otro, ni están en lucha. Es sorprendente descubrir como estas ideas del siglo XIX, que no han desaparecido jamás en quienes han querido escuchar, son ahora aireadas como ideas "nuevas" por determinadas personas particulares. No quiere esto decir, no quiero decir, que el feminismo nazca y sea propiedad del anarquismo. No. No digo eso. La percepción del feminismo es tan variada como personas que lo vivan. Lo que se afirma es que el anarquismo tuvo un papel importante en la propagación de las ideas feministas de igualdad en España, cosa que se ha querido borrar. En las últimas semanas varios políticos y medios de comunicación han venido a decir que las ideas del feminismo han querido ser politizadas este 8M, cuando en realidad en España el feminismo ha estado en la génesis del anarquismo. No es de extrañar que CNT, CGT, Solidaridad Obrera y otros, hayan dado cobertura a las pretensiones del Movimiento 8M convocando la huelga general, pues en España sólo los sindicatos pueden convocar una huelga. El 8M por sí sólo no hubiera podido convocar la huelga, necesitaba de los sindicatos. También el sindicato católico USO convocó la huelga de 24 horas, no por eso diríamos que el feminismo ha querido ser catequizado.

¿Un discurso del siglo XXI el de este 8M? En realidad no. Pero como decía Isabel Benítez, se ponen nombres nuevos a herramientas clásicas. Recurrir a los textos de la asociación Mujeres Libres, de los años 1930, y a los textos de los actuales movimientos feministas de los 2000, nos descubren discursos antiguos que no han dejado de estar. Con una diferencia, muchas de las carencias de la primera mitad del siglo XX ya han sido superadas en el siglo XXI, por ejemplo: el amor libre o la educación mixta y en igualdad de oportunidades, entre otras cosas que la dictadura de Franco nacida en 1939 tachó como cuestiones defendidas desde las ideas anarquistas en España. Claro que la dictadura de Franco entre 1939 y 1975 fue un retroceso social y represor altamente machista, que se amparó en ideas católicas de la época en la que se formó el franquismo sobre cuál debía ser el papel de la mujer en la sociedad.  Un retroceso que con estudios serios en la mano nos llevó de la España que empezaba a parecerse socialmente a Europa en derechos, a la España más conservadora del siglo XIX. Fue un franco retroceso donde además se trató de borrar la memoria y eliminar a las personas protagonistas. El silencio de la Transición en los años 1970 no ayudó, pero los muchos cambios sociales de entonces hizo avanzar de golpe en muchos aspectos la igualdad de sexos. La España de 1975 no es la España de 2018 en cuestión de igualdad de sexos. No hay que negarlo. Pero es cierto que hay que avanzar en muchas cuestiones. Pero hay que tener voluntad política. Por ejemplo: en España está prohibida la discriminación salarial entre hombre y mujer en un mismo puesto de trabajo. Sin embargo, en España existe un porcentaje importante de discriminación salarial. El problema está en los empresarios que actúan de esa manera. ¿Es el hombre el que somete a la mujer al darle su salario? No lo veo así, yo como hombre, y muchos otros, queremos que las compañeras cobren igual en un mismo trabajo al nuestro o al que le corresponda. Pero es el empresario, desde una cultura machista, el que está saltándose la ley y las está discriminando. ¿Quién puede poner remedio? Quien tiene los medios si quiere ponerlos, el gobierno debería promover mayores inspecciones de trabajo (que casi no se dan) y agravar las sanciones contra los empresarios que recurren a estas prácticas. Eso acompañado de campañas de concienciación a los empresarios sobre la igualdad de sexos.

Volviendo al argumento histórico, para Alcalá de Henares el historiador Julián Vadillo nos recordaba hoy a Elisa Siles, "La Escabechera", que encabezó un motín de mujeres por el precio del pan en 1898 en esta ciudad. Tal protesta acabó con la declaración de Estado de Guerra y las mujeres participantes juzgadas por un tribunal militar. Portaban banderas negras, sin saberse bien si eran símbolo del hambre o del anarquismo (el color negro es el de las banderas anarquistas, su combinación en triángulo con el rojo es el color del anarcosindicalismo). Sea como sea, mujeres anónimas con un más que probable índice de analfabetismo son conscientes de su papel en la sociedad y son ellas las que encabezan una protesta obrera en aquel 1898 complutense. Tan nervioso pusieron al gobierno que mandaron al ejército contra ellas. El propio Julián Vadillo nos recordaba hoy también a Visitación García de Alcoy, fundadora de la Agrupación Socialista Femenina de Alcalá en 1931, que será parte del PSOE, y a Victoria Aparicio, primera concejala del Ayuntamiento alcalaíno por el PCE en 1939. pioneras de la lucha por la igualdad de la mujer en la ciudad.

La concentración esta mañana en la Plaza de Cervantes de Alcalá de Henares con motivo de la Huelga General Feminista (ver Noticia 1773ª), convocada como huelga general de 24 horas por los sindicatos CNT, CGT, Sindicato de Estudiantes y USO en apoyo de la petición de su convocatoria por parte del Movimiento Feminista 8M, y convocada como paro de dos horas en turno partido por parte de los sindicatos CCOO y UGT, tuvo una presencia visual clara de CCOO (que cambió su color rojo por el violeta), de UGT (con su color rojo) y de CGT (con banderas rojinegras al lado de la pancarta con el símbolo y color violeta usado por el Movimiento Feminista 8M). Tal como se pidió, los hombres se mantuvieron en un plano secundario, y dentro de las mujeres fueron las más jóvenes, estudiantes, las que llevaban la iniciativa y la voz en la sujección de la pancarta principal y gritos de las consignas y cánticos reivindicativos. 

Yo hoy he hecho huelga general de 24 horas. He aprovechado para llevar a mi tío materno al médico por partida doble, pues vive dependiente en casa. Al tener que ir al centro médico Francisco Díaz por un lado y por otro al ambulatorio de la avenida del Ejército, hemos tenido que parar en la Plaza de Cervantes para intercambiar autobuses. Momento que hemos elegido para desayunar y para estar un rato breve en la concentración de protesta que allí convocaron. Estaba apenas empezando, por lo que aún no había demasiada gente. Cuando pude regresar a mi barrio escuché que luego se llenó de más gente. Luego, en casa, puse la televisión tras hacer la comida y escuché al presentador del telediario de Telemadrid hablar de mujeres empresarias que habían ido a trabajar y a un par de mujeres miembro del gobierno hablar contra la huelga. En La Sexta hablaban de la igualdad y la no discriminación, mientras yo repasaba mentalmente la cantidad de presentadoras que cumplen estrictamente en ese canal una determinada edad joven, una determinada forma de vestir y un determinado canon de belleza... sin llegar a dar con ninguna presentadora de esa cadena que esté entrada en años o no cumpla cánones. Para remate, en Antena 3 se les ocurrió repasar la historia de las sufragistas... británicas y estadounidenses como parte de la Historia del feminismo español. Y sonreí para mí, sin rastro en mis labios, muy brevemente. 

Saludos y que la cerveza os acompañe. Por aquí las primeras impresiones generales del sindicato CNT del día de hoy.

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