Hace una semana que no os traigo nada nuevo por la bitácora. Por un lado es el estudio de la oposición. Por otro lado es un poco de dejadez personal. Algo de desánimo. La falta de unos ingresos estables, de un trabajo, de un presente, de un futuro. He estado en algunos eventos sociales de mis amistades, pero la cosa es que en general por diversas cuestiones tengo algo de desánimo. Por las mañanas busco trabajo, estudio la oposición, asisto las necesidades de mi tío cuando se levanta... a veces paseo antes de la hora de que se levante. Está bien vivir cerca de una zona verde y ver el Cerro del Viso y las ruinas de Complutum. Hace poco han abierto a visita la reconstrucción de lo que quedaba de la Casa de los Grifos. Traté de ir a verla, a sabiendas de que allí no había nada levantado, lo que hubiera estaba caído bajo tierra, así que lo que se puede ver ahora tiene mucho de albañilería actual con los restos y la hipótesis arqueológica de lo que allí hubo. Se supone que era la casa de alguien importante del Imperio Romano, tal vez dueño de alguna de las termas o de los negocios del foro. Contiene restos de pinturas y ciertos lujos decorativos. Sin embargo, no pude verla, al ayuntamiento o a la Comunidad de Madrid se le ha ocurrido la idea de que sólo se puede visitar mediante cita con la oficina de turismo, pues quieren que sólo puedas conocer la versión del guía del ayuntamiento sobre esos restos, cuando hubiera sido más útil combinar esa opción con la de una visita normal donde el visitante pueda leer una cartela y juzgar con su criterio. Me da pereza de momento solicitar tal cita.
Cerca de allí, en el Paseo del Juncal abrieron en diciembre pasado una churrería llamada LYM. Es un negocio familiar y son gente muy amable y muy sociable. Me gusta el trato que dan y las ideas que le dan al negocio. Hace muchos años, cuando yo era niño, en los años 1980 y parte de los 1990, allí existía una churrería anterior. Mi padre a veces nos compraba porras y churros en ese lugar. También había un kiosco de prensa, pero este cerró y lo quitaron. Y también cerró aquella churrería, que pasó a ser un bar de corta vida y luego un negocio cerrado por muchos años. Así que es agradable que vuelva a ser una churrería. A veces me da por desayunar allí antes de atender los asuntos de la casa, y los de la oposición y la búsqueda de empleo. Los sábados regalan pan con los desayunos, lo hacen ellos mismos. Es agradable.
Intentaré escribiros tratando de contaros algo interesante dejando pasar menos tiempo. Son temporadas. Pero es cierto que necesito ingresos estables de un trabajo que además me haga sentir útil, realizado. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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